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ROSENDO MAQUI Y LA COMUNIDAD.

Un día cuando Rosendo Maqui, volvía caminando por los Andes, se cruza
con una culebra a la cual no puede matar y lo considera un malagüero
¡desgracia! dijo, llevaba yerbas: huarajo, cola de caballo, supiquegua,
culén, para su esposa Pascuala que se encontraba enferma, desde lo más
alto divisa la comunidad de Rumi, un poblado del cual era Alcalde, toda la
comunidad era feliz pues decían: que la felicidad nace de la justicia y que
la justicia nace del bien de todos. Con Pascuala se amaban de igual
manera como el agua ama la tierra habían tenido cuatro hijos y tres hijas,
a parte habían criado a Benito Castro adoptándolo al igual que a un hijo.
Iba pensando y meditando cuando de repente ya en el atardecer un grito
lo conmociona: Rosendooooooooo….taita Rosendoooo…., el eco repitió
el llamado, su perro canela lo alcanza, baja con rapidez, escucha el
sonido de la campana de la capilla algo malo había pasado, cruzó la plaza
llegó a su casa, las personas que estaban ahí lo dejaron pasar al observar
a su esposa se quedó mudo e inmóvil Pascuala su mujer había muerto.
ZENOBIO GARCIA Y OTROS NOTABLES.
Pascuala, fue vestida con la mejores ropas, y fue velada en el corredor,
con la mejores viandas que le gustaban, Teresa la mayor de las hijas
lloraba, recordaba a su madre como una persona que tenía el “corazón de
oro y la palabra de plata”, Rosendo mascaba coca, su esposa siempre la
había ayudado a ser alcalde con su sencillez y bondad, posteriormente
llegaron tres taimados jumentos que traían cañazo de la localidad de
Muncha, al mismo tiempo llegaron una comisión presidida por el
gobernador del pueblo un tal Zenobio García junto con otros
comisionados los cuales saludaron a Rosendo. Doroteo Quispe, inicio los
rezos pues era un gran rezador, le dio padrenuestros y avemarías,
posteriormente sirvieron la comida, mientras Rosendo seguía despierto
recordando a su esposa con un sentimiento hondo y potente, ya cuando
el sol subió dos cuartas, el cadáver de Pascuala fue cubierto con cobijas
lo colocaron en la quima, y fue enterrada con dignidad. Mientras tanto el
gobernador Zenobio García, y sus visitantes se despedían de Rosendo.
DIAS VAN, DIAS VIENEN.
Pasó el tiempo y en el caserío se apagaba ya, poco a poco cual un fogón
en la noche el recuerdo de Pascuala, a lo lejos un caballo se asomaba era
Don Álvaro Amenábar y Roldán, en persona, Rosendo Maqui lo saludo,
pero no recibió el saludo, más al contrario aseveró: “ya sabes estas
tierras son mías y he presentado demanda”, Rosendo respondió que la
comunidad tenía sus papeles.
Rosendo separa cuatro caballos y se dirigen a los límites de la
comunidad, ahí les hace saber los linderos de la comunidad
especialmente a don Augusto pues él es el más joven.
Posteriormente se dirigen a la casa del “tinterillo” Bismark Ruiz, para
preguntarle cómo va el juicio que sigue la comunidad en contra de Don
Álvaro Amenábar, Bismark les responde que ha presentado los títulos de
propiedad de la comunidad y que acompañados de un buen recurso,
darán resultado positivo para la comunidad de Rumi, le pide cincuenta
soles a Rosendo y les dice: “Que no hay por qué preocuparse pues el
juicio va bien.”
Nasha Suro, la curandera, asevera a Rosendo que ha visto en la coca
acontecimientos malos en contra de la comunidad de Rumi, pero
Rosendo tiene fe y confianza en lo que le ha dicho el “tinterillo” Bismark
Ruiz.
Se presenta el Mágico un personaje que vende artículos, era un
mercachifle un cincuentón, alto y huesudo, que se presenta ansioso de
comprar las escopetas de la comuneros.
EL FIERO VASQUEZ.
El Fiero Vásquez, era un bandido asaltante, que vestía siempre de negro,
lo de fiero se lo gano porque por el norte le dicen “fiero” a las personas
que son picados por la viruela, su cara morena, nariz roma, quijadas
fuertes son los que le caracterizaba.
Un día cuando Doroteo iba a la capital de provincia a comprar: ceras
cohetes, globos, tronadores, con la finalidad de celebrar la fiesta de San
Isidro, llevaba cien soles, cuando de repente arreando su mula divisa a lo
lejos al “Fiero Vásquez”, esconde a su burro y él se mete en una hoyada
rezando al Sr, Justo Juez, ¡sal de ahí indio!, y el Doroteo salió, y le dijo
que solamente tenía cuatro centavos para comprar su salcita, de un
latigazo en la alforja, el Fiero Vásquez logra que los cien soles que llevaba
Doroteo rodara al suelo, lo recoge, mientras que Doroteo sigue rezándole
al Sr. Justo Juez para que no lo mate.
A cambio de que le enseñe la oración de Sr., Justo Juez, el Fiero Vásquez
le obsequia un pañuelo anudado en una esquina, es así como nace la
amistad entre Doroteo y el Fiero Vásquez amistad que sin lugar a dudas
todas la personas de Rumi admiraban.
Un día cuando se celebraba la fiesta de San Isidro el Fiero Vásquez llega
montando su caballo, conversa con su amigo Doroteo y a la vez reparte
los regalos traídos, se le acerca don Rosendo Maqui, charlan y miran
pasar al gobernador Zenobio García seguido de tres hombres, todos
llevaban carabinas, el Fiero Vásquez pone en alerta a don Rosendo y le
comenta que el tal Amenábar está en conversaciones con el gobernador y
los tres hombres entre ellos el sinvergüenza del mágico.
EL MAIZ Y EL TRIGO.
Las palabras del Fiero Vásquez, pone pensativo a Rosendo Maqui, el cual
convoca a reunión a sus regidores haciendo sonar la campana cuatro
veces, llegaron a la casa por orden primero Porfirio Medrano, Goyo Auca,
Clemente Yacu y Artidoro Oteíza. Maqui le hace saber sobre las gestiones
realizadas con Bismark Ruiz, asimismo sobre los presagios de Nasha
Suro, del mismo modo los informes y sospechas del Fiero Vásquez.
Deciden enviar a Goyo Auca para conversar seriamente con Bismark
Ruiz, y pedirle amplios informes, Rosendo enviaría a Mardoqueo para que
espiara las actividades de Umay. La cosecha se debía realizar en
previsión de cualquier acontecimiento que pudiera ocurrir, los trigos ya
estaban maduros y soplaba viento fuerte, entonces comenzó la cosecha,
niños, jóvenes, hombres y mujeres de todas las edades fueron al maizal,
el campo se tiño de color policromo, todos con alegría el campo
reluciente, cosechan, y agradecen a la tierra por la producción, Anselmo
toca el arpa, otros cantan ya el atardecer se acerca y termina la faena,
viven la verdad de haber conquistado la tierra para el bien común y el
tiempo para el trabajo y la paz.
Se prosigue con la trilla, los hombres beben chicha y trago, las mujeres
amontonan la cosecha los jinetes con sus caballos pisotean, trillan, las
espigas vuelan todo es alegría, risas, las indias con la yerba santa barren
hasta el último grano, después se ventea el trigo con la ayuda de ese
viento fuerte y sonoro de los andes, se hace el reparto de la cosecha
entre los comuneros de acuerdo a sus necesidades y el excedente es
destinado para la venta.
EL AUSENTE.
El gran ausente era sin lugar a dudas Benito Castro, Rosendo también los
extrañaba nadie sabía dónde estaba, solo con su caballo cruzo los Andes
hacia las cordilleras, por el Callejón de Huaylas, donde buscaba fortuna,
pero todos los indios de esa zona eran explotados por los hacendados
pagándoles una miseria allí se encontraba Benito.
Un día se perdieron una cantidad de vacas de unos de los hacendados de
inmediato se apresaron a los indios y los metieron en una celda hecho de
piedra, llena de barro y porquería, allí los torturaron, Benito era mudo
testigo de ello pues vivía al costado, al amanecer del día siguiente al ver
los sufrimientos de los indios, Benito palanquea la llave de la celda y fuga
junto con los torturados Indios.
Se fugó hacía el sur, un día cuando estaba dando de comer a su caballo
Lucero, mira una cantidad de gente que viene protestando era Toribio
Pajuelo y sus partidarios que estaban quejando en contra de la miseria y
la explotación que hacían los hacendados contra su pueblo privándolos
del agua y demás recursos, una bala salida no sé de dónde hiere a
Pajuelo disipando a la gente, que son arrestados por el gobernador del
distrito, entre ellos Benito, con el transcurrir del tiempo todos salen libres
menos Benito por ser extraño, al poco tiempo el Subprefecto de la
localidad le concede libertad, así sufría en esos lares llenos de miseria y
pobreza el tal Benito.

JUICIO DE LOS LINDEROS.


Don Álvaro Amenábar amanece un día ofuscado y molesto por el alegato
presentado en su contra por el tinterillo Bismark Ruiz, manda ensillar a
su caballo montonero y manda llamar a Braulio y Tomás para que lo
acompañen a su tinterillo defensor Iñiguez apodado el “araña”, una vez
frente le pregunta por el juicio seguido contra la comunidad de Rumi, el
“araña” ríe y dice que todo está debidamente controlado, don Álvaro le
dice que se va a presentar como senador de la república y que requiere
de la discreción en el juicio y que no se note como un abuso de autoridad.
El “araña” le solicita testigos para que puedan declarar en su favor y que
declaren que esas tierras le corresponden, don Álvaro resuelve mandar al
gobernador Zenobio García con su gente y al Mágico como testigos, se
retira de la oficina del tinterillo sin antes pagarle mil soles por sus
servicios.
Un día por la mañana Augusto Maqui, pasea su potro recién domado por
las alturas y se da cuenta que los linderos de la comunidad habían sido
derrumbados de inmediato da aviso a Rosendo, el cual va con todos los
comuneros a reponer las piedras que sirven de hitos cónicos.
El Juez escucha la declaración de Julio Contreras Carvajal apodado el
Mágico y de Zenobio García, los cuales dicen que la comunidad de Rumi
usurpa esas tierras, lógicamente todos salen a favor de don Álvaro
Amenábar. Entretanto la curandera Nasha Suro prepara venganza contra
don Álvaro Amenábar por haber maltratado al indio Mardoqueo, roba su
retrato y le clava una espina en el marco.
Le toca declarar a don Rosendo Maqui, se presenta ante el Juez y
defiende con ímpetu a su comunidad haciéndole saber toda la historia de
la comunidad que ellos siempre habían estado allí y que en ningún
momento habían usurpado esas tierras, el juez riguroso le pide la
presencia de testigos para que declaren.
Buscan testigos pero nadie ni ricos ni pobres quieren meterse en
problemas y menos con don Álvaro Amenábar, pero había una persona de
nombre Jacinto Prieto, era el mejor herrero del pueblo y él con valentía
dice que va a declarar a favor de la comunidad de Rumi. Pero un día de
amanecida se presenta un individuo apodado el zurdo, y le busca lio a
Jacinto Prieto por haber hecho mal una barreta, los dos pelean y la peor
parte lo lleva el zurdo, don Jacinto es detenido y llevado a la cárcel por
lesiones y homicidio frustrado.
Llegan a la comunidad de Rumi, un piqueta de gendarmes y piden la
presencia de todos los comuneros que tienen armas, y los incautan,
definitivamente esto era obra del Mágico.

EL DESPOJO.
Rosendo Maqui llamó a sus regidores puesto que dentro de dos días
tenían que escuchar la sentencia del Juez, ya nada tenían que hacer, “de
acuerdo con las partes” habían fijado la fecha de entrega y toma de
posesión para el 14 de octubre. Don Rosendo mando llamar a Augusto
Maqui para que fuera de espía y contara lo que estaba pasando en Umay,
se escondió en la noche con su caballo y a pie trepando una pared logra
ingresar donde estaban los caporales borrachos, logra escucharlos
diciendo: “que la entrega será el 14, para ello don Álvaro Amenábar había
dispuesto 20 hombres para su respaldo y además de ello el subprefecto
vendrá con 20 gendarmes más”, con ello ninguno de los indios opondría
resistencia. Rosendo Maqui llama a asamblea a la comunidad con la
finalidad de darles a conocer la sentencia y lo investigado por don
Augusto, los comuneros entran en rabia y enojo iban a ser despojados de
la tierra en donde pasaron tantos años de su vida tantos años de
sembríos vieron crecer a sus hijos a sus nietos ahora iban a ser
despojados, unos quería resistir comprando armas, otros quería la
renuncia del alcalde y sus regidores, pero como siempre don Rosendo
puso paños fríos como buen alcalde, podemos resistir dijo pero “ellos
vendrán con más gente y tarde o temprano nos sacarán” , tenían que
evitar más muertes de indios, mujeres y de niños, la única posibilidad era
irse a la meseta del Yanañahui.
Mientras tanto Casiana la mujer del Fiero Vásquez escucha la
conversación y de inmediato parte en su búsqueda, con sigilo y sin que
nadie se diera cuenta parte hacia la escarpada del Alto donde se
encuentra escondido, camina y camina y ya se hace de noche es preciso
la presencia del Fiero puesto que él tiene hombres armados y les podrá
ayudar, ya en las alturas siente mareos parece que se quiere desmayar,
pero agarra fuerza y prosigue en los más alto grita el nombre de
“valencioooooo”, el cual acude al llamado y da refugio a Casiana, y logra
llamar al Fiero Vásquez.
Por otro lado todos los comuneros trepaban lenta y penosamente las
alturas del Yanañahui llevando consigo una historia tronchada y reacia a
morir. Entretanto don Álvaro hizo su entrada al caserío junto al juez y al
subprefecto iban también sus hijos, el tinterillo Iñiguez, y atrás para
sorpresa de todo Bismark Ruiz. El Juez leyó el acta, y de inmediato
tomaron posesión de las tierras comunales. Un mujer advierte que
Mardoqueo no se encuentra, lo buscan y miran que desde la altura estaba
sosteniendo una piedra posiblemente decidido a tirar a la comitiva, en los
instantes en que la comitiva de Amenábar avanza para retirarse,
Mardoqueo suelta la piedra e instantáneamente mata al tinterillo Iñiguez,
entre una lluvia de balas Mardoqueo también es muerto en el acto. Ya
nada ni nadie podían hacer nada.
LA TORMENTA.
Ya en las cumbres del Yanañahui los comuneros se prestan a hacer sus
casas pues ya se avista la presencia de las lluvias, es preciso hacer de
cualquier modo ya después habría ocasión de hacer casas. Los
comuneros se enteran que acaba de llegar un joven abogado miembro de
la asociación pro indígena de nombre Arturo Correa Zavala, el cual le
manifiesta que se podía apelar a la corte superior y después a la corte
suprema toma el caso y para sorpresa de todos no les cobra nada.
Después de unos días sale un indio arreando un burro en la cual se lleva
la apelación que hiciera el joven abogado lo cual es asaltado por la gente
de Amenábar y posteriormente incinerado por el mismo. Entretanto en las
cumbres del Yanañahui la tormenta comienza con rayos y truenos que se
entrecruzan, crispando la tierra, las piedras, se forman lagos y pequeños
riachuelos, el aire húmedo entraban a las casas, toda la pampa entera se
había inundado, los animales algunos habían fugado temerosos de la
tormenta, otros habían muerto entre ellos el caballo de Rosendo Maqui,
pues un rayo le había caído causándole la muerte, todas las chacras
había sido arrasadas, el año sería malo, el invierno se mostraba ya en
toda su fuerza y la pampa siempre se encontraba anegada, los comuneros
jóvenes se fueron los más viejos se quedaron, Rosendo presenciaba con
tristeza la disgregación de su comunidad, ante ellos para su pesar aún
más se presentaba la presencia de Amenábar que quería tenerlos como
esclavos para la explotación de su mina.

GOCES Y PENAS DE LA COCA.


Resulta que uno de los jóvenes comuneros se fue a trabajar a la selva,
con la finalidad de recoger coca, pero pasado cierto tiempo, las manos le
sangraban, después pasó al lampeo que tampoco resulto en conclusión
se adeudo la suma de 60 soles, se fugó y posteriormente fue encontrado.
Eran las peripecias que pasaban los comuneros que se iban en busca de
trabajo.
ROSENDO MAQUI EN LA CARCEL.
Rosendo en vista de la perdida de varias vacas de cría, dos bueyes de
labor y ahora tan pronto también se había perdido un toro, va en su
búsqueda a Umay, y a conversar con Álvaro Amenábar, y reclamarle
porque tiene a su ganado ahí, puesto que ya no había con que arar la
tierra, va acompañado de su regidor Artidoro Oteiza, a su llegada mira a
su toro que iba a ser señalado con la marca de Umay, Rosendo reclama a
los señaladores diciéndoles que ese toro tiene la marca de Rumi,
enseguida va al encuentro de Álvaro Amenábar, y sostienen una
conversación, “a que has venido” le dijo, don Rosendo le responde que
ha venido por el toro mulato y le dice además que tenga compasión
porque ya no tienen con que trabajar, y el Hacendado lo ataca a fustazos
y trompadas, sin lugar a dudas no tenía compasión de nada ni de nadie,
don Rosendo sangrando se aleja a lavarse la sangre y las heridas en un
riachuelo, conversa con Oteiza y le dice que se llevara el toro por lo cual
ingresa sin que nadie se diera cuenta en el corralón agarra al toro y
cuando está a punto de llevarse, un sonoro ¡alto! Remeció la noche, eran
dos hombres armados, que luego de llamarle ladrón, Rosendo es llevado
a la casa hacienda y encerrado en el calabozo. Amenábar pide mediante
oficio a la subprefectura que envié dos gendarme para que puedan
llevarse a un ladrón de ganados, inmediatamente Rosendo es llevado a la
cárcel y durante más de una semana permanece incomunicado.
Mientras tanto los comuneros, citan a reunión con la finalidad de someter
a elecciones y tener un nuevo alcalde y nuevos regidores es elegido
como alcalde Clemente Yacu y como regidor Artemio chauqui.
Pasado cinco días de prisión Rosendo es llevado a declarar ante el juez,
se presenta el joven abogado Correa Zavala como su defensor, era
acusado no solo de abigeato sino también por instigación a la muerte de
Iñiguez de tentativa de homicidio de don Álvaro Amenábar y
encubrimiento de los delitos del Fiero Vásquez.
VALENCIO EN YANAÑAHUI.
En la comunidad, todos se preguntaban que fue del Fiero Vásquez que
serían de los demás que lo acompañaban entre ellas estaba Casiana y
muchas de la mujeres cuyos maridos luchaban al lado del Fiero, solo se
escuchaban ráfagas de balas, de noche y de día, de pronto a lo lejos se
divisa aun hombre que entre en la comunidad todos miran que baja por la
escarpada, por otros caminos como desviándose, ¡es Valencio!, ¡es
Valencio!, gritan especialmente sus hermanas que lo reconocen,
efectivamente era él. Entrega dinero a las esposas de los comuneros que
luchan al lado de Fiero, se queda dormido y revisan su alforja en el cual
trae abundante dinero, y le dan comida, se queda dormido hasta el día
siguiente, y se queda a trabajar en la comunidad tal como el Fiero
Vásquez lo había ordenado.
HISTORIAS Y LANCES DE MINERIA.
Un comunero llamado Calixto Paucar, partió hacia el asiento minero
Navilca, en donde participa en una huelga organizado por los mineros, en
el cual es muerto y enterrado como anónimo pues nadie lo conocía.
EL BANDOLERO DOROTEO QUISPE.
Ya el Fiero Vásquez se encontraba en prisión, mientras tanto Doroteo
Quispe, se va hacia el norte lo siguen en su travesía: Eloy Condorumi,
uno apodado el Zarco, el Abogao y Emilio Laguna, encuentran al Mágico,
montando a caballo lo detienen, y le hacen recordar que es un traidor, que
por su culpa todo una comunidad está padeciendo y además es culpable
del encarcelamiento del Fiero Vázquez, el Mágico ruega que lo maten de
un tiro pero Doroteo y sus amigos lo llevan a un pantano donde es
muerto ahogado. El Mágico jamás tubo compasión de nada era justo su
muerte.
SANGRE DE CAUCHERIAS.
Augusto Maqui el nieto de Rosendo, partió a las caucherías de la selva, en
donde encuentra a Nabí una mujer de quince años de edad que es
maltratada por el recogedor de cauchos don Custodio Ordoñez, éste sufre
la ceguera de sus ojos un día cuando explosiono una bola de caucho, y
posteriormente muere por una flecha envenenada lanzado por uno de los
indios, y Augusto se queda con Mabi a la cual lleva a una cabaña a orillas
del bosque.
MUERTE DE ROSENDO MAQUI.
A Rosendo no le encontraron culpabilidad alguna, el joven abogado
Correa Zavala lo defendió a capa y espada, pero lo acusaron de sedición,
no era novedad para Rosendo y se sintió tranquilo, pues los que tienen
plata hacen los enredos decía, el mismo caso sucedía con el Fiero
Vásquez que también fue acusado de sedición para hacer más efectiva su
prisión, así que los dos fueron encarcelados en la misma celda. El Fiero
Vásquez recibe dinero enviado por el herrero mediante Correa Zavala,
también recibe un revolver que guarda inmediatamente, planifica su fuga,
pues Doroteo y los demás vendrán para ayudarlos, con el dinero recibido,
soborna a los gendarmes menos a los que paga Amenábar, saca los
candados de la celda con una ganzúa y logra fugar, sin antes oír una gran
tiroteo, Rosendo se vuelve a su lecho. Los gendarmes amargos regresan
a la celda donde se encuentra Rosendo y le reclaman porque no había
gritado y dado la alarma de la fuga, y lo golpean cruelmente hasta dejarlo
sin conciencia, poco después Rosendo fallece, el cuerpo es llevado en
estricta reserva para el entierro póstumo de una persona que siempre
quiso a su tierra y a su comunida
LORENZO MEDINA Y OTROS AMIGOS.
Dos amigos se reúnen en la plaza Neptuno de Lima, bebiendo pisco, si
notamos uno de ellos es Benito Castro aquel hijo adoptivo de don
Rosendo al cual él extrañaba, se encuentra con don Lorenzo Medina un
gran Dirigente Sindical, dialogan y don Lorenzo se lo lleva a trabajar al
Callao, en su bote, más tarde Benito le pide que le enseñara a leer pues
no sabía, don Lorenzo entonces le dijo yo te enseñare: A, B, C, D,
CH,……, Benito Castro ponía de ejemplo siempre a la comunidad de Rumi
y sobre todo a su Alcalde don Rosendo como ejemplo de organización
comunal, añoraba regresar, entonces le cuenta a don Lorenzo de cómo
había salido de Rumi en aquel entonces para aventurarse a otros lares:
“su padrastro se emborrachó en la fiesta de San Isidro, y se puso a gritar,
¡aquí en esta comunidad no debemos de permitir ningún indio mala
casta!, Yo botare al primero mala casta. Entonces fue a acogotar a Benito,
quien de un empellón lo tiro al suelo. Su padrastro saco su cuchilla y él la
suya, Benito se asombró de manejar también la hoja filuda. De primera
intención se hundió tan bien en el pecho del padrastro. Entonces como
no había cárcel y la iglesia donde habían de poner a los escasos presos,
estaba ocupado por los devotos, Benito fue encerrado en uno de los
cuartos de Rosendo Maqui”.
A la mañana siguiente don Rosendo, le hace huir sabiendo que no tiene
escapatoria. Así salió de la comunidad a penar por el mundo el tal Benito.
Todo era nostalgia en Benito y extraña su comunidad y a su viejo
Rosendo.
LA CABEZA DEL FIERO VÁSQUEZ.
Una Pastorcilla, encuentra la cabeza del Fiero Vásquez entre unos
matorrales, el Juez y el subprefecto de la zona vienen y constatan que
efectivamente la cabeza encontrada es la del Fiero Vásquez, cuando le
hicieron el reconocimiento médico legal también dijeron lo mismo.
Mientras en Yanañahui Casiana enterada de la noticia lloraba
desconsoladamente.
EL NUEVO ENCUENTRO.
Juan Medrano el hijo del Regidor Porfirio Medrano, acompañada de su
familia se va a ceja de selva ahí un hacendado le da tierras en arriendo y
donde construir una casa, conoce a más gente de la zona, efectuada la
cosecha viene don Ricardo el hacendado se lleva más de la mitad de la
cosecha siendo esto un abuso, pero Juan pensó: “que cultivar la tierra
era la mejor manera de ser hombre.”
SUMALLACTA Y UNOS FUTRES RAROS.
A Demetrio Sumallacta uno de los comuneros de Rumi, los sorprenden un
día tres futres (personas presumidas), uno de ellos es un pintor y le
ofrece que modelara al lado de su antara y le ofrece veinte soles diario, se
sorprende y lo lleva a su cuarto de su hotel donde tiene varias pinturas
en especial uno de Maguey el cual llama su atención y dice que tiene uno
en frente de sus casa y reproducido piensa que el “maguey respiraba”.
REGRESO DE BENITO CASTRO.
Benito Castro extrañaba su comunidad y un día de aquellos decide
regresar monta en su caballo y trepa las quebradas ya se hace noche en
la oscuridad divisa la comunidad de Rumi, pero no encuentra nada en la
casa donde vivió don Rosendo solo era criadero de chanchos o sea un
chiquero echa a llorar en su soledad y duerme. Al día siguiente pregunta a
la única familia que viven allí y le manifiestan que don Álvaro Amenábar le
ha ganado un juicio y que todos los comuneros se encuentran en
Yanañahui. Inmediatamente se dirige hacia la meseta del Yanañahui, al
entrar la primera que lo reconoce es la Juanacha su hermana, y lo rodean
todos los comuneros, y solicita conversar con el Alcalde Clemente Yacu,
quien se encuentra enfermo, al encontrarse con Benito Yacu le cuenta
todas las atrocidades cometidas por don Álvaro Amenábar, pero lo que
más siente es la muerte de su Alcalde don Rosendo Maqui, con un
profundo pesar Benito abandona la casa de Yacu para dormir, sin antes
sentirse triste por Rosendo, pero medita y piensa de que no ha muerto
vive allí entre los comuneros entre sus siembras y cosechas entre la
multitud. Entonces se siente tranquilo.
ALGUNOS DIAS.
A la mañana siguiente despertó Benito, esos dos días le resultaban como
si hubiera vivido todo una vida, lamentó el éxodo, todos los comuneros le
rodearon contándole sus penas, sus vidas, el considero de que no había
venido como “mandón”, pero algo se podía hacer para aliviar las penas.
Poco después seguido de Inocencio se fueron hasta las ruinas, y luego
cruzó toda la pampa llegando hasta la laguna. Pide permiso a Yacu para ir
al pueblo y entrevistarse con el abogado Correa Zavala, a su retorno
galopa con una rapidez y una algarabía gritando ¡ganó la comunida!
¡Ganó la comunida! Tengo que darles una buena noticia dijo. “La Corte
Superior de Justicia ha fallado reconociendo el derecho de la comunidad
a disfrutar de las tierras que ocupa”, el Doctor Zavala cree que es seguro
que el gamonal apelara ante la Corte Suprema, pero ganaremos también.
Eso es todo. Ya podemos cultivar la tierra tranquila como la mayor
bendición. La comunidad festejo se alegraron. A la mañana siguiente
Benito seguido de Inocencio que hacía de vaquero, se van por sobre el
pampón y visitan las ruinas Inocencio le manifiesta que podía hacer fértil
el pampón que todo el verano para seco si las aguas de las lagunas se
desviarán, Benito responde afirmativamente y también manifiesta que en
las ruinas se podría hacer buenas casas pues allí no corre mucho viento,
y que el chacho y de la mujer que sale de laguna es puro cuento. Toma
como esposa a Maguicha.
NUEVAS TAREAS COMUNALES.
Benito fue elegido regidor, deseaba abatir la superstición y realizar las
tareas que habían pensado con Porfirio. Somete a una reunión y la gente
se opone, pero él se declara el único culpable si algo llegara a suceder.
Con la ayuda de dinamita vuela parte de la tierra de la laguna, desviando
su cauce hacia el pampón que lucía seco, la comunidad fue a ver y dijeron
que ¡traerá desgracia!
Clemente Yacu, presionado por algunos comuneros llama a una reunión
por las acciones que Benito realiza, todos acuden, culpan a Benito sobre
las desgracias que pudiera traer el haber tocado la laguna y también las
ruinas, solicitan la expulsión de Benito de la comunidad. Benito responde
que él no ha venido a traer desgracias, eso de la existencia de la mujer de
la laguna y del chacho son simple supersticiones, pues no había pasado
nada, solamente dijo, organizándonos progresaremos, como lo dijo
Rosendo, aquí construiremos una escuela para derrotar la ignorancia es
tiempo de hacer no podemos esperar dijo. Poco después de un año ya el
pampón, producía frutos, las casas se construyeron, y posteriormente la
escuela, sin lugar a dudas todo había cambiado para la comunidad.
Entretanto Clemente Yacu enferma más y designan a Benito como nuevo
alcalde.
¿ADONDE? ¿ADONDE?
“¡El indio es un Cristo clavado en una cruz de abuso! ¡Ah, cruz maldita!
¡Ah, cruz que no se cansa de estirar los brazos!”.
Los que manda se justifican diciendo: “Váyanse a otra parte el mundo es
ancho”. Cierto, es ancho. Pero yo comuneros conozco el mundo ancho
donde nosotros los pobres, solemos vivir. Y yo les digo con toda verdad
que para nosotros los pobres, el mundo es ancho pero ajeno. Tales eran
las palabras de Artemio Chauqui y Benito Castro. Puesto que la ley les
había sido contraria, y con un fallo se les quería mandar a la esclavitud, a
la misma muerte. Álvaro Amenábar el gamonal quería llevarles a su mina
primeramente.
El pueblo comunero al mando de Benito Castro, su alcalde se preparaba
para un enfrentamiento, preparan sus rifles, se acomodan en las alturas
de los cerros con la finalidad de arrojar piedras. Vienen los gamonales
con los policías y el pueblo comunero de Yanañahui arremete contra ellos
y vence, hay caídos de ambos bandos, los muertos son enterrados entre
sollozos. Acude un batallón en camiones con la finalidad de eliminar los
focos de resistencia marchan, suenan las balas, los comuneros lanzan
piedras, la metralla barre los roquedales hay muertos, Benito llega con la
cara, la ropa y las manos rojas. Se ha manchado atendiendo a sus
compañeros. Cae frente a su casa llamando a su mujer y su hijo.
Váyanse, váyanse, alcanza a decir el hombre rendido ronco, frenético
demandando la vida de su mujer y su hijo. ¿Adónde iremos? ¿Adonde?
Implora maguicha mirando con los ojos locos al marido, al hijo, al mundo,
a su soledad. Ella no lo sabe y Benito ha muerto ya.

Personajes principales
Rosendo Maqui: alcalde de Rumi, no le gustan los enfrentamientos
físicos, es buena persona. Sin embargo, es acusado de robo de ganado y
asesinado a golpes.
Don Álvaro Amenábar: hacendado de Umay, tiene un carácter rudo y
ambicioso, solo desea hacer a los comuneros sus esclavos. Sobornó a
jueces y testigos para que el alcalde de Rumi perdiera a su comunidad.
Benito Castro: hijo adoptivo de Rosendo Maqui, es un hombre de carácter
fuerte y valiente, que participó en la represión de guerrilleros de
Cajamarca. Regresa a Rumi luego de 16 años y lidera a los comuneros
para defender a su pueblo.
Personajes secundarios
Bismarck Ruiz: un abogado fanático del alcohol, sobornado por
Amenábar para no defender a la comunidad de Rumi.
Pascuala: esposa de Rosendo, fallece al inicio del relato debido a su
avanzada edad.
Anselmo "el tullido": es criado por Rosendo y Pascuala, se trata de un
indio inválido que, tras llegar a la Yanañahui no soporta el clima frío y
tiempo después, fallece.
Fiero Vázquez: su nombre corresponde a “ el picado de viruelas” , es un
temido bandolero de la región que comparte celda con Rosendo Maqui y
posteriormente, logra huir. Sin embargo, tiempo después muere de
manera misteriosa.
Clemente Yacu: tiene buen sentido de humor, es arrogante y posee
conocimientos sobre los tipos de suelos, especialmente en lo que
respecta a cultivos.
Porfirio Medrano: es el regidor de Rumi, fue despojado de su rifle usado
para cazar venados. Era un montonero azul y muere defendiendo la
comunidad de Yanañahui.

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