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Análisis de texto Los sentimientos del hijo

Se trata, sí, de gente creyente, pero con esa fe que providencialmente han recibido de su
familia. Una fe ciertamente de magnífica factura, una fe sana, pero que en muchos casos no ha
crecido por dentro. Así pues, mientras las cosas van bien y no hay problemas especiales, esa fe
«materna» puede incluso bastar; pero cuando surgen dificultades y hay que tomar decisiones
difíciles sin contar con un ambiente que nos proteja de ciertas provocaciones, entonces
descubrimos, no sin cierta sorpresa, lo pobre que era nuestra personalización del acto de fe y lo
poco que influía en las decisiones que teníamos que tomar.

Me parece central este párrafo porque como cristianos y mantenernos firmen en la fe


debemos poseer una fe madura, si no, será como una casa construida en la arena que viene un
terremoto y se vendrá abajo, pero si tenemos nuestra fe en cimientos sólidos. No nos
derrumbaremos con los problemas de la vida.

La fe no nace de la nada ni de una adhesión a ojos cerrados a una verdad que nos supera o
a un misterio inalcanzable, sino de una constatación o de una lectura en profundidad de nuestra
historia, que trasciende el dato visible para captar tras él una presencia que le da un significado,
una lógica de coherencia y de providencia.

Este párrafo menciona la primera parte del método, que ser refiere a la integrar nuestra
historia a nuestra mirada de fe.

¿Qué es una categoría bíblica? Es un evento central de la historia de Israel, la historia


madre de todas las historias de salvación, que el creyente va reconociendo poco a poco en su
existencia, por pequeña e irrelevante que sea, por ejemplo, la elección, la prueba, la caída, la
esclavitud, la lucha, la liberación, el Mar Rojo, el desierto, el maná, la tierra prometida…

También el método menciona de interpretar nuestra vida a la luz de la Biblia y de la


Historia del Pueblo de Israel.

Y además, muy pocas veces en la vida los acontecimientos se dejan interpretar en su


sentido más profundo nada más suceder, pues «la explicación de una vida es su propia historia» .
Es a menudo la secuencia de los acontecimientos sucesivos lo que da sentido y coherencia a un
evento incomprensible o difícil de interpretar y aceptar.

Este texto aparece la integración de la fe en las categorías religiosas y me llamo la


atención como los acontecimientos no tienen una interpretación estática y definitiva, sino que se
van manifestando lentamente, nunca podemos verlos en todas sus dimensiones, por esta razón,
los acontecimientos son redescubiertos y nunca tienen un significado definitivo.

Es justamente en las cosas ordinarias de cada día donde la fe halla su ambiente y su


alimento natural. Por eso, en la formación inicial hay que educar al joven en una fe que no se
manifieste como tal sólo o sobre todo en las grandes circunstancias de la vida, a la hora de tomar
decisiones especiales. Hay que educarle también en una fe «cotidiana», capaz de tejer cada vez
más la trama de los días, de unir las actividades de cada día como forma normal de vida que le da
color y calor.

Este párrafo es mencionado en la parte del método del método fe y vida presente, ya
que mediante la fe interpretamos toda nuestra vida. No solo los grandes acontecimientos, sino,
que toda nuestra vida.

Y la teología de la nada se convierte en la teología de la abundancia, pasando por así


decirlo a través de la teología del silencio, de la escucha, de la Palabra, del valor de obrar
exclusivamente en virtud de la Palabra... Saberes teológicos todos estos que no se estudian sólo en
clase, sino que nuestros jóvenes debieran en cualquier caso aprender, experimentar, transformar
en «sabor teológico», en gusto de Dios... para ser creyentes.

Este párrafo se refiere a la parte del método fe y vida futura, que menciona la
importancia de la esperanza y de confiar en Dios, que manifestará y nos socarrará en nuestros
proyectos.

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