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Gestionar La Progresión de Los Aprendizajes B. Sánchez
Gestionar La Progresión de Los Aprendizajes B. Sánchez
Capítulo 4
GESTIONAR LA PROGRESIÓN DE LOS APRENDIZAJES
Qué es progresar
El eterno debutante
Pero, antes de iniciar propuestas para realizar secuencias didácticas lanzo una pregunta
provocadora pero sincera ¿de verdad aprenden algo nuestros alumnos/as en educación física?
No se dispone de datos sobre la adquisición y logros de aprendizaje en educación
física, por lo que un juicio apresurado es extremadamente delicado. Rink (2000) traza un
cuadro pesimista de la realidad: “los alumnos no aprenden absolutamente nada” dice,
independientemente del método utilizado. Déliginiéres, no siendo tan receloso, se muestra
también escéptico. Según este autor, el profesorado está preocupado por ofrecer una gran
variedad de experiencias al alumnado, con el objeto de que, o le puedan servir como referente
para una práctica posterior o le permitan encontrar la práctica que mejor encaje con sus
características para realizarla fuera de la escuela (Delignières, D. Garsault, Ch., 2004). La
educación física, así concebida, se articula entorno a la lógica de la recreación y no sobre la
idea de la profundización (exigencia). Esto provoca que los alumnos/as no progresen lo
suficiente en el dominio de saberes y se conviertan en puros practicantes/usuarios de prácticas
diversas. Es lo que denomino activismo. Es decir, la asignatura se justifica en la medida que
supone una ejercitación entorno a una actividad.
Para muchos profesores/as, la imagen del eterno debutante es bastante consensuada.
Los mismos alumnos/as, tienen a menudo la impresión de repetir unidades didácticas de
iniciación (baloncesto, voleibol, capacidades básicas, etc.) con los mismos contenidos en cada
curso por los que van pasando, como si las propuestas anteriores no hubieran dejado ninguna
traza duradera en sus experiencias.
Si adoptamos una posición más comprometida nos podemos preguntar ¿cómo hay que
intervenir para favorecer el progreso continuo en el aprendizaje y garantizar la mejora?
De las distintas concepciones del término competencia hay una que incide
directamente en lo que aquí planteamos. Se trata de la que aporta Siedentop, dice así: “una
persona es competente en lo deportivo, cuando demuestra un grado de habilidad adecuado
para participar de forma satisfactoria en deportes, y es capaz de tomar decisiones válidas que
se adecuan al nivel de complejidad del juego en el que participa” (Siedentop, D., Hastie, P.A.,
y Van der Mars, H., 2004).
De esta definición no se puede deducir de forma directa que el dominio y desempeño
de una competencia vaya en detrimento del aprendizaje de las técnicas o habilidades
implicadas en la acción de juego (o práctica). Más bien al contrario, la aparición del término
competencia ha sido una consecuencia de la incapacidad de otras propuestas didácticas, por
no aplicar o integrar los aprendizajes técnicos en situaciones reales o auténticas (aprendizaje
situado). Pensar complejamente en educación física y deporte, no excluye la necesidad de
abordar la enseñanza de técnicas y habilidades individuales. Pero eso sí, cuando se decide
enseñar la técnica se debe hacer con la firme intención de generar aprendizaje de desempeño
auténtico y no simple repetición automática. Por eso es de suma importancia que la técnica
(habilidades) encuentre su integración y contextualización en la realidad, es decir, que el
alumno/a reconozca, además de aprender la habilidad o el gesto técnico, cómo, cuándo y por
qué lo realiza.
Aprender competencias
De la diversidad a la concreción
Se trata de ordenar los contenidos desde los más variados y diversos hasta los más
concretos como vinculación a aprendizajes más exigentes.
Muchos de los requerimientos para la consecución de un aprendizaje es la repetición,
aunque parece más adecuado procurar situaciones alternativas, diversas y variables.
El método tradicional busca lograr el desarrollo de estereotipos, es decir automatismos
que permitan un nivel máximo de economía y eficacia. Estas repeticiones se efectúan con el
objeto de imitar o lograr aproximarse en la medida de lo posible a la técnica exacta o al
modelo perfecto del deporte élite. Bajo la creencia que las técnicas son idénticas y que se
ejecutan siempre de la misma manera, pretenden conseguir que los debutantes las adquieran
de forma mimética.
Los métodos activos consideran imposible que una respuesta se repita dos veces de la
misma manera. De hecho, numerosos estudios biomecánicos y funcionales han constatado que
es imposible encontrar dos gestualidades idénticas, ni siquiera realizadas por la misma
persona. Por lo tanto, la repetición exacta de un gesto es imposible. Si un practicante no
realiza exactamente lo mismo a pesar de sus intentos ¿qué aprende pues un individuo?.
Siguiendo a Riera, J. (1989) coincidimos en que “...el niño no ha aprendido nuevos
movimientos, sino a coordinarlos adecuadamente en función de las exigencias del entorno, es
decir, el niño ha establecido nuevas y estables relaciones con el entorno”. En este contexto
¿qué papel juega la repetición? Parece más adecuado procurar situaciones diversas (Ruiz,
1995) que favorezcan las respuestas adecuadas a entornos diferentes que respuestas únicas
difícilmente repetibles en la realidad. Si lo que el individuo aprende son relaciones con su
entorno, parece lógico qué este sea el objeto de la enseñanza. Los métodos activos intentan
ampliar el campo de vivencias y experiencias sobre situaciones pedagógicas próximas que
inciten al principiante a interpretar y desenvolverse en entornos diferentes. La diversidad o la
variabilidad aparece como algo esencial y más importante que la repetición automática.
Sólo en niveles avanzados parece aconsejable concretar y centrar el trabajo dado el
interés por lograr eficacia y eficiencia en una aplicación a una actividad específica.
EJEMPLO:
– CONDICIONES ESPACIALES
l ¿dónde se puede llevar a cabo la tarea?
– CONDICIONES TEMPORALES
l ¿en qué momento, en qué orden...?
– CONDICIONES INSTRUMENTALES
l ¿con qué material? ¿con qué instrumentos?
– CONDICIONES HUMANAS
l ¿con quién? ¿solo? ¿con otros? ...
De lo simple a lo complejo
El criterio de complejidad creciente es uno de los más mencionados y utilizados en
educación física. La cuestión radica en determinar ¿qué es simple y que es complejo?
En este sentido, la complejidad vendrá marcada por la relación que se establezca entre
el niño/a y la tarea y dependerá, entre otras cosas, de los conocimientos y las experiencias
anteriores. De esta forma, entenderemos la complejidad como un elemento individual,
particular y contextualizado.
Los métodos tradicionales están basados en criterios de análisis de los elementos
(descomposición de la materia en partes para su enseñanza) y aprendizaje sucesivo de los
elementos en cuestión, así como de dominio de la técnica mediante asociación de los diversos.
El educador enseña al niño un repertorio de gestos técnicos que se suponen la base de la
práctica deportiva. El niño, no puede acceder al gesto ideal que representa el gesto del
campeón, por eso se descompone el gesto complejo en elementos más simples que por
acumulación permiten lograr la ejecución completa. En este tipo de enseñanza se utilizan las
"progresiones pedagógicas". Cada una de estas progresiones está compuesta de una serie más
o menos larga de ejercicios que comportan una graduación en la dificultad.
Esta concepción suele representarse por una línea ascendente o pendiente, donde se
sitúan las diferentes propuestas de actividades (fig.1 ). Así, el progreso se produce por
acumulación de progresos parciales (ejercicios técnicos) partiendo de la idea que el niño/a es
una “libro con las páginas en blanco” o si se prefiere una “caja vacía” que debe ser colmada.
En este espíritu, los principiantes no saben hacer nada y el profesor debe colmar sus
insuficiencias. El aprendiz debe pues seguir escrupulosamente los pasos de forma
unidireccional. La comunicación se realiza en el sentido entrenador - deportista.
EJEMPLO:
– INDIVIDUO
– INDIVIDUO + OBJETO
– INDIVIDUO + OTROS
– INDIVIDUO + OBJETO + OTROS
Frente a la idea de “niño/a = caja vacía”, propia del método tradicional, actualmente se
admite la presencia en el sujeto de construcciones de conocimientos y habilidades
anteriormente establecidos y que condicionan notablemente las posibilidades ulteriores. Así,
no se puede concebir un aprendizaje en sí mismo y por sí mismo, sino que éste se integra
obligatoriamente en un repertorio de acciones adquiridas precedentemente. Con otras
palabras, un nuevo acto motor modifica el conjunto de lo que ya existe.
Los principios esenciales que presiden esa concepción son los siguientes:
Partir de la totalidad y no de las partes. En el caso de los deportes individuales, no
necesariamente iniciar la enseñanza a partir de la descomposición del gesto total. En el caso
de los deportes de equipo, partir de la actividad total y en grupo y no del individuo, del
equipo, considerándolo no como una suma de jugadores sino como un conjunto estructurado
con vistas a la realización de un proyecto común; la acción individual va a tomar significación
en relación con esa totalidad, de ahí la necesidad de organizar equipos constituidos por
miembros estables.
Partir de la situación real o de juego. Es a través del dinamismo y la motivación que
impone el juego donde el niño encuentra una importante motivación para seguir aprendiendo.
Es a lo largo del encuentro cuando surgen las dificultades. El partido (en el caso de los
deportes de adversario o de equipo), es el motor esencial, tanto si se trata de deportes como si
se trata de juegos colectivos (cuadro 4.4). Los jugadores, así implicados en la acción, deben
buscar las soluciones para resolver obstáculos. No se hace mención a la memoria motriz, sino
a la reflexión.
EJEMPLO:
– ACTIVIDAD ESPONTÁNEA
desplazarse corriendo en un juego tradicional
– ACTIVIDAD ELABORADA
desplazarse corriendo con otros en una competición improvisada: velocidad,
resistencia,...
– ACTIVIDAD CODIFICADA
desplazarse corriendo en pruebas de atletismo: velocidad, relevos, resistencia, vallas
EJEMPLO:
– DE LA SITUACIÓN TOTAL (actividades que requieren resistencia, fuerza,
flexibilidad, etc.“circuitos”) A ...las partes que lo componen (actividades
que demandan de forma específica una cualidad “interval training”)
– DEL JUEGO GLOBAL A ... las técnicas propias de cada práctica
– DEL PROYECTO PERSONAL A ...las exigencias del tema
De la polivalencia a la especificidad
Es natural que al inicio de cualquier situación con intencionalidad formativa, no exista
una definición clara de cuáles son las pretensiones al finalizar el proceso. De ahí que las
actividades que se propongan en los primeros momentos sean multipropósito, es decir, puedan
tener validez para opciones diferenciadas. Por ejemplo, es difícil predecir si nuestros alumnos
utilizaran las habilidades que les estamos enseñando para una práctica de alto rendimiento,
para su salud física o para el esparcimiento y utilización del tiempo libre. El enfoque inicial
debe ser tal que tenga utilidad en múltiples situaciones. Progresivamente, a lo largo de los
diferentes ciclos, etapas y periodos educativos se tienda hacia propuestas que respetando la
inclinación de los alumnos/as supongan actividades monográficas con finalidades específicas.
EJEMPLO:
– DE LOS MOVIMIENTOS BÁSICOS A ...LAS HABILIDADES
ESPECÍFICAS
– DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS BÁSICAS A ...LAS CAPACIDADES
APLICADAS
– DE LA EXPRESIÓN CORPORAL ELEMENTAL A...LA EXPRESIÓN
CORPORAL INSTITUCIONAL
– DE LOS JUEGOS GENÉRICOS A ...LOS DEPORTES ESPECÍFICOS
Constituye el momento nuclear del proceso ya que es en esta fase donde el docente
incide directamente en los procesos de aprendizaje de los alumnos/as, donde aplica lo que ha
planificado o previsto, donde se enfrenta a la realidad con situaciones no previstas que
requieren tomar numerosas decisiones.
A su vez esta fase tiene tres grandes momentos desde el punto de vista de la
consecución del aprendizaje: un momento inicial, de introducción; un momento de desarrollo,
de proceso; y un momento de cierre de síntesis.
Fase posterior (post impacto)
La secuencia formativa puede ser más o menos extensa en el tiempo: puede tratarse de
una unidad didáctica, de un tema, abarcar un trimestre, etc. En todo caso, debe tratarse de un
periodo de tiempo adecuado para que se produzca un proceso de aprendizaje de determinados
contenidos o de la adquisición de objetivos. Este proceso requiere de tareas o actividades que
ayuden a la consecución del aprendizaje. Estas tareas y actividades estarán en función de si se
trata de la fase inicial (cuando se inicia un proceso de aprendizaje), de la fase de desarrollo
(ejercitación, aplicación, etc. de los distintos contenidos), o de la fase de cierre de la secuencia
(síntesis, balance, culminación, etc.).
A título de ejemplo, en el cuadro 4.1. se señalan algunas cuestiones que el profesor/a
puede preguntarse respecto de una secuencia formativa.
SECUENCIA FORMATIVA
Fase inicial Fase de desarrollo Fase de cierre
¿He presentado correctamente
el tema?
Fase inicial
Fase de desarrollo
Fase de cierre
¿CÓMO DISEÑAR SECUENCIAS FORMATIVAS EN EDUCACIÓN FÍSICA?
Tareas
ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD
“Es el alumno el que aprende y nadie puede hacerlo en su lugar…Y como no hay dos alumnos
iguales, no se puede conseguir el aprendizaje más que por una enseñanza diferenciada”
Meirieu
¿Qué es la diversidad?
La evaluación
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS