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Los Tratados en Materia de Derechos Humanos (DDHH).

El autor plantea de manera acertada que el carácter especial de los tratados en


DDHH no puede basarse únicamente en su estructura interna y carácter normativo.
En lugar de eso, destaca la importancia de la existencia de órganos supervisores
que garantizan su aplicación y protegen los derechos fundamentales. Esto amplía la
comprensión sobre qué hace especial a un tratado en derechos humanos y subraya
la importancia de los mecanismos de supervisión y aplicación en la protección
efectiva de los DDHH a nivel internacional. Asimismo, al mencionar las normas de
ius cogens y las obligaciones erga omnes, el autor resalta la trascendencia y
universalidad de ciertos derechos humanos que van más allá de las partes
contratantes, contribuyendo a la creación de un orden constitucional internacional
sólido y basado en valores fundamentales.
En cuanto a la supervisión y aplicación efectiva de los tratados en DDHH:
¿Cómo se puede garantizar una supervisión y aplicación efectiva de los
tratados en DDHH a través de órganos especializados? Dado que los tratados
en DDHH adquieren una naturaleza especial a través de la existencia de órganos
supervisores, es esencial abordar cómo estos órganos pueden desempeñar un
papel efectivo en la interpretación y aplicación de los compromisos adquiridos por
las partes, asegurando así el cumplimiento y protección efectiva de los DDHH.
Al analizar detenidamente la estructura y naturaleza de los tratados en DDHH, se
advierte una relación lógica y coherente con el criterio propuesto por Pellet. Si bien
es cierto que algunos tratados, en apariencia ajenos a la materia de DDHH, pueden
albergar normas relativas a esta área, la complejidad radica en identificar de manera
categórica aquellos con una naturaleza especial.
Pellet es acertado al señalar que esta especificidad se origina en la creación de
órganos supervisores con poder para interpretar cláusulas, evaluar reservas y definir
competencias, transformándolos en guardianes de un ordenamiento normativo que
trasciende las convenciones. Esta relación lógica subraya la importancia de estos
órganos en la preservación y garantía de los derechos fundamentales, consolidando
la noción de que los tratados en DDHH adquieren su carácter especial a través del
sistema de supervisión y protección que instauran.
Finalmente, siguiendo la perspectiva de Talavera (2013) sobre la interpretación de
los tratados, se destaca que esta puede ser realizada por los Estados partes o por
órganos jurisdiccionales internacionales. La interpretación auténtica por los Estados
no solo afecta a las partes, sino que tiene efectos erga omnes, aplicables a terceros.
Además, la interpretación de los tribunales internacionales influye tanto en las partes
involucradas como en la materia objeto de litigio. Esta dualidad subraya la
relevancia de los órganos de preservación y garantía de los derechos en la
interpretación de los tratados de DDHH.

Conclusión
Del análisis realizado se ha podido despejar la interrogante acerca de ¿Cuáles son
los criterios adecuados y justificados para determinar si un tratado, aparentemente
no relacionado con DDHH, contiene normas de naturaleza especial en esta materia?
La determinación de la naturaleza especial de un tratado en DDHH se basa en
criterios que van más allá de la aparente relación con esta materia. Estos criterios
deben considerar la existencia de disposiciones de DDHH, la finalidad del tratado, la
voluntad de las partes y su función en establecer normas fundamentales para la
protección de derechos. La claridad en estos criterios es esencial para garantizar
una interpretación precisa y coherente en la identificación de tratados con una
naturaleza especial en DDHH.

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