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SAUL: EL REY QUE PERDIO UNA CORONA.

1 Samuel 8:1-5
1 “Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces
sobre Israel.
2 Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo,
Abías; y eran jueces en Beerseba.
3 Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se
volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.
4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para
ver a Samuel,
5 y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus
caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen
todas las naciones.”

Antes que se estableciera la monarquía en la nación de Israel, el pueblo se guiaba


bajo un estilo de gobierno, no dado en otros lugares sino en ellos: el gobierno
teocrático; es decir, Dios ejerciendo la autoridad.

Este término Teocracia, fue dado por el historiador fariseo Josefo, para definir el
gobierno instituido en el monte Sinaí: “nuestro legislador…ordenó que nuestro
gobierno fuera lo que designaré por el expresivo término de Teocracia: Dios
ejerciendo la autoridad”
En el monte Sinaí el pueblo hizo un pacto con Dios, conocido como el pacto
mosaico (de Moisés), o de la Ley (Jn.1:17), donde ellos se comprometieron en
acatar un reino proveniente de Dios (Ex. 19:5,6). Tras ese casamiento, en pos de
una manifestación de la gloria de Dios (Ex. 19:9, 17-20; Dt.4:11), el Señor les dio
la constitución política/religiosa de su gobierno; organizando así a la “nación de
Israel”. Entonces, se dan los Diez Mandamientos, y otras cientos de leyes (Ex.
20:1-17; Dt. 5:7-21).
Al cabo de 65 años (desde el monte Sinaí al fallecimiento de Josué), luego de la
conquista de la tierra prometida, Canaán, el pueblo de Israel vivió el período de los
Jueces, donde 15 caudillos juzgaron a Israel. Había jueces, en el gobierno
teocrático; porque era Dios quien los instituía.
Fue un periodo de 450 años (1380 a.C. —930 a.C.), Hch. 13:20. Es la historia de
los sucesos relacionados con Israel adaptándose en su nuevo territorio
(Asentamiento); dando como cumplimiento a las promesas de Dios dadas a los
antiguos (Gen. 12:4-7; Ex. 3:8; Dt. 26:9). Pero a pesar, de que Dios les quedó bien
al cumplir su palabra de darles una tierra donde se establecieran como país, ellos
le fueron infiel al Señor, se desviaron de Sus mandamientos, y permeó en ellos
una tremebunda apostasía: cambiando así la adoración a Jehová por Baal y
Astarot (dioses cananeos), Jue. 2:11-19.
Tras ese descarrío, Dios los castigó entregándolos en manos de naciones vecinas
que los para que los subyugara por un tiempo determinado. Y cuando el pueblo se
veía en apretura, clamaban a Dios, y Él les enviaba (de entre ellos) un libertador, y
éste los libertaba y los juzgaba a Israel por el tiempo que fuera necesario, o hasta
su muerte. Por favor lea Jue. 2:11-23.
Quisiera mencionarle los jueces que juzgaron a Israel.
1. Otoniel, juzgó 40 años, Jue. 3:7-11, c. 1332 a.C.
2. Aod, juzgó 80 años, Jue. 3:12-30, c.1234 a.C.
3. Samgar, Jue.3:31, ?
4. Débora y Barac, juzgaron 40 años, Jue. 4:1—5:31, c. 1127 a.C.
5. Gedeón, juzgó 40 años, Jue.6:1—8:35, c. 1087 a.C.
6. Abimelec, juzgó 3 años, Jue.9:1-57, c. 1084 a.C.
7. Tola, juzgó 20 años, Jue. 10:1,2, c. 1061 a.C.
8. Jair, juzgó 22 años, Jue. 10:3-5, c. 1039 a.C.
9. Jefté, juzgó 6 años, Jue. 10:6—12:7, c. 1015 a.C.
10. Ibzán, juzgó 7 años, Jue. 12:8-10, c. 1008 a.C.
11. Elón, juzgó 10 años, Jue. 12:11,12, c. 998 a.C.
12. Abdón, juzgó 8 años, Jue. 12:13-15, c. 990 a.C.
13. Sansón, juzgó 20 años, Jue. 13:1—16:31, c. 930 a.C.
14. Elí, juzgó 40 años, 1Sam. 4:18, c. 890 a.C.
15. Samuel, 1Sam. 17:15-17
16. Joel y Abías, 1Sam. 8:1-3 rechazados por Israel, y quitados.
Hasta el profeta, juez y sacerdote Samuel, llegó el periodo de los Jueces (Hch.
13:20).
La historia bíblica relata, que cuando Samuel envejeció le entregó la judicatura a
sus dos hijos, Joel y Abías, quienes juzgaron a Israel en Beerseba, una ciudad
(Gen. 21:31-33; 22:19; 26: 23,33; 28: 10) de la heredad de Simeón (Jos. 9:1,2)
conocida como la frontera meridional de la tierra (1R. 4:25).

Joel y Abías eran levitas, de los coatitas (1Cr. 6:22-28), Joel tenía un hijo, Hermán,
el cual era cantor (1Cro. 6:33; 15:17). Sin embargo, el comportamiento de ellos
molestó a la nación, y le pidieron a Samuel los quitase y les diera un rey como
tienen todas las naciones (1Sam. 8:4,5).

Tal dicho ofendió al profeta Samuel. Pero Dios habló a Samuel diciendo: “oye la
voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí
me han desechado, para que no reine sobre ellos” (1Sam. 8:7). He aquí el final del
gobierno teocrático. Pero esto no deja dicho que Dios no seguiría en la nación, ni
mandando. Él guiaba a aquellos reyes, les daba un profeta que los amonestara, y
pedía al rey que escribiera una copia del libro de la Ley para que meditara en ella
todo el tiempo que viviera (Dt. 17:18-20).

Sin embargo, ya no sería como antes, como cuando Dios gobernaba. Ahora toma
auge el ministerio profético; pero muchos del pueblo menospreciaron la voz de
Dios a través de los profetas.
Fue un rebajo para la nación: cambiar un gobierno dado por Dios, para establecer
uno humano; es indicio de un decaimiento espiritual del que ya estaba (Jue. 2).

I ¿Quién era Saul?

No olvide, Israel había desechado el gobierno de Dios, querían ser como el resto
de las naciones, aun cuando ellos mismos eran diferentes. (Lo mismo el día de
hoy con el pueblo Cristiano)
1º Samuel 9:1–2 (NTV)
1 Había un hombre rico e influyente llamado Cis, de la tribu de Benjamín. Era
hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, de la tribu de Benjamín. 2

Su hijo Saúl era el hombre más apuesto en Israel; era tan alto que los demás
apenas le llegaban a los hombros. (TLA Ningún Israelita podía compararse con el,)

• Saul = “Aquel que ha sido pedido al Señor”, los Israelitas habían pedido un
rey y Dios se los había dado en este joven.
• Gozaba de buenos atributos físicos, (alto, hermoso, un galán, RV “de
hombros arriba sobre pasaba a cualquiera).
• Los atributos físicos, intelectuales, morales o económicos, no son siempre
signos de aprobación divina.
• Su Padre el hombre rico e influyente había perdido unas asnas, así que
envío a Saúl, a buscarlas. Este muchacho aparentemente no tenía
necesidad de eso, su Padre era rico, para que molestarse por unas burras.
Sin embargo atendió a la voz de su Padre.
• De camino, como no las encontraban, alguien les dijo a el y a su criado que
fueran a ver al vidente (Samuel), para que el les dijera donde estaban las
asnas.
• Cuando el salió de la casa ni se imaginaba que era lo que Dios había
preparado para el.

II. EL LLAMADO DIVINO DE SAUL

• Dios estaba trabajando al mismo tiempo con Samuel, quien hasta ahora
había hecho las labores de legislador en Israel.
• Los israelitas habían pedido un rey, uno que saliera a la guerra al frente de
ellos, tal como las otras naciones, Saul ahora sería el encargado de cumplir
dicha tarea.
• Saul no estaba buscando un reino, sino unas asnas, pero Dios tenía otro
plan para el.
• Cuando Saul recibió el Llamado, Dios nunca lo envió solo, sino que desde
aquel momento, el lo iba a capacitar para hacer tal tarea.
• El encuentro con Samuel no era fortuito, sino preparado por Dios para que
este hombre fuera capacitado para llevar a cabo esta tarea (iba a gobernar
a una nación, no era cualquier cosa).

1º Samuel 10:1–10 (RVR60)


1 Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su
cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su
pueblo Israel?
Dios era quien escogería al Rey (Dt 17:15). Saúl era el principe (Esta por debajo
de la autoridad Divina), Dios seguía siendo el Rey Absoluto de Israel.
La unción, era un práctica que tenía el propósito de dedicar algo o a alguien para
una función en especial (los instrumentos del tabernáculo, los sacerdotes, los
profetas, los reyes mismos)

LAS SEÑALES QUE CONFIRMABAN SU LLAMADO.


1 Samuel 10: 10-11
10 Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía
a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó
entre ellos. 11 Y aconteció que cuando todos los que le conocían antes vieron que
profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al
hijo de Cis? ¿Saúl también entre los profetas?

• Hasta este momento, todo parecía de acuerdo al Plan de Dios, Dios lo


había llamado, Dios lo había capacitado y lo había comisionado
oficialmente a cumplir con esta encomienda.
• Un hombre que, de buscar unas asnas, ahora había sido mudado en otro,
de tal forma que otros podían notar el cambio. Todos los que lo conocían
antes y vieron que profetizaba Dijeron ¿que ha sucedido al hijo de Cis?,
¿Saúl también entre los profetas?
• Este hombre había tenido una experiencia viva con Dios, sus afectos,
deseos, y anhelos ahora eran otros. Todo parecía marchar viento en popa,
Saúl parecía un gran Rey aún y cuando algunos dudaban de el.
• Después de estas cosas, Samuel confirmo a Saul publicamente frente al
pueblo. Incluso Saúl se escondió y tuvieron que traerlo.

III. ¿PERO Y ENTONCES? ¿QUÉ FUE LO QUE PASO CON SAÚL?

Aspectos que no debemos imitar de la vida del rey Saúl, cosas que hicimos que le
fallamos a Dios y esa es la razón por la cual fracasamos constantemente.

1. No seas impaciente
1 Samuel 13:8-13 dice: «Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel
había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba.
Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el
holocausto. Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel
que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. Entonces Samuel dijo:
¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me
desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos
estaban reunidos en Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra
mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y
ofrecí holocausto. Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no
guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues
ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para
siempre.» Podemos imaginarnos la escena de cómo estaba esa plática y Saúl
decide tomar esta mala decisión. Él sabía lo que estaba ocurriendo y decide mal
por su impaciencia.

Definición de Impaciencia
Se califica como impaciente a quien carece de paciencia. Esto quiere decir que
la persona impaciente no tiene la capacidad de esperar algo sin ponerse
nerviosa ni la facultad de realizar acciones minuciosas o complejas que
requieren de calma.

Una cosa que es muy importante como cristianos es aprender a decir y entender
que todo lo que hagamos debemos decir «primeramente Dios». Hay que decir
siempre «Voy a hacer esto primeramente Dios», «Me voy a meter a esta carrera si
Dios quiere» y siempre condicionar las cosas que hacemos a la voluntad de Dios.
Joven, señorita, no tienes que decir: «Voy a hacer esto a esta edad», no te midas
con las demás personas que quizás ya hicieron eso a esa edad, tienes que andar
en los tiempos de Dios y de esa manera vas a poder descansar.

2. No menosprecies la Palabra de Dios


Dice 1 Samuel 13:13 «Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no
guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues
ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.»
El pecado de David fue que mandó matar a Urías y el pecado de Saúl fue la
desobediencia. Saúl no mató a todo lo que estaba en el pueblo y David mató a
Urías para que su pecado fuera encubierto y pudiéramos pensar que David mató
una vida y Saúl salvó una vida y es diferente pero el pecado fue la desobediencia
y el menosprecio a la Palabra de Dios. Uno dijo: «¿Qué de malo tiene que
desobedezca a Dios y conserve lo bueno?» y el otro dijo: «¿Qué de malo tiene
que encubra mi pecado?» Ambos habían menospreciado la Palabra de Dios y hay
que tener cuidado con eso, pensamos «¿por qué mis hijos están en pecado?,
¿Por qué mi matrimonio va mal?» y muchas veces es porque estamos
menospreciando la Palabra de Dios, y lo hacemos cuando venimos a la iglesia y
cantamos y a lo mejor hasta bien entonados pero de nada sirve porque llegamos
el lunes al trabajo y comenzamos a decir malas palabras; de nada sirve que nos
levantemos y comencemos a orar si por la tarde regresamos a casa y abrimos el
refri y sacamos una cerveza; de nada sirve leer 10 capítulos al día si por la tarde
cuando nadie nos ve tomamos el celular y vemos inmoralidad; de nada sirve que
venimos a la iglesia y no creemos en diezmar; menospreciamos la Palabra de
Dios cuando tenemos un ministerio en la iglesia y afuera uno tiene una amante; de
nada sirve ser religiosos y todo es apariencia y cometemos pecados delante del
Señor y él sabe lo que estamos haciendo y estamos menospreciado la palabra de
Dios.

3. No seas un idolatra (1 Samuel 28: 3-25 la adivina de Endor)


1 Samuel 15:22-23 dice: «Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los
holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención
que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la
rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste
la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.» No
seamos como el rey Saúl que era como un idólatra. Nota el versículo 23 «Porque
como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación» ya no tenemos en nuestra casa a la virgen de Guadalupe, ya no
tenemos posters de cantantes, a los ídolos que teníamos antes de conocer a
Cristo, pero muchas veces somos obstinados cuando sabemos lo que tenemos
que hacer y no lo queremos hacer. De nada sirve que se nos enseñe si tenemos
un corazón cerrado. Muchas veces somos obstinados como Saúl lo fue, muchas
veces somos idólatras de ciertas cosas.

4. No nos preocupemos por las apariencias


1 Samuel 15:24-26 dice: «Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he
quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al
pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado, y
vuelve conmigo para que adore a Jehová. Y Samuel respondió a Saúl: No
volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha
desechado para que no seas rey sobre Israel.» Y dice el versículo 30 «Y él
dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de
mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu
Dios.»
De nada sirve que la gente nos aplauda y nos diga «qué bien» si delante de Dios
estamos mal. A Saúl le estaba importando el qué dirán de las personas y de nada
sirve el qué dirán, siempre van a decir algo de nosotros, no podemos agradar a
todas las personas y buscar el favor de la gente porque no vale la pena. Una cosa
es que cuidemos nuestro testimonio y otra nuestra apariencia no dejar que la
gente diga lo que quiera, hay que cuidar nuestro testimonio porque somos
cristianos, una cosa es que cuidemos nuestro testimonio para que pueda ser
honrado nuestro Señor y otra cosa es que cuidemos nuestra apariencia para que
hablen bien de nosotros y digan que «bonito ora ese hermano.» De nada sirve las
apariencias si estamos mal con Dios. El rey Saúl estaba preocupado por lo que
dirían las personas de él.

Consecuencia de todo esto.


Ser desechado por el mismo Dios que lo había elegido
1º Samuel 15:11–23 (RVR60)
11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y
no ha cumplido mis palabras. NBV «Lamento haber hecho rey a Saúl porque
nuevamente me ha desobedecido»Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová
toda aquella noche.
PDT «Saúl ha dejado de seguirme. Me arrepiento de haberlo hecho rey porque
no me obedece». Samuel se molestó mucho y clamó al SEÑOR toda la noche.
SAUL DELIBERADAMENTE NO ESCUCHO LAS ADVERTENCIA DE DIOS POR
MEDIO DE SAMUEL, NUNCA SE QUIZÓ ARREPENTIR, A PESAR DE QUE EL
SABIA QUE EL REINO NO SE LE HABÍA DADO A CAUSA DE SUS CALIDADES,
SINO COMO UN ASUNTO DE GRACIA PURA DE PARTE DE DIOS.

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