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SISTEMA CORPORATIVO
Área De Ciencias de la Salud
Carrera de Odontología
Presentado por:
Eudry Ixel Paulino Matías
1-18-0150
Profesor/a:
Zunilda Isabel Vargas Martínez
Los recursos naturales son las riquezas existentes en forma natural en un territorio y sus
plataformas y aguas continentales. Los recursos naturales son esenciales para la vida, si
bien, debe comprenderse su importancia para el buen funcionamiento del sistema. Así, los
recursos naturales tienen una marcada importancia en el fomento de la educación ambiental
de las comunidades y, por tal razón, es importante establecer políticas, estrategias y
acciones a favor de los recursos naturales y con los miembros de las comunidades, sobre
todo, los estudiantes de colegios, institutos y universidades. Si no se comprende el concepto
y la importancia de los recursos naturales, será muy difícil establecer una óptima educación
ambiental en la población y, por consiguiente, asegurar el desarrollo sostenible.
Importancia: Los recursos naturales son indispensables para la vida de los seres humanos, y
su diversidad caracteriza a una zona o región. Por tanto, la flora, fauna, suelos, minerales y
los paisajes son diferentes en cada zona geográfica.
Por ello, la conservación de los recursos naturales es esencial para garantizar el desarrollo
sostenible de un destino geográfico; además, garantizamos los procesos ecológicos
esenciales, preservando la diversidad genética y aprovechando de forma sustentable las
especies de flora y fauna, y los ecosistemas que estas forman.
En este sentido, es importante formar a los seres humanos desde pequeño a entender la
importancia de cuidar los recursos naturales, y hacer una adecuada utilización de los
mismos. Para ello, es importante que la sociedad conozca cuales son las potencialidades y
limitaciones del medio natural de su región, y como se pueden aprovechar para generar un
desarrollo sostenible.
Por su parte, los recursos naturales no renovables son aquellos que no pueden ser
producidos, cultivados, regenerados o reutilizados a una escala tal que pueda sostener su
tasa de consumo. Estamos hablando de recursos que se consumen más rápidamente de lo
que la naturaleza lo produce. Por tanto, podemos decir que son finitos y su explotación
conduce al agotamiento. Algunos ejemplos son el petróleo, los minerales, los metales, el
gas natural y los acuíferos confinados sin recarga.
Dentro de los recursos no renovables, podemos encontrar los recursos reutilizables (se
agotan lentamente) y los recursos no reutilizables (se agotan más rápidamente). Entre los
que se agotan lentamente están los metales y la energía nuclear. Por su parte, entre los que
se agotan más rápidamente encontramos las rocas, el petróleo, el gas, el carbón mineral, la
geotermia y los metales.
Los ecosistemas, una de las unidades funcionales más importantes que el ser humano ha
creado y establecido para poder entender mejor la naturaleza, están constituidos por
diferentes componentes.
Estos complejos sistemas en los que se desarrolla la vida están formados por una red en la
que componentes de diferente índole interaccionan unos con otros, haciendo posible el
correcto funcionamiento y equilibrio óptimo de los ecosistemas. Para conocer mejor las
características de todo ecosistema es de vital importancia saber diferenciar sus
componentes, el rol que juega cada uno de ellos dentro del ecosistema, así como conocer el
significado de otros términos que a veces encontramos en artículos y definiciones que
hablen de los ecosistemas. Es el caso, por ejemplo, de los términos hábitat, biotopo, bioma,
biocenosis o nicho ecológico.
Los ecosistemas forman parte a su vez de otra unidad biológica de mayor dimensión: los
biomas. Estas regiones naturales presentan características similares, albergando especies de
flora y fauna parecidas. Cada bioma está formado por ecosistemas que los diferencian unos
de otros.
Para entender estas 2 componentes debemos sabe que significa bio: Es a lo que se le
denomina vida.
De un lado, están los factores o elementos que son de la vida, por eso los llaman
bióticos. De otro lado, los factores o elementos que no son de la vida, los
llamados abióticos.
Pero, esos 2 grupos de factores bióticos, abióticos, no son contrarios entre sí, aunque
dialogan necesariamente y se relacionan todo el tiempo. Así, nuestro planeta ha organizado
todo lo diverso y numeroso que contienes creando un excelente equilibrio, durante
milenios. Ese equilibrio entre las criaturas vivas y su ambiente se llama "ecosistema".
Dichos seres vivos son los constituyentes del segundo gran grupo de componentes
estructurales de un ecosistema, los componentes bióticos (vivos), entre los que se incluyen
las diferentes especies de animales y plantas. Todos ellos desempeñan una función de vital
importancia dentro del ecosistema y podemos clasificarlos, según su rol dentro de la cadena
alimenticia, en organismos productores (autótrofos, sintetizan su propio alimento a partir de
componentes químicos), organismos consumidores (heterótrofos, consumen alimentos ya
sintetizados). Este último grupo se divide a su vez en consumidores primarios (herbívoros),
secundarios (carnívoros que se alimentan de animales herbívoros), terciarios (carnívoros
que se alimentan de otros carnívoros) y el grupo de los descomponedores (aquellos que se
nutren de organismos muertos y de excrementos).
Los seres vivos se agrupan formando poblaciones (agrupaciones de individuos de una sola
especie) y comunidades (diferentes poblaciones que viven en un mismo ecosistema). Cada
individuo desempeña un papel o rol dentro de cada comunidad y del ecosistema, el cual se
corresponde con su nicho ecológico.
Por otro lado, los componentes funcionales del ecosistema (flujos de energía, ciclos de
nutrientes, ciclos del agua y del carbono y cadenas alimenticias) son los encargados de
permitir las interrelaciones que se dan en los ecosistemas, entre los seres vivos y el medio
en el que habitan. En las imágenes de abajo puedes ver un ecosistema lleno de
biodiversidad y un esquema sobre los componentes de un ecosistema.
3) La Biodiversidad.
La definición más extendida nos la ofrece el Convenio sobre Diversidad Biológica de 1992.
Biodiversidad es la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre
otros, los ecosistemas terrestres y marinos y otros sistemas acuáticos, y los complejos
ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre
las especies y de los ecosistemas.
La biodiversidad abarca, por tanto, la enorme variedad de formas mediante las que se
organiza la vida. Incluye todas y cada una de las especies que cohabitan con nosotros en el
planeta, sean animales, plantas, virus o bacterias, los espacios o ecosistemas de los que
forman parte y los genes que hacen a cada especie, y dentro de ellas a cada individuo,
diferente del resto.
Los ecosistemas se autorregulan, por lo que pueden mantenerse estables a lo largo del
tiempo o evolucionar. Existe un equilibrio ecológico que permite regular, de un modo
dinámico, los distintos mecanismos de interacción entre todos los componentes del
ecosistema.
Si las condiciones ambientales son estables, los seres vivos interaccionan con su ambiente y
el número de individuos de cada especie, aunque con fluctuaciones, se mantiene a lo largo
del tiempo. Por ejemplo, no siempre habrá el mismo número de conejos, variará en función
de los depredadores, pero manteniéndose relativamente estable.
Por tanto, es normal que un ecosistema estable pueda evolucionar según vayan cambiando
las condiciones ambientales por causas naturales. Eso no sería ningún problema si no fuera
porque la acción humana es la que altera este equilibrio ecológico.
Desde nuestro punto de vista República Dominicana cuenta con todas las soluciones que
ofrece la naturaleza a los países intertropicales insulares para hacerle frente al cambio
climático.
Como promueven el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y
otros organismos ambientales internacionales, las soluciones basadas en la naturaleza se
consiguen a través de la conservación y restauración de ecosistemas con gran capacidad
para capturar y almacenar carbono, albergar biodiversidad y resistir el impacto de los
fenómenos atmosféricos y la contaminación antropogénica.
La República Dominicana cuenta con un marco legal para mantener y proteger nuestros
recursos naturales. La ley 64-00 Sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales es el
instrumento jurídico que trata de regular el aprovechamiento sostenible de los recursos
naturales en el país y proteger la biodiversidad de los ambientes sensibles.
Se contempla que hay 6 categorías de manejo de áreas protegidas, que corresponde a las
siguientes denominaciones:
Categoría I.: Áreas de Protección Estricta: Área terrestre y/o marina de extensión
variable que posee ecosistemas representativos o excepcionales con características
geológicas o fisiográficas y biológicas particulares y/o especies de interés singular
para investigaciones científicas y/o monitoreo ambiental con ninguna o muy poca
presencia o actividades humanas y que, por su singularidad o rareza, requieren de
un manejo restringido.
Categoría II.: Parques Nacionales: Un parque nacional es un territorio en el que la
conservación de la fauna, la flora, el suelo, el subsuelo, la atmósfera, el agua y en
general un entorno natural es de especial interés. Es importante preservarlo de
cualquier degradación y protegerlo de cualquier intervención artificial que pueda
alterar su aspecto, composición y desarrollo.
Categoría III.: Monumentos Naturales: Un monumento natural es un elemento
natural de singular valor paisajístico, geológico, histórico o de otro tipo (incluso
valor simbólico), desde un árbol centenario hasta un bosque, una cueva, una isla,
etc. y cuya conservación aconseja un tipo de protección especial, ya que
normalmente se encuentran fuera de un entorno susceptible de tener una protección
superior.
Categoría IV.: Áreas de Manejo de Hábitat/Especies: Área terrestre y/o marina
sujeta a intervención activa con fines de manejo, para garantizar el mantenimiento
de los hábitats y/o satisfacer las necesidades de determinadas especies.
Categoría V.: Reservas Forestales: área para garantizar condiciones naturales para
proteger especies, grupos de especies, comunidades bióticas o características físicas
que requieren manipulación artificial para su perpetuación.
Categoría VI.: Paisajes Protegidos:
Los objetivos de manejo de esta categoría incluyen: mantener paisajes
característicos de una interacción armónica entre el hombre y la tierra, conservación
del patrimonio natural y cultural y de las condiciones del paisaje original, así como
proporcionar beneficios económicos derivados de actividades y usos tradicionales
sostenibles y del ecoturismo.
Estos sistemas pueden interpretarse como REGLAS que nos permitan vivir de una manera
en que mejoremos nuestro entorno, respetando y cuidando de nosotros mismos, de los otros
y del ambiente en el que vivimos.
La educación ambiental resulta clave para comprender las relaciones existentes entre los
sistemas naturales y sociales, así como para conseguir una percepción más clara de la
importancia de los factores socioculturales en la génesis de los problemas ambientales. En
esta línea, debe impulsar la adquisición de la conciencia, los valores y los comportamientos
que favorezcan la participación efectiva de la población en el proceso de toma de
decisiones. La educación ambiental así entendida puede y debe ser un factor estratégico que
incida en el modelo de desarrollo establecido para reorientarlo hacia la sostenibilidad y la
equidad.
Por lo tanto, la educación ambiental, más que limitarse a un aspecto concreto del proceso
educativo, debe convertirse en una base privilegiada para elaborar un nuevo estilo de vida.
Ha de ser una práctica educativa abierta a la vida social para que los miembros de la
sociedad participen, según sus posibilidades, en la tarea compleja y solidaria de mejorar las
relaciones entre la humanidad y su medio.
Es importante que comprendamos cuales son las reglas que debemos de seguir para que
nuestra vida en la tierra y la vida de las futuras generaciones sea mejor; pero también es
necesario que veamos como nuestras acciones afectan las reglas y como es que el
conocimiento de estas ayudan a guiar la conducta humana.
La conciencia conceptual, entonces es no solo saber que se hace, que se tiene que hacer y
cómo hacerlo; sino que, es entender lo que se hace y como cada acción que tenemos puede
influenciar en la mejora o el deterioró de nuestro ambiente.
El hombre se ubica en el medio ambiente, crea las condiciones para desenvolverse dentro
de él, realiza un proceso de acomodación de sus componentes, crea sistemas urbanos,
agrarios, sociales y muchos otros que se convierten en formadores y facilitadores de su
proceso evolutivo y busca siempre generarse bienestar a través de ellos. El hombre influye
en el medio ambiente y a su vez el medio ambiente permite el crecimiento y fortalecimiento
del hombre, es una relación diádica que actúa de manera bidireccional, por lo cual, las
características y aportes de cada uno de estos componentes se reflejan en el otro, siendo así
que el conjunto de resultados de esta interrelación contempla el ambiente en general.
Tomar conciencia implicaría disponer del conocimiento y permitir la reflexión sobre los
dos elementos, siendo viable de ser realizado cuando existen estructuras cognitivas
fortalecidas, dadas en periodos superiores del pensamiento. Piaget (1980) define el proceso
de conciencia como “una reconstrucción en el plano superior (consciente) de lo que ya está
organizado, pero de otra manera, en el plano inferior (inconsciente)” (p.50), da evidencia
del principio del desarrollo progresivo de las estructuras del pensamiento que van
reorganizándose y fortaleciéndose a partir de las dinámicas cognitivas presentes para la
aprehensión de nuevos conocimientos.
En la década de los 70, con los primeros encuentros sobre medio ambiente comenzó a verse
la necesidad de incorporar la variable ambiental como factor de garantía de progreso
sostenible, al detectarse un agravamiento de los problemas sobre el entorno, tanto a nivel
global como local.
La E.I.A. constituye una de las herramientas más útiles para la protección ambiental, ya que
incorpora variables que antes no se tenían en cuenta. La E.I.A. se entiende como un proceso
de análisis que anticipa los futuros efectos ambientales negativos y positivos de
determinadas acciones, y permite seleccionar alternativas que alcen los beneficios y
disminuyan los impactos.
6. Afinarla y probarla.
Es importante comentar que los indicadores ambientales tienen que elaborarse tomando en
cuenta la problemática específica de cada comunidad o territorio, aunque siguiendo los
lineamientos generales; de lo contrario, se corre el riesgo de desarrollar un conjunto de
datos desligados del contexto local. Además, en caso de no poder encontrar un indicador
cuantificable, se puede acudir a una valoración cualitativa (Gómez Orea, 2003).
Se pueden agrupar los indicadores por área temática en relación con el medio afectado por
los potenciales impactos, como agua (consumo y contaminación), atmósfera
(contaminación), residuos (producción y disposición), suelo (uso y contaminación) y
vegetación (biomasa, diversidad y deterioro), entre otros complementarios de carácter
socioeconómico (Colmex, 2011).
La Práctica Global de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Economía Azul del Banco
Mundial genera conocimientos especializados y proporciona asistencia técnica y
financiamiento para ayudar a los países de ingreso bajo y de ingreso mediano a gestionar
los recursos naturales terrestres y acuáticos de manera sostenible, y de este modo contribuir
a crear empleos, mejorar los medios de subsistencia, perfeccionar los servicios de los
ecosistemas, disminuir la contaminación y aumentar la resiliencia frente al cambio
climático. Además, ayuda a los países en desarrollo a seguir una senda de desarrollo más
ecológico, más inclusivo y más resiliente. También respalda la toma de decisiones
informadas con análisis y el uso de metodologías como la economía medioambiental y la
contabilidad del capital natural.