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La base de la flexibilidad la constituyen: (capacidad que tiene una persona de poder ejecutar
movimientos con el recorrido articular exigido o necesario en función de …)
• Capacidad de estiramiento del músculo, de los tendones y ligamentos relacionados con esa
articulación
• Capacidad de movimiento que permiten las estructuras óseas y articulares: forma y
estructura de las superficies articulares
• Capacidad de contracción de la musculatura agonista.
• Capacidad de relajación de la musculatura antagonista.
• La actividad refleja que controla la tonicidad y es responsable de la ATPO (actividad tónico-
postural ortoestática)
2. Desde el punto de vista fisiológico se deben tener en cuenta principalmente dos arcos reflejos
que influyen decisivamente en la elasticidad muscular. Descríbelos.
Es un reflejo postural, siendo sus receptores los husos neuromusculares situados paralelos a las
fibras. Al estirar bruscamente el músculo (por ejemplo, al golpear con un martillo el tendón
rotuliano), éste se contrae oponiéndose al estiramiento pasivo repentino. Su grado de contracción
varía según la frecuencia e intensidad del estiramiento.
A pesar de que el reflejo miotático atenta contra el incremento de la amplitud de recorrido articular,
el mismo cumple una serie de funciones de extrema importancia tales como contribuir al soporte de
pesos (reflejo de carga), evitar algunos tipos de oscilación y sacudidas de los movimientos
corporales, actuando a la manera de mecanismo de amortiguación para suavizar la contracción
muscular o, por el contrario, colaborando efectivamente en la expresión de la fuerza máxima y
explosiva.
Para J.F. Marcos Becerro, el trabajo de flexibilidad debe contraindicarse en caso de:
Deberemos tener cuidado con los métodos de entrenamiento de esta capacidad, pues algunos de
ellos podrían ocasionar o favorecer la aparición de una inestabilidad articular, especialmente los
derivados de una elongación muscular.
Las causas que determinan un exceso de movilidad dependen de los siguientes factores:
(Como norma general, en el trabajo estático se deben realizar de de 3 a 5 repeticiones para cada
grupo muscular manteniendo el estiramiento de 10 a 30 segundos (Devís, 2000). En el trabajo de
tipo dinámico de 3 a 6 series de 10-20 repeticiones (Bompa, 1983)
Cuando se mejora la movilidad se debe apostar por el aumento de la velocidad en los estiramientos,
no sería progresivo mantener una situación estática y mantenida ampliando cada vez más el rango
articular o el tiempo de mantenimiento del estiramiento estático. La progresión en la mejora de la
movilidad debe ir por el desarrollo de los estiramientos dinámicos aumentando la velocidad de
ejecución, el control excéntrico y la carga muscular propuesta ya sea con cargas adicionales o con
propuestas de potencia como la pliometría. Solo de esta forma se garantiza una mejora de la
movilidad con mantenimiento de una rigidez muscular positiva.
Los estiramientos dinámicos una vez más son la apuesta ganadora, por una parte consiguen estirar
al tejido aponeurótico de las fascias, pero por otra parte incrementan la tensión en el tejido
conjuntivo generando adaptaciones positivas que evitan su deformación, mejorando además su
función de almacenar y reinvertir la energía acumulada.
Sin duda necesitas un nivel básico de flexibilidad, pero debes ser estratégico a la hora de lograrlo.
Más flexibilidad no es siempre mejor. A medida que aumenta la flexibilidad se reduce la estabilidad.
Exceso de flexibilidad puede llevar por tanto a carencias de estabilidad.
De hecho muchos estudios asocian una mayor flexibilidad a una peor economía de movimiento por
dos motivos:
• Si el músculo está algo más tenso, es más eficiente a la hora de acumular y desplegar energía
elástica, como por ejemplo al correr.
• Un músculo (y tejido conectivo) menos «suelto» reduce la energía gastada en la
estabilización.
Pero no debemos confundir esto con inflexibilidad patológica, muy frecuente en la sociedad
moderna. Si no eres capaz de tocarte los pies sin doblar las rodillas tienes un problema.
Las articulaciones :Muchos de los problemas que limitan nuestros movimientos y nuestra
flexibilidad se producen en parte por una mala mecánica de las articulaciones.
La articulación está integrada en la cápsula articular, una membrana que engloba toda la
articulación e impide que los huesos se desplacen en exceso. La cápsula articular, junto con los
ligamentos, se encarga de asegurar el contacto entre las superficies articulares. También alberga el
líquido sinovial, nuestro aceite lubricante. Cuando mantenemos posiciones incorrectas durante
mucho tiempo esta cápsula articular se tensa, restringiendo el movimiento.
Pongamos un ejemplo concreto. La postura típica delante del ordenador hace que nuestros hombros
estén rotados hacia delante, estirando (y debilitando) la musculatura posterior, a la vez que se tensa
la musculatura frontal (como el pectoral menor). Estirar el pectoral menor y fortalecer la
musculatura posterior sin duda va a ayudar, pero es una solución parcial si no colocamos el hombro
en su posición adecuada dentro de la cápsula articular.
Para modificar la cápsula articular, debemos «crear espacio» dentro de la misma, otorgándole
mayor movilidad. Hay diferentes estrategias para lograr esto, usando por ejemplo cintas elásticas o
un peso para colocar el hombro en posición correcta antes de trabajar flexibilidad.
7. Cómo consideras la movilidad. ¿Es un medio? ¿Es un fin en sis misma?.
Por mucho que disfrutemos viendo el spagat de Van Damme, es poco probable que tenga gran
utilidad práctica (salvo que te encuentres atrapado entre dos camiones). La mayoría de
movimientos naturales utilizan rangos de movimiento intermedios, no extremos, por lo que un
programa genérico de flexibilidad probablemente aporte poco.
No estamos diciendo que estirar no sea importante, lo es, pero siempre con un objetivo: mejorar los
patrones de movimiento. Estirar un músculo patológicamente corto es necesario, pero debes
acompañar la nueva flexibilidad con el control motor necesario para manejar esa nueva longitud. Lo
que no usas lo pierdes. De hecho, un beneficio adicional del trabajo de fuerza, bien realizado, es
que mejora el rango de movimiento de muchas articulaciones de manera similar a los
estiramientos.
8. Reflexiona sobre la realización de ejercicios de movilidad antes y después de la parte principal
de un entrenamiento con objetivo de fuerza o resistencia.
Pero eso no quiere decir que debas empezar tus entrenamientos en frío. El león, antes de
empezar su sprint letal ha estado un buen rato en movimiento: reptando a ras del suelo,
agazapándose, acosando a sus presas… y el equivalente en nuestro caso es lo que denominamos
previamente estiramientos dinámicos.
Incluir estiramiento estático después de entrenar puede ayudar a relajar los músculos, que
responden además mejor al trabajo de flexibilidad cuando están calientes. Es un buen momento para
hacer énfasis en aquellos aspectos que limitan tus patrones de movimiento.
9. El concepto de entrenamiento de la movilidad a través de ejercicios de flexibilidad estática y
pasiva puede estar algo desfasado. Por ello, analiza hacia donde se dirigen las nuevas tendencias
en el entrenamiento de la movilidad.
Los estiramientos dinámicos una vez más son la apuesta ganadora, por una parte consiguen
estirar al tejido aponeurótico de las fascias, pero por otra parte incrementan la tensión en el tejido
conjuntivo generando adaptaciones positivas que evitan su deformación, mejorando además su
función de almacenar y reinvertir la energía acumulada.
Según la receta clásica debes estirar para mejorar movilidad y levantar pesas para mejorar fuerza.
Ambas son importantes, pero si siempre las trabajas por separado aíslas tus capacidades en vez de
integrarlas. Hoy día empieza a ganar fuerza una técnica antigua pero poco conocida para ganar más
músculo y sufrir menos lesiones, los estiramientos con peso: estirar el músculo aplicando una
carga. De hecho la mayor ganancia muscular jamás registrada se logró con este método.
Los estiramientos estáticos tienen su lugar, pero no buscamos simplemente más rango de
movimiento, sino mejorar el control funcional en todo el rango disponible. Añadir más rango
de movimiento sin ganar también fuerza en el nuevo rango aumenta el riesgo de lesión.
Al estirar estáticamente relajas el músculo, combinando máxima extensión con mínima activación.
En la vida real, o en la mayoría de deportes, esto no es común.
Muchas lesiones se producen en los extremos del rango de movimiento, las zonas de mayor
debilidad. Los estiramientos con carga fortalecen precisamente el rango más vulnerable.
Salvo prácticas deportivas concretas, los atletas de élite no destacan por una movilidad especial,
pero sí por un gran control y capacidad de aplicar fuerza en todo su rango de movimiento,
incluyendo los extremos.
Los estiramientos con carga son una técnica avanzada. Desarrolla un nivel básico de movilidad
y fuerza antes de experimentar con ellos, y utiliza tu propio peso antes de aplicar cargas externas.
Dedica los primeros segundos a buscar el ángulo o posición que te asegure sentir el estiramiento en
el músculo, sin forzar las articulaciones. Como regla general mantén la tensión muscular durante el
estiramiento. Cuando estés listo, incorpora gradualmente estiramientos con carga en tus
entrenamientos. Te harán fuerte como el roble y flexible como el junco.