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PROCESOS DE TRABAJO PARA LA PRESENTACIÓN DE “LA VERDAD”.
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- “Legal Archive”: Instalación Documental, 2008, que reune los miles de
expedientes judiciales presentados por tradajadores emigrantes que como
víctimas de accidentes laborales quedaron discapacitados y cuyas demandas
fueron defendidas durante años por el abogado laboral Zhou Litai.
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En la exposición además de los trabajos propiamente dichos, se presentaban los
numerosos elementos de la investigación: archivos de recopilación y clasificación,
documentos legales, fotos de los procesos, trozos de películas, series de fotos que
siguen un discurso documental, impresos oficiales, burocracia, etc. El trabajo es
impactante y sobrecogedor, pero Li Yifan aclara que él no pretende conmocionar a la
gente ni desestabilizar la sociedad sino formar una nueva conciencia sobre las clases
desfavorecidas y marginadas y establecer una nueva forma de autocrítica social.
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Próximamente: un profundo desarrollo del “Archive Art” y de los procesos de
documentación e investigación en China…
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Otras manifestaciones de la subversión urbana como el grafiti -tan común en los países
occidentales- apenas se ven en China, y las raras veces que existen, los equipos de
limpieza municipales se encargan de eliminarlo con la mayor rapidez posible siguiendo
unas claras instrucciones que priorizan esta acción sobre cualquiera otra de sus
actividades diarias. A pesar de ello, desde mediados de los 90’s Zhang Dali ( 张大力 ,
Harbin, 1964) centró su atención en las ruinas urbanas que de forma efímera subsisten
adyacentes a los nuevos edificios modernos recién construidos.
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Zhang Dali (张大力): “Grafitis”. Beijing 1995-2003.
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Como víctimas de la globalización y de la desgarradora urbanización a las que están
sometidas hoy las ciudades chinas, estos edificios en ruinas son los testigos más fieles
de los vertiginosos cambios que está experimentando el paisaje urbano. Mediante la
intervención directa con grafitis, Zhang Dali personifica a estos viejos moribundos y los
dota de voz para que aporten sus testimonios sobre los cambios urbanos que han
acontecido en China en el cambio del milenio. Sus intervenciones responden siempre a
una misma tipología: un grafiti que se corresponde con su propio perfil y que en
muchas ocasiones se vacía de su interior a modo de “gate” para permitir la visión de
los edificios modernos que quedan detrás. Fue quien introdujo el grafiti en China como
un nuevo lenguaje de arte público y durante años estuvo operando desde el
anonimato, llegando a intervenir en más de 2.000 puntos sólo en la ciudad de Pekín.
Recopiladas sus intervenciones en formato fotográfico, identifican en forma de
“mapping” los múltiples puntos de la ciudad que están siendo objeto de derribo y
transformación, y se exponen en secuencias que asemejan un documental en el que
cada una de los lugares referenciados cuenta su historia, su experiencia, y nos ofrecen
su opinión particular sobre la convivencia y los conflictos de la modernidad con el
entorno histórico, tradicional y autóctono de las ciudades chinas.
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“What are you doing here?”, “Whose Utopía?”, son dos de los títulos que conforman el
vídeo de una de sus últimas producciones. En éste rastrea las condiciones sociales de
los trabajadores de una fábrica de bombillas de Guangdong, y nos muestra la realidad
de la vida de las típicas empresas occidentales instaladas en China y que, atraídas por
los bajos sueldos y bajos costes de las materias primas, son las responsables de la
integración del país en la economía globalizada. En el presente de la abundancia
económica que se vive en China y en la sociedad en la que la identidad del individuo ha
pasado a ser sólo un elemento que integra las estadísticas sociales, Cao Fei irrumpe
con un film en que invita a los operarios de dicha fábrica a interpretar la música que
ellos elijan de la forma que prefieran. Un momento de espontaneidad que contrasta de
lleno con la monotonía de la línea de producción y que ofrece a estos simples
trabajadores - los pilares anónimos de la actual economía del gigante asiático
subordinados a grupos de poder que para ellos no tienen ni cara ni aspecto-, la
posibilidad simplemente de… expresarse.
Cao Fei (曹斐): “Whose Utopia?”. Vídeo. Siemens Art Project 2006.
Las vanguardias artísticas chinas que, intentando seguir las corrientes internacionales
del mundo del arte, surgieron tras la muerte de Mao y el inicio de las reformas de
1978, fueron prohibidas y perseguidas durante años, sin poder manifestarse ni
exhibirse en ninguno de los espacios oficiales, y reducidas sólo al ámbito doméstico por
ser catalogadas de ilegales. Consciente el gobierno de que no podría seguir
contrarrestando el efecto de las nuevas corrientes de pensamiento, decidió elevar
estas nuevas manifestaciones a categoría de “públicas”, permitiendo en febrero de
1989 la exposición “China/ Avant-Garde Exhibition”, con el objetivo de mantener estas
nuevas manifestaciones bajo su control.
Fueron varios los artistas a los que se les permitió que su creación abandonara la
etiqueta de ilegal para disfrutar de su nuevo estatus de público. Entre ellos Xiao Lu y
Tang Song ( 肖 鲁 , 唐 宋 , Beijing, 1962), una pareja de jóvenes artistas recién
licenciados en la Central Academy of Fine Arts de Beijing que expusieron su obra
“Diálogo”, una instalación compuesta por un espejo central que separaba dos cabinas
telefónicas desde cuyo interior un hombre y una mujer mantenían una conversación.
Durante la ceremonia de apertura del 5 de Febrero de 1989, Xiao Lu irrumpió en la
sala armada con una pistola, y tras realizar dos disparos sobre su propia obra pasó la
pistola a su novio Tang Song y se dio a la fuga.
Xiao Lu (肖鲁): “Diálogo”. Instalación y Performance. Imágenes del disparo. Exposición China Avant Garde.
Beijing 5 Febrero 1989.
Entre los compradores que adquirieron los bonos de Sun Ping se encontraban los más
destacados artistas de la época -incluidas las futuras estrellas como Wang Guangyi,
Zhang Xiaogang, Li Xianting- a los que se les requirió que confeccionasen su propia
"moneda" mediante obras artísticas con el fin de canjearlas por los "títulos de las
acciones", y participar en la firma de la pancarta publicitaria que anunciaba la venta de
acciones y que constituiría uno de los primeros ejemplos de “Culture Jamming” que
aparecería en la escena artística china. Con esta performance Sun Ping se aliaba con la
deriva para colarse en el embrionario contexto económico de China pronosticando una
rampante capitalización de la escena artística china que el paso del tiempo ha
terminado confirmando.
Sun Ping ( 孙平 ): “Stock Issues”. Performance. Monedas creadas por los artistas participantes. Shenzhen,
1992.
Sun Ping consiguió burlar en varias ocasiones las restricciones del gobierno realizando
performances y editando revistas de arte contemporáneo que se presentaban
enmascaradas bajo enunciados y contenidos económicos, pues era el comercio la una
actividad social con la que el gobierno no interferiría durante la primera mitad de la
década de los 90’s. Al amparo de las restricciones sociales, los artistas, que muchas
veces contaban sólo con su propio cuerpo como instrumento artístico, hicieron de las
performances una de las aportaciones más dinámicas y creativas del arte chino al
discurso actual del arte. Consolidados artistas como Zhang Huan, Ma Liuming o Zhu
Ming se iniciarían en esta época experimentando con su propio cuerpo para incidir en
la memoria colectiva y provocar la reflexión sobre los vertiginosos cambios que el país
empezaba a experimentar.
La misma acción la repitió a la mañana siguiente sobre la superficie helada del lago
Hou Hai, donde apenas fue capaz de provocar ligeros cambios con su aliento sobre la
superficie helada. Este contraste apunta a la relación entre el ser humano y su
entorno. Usando su cuerpo intenta alterar el material de la ciudad, aunque los efectos
apenas sean visibles, y pone en juego la relación antagónica del lugar -con sus
connotaciones políticas y de poder-, con la relativa fragilidad del individuo. La
condición política de Tiananmen puede transformarse y puede devenir en cambios para
la sociedad, pero Hou Hai, que sutilmente simboliza la vida cotidiana, no puede sino
permanecer en una especie de existencia inmutable.
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Song Dong (宋冬): “Breathing”. Performance en Hou Hai. Beijing. 1996.
Con “Breathing” Song Dong trata de descubrir el papel y el lugar del individuo en una
sociedad que empezaba a experimentar uno de los cambios más excitantes de su
historia: el individuo como entidad social, y su deriva más allá de los de los límites de
la familia y del poder del estado.
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Poster del evento.
Los actos han sido organizados por Gao Minglu, quien fuera comisario de aquella muestra en 1989, y se han
programado 3 diferentes eventos para esa fecha:
- En le Wall Art Museum (Sala de exposiciones de CAFA), se presentará una exposición archivo-
documentación sobre el arte contemporáneo chino en los últimos 20 años. Fecha: 5 Junio 2009, de
10 am a 7 pm.
- En el Today Art Museum la exposición “Los 7 Pecados Capitales” presentará un recorrido por
aquella mítica exposición de 1989. Fecha: 5 Junio 2009, de 11 am a 2 pm.
- En el Hall nº 5 del National Agriculture Exhibition Center se celebrará la Ceremonia del
Aniversario, Fecha: 5 Junio 2009, de 3pm a 5 pm.
http://en.artintern.net/index.php/news/main/html/1/745
Las
ARTE PÚBLICO Y ESPACIO PÚBLICO EN LA CHINA COMUNISTA.
Las espectaculares imágenes de la ciudad de Beijing que todo el planeta pudo seguir
durante el desarrollo de los Juegos Olímpicos del pasado agosto no dejan lugar a
dudas: China es un país moderno, civilizado, potente y abierto al mundo. El papel que
han jugado los equipos de arquitectos chinos y, principalmente, otros internacionales
de renombrado prestigio han resultado de especial importancia, y la opinión
internacional ha quedado deslumbrada ante semejante evidencia de derroche de
creatividad, poder y capacidad económica. La ingente inversión económica y humana
con la que el gobierno del Partido Comunista planificó la remodelación de la ciudad y la
realización del evento han sido altamente rentabilizadas: la opinión mundial sobre
China ha cambiado, a pesar de que otros acontecimientos paralelos como las
reivindicaciones del Tíbet se les escaparan de las manos y amenazasen con enturbiar y
poner en riesgo uno de los mayores proyectos mediáticos de la historia de la
humanidad.
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Estadio Olímpico, conocido como el Nido, por su estructura de vigas entrecruzadas, obra del estudio de
arquitectura suizo Herzog & de Meuron, con el asesoramiento del artista chino Ai Weiwei. 2008.
Desde los años 90’s hasta hoy, la construcción a gran escala constituye uno de los
fenómenos de la China actual. Se está pasando de una transición que va de la ciudad
industrial a la postindustrial, esto supone un proceso constructivo sin precedentes y se
hacen grandes esfuerzos para la mejora del entorno urbano y de las condiciones de
vida. La arquitectura china se ha transformado en el centro del panorama mundial.
Profesionales de todo el mundo proyectan y construyen en China, lo que ha convertido
al país en un laboratorio mundial en esta disciplina. El Gobierno Chino ha hecho de la
monumental arquitectura del Siglo XXI su etiqueta particular de “arte público” con la
que pretende presentar al mundo la imagen de “La Nueva China”.
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Nueva sede de la CCTV (Televisión Central China), un rascacielos en forma de tres L entrelazadas, de 230
metros de altura, ideado por el holandés Rem Koolhas y el alemán Ole Scheeren, del estudio Office for
Metropolitan Architecture. 2008.
Pero la importancia del papel del “arte público” no es nueva para el Partido Comunista Chino.
Desde su llegada el poder en 1949 más de diez mil obras de arte público se han creado a lo largo
de toda China. Son obras que van desde esculturas del omnipresente Presidente Mao, a inmensos
monumentos y murales en conmemoración de los levantamientos revolucionarios. Obras con una
estética influenciada por el realismo socialista soviético que reflejan momentos históricos o
ensalzan la variedad étnica del país, su folclore, y las victorias militares de los comunistas sobre
los nacionalistas. Y desde los años 90’s, también obras abstractas inspiradas en las tendencias
artísticas internacionales.
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Escultura de Mao y Monumento a los Héroes, ambas en la Plaza de Tianamen. 1978.
Pareciera pues que en China el arte público haya cambiado solamente el formato de la
escultura monumental por el de la arquitectura megalítica. Nada más lejos de la
realidad; lo que realmente ha cambiado es el target al que va dirigido el arte público.
La inversión en arte público ya no es una herramienta de propaganda partidista
dirigida a sus ciudadanos, sino que, siendo conscientes de que ante la comunidad
globalizada son el centro de atención, esa propaganda va dirigida a una audiencia
global y una comunidad internacional.
Pero el proceso de apertura económica que se inició tras la muerte de Mao en 1977 conllevó la
aparición de una creciente sociedad de consumo que comenzó a reivindicar la utilización del
espacio público para otros fines que no fuesen sólo los oficiales. El espíritu de las reformas, que
tenía mucho de económico pero poco de social y político, provocó que estudiantes, intelectuales
y obreros de las ciudades, descontentos con que los únicos beneficiarios de las reformas fuesen
los campesinos, empezaran a organizarse y a movilizarse como grupos urbanos que, movidos por
el pulso de la inteligencia colectiva, culminaron sus protestas en Mayo de 1989 en la plaza de
Tiananmen. Aprovechando la presencia de los medios de comunicación internacionales
concentrados por la visita en esos días de Mijail Gorvachov, miles de manifestantes ocuparon la
plaza y emprendieron una huelga de hambre que se prolongo durante tres semanas, pidiendo
reformas para a la libertad de expresión y un diálogo formal entre las autoridades y los
representantes de la población civil. El punto álgido de las protestas, lo constituyó la exhibición
en plena plaza de “La Diosa de la Democracia”: una escultura que fue construida in situ por los
estudiantes de la Academia de Artes de Pekín mediante un armazón metálico cubierto por
poliestireno y pasta de papel y que alcanzaría la altura de 10 metros, con el fin de desafiar a la
foto Mao que preside la plaza de Tiananmen, y con la intención de que el gobierno sólo pudiese
destruirla bajo la mirada de la prensa internacional.
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Construcción y Exposición de “La Diosa de la Democracia”. Junio 1989.
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Llegado el punto en el que el gobierno no soportó el desafío, ordenó la entrada de los tanques en
la plaza. La estatua era un punto central de la manifestación, y por eso el ejército la destruyó en
la madrugada del 5 de junio. La eliminación de la protesta se vio simbolizada en los medios de
comunicación occidentales por la fotografía de un manifestante solitario, que, en la mañana del
5 de junio, se plantó frente a una columna de tanques deteniendo su avance. Como si de una
performance subversiva se tratara, el hombre continuó de pie desafiante frente a los tanques
durante media hora antes de ser expulsado del lugar en una escena que recorrió las portadas de
la prensa de todo el mundo y que conllevó que la Revista Times eligiera a aquel anónimo
ciudadano chino como una de las cien personas más influyentes del siglo XX.
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Fotografía de “El Hombre Solitario Ante los Tanques de Tiananmen” en Junio de 1989.
Pero sin duda el gran ganador del episodio no fue otro que “el arte”, que tras los
dramáticos sucesos ahora cuenta con dos nuevos frentes bien diferenciados:
Por una parte el “arte público oficial” o institucional que, por suponer como decía el garante de
su imagen internacional, goza del respaldo del gobierno, y cuenta con unos presupuestos y una
creatividad a su servicio sin precedentes; y por la otra parte el “arte público alternativo” o social
que, haciendo uso de espacios ilegales o alegales ha visto como las intervenciones públicas de
artistas en el espacio urbano se han sucedido cada vez más, con la intención de implicar
activamente a la ciudadanía para reflexionar sobre el sistema, el cambio al que están sometidas
sus ciudades y la forma en la que se utiliza el espacio urbano.
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Ai Weiwei (艾未未) "Study of Perspective - Tian An Men" 1997. b/w print. 51 x 61 cm / 90 x 127 cm
El pasado sábado se inauguró en la galería PKM del distrito artístico de Caochangdi de Beijing una
muestra con los nuevos trabajos del famoso artista fotográfico Wang Qingsong ( 王 庆 松 ,
1966), su primera exposición individual en China en 8 años. La incógnita sobre con qué
sorprendería este artista - consolidado gracias a sus series fotográficas en las que echando mano
de la iconografía cultural china planteaba como integrar tradición y modernidad - en una galería
como PKM – espacio de financiación coreana dedicado exclusivamente al conceptualismo extremo
más vanguardista del siglo XXI -, esa incógnita, decíamos, es la que ha mantenido en vilo la
última semana a todos los seguidores de la escena artística en la capital china.
La sorpresa no defraudó a nadie: El interior de la primera sala de la galería, una mega nave de dimensiones
extravagantes con una altura que supera los 10 metros y soportada por una tosca estructura de columnas y
dinteles, había sido rebozado en su totalidad por la ya familiar lona de rayas rojas, azules y blancas que se
utiliza a modo de cubreandamios en la mayoría de edificios que en Beijing se encuentran en construcción o
remodelación de cara a las próximas olimpiadas. Sobre la lona, el artista había plasmado algunas pinturas
difusas representativas de la historia del arte tanto oriental como occidental.
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Unas escaleras forradas de una espuma esponjosa que las hacía intransitables, conducían hasta una sala
superior donde se exhibían dos series fotográficas en formato gigante: la primera serie eran tres imágenes de
la sala principal, en las que el espectador podía contemplar el antes y el después de lo que ya había visto, ...
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...y la segunda serie, otras tres fotografías del interior de un vagón de tren de "asiento duro", a rebosar de
viajeros chinos de las clases más desfavorecidas que, saltando de proyecto en proyecto arquitectónico, utilizan
unos grandes bolsos construidos por la misma lona trirayada para transportar su escasa pertenencias. Una no
se sabe si deficiente o estudiada iluminación de esta sala, provocaba el reflejo del espectador en las
fotografías integrándole y haciéndole participar de lo que estaba contemplando.
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Para terminar el recorrido, se accedía a un tercer espacio a modo de cuarto oscuro donde finalmente varios
reproductores de vídeo proyectaban en directo las imágenes de lo que estaba ocurriendo en la sala principal de
entrada a la galería.
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Un excelente corte de mangas a críticos y comentaristas, quienes, familiarizados ya con la obra de Wang
Qingsong, esperaban encontrarse con budas devorando hamburguesas y tiranizados por sus tamagotchis, o
con iconos revolucionarios seduciendo a concubinas ataviadas con tacones y bolsos de Yves Saint Laurent
(e.p.d.) en idílicos estanques llenos de coca-cola.
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La gente va cambiando, decían algunos de los asistentes. Y es cierto. Con esta muestra Wang Qingsong hace
un alto en el camino para pararse a reflexionar en qué forma la China del presente es un gigante en
construcción permanente. Así que los comentaristas que acudieron a la muestra con un guión preconcebido,
no tendrán otro remedio que revisarlo a conciencia, y sentarse a escribir para dar testimonio de esta exhibición
con toda la amplitud que se merece, procurando no desatender la totalidad de aspectos que de ella se derivan,
ni las cuestiones que Qingsong nos plantea una vez más:
1.- En cuanto al artista, cual ha sido su detonante para abandonar la revisión del consumismo y la carga
política que se desprendían de un colorativo y figurativo “gaudy art”, y embarcarse en una línea a caballo
entre el arte conceptual y el espectáculo.
2.- En cuanto a la galería, como encajar la mega obra de Wang Qingsong dentro de su línea, inscrita en el más
puro conceptualismo estético y altamente depurado.
3.- En cuanto al contexto artístico, qué está pasando en China, y más concretamente en Pekín para que dos
trayectorias tan asintóticas como lo son la de Wang Qingson y PKM Gallery, encuentren un nexo de unión
que para ambas represente a su vez un punto de inflexión.
4.- En cuanto a la obra, cual es su intencionalidad al utilizar los elementos más banales del paisaje urbano
para crear una instalación en la que, en definitiva, el propio espectador acabe atrapado en el bucle en el que la
obra se resuelve.
5.- En cuanto al proceso creativo, cómo concibe el artista esta obra para conseguir que el espectador no cese
de plantearse interrogantes sobre un elemento que tiene ya totalmente asumido y que, por el simple hecho de
formar parte de su vida rutinaria, nunca le haya despertado el más mínimo interés.
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Wang Qingsong nunca se ha caracterizado por aportar soluciones, sino más bien por plantear cuestiones,
siempre relativas a la vorágine de cambios a la que la población china se ha visto abocada en las tres últimas
décadas. La gente va cambiando, China también, y el arte, no se queda atrás. Con “Precaución”, Wang
Qingsong nos desvela algunas de las claves de esos cambios. El arte chino no se para, y para nuestra
satisfacción, no deja de sorprendernos. Sin duda, los próximos juegos van a posicionar en la línea de salida a
una nueva China y un nuevo arte, ya de por sí inmersos en un proceso de mutación imparable. Lo que el arte y
los artistas chinos nos tienen preparado para esa nueva andadura todavía está por ver, pero es seguro que se
hablará de una China y un arte preolímpico, y una China y un arte postolímpico. Wang Qingsong nos ofrece
un avance de lo que nos espera. Bienvenidos los críticos, comentaristas y analistas que se atrevan a aportarnos
las pautas y referencias oportunas para que esos cambios los podamos interpretar.
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07/06/2008 12:04 beijingdangdaiyishu Enlace permanente. Pekín, Arte y Vida Hay4 comentarios.
En esta serie de obras, Huang Yan utiliza para pintar los paisajes sobre los cuerpos
humanos unas técnicas totalmente establecidas en el paisajismo tradicional chino:
tinta y agua, golpe de pincel, líneas y trazos espontáneos, fondos suaves en base a
pigmentos minerales característicos de las diferentes zonas geográficas de China,
salpicaduras aparentemente ocasionales que complementan las superficies del paisaje,
además de un fondo blanquecino para simular la textura del papel de arroz. Y todo ello
con el fin de crear una composición, que, al más puro estilo de la pintura china
tradicional, sea capaz de reconducir suavemente la mirada del espectador a lo largo de
toda la obra con el fin de disfrutar de cada una de sus partes, como si de
composiciones diferentes se tratara, y con la suerte de que las superficies curvas de la
anatomía humana le proporcionan un soporte que añade una sugerente profundidad a
la composición.
Huang Yan (黄岩)
”Boby Shanshui Tatoo”,2001
Serie 6 fotografías, 69,85x80,01 cm c/u
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Notas:
(1) El término “Shanshui (山水)” cuya traducción literal es “Montañas y Agua” fue acuñado ya
desde el siglo X por los monjes paisajistas de la secta budista Chan, que con posterioridad será
conocida como Zen en Japón. Tal denominación hacía referencia a sus composiciones
paisajísticas en base a sólo tinta y agua, en las que utilizaban un lenguaje descriptivo para
mostrar todos los elementos del paisaje. Estos artesanos del paisaje, mediante sus obras,
exploraban la manipulación del nivel de la mirada, y para ello trabajaban en formatos de gran
altura, pero restringidos en su longitud, en los que se establecían varios niveles de visión con la
pretensión de que la mirada del espectador se eleve de forma continuada dirigida por habilidosas
compensaciones entre la línea y el tono, que son las que dan el equilibrio compositivo a la obra.
Se obtienen así composiciones que pueden ser interpretadas desde diferentes puntos de
observación, que dispersan la mirada por toda la extensión de la composición, con el fin de
conseguir la evasión y la recreación del espectador en el paisaje.
Esteban Andueza.
中国北京,2008 年 03 月
21/03/2008 10:36 beijingdangdaiyishu Enlace permanente. Cultura del Arte Hay 4 comentarios.
Desde el inicio de la 2ª mitad del siglo XX, el arte chino se vio fuertemente
influenciado por la estética soviética que había sido adoptada por el Partido Comunista
como instrumento de propaganda político. Mao dejó bien claro que lo que le interesaba
no era una “revolución artística”, sino más bien un “arte revolucionario”, y ya desde el
foro de Yan’an de 1942 marcaría las pautas para que toda producción artística y
cultural se dispusiera siempre al servicio de los intereses del partido, de la educación
de las masas, y, en definitiva, de la dictadura del proletariado. De esta forma, la época
Mao supone una brecha insalvable en la historia de un país con más de 4.000 años de
tradición artística: queda abortado cualquier debate sobre las actitudes artísticas que
pudiera haber surgido en el campo del arte chino en épocas anteriores a su llegada al
poder, y, además, cierra el acceso a las nuevas conceptualizaciones estéticas que
estaban ganando terreno en occidente, y redefiniendo el papel del arte, del artista y de
la obra.
El panorama artístico chino en la época maoísta, y particularmente en la Revolución
Cultural (1966-1976), se verá invadido por una inmensa producción de arte ideológico
con tintes nacionalistas, basado en una iconografía antitradicional y antioccidental,
constituida mayoritariamente por posters propagandísticos con una estética de
“realidad utopizada”. En estas producciones lo que se representa es ni más ni menos
que eso, el objeto o concepto que se pretende representar: Mao es un dios, y aparece
como un dios; las masas son masas y aparecen como instrumentos al servicio del
combate ideológico; y los slogans, claros y concisos, sólo tienen una lectura posible: la
de alienarse al servicio del partido.
Poster Revolucionario
”Avancemos hacia la Victoria, siguiendo la Línea Revolucionaria del Presidente Mao en la Literatura y Las Artes ”
1968.
Desde que estos nuevos artistas abonaran el terreno para el debate sobre el papel del
arte y focalizaran sus creaciones en la relación entre “obra”, “artista” y “sociedad”, las
vanguardias chinas que se han desarrollado con la llegada de la modernidad se han
esforzado por expresar de forma subjetiva lo que se esconde tras a apariencia de las
cosas, y han dado pie a que el arte conceptual encuentre en los nuevos creadores de
este país a sus mejores aliados: Durante los años 90, Cang Xin (苍鑫) expresa sus
dudas sobre su misma supervivencia en el entorno que le rodea, y con sus propias
experiencias utiliza su propio cuerpo y su propia imagen para reflexionar acerca de los
conceptos existentes sobre el arte, la identidad del artista y el espíritu del
mundo.Actuando como un chamán, representa una comunión religiosa entre “artista”,
“objeto” y “lugar”, al explorar con su propia lengua los materiales presentes en el día a
día de la humanidad, en una serie de fotografías en las que ninguno de los objetos es
lo que parece, sino más bien aquello que representa: Una brújula no es la brújula sino
la concepción humana del espacio; un libro no es un libro sino la misma expresión de
la historia; una vela encendida no es una vela encendida, sino un haz de energía que
partiendo de la tierra pretende comunicarse con el cielo; una rosa no es una rosa sino
la concepción de la estética y la belleza; un bronce no es un bronce sino la
inmortalización de la tradición milenaria; un caparazón de tortuga no es un caparazón
de tortuga sino la consistencia y durabilidad de la naturaleza….. y ante todas ellas se
interpone el alma del artista detrás de una perspectiva ritual, ancestral y espiritual.
Cang Xin (苍鑫)
”Communication Series Nº2”,1995
Fotografía. 60 x 50 cm, c/u
La modernidad a la que nos referimos, que llega a finales de los 80 y fragua tras los
acontecimientos de Tiananmen de 1989, comenzó a romper los códigos artísticos
herederos de los estilos tradicionales y figurativos, los cuales habían sido establecidos
por el fuerte academicismo que ha dominado al estética del arte chino a lo largo de su
historia. La pintura tradicional china surgió hace milenios como una rama
independiente de la caligrafía, fundamentada sobre los cuatro elementos básicos del
arte chino: “la tinta”, “el pincel”, “el papel” y “el tintero”. Su expresión principal es “el
trazo”, en cuya ejecución y espontaneidad queda desvelado el carácter más personal
e íntimo del artista, ofreciendo como resultado bellos paisajes en los que las
tonalidades de la tinta y el agua se combinan con el efecto de los trazos, creando así
unas atmósferas místicas, apacibles y eternas.
En el paisajismo chino se había originado un debate sobre la confrontación entre
oriente y occidente ya con anterioridad a la llegada del comunismo, cuando los
pintores chinos empiezan a contemplar las ideas occidentales sobre la representación
ligada a la geometría, las formas tridimensionales y el tratamiento de la materia. En
los años 90 Xu Bing (徐冰) además se planteó la recuperación del “proceso” y su
retención en la obra como parte final del trabajo. Rompe así totalmente con el
academicismo del paisaje y crea una obra que además de ser un paisaje chino
tradicional sin la necesidad de acudir a los elementos tradicionales de la tinta y el
pincel, hace partícipe al espectador al descubrirle los materiales de la composición y el
proceso de elaboración. Todo un ejemplo de arte povera en el que mostrando las
ramas, pajas, algodones y resto de elementos que toman la configuración de las
montañas, árboles y ríos, captura al espectador desviando su interés desde el
resultado final, hacia el propio proceso de ejecución de la obra, y a su existencia
efímera.
Xu Bing (徐冰)
”Background Stoyr”,1994
Materia vegetal, Basura y Cristal
Pero como ejemplo de “arte efímero”, y en contraposición con la idea de arte duradero
y eterno, de ese paradigma de durabilidad y eternidad que ha dominado la teoría del
arte a lo largo de su historia, nada mejor que “la performance” para representar el
concepto moderno de “arte en tiempo real”. Las performances chinas han sido durante
años una de las pocas maneras que tuvieron los nuevos artistas de expresar su
creatividad cuando todos los canales oficiales estaban cerrados al arte moderno libre, y
es una de las aportaciones más dinámicas y creativas del arte chino al discurso actual
del arte. Cuando el arte de las “performances” se desarrolló como una nueva forma de
“body art”, se convirtió en el medio de expresión de los pensamientos de los artistas
sobre la existencia y el idealismo. Existencias efímeras para alimentar el discurso de la
existencia humana. De nuevo el formato se convierte en la obra, más que la propia
obra.
En la obra de Zhu Ming (朱冥) denominada “The Bubble Series” el artista recurre a
una acción que transcurre en un momento concreto y en un lugar concreto para
plasmar la idea de eternidad del ciclo sin fin de vida y muerte. Utiliza como
instrumento de expresión su cuerpo introducido en una gran burbuja de plástico
transparente y unido a la superficie de ella por una especie de cordón umbilical.
Representa de esta manera el deseo de comunicación y, al mismo tiempo, de
aislamiento; y en definitiva la naturaleza efímera de la vida: su cuerpo delgado, casi
desvalido, dentro de la burbuja herméticamente cerrada adoptando esa posición fetal,
transmite ansiedad, tristeza y desesperación. La burbuja se llena de una tinta que
acaba invadiendo el volumen total de su espacio interior hasta que acaba reventando y
provocando la expulsión de Zhu Ming al más puro estilo de un parto. De nuevo la tinta,
un elemento tan íntegramente ligado a la educación y a la disciplina china, para
representar de forma irrepetible el momento más irrepetible de nuestra vida: nuestro
propio nacimiento.
Zhu Ming (朱冥)
”The Bubble Seriesr”,1994
Performance
Son trabajos que someten a menudo a su cuerpo a una gran tensión y a situaciones
límite para explorar conceptos como protección, vulnerabilidad e interdependencia de
la propia identidad personal, con una gran concisión conceptual, para, reflejando la
irrepetibilidad de cada instante conseguir expresar que “aquí no hay muerte, solo
existencia eterna”.
En el mundo de la caligrafía, esa disciplina artística autóctona china y que hoy aquí
continua siendo una medida de refinamiento, la revisión de los paradigmas
establecidos desde la antigüedad será abanderada por Gu Wenda (谷文达), un
calígrafo que en su juventud coincidiendo con la Revolución Cultural fue seleccionado
por las autoridades de Shanghái para diseñar posters de propaganda, y que al llegar la
modernidad abrazó las nuevas ideas del arte conceptual para cuestionar la forma, la
consistencia y la estabilidad de “los caracteres”: ideogramas que cada uno por si solo
constituye un concepto y son las unidades estéticas y significados de la obra
caligráfica. Gu propone una conexión artística y conceptual basada en uno de los más
potentes símbolos humanos: el pelo humano. En su instalación Naciones Unidas, creó
una obra caligráfica de tamaño supergigante compuesta por miles de caracteres que
no solo están desmaterializados en su materia, sino también en su significado, ya que
ni el propio autor, creador del carácter, es capaz de descifrarlo. Reinventa una
tradición artística a través de la hibridación de la imagen y el texto. Cada uno de los
trazos que componen los caracteres, estaba realizado en base a pelo humano, en lugar
de la tinta china. El pelo humano para Gu Wenda tiene connotaciones de poder,
virilidad y muerte, y al igual que otros de los materiales utilizados en sus obras,
(sangre, semen o placenta), son sustancias que al separarse del cuerpo son
reintroducidas por el artista en sus obras para dotarlas de fuerza espiritual. Gu podría
ser el padre de una nueva identidad ideológica en el mundo caligráfico por haber
dotado de fuerza orgánica al carácter, un elemento que para los chinos contiene una
fuerte carga de identidad cultural.
Gu Wenda(谷文达)
”Naciones Unidas”,1997
Instalación caligráfica en base a pelo humano.
Pero las vanguardias chinas no solo tienen el mérito de haber colaborado en romper
los paradigmas occidentales del arte como la representación, la forma, el proceso o la
materia. Además han desmantelado sus propios paradigmas. Desde un análisis
propiamente chino, lo realmente importante es que las vanguardias han sido las que
han provocado la crisis del paradigma de la tinta y el trazo. El trazo ya no necesita la
tinta y la tinta ya no necesita el trazo. Materia y espíritu, forma y expresión, se
desligan tras un matrimonio milenario para emprender cada uno su nuevo destino por
separado. Sin duda sería excitante poder presenciar cómo vuelven a unirse para
romper los nuevos paradigmas del futuro.
Esteban Andueza.
中国北京,2008 年 03 月
04/03/2008 17:57 beijingdangdaiyishu Enlace permanente. Cultura del Arte Hay 7 comentarios.
La capital China, esta gran urbe que es Pekín, paradigma de la veloz escalada que el
mundo chino está experimentando hacia los primeros puestos en el ranking de la
modernización, es un auténtico crisol de gentes, estilos, formas de vida, y variedad
cultural. Esta vasta capital, no solo actúa como centro político, administrativo y
financiero de este inmenso país de dimensiones continentales, sino que también se ha
convertido en el centro neurálgico de la producción artística, lugar en el que las
iniciativas individuales cuentan con multitud de posibilidades de hacerse un hueco, y
hacia el que los coleccionistas de todo el mundo han dirigido sus miradas en busca de
las creaciones más originales e impactantes del panorama artístico internacional.
Pero la arquitectura pekinesa es tan colosal como exigente consigo misma. A diferencia
de Hong-Kong, o Shanghai, o muchas otras ciudades asiáticas que también se han
lanzado a la aventura de la globalización, en Pekín un inmenso Palacio Imperial
ubicado en el mismo centro geográfico de la ciudad impone las normas del fengshui
definidas por el yin-yang de la ancestral filosofía china. Por extraño que parezca, un
edificio siempre está en perfecta armonía con todo lo que le rodea y siempre mantiene
un qué y un como con su alrededor. Esta planificación urbanística sin parangón es
también objetivo de artistas como muestra el video del arquitecto minimalista Ai
Weiwei (艾未未) “El Tercer Cinturón” en el que debate sobre el crecimiento organizado
de la ciudad.
Ai Weiwei (艾未未)
Hong Hao (洪浩). "Mr.Hong Usually Wait Under the Arch Roof for Sunshine” 1998.Fotografía. 120 x 150 cm.
… la otra cara de la moneda nos la presenta Zhang Dali (张大力) colgando del techo
sus figuras de poliéster para reflexionar sobre la miserable realidad de la falta de
derechos de los trabajadores emigrantes, y la miseria social que rodea a este colectivo
que está construyendo el fundamento de una nueva China sin recibir ningún beneficio
a cambio.
Zhang DaLi (张大力). "Chinese Offspring” 2005.Instalación.
En otra línea, Song Kun (宋琨) realizará un examen minucioso de la existencia diaria
con una mirada interior extremadamente íntima, creando una instalación compuesta
por 365 obras, pintadas una por día, que manifiesta las preocupaciones, miedos,
deseos y confusiones experimentadas por esta artista de la minoría mongol, y que
pertenece a la más joven generación de artistas chinos que utilizan un lenguaje muy
visual para expresar unas preocupaciones que son menos abiertamente políticas que
las de sus predecesores. En definitiva, Song Kun representa a toda una generación de
creadores más preocupados por su mundo interior que por la realidad que les rodea,
ya totalmente globalizada, banalizada y dominada por grandes empresas
transnacionales contra las que ni se plantea uno el cuestionarlas.
Song Kun (宋琨). “It’s my life”, 2007。Instalación de 365 óleos de 27 x 35 cm.
Pero sería erróneo pensar que las nuevas generaciones de artistas pekineses ya no se
cuestionan el mundo político y el sentido de sus instituciones y organismos. Queda ya
algo lejano en el tiempo el “Polítical Pop Art” que artistas de la talla de Wang
Guanyi (王广义) desarrollaron con el fin de criticar los iconos de la nueva sociedad
capitalista, tomando como referencia aquellos carteles de la época maoísta donde los
héroes revolucionarios acudían a las líneas del combate ideológico, libro rojo en mano,
y con la imagen del Presidente Mao flotando sobre sus cabezas como su Dios protector.
Los artistas chinos hoy siguen proyectando su mirada crítica hacia sus dirigentes,
intentando meter el dedo en la llaga y escarbar en sus debilidades y contradicciones
manifestando así su disconformidad con el sistema.
“BMW”, 1998
Oleo sobre lienzo 150 x 130 cm.
Hoy en China utilizar un icono revolucionario en una obra de arte continúa siendo un
desafío, manipularlo lo es todavía más, utilizar desnudos en esa obra ya se convierte
en una provocación, y si el desnudo es el de una prostituta real y famosa entre la
corrupta clase política y que abandona su profesión para pasar a ganarse la vida como
modelo de un artista contemporáneo, toda la performance se convierte en un corte de
mangas al obsoleto y rancio sistema comunista. Y si para colmo, el artista de esa obra
es una mujer, la obra alcanza el grado de protesta y reivindicación propias de un
sistema que intenta censurar y controlar todas sus creaciones pero que
empieza tímidamente a abrirse y a desperezarse. En esta línea, la artista Xu Yong ha
realizado una serie de fotografías con la prostituta Yu Na como protagonista, que ataca
directamente a los pilares del Partido, e incomoda a la nueva clase política china al
verse identificados en sus obras como nuevos capitalistas corruptos.
Xu Yong + Yu NA
“Solution Escheme D3“, 2007
Fotografía. 240 x 190 cm, Ed. 6
Wang Qingsong (王庆松) utilizará el “Gaudy Art” para reflexionar en que forma la
tradición deberá adaptarse para recibir y convivir con los símbolos actuales, ....
Wang Qingsong (王庆松)
Hu Xiaoyuan. (胡晓媛). “My family”, 2005-2006. Pelo perdido por el metabolismo en un año de mi padre, mi
madre, mi hermano pequeño, su novia, mi novio y yo. Madera, pintura acrílica y resina, 110 x 113
cm.
A su vez Liu Ye (刘野) en sus pinturas profundiza en los conflictos emocionales a los
que las familias deben hacer frente como consecuencia de los paradógicos cambios a
los que se enfrenta la sociedad tradicional...
Liu Ye (刘野). “PinK” 2003. Oleo y acrílico sobre lienzo. 90 x90 cmts
... y de nuevo el conflictivo y polémico Zhang Huan (张洹) vuelve a echar mano de
sus perfomances para alimentar el debate sobre la política del hijo único.
中国北京,2008 年 02 月
24/02/2008 12:19 beijingdangdaiyishu Enlace permanente. Pekín, Arte y Vida Hay4 comentarios.
Aquí en la lejana China, la producción de Arte Contemporáneo de estos últimos años es ingente. La acelerada
revalorización que las obras de los artistas chinos están alcanzando en los mercados internacionales, y el
interés que este tipo de creaciones están despertando en el mundo occidental tienen la culpa. Coleccionistas,
curadores y galeristas de todo el mundo aterrizan a diario en Pekín en busca de las obras de jóvenes talentos
que se revalorizarán a velocidades sin precedentes en el mundo del arte. Tal es el fenómeno, que ni el
gobierno chino, ni los galeristas de aquí ni los de allí están dispuestos a dejar escapar la oportunidad de hincar
el diente aunque solo sea a una pequeña parte de tan enorme bacanal, y en los cinco últimos años la oferta
museística y galerística de Pekín está alcanzando tales dimensiones que poco va a tener que envidiar a las
Mecas occidentales del arte como Nueva York, Berlín o París.
¿Qué hacen los artistas chinos?, ¿Cuáles son sus motivaciones, sus referentes y sus precedentes?, ¿Y cuáles
sus preocupaciones, sus inquietudes y sus temores?, ¿De qué nos hablan?, ¿Qué dicen, o, lo que puede ser
más importante en este país, qué dejan de decir?, ¿Cómo viven los que venden, y de qué viven los que no
venden?, ¿Cuáles son las instituciones y galerías que fomentan la producción creativa y cuáles las que sólo
explotan la componente comercial?, ¿Quién mueve los hilos de este gran mercado?, ¿Quién se lleva el
beneficio?
Demasiadas preguntas y demasiado complejas. ¿Qué porqué complejas? Pues por infinidad de razones.
Porque la concepción del arte en China no es la misma que en occidente. Porque no pasa un día sin que un
artista chino aparezca en el palmarés de los más cotizados, y no hay manera de conocer quien lo ha
promovido ni cómo se ha promocionado. Porque los poderes fácticos chinos prefieren considerar a la creación
contemporánea más como una paranoia que solo interesa a los extranjeros, que no como el barómetro de
las inquietudes y necesidades de su población. Porque las publicaciones al respecto, además de pocas, están
en chino. Porque las páginas web, cuando existen, su acceso no siempre es tan fácil como clickear un botón.
Porque la promoción de las obras no se realiza en los medios populares ni profesionales, sino directamente en
el potencial comprador occidental. Porque toda la oferta galerística se encuentra desparramada por el
extrarradio de la ciudad, lejos del alcance del chino de a pie, y dificilmente se encontrará con el arte actual
chino quien se pasee por los alrededores de Tiananmen en busca de galerías, como lo pudiera hacer en
Barcelona, Venecia o Basiléa..…. etc, etc, etc.
Pero, afortunadamente en Pekín, con una bicicleta se hacen maravillas y se accede a los lugares más
insospechados que uno nunca se pudiera imaginar. Así que contra todo viento y marea, contra las
inclemencias del tiempo y los obstáculos callejeros, yo me voy a encargar de guiarte por los vértices de la
ciudad descubriéndote lo que se cuece en el mundillo artístico en este extremo del planeta. Me vas a
acompañar a los centros de creación más recónditos, inaccesibles y censurados, vas a conocer las
producciones más vanguardistas, extravagantes y escandalosas, y te voy a presentar a los artistas más
novedosos, polémicos y conflictivos. Tú quédate leyendo en casa que yo ya pedaleo!!. Y espero que disfrutes
con las cosas que te voy a contar, con los lugares que vamos a visitar y con las personas que vamos a conocer.
¡¡¡¡¡ Sígueme…….!!!!
Si,... efectivamente lo que ves detrás de la bicicleta es un gran lago... y está completamente helado desde
hace ya más de tres meses!!!. Aquí hace un frío que pela..... Pero es lo que tiene Pekín.... Ahhh!!!!
Haberte pedido la muete!!!