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Lourdes Morales Canales

MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA
MULTICULTURALISMO
Y DEMOCRACIA

Lourdes Morales Canales


Instituto Federal Electoral

Consejero Presidente
Dr. Leonardo Valdés Zurita

Consejeros Electorales
Mtro. Andrés Albo Márquez
Mtro. Virgilio Andrade Martínez
Mtro. Marco Antonio Baños Martínez
Lic. Marco Antonio Gómez Alcántar
Mtra. Teresa González Luna Corvera
Mtra. María Lourdes López Flores
Dr. Benito Nacif Hernández
Mtro. Arturo Sánchez Gutiérrez

Director Ejecutivo de Capacitación Electoral


y Educación Cívica
Mtro. Hugo Alejandro Concha Cantú

Primera edición, mayo de 2008

© 2008, Instituto Federal Electoral


Viaducto Tlalpan Núm. 100, esquina Periférico Sur
Col. Arenal Tepepan, 14610, México, D. F.

ISBN: 970-695-103-2

Impreso en México/Printed in Mexico


Distribución gratuita. Prohibida su venta
Contenido
Presentación ............................................................................................................ 7
Introducción............................................................................................................. 9
I. La política de la diferencia: origen y concepciones..................................... 11
II. Las “controversias” y los consensos multiculturalistas.............................. 17
IiI. Ciudadanía multicultural y derechos político-electorales ......................... 25
IV. Derechos políticos y pueblos indígenas en América Latina . ..................... 31
Reflexiones finales.................................................................................................... 39
Bibliografía............................................................................................................... 41
Anexo ........................................................................................................................ 47
Sobre la autora......................................................................................................... 51
Presentación

México es una de las naciones con mayor diversidad cultural. Más del 12% del total de
su población está conformada por pueblos indígenas. La Constitución, en su artículo 2o,
reconoce esta composición pluricultural “[…] sustentada originalmente en sus pueblos
indígenas [….] que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales
y políticas, o parte de ellas”, y garantiza el derecho de estos pueblos indígenas a la libre
determinación en un marco de autonomía que asegure la unidad nacional. También por
mandato constitucional todos tenemos derecho a la igualdad y a la no discriminación, sin
importar origen étnico o nacional, género, edad, capacidades diferentes, religión, opinión,
preferencia o condición social.

Con el reconocimiento de la diversidad cultural y del derecho a la igualdad, la demanda


de derechos por parte de grupos minoritarios obliga a reflexionar sobre cómo hacer que
las diferencias culturales sean compatibles con las prácticas y valores de la democracia
sin que se vulneren derechos.

En este trabajo la doctora Lourdes Morales Canales analiza la importancia de la rela-


ción entre el multiculturalismo y la democracia, con la convicción de que si bien existen
distintos enfoques sobre el primero, todos han llegado a conclusiones irrebatibles: sal-
vaguardar las culturas constituye un derecho fundamental; sin importar el sexo, origen o
preferencia sexual, todos los seres humanos tienen derecho a un trato justo y deben ser
defendidos ante el estereotipo, la discriminación o el abuso, y no se puede tratar igual a
los desiguales y no puede haber equidad si no hay igualdad de condiciones.

Sin embargo, llegar a un acuerdo no ha sido suficiente. En las instituciones políticas


aún no hay representación de todos los grupos que coexisten en una sociedad determinada,
como es el caso de los grupos indígenas, cuya demanda y el principal cuestionamiento,
dice Morales Canales “[...] es la capacidad de incorporar a las instituciones representantes


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legítimos de los pueblos indígenas que tengan la capacidad de promover esquemas de


decisión de carácter colectivo”.

Y mientras continúa la discusión sobre el multiculturalismo y la convivencia entre


diferentes en las sociedades democráticas contemporáneas, se han buscado pautas lega-
les para garantizar derechos. México, como otros países, ha dado pasos para lograr una
mayor y mejor representatividad en el Congreso de la Unión de los diversos grupos que
conforman nuestra sociedad. La autoridad electoral clasificó 28 distritos electorales indí-
genas –por contar con más del 40% de su población perteneciente a algún grupo étnico–,
para garantizar su participación política y con la representatividad adquirida mejorar la
atención a sus aspiraciones y problemas específicos. Esto es un primer acercamiento, pues
como señala la autora, “la lucha por obtener derechos político-electorales y poder ganar
espacios de poder parece constituir el eje central del debate actual sobre el multicultura-
lismo y derechos indígenas”.

Sólo siendo diferentes podrá pervivir la democracia, pues un pensamiento único des-
truye las bases del sistema democrático y lleva al autoritarismo a ultranza. Los valores
democráticos, como la tolerancia y el respeto, dan la posibilidad de convivir juntos con
nuestras diferencias.

Instituto Federal Electoral


Introducción

Este Cuaderno de Divulgación tiene por A través de la revisión de los enfoques


objetivo brindar algunas pistas acerca del más utilizados, podemos llegar a entender
complejo debate sobre el multiculturalis- cómo la noción de multiculturalismo ha
mo y su relación con la democracia. El ido evolucionando y por qué en algunos
multiculturalismo, un tema en apariencia países, con un pasado de colonización y
novedoso y utilizado recurrentemente que actualmente experimentan procesos
cada vez que se hace referencia al re- de democratización, esta corriente de
conocimiento o promoción de derechos pensamiento ha encontrado terreno fértil
específicos (minorías, pueblos indígenas, para su desarrollo. Sin llegar a generar un
grupos culturales, mujeres, homosexua- consenso generalizado, los debates sobre
les), ha sido fuente de debates apasionados las ventajas y desventajas de dar a los
de los cuales todavía no se pueden sacar ciudadanos un tratamiento diferenciado
conclusiones definitivas. a partir de su adscripción cultural o de
identidad, coinciden con un momento his-
Los argumentos a favor y en contra tórico en el cual las sociedades marcadas
de la inscripción de estos derechos, en la por la desigualdad y la exclusión ponen en
ley y en la acción institucional, surgen evidencia los límites de los efectos redis-
tanto en países con procesos recientes de tributivos de la democratización.
democratización como en aquellos con una
larga tradición democrática. En ambos El caso de los pueblos indígenas de
casos prevalece el cuestionamiento acerca América Latina merece una reflexión
de si los derechos destinados a acomodar especial. Desde el movimiento de los
las distintas identidades en un espacio na- Jíbaros en la Amazonia ecuatoriana, has-
cional son o no compatibles con principios ta la reciente postulación de la Premio
básicos de la democracia como la libertad Nobel de la Paz Rigoberta Menchú como
individual y la igualdad social. candidata a la Presidencia de Guatemala,


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pasando por la rebelión zapatista en Méxi- de la población. El movimiento indígena


co, el movimiento indígena de la región logra revertir un esquema de dominación
latinoamericana constituye un momento sistémica, y paralelamente su aparición y
de ruptura, pero también de creación de acciones vinculan demandas específicas de
nuevas formas de relación entre el Estado reconocimiento y de derechos culturales
y la sociedad. Los tratados internacionales, con los intereses de sectores más amplios
las reformas constitucionales y la existen- de la sociedad, exigiendo además el ejer-
cia de instituciones que han dejado de ser cicio pleno de sus derechos de ciudadanía.
“ciegas” a la diferencia son sólo algunas de ¿Cuáles han sido las conquistas de estos
las respuestas que los diferentes gobiernos movimientos basados en la diferencia cul-
generan para tratar de procesar de manera tural y qué desafíos enfrentan ahora?
más eficiente las demandas de un sector

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10
I. La política de la diferencia: origen y concepciones

Una de las cuestiones que se encuentran Sin duda, el fin del modelo de Estado
en el centro de la reflexión acerca del providencia, el resurgimiento de los nacio-
multiculturalismo es el tipo de recono- nalismos en Europa del Este tras la caída
cimiento público que debe de acordarse del comunismo en 1989, los acelerados
a las diferencias culturales, de identidad, flujos poblacionales, los efectos de la
religiosas y de estilos de vida, dentro de modernización con la adopción del co-
una sociedad determinada. mercio sin fronteras, las transformaciones
políticas de países que han optado por la
Esta reflexión, que había sido privile- democracia como la mejor vía para elegir
giada por la filosofía política, se convirtió a sus representantes y, sobre todo, las
desde hace poco más de 30 años, tanto en crecientes desigualdades socioeconómicas
países en procesos de transición democrá- propiciaron que diversos grupos se orga-
tica como en aquellos con democracias nizaran y se hicieran visibles para buscar
bien consolidadas, en motivo de análisis, algún tipo de reconocimiento. Las cifras
movilizaciones, diseño de políticas públi- actuales hablan por sí mismas: se calcula
cas, exenciones legales y disposiciones que en el mundo cerca de 300 millones
constitucionales para una mejor forma de de individuos forman parte de algún
ordenamiento e integración política. ¿En pueblo indígena,2 que alrededor de 15
qué momento las diferencias se convir- millones de personas han sido desplaza-
tieron en fundadoras de un nuevo orden das de sus países de origen por conflictos
político, al grado de preguntarse, como políticos y étnicos, y que cerca de 98 mi-
lo hace Alain Touraine, acerca de la ne-
cesidad de poder vivir juntos con nuestras
diferencias?1
1
Alain Touraine, Pourrons-nous vivre ensemble? Égaux 2
Cifras del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indíge-
et différents, Fayard, París, 1997. nas. Ver www.un.org

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MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

llones de individuos forman parte del flujo La exigencia de una democratización


migratorio en Europa y América.3 más profunda de los sistemas políticos más
allá de aspectos mecánicos o electorales,
La multiplicación de las demandas de ha hecho que la diversidad cultural y la
reconocimiento está vinculada a estos multiplicidad de identidades que tradicio-
cambios históricos, pero principalmente a nalmente eran absorbidas y vehiculadas
los pobres resultados que las democracias por el modelo de Estado-nación, sean tra-
modernas han brindado en la mejoría de tadas de otra manera.
las condiciones de vida de la mayoría
de los habitantes (trabajo precario, desem- En este intento por “democratizar la de-
pleo, pobreza, crisis urbana). Aunque la mocracia”4 se valora el contexto en el cual
adopción de la democracia, principalmen- se desarrollan los diferentes regímenes
te la electoral, cuenta con una infinidad de políticos, eliminando viejos paradigmas,
connotaciones positivas (pocos gobiernos como el del supuesto vínculo estrecho en-
se consideran antidemocráticos), la univer- tre democracia y desarrollo, o la creencia
salidad de los derechos fundamentales y el de que la democracia es un valor principal-
respeto a la dignidad de la persona aún no mente occidental.5 Experiencias de países
han podido ser plenamente garantizados. del sur o provenientes de democracias no
occidentales (como India, Senegal o Sri
Lanka) muestran la posibilidad de crear
formas de participación contrahegemó-
3
La fuente principal para medir la migración en el mun- nicas que no surgen en países desarrolla-
do son los censos realizados por cada país. Sin embar- dos.6 Es en esta concepción de la demo-
go, dado que no existen cifras exactas para medir la
migración ilegal, el Banco Mundial utiliza estudios de
diversos centros especializados en migración (Hispa- 4
Boaventura De Sousa Santos, Democratizing Demo-
nic Center, de la Organización Internacional del Traba- cracy. Beyond the Liberal Canon, Verso, Nueva York,
jo (oit), y el Centro de Migración, Política y Sociedad 2005, pp. xvii-xxiv.
de Oxford). Ali Mansur y Bryce Quillin, Migration 5
Amartya Sen, La démocratie des autres. Pourquoi la
and Remitances. Eastern Europe and the Former So- liberté n’est pas une invention de l’Occident, Manuels
viet Union, Banco Mundial, Washington, 2007, pp. 3- Payot, París, 1999.
7; Barbara Harff y Ted Robert Gurr, Ethnic Conflict in 6
Para un análisis de casos, ver Christophe Jaffrelot, Dé-
World Politics, Dilemmas in World Politics, Westview mocraties d’ailleurs, Démocraties et démocratisations
Press, Boulder, Colorado, 2004, p. 1. hors Occident, Ed. Karthala, ceri, París, 2000.

12
cracia, como un proceso histórico y como a) Pueblos indígenas: se trata de pueblos
una forma de relación entre el Estado y que hacen referencia a un pasado glo-
la sociedad, que se asienta el multicultu- rioso del cual todavía quedan vestigios,
ralismo. Éste no es más que una política que preexistían antes de la formación
inscrita en las instituciones, el derecho y del Estado-nación y que sufrieron la
la acción gubernamental nacional o local, traumática experiencia de la coloni-
para dar a las diferencias culturales cierto zación (América Latina), que fueron
reconocimiento en el espacio público.7 víctimas del exterminio (Norteamérica,
Australia, Nueva Zelanda) o de la escla-
Visto así, la política multicultural pre- vitud (África, Irak, Indonesia) y que se
tende entonces responder a la vez a la encuentran en situación de desventaja
reivindicación de la identidad cultural, social, económica y política frente a
a las aspiraciones de un mejor nivel de una élite dominante. Estos abanderan una
vida y al libre ejercicio de derechos políti- identidad colectiva para cuestionar los
cos. Más que segregar, se trata de reforzar efectos perversos de la asimilación/in-
el espíritu democrático teniendo un amplio tegración forzada (también sería el caso
sentido de la solidaridad. de los catalanes o vascos en España),
reclamando que les sea saldada esta
En general, podemos identificar tres deuda histórica vía una compensación.
escenarios en los cuales grupos o movi- En la legislación internacional, estos
mientos sociales utilizan reivindicaciones grupos son reconocidos jurídicamente
para lograr algún tipo de reconocimiento como pueblos autóctonos.
de derechos:8
b) Inmigración: producto de los flujos
poblacionales, del cambio de modelo
económico y de la circulación del ca-
7
Michel Wieviorka, “Diferencias culturales, racismo y pital, otro tipo de demandas se originan
democracia”, en Daniel Matto (coord.), Políticas de por parte de grupos provenientes de
identidades y diferencias sociales en tiempos de glo-
balización, faces-ucv, Caracas, 2003, p. 28. la inmigración. A pesar de que estos
8
Andrea Semprini, Le multiculturalisme, Col. Que sais- tienden a reproducir características de
je?, puf, París, 1997.

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MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

su cultura de origen dentro del nuevo Desde el punto de vista normativo, los
territorio habitado, en la mayoría de problemas que implican el reconocimien-
los casos se trata de la lucha por dere- to de ciertos derechos son radicalmente
chos de ciudadanía. Desde la década de diferentes cuando se trata de pueblos
los años setenta del siglo xx, en diversas autóctonos, de grupos minoritarios o de
regiones del mundo la inmigración se poblaciones inmigrantes.
ha vuelto un tema central tanto en la
elaboración de políticas públicas como Los pueblos originarios suelen aspirar
en las plataformas electorales; aun así, a ser reconocidos jurídicamente como
no existe todavía un consenso en lo que poblaciones con derecho a preservar o
se refiere a un equilibrio entre el respeto reconstituir sus instituciones sociales y
de los derechos fundamentales y la le- políticas. Dado que son portadores de una
galidad, el número de inmigrantes que cultura particular, solicitan que el Estado
se deben admitir dentro de un mismo otorgue derechos específicos que garanti-
espacio nacional y el tipo de derechos y cen su reproducción.
de servicios que se les puede otorgar.
En el caso de los grupos minoritarios
c) Minorías nacionales: finalmente, des- o de movimientos sociales basados en
de la perspectiva de los movimientos la identidad, se cuestionan las formas de
sociales, existen grupos estructura- incorporación del Estado, y por lo tanto se
dos en torno a valores compartidos, requiere del diseño de políticas destinadas
que desarrollan un sentimiento de per- a revertir la exclusión en la que viven estos
tenencia, que no forzosamente cuentan grupos. El objetivo es generar una mayor
con raíces históricas y que, frecuente- igualdad. Es bajo este criterio que se crea
mente, establecen lazos de solidaridad la discriminación positiva (affirmative
a partir de la exclusión o de la situación action) en Estados Unidos en la década de
de desventaja en la que se encuentran 1960. Como una forma de reparar los efec-
(homosexuales, ecologistas). tos de la discriminación racial hacia los
estudiantes negros y como resultado del
movimiento pro derechos cívicos, algunas

14
de las universidades más prestigiosas de las instituciones del país que los alberga.
ese país deciden establecer cuotas y favo- En la mayoría de los casos, los inmigrantes
recer la admisión de estos estudiantes. Con se esfuerzan por conocer el idioma, las
el paso del tiempo, la discriminación posi- normas y los códigos de conducta de la
tiva se extiende a varias universidades; sin nación adoptiva. Sin embargo, dado que el
embargo, estudios a largo plazo muestran proceso de integración a una nueva cultura
que los resultados en términos de justicia es un paso complejo, las demandas están
social son limitados. Aun así, la discrimi- orientadas hacia medidas que favorezcan
nación positiva muestra la compatibilidad su incorporación protegiendo su identidad.
de este tipo de medidas con los princi- El mejor ejemplo de este tipo de movi-
pios de la democracia liberal.9 mientos es el lanzado por los inmigrantes
en Estados Unidos el 1 de mayo de 2006.
Finalmente, en el caso de los inmigran- Las demandas de los manifestantes for-
tes sus demandas no son un intento por maron parte de una lucha por el ejercicio
reconstituir su cultura de origen dentro pleno de los derechos de ciudadanía.10
de otro Estado-nación creando culturas
paralelas. El carácter voluntario u obli- Ahora bien, desde el punto de vista
gado de su desplazamiento implica un sociopolítico, las demandas de recono-
deber de adhesión y de aculturación a los cimiento pueden también ser formuladas
valores fundamentales y a las normas de como parte de una estrategia que instru-
9
Una de las características principales de la affirmati-
ve action es su carácter temporal, ya que se trata de 10
El 1 de mayo de 2006, millones de inmigrantes, en su
regularizar una situación de desigualdad. En Estados mayoría latinos, realizaron paros y salieron a las calles
Unidos se favoreció la entrada de estudiantes negros, de manera simultánea en varias ciudades de Estados
hispánicos y asiáticos a las universidades, sin embargo, Unidos con las siguientes demandas: el bloqueo de la
no se cumplió cabalmente con la igualdad de condicio- Ley antiinmigrante HR4437, el rechazo a la milita-
nes y la equidad deseada puesto que a diferencia de la rización de la frontera con México, la amnistía a los
primera generación, las segundas y terceras generacio- trabajadores indocumentados que laboran en ese país,
nes provinieron de sectores sociales privilegiados. J. la adquisición de derechos de ciudadanía, el recono-
Thermes, “L’affirmative action et les étudiantes noirs cimiento de derechos laborales y salarios justos para
à Harvard, Yale et Princeton”, en Michel Wieviorka y los trabajadores inmigrantes. Como una muestra de
Jocelyne Ohana, La différence culturelle. Une refor- su deseo de integración, los manifestantes marcharon
mulation des débats, Coloquio de Cerisy, Col. Voix et ondeando simultáneamente la bandera estadounidense
Regards, Ed. Balland, París, 2001, pp. 393-401. junto a aquella de sus países de origen.

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MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

mentaliza la identidad, creando y recrean- Mientras algunos de estos derechos han


do comunidades, con la finalidad de acce- sido reconocidos tanto en la legislación
der al poder. Este tipo de multiculturalismo internacional como en constituciones
suele generar resistencias, principalmente nacionales y en legislaciones específicas,
cuando es utilizado como una forma de otros han sido rechazados tras severos des-
canalizar la emancipación social. acuerdos de orden político y normativo.
¿En qué consisten estos debates?
En una tipología que resulta bastante
útil, Jacob Levy11 clasifica el reconoci-
miento jurídico de los derechos basados
en la cultura como: a) exenciones a leyes
que penalizan o dificultan las prácti-
cas culturales (por ejemplo, la utilización
del peyote en rituales y ceremonias),
b) asistencia para llevar a cabo acciones
que la mayoría puede realizar sin ayuda
(subvenciones), c) derechos de autono-
mía y de autogobierno, d) restricción
de libertades para los miembros ajenos
a la comunidad (propiedad de la tierra),
e) reconocimiento del pluralismo jurídico
y del derecho consuetudinario, f) deman-
das simbólicas (festividades, prácticas
culturales), y g) derechos especiales de
representación.

11
Jacob Levy, “Classifying Cultural Rights”, en Ian Sha-
piro y Will Kymlicka (coords.), Ethnicity and Group
Rights, New York University Press, Nueva York, 1997,
pp. 22-23.

16
II. Las “controversias” y los consensos multiculturalistas

A finales de octubre de 2005, los subur- dentro de un transformador de luz.13 Este


bios parisinos (banlieues) se volvieron el hecho desata una auténtica crisis política:
escenario de violentos enfrentamientos en menos de un mes hay disturbios en
entre jóvenes y las fuerzas del orden. La cerca de 300 comunidades del país y 9,193
llamada “crisis de los suburbios” inicia automóviles son incendiados. Aunque los
en Clichy-sous-Bois (Seine-Saint Denis), participantes de estas manifestaciones
una pequeña comunidad ubicada a apenas no logran formar un movimiento social, ar-
20 minutos en tren de la capital francesa. ticulándose en torno a un proyecto político
En esta zona de grises edificios, marcada específico, la crisis pone en evidencia el
por el desempleo, la diversidad cultural malestar de un porcentaje de la población
y la exclusión,12 dos jóvenes de padres que con sus actos cuestiona la eficacia
inmigrantes mueren electrocutados al del paradigma republicano francés como
tratar de huir de la policía escondiéndose modelo de integración política e igualdad.
El discurso entre los defensores y retrac-
tores del multiculturalismo no se hace
esperar: para algunos, la desigualdad
12
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y de
Estudios Económicos de Francia (insee), en Clichy- social hace imposible que se cumpla el
sous-Bois, 32.8% de la población mayor a los 15 años ideal universalista del ejercicio pleno de
no cuenta con educación básica, lo cual, sin duda, es
bastante inferior a las cifras de países en vías de desa- derechos de ciudadanía. En contraste, los
rrollo; sin embargo, la media en Francia es de 20.7%. críticos del “diferencialismo” señalan que
Lo mismo sucede con otros indicadores: 23.5% de la
población de Clichy-sous-Bois está desempleado en la existencia de este repliegue cultural den-
comparación con el 12.8% de la media nacional (32% tro de un mismo territorio, no es más que la
son personas de entre 15-24 años), el gasto público per
cápita es de 617 euros, mientras que la media france-
sa es de 992 euros. Se calcula que 2,700 de las habi- 13
Se trata de Ziad Benna, de 17 años, y de Bouna Traeré,
taciones están sobrepobladas y que no se cuenta con de 15 años. Ver Jacky Durand y Fabrice Tassel, “Nuit
suficiente apoyo del Estado para brindar una vivienda d’émeute a Clichy-sous-Bois”, en Libération, Francia,
digna (www.insee.fr). 28 de octubre de 2005, p. 3.

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MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

reacción de segmentos de la población que distinguen dos orientaciones aparentemen-


rechazan conscientemente la integración y te irreconciliables: la de los “liberales” y
que, por lo tanto, representan una amenaza los “comunitaristas”15 (o “individualistas”
para la unidad nacional. y “colectivistas”). El debate gira en torno
a la prioridad de la libertad individual
En otras latitudes del mundo, argu- sobre la comunidad. Para los liberales, el
mentos similares son esgrimidos cuando individuo debe ir por encima de las deci-
se trata de la afirmación de identidades siones colectivas. La autonomía individual
o de diferencias culturales en el espacio no permite que sean reconocidos derechos
público. Estos debates no han terminado de grupo, ya que se puede atentar contra la
de responder al desafío que la diversidad libertad de los individuos. En contraparte,
cultural presenta para los regímenes de- los “comunitaristas” consideran que el
mocráticos. Aun así, el choque entre los interés de la colectividad no puede ser
movimientos pro derechos específicos y reducido a los intereses de sus miembros
las reacciones en contra han transitado individuales, ya que éstos se encuentran
por varias etapas. En cada una de éstas inmersos en una red de relaciones. Privi-
prevalece la tensión entre igualdad y li- legiar la autonomía individual es nocivo
bertad y entre justicia e igualdad, valores para la comunidad puesto que ésta man-
que constituyen los pilares de fondo de tiene un equilibrio entre la elección indi-
la democracia. ¿Hasta dónde se pueden vidual y la protección de la forma de vida
reconocer derechos específicos sin poner en común que permite que la comunidad
en riesgo la unidad del Estado?, ¿qué de- continúe subsistiendo.
rechos contribuyen a la construcción del
ideal de justicia y democracia?14 15
En un sentido limitado, los comunitaristas defienden
la existencia de comunidades cerradas que prohíben el
acceso a la “otredad” y al universalismo. Son, según
En la primera etapa, que retoma un Steven Lukes, “antiliberales duros cuya finalidad es
debate clásico de la filosofía política, se claramente la de crear y proteger comunidades funda-
das sobre culturas de reconocimiento claramente de-
14
Will Kymlicka, “Derechos de las minorías y globali- finidas” (Steven Lukes, “L’arrachement social et ses
zación”, en Ferran Requejo (coord.), Democracia y mythes: sur la querelle entre libéralisme et communau-
pluralismo nacional, Ed. Ariel Ciencia Política, Bar- tarisme”, en Le Banquet, núm, 7, segundo semestre,
celona, España, 2002, pp. 25-48. París, 1995, p. 180).

18
La segunda etapa se centra en el papel La tercera etapa surge con fuerza en
de la cultura y la identidad dentro de el mundo anglosajón de los años sesenta,
las democracias liberales. El debate se particularmente en Estados Unidos y Ca-
presenta entre aquellos que defienden nadá (Québec), pero vuelve a retomarse
a los grupos que siendo culturalmente bajo otro contexto en la década de 1990
diferenciados se adhieren al consenso con la aparición del movimiento indígena
liberal-democrático, pero que discrepan en América Latina.
sobre la interpretación dominante de estos
principios, concretamente: el papel del Esta etapa, que sin duda retoma aspec-
lenguaje, la nacionalidad y las identidades tos de la anterior, hace énfasis en la reivin-
étnicas en el seno de las sociedades y las dicación de derechos de las minorías o de
instituciones.16 Aunque subsiste la tensión grupos específicos, frente a los procesos
entre libertad y cultura, en esta etapa se de construcción del Estado-nación (nation-
logran delimitar las reivindicaciones de building). En este sentido, se cuestiona la
los grupos etnoculturales tratando de es- neutralidad del Estado y la aplicación de
tablecer puentes entre una y otra postu- políticas de integración y asimilación fren-
ra, en defensa de la unidad del Estado te a los grupos culturalmente diferenciados
y la democracia. Algunos autores como inmersos en una “cultura societaria”18 que
Charles Taylor, se inclinan por defender tiende a ser pluralista. En teoría, una cultu-
la compatibilidad que existe entre el “re- ra societaria implica la interiorización de
conocimiento” de la identidad y la cultura valores comunes con instituciones sociales
con los principios de libertad y la igualdad incluyentes. Sin embargo, la principal
dentro de las sociedades modernas.17 crítica es que dichos procesos de construc-
ción implican la imposición de una cultura
dominante sobre otra, con lo cual el Estado
16
Donna Lee Van Cott, “Democratization and Constitu- no puede ser neutral sino que privilegia la
tional Transformation”, en The Friendly Liquidation of
the Past. The Politics of Diversity in Latin America, cultura de la mayoría.
University of Pittsburgh Press, Pitt Latin American
Series, Pittsburgh, 2000, pp. 1-35.
17
Charles Taylor, Multiculturalism and the Politics of
Recognition, Princeton University Press, Princeton, 18
Will Kymlicka, “Derechos de las minorías y globaliza-
1992. ción”…, op. cit., p. 33.

19
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

En contraposición a estos principios, En Francia, los republicanos defienden


existen quienes pretenden defender una la existencia de un espacio público na-
“cultura etnicizada”. Esta última to- cional, de naturaleza contractualista, en
ma la reproducción de una cultura y de una el cual debe existir una clara separación
identidad particular como uno de sus entre lo público y lo privado. Desde esta
principales objetivos. En esta etapa no perspectiva, los particularismos no quedan
sólo existe un antagonismo entre uno y prohibidos sino simplemente confinados al
otro esquema, ya que inevitablemente espacio privado.19 Siendo la República una
se puede privilegiar a una cultura en e indivisible, en el espacio público no debe
detrimento de otra, sino que además las haber más que ciudadanos libres e iguales
demandas de reconocimiento por parte de puesto que el espacio de la ciudadanía es
los grupos culturalmente diferenciados son un espacio neutro. En contraparte, los “di-
elaboradas desde la perspectiva de grupos ferencialistas” aseguran que el Estado-na-
subordinados política y económicamente, ción no ha logrado brindar ese espacio de
por lo que son vinculadas a exigencias ciudadanía a todos, y que por lo mismo,
sociales. sólo un tratamiento apolítico de las de-
mandas de reconocimiento de las minorías
En este sentido también se ubica la que- o grupos culturales puede garantizar una
rella reavivada a raíz de los flujos migrato- auténtica igualdad ciudadana.20
rios en Europa, la cual ha sido abanderada
entre “republicanos” y “diferencialistas”.
19
Un ejemplo de la defensa de la laicidad en Francia es la
utilización del velo por parte de las alumnas que prac-
Tanto el modelo republicano estadouni- tican la religión islámica. Alain Touraine asegura que
dense como el modelo “jacobino” francés actualmente la laicidad debe reformularse no como
una separación completa entre vida pública y privada,
se basan en un ideal de integración a tra- sino como un espacio de interculturalidad, un “diálogo
vés de la asimilación cultural (melting pot) entre culturas”. Alain Touraine, “Les conditions de la
communication interculturelle”, en Michel Wieviorka
de todos los individuos. Sin embargo, la (coord.), Une sociéte fragmentée? Le multiculturalis-
desigualdad pone en entredicho la efica- me en débat, La Découverte, Col. Essais, París, 1996,
p. 315.
cia de ese ideal de construcción. 20
Charles Taylor, Michael Walzer, Michael Sandel y
Alasdair Macintyre son identificados por la mayoría
de los comentaristas como los principales críticos “co-
munitaristas” del liberalismo. Sin embargo, ninguno

20
Estos debates pueden llevar a conclu- homogéneo no es adecuada en contextos
siones diversas, sin embargo, algunos plurinacionales y globalizados, o dicho de
consensos pueden ser señalados. En pri- otra manera, no se puede tratar igual a los
mer lugar, se trata de la aceptación casi desiguales y no puede haber equidad si no
generalizada de que el derecho a salva- hay igualdad de condiciones, lo cual re-
guardar una cultura, o bien que el derecho quiere hacer excepciones.22 La regulación
a la sobrevivencia o protección de una plu- de ciertos derechos culturales, incluidos
ralidad de culturas, constituye un derecho los derechos de las minorías nacionales
fundamental.21 y su reconocimiento constitucional, no
debería presentar obstáculos para su re-
En segundo lugar, que sin importar el conocimiento.
sexo, origen o preferencia sexual, todos los
seres humanos tienen derecho a un trato Visto así, el multiculturalismo deja de
justo, y que por lo mismo, los miembros ser satanizado. Sin embargo, las resisten-
de un grupo culturalmente diferenciado, ya cias obligan a distinguir entre un tipo de
sea en lo individual o en lo colectivo, de- “multiculturalismo positivo”,23 en el cual
ben ser defendidos ante el estereotipo, la las demandas de los grupos vulnerables
discriminación o el abuso. son compatibles con los principios libera-
les porque permiten reforzar los principios
En tercer lugar, que los regímenes de- de libertad e igualdad, y un “multicultura-
mocráticos que se basan en la idea republi- lismo negativo” o radical, que implica la
cana de la unidad política y el tratamiento
22
Ferran Requejo (coord.), Democracia y pluralismo
de ellos se identifica con algún movimiento comuni- nacional, op. cit., p. 15; René Otayek, Identité et dé-
tarista. En todo caso, los comunitaristas en un sentido mocratie dans un monde global, Presses de Sciences
amplio, son aquellos que se interesan en la pre- Po, París, 2000; Will Kymlicka, “La evolución del
servación de las culturas elaborando una crítica a debate sobre los derechos de las minorías”, en La po-
las prácticas y teorías liberales. Justine Lacroix, lítica vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y
Communautarisme versus libéralisme. Quel modèle ciudadanía, Paidós Ibérica, Col. Estado y Sociedad,
d’intégration politique?, Col. Philosophie et Société, Barcelona, 2003.
Université de Bruxelles, Bélgica, 2003, pp. 59-60. 23
Esta cuestión constituye para Kymlicka parte de la “se-
21
John Rex, “The Concept of a Multi-Cultural Society”, gunda etapa” del debate sobre el multiculturalismo, en
en Race and Ethnicity, Open University Press, Inglate- la cual se discrepa sobre la interpretación de los dere-
rra, 1992, pp. 119-120. chos liberal-democráticos en sociedades multiétnicas.

21
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

restricción de los derechos individuales y Giovanni Sartori, uno de los más duros
la exacerbación de los comunitarismos.24 críticos del multiculturalismo, acepta el
pluralismo basado en la tolerancia, el con-
Esta separación, fácil de realizar en senso y la comunidad buscando “vivir
la teoría, pero difícil de distinguir en la juntos en la diferencia”, mientras que
práctica, ha sido planteada de distintas ma- percibe al multiculturalismo como una
neras: René Otayek, cuyas reflexiones se amenaza. Para el filósofo italiano, éste es
basan en una larga experiencia de estudio una maquinaria de la diversidad (diversity
de campo en las sociedades africanas, di- machine) que constituye un proyecto ideo-
ferencia el “identitarismo negativo”, vol- lógico destinado a producir y exacerbar las
cado sobre la defensa de la alteridad diferencias.26
de grupo, y la reivindicación cultural
“positiva”, respetuosa del lazo social y En esta dicotomía, Michel Wieviorka
nacional. En el mismo sentido, Amitai pone de relieve la relación entre iden-
Etzioni ve en la idea comunitaria un nú- tidades culturales y justicia social. Así,
cleo de interrelaciones solidarias, pero no el autor distingue el multiculturalismo
como un repliegue grupal de unos contra “integrado”, es decir, en una sola acción
otros, y propone la “sociedad comunitaria” hay demandas de reconocimiento y lucha
para diseñar una propuesta en la que se política contra las desigualdades sociales,
articulan valores comunitarios sin perder y el multiculturalismo “fragmentado”, que
de vista la sociedad global, para así desa- separa el tratamiento de las diferencias
rrollarlos en la sociedad. En su propuesta culturales de las desigualdades sociales.
“moderada”, como él mismo la llama, La primera categoría aspira a reforzar a
Etzioni advierte el peligro de las llamadas la nación, poniendo el reconocimiento de la
“políticas de la identidad” que refuerzan diversidad cultural y el combate contra
la idea de las diferencias grupales como la injusticia social al servicio de la unidad
totalizadoras.25 nacional. En la segunda, se encuentran
24
Se entiende por comunitarismo la dominación de la
las políticas compensatorias expresadas
voluntad individual por los valores de la comunidad.
25
Amitai Etzioni, “Pluralismo en la unidad”, en La nueva 26
Giovanni Sartori, Pluralisme, multiculturalisme et
regla de oro. Comunidad y moralidad en una sociedad étrangers. Essai sur la société multiethnique, Ed. Des
democrática, Paidós, Barcelona, 1999, pp. 225-253. Syrtes, París, 2003, pp. 27, 61.

22
a través de medidas como la ya citada ralidad plantea el intercambio y el respeto
discriminación positiva. mutuo entre distintos grupos culturalmente
diferenciados.
Aun así, Wieviorka asegura que el mul-
ticulturalismo se ha manifestado a través Es claro que los dilemas planteados
de políticas aplicadas “desde arriba”, las en las distintas etapas del debate sobre
cuales corren el riesgo de fijar las diferen- el multiculturalismo no se han resuelto,
cias culturales reconociendo pero a la vez y sin embargo una cuarta etapa parece
prohibiendo eventuales procesos de des- dibujarse. Si efectivamente, como dice
composición y recomposición. Es en este Wieviorka, las políticas multiculturales
sentido que el tema de la identidad parece han sido aplicadas “desde arriba”, actual-
en sí problemático, puesto que en primera mente la retórica multicultural ha sido
instancia se trata de un concepto dinámico también apropiada “desde abajo” y ha
que se va construyendo y reconstruyendo sido motivo de luchas y movilizaciones
en el tiempo, y en segundo lugar, todos los por parte de grupos que no sólo buscan
individuos pueden tener adscripciones a un reconocimiento constitucional sino
varias identidades a la vez (social, étnica, también el ejercicio de derechos políticos
política, cultural, etc.).27 basados en la diferencia.

Por lo tanto, Wieviorka propone a la


interculturalidad como proceso de reco-
nocimiento mutuo entre culturas –ya sean
minoritarias o dominadas– en el seno de
una sociedad. Para el autor, la intercultu-
27
En este sentido, Amartya Sen recuerda que debe de
haber una distinción entre el multiculturalismo y el
monoculturalismo plural. A partir del modelo de in-
tegración de inmigrantes en Gran Bretaña, el autor
alerta sobre los problemas de un multiculturalismo que
reduzca la capacidad de los individuos a escoger la
adscripción cultural que más les convenga. Amartya
Sen, Identity and Violence. The Illusion of Destiny,
Norton & Company, Nueva York, 2006.

23
III. Ciudadanía multicultural y derechos político-electorales

A lo largo de las distintas etapas del debate el reconocimiento público de sus especi-
sobre el multiculturalismo se han generado ficidades culturales.
cambios significativos tanto en las legisla-
ciones como en la forma de hacer política. La base de este reconocimiento es que
Sin duda, la aportación más significativa las políticas de asimilación son insuficien-
ha sido la nueva concepción en la relación tes para garantizar una auténtica democra-
Estado-sociedad, según la cual adscribir cia puesto que se ignora la necesidad de
ventajas o derechos con base en la iden- las personas de ver reconocida su digni-
tidad cultural o en la pertenencia no es dad, no solamente como ciudadanos sino
algo arbitrario ni tampoco es sinónimo de también como portadores de una cultura,
fragmentación social. Por el contrario, en misma que por la historia de dominación
ciertos contextos, el no otorgar derechos es minimizada o devaluada. Aun así, toda
específicos (identidad, pertenencia cultu- protección de particularismos no se hace
ral, lengua) puede ser fuente de discrimi- de manera incondicional, ésta cuenta
nación y de injusticia. con ciertos límites que buscan evitar la
oficialización o promoción de prácticas
En esta línea de pensamiento, autores autoritarias o violaciones a los derechos
como Will Kymlicka, Charles Taylor fundamentales. Sin embargo, el ejercicio
e Iris Young sostienen que el respeto y de este tipo de ciudadanía abre un nuevo
promoción de los derechos culturales de frente que ya no tiene que ver con la jus-
ciertos grupos pueden coexistir con los ticia de las demandas de reconocimiento,
valores democráticos, ya que un modelo sino con el ejercicio de derechos políticos
de ciudadanía multicultural es posible. La concretos. Es decir, en este intento por
teoría en torno al reconocimiento de una alcanzar niveles de igualdad se busca que
sociedad multicultural tiende a conciliar el reconocimiento no sea únicamente retó-
la igualdad de todos los ciudadanos con rico sino que existan resultados concretos.

25
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

En lo que ha sido identificada como la En general, los derechos políticos son


cuarta etapa de los debates multicultura- aquellos que conforman el cuerpo de obli-
les, el reconocimiento de los derechos de gaciones y derechos fundamentales, que
las minorías o grupos subordinados, está inspirados en la Ilustración son atribuidos
vinculado a la estabilidad social a largo a toda la humanidad. La Declaración Uni-
plazo. Las demandas de estos grupos están versal de los Derechos Humanos establece
centradas en la participación política y en como principio que la “voluntad del pue-
la creación de mecanismos institucionales blo es el fundamento de la autoridad de
que favorezcan la toma de decisiones por los poderes públicos”.29 Así, los derechos
parte de grupos culturalmente diferencia- destinados a la integración de instancias
dos. Se trata de derechos político-electo- de representación política son: el voto y la
rales como la participación, la consulta, la elegibilidad, el acceso a cargos públicos
representación política étnica, el ejercicio de autoridad, la libertad de asociación, de
de derechos de autonomía y de autogobier- expresión política y de reunión. Todos
no (self-government) que en algunos casos ellos están vinculados a la participación
son formulados en términos colectivos y en los asuntos públicos. En la actualidad,
buscan ampliar el ejercicio de la ciudada- la aceptación del universalismo de estos
nía responsable. El planteamiento es no derechos es incuestionable; sin embargo,
solamente que las instituciones dejen de cuando se habla de la creación de meca-
ser “ciegas a la diferencia”, para retomar nismos destinados al ejercicio de estos
una expresión de Charles Taylor, sino que derechos a partir de una categoría cultural
se propone la instauración de mecanismos específica, no existe la misma aceptación
especiales dentro de ellas. En términos de universalista.
Kymlicka, esto significa “dar una voz a
las minorías”.28 ¿De qué tipo de derechos Esto es, en gran parte, porque la reivin-
estamos hablando? dicación del autogobierno con el ejercicio
de cierta autonomía política y territorial o
28
Will Kymlicka, “Donner une voix aux minorités”, en
La citoyenneté multiculturelle. Une théorie libérale du 29
Declaración Universal de los Derechos Humanos,
droit des minorités, Ed. La Découverte, Politique et artículo 21, www.unesco.org/general/fre/legal/droits-
Société, París, 2001, pp. 194-216. hommes.shtml

26
los derechos especiales de representación, estos son formulados en términos colecti-
requieren de un diseño institucional espe- vos. Sin embargo, en diversas sociedades
cífico y de una redistribución del poder. la participación ciudadana ha sido limitada
El Estado se ve entonces confrontado a al acto electoral y la representación se ha
la tensión entre el mantenimiento de la convertido en monopolio de una élite bu-
unidad política y la garantía de equidad rocrática. En estos contextos, la desafec-
en la acción representativa. La preocu- ción política y el abstencionismo, la falta
pación frente a este tipo de demandas es, de identificación entre representantes y
entonces, si la virtud cívica y la estabilidad representados, la crisis de legitimidad y la
política se ven o no amenazadas al otorgar subrepresentación de fuerzas políticas son
derechos políticos basados en la pertenen- fuertemente cuestionados. La exigencia
cia “cediendo” espacios de poder. de una participación y una representación
política en términos culturales toma fuerza
Fenómenos como el ejercicio del au- a través de luchas, movilizaciones y nue-
togobierno conllevan a la adaptación de vos liderazgos, generando adaptaciones y
las instituciones a sistemas normativos respuestas institucionales.
internos, o al reforzamiento de una doble
identidad: la nacional y la étnica o cultural, Entre estas adaptaciones, Kymlicka
lo cual plantea la disyuntiva entre atender identifica dos formas de reconocimiento
demandas justas a costa de la fragmenta- de derechos políticos: aquellos basados
ción política, o bien arriesgar la estabili- en los derechos de “protección externa” y
dad política y generar conflictos al no dar los de “restricción interna”.30 Las medidas
cabida a demandas legítimas. de protección externa son aquellas que el
Estado introduce para proteger y defender
La “politización de la etnicidad” reavi- un grupo subordinado o minoritario con
va temores y críticas por las prácticas que respecto a las presiones de un grupo ma-
se pueden engendrar. Por ello, no todos yoritario o dominante. Se trata de derechos
los países con poblaciones pluriculturales que buscan reforzar la libertad individual y
reconocen con facilidad espacios de poder
basados en la diferencia cultural, y más si 30
Will Kymlicka, “Droits individuels et droits collectifs”,
en La citoyenneté multiculturelle..., op. cit., pp. 59-72.

27
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

la igualdad política en el seno de un Estado de partidos indígenas en sus diversas mo-


que no es etnoculturalmente neutro.31 dalidades (monoétnico, de base étnica y
exclusivamente indígenas) forman parte
En el terreno político-electoral estas de estos derechos.
medidas se traducen en mecanismos
que incorporan a grupos subordinados o En contraparte, los derechos etno-
minoritarios a los procesos de formación políticos de “restricción interna” son
de la voluntad jurídica y política del Es- aquellos que permiten la cohesión y la
tado nacional.32 Se trata de la puesta en sobrevivencia de un grupo específico. Su
marcha de mecanismos compensatorios finalidad es la reproducción cultural por
como la creación de circunscripciones la vía de la protección de sus miembros
especiales, la distritación con criterios contra las presiones externas y el impacto
culturales o “gerrymandering afirmati- desestabilizador de la disidencia interna
vo”,33 la representación por regiones, las (por ejemplo, no seguir la costumbre).
curules reservadas (cuotas) y la técnica En palabras de Kymlicka, se trata de
del “mejor perdedor”.34 Asimismo, los es- “derechos de un grupo contra sus propios
tatutos partidistas que tienden a favorecer miembros”.35 En el plano político-electoral
las candidaturas indígenas o la formación estos derechos son aquellos que la ciuda-
danía étnica construye y la ciudadanía en
general tolera, reconoce, pero también
31
Ibíd., p. 31.
32
Raúl Ávila Ortiz, “Representación de minorías étni- delimita. La expresión más frecuente es el
cas”, en Dieter Nohlen, Sonia Picado, Daniel Zovatto autogobierno y el desarrollo de sistemas
y José de Jesús Orozco (comps.), Tratado de derecho
electoral comparado de América Latina, ife/iidh/Uni- normativos internos.
versidad de Heidelberg/tepjf/fce, México, 2007, pp.
693-705.
33
Se trata del diseño administrativo de un distrito elec- de haber perdido, obtienen un número considerable de
toral destinado a favorecer los derechos de un grupo votos. Esto se hace con la finalidad de mantener un
minoritario, vulnerable o subordinado. En realidad, equilibrio en la representación política. Arthur Rey-
fuera de algunos casos contados (Estados Unidos), el nolds y Bob Reilly (coords.), Manual para el diseño
aspecto cultural es uno más dentro de toda una serie de sistemas electorales del Institute for Democracy
de criterios, como el tamaño del distrito y el número de and Electoral Assistance (idea) Internacional, idea/te-
votantes que ahí residen. pjf/ife, Serie Manuales, México, 2000, pp. 106-108.
34
Este sistema es utilizado en las Islas Mauricio y atribu-
35
Will Kymlicka, “Droits individuels et droits collectifs”,
ye curules parlamentarias a los candidatos que, a pesar op. cit., p. 32.

28
La noción de autogobierno está vincu- Estados independientes. Aun así, en los
lada al ejercicio de la autonomía y la movimientos articulados en torno a un
autodeterminación. En su definición más proyecto de identidad, cultural y de demo-
simple, el autogobierno es la “capacidad cratización, la autodeterminación revindi-
de gobernarse bajo sus propias normas”. cada no es sinónimo de separatismo. Ésta
Sin embargo, este derecho ha sido recono- implica la capacidad de influir sobre el
cido dentro de los límites de los principios orden político de una región con el único
establecidos por la Constitución de cada fin de preservar una identidad cultural,
país. La proposición de la Declaración histórica o territorial.37
Americana sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas elaborada en 1997 por Aun así y a partir de la clasificación de
la Comisión Interamericana de Derechos derechos antes mencionada, la mayoría
Humanos (cidh), establece que el auto- de los derechos reconocidos en las legis-
gobierno es el derecho de un pueblo a laciones corresponden a la categoría de
“determinar libremente su estatus político “protección externa” (derechos territoria-
y promover libremente su desarrollo eco- les, lingüísticos, programas compensato-
nómico, social, espiritual y cultural”.36 rios). Esto no sucede cuando se trata de
derechos de “restricción interna”, cuyo
La demanda de ejercicio de este tipo de reconocimiento depende del contexto
autonomía adquiere un sentido distinto al político y del impacto que este tipo de
que se le había otorgado en la legislación derechos puede provocar en el conjunto
internacional. Durante muchos años la de los diversos sistemas políticos.
autodeterminación fue percibida como
un derecho exclusivo de países en vías de En el terreno político-electoral ambas
descolonización (autodeterminación ex- categorías de derechos (“protección ex-
terna), cuya finalidad era la formación de terna” y “restricción interna”) presentan

36
Proyecto sobre la Declaración Americana sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas (aprobado por la Co-
37
E. I. Daes, nota explicativa referente al Proyecto de
misión Interamericana de Derechos Humanos el 27 de Declaración de los Derechos de los Pueblos Autócto-
febrero de 1997, sesión 1333, 95 periodo ordinario nos, Doc E/CN.4/Sub.2/1993/26/Add.1, 19 de julio de
de sesiones), artículo 15 d. 1993, pp. 19, 21.

29
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

rasgos en común: están basados en la decisiones políticas, económicas y terri-


diferencia cultural. Ambos tipos de de- toriales que les competen. Finalmente, el
rechos implican el reconocimiento y el ejercicio de estos derechos político-elec-
ejercicio de prácticas culturales y políti- torales implica una nueva organización
cas diferentes a las que prevalecen en el del Estado. Esto es particularmente visible
sistema dominante. En este sentido, las en América Latina, donde la participación
formas de participación local en ámbitos política de los pueblos indígenas pasa por
no exclusivamente electorales (asam- las instituciones formales, pero también
bleas comunitarias, consultas, regionaliza- por la identidad, la autonomía, la defensa
ción) se vuelven particularmente atractivas del territorio y la movilización social, ge-
para vincular a la democracia representati- nerando nuevas formas de participación y
va con la democracia participativa. de desarrollo local.

Desde esta perspectiva, la política mul-


ticultural fomenta, en primera instancia, la
evaluación de mecanismos convencionales
de la democracia representativa, como la
representación proporcional, cuya práctica
ignora los particularismos y por lo mismo
puede ser excluyente de una parte de la
población que se siente cada vez menos
representada en las esferas de decisión. En
segundo lugar, no se puede perder de vista
la naturaleza de estos derechos. Cuando la
lucha por conquistar mayores derechos po-
líticos proviene de pueblos originarios que
han sufrido una situación de dominación
política y económica, las reivindicacio-
nes adquieren la legitimidad de quienes
necesitan participar y formar parte de las

30
IV. Derechos políticos y pueblos indígenas en América Latina

La región latinoamericana ha sido un te- lugar, no se puede ignorar la influencia


rreno propicio para la aplicación de la po- del establecimiento de acuerdos y tra-
lítica multicultural: ésta se ha convertido tados internacionales que otorgan a los
en una forma de relación entre el Estado derechos indígenas el estatus de derechos
y los pueblos indígenas que han busca- fundamentales. Finalmente, ambas cir-
do conquistar ciertos derechos. Del total de cunstancias coinciden con el proceso de
habitantes que conforman este bloque del democratización: cambio de régimen y
continente, 43% se consideran indígenas, nuevo modelo económico, lo cual obliga a
y se encuentran concentrados principal- enfrentar las contradicciones entre demo-
mente en la región de Mesoamérica y los cratización, neoliberalismo, desigualdad
Andes.38 social y exigencias de ciudadanía.

Además del contexto político e his- Desde principios de las décadas de 1970
tórico ya descrito en lo que se refiere a y 1980, en diversos países de América
la adopción del multiculturalismo, en Latina, y bajo la influencia de la crisis
América Latina la “política del reconoci- agrícola, las migraciones y los conflictos po-
miento” surge en un momento en el que líticos, nace una serie de organizaciones
convergen tres situaciones en particular: provenientes de los movimientos campe-
se trata, en primer lugar, de la emergencia sinos y populares, los cuales se estructuran
de movimientos indígenas tanto a nivel en torno a una identidad étnica.39
nacional como internacional. En segundo
La dimensión étnica se convierte en un
elemento central de articulación y movili-
38
Rachel Sieder (coord.), Multiculturalism in Latin Ame- 39
Yvon Le Bot, Violence de la modernité en Amérique
rica. Indigenous Rights, Diversity and Democracy, Latine. Indianité, société et pouvoir, Ed. Karthala, Pa-
Palgrave Macmillan, Londres, 2002, p. 1. rís, 1994.

31
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

zación con demandas vinculadas al control sólo permite definir la noción de “pueblo
de los recursos naturales y a la defensa de indígena”, sino que además delimita los
la tierra. Este fenómeno proviene en gran derechos políticos, sociales, territoriales,
parte de la crisis agrícola, del agotamiento de identidad y culturales a los que tiene de-
del Estado populista y de la pérdida de efi- recho una población originaria. Gracias a
cacia de los canales de intermediación de este instrumento internacional queda esta-
carácter corporativista y clientelar, por lo blecido que un pueblo indígena es aquél:
que los indígenas buscan otras formas de
mediación con las estructuras estatales.40 a) […] cuyas condiciones sociales, culturales y
económicas les distingan de otros sectores de
En algunos casos, otros elementos ejercen la colectividad nacional, y que estén regidos
su influencia: el surgimiento de nuevos total o parcialmente por sus propias cos-
liderazgos indígenas se ve favorecido por tumbres o tradiciones o por una legislación
las políticas indigenistas (maestros bilin- especial;
b) […] por el hecho de descender de poblacio-
gües), pero también por la influencia de nes que habitaban en el país o en una región
la Iglesia católica, la cual, tras el Concilio geográfica a la que pertenece el país en la
Vaticano II y la Conferencia Episcopal época de la conquista o la colonización o
del establecimiento de las actuales fronteras
de Medellín, centra sus esfuerzos en “la
estatales y que, cualquiera que sea su situa-
opción preferencial para los pobres”, tra- ción jurídica, conservan todas sus propias
bajando con una teología de la liberación instituciones sociales, económicas, culturales
emancipadora. y políticas, o parte de ellas.41

El Convenio 169 de la oit introduce


A nivel internacional, el Convenio
en la legislación el criterio de “autoads-
169 de la Organización Internacional
cripción” (la conciencia de la identidad
del Trabajo, oit, en 1989, sobre pueblos
étnica) como parámetro fundamental de
indígenas y tribales, es la punta de lanza
identificación. En un periodo de 10 años,
del reconocimiento jurídico de derechos de
12 países de la región latinoamericana,
los pueblos indígenas. El Convenio no
empezando por México, lo ratifican. Pa-
40
Rodolfo Stavenhagen, “Las organizaciones indígenas,
actores emergentes en América Latina”, en Revista de 41
Artículo 1, Convenio 169 de la Organización Interna-
la cepal, núm. 62, Santiago de Chile, 1997, pp. 61-73. cional del Trabajo (oit), ver www.ilo.org

32
ralelamente, otras resoluciones estable- constituyen el Fondo para el Desarrollo
cidas a nivel internacional marcan la de los Pueblos Indígenas de América La-
pauta del debate sobre la adopción de tina y El Caribe. Asimismo, la Asamblea
una política multicultural. Desde 1982 la general de la onu decide que 1993 sería el
Subcomisión de Derechos Humanos de año internacional de los pueblos indígenas
la Organización de las Naciones Unidas del mundo, y un año más tarde se inicia
(onu) crea un grupo de trabajo sobre pobla- la Decena Internacional de los Pueblos
ciones autóctonas que propone la creación Indígenas del Mundo (1994-2003).45
de un foro permanente.42 En este grupo se
propone la adopción de una Declaración El v Centenario es también motivo de
Universal sobre los Derechos de los Pue- protestas. Mientras que a nivel oficial los
blos Autóctonos, la cual, tras más de 20 distintos países festejan el “Encuentro de
años de intensos debates, fue emitida en dos Mundos”, las organizaciones indíge-
2006 y aprobada en 2007.43 nas realizan foros y se movilizan por los
“500 años de dominación y exterminio”, lo
De igual forma, en el marco de los cual constituye una presión para los dife-
festejos oficiales del v Centenario del rentes países en vías de democratización.
Descubrimiento de América en 1992,
Rigoberta Menchú Tum, indígena maya Es por ello que aunado al proceso de
guatemalteca, recibe el Premio Nobel de reformas políticas y apertura de los siste-
la Paz. En ese año, los Estados miembros mas electorales iniciados a mediados de la
de la Segunda Cumbre Iberoamericana44 década de 1980 y principios de 1990, di-

42
La instancia se reúne durante 10 días cada año. Está
conformada por 16 expertos independientes que asis- cuales sobresale el liderazgo del mexicano Carlos Sa-
ten a título personal: ocho de ellos son designados por linas de Gortari. Se trata de un mecanismo de consulta
los pueblos indígenas y ocho son propuestos por los y concertación política realizado cada año, en el cual
diferentes gobiernos. Los gobiernos pueden nombrar se abordan temas de interés común para 21 países de
expertos autóctonos si así lo desean. Ver www.un.org América Latina, España y Portugal. Ver www.eurosur.
43
Con un saldo de 30 votos a favor, 12 abstenciones y org/CAmerica/cumbres/indice.htm
dos votos en contra (sorprendentemente Canadá y Ru- 45
José Emilio Ordoñez Cifuentes (coord.), Análisis
sia), se aprobó la resolución. interdisciplinario del Convenio 169 de la oit. ix Jor-
44
La Cumbre Iberoamericana se crea en 1991, por ini- nadas Lascasianas, iij-unam, México, D.F., 2000, pp.
ciativa de un grupo de jefes de Estado dentro de los 158-160.

33
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

versos países latinoamericanos establecen puesto que no afectan la organización del


en sus constituciones respectivas el reco- Estado, los de “restricción interna”, y en
nocimiento de la naturaleza pluricultural particular los derechos político-electorales
de la nación. Algunos gobiernos otorgan como el ejercicio de la autonomía y la libre
además otros derechos de “protección ex- determinación, representan un auténtico
terna”, emitiendo legislaciones especiales dilema político.
o secundarias. Así, el derecho a la edu-
cación bilingüe, a la protección de la cultu- El Convenio 169 de la oit es de espe-
ra, a la promoción de las formas de organi- cial relevancia para este reconocimiento.
zación social, el derecho de consulta y de Además de los aspectos ya mencionados,
participación, son reconocidos en mayor o este instrumento internacional establece
menor medida, dependiendo del país y del que los indígenas deben tener derecho a
contexto que se trate (ver Anexo). la administración, conservación y gestión
de los recursos naturales y minerales de
A partir de ese momento, se revierte el la tierra y el territorio en el cual están
principio constitucional que prevaleció du- asentados, o bien a aquellas tierras en las
rante años según el cual –y bajo la influen- que históricamente han tenido acceso para
cia del liberalismo del siglo xix– todos sus tradiciones y subsistencia. En caso de
los ciudadanos, sin distinción, debían ser que los recursos pertenezcan al Estado,
iguales ante la ley. Este viraje jurídico tie- se indica que los pueblos habrán de recibir
ne implicaciones sobre la gobernabilidad y una indemnización y compensación por
el modelo de Estado. Las tensiones entre la explotación de los recursos, además de
demandas de reconocimiento y respuestas que los gobiernos tendrán la obligación
jurídicas e institucionales se hacen más de consultar a los pueblos afectados.46 La
evidentes cuando se trata de la definición delimitación de este territorio resulta un
de derechos de “restricción interna”. Así, tanto ambigua puesto que éste es “[...] lo
mientras los derechos de “protección ex- que cubre la totalidad del hábitat de las re-
terna” se inscriben fácilmente en los textos
constitucionales, siendo en la mayoría de 46
El Convenio 169 de la oit dedica disposiciones re-
los casos de carácter retórico o simbólico lativas a las tierras y el territorio en sus artículos 13
al 19.

34
giones que los pueblos interesados ocupan Ahora bien, en lo que se refiere a la exi-
o utilizan de alguna otra manera”.47 gencia de derechos políticos y a su víncu-
lo con la autonomía, los distintos países
La Declaración Universal de los Pue- de la región han adoptado mecanismos
blos Indígenas refuerza este principio al innovadores. Para Donna Lee Van Cott,49
establecer que los pueblos indígenas no éstos se encuentran relacionados con las
sólo tienen derecho a las tierras en las que crisis de representación, de participación
viven, sino también a aquellas que hayan y de legitimidad de los sistemas políticos
adquirido de otra manera. Asimismo, reco- latinoamericanos, la volatilidad de las
noce el derecho a la autonomía, a la libre identidades partidistas (principalmente
determinación y al autogobierno. en lo que respecta a las propuestas de los
partidos de izquierda frente a la globaliza-
El reconocimiento de los territorios ción), la falta de mecanismos de inclusión
indígenas se hace a nivel constitucional de la ciudadanía en la toma de decisiones,
en países como Bolivia, Colombia, Ecua- y la fragilidad de la legitimidad y la go-
dor, Venezuela y México.48 Sin embargo, bernabilidad de estos regímenes.
mientras que en los tres primeros países
se les otorga el estatus de sujetos de dere- De esta manera, en diversos países
cho público con posibilidad de emitir sus vemos la adopción de medidas destinadas
propias regulaciones, al menos a nivel ju- no solamente a compensar la exclusión
rídico, lo cual no quiere decir que se haya política y económica de los pueblos in-
concretado plenamente en la práctica, en dígenas, sino principalmente a asegurar
México la posibilidad de emitir sus normas mayor estabilidad política gracias a una
quedó subordinada al orden constitucional integración por dos vías: la institucional
y jurídico preexistente. y la electoral.
47
Artículo 13.2, Convenio 169 de la oit.
48
En el caso de Ecuador, las compañías petroleras que
explotan el recurso del Estado (el petróleo) deben
indemnizar periódicamente a los pueblos indígenas,
dueños legítimos de las tierras y territorios en donde
49
Donna Lee Van Cott, From Movements to Parties in
se encuentra este recurso. En el caso de Colombia se Latin America. The Evolution of Ethnic Politics, Cam-
reconocen los resguardos. bridge University Press, Boston, 2007, pp. 1-2.

35
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

La creación de instituciones ad hoc para el indigenismo de mediados del siglo xx,


indígenas y su vinculación con el desa- es sustituido por un esquema que tiende
rrollo son un ejemplo. Así, en Argentina a ser más participativo. Este fenómeno
existe un Instituto de Asuntos Indígenas; converge además con los procesos de
en Guatemala, una Comisión de Asuntos descentralización y con la necesidad de es-
Indígenas; en Bolivia, un Ministerio de quemas de desarrollo local y diseño de
Asuntos Étnicos, Genéricos y Generacio- políticas públicas para las regiones indíge-
nales; en Brasil, una Comisión Nacional nas. Aun así, el principal cuestionamiento
del Indio; en Chile, una Corporación por parte del movimiento indígena es la
Nacional para el Desarrollo Indígena; capacidad de incorporar a estas institu-
en Colombia, una Dirección de Asuntos ciones representantes legítimos de los
Indígenas; en Costa Rica, una Comisión pueblos indígenas que tengan la capacidad
Nacional de Asuntos Indígenas; en Ecua- de promover esquemas de decisión de
dor, el Ministerio de Asuntos Indígenas carácter colectivo.
fue reemplazado por el Consejo Nacional
de Planificación de los Pueblos Indígenas En lo que respecta a los sistemas elec-
y Negros; en Nicaragua, el Instituto Ni- torales, estos se adaptan a la variable
caragüense de Desarrollo de las Regiones cultural gracias a dispositivos específicos
Autónomas de la Costa Atlántica; en Pa- como las curules reservadas (Colombia),
namá, se creó recientemente un Consejo las circunscripciones especiales (Ecuador,
Nacional para el Desarrollo Indígena; en Venezuela, México) o las circunscripcio-
México, el Instituto Nacional Indigenista nes electorales con un número excepcional
fue reemplazado por la Comisión Na- de electores destinados a concentrar un
cional para el Desarrollo de los Pueblos mayor número de indígenas para que estos
Indígenas, mientras que en Venezuela el tengan un representante (Panamá). Estas
Ministerio de Educación cuenta con una medidas son reforzadas por ajustes por
Dirección de Asuntos Indígenas. parte de los partidos políticos (cuotas de
representación) o por la creación de parti-
Con lo anterior, se observa que el mode- dos indígenas, cuya finalidad es asegurar
lo integracionista y vertical difundido por una presencia indígena en el Congreso

36
y en las Asambleas Nacionales de cada temporal que postulan candidatos a cargos
país (Colombia, Venezuela, Guatemala, de elección popular (alcaldes, síndicos y
Ecuador, Bolivia, Perú y México).50 concejales) para integrar corporaciones
municipales. Su acción está limitada al
En cuanto a los derechos políticos municipio en que postulen candidatos. En
de “restricción interna” y autogobierno, Nicaragua la Ley de Autonomía reconoce
sólo Ecuador, Guatemala, Nicaragua y este régimen para las comunidades de la
México (el estado de Oaxaca) han logrado Costa Atlántica. Finalmente, en México,
reconocimientos. La mayoría de estos se tras el levantamiento armado zapatista, el
han concretado en contextos específicos gobierno del estado de Oaxaca reconoce la
de crisis y reacomodos políticos. Así, las elección de autoridades municipales por el
Juntas Parroquiales Rurales de Ecuador régimen electoral de usos y costumbres.
permiten la elección de representantes
por voto directo; en Guatemala se crean Estos reconocimientos jurídicos y
los comités cívicos electorales, los cuales ajustes institucionales constituyen una
son organizaciones políticas de carácter enorme conquista por parte de los dife-
rentes movimientos indígenas de la región
latinoamericana. La aplicación de la polí-
50
En Venezuela esta disposición está inscrita en el artícu-
lo 129 de la Constitución de 1999; en Colombia en tica multicultural por parte de los distintos
los artículos 171, 176, 246 y 330 de la Constitución gobiernos ha mostrado la posibilidad de
de 1991; en Ecuador en el artículo 224 de la Consti-
tución de 1998, la cual define a las circunscripciones conciliar diferenciación de derechos con
territoriales indígenas y afroecuatorianas destinadas unidad nacional. Sin embargo, la experien-
a favorecer la representación indígena. En Bolivia la
Constitución de 2004, en los artículos 61, 222 y 223, cia nos enseña también que una declara-
permite postular candidatos a partir de organizaciones toria constitucional no es suficiente para
civiles y/o a través de los pueblos indígenas. En Guate-
mala el movimiento Winaq creó una alianza partidista garantizar el ejercicio de derechos especí-
para postular a Rigoberta Menchú a la Presidencia y ficos. Por lo mismo, la lucha por obtener
a candidatos indígenas al Congreso durante el último
proceso electoral de 2007; en México el Instituto Fe-
derechos político-electorales y por ganar
deral Electoral propició, junto con otros criterios, la espacios de poder parece constituir el eje
creación de 28 distritos electorales sobre los 300 exis-
del debate actual sobre multiculturalismo
tentes, con 40% o más de población indígena. Asimis-
mo, en Oaxaca se creó un partido indígena: Unidad y derechos indígenas.
Popular.

37
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

En este terreno, las rupturas y los costos una muestra de ello. Aun así, los gobiernos
políticos son significativos. Tal es el caso enfrentan un enorme reto al tratar de con-
del fallido golpe de Estado en Ecuador en ciliar el desafío del desarrollo equitativo
el año 2000, el cual generó fracturas dentro con la democratización y las presiones de
del Movimiento Pachakutik.51 En México, la liberalización económica. Sin duda, en la
la llamada “otra campaña” lanzada por el siguiente etapa el éxito del movimiento
subcomandante Marcos, durante el proce- indígena será lograr incorporar en las agen-
so electoral federal de 2006, distó mucho das nacionales e internacionales las pro-
de ser el movimiento aglutinador de las de- puestas que impacten política, social
mandas sociales de amplios sectores del y económicamente la vida de los pueblos y
país, como en 1994. En Guatemala, el re- comunidades indígenas.
feréndum de 1999 en el que se buscaba
incorporar los derechos indígenas en la
Constitución de 1985, firmada tras los
acuerdos de paz, no recibió el apoyo de
la mayoría, y en la elección presidencial
de 2007 el Movimiento Winaq recibió un
escaso 2.7% de la votación en un país cuya
población indígena es superior a 60%.

A pesar de estos resultados, la lucha por


una mayor participación política y por el
ejercicio de una ciudadanía efectiva con-
tinúa marcando los procesos de cambio y
recomposición del movimiento indígena.
La adopción de la política multicultural es
51
La participación del movimiento indígena fue clave
para el derrocamiento del presidente Jamil Mahuad.
Sin embargo, la alianza con el gobierno del general
Lucio Gutiérrez repercutió sobre la influencia política
del movimiento.

38
Reflexiones finales

A través de esta revisión conceptual y con- reducida élite política explican, en gran
textual podemos concluir que la discusión medida, este fenómeno. Aun así, también
sobre la pertinencia del multiculturalismo hay que considerar otros elementos como
aparece tanto en países en procesos de los límites de la democracia electoral en lo
democratización como en aquellos con de- que se refiere a la redistribución de la ri-
mocracias consolidadas. Esto tiene que queza y a la consolidación de la ciudadanía
ver con el reconocimiento y promoción de responsable.
derechos específicos por parte de grupos
subordinados cultural, social o econó- En general, la demanda por conquistar
micamente al interior de una nación. El derechos culturales, políticos y de identi-
resultado es la puesta en escena de una dad es formulada por pueblos indígenas
nueva forma de relación entre el Estado y/o originarios, grupos minoritarios e
y la sociedad. inmigrantes. Todos ellos buscan revertir la
situación de dominación o de desigualdad
En estricto sentido, todas las sociedades en la cual se encuentran. Los gobiernos
son y han sido de naturaleza multiétnica y de los diferentes países se han enfrascado
pluricultural, sin embargo, es hasta hace en álgidos debates, pudiéndose distinguir
poco que se ha cuestionado el universalis- diferentes etapas, sobre la mejor forma
mo de los derechos cívicos que debía otor- de resolver estas demandas sin atentar
gar el modelo del Estado-nación neutro contra la unidad de la nación y respe-
(todos somos iguales, sin importar origen, tando los derechos fundamentales. Así,
cultura, sexo o religión). La adopción de actualmente, todo régimen democrático
una política económica de corte neoliberal, acepta que todos los seres humanos deben
los flujos migratorios, los efectos de la ser defendidos ante la discriminación y el
modernización y el acceso al poder de una abuso, y que no puede haber equidad sin

39
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

igualdad de condiciones, lo cual implica logrado que éstos dejen de ser sistemáti-
que en algunos casos se hagan excepciones camente incorporados a las estructuras
políticas y jurídicas. institucionales para tener una voz y una
presencia no sólo normativa sino también
En el caso de América Latina, el mo- política. Los partidos étnicos, las candi-
vimiento indígena ha propiciado la puesta daturas indígenas, las circunscripciones
en marcha del multiculturalismo a través especiales y derechos de carácter colecti-
del reconocimiento de derechos culturales, vo, como los sistemas normativos internos
territoriales, sociales y políticos en las (derechos de “restricción interna”), son
legislaciones internacionales, constitucio- prueba de ello. Sin embargo, en la bús-
nales y locales (derechos de “protección queda de nuevas formas de participación
externa”). Paralelamente al proceso de y de representación aún queda el desafío
democratización y de descentralización, de concretar la equidad y el desarrollo en
las luchas y movilizaciones indígenas han la diversidad.

40
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45
Anexo

Medidas que refuerzan la representación indígena


en América Latina

Protecciones
Porcentaje externas Protecciones externas Ratificación
Restricciones del
País de población generales y intrapartidarias y internas Convenio
indígena sistema partidos étnicos 169 de la oit
electoral

Argentina 1% - - - 2000
(384 mil)
Movimiento Al Socialismo
(mas), Eje Comunero de
Bolivia,
Constitución Movimiento
70% 2004, Indio Tupak Katari
Bolivia (6.3 millones) Arts. 61, (mitka), Movimiento - 1991
223-I, 224. Revolucionario Tupak Ka-
tari de Liberación (mrtkl),
Asamblea de la Soberanía
del Pueblo (asp), Eje
Pachakutik.

Brasil 0,2% Constitución - - 2002


(354 mil) 1998.

8% Ley Indígena
Chile (1.2 millones) 1993, - - -
No. 19.253.
Constitución Movimiento Indígena Co-
1991, lombiano (mic), Autorida-
Arts.171, des Indígenas de Colombia
Colombia 2% 176, 246 y (aico), - 1991
(891 mil) 330 (cuotas Movimiento Indígena
y circuns- Pachakutik (mip), Movi-
cripciones miento Alianza Social
especiales). Indígena (asi).

Costa Rica 1% Constitución - - 1993


(42 mil) 1999, Art. 76.

47
MULTICULTURALISMO Y DEMOCRACIA

Constitución Ley Orgánica


1998, de las Juntas
Art. 84-14 Parroquia-
(participar, les Rurales
mediante (2000), Arts.
representan- 1-3, 18-20.
tes, en los Reconoci-
organismos Movimiento Unido miento de
Ecuador 43% oficiales que Pluricultural Pachakutik éstas como 1998
(5.7 millones) determine (mupp). parte del
la ley), Art. gobierno
224 (circuns- seccional
cripciones autónomo,
especiales), elección de
Art. 228 (de representan-
los gobiernos tes por voto
seccionales directo.*
autónomos).

El Salvador 7% - - - -
(464 mil)
Ley Electoral
Constitución Partido Unidad Revolucio- y de Partidos
66% 1985 y 1993, naria Nacional Guatemal- Políticos,
Guatemala (8.1 millones) Arts. 58, 66- teca (urng), Arts. 97-114 1996
70, 76. Movimiento Winaq-En- (Comités
cuentro por Guatemala. Cívicos Elec-
torales).**
Constitución
Honduras 15% 1999, - - 1995
(1 millón) Arts. 173 y
346.

12% Constitución Partido de la Revolución


México (12.4 millo- 2001, Democrática (prd), Legislaciones 1990
nes) Arts. 1 y 2. Partido Unidad Popular de secundarias.
Oaxaca (pup).
Constitución
1986 y 1995, Ley de
Arts. 5, 6, 8, autonomía
11, 27, 89 y (1987)***
5% 180 (adminis- Ley de muni-
Nicaragua (275 mil) tración políti- - cipios (1997). -
ca conforme a Título VI,
costumbres), Cap. II, Art.
107, 121, 69.
164, 177,
181.

48
Constitución
1972, 1983,
1994,
6% Arts. 5, 86,
Panamá (179 mil) 84, 104, 120, - - -
122, Art. 141.
(Circunscrip-
ción espe-
cial****).
Constitución
Paraguay 3% 1992, - - 1993
(177 mil) Arts. 62, 63-
67, 77, 140.
Constitución
Perú 47% 1993, Movimiento Indígena de la - 1994
(3.2 millones) Arts. 2, 17, Amazonia Peruana (miap).
48, 89, 149.
Constitución
1999,
Arts. 119-126.
Venezuela 2% Art. 125 (re- Partido Mutliétnico del - 2002
(511 mil) presentación Amazonas (puama).
indígena en
la Asamblea
Nacional).

Fuente : Compilación de Legislación sobre Asuntos Indígenas (ili), Banco Interamericano de Desarrollo, norlat, Noruega;
Donna Lee Van Cott, From Movements to Parties: The Evolution of Ethnic Politics in Latin America, Mimeo.

* En la representación electoral dentro de los concejos municipales se estableció una especie de “sistema cremallera”
(alternancia), para que tanto los indígenas como los mestizos logren una representación equivalente al tipo de población
que integra el cantón.

** Los comités cívicos electorales son organizaciones políticas de carácter temporal que postulan candidatos a cargos
de elección popular (alcaldes, síndicos y concejales) para integrar corporaciones municipales. Su acción está limitada al
municipio en que postulen candidatos. Ley Electoral y de Partidos Políticos y su Reglamento, Tribunal Supremo Electoral,
Guatemala, 1985.

*** El Estado organizará por medio de una ley el régimen de autonomía en las regiones donde habitan las comunidades
de la Costa Atlántica para el ejercicio de sus derechos.

**** En Panamá se crearon comarcas, las cuales pueden participar en la elección de la Asamblea Legislativa. De 62
legisladores que existen, entre 3 y 5 escaños son reservados a indígenas electos por los pueblos. Ver E. Sánchez (comp.),
Derechos de los pueblos indígenas en las constituciones de América Latina, coama, Banco Mundial, ue, Col. Disloque
Editores, 1996, p. 169.

49
Sobre la autora

Lourdes Morales Canales es licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoameri-


cana (uia) y doctora en Ciencia Política por la Universidad de la Sorbonne-París III. Fue
investigadora adjunta del Instituto de Altos Estudios para América Latina (iheal-París
III) y miembro del Observatorio de Cambios para América Latina.

Ha realizado consultorías para el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (iidh),


la Fundación Ford y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud). Tam-
bién ha colaborado en los periódicos El Financiero, Reforma y La Jornada.

Fue miembro del Foro Ciudadano de Oaxaca y coordinadora del Proyecto de Obser-
vación Electoral “Méxicobserva 2005-2006” de la Academia Mexicana para el Derecho,
la Educación y la Cultura.

Actualmente es integrante del Seminario de Antropología Política del Centro de In-


vestigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (ciesas) y coordinadora del
proyecto “Contraloría ciudadana y gestión de gobiernos locales” de Alianza Cívica.

Forma parte del Consejo Editorial del suplemento “Enfoque” del periódico Reforma
y de la revista En Marcha, Realidad Municipal de Oaxaca.

51
Multiculturalismo y democracia
se terminó de imprimir
en la Ciudad de México en el mes de mayo de 2008.
La edición consta de 5,000 ejemplares
y estuvo al cuidado de la

Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica


del
Instituto Federal Electoral

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