Está en la página 1de 10

Devociones y liturgia 562 563 Devociones y liturgia

bios y obligatoriedad de las formas litúrgicas, tema, veinte años después de clau- ción ha sido también el trabajo de principales conceptos que vamos a
ib, 42 (1969) 208-218; Power D„ Retened las muchos sacerdotes y religiosos emplear.
tradiciones que os han transmitido, ib, 172
surado el concilio Vat. II, cuando
(1982) 273-280; Tena P„ ¿Liturgia nueva o la / reforma litúrgica ha hecho empeñados en mantener y en actua- En la iglesia coexisten, de hecho
rúbricas nuevas?, en "Phase" 25-26 (1965) 1- posible la / participación conscien- lizar, entre ellos mismos y en sus y de derecho, la / liturgia y las
10. Véase también la bibliografía de Liturgia te, activa y fructuosa en la liturgia? institutos, los principales recursos devociones como dos formas de
en el nuevo Código. ¿No resulta un anacronismo plan- para fomentar la vida espiritual / culto, cuya diversidad específica
tear otra vez la legitimidad de las recomendados siempre por la igle- suele explicarse en virtud de la
formas devocionales en relación sia y por el concilio Vat. II (cf PO naturaleza de cada una de ellas: la
con esta participación, calificada ya 18; PC 6; etc.). liturgia es el culto público-oficial, y
por san Pío X en 1903 como la Y por último, como testimonio las devociones constituyen el culto
fuente primera e indispensable del de la actualidad de este tema de las privado. En consecuencia, la litur-
DEVOCIONES Y LITURGIA espíritu cristiano?'. Ha sido la vida relaciones entre liturgia y devocio- gia, fundada en la institución posi-
misma de la iglesia la que ha nes, se puede citar el Congreso de tiva de Cristo o de la iglesia, entra
SUMARIO: I. Introducción - II. Liturgia, reclamado la recuperación de las Presidentes y Secretarios de las en el terreno de lo obligatorio,
devoción y devociones - III. Liturgia y formas religiosas tradicionales, Comisiones litúrgicas nacionales, objeto de un ordenamiento ritual;
devociones en la historia: 1. En los cuatro precisamente en los años en que la mientras que las devociones, naci-
o cinco primeros siglos; 2. A partir del s. V; celebrado en Roma en octubre de
3. Hasta el s. XIV; 4. En las postrimerías del s. ola de la / secularización avanzó 1984. En él se habló de la situación das en el área de la libertad de los
XIV; 5. Después de la crisis protestante y de con más fuerza. El retorno de la de la pastoral litúrgica en todo el individuos y de los grupos, han
la reforma católica; 6. En el s. xx - IV. Los religiosidad, observado ya en la dé- gozado siempre de mayor autono-
documentos del magisterio: 1. La encíclica mundo, entre otros grandes temas,
"Mediator Dei"; 2. La instrucción de la S. C. cada de los setenta y denominado y se dijo lo siguiente: "Mientras en mía y espontaneidad.
de Ritos; 3. La constitución "Sacrosanctum por algunos autores como fenóme- ciertos países o, al menos en algu- A la primera forma de culto se la
concilium": a) Reconocimiento de la variedad
y legitimidad de las formas devocionales, b)
no de la persistencia de la religión 2 , nas regiones, los ejercicios de pie- ha llamado también piedad litúrgi-
Reconocimiento del valor de las formas se ha producido en primer lugar en dad han padecido una crisis, a ca, y a la segunda, piedad privada
devocionaies, c) Centraíidad del misterio de el interior de ias celebraciones veces radical, un buen número de o particular, reconociéndose que en
Cristo en la espiritualidad cristiana, d) Los litúrgicas, las cuales, como conse- respuestas (de las comisiones epis-
ejercicios de piedad deben guardar estrecha una y otra han de estar presentes
relación con la liturgia; 4. La instrucción cuencia en muchos casos de una copales) señalan, por el contrario, tanto el elemento objetivo, es decir,
"Eucharisticum mysterium": a) La catequesis aplicación insuficiente de la refor- el vigor todavía actual de estas el misterio o la acción de Dios,
del pueblo cristiano, b) El culto eucarístico ma conciliar; no nutrían como era prácticas y su revitalización"\
fuera de la misa, c) Las diversas formas de como el elemento subjetivo, que
piedad eucaristica; 5. La exhortación apostóli- de esperar la vida espiritual. Eran El tema de las devociones en consiste en la actitud del hombre o
ca "Marialis cultus": a) Nota trinitaria, b) muchos los fieles y los pastores que relación con la liturgia debe ser recta disposición del alma. En la
Nota cristológica, c) Nota pneumatológica, d) junto al descubrimiento de las primera, el elemento objetivo con-
Nota eclesiológica, e) Orientación bíblica, f) tratado en una perspectiva esencial-
Orientación litúrgica, g) Orientación ecuméni- realidades centrales del / c u l t o mente constructiva y pastoral, más vierte a esta forma de piedad en la
ca, h) Orientación antropológica - V. Conse- cristiano ansiaban también interio- allá de la discusión de lo que es piedad de la iglesia. En la segunda,
cuencias prácticas y sugerencias pastorales. ridad, clima afectivo y oración el acento está puesto en la coopera-
litúrgico o no litúrgico, objetivo o
personal. subjetivo en la piedad. Importa, ción humana a la acción de Dios o
En segundo lugar, la recupera- ante todo, profundizar en las rela- en la disposición del hombre para
I. Introducción ción de las formas religiosas se ha ciones positivas entre liturgia y la contemplación. Por tanto, ambas
producido también en el llamado devociones, en las posibilidades de formas de piedad están íntimamen-
El tema de las relaciones entre la catolicismo popular, especialmente enriquecimiento mutuo, con vistas te relacionadas entre sí, aunque se
liturgia y las devociones ya no en los países latinos y en Hispano- a una incidencia eficaz en la vida distinguen realmente, y en la prácti-
apasiona hoy como a comienzos américa. La piedad popular [/ Reli- espiritual de las comunidades y de ca están separadas. Más aún, am-
de este siglo y en los años de la giosidad popular], como la denomi- los fieles. bas formas se influyen mutuamente
aparición de la encíclica Mediator nó Pablo VI en la Evangelii nun- y se enriquecen entre sí.
Dei, de Pío XII. Se trata de una tiandi para destacar la raíz inequí- Liturgia y devociones, o piedad
cuestión ampliamente debatida, sin vocamente cristiana de sus manifes- II. Liturgia, litúrgica y piedad particular, tienen
que haya faltado muchas veces la taciones \ es hoy un hecho religioso devoción y devociones en común el estar animadas por
polémica y sobre la que se ha contemplado con el máximo respe- una sincera y profunda devoción
pronunciado también el magisterio to, empezando por todos aquellos Para afrontar con claridad el interior que, según la enseñanza de
de la iglesia. que primero fueron sus mayores de- tema de las devociones, en el que santo Tomás, recogida expresamen-
¿Qué alcance puede tener, por tractores. se barajan nociones muy próximas te por la encíclica Mediator Dei,
tanto, volver a examinar hoy este Un tercer factor de esta recupera- entre sí, es preciso definir los consiste en el acto principal de la
Devociones y liturgia 564 565 Devociones y liturgia

virtud de la religión, por la que los consiguiente, no se refiere directa- tendimiento práctico entre ambas dad en la plegaria individual y
hombres se orientan debidamente a mente a lo que con frecuencia se expresiones de la piedad de la familiar. Esta oración, nutrida por
Dios y se dedican al culto divino: llama devoción o devociones en iglesia. la lectura de "las memorias de los
"La devotio es un acto de la volun- sentido psicológico o espiritual, y apóstoles y los escritos de los
tad del que se ofrece a sí mismo a que consiste en las preferencias 1. EN LOS CUATRO O CINCO PRI- profetas" (cf Justino, Apol. I, 67) y
Dios para servirlo" 5 . Liturgia y personales entre aspectos diversos y MEROS SIGLOS la existencia de los por los mismos salmos y otras
devociones vienen a ser expresión y concretos de la espiritualidad. Evi- cristianos aparece marcada por una fórmulas de plegaria, impregnaba
manifestación externa de esta única dentemente, estas devociones con- perfecta síntesis entre la oración la existencia de los cristianos con-
e idéntica devotio. cretas, junto con la correspondiente personal y la participación en las virtiéndola en ofrenda viva, santa y
La liturgia, tal como la definió el concentración psicológica y afectiva asambleas litúrgicas. Siguiendo el agradable a Dios, culto espiritual
concilio Vat. II, es "el ejercicio del en el objeto o término de la devo- ejemplo de Jesús y de los apósto- (cf Rom 12,1) insertado en el
/ sacerdocio de Jesucristo; en ella ción, se nutren y se sustentan en las les, los primeros cristianos santifi- / sacrificio de Cristo, celebrado
los / signos sensibles significan y, prácticas piadosas o ejercicios de caban el día con los tres momentos cada domingo.
cada uno a su manera, realizan la piedad 7 . de / plegaria personal que habían
santificación del hombre; y así el heredado del judaismo, si bien la 2. CUANDO A PARTIR DEL S. V se
cuerpo místico de Jesucristo, es fórmula del Shemá había sido inicia la gran etapa de creatividad
decir, la cabeza y sus miembros, III. Liturgia sustituida por el padrenuestro 8 . eucológica y se organiza el / año
ejerce el culto público íntegro" (SC Más tarde, cuando se organiza la litúrgico, multiplicándose las cele-
y devociones en la / historia celebración de las horas llamadas
7). Lo que caracteriza a la liturgia braciones y respondiendo éstas no
es la presencia del Señor en ella, en legitimae por Tertuliano, la oración sólo a un esquema fijo, sino tam-
Si nos atenemos a los principios, común matutina y la oración co-
diversos grados o modos, para lle- no hay, no debe haber oposición bién a unos planteamientos teológi-
var a cabo la santificación del hom- mún vespertina, verdaderas accio- co-dogmáticos y pastorales, puede
entre la liturgia y las devociones. A nes litúrgicas, los cristianos dedica-
bre y la glorificación del Padre. lo sumo, puede y es bueno que decirse que se mantiene fundamen-
En consecuencia, "toda celebración ban otros tres momentos del día a talmente la misma situación de los
exista una saludable tensión crea- la oración personal, en horas inter-
litúrgica, por ser obra de Cristo dora, que se traduzca en una apro- siglos anteriores en cuanto a la
sacerdote y de su cuerpo que es la medias —tercia, sexta y nona—, en continuidad entre la oración priva-
ximación mutua y en la docilidad a memoria de la Santísima Trinidad
iglesia, es acción sagrada por exce- la acción del Espíritu, verdadero da y la oración litúrgica. Más aún,
lencia, cuya eficacia, con el mismo y en recuerdo de determinados hay indicios suficientes para ob-
autor del don de piedad —la devo- pasos o hechos de la pasión del
título y en el mismo grado, no la tio de santo Tomás—, que ha de ser servar un curiosísimo proceso de
iguala ninguna otra acción de la Señor'. incorporación a la liturgia de ele-
el alma de toda manifestación cul-
iglesia" (ib). tural, bien sea litúrgica o piadosa. Estas manifestaciones de piedad mentos de clara procedencia reli-
cotidiana tenían su culminación, giosa y popular. El culto a los
Las devociones, llamadas tam- La / historia de la liturgia confir- mártires, la dedicación de templos a
bién prácticas de piedad o ejercicios ma esta tesis fundamental: al lado naturalmente, en la celebración
eucarística dominical, es decir, la madre de Dios, la liturgia de la
piadosos (pía exercitia), son actos de las acciones litúrgicas han existi- mayor parte de las fiestas, especial-
de oración o prácticas religiosas do siempre devociones privadas y semanal, ya que en los primeros
siglos la eucaristía era celebrada mente de la semana santa, tienen
que surgieron por iniciativa privada ejercicios piadosos. Durante los mucho que ver con la atmósfera
y han adquirido carta de ciudada- trece primeros siglos se produjo solamente los / domingos. Las vi-
gilias nocturnas, practicadas por espiritual en la que vivían aquellos
nía entre los fieles, mereciendo en una situación tal de armonía y cristianos, e incluso con las circuns-
muchos casos el reconocimiento y coexistencia que no sólo no había muchos cristianos privadamente
para imitar al Señor (cf Le 6,12), tancias de los mismos lugares don-
hasta la recomendación por parte problemas entre liturgia y devocio- de debían celebrar. Piénsese, por
de la autoridad eclesiástica. "Devo- nes, sino que éstas se servían de las venían a ser prolongación de la
gran noche de pascua, en la que se ejemplo, en el testimonio del diario
ciones es, por tanto, una denomi- plegarias litúrgicas oficiales y la de Egeria (año 381-384) sobre la
nación colectiva de todos los ejer- liturgia incorporaba formas popu- celebraban los sacramentos de la
/ iniciación cristiana. El itinerario liturgia de Jerusalén, donde lo que
cicios de oración y prácticas reli- lares de piedad. A partir del s. xiv y hoy llamamos piedad popular está
giosas que, si bien no han sido hasta nuestros días, este dualismo penitencial de la iglesia de los pri-
meros tiempos, aunque muy poco tan fuertemente unido a lo litúr-
incorporadas a la liturgia, han al- de formas cultuales se hace conflic- gico.
canzado cierta expresión social y tivo y en ocasiones polémico. Por conocido en cuanto a la celebración
organizativa" 6 . eso, repasar brevemente y a grandes litúrgica, estaba también jalonado Un fenómeno análogo puede
rasgos la historia de las relaciones de ayunos y otras obras de / peni- observarse, pero ya con más prue-
Esta definición limita la noción tencia personal.
de devociones a los ejercicios de entre la liturgia y las devociones bas y datos, cuando, desde el s. yin,
piedad propiamente dichos. Por puede ayudarnos a buscar un en- La liturgia encontraba continui- los /libros litúrgicos romanos ini-
Devociones y liturgia 566 567 Devociones y liturgia
cian su penetración en Europa. Los órdenes mendicantes, especialmente estaba demasiado ligada a la estruc- ción de la plegaria interior. Así, por
pueblos franco-germánicos, acos- franciscanos y dominicos, que in- tura social del feudalismo agoni- ejemplo, se recomendaba la asisten-
tumbrados a la exuberancia de la tentaron y en gran medida lograron zante para poder ejercer una in- cia diaria a la santa misa, pero en
liturgia galicana, debieron conside- una cristianización del mundo po- fluencia con garantías de continui- silencio, concentrada la mente no
rar demasiado austera y extraña pular. El pueblo llano encontró en dad y pervivencia. Por otra parte, en lo que iba diciendo el sacerdote,
para su mentalidad la liturgia ro- la espiritualidad de los hijos de san la renovación de la liturgia servía sino en la meditación. Durante el
mana, que hasta entonces se había Francisco una forma de piedad de muy poco a causa del arraigo oficio divino la mente debía estar
mantenido dentro de unos límites nueva, sumamente concreta y atra- que tenían en el pueblo aquellas siempre ocupada en Dios, no si-
de rigurosa sencillez y objetividad. yente, polarizada en la humanidad devociones que nacieron y se des- guiendo la salmodia, sino meditan-
Se produce entonces una curiosa de Jesús y en los sentimientos arrollaron como consecuencia de la do atentamente durante ella ".
mezcla de elementos simbólicos, humanos que podía suscitar. Sur- pérdida de valor y de eficacia de la
dramáticos y populares con los gen la devoción al niño Jesús, la La devotio moderna no tuvo
liturgia en la vida espiritual. como meta la renovación de la
sobrios ritos llegados de Roma. Las contemplación de la pasión, la
plegarias se cargan de emotividad, mística de los estigmas. Por su Sin embargo es preciso recono- liturgia ni de los ejercicios piado-
y se componen, para ser introduci- parte, los dominicos promovieron cer, ante la decadencia litúrgica de sos, sino llenar el terrible vacío
das en la liturgia de la misa, oracio- también unas formas populares de la baja edad media, que si a los producido por la falta de una ver-
nes privadas de petición de perdón, piedad, como el rosario; pero su hombres de esta época no se les dadera plegaria. De cara a la litur-
que debían recitar en voz baja el influjo en la espiritualidad se carac- hubiesen ofrecido aquellas devocio- gia, la devotio moderna, lejos de
sacerdote y los ministros. Se trata terizó por su elevado intelectua- nes, difícilmente se habrían mante- devolverle su alma, lo que hizo fue
de las famosas apologías. lismo. nido fieles, y lo más seguro es que sobrecargarla de elementos extra-
hubieran dejado de ser cristianos. ños a su naturaleza y significado.
Las características de este nuevo Se valoró la oficialidad del culto
3. HASTA EL S. XIV. Hasta ese estilo de piedad son lo concreto, la 4. EN LAS POSTRIMERÍAS DEL S. litúrgico, pero el esfuerzo pastoral
momento no se ha producido aún intensidad del sentimiento y la XIV aparece la devotio moderna, se dirigió hacia la oración devota o
el dualismo en la piedad: liturgia inmediatez de la expresión, la re- movimiento de gran importancia meditación. El resultado fue una
por un lado, devociones por otro. ducción y separación de los mis- espiritual, a pesar de su incidencia fosilización mayor de la liturgia,
En realidad, esta hibridación de terios, los acentos puestos en la negativa en el campo litúrgico ">. La atrapada desde ese momento y en
ritos hizo que el pueblo sintiera compasión y en la expiación. Se ha devotio moderna significa una reac- los siglos sucesivos por la rigidez y
como suya la liturgia. Sin embargo, quebrado la dimensión sacramental ción frente a un culto en el que sólo minuciosidad de un ceremonial que
el factor que más había contribui- de la piedad cristiana antigua. In- parece contar el aspecto formal y parecía serlo todo en el culto. Al
do a mantener la unidad entre lo cluso la participación eucarística se externo y a unas prácticas devocio- lado de la liturgia, las devociones,
litúrgico y lo popular había sido la hizo cada vez menos frecuente, nales que empezaban a caer en el más cercanas a la lengua y a la
lengua latina. Por eso, cuando siendo sustituida por el afán de mismo defecto de la liturgia, es sensibilidad del pueblo, adolecen de
empiezan a aparecer las lenguas contemplar y adorar las sagradas decir, en la reiteración casi mecáni- idéntico formalismo externo. En la
romances o germánicas, y el latín, especies durante la misma celebra- ca de unos actos y plegarias cuya práctica, ha quedado consagrado el
como lengua culta, es conocido ción de la misa. La / Virgen María eficacia parecía basarse en la fideli- dualismo cultual de la liturgia y de
solamente por el clero, se inicia una es vista dentro de esta misma rela- dad material con que se ejecutaban. las devociones sin posibilidad de
peligrosa ruptura entre la liturgia y ción con lo concreto, es decir, ante una verdadera renovación de una y
el pueblo. El latín pasa a convertir- todo como abogada y autora de La devotio moderna buscó un otras.
se en la / lengua sagrada que en- favores, justamente porque sus ideal de vida interior fundada en la
vuelve el misterio. sufrimientos en la infancia de Jesús piedad individual y con indepen-
y en su pasión la han hecho más dencia de los medios externos de 5. DESPUÉS DE LA CRISIS PRO-
El clero y quienes debían instruir santificación. La devotio es un ob- TESTANTE Y DE LA REFORMA CATÓ-
al pueblo pasan muchas horas del sensible a las miserias humanas.
Los santos son venerados como sequio interior a Dios, de amor LICA, la liturgia entró en lo que se
día en el coro, ya que la legislación hacia él, que se traduce hacia fuera ha llamado período de férrea uni-
carolingia había impuesto la cele- patronos e intercesores de bienes de
todo tipo. en la austeridad y sencillez de vida, formidad y del rubricismo. La era
bración completa y solemne del y hacia dentro en la llamada plega- del barroco rodeó aún más a la
oficio divino en todas las iglesias. A pesar de los esfuerzos de los ria del corazón. En la práctica, no liturgia de fasto y de solemnidad,
La liturgia aparece como una tarea monjes de Cluny y del Císter, fieles se rechazaron los actos litúrgicos ni siguiendo el espíritu dominante de
reservada exclusivamente a clérigos al tipo de piedad bíblica y litúrgica los ejercicios de piedad, pero se exaltación de la unidad católica y
y monjes, cada día más alejada e de la época antigua, por purificar la procuraba cumplir con la materiali- del triunfo de la verdad. Nueva-
incomprensible para el pueblo. liturgia de toda adherencia dudosa dad de los ritos y de las fórmulas mente el pueblo se quedó en la
La situación se salvó gracias a las y por hacerla más sobria, su obra atendiendo, ante todo, a la^ realiza- periferia del culto litúrgico y tuvo
Devociones y liturgia 568 569 Devociones y liturgia
que volcarse en las devociones comunión frecuente y abre para los por la fuente primera de la espiri- Tra le sollecitudini, de 3-XI-1903—
populares, que alcanzaron un ex- niños la posibilidad de participar tualidad de la iglesia. Las devocio- y de Pío XI —la constitución apos-
traordinario desarrollo. El culto desde el uso de razón en la peniten- nes tenían la ventaja de estar más tólica Divini cultus, de 20-XII-
eucarístico fuera de la misa, centra- cia y en la eucaristía, eran muchos cerca del pueblo: por eso su influjo 1928—, para ocuparnos de los más
do en la presencia real, se manifies- los que no comprendían la impor- era positivo o negativo en la medi- cercanos a nosotros, vamos a co-
ta en los espléndidos retablos que tancia de la liturgia en la vida da en que fuesen auténticas desde el menzar por la encíclica Mediator
parecen concebidos únicamente cristiana. punto de vista de la verdad del Dei hasta llegar a algunos docu-
para la exposición del santísimo, y La desconfianza y el recelo entre culto cristiano, que es ante todo mentos del posconcilio. Nos centra-
sobre todo en la procesión del liturgistas y defensores de la piedad interior y espiritual (cf Jn 14,23). mos únicamente en el magisterio
Corpus Christi. privada aparecen reflejados en la Cuando estas devociones se conver- pontificio y del Vat. II por razones
A mediados del s. XVII y durante encíclica Mediator Dei, de Pío XII. tían en actos meramente externos de espacio. Sin embargo, existen
todo el xviii, primero en Francia y El documento, como se verá en o, peor aún, cuando se situaban al también importantes aportaciones
más tarde en otros países, surgen seguida, se ocupó de restablecer el margen de las realidades salvíficas del magisterio episcopal que con-
las primeras polémicas antidevocio- equilibrio y la paz entre ambas centrales, corrían el peligro de de- viene conocer también ".
nales, protagonizadas por los segui- posiciones, mostrando la unidad generar en verdaderos fenómenos
dores del jansenismo y por los esencial entre la liturgia y las res- que muy poco o nada tenían de 1. L A ENCÍCLICA " M E D I A T O R
ilustrados. Los intentos de eminen- tantes formas de piedad cristiana. religiosidad. D E I - (20-XI-1947) ">. La interven-
tes liturgistas, como Ludovico A. Hasta aquí este repaso, a grandes Las devociones no pueden ser ción del papa Pío XII en la que se
Muratori, por depurar el devocio- rasgos, de la historia de las relacio- condenadas o rechazadas en blo- ha denominado carta magna del
nalismo de la época y acercar el nes entre liturgia y devociones. No que; tampoco canonizadas a priori / movimiento litúrgico afecta a
pueblo a la misa mediante traduc- es fácil hacer un balance de estas ni puestas por encima o en el lugar toda la amplia problemática de la
ciones del misal, se ven reducidos a relaciones, dado que el fenómeno es de la liturgia. El dualismo cultual es liturgia. La encíclica, en efecto, se
la nada 12 . También el sínodo de muy complejo. Lo que parece claro un hecho de la vida de la iglesia, y ocupa de establecer las bases teoló-
Pistoia, condenado en 1794, había es que, cuando la vida litúrgica era su legitimidad viene avalada por el gicas del / culto cristiano dirigien-
pretendido efectuar una serie de vigorosa, no sólo no había conflicto curso mismo de la historia del culto do, al mismo tiempo, una mirada al
reformas en la liturgia, tendentes a entre ésta y las formas privadas de cristiano. Se impone, pues, un tra- conjunto de toda la vida espiritual
dar al pueblo una mayor participa- piedad, sino que existía incluso una bajo de discernimiento y de ahon- de la iglesia. El equilibrio de todo el
ción en la santa misa y en la ple- apertura mayor por parte de la damiento en las causas que generan documento es admirable, ya que en
garia pública de la iglesia'-'. liturgia para integrar elementos cada fenómeno histórico. Es preci- él se mezclan tanto el reconoci-
populares más acordes con la sensi- so, sobre todo, estar atentos a la miento de las instancias más puras
6. E N EL S. x x . C u a n d o el bilidad religiosa del pueblo. Por el acción del Espíritu, que sopla don- del movimiento litúrgico como las
/ movimiento litúrgico sale a la luz contrario, cuando la vida litúrgica de quiere (cf Jn 3,8), y juzgar los advertencias para evitar cualquier
pública, comenzado el s. xx, con el se encontraba en decadencia o redu- diferentes hechos de la historia de tipo de exageraciones o desvíos.
ambicioso proyecto de implicar a cida a un ritualismo inerte y descar- la liturgia o de la espiritualidad no En este contexto deben entender-
todo el pueblo en una renovación nado, los fieles y el mismo clero te- según nuestras ideas o actitudes se las enseñanzas de la MD sobre
espiritual que tuviese su fuente y su nían que buscar en las devociones o actuales, sino por los frutos que piedad litúrgica y piedad privada, y
centro en la liturgia, surge de nuevo en la meditación devota lo que no produjeron (cf Mt 7,16-18). sobre liturgia y devociones. Pío XII
la polémica sobre las devociones. encontraban en los actos litúrgicos. trató de conciliar las posturas
El problema de la liturgia y las
Esta vez se pretendía establecer las El problema radica en la liturgia, devociones nunca ha podido ser antagónicas que se habían manifes-
relaciones existentes entre éstas y en primer lugar: desde la baja edad resuelto desde planteamientos de tado en las polémicas antidevocio-
la liturgia. La polémica demostró media se echaba en falta una reno- antagonismo o de oposición entre nales y mostró la bondad del dua-
hasta qué punto se temía que el vación de la liturgia que se asentase ambas formas legítimas de piedad, lismo cultual existente en la iglesia.
espíritu litúrgico sacrifícase la ora- sobre bases teológicas [/ Teología sino desde el encuentro de una y Reconoce la superioridad objetiva
ción privada en aras de la oración litúrgica], y no sólo jurídicas, de lo otra forma cultual en la verdadera de la / plegaria oficial de la esposa
comunitaria y desapareciesen los que es el / culto cristiano'". Pero y única devotio cristiana. de Cristo, aunque no llega a afir-
ejercicios de piedad, principal y casi también las devociones constituían mar explícitamente que ésta deba
único alimento espiritual del pueblo en sí un problema: muchas de ellas ser la fuente primera de la espiri-
IV. Los documentos tualidad cristiana.
devoto. A pesar del apoyo explícito habían surgido como un. sucedáneo del magisterio
que los papas prestaron al movi- de la liturgia; y si alcanzaron tanta En efecto, en la primera parte de
miento litúrgico, comenzando por influencia en el pueblo cristiano, se Dejando a un lado los documen- la encíclica el papa trata expresa-
san Pío X, que recomienda la debió en gran parte al vacío dejado tos de san Pío X —el motu proprio mente de la liturgia como culto
Devociones y liturgia 570 571 Devociones y liturgia
interno y externo, analizando las todo necesarias (cf MD 45; 222). que en ellos se introduzca algo 2. LA INSTRUCCIÓN DE LA S. C.
nuevas teorías sobre la piedad ob- De ahí que sea preciso fomentar los inútil o indigno del decoro de la DE RITOS (3-IX-1958)". Esta ins-
jetiva y subjetiva. Pío XII recono- ejercicios de piedad tanto entre el casa de Dios o en detrimento de las trucción fue publicada con la finali-
ce la distinción entre una y otra y clero y los religiosos como entre los sagradas funciones, o sea contrario dad de aplicar en el campo de la
valora positivamente los principios seglares, especialmente entre los música litúrgica las encíclicas Me-
en que se asientan, pero rechaza a la sana piedad" (MD 227).
que pertenecen a asociaciones apos- diator Dei y Musicae sacrae (25-
la conclusión de que toda piedad tólicas (cf MD 220-222). Estas XII-1955). El interés de este docu-
cristiana deba consistir tan sólo en En cuanto a los segundos, "in-
afirmaciones de la encíclica fueron funden intensamente en los fieles mento para nuestro tema radica en
la primera (cf MD 43). Por tanto, objeto de una interpretación autori- que por primera vez se establece de
la piedad objetiva no puede valo- la vida espiritual, los disponen a
zada en una carta del santo Oficio, participar en las sagradas funciones manera clara la distinción entre
rarse exclusivamente ni practicarse de noviembre de 1948, dirigida al acciones litúrgicas y no litúrgicas:
hasta el extremo de eliminar los con mayor fruto y evitan el peligro
obispo de Salzburgo, en el sentido de que las oraciones litúrgicas se "Las acciones litúrgicas son
otros actos religiosos no estricta- de que era reprochable la opinión
mente litúrgicos. Una y otra forma reduzcan a un vano ritualismo" aquellos actos sagrados que, por
acerca de la no obligatoriedad de (MD 219; cf 222 y 224). institución de Jesucristo o de la
de piedad se completan mutuamen- los actos de piedad no litúrgica.
te, de tal manera que esta armonía Pío XII quiso poner de manifies- iglesia y en su nombre, son reali-
Dichos actos, recordaba la carta, zados por personas legítimamente
resulta beneficiosa para todos los son no sólo loables, sino necesa- to no sólo el derecho a que coexis-
miembros de la iglesia. tieran en la iglesia liturgia y devo- designadas para este fin, en confor-
rios ". midad con los libros litúrgicos
ciones, sino también la coincidencia
De hecho, "la acción privada y el La encíclica menciona dos gru- de una y otra forma cultual en la aprobados por la Santa Sede, para
esfuerzo ascético dirigido a la puri- pos de ejercicios de piedad en verdadera y única piedad, la devo- dar a Dios, a los santos y a los
ficación del alma estimulan las relación con la liturgia: unos, cuyo tio, como acto principal de la beatos el culto que les es debido
energías de los fieles y les disponen objeto está tomado de la misma religión según el Doctor Angélico (can. 1256); las demás acciones
a participar más aptamente en el liturgia, como las devociones euca- (cf M D 46). Más aún, utilizando el sagradas que se realizan en una
sacrificio augusto del altar, a recibir ristías, los actos penitenciales, las lenguaje bíblico, ambas formas son iglesia o fuera de ella, con o sin
los sacramentos con más fruto y a devociones a los misterios de Cris- obra del Espíritu Santo, que enri- sacerdote que las presencie o diri-
celebrar los ritos sagrados de modo to, las devociones marianas y las quece a la iglesia con diversidad de ja, se llaman ejercicios piadosos"
que salgan de ellos más animados y devociones a los santos; otros, que dones y carismas: (Instr. n. 1).
formados en la oración y en la miran más directamente a la ejerci- Por tanto, la norma próxima que
abnegación cristiana" (MD 49). "En la iglesia terrena, como en la
tación individual en la vida espiri- celestial, hay muchas moradas (Jn distingue a los actos litúrgicos de
"Sin duda —concluye el papa—, tual, como los ejercicios espiritua- 14,2), de modo que la ascética no los ejercicios piadosos es su inser-
la plegaria litúrgica, siendo como es les, la meditación y el retiro espi- puede ser monopolio de nadie. Uno ción o no en los libros litúrgicos
oración pública de la esposa santa ritual. solo es el Espíritu, que, sin embar- oficiales. Es decir, el criterio es
de Jesucristo, tiene mayor dignidad go, sopla donde quiere (Jn 3,8), y únicamente jurídico, aun cuando se
que las oraciones privadas; pero Los primeros, "si bien en rigor con diversos dones y por diversos alude también a la institución por
esta superioridad no quiere decir no pertenecen a la sagrada liturgia, caminos dirige a las almas ilumina- Cristo o por la iglesia de los actos
que entre los dos géneros de ora- revisten particular dignidad e im- das por él a la consecución de la litúrgicos. Ahora bien, todos estos
ción haya ningún contraste u oposi- portancia, de forma que pueden ser santidad" (MD 223). criterios dependen de una visión de
ción. Pues estando animadas de un considerados como incluidos de la liturgia que es a todas luces
mismo espíritu, las dos se funden y La MD propuso un sabio pro-
alguna manera en el ordenamiento grama: no intentar jamás suprimir incompleta, sobre todo si tomamos
se armonizan, según aquello: 'por- litúrgico y gozan de repetidas apro- en consideración la noción del
que Cristo lo es todo en todos' (Col aquellas prácticas piadosas que son
baciones y alabanzas de la sede fruto de una espiritualidad auténti- / culto cristiano que nos ha ofreci-
3,11), y tienden al mismo fin: a apostólica y de los obispos" (MD do el Vat. II 20 . Esta noción se
formar a Cristo en nosotros (cf Gal ca y han sido recomendadas por la
225). Estos ejercicios de piedad palabra y el ejemplo de grandes refleja en el actual Código de
4,19)" (MD 52). "contribuyen con frutos saludables derecho canónico, el cual ya no
santos y por la misma jerarquía de
En la cuarta parte de la encíclica, a nuestra participación en el culto la iglesia (cf MD 226). Pero tam- habla de libros litúrgicos, sino de
al exponer las consecuencias prác- litúrgico" (MD 226), y aunque no bién con suavidad y decisión, llevar actos aprobados por la autoridad
ticas de la doctrina desarrollada son reducibles a puros esquemas tales prácticas a la norma de la de la iglesia, cuando se ocupa de la
antes, Pío XII dedica un apartado a litúrgicos, "es necesario, sin embar- liturgia, impregnarlas de su espíritu función de santificar de la iglesia
las formas no litúrgicas de piedad. go, que el espíritu de la sagrada y, finalmente, convertir en auxiliar (cí can. 834). Asimismo, apoyándo-
Estas formas no solamente son liturgia y sus normas influyan be- de la liturgia lo que había sido se en SC 105, el nuevo código
dignas de ser alabadas, sino del néficamente sobre ellos, para evitar creado para sustituirla ". menciona otros medios de santifica-
Devociones y liturgia 572 573 Devociones y liturgia

ción que son los actos no litúrgicos En este contexto, los ejercicios de litúrgicas de piedad. La iglesia, que formación de los fieles por medio
(cf can. 839). piedad, aunque distintos de las se hace en el concilio solidaria y de ejercicios de piedad espirituales
Resulta, no obstante, muy valio- acciones litúrgicas, tienen idéntica respetuosa de las tradiciones cul- y corporales, de la instrucción, de
sa la indicación de la instrucción de finalidad santificadora y consagra- turales y religiosas de todos los la plegaria y las obras de penitencia
1958 de que no se mezclen o super- toria de toda la existencia de los pueblos (cf GS 53; 58; AG 10), ha y misericordia" (SC 105).
pongan actos litúrgicos y ejercicios creyentes. Por tanto, los vínculos de estar abierta para acoger y po-
tenciar toda forma cultual popular c) Centralidad del misterio de
piadosos (n. 12). entre la liturgia y las devociones Cristo en la espiritualidad cristiana.
han de ser muy fuertes, hasta el o privada que pueda contribuir a
elevar al hombre a Dios. Análogo Cuando el concilio habla de la
3. L A CONSTITUCIÓN "SACRO- punto de poderse hablar de verda- santidad de la iglesia y de la santi-
SANCTUM CONCILIUM"21. El Vat. I I , dera continuidad, de influjo mutuo proceso tuvo lugar en los mejores
tiempos de la creatividad litúrgica, ficación de los hombres, sitúa a
al proponer la / reforma litúrgica y de armonía profunda. Los ejerci- Cristo en el centro de la vocación y
como medio para renovar la vida cios piadosos aparecen como pro- como hemos visto antes.
de la aspiración de todos los discí-
cristiana (cf SC 1; 3; 21; etc.), no longación de las celebraciones, si pulos (cf LG 40). En consecuencia,
podía ignorar la repercusión de la no en el aspecto sacramental y b) Reconocimiento del valor de la liturgia, en la que Cristo está
liturgia en la vida espiritual de la objetivo de la acción litúrgica, al las formas devocionales. El Vat. II presente para realizar la obra de la
iglesia y el papel que siempre han menos en cuanto a las actitudes es consciente de que la liturgia, salvación, tiene que ocupar también
jugado en ésta los ejercicios de de fe, de alabanza, de súplica, etc., aunque es culminación y fuente un puesto central en el camino es-
piedad. Por eso la constitución SC vividas durante la celebración. (cf SC 10), "no agota toda la piritual de todo cristiano. Esto no
se ocupa en dos números de estos Ahora bien, la enseñanza en actividad de la iglesia" (SC 9); y de significa excluir los restantes me-
ejercicios, además de algunas alu- concreto del concilio sobre liturgia que la participación activa, cons- dios, sino, todo lo contrario, supo-
siones en otros lugares. La enseñan- y devociones se condensa en los ciente y plena "no abarca toda la ne integrarlos en una escala en la
za del Vat. II sobre la liturgia y las siguientes puntos: vida espiritual" (SC 12). Por eso "se que el misterio de Cristo y de la
devociones se encuentra entre los recomiendan encarecidamente los iglesia, que no son otra cosa que un
grandes principios que afectan a la a) Reconocimiento de la varie- ejercicios piadosos del pueblo cris- misterio de encuentro y de comu-
naturaleza de la sagrada liturgia y dad y legitimidad de las formas tiano, con tal que sean conformes nión entre Dios y el hombre, sea la
a su importancia en la vida de la religiosas de acuerdo con las pecu- a las leyes y a las normas de la referencia fundamental. La liturgia
iglesia. liaridades de cada pueblo: iglesia, en particular si se hacen tiene como núcleo el misterio de
De cara al tema que nos ocupa, por mandato de la sede apostólica" Cristo, y su función de santificación
"La iglesia no pretende imponer (SC 13).
el concilio no se limita a reconocer una rígida uniformidad en aquello y de culto pone de manifiesto la
la existencia de las dos formas que no afecta a la fe o al bien de El concilio alaba también aque- naturaleza misma de la iglesia, hu-
cultuales de la piedad cristiana, toda la comunidad, ni siquiera en la llas prácticas religiosas propias de mana y divina, visible e invisible,
sino que introduce elementos nue- liturgia; por el contrario, respeta y las iglesias particulares que han dada a la acción y entregada a la
vos de enfoque y comprensión de promueve el genio y las cualidades sido sancionadas por la costumbre contemplación (cf SC 2). En conse-
las relaciones entre liturgia y devo- peculiares de las distintas razas y o se encuentran en libros legítima- cuencia:
ciones. Ya no se parte, como sucede pueblos. Estudia con simpatía y, si mente aprobados y han sido man-
dadas por los obispos (cf SC 13). "La liturgia es la cumbre a la
en la MD, de la noción de culto puede, conserva íntegro lo que en cual tiende la actividad de la iglesia
como acto propio de la virtud de la las costumbres de los pueblos en- Todas estas indicaciones confieren
a este tipo de prácticas piadosas un y, al mismo tiempo, la fuente de
religión, sino de la naturaleza espe- cuentra que no esté indisolublemen- donde mana toda su fuerza... Por
cífica de la / liturgia cristiana en el te vinculado a supersticiones y valor muy especial que las aproxi-
ma a la liturgia y casi las convierte tanto, de la liturgia, sobre todo de
marco económico salvífico de la errores, y aun a veces lo acepta en la eucaristía, mana hacia nosotros
historia de la salvación. Aunque el la misma liturgia, con tal que se en manifestaciones de liturgia parti-
cular o local. la gracia como de su fuente, y se
lenguaje de la SC está muy próxi- pueda armonizar con su verdadero obtiene con la máxima eficacia
mo al usado por la MD, sin embar- y auténtico espíritu" (SC 37). Por otra parte, los ejercicios de aquella santificación de los hom-
go se está manejando un concepto Aunque el texto se refiere direc- piedad reconocidos por SC 13 bres en Cristo y aquella glorifica-
de liturgia más amplio, que abarca tamente a la adaptación de la li- tienen la función de contribuir a la ción de Dios, a la cual las demás
no sólo los actos de santificación turgia a la mentalidad de los pue- formación cristiana de los fieles en obras de la iglesia tienden como a
del hombre y del culto a Dios, sino blos, especialmente a los que son unión con otros medios, como el su fin" (SC 10).
también la misma existencia cris- evangelizados por primera vez (cf litúrgico o las fiestas:
tiana del hombre, que ha de ser SC 38), sin embargo se sienta un "En diversos tiempos del año, de d) Los ejercicios de piedad de-
convertida en ofrenda espiritual de principio de extraordinaria impor- acuerdo con las instituciones tradi- ben guardar estrecha relación con
santidad verdadera. tancia incluso para las formas no cionales, la iglesia completa la la liturgia. Lo pide, en primer lu-
Devociones y liturgia 575 Devociones y liturgia
574
gar, el valor que los ejercicios de minosos en este tema de la liturgia a) En primer lugar, la / cate-
espontáneas y personales, que man- y las devociones. Uno es la instruc-
piedad tienen en la vida cristiana, a tengan con la liturgia una sana quesis del pueblo cristiano "debe
la que contribuye a santificar y a ción Eucharisticum mysterium, y tender a inculcar en los fieles que la
tensión y una justa armonía como otro es la Marialis cultus. Debemos
convertir en ofrenda espiritual en preparación, resonancia y comple- celebración de la eucaristía es ver-
unión con el sacrificio de Cristo (cf conocerlos en lo que tienen de daderamente el centro de toda la
mento de la participación litúrgica. aplicación concreta a dos grupos de
SC 12). También lo exige la eficacia vida cristiana, tanto para la iglesia
La SC, contrariamente a lo que devociones de tan alta trascenden- universal como para las comunida-
de estos ejercicios en orden a prepa- había hecho la MD, no menciona
rar a los fieles para la participación cia para la vida cristiana como son des locales de la misma iglesia"
ninguna práctica piadosa en con- el culto eucarístico y la devoción (EM 6). La espiritualidad eucarísti-
plena y fructuosa en las celebracio- creto. Sin embargo, otros docu-
nes, ya que es necesario acercarse a mariana. ca postridentina se centró en el
mentos conciliares mencionan va- tabernáculo y en las procesiones
la liturgia con recta disposición de rios medios para fomentar la vida La EM tenía, ante todo, la fina-
ánimo para no recibir en vano la lidad de dar una serie de normas eucarísticas. Después de san Pío X
espiritual. Así PO 18; OT 8; PC 6; se puso el acento en la comunión
gracia de Dios (cf SC 11). En la AA 4 y, sobre todo, LG 10-11, que prácticas para ayudar a la aplica-
práctica, la relación entre la liturgia ción concreta de los principios doc- frecuente. El / movimiento litúrgi-
abarca ya toda la vida sacramental co contribuyó a que se recuperase
y los ejercicios piadosos requiere y existencíal de los cristianos. trinales que se refieren al culto del
que éstos "se organicen teniendo en misterio eucarístico, principios que la / participación activa en la cele-
En todos estos textos el concilio bración de la misa. Finalmente, el
cuenta los tiempos litúrgicos, de ha querido insistir en la unidad y han sido formulados repetidas ve-
modo que vayan de acuerdo con la ces en anteriores documentos de Vat. II hace la síntesis de todos
coherencia de todas las formas y estos aspectos, y la EM 6, como
sagrada liturgia, en cierto modo medios de piedad. Si el misterio de la iglesia desde Trento hasta el
deriven de ella, y a ella conduzcan Vat. II. Estos documentos son cita- consecuencia de ese planteamiento
Cristo y de la iglesia ha de ser orgánico y jerárquico al que hemos
al pueblo, ya que la liturgia, por su vivido, celebrado, actualizado y dos continuamente por la misma
naturaleza, está muy por encima de instrucción. aludido, sitúa como punto de parti-
asimilado en la existencia de todo da de la catequesis y de la piedad
ellos" (SC 13). cristiano, es evidente que no puede En concreto, las normas de la
EM tienen como objeto el compor- eucarísticas la celebración del me-
Los ejercicios de piedad, por haber ruptura, y menos oposición, morial-sacrificio-banquete del señor.
consiguiente, son presentados en su entre las dos principales formas, la tamiento del clero y de los fieles
verdadero valor, no como un suce- liturgia y las devociones, de orde- respecto a la eucaristía, tanto en el
dáneo de la liturgia ni como un nar toda la vida hacia Dios. campo de la catequesis (cf EM 6- b) El culto eucarístico fuera de
añadido o un recurso pastoral más Ahora bien, unidad y coherencia 11), como en el de la celebración la misa es contemplado por EM 3,
fácil, sino como un potencial preli- no quieren decir confusión; porque del memorial del Señor (cf EM 16- e, f, g, como derivado de la celebra-
túrgico y paralitúrgico, sobre todo ni todo eS ni ha de ser liturgia, ni 48) y en el del culto eucarístico ción y, a la vez, conducente a ella.
si se realizan de acuerdo con las todo puede ni debe ser plegaria (cf EM 49-67). Ahora bien, la La legitimidad, utilidad y deber del
disposiciones de la iglesia. A partir comunitaria. Junto a la oración en instrucción insiste desde el primer culto a la eucaristía fuera de la misa
de la unidad del culto cristiano, los común está la oración en el secreto momento en la necesidad de una se afirman con estas palabras:
ejercicios piadosos, que tienen tam- de lo escondido, según el mandato visión integral y sintética, orgánica "La iglesia recomienda con em-
bién al pueblo de Dios como sujeto del Señor (cf Mt 6,6; SC 12). Se y jerárquica, de los diversos aspec- peño la devoción privada y pública
y actor (cf LG 10-11), nunca son impone, por tanto, la distinción y el tos del misterio eucarístico. Esta al sacramento del altar, aun fuera
una concesión a los fieles, como si equilibrio entre los actos sacramen- visión debe estar en la base de toda de la misa, de acuerdo con las
se les considerase menores de edad, tales y litúrgicos y los ejercicios de orientación práctica que afecte a la normas establecidas por la autori-
sino un complemento exigido por piedad. El concilio, en la línea de la pastoral del culto y de la celebra- dad competente y en la presente
la liturgia misma. MD, ha dejado claro que estos ción de la / eucaristía (cf EM 2; 3, instrucción, pues el sacrificio euca-
ejercicios no son un mero adorno g). Tal es la razón de que la instruc- rístico es la fuente y el punto cul-
Por otra parte, no se puede ol- ción ofrezca al principio un guión
vidar que, por muy perfecta y adap- de la vida espiritual, sino un com- minante de toda la vida cristiana.
plemento necesario para los que ya de los principales puntos de la doc- En la organización de tales piado-
tada que sea la liturgia a la mentali- trina eucarística (cf EM 3).
dad y al genio / cultural y espiritual viven la liturgia, es decir, para to- sos y santos ejercicios ténganse en
de cada pueblo —en esto siempre dos los cristianos. Teniendo en cuenta este enfoque cuenta las normas establecidas por
tiene que haber límites exigidos por general, las recomendaciones de la el concilio Vat. II sobre la relación
la universalidad y por la misma 4. LA INSTRUCCIÓN "EUCHARIS- EM en el campo concreto de las que hay que guardar entre la litur-
unidad ritual (cf SC 22; 23; 40)—, TICUM MYSTERIUM" (25-V-1967) ". relaciones entre la liturgia, en este gia y las otras acciones sagradas
aun así siempre quedará un margen Después del concilio Vat. II ha ha- caso eucarística, y los ejercicios que no pertenecen a ella" (EM 58).
para otras manifestaciones de la bido dos grandes documentos que piadosos, naturalmente eucarísti- Por tanto, se recomienda explíci-
vida espiritual no litúrgicas, más han resultado particularmente lu- cos, pueden resumirse así: tamente la puesta en práctica de las
Devociones y liturgia 576 577 Devociones y liturgia

orientaciones de SC 13 que ya co- esta distinción no está tan clara la piedad mariana, o sea, el cul- reconocimiento de la dignidad so-
nocemos. cuando se trata de la exposición to no litúrgico. Y la tercera par- breeminente de Cristo, cabeza y
del santísimo o de las procesiones te contiene indicaciones sobre dos mediador (cf Col 1,15-20).
c) Al mencionar en concreto las eucarísticas. Probablemente, aquí grandes ejercicios de piedad: el
ángelus y el santo rosario. b) En esto último consiste la
diversas formas de piedad eucarísti- no existe ya la frontera que sepa- nota cristológica de la piedad ma-
ca, la instrucción quiere conservar ra una y otra forma de culto. Del La MC es un modelo acabado de
cómo desde la liturgia se pueden riana. Para demostrar la íntima y
intacta la contribución medieval y espíritu y hasta de la letra de la especial conexión de la Virgen
postridentina al culto de la eucaris- instrucción parece deducirse que la inspirar y orientar los actos de pie-
dad del pueblo cristiano, e incluso María con Cristo, la MC dedica
tía, si bien redimensionando esta exposición y las procesiones del toda la sección primera de la prime-
contribución en el cuadro general santísimo son consideradas como las devociones privadas. Pablo VI
eligió como referencia constante de ra parte (cf MC 2-8) a recorrer el
de la primacía de la celebración actos litúrgicos. Esto explicaría, / año litúrgico y el santoral, anali-
eucarística: por ejemplo, la insistencia en que su reflexión sobre la piedad maria-
na la liturgia en cuanto actualiza- zando las principales solemnidades
• La oración ante el santísimo: durante la exposición las preces se y fiestas marianas del calendario.
EM 49-51. dirijan a Cristo (EM 62), o que la ción sacramental, simbólica y festi-
va de la historia de la salvación. No es exagerado decir que el con-
• La situación del lugar de la exposición y la procesión eucarísti- junto de celebraciones litúrgicas de
reserva eucarística: EM 52-57. Todo acto en honor de Nuestra
cas sigan a la misa, omitiéndose el Señora deberá tener en cuenta el María a lo largo del año forma una
• Las procesiones eucarísticas: rito de despedida (Ritual cit., nn. verdadera memoria o sagrado re-
EM59. singular papel que ha tenido María
94 y 103), ya que la bendición con en la realización histórica de la cuerdo del misterio de la santa
• La exposición del santísimo: el santísimo cumple perfectamente madre de Dios en paralelo y como
EM 60-66. salvación. Esta dimensión contri-
con la finalidad de clausurar la buirá a que los ejercicios piadosos un duplicado del año litúrgico del
• Los congresos eucarísticos: celebración. dedicados a la Virgen recuperen o Señor (cf SC 102-103).
EM 67. acentúen la dimensión conmemora-
Las normas de la instrucción han 5. L A EXHORTACIÓN APOSTÓLI- tiva e histórico-pascual, que es una c) Nota pneumatológica, es de-
sido recogidas en el Ritual de la CA " M A R I A L I S CULTUS" (2-II- nota destacada de la liturgia cris- cir, que el culto a la Virgen dé el
n
sagrada comunión y del culto a la 1974) . He aquí otro luminoso tiana. adecuado relieve a la presencia y a
Eucaristía fuera de la misa publica- documento del magisterio eclesiás- la obra del Espíritu Santo en Ma-
do en 1973 (ed. española, 1974) y tico en orden a orientar correcta- Más concretamente, Pablo VI ría, como tipo de esta misma pre-
en el Código de derecho canónico mente las relaciones entre liturgia señala cuatro características teoló- sencia y acción en la iglesia y en los
(cáns. 934-944). y devociones. La MC se mueve, gicas, que son inherentes a todo cristianos. Se trata de destacar la
La instrucción, por tanto, se como no podía ser menos, en las acto cultual, sea o no litúrgico; acción santificadora y vivificante
ocupa conjuntamente de los actos grandes coordenadas teológicas de pues, como dice la MC, "todo cul- del Espíritu Santo.
litúrgicos y de los ejercicios piado- LG y SC. Por eso, en su misma to es por su naturaleza / culto al
sos relacionados con el culto euca- estructura, distingue y se ocupa por Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, d) La última característica es la
rístico. Más aún, cuando habla ex- separado del culto litúrgico de la o como se dice en la liturgia, culto nota eclesiológica, la cual apunta al
presamente de ejercicios de piedad, madre de Dios y de los ejercicios de al Padre, por Cristo, en el Espíritu" puesto y al papel que María tiene
procura también dejar muy clara piedad que le están dedicados. Para (MC 25). Estas características o respecto de la comunidad'cristiana,
la dependencia y la orientación de distinguirlos, la MC recurre a un notas son las siguientes: "el más alto y a la vez el más
éstos hacia la celebración de la criterio práctico, es decir, se atiene próximo después de Cristo" (cf LG
misa. Por ejemplo, al tratar de la a la situación de hecho, de acuerdo a) Nota trinitaria, que consiste 54). De aquí se derivan unas rela-
oración privada ante el santísimo con la tradición litúrgica y la expe- en que toda forma de culto o de ciones de amor, intercesión y de
sacramento (EM 50) y al mencionar riencia eclesial: pertenece al / culto devoción confluya en Cristo, se comunión entre la iglesia y la que
los congresos eucarísticos (EM 67). litúrgico todo lo que está regulado centre en su persona y, por medio es su imagen escatológica (cf LG
Incluso en un lugar, aludiendo a los y orientado por los libros litúrgicos; de él, termine en el Padre bajo la 59; 63).
ejercicios espirituales y a otras for- todo lo demás son ejercicios piado- acción del / Espíritu Santo. La MC Después de haber descrito estas
mas de convivencia religiosa, invi- sos. En este sentido, la MC dedica expresa la convicción de que, para características que deben tener to-
ta a que se organicen de tal mane- la primera parte a presentar la obtener una adecuada renovación dos los actos de culto en honor de
ra que culminen en la celebración presencia verdaderamente esplen- del culto no litúrgico a la madre de la Virgen, Pablo VI se detiene en
eucarística (EM 30). dorosa de la santísima / Virgen en Dios, el camino mejor es lograr que exponer algunas "orientaciones a
la liturgia renovada después del este culto ponga suficientemente de tener en cuenta a la hora de revisar
En todos estos casos es evidente relieve la relación de María con
la distinción entre ejercicios piado- Vat. II. La segunda parte es un o crear ejercicios y prácticas de
conjunto de criterios para renovar Cristo y conduzca a un gozoso- piedad" (MC 29). Son las orienta-
sos y acción litúrgica. Sin embargo,
19
Devociones y liturgia 578 Devociones y liturgia
579
ciones bíblica, litúrgica, ecuménica cesidades de cada comunidad ecle- realidad de la persona de la madre Pablo VI llama al rosario "vasta-
y antropológica. Conviene recor- sial y hacerlos auxiliares válidos de del Señor, venerada por la iglesia go germinado sobre el tronco secu-
darlas brevemente: la liturgia" (MC 31). no tanto por el entorno en el que lar de la liturgia cristiana", "salterio
e) Orientación bíblica. Toda En este sentido deben entenderse vivió, sino por su exquisita fideli- de la Virgen", etc.; y después de
forma de culto ha de llevar el sello las alusiones del papa Pablo VI a dad a Dios y por la singularidad aludir a los orígenes del rosario en
de la inspiración en la biblia como "toda falsa exageración de conte- y grandeza de su existencia. Por una época de decadencia litúrgica,
libro base de la espiritualidad cris- nidos o de formas" en la piedad tanto, la piedad mariana no puede señala cómo a la luz de SC 13
tiana (cf DV 25; SC 24; 35). De la mariana, y a "la vana credulidad identificarse con esquemas cultura- celebraciones litúrgicas y ejercicio
biblia han de tomarse textos, fór- que sustituye al empeño serio con les representativos de otras épocas, piadoso del rosario no deben con-
mulas, cantos, imágenes, símbolos, la fácil aplicación a prácticas exter- ni con las concepciones particulares traponerse:
etcétera. Pero lo que importa, sobre nas y el pasajero y estéril movi- adyacentes en ellas. La historia del
miento del sentimiento" (MC 38), "Toda expresión de oración re-
todo, es que el culto a la Virgen culto a María demuestra cómo la sulta tanto más fecunda cuanto más
"esté impregnado de los grandes situaciones y actitudes que han de iglesia ha dejado que cada época
evitarse en toda forma devocional conserva su verdadera naturaleza y
temas del mensaje cristiano" (MC configure sus propias preferencias y fisonomía. Confirmado, pues, el
30). La MC señala particularmente mariana. Para ello la MC invita a gustos, pero sin vincularse a ningu-
prestar atención a la revelación y al valor preeminente de las acciones
el recurso a los personajes bíblicos, na manifestación o expresión deter- litúrgicas, no será difícil reconocer
siguiendo el método de los santos magisterio de la iglesia, al adecua- minada.
do encuadramiento histórico y a la que el rosario es un piadoso ejerci-
padres, dada la gran fuerza de La última parte de la MC está cio que se armoniza fácilmente con
penetración de dichos personajes en eliminación de todo lo manifiesta-
mente legendario o falso. dedicada a dos ejercicios de piedad, la sagrada liturgia. En efecto, como
el pueblo, al que ayudan a com- el ángelus y el rosario. Pablo VI no la liturgia, tiene una índole comuni-
prender el puesto de María en la g) Orientación ecuménica: Su- se limita a recomendar una vez más taria, se nutre de la Sagrada Escri-
/ historia de la salvación. Desde el pone contemplar la contribución estas dos prácticas, sino que explica tura y gravita en torno al misterio
Génesis al Apocalipsis, la biblia que la piedad mariana puede pres- la profunda conexión de ambas con de Cristo. Aunque sea en planos
está llena de alusiones a la figura de tar al camino del / ecumenismo. la liturgia. Al leer MC 40-55 se de realidad esencialmente diversos,
María. No se trata solamente de "evitar comprende, sobre la base de estos anamnesis de la liturgia y memoria
con cuidado toda clase de exagera- dos ejemplos concretos, cómo se contemplativa en el rosario, tienen
f) Orientación litúrgica. Signifi- ciones que puedan inducir a error a hacen realidad las relaciones entre por objeto los mismos aconteci-
ca llevar a la práctica lo señalado los demás cristianos acerca de la la liturgia y las devociones y, en mientos salvíficos llevados a cabo
por SC 13 (cf MC 31). Sin embar- verdadera doctrina de la iglesia definitiva, cómo se aplican las por Cristo... Establecida esta dife-
go, el papa reconoce que es una católica" (MC 32), sino de reprodu- orientaciones del Vat. II en este rencia sustancial, no hay quien no
tarea no fácil de llevar a la práctica. cir ésta en la práctica de tal manera campo. vea en el rosario un ejercicio piado-
Por eso alude a dos situaciones que favorezca verdaderamente a la so inspirado en la liturgia y que,
extremas que deben evitarse: la Respecto del ángelus, Pablo VI
causa de la unidad. subraya su carácter bíblico e histó- si es practicado según la inspira-
primera es despreciar y suprimir las ción originaria, conduce natural-
prácticas piadosas recomendadas La MC es consciente de las pro- rico (evangélico) y su -ritmo casi
fundas discrepancias que separan a litúrgico, que santifica los tres mo- mente a ella, sin traspasar su um-
por la iglesia; la segunda, unir al bral" (MC 48).
mismo tiempo actos litúrgicos y católicos y no católicos en el culto a mentos centrales de la jornada: la
ejercicios de piedad. la Virgen María (cf MC 33). Por mañana, el mediodía y la tarde. En La diferencia esencial entre la
eso apela a una práctica de este cuanto al rosario, alguno de estos acción litúrgica y el ejercicio piado-
Si lo primero tiene como conse- culto que ponga de manifiesto la aspectos es aún más evidente. En so, en este ejemplo típico del rosa-
cuencia crear un vacío difícil de doctrina, sin distorsiones ni falsas primer lugar, la memoria y contem- rio, radica, según la MC, en el
llenar, lo segundo contribuye aún imágenes de lo que representa Ma- plación de los misterios de Cris- medio de evocación y actualización
más a confundir al pueblo. El ría en la piedad de la iglesia. to de forma gradual y progresiva de los acontecimientos de salvación
concilio Vat. II, en SC 13, habla- —como en el año litúrgico—, si- realizados por Cristo. En la liturgia
ba de armonizar liturgia y ejercicios h) Orientación / antropológica. guiendo el primitivo anuncio de la esto tiene lugar por la presencia
de piedad, no de suprimir éstos Invita a prestar la debida atención fe. En segundo lugar, por la perfec- operante bajo el velo de los signos
en nombre de aquélla. "Una clara a "las adquisiciones seguras y com- ta conjunción de la mente con la del misterio de Cristo; en el ejerci-
acción pastoral debe, por una par- probadas de las ciencias humanas", voz, ideal de toda oración litúrgica cio piadoso, mediante el afecto de
te, distinguir y subrayar la natura- para que no se produzcan divergen- (cf SC 90). Y, por último, a causa la contemplación. Dicho de otro
leza propia de los actos litúrgicos cias entre éstas y el culto a la del ritmo sosegado y tranquilo, que modo, la diferencia entre liturgia y
y, por otra, valorar los ejercicios Virgen (MC 34). Esta orientación permite integrar la contemplación devociones es de naturaleza sacra-
piadosos para adaptarlos a las ne- pretende descubrir la verdadera en la plegaria comunitaria. mental. Tenemos aquí expresado
Devociones y liturgia 580 581 Devociones y liturgia
un principio de orden teológico acuerdo con la naturaleza de cada mas de la piedad popular, como Provincias eclesiásticas de Granada y Sevilla,
para distinguir las acciones litúrgi- forma cultual. De ahí que acciones son el sentido de lo santo, la ca- El Catolicismo popular. Nuevas consideracio-
cas de los ejercicios de piedad. No litúrgicas y ejercicios piadosos nes, Boletines Oficiales 1985; / / / Reunión del
pacidad de contemplación, la senci- Concilio Pastoral de Galicia, Santiago de
se trata, por consiguiente, de dife- tengan su propio modo y circuns- llez de espíritu, el clima afectivo Compostela 1976; Comisión Permanente de la
rencias de tipo jurídico —el estar o tancias de realización, no debiendo y espiritual. La piedad popular y, C E . Española, Las fiestas del calendario
no en los libros litúrgicos o el ser mezclarse entre sí. Tampoco es en general, todas las devociones de- cristiano: "Pastoral Litúrgica" 127-128 (1982)
realizados por el ministro compe- bueno ni oportuno pastoralmente ben recibir de la liturgia lo que 3-14; Documento de Puebla (1979) — " La
tente—. La MC significa un gran Pablo VI llamó orientaciones bíbli- citamos según la traducción española de Ed.
modificar la estructura y las leyes Sigúeme: Pío XII, La sagrada liturgia, Sala-
avance en la clarificación de las propias de cada uno de estos actos ca, litúrgica, ecuménica y antropo- manca 1963 (= MD) — "• La carta del Santo
relaciones entre liturgia y devocio- y ejercicios, de modo particular en lógica. Los ejercicios de piedad han Oficio fue motivada por una conferencia de
nes, sobre todo si comparamos su el caso de los ejercicios piadosos de incluir una permanente llama- Dom Benedictus Reetz OSB, pronunciada en
enseñanza con la contenida en la que cuentan ya con una larga da a la conversión y a la fe, a la Salzburgo: cf H.A.P. Schmidt, o.c, 114-
MD y la instrucción de 1958. caridad fraterna y al compromiso 116 — " La doctrina de la MD fue amplia-
tradición popular e incluso son mente comentada por eminentes liturgistas
recomendados y regulados por la apostólico y misionero. como B. Capelle, L. Bouyer, G.M. Brasó, C.
autoridad competente. Vagaggini, A.M. Roguet y H.A.P. Schmidt:
V. Consecuencias prácticas véase una síntesis de sus comentarios en P.
y sugerencias pastorales 4. Es necesario poner de mani- Llabrés, a.c, 174-176 — " Las citamos según
fiesto la complementariedad entre NOTAS: ' Motu proprio Tra le sollecitudini. la versión anotada de F. de Asís González,
liturgia y devociones, dado el influ- de 22-X1-1903: A. Bugnini, Documenta ponti- Comunicantes..., Sevilla 1958 — " Cf J.
1. La vida espiritual ha de ser ficia ad instaurationem liturgicam spectantia López Martín, Introducción general a la
unitaria e integradora, porque una jo benéfico que se produce en una y (1903-1953), Roma 1953, 34 — 2 Cf A.M. liturgia I, "Instituto Internacional de Teología
sola es también la devotio christia- otra dirección cuando se respeta la Greeley, El hombre no secular. Persistencia de a distancia", Madrid 1985, 45-59 — 20 La
na o la piedad de la iglesia, aunque debida jerarquía entre actos litúr- la religión, Madrid 1974 — 3 Pablo VI, La citamos según el texto y comentarios de BAC
gicos y ejercicios de piedad y se evangelización del mundo contemporáneo, 238, Madrid 19652 (= SC). Con ella citamos
se exprese y se realice en el dualis- Madrid 1976, n. 48. Sobre esta línea se sitúan otros documentos conciliares - 2I Citada
mo cultual representado por la cultivan ambas formas de religiosi-
los documentos de Juan Pablo II en los que según la traducción de PPC: Culto a la
liturgia y las devociones. Es la vida dad con inteligencia pastoral. Aun toca la religiosidad popular: cf VV.AA., El Eucaristía, Salamanca 1967 (= EM) — 22 La
entera de los creyentes, e incluso de cuando muchas devociones nacie- culto a los santos, Madrid 1983, 119-120: citamos según la versión publicada por PPC:
las comunidades, la que está llama- ron en épocas de decadencia litúrgi- apéndice documental — * Relazione del P. La Virgen hoy. El mensaje de Pablo VI,
ca, la liturgia no puede agotar toda Gastón Fontaine: "Notitiae" 220 (1985) 842 — Madrid 1974 (= MC) — !3 Cf P. Jounel, Le
da a ser culto al Padre en espíritu y 5
Summa Theologica. II-II, q. 82, a. 1; cf A. cuite de Marie dans la liturgie romaine
en verdad (cf Jn 4,23). la acción pastoral ni toda la espiri-
Daniels, Devotio, en "Jahrbuch f. Liturgiewis- rénouvée, en VV.AA., IM liturgie expression
tualidad de los cristianos. Es preci- senschaft" 1 (1921) 40-60; J. Chatillon, Devo- de ¡a foi, Roma 1979, 159-178; J. López
2. La liturgia, aun cuando en so ofrecer al pueblo oportunos tio, en Dict. de Spiritualité 3, París 1957, 702- Martín, El año litúrgico, BAC popular, n. 62,
ella predomina el elemento objetivo ejercicios de piedad para completar 716 — 6 A. Verheul, o.c, 215 — 7 Sobre 231-243.
—el / misterio de Cristo y de la su formación cristiana e introducir- devociones en concreto, cf E. Bertaud-A.
iglesia—, no pretende ser la única los en la vivencia del / misterio de Rayez, Devotions, en Dict. de Spiritualité 3, J. López Martín
Cristo (cf SC 105). Los ejercicios cit., 747-778 - - 8 Cf Didaché VIII, 3: ed. D.
forma de piedad eclesial. Más aún, Ruiz Bueno, p. 85; cf J. López Martín, La
para realizar su misión de santifica- piadosos siguen siendo válidos y oración de las Horas, Salamanca 1984, 35-
ción del hombre y de culto a Dios necesarios, no porque el pueblo no 38 — ' Cf J. Pinell, El número sagrado de las BIBLIOGRAFÍA: La reseña bibliográfica más
(cf SC 7), ha de cuidar también los vive la liturgia, sino precisamente horas del Oficio, en VV.AA., MisceUanea completa hasta 1960 es de H.A.P. Schmidt,
elementos subjetivos de la partici- porque ahora puede participar litúrgica in onore di S.E. il Card. Lercaro 2, Introduclio in liturgiam occidentalem, Romae
Roma 1967, 887-934; J. López Martín, o.c, 1960, 87-130. Después de esta fecha: VV.AA.,
pación personal e interior. En este mejor en ella, y dichos ejercicios 54-62 — 10 Cf S. Marsili, Liturgia e devozioni, Liturgie et vie spirituelle, en "La Maison
sentido ha de haber continuidad sirven de preparación y prolongan a.c, 175-181; sobre la Devotio moderna en Dieu" 72-73 (1962-63); trad. española: Liturgia
entre la oración privada y la plega- las actitudes con las que se ha general, cf A. Huerga, "Devotio moderna", en y vida espiritual, Bilbao 1965; también M.
ria común y eclesial. El mismo participado en la celebración. Diccionario de Espiritualidad 1, Barcelona Garrido, Piedad objetiva y subjetiva en la vida
1983, 575-580 (Bibl.). Véanse los ejemplos espiritual en "Liturgia" 17 (1962) 170-180; C.
Espíritu anima una y otra e infunde Koser, Piedad litúrgica y "pia exercitia", en G.
5. La piedad popular merece citados por S. Marsili, a.c, 178-179, tomados
la única devotio, alma de toda ac- de la obra Directori de les hores canoniques, Barauna, La sagrada liturgia renovada por el
ción cultual o piadosa. que se le dedique una mayor aten- del abad García de Cisneros (Montserrat concilio, Madrid 1965, 313-352; A. Verheul,
ción pastoral a causa de los valores 1925) — " Cf E. Cattaneo, // culto cristiano Piedad litúrgica y devoción popular, en
3. La distinción entre liturgia y específicos que contiene y porque es in occidente. Note storiche, Roma 1978, 416- Introducción a la liturgia, Barcelona 1967,
205-232; P. Llabrés, Lo litúrgico y ¡o no
devociones, o entre actos litúrgicos un poderoso medio de eyangeliza- 471 - " Cíib, 518-538 — " Cf S. Marsili, en
litúrgico, en "Phase" 62 (1971) 167-183; S.
y ejercicios de piedad, se basa no ción. Por otra parte, la liturgia Anamnesis 1, o.c. 47-84: Verso una teología
Marsili, Liturgia e non liturgia, en VV.AA.,
solamente en razones jurídicas, sino della liturgia — " Por ejemplo: Obispos del
debe acoger en las celebraciones Sur de España, El Catolicismo popular en el
Anamnesis 1, Torino 1974, 137-156; Liturgia e
también en principios teológicos, de sacramentales las instancias legíti- devozioni: tra sloria e teología, en "Rivista
Sur de España, Madrid 1975; Obispos de las

También podría gustarte