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Capítulo VII

tn A'Bf2.Akourct4 1 v. '! PAUT1tS~f, L. (cor~sj­


El enfoque de derechos y la institucionalidad
¿d r'lf:,vÍSid '1 J Udlc-t'~/ J.(_ {d,J ?º l..L-fted S J'Oú-;)Le{' de las políticas sociales
t:JoenoS' AN""er / 6Ji +ores Je-l ~<.Jerfo t Zoo'? . Víctor Abramovich y Laura Pautassi

1. Introducción
Las experiencias analizadas a lo largo del presente
'cuenta de una situación inédita en la Argentina, pero que también
lo es para Arnérica Latina, de cómo el litigio, y en especial el liti-
gio colectivo basado en la de las cláusulas constitu-
cion~les, ha generado un nuevo escenario en materia de definición
del conjunto de políticas sociales. Aquello que otrora refería solo a
una difusa relación entre el sistema de políticas sociales y los dere-
chos humanos, ha dado paso a un escenario en donde se han pues-
to en cues~ionamt las premisas sustentan los propios sis-
temas de seguridad social Si bien no aventurar señalar
que el impacto del litigio ha promovido un cambio radical en el
conjunto de políticas sociales, el consenso es creciente hacia con-
siderar de manera se puede articular el conjunto de derechos
humanos y las políticas de desarrollo.
El. activismo judicial desplegado y los resultados del litigio,
además de los efectos reseñados en cada caso particular, dan cuen-
ta los límites de las políticas sociales discrecionales aplicadas
en toda la región, en particular durante las décadas de los años
ochenta y noventa, límites que por otra parte, ya habían sido
1

demostrados a partir del crecimiento de pobreza y de la exclu-


sión social. En el caso argentino, al impacto social de la
...... ...,,u,._, ....,...,,'J ...... de polÍticas asistenciales discrecionales se suman fallos
judiciales condenatorios de estas situaciones.
Paulatinamente se va mayor consenso en América
Latina en relación con la necesidad de pensar a las políticas públi-
cas en general, y a las políticas sociales en particular, como parte
de las obligaciones estatales para el cumplimiento efectivo de los
derechos humanos. Tal enfoque supera la visión de las políticas
sociales bajo una lógica por la oferta de beneficios de tipo
asistencial, que pueden o no ser asumidos por el propio
para dirigirse hacia la definición de las obligaciones que son res-
ponsp.bilidad del Estado, mediante los distintos instrumentos que
tiene a su alcance. Estas nuevas políticas pr.etenden superar déca- cia, los que no obstante la evidencia señalada, siguen promovien-
das en la ~onsideracó de las personas como meros ªbeneficia- do intervenciones ligadas a ·reafirmar al mercado como ámbito -y
rios" de programas sociales de corte asistencial para pasar a su modelo- de coordinación económica por excelencia dotándolo de
valoración en tanto titulares plenos de derechos. una "dimensión institucional", en tanto reconocen que es imposi-
Este nuevo consf!nso no surge de un enfoque renovado en tér- ble reducir la pobreza sin contrarrestar los efectos pro-cíclicos que
minos de una visión amplia en torno a los derechos humanos, sino genera la inestabilidad financiera sobre el qecimiento y la capaci-
parte de la búsqueda nuevos elementos superadores a:nte el evi- dad del gasto del Estado (Marques Pereira, 2Q06). Los programas
dente fracaso de las• políticas focalizadas de las décadas de. los de transferencias condicionadas de ingresos son un claro ejemplo
ochenta y los noventa, las que fueron promovidas particularmente de ello, los que tras largos años de implementación gozan de una
por los organismos de asistencia crediticia agrupados en el, deno-
1 institucionalidad importante que genera severas confusiones en
minado consenso de Washington l. tomo ·a su· carácter de ~straegi focalizados, y en la mayoría de 1
Por una algo más de dos décadas de implementación de los casos, como el Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados de la l 1
1.v•·"'-~u:; de ajuste estructural y redefinición del rol de Estado tras Argentina o el Programa Oportunidades de México, la rnasividad
la intervención de coaliciones gobernantes de cuño neoliberal, han en la cobertura lleva a diluir el carácter de política focalizada3.
mostrado no solo fracaso en tanto la pobreza y la vulne- Bajo estos parámetros, los organismos de asistencia crediticia
rabilidad aumentaron sostenidamente, al mismo tiempo que la continúan recomendando que el Estado debe cumplir un rol mera-
severa restricción y en muchos casos desmantelamiento que sufrie- mente "estimulador" cualquiera sea el tipo de mercado donde
ron los sistemas de políticas sociales, lograron el terrible efecto de interviene. En este marco, incentivar una mayor "prudencia finan-
transformar a Améric'a Latina en el continente más desigual. ciera" y la empleabilidad de fos trabajadores aparecen
Así los resultado~ de las políticas de reforma estructural pro-, como los resortes institucionales decisivos de ajuste de los merca-
vocaron serios deseqtülibrios en toda la región, pero principal- dos, que supuestamente evitarian desempleo estructural o fuga de
mente debe quedar eri claro que la pobreza se profundizó en Amé- capitales, sin variar sustantivamente la anterior tesis de liberaliza-
rica Latina por razon~s macroeconórnicas y no solo por una débil ción de los mercados (Marques Pereira, 2006 )4 .
institucionalidad o por los déficit propios de aplicar programas
focalizados sin mediqas más universales2.
Sin embargo, y s'obre este buscarnos llamar la aten-
ción, la política social continúa definiéndose en América Latina 3 Se estima que cerca de veinte millones de familias en Amé1ica Latina reci-
ben transferencias monetarias condicionadas (Valencia Lomeli, 2008). En 2008,
principalmente en el $eno de los organismos de asistencia crediti- quince países cuentan con un programa de esta naturaleza. entre los que se encuen-
i
tran: Programa Familias y Plan Jefes y Jefas de Hogar (Argentina). Bolsa Familia
(Brasil), Familias en Acción (Colombia), Programa de Transferencias Monetarias
Condicionadas (Costa Rica), Puente-Chile Solidario (Chile), Bono de Desarrollo
1 Una de las tesis má$ difundidas en el marco de este consenso sostenía que Humano (Ecuador), Red Solidaria (Salvador), Programa de Asignación Familiar
una vez eliminada la interv~có estatal-a partir de la liberalización de mercados, (Honduras}, Programme od Advancement Trough Health and Education (Jamaica),
apertura comercial, atracc,ón de inversiones, reducción del sector público y pro- Oportunidades (México), Red Oportunidades (Panamá), Red de Promoción y Pro-
gramas asistenciales focalizados diligidos a los sectores más pobres- el intercam- tección Social (Paraguay), Juntos (Perú), Solidaridad y Plan Nacional de Emergn~
bio. mercantil promoverla el crecimiento económico y disttibuitia la riqueza a tra- cia Social (Uruguay).
vés del "efecto derrame" {Wílliamson, 1990). En este marco, los derechos sociales
4 M~rques Pereira (2006) demuestra: asimismo, que esta "revisión" de las
eran considerados como un gasto que no podía ser asumido ni .por el Estado como
la
támpoco podría soportar competitividad de la economía.
i
políticas aplicadas esconde a su vez, un artilugio para consolidar el marco de polí-
ticas liberales aplicadas durante la década del 90, ya que el único cambio que se
2 La región ha transi~do etapas de crisis y de recuperación económica sin explicita es el reconocimiento de la presencia de las fallas del metcado y de los
que ello haya modificado lbs niveles de pobreza, con ciertos atenuantes en perío- gobiernos, recomendando reformas institucionales para estimular la coordinación
dos de alto crecimiento, CO{l posteriores aumentos cuando sobreviene la crisis eco- económica del mercado, agregando que van más allá, en el sentido de proponer al
nómica y nuevo estancaml(fnto en momentos de su recuperación (Salama, 2006). mercado como vara para medir la eficiencia del Estado.

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. Este nuevo direccionamiento de la política se agrupa en el les. En términos del Banco Interamericano de DesaITollo (2008:
denominado consenso pos-Washington, ·por el cual se incorpora la 260): "a menos que la inclusión se propicie a partir de los derechos
idea de institucionalidad y de gobernabilidad; en el sentido de pro- América Latina seguirá sufriendo por su legado de ser
veer "mejores instituciones" y good practices para optimizar el fun- considerada como la con mayor desigualdad del mundo",
cionamiento de los mercados: Al mismo tiempo, se promueve un haciendo abstracción de toda responsabilidad directa en la reco~
debate sobre la débil institucionalidad de ciertas intervenciones de mendación -y financiamiento- de políticas. regresivas en materia
política social, basadas en el reconocimiento de beneficios particu- de derechos. En forma el Banco Mundial (World Bank,
larizados y meramente asistenciales, que excluyen el lenguaje y la 2007: 93) también destaca la importancia de aplicar un enfoque de
lógica de los derechos, más allá que retóricamente los incluyans. derechos en las políticas de desarrollo, que incremente el acceso a
En consecuencia proponen una "segunda generación" de pro- los servicios que garantice una mayor eficiencia en las
gramas, que lejos de superar esta visión propone incorporar un prestaciones y que promueva la participación de los propios desti-
marco de derechos, denominado para el Banco Mundial cobio natarios, pero siempre bajo el marco de aplicación de programas
"marco comprensivo del desaffollo" que define a la pobreza como focalizados y sin asumir su responsabilidad en' la implementación
un fenómeno multidimensional, aunque las vías para superarla de programas contrarios a derecho.
son nuevas versiones de antiguos programas de u combate" a la Y allí es precisamente donde nos interesa poner el énfasis de
pobreza, en una apuesta mayor por dejar en claro la idea de dere- la argumentación: consiste en señalar que incorporar un marco de
chos pero con prácticas focalizadas, aunque de mayor cobertura, derechos en las de desarrollo debe tener en cuenta que
pero que distan de ser propuestas de políticas universales6. Al si el mismo se aplica sobre las bases de un modelo económico vul-
mismo tiempo prestan especial atención a estimular la formación nerable -como demuestra serlo el modelo heredado los noven-
del capital humano y ·del capital social, introduciendo una mayor ta-, a pesar de las poscrisis y el actual ciclo de las
corresponsabilidad en ello a la propia población destinataria7. economías atravesado por la crisis económica con-
Por su en recientes publicaciones de estos organismos, solidaría una suerte de "ficción ciudadana" en lugar de la consoli-
sostienen claramente que la única fonna de superar la pobreza y dación de un marco de derechos en un modelo económico sólído8.
la exclusión es a partir de garantizar el conjunto de derechos socia- no se puede forjar un marco de derechos vincula-
do a los proyectos y modelos económicos coyunturales, como tam-
poco se pueden pensar en la actualidad en derechos otorgados en
función de la inserción en el mercado de empleo remunerado, tal
5 Nada dicen en relación con la degradación de los derechos laborales, sindi-
como originariamente se definieron en como la
cales y de la seguridad social, que fueron un resultado explícito de las reformas
implementadas en la última década en el ámbito del mercado de empleo y en los Argentina a los derechos sociales vinculados con la categoría de
1

sistemas de jubilaciones y pensiones, que por otra parte contaron con el aval de trabajador asalariado. Al respecto, es interesante considerar espe-
estos organismos y, en muchos casos, como en lo atinente a las refonrias previsio- cialmente la sentencia de la Corte de Justicia en el caso
nales, con su directo impulso.
Reyes Aguilera, en relación con la necesaria redefinición del con-
6 Como destaca Valencia Lomeli (2008), estos programas se han convertido en tenido y del alcance del derecho a la seguridad social, que pone
el símbolo de una nueva manera de actuar frente a la pobreza y de un nuevo tipo
de programas de asistencia social, respetuoso de los principios de mercado, y de.las
reformas económicas de los años ochenta y noventa que atravesó la región, con un
claro predomino de la política social residual y focalizada en Ja extrema pobreza.
7 Se sigue, pues, utilizando la potendalidad de las personas, particularmente
los pobres, los jóvenes, las mujeres, para "promover" que sean ellos mismos los que 8 La: noción de ficción alude a que el Derecho crea un mundo propio, y pone
"abandonen" la poQreza, descondendo el débil efecto que tienen este tipo de pro- en escena un juega de y un sistema de representaciones que sue1en
gramas en contextos eco.nómicos de alta volatilidad, al mismo tiempo que se sos- romper paradigmas de tiempo real y provocar expeiiencias semejantes a las narra-
tiene que la pobreza es un fenómeno de índole individual es altamente falaz. ciones de las novelas (Mari, 2002: 375).
coto a esta dinámica de otorgar derechos en función de una rela- derecho de acceso a la justicia, entre otros. En ocasiones, el .len-
ción laboral formal9. de los derechos ha ~ido considerado .como excesivamente
En este.sentido, se constata en la región una creciente deman- político y poco neutral en algunas de lap agencias de cooperación,
da en relación con el enfoque de derechos aplicados al ámbito de . e incluso como un lenguaje prohibido por los mandatos de algunas
las políticas sociales y 1as estrategias de desarrollo a nivel regional, instituciones financieras internacionales, lo cual no ha impedido
las cuales todavía no han sido mayormente afectadas por la evolu- que la agenda 'de estas instituciones abordaran cuestiones de pobre-
ción del derecho internacional de derechos humanos~ en cuanto al za o de calidad institucional directamente vinculadas con aquellos
alcance de las obligaciones del Estado de proteger ciertos derechos derechos. Sin embargo, en los últimos, años ·esta prohibición ha
fundamentales en el ámbito social, tal como se ha comprobado a cedido paso ahte una incorporación del enfoque de derechos sin el
lo largo de· los casos analizados en el presente libro. consiguiente análisis del impacto que presenta. De allí que pueden
Paradójicamente, .a pesar de compartir la preocupación por lograr una nu~va ficción de interpretar a la focalización como una
muchos temas comunes; ·especialmente en temas referidos a la práctica conforme a derechos, eludiendo el principio de igualdad y
pobreza, la vulnerabilidad y la exclusión y su relación con la diná- · los .estándares jurídicos que son intrís~co a la. definición de un
mica de los procesos políticos y el funcionamiento de las institu- derecho social. Estos estándares permiten analizar las políticas
ciones democráticas, el campo de las políticas sociales, las estra- públicas en m~teria social, particularmente las políticas destinadas
tegias de desarrollo y ¡ el campo de los derechos humanos han
1 ·a la pobreza :y a los sectores vulnerables, considerando particular-
corrido en paralelo, con pocos puntos de encuentro o conexión. mente si se adecuan o no a.los parámetros desarrollados por
Mucho más visible ha resultado la bifurcación que se ha produci- el derecho internacional de los derechos humanos.
do en 'relación con los modelos económicos e institucionales en En rlgor, las obligaciones de los Estados Parte no se limitan a
donde desarrollar las ~straegi señaladas y en donde existe una satisfacer el contenido mínimo de los derechos económicos, socia-
ausencia absoluta ?e debate en relación con el diseño de polí- les y cultra~, sino que cada Estado se encuentra obligado a
ticas de yorte universal. En rigo~ cada día se habla más de dere- adoptar: medidas para que de manera progresiva se alcance la
chos pero en los hecho$ sigue diseñando o implementando estra- satisfacción piena de estos derechos, y no puede escudarse. en la
tegias focalizadas. · falta de recursos disponibles para justificar su accionar este
En tal sentido basta señalar que muchos de los conceptos induce a un sector de la población por debajo del estándar míni-
tuales en el lenguaje del desarrollo, utilizados por las de mo de protección de este derecho. A su vez, de cada derecho se
cooperación y las instituciones financieras internacionales (IFI); desprenden una serie de obligaciones a las que haremos referencia
como la reducción de la pobreza, la participación, la inclusión, el a lo largo del capítulo, sin embargo, cabe adelantar que entre los
buen gobierno, la responsabilidad y rendición de cuentas (accoun- estándares contenidos en cada derecho social, se encuentra la obliw
tability) refieren a las ri1ismas cuestiones que en el campo de los gación de satisfacer :-al menos- el contenido mínimo de los dere-
derechos humanos describen el alcance de los de1~chos a la salud, chos; la de utilizar al máximo los recursos disponibles, el principio
a la alimentación, a la educación, a la libertad de expresión, a la de progresividad y no regresividad; el principió de no discrimina-
participaci.ón política, á la igualdad y a la no discriminación, el ción; la ;producción de información, la participación de los secto-
res afectados en el diseño de las políticas públicas y el acceso a la
justicia. . . .
De forma inversa, la obligación de garantizar niveles esencia-
9 Corte Suprema, "Recurso de hecho deducido por Luisa Aguilera Mariaca y
les de los derechos obliga al Estado a no afectar este contenido
Antonio Reyes Barja en representación de Daníela Reyes Aguílera en la causa Reyes mínimo. al restringirlos. Toda restricción a derechos económicos,
Aguilera, Daniela e/Estado Nacional", 4/9/2007. En el capítulo I de este libro se ana- sociales :y culturales debe ser sometida al control de. la afectación
liza en profundidad este fallo y las ímplicancías en términos de acceso a la segmi- o no del contenido e$encial del derecho regulado. Todos estos
dad social.

Institucionalización de pol!ticas sociales 285


284 Cápítulo Vil
transparencia e institucionalidad de las políticas y las
aspectos, que analizaremos a lo largo del capítulo, deben .ser teni-
dos en absol1:1ta consideración y análisis de razonabilidad antes de estrategias de desarrollolO.
El actual escenario mundial, en el marco de la crisis alimen-
señalar que se está incorporando un enfoque de derechos.
taria y de los primeros signos de deterioro y recesión que enfrenta
En rigor, y debido al consenso señalado en relación con el
la economía mundial, alertan sobre la urgencia en abordar la pro-
enfoque de derechos, consideramos que existen suficientes razo-
blemática ya que se COlTe un Serio riesgo de retroceder en los avan-
nes Y urgencias para cerrar las brechas y tender puentes entre el
ces que se alcanzaron en términos de superación de la pobreza y
conjunto_ de derechos humanos y los sistemas de políticas sociales,
la indigencia 11.
que al mismo tiempo tiendan otro puente entre el sistema político
De allí que uno de los principales aportes y, al mismo tiempo,
(~or caso ,las_ coaliciones gobernantes) para que reorienten la polí-
de los principales desafíos del campo de los derechos en
tica economica en el mismo sentido· de la estrategia de desaffollo
relación a los problemas regionales originados en la y la
bajo un marco de derechos. Al respecto, cabe recordar que el
degradación institucional, reside en la capacidad de guiar con
actual escenario político de América Latina marca una diferencia
estándares y principios la actuación de los democráticos en
sustancial en relación con los años noventa, en tanto renovadas
las situaciones concretas, tanto la jurisprudencia de los
coaliciones políticas han ganando las urnas, evidenciando un cam- a fin de determinar el alcance de los derechos, como los procesos
bio en las plataformas políticas v sociales. Entre otros de formulación de políticas públicas, contribuyendo de ese modo
..., .. ,~'-i•·" cabe mencionar la lleg;da a la presidencia en Brasil de un al fortalecimiento de las garantías institucionales y sociales de
representante del Partido de los Trabajadores, reelecto en un esos derechos en los diferentes espacios nacionales.
segundo mandato; en Bolivia, por primera vez, un representante Sin embargo, y asumiendo la heterogeneidad de procesos y
ind~gea llega a la presidencia; en Uruguay gobierna el Frente situaciones presentes en la región y de los compromisos interna-
Amplio y recientemente un ex obispo católico asumió como presi- cionales asumidos por los Estados, los problemas centrales que
dente de Paraguay. Un hecho de trascendental importancia fue la hacen a la inserción laboral, la seguridad social, la participación
elección de la primera presidente mujer en Chile, quien sostuvo en política y el ejercicio de derechos en general, se dirimen en contex-
s~ plataforma electoral la paridad como eje de sus políticas, y dos tos mucho menos retóricos pero mucho más mediatos. De allí que
anos más tarde asumió también una mujer como presidente de la resulta imprescindible que se concentren los esfuerzos para incor-
Argentina. Varios otros ejemplos ayudan a dar cuenta de un esce- porar un enfoque de derechos y que los Estados asuman sus obli-
nario regional que presenta importantes signos de ruptura con la
hegemonía del denominado "pensamiento único" de años anterio-
res, aunque algunos modelos permanezcan estáticos frente a los
cambios de la región. En todo caso, el escenario actual en la
muestra un creciente consenso hacia el impulso de programas de 10 Estos estándares jurídicos pueden servir para fijar un marco para la defi-
nición de las políticas y estrategias de intervención tanto de los Estados como de
desarrollo de los derechos humanos. Sin embargo,
los actores sociales y las agencias de cooperación para el desarrollo, y establecer un
. cabe destacar que es necesario lograr mayor precisión en relación criterio común para la fiscalización y evaluación posterior de políticas
con el impacto de un marco respetuoso del conjunto de derechos otorgando un contenido más preciso a algunos principios que inspiran
humanos, que va más allá de una fina retórica al respecto. ción de estrategias de desarrollo y reducción de la pobreza en la tales corno
el principio de inclusión, de participación. de rendición de cuentas y responsabili-
· En particular en el ámbito regional en donde los estándares
dad (Abramovich, 2006a y 2007).
fijados por el Sistema Interamericano de Protección de Derechos
11 Gargarella (2005) señala que, en forma contrmia a la práctica dominante
Humanos ( SIDH) en temas tales como el derecho a la i ualdad durante años, los programas económicos deben ajustarse al respeto de los dere-
la ~o i icrnn e iscrimil'l:ación; el derecho a la participación chos, y no los derechos quedar dependientes de los programas de La Cons-
poli t1ca y el derecho de acceder a la justicia, son de inestimable titución exige que nadie tenga sus intereses básicos sujetos a la esperanza del
"derrame" económico, nj sus derechos condicionados al crecimiento de la liqueza.
valor para ajustar aquellas discusiones aééi="ca de ~a ~,

!nstítucior'<:llización de políticas sociales 2B7


gaciones positivas en rrlateria de satisfacción de derechos económi- con mayor claridad no sólo las obligaciones negativas del Estado
cos, sociales y culturales pero también civiles y políticos. sino también i un cúmulo de· obligaciones- positivas. Esto significa
En los puntos sigtiientes argumentaremos en esta dirección, que ha ,definido con mayor precisión no sólo aquello que el Esta-
con especial énfasis en !las relaciones entre estándares de derechos do no qebe hacer, a fin: de evitar violacipnes, sino también aquello
humanos y políticas sociales12. Examinaremos algunos intentos que debe hacer en orden a lograr la plena realización de los dere-
por fijar esos marcos y sistemas de evaluación e indicadores a par-· chos. civiles, políticos y también económicos, sociales y cultura-
tir de la interpretación ide las normas internacionales de derechos . lesl3. En tal sentido, los derechos humanos· no son pensados en la
humanos, así como algµnas tensiones y cuestionamientos que han actualidad tan sólo corno un límite a la opresión y al autoritaris-
provocado estas experiencias. Para ello nos detendremos en el mo, sino también como un programa que puede guiar u orientar
debate acerca de la exclusión social y sus consecuencias en mate- las políticas pifolicas de los Estados y contribuir al fortalecimien-
ria de derechos humanbs; al mismo tiempo que analizaremos los to de las instituciones democráticas.
dilemas que ·se presentan especialmente en materia de políticas En: igual sentído, los órganos de supervisión intefüaco_~l :de
derechos humanos, tanto a nivel universal como regional, han pro-
·'
distributivas y del principio de igualdad.
Sostendremos que. estos estándares pueden seIVir además curado :.no sólo reparar a las víctimas en casos particulares, sino
como criterio para el cqntrol y eventualmente la impugnación y el tambiép fijar un cuerpo de principios y estándares, con el propó-
1

cuestionamiento de estas políticas tanto por la sociedad civil como sito de incidir en la calidad de los procesos democráticos a .través
los órgan'.os de control institucional. En particular examinaremos del fortalecimiento de los principales mecanismos domésticos de
el valor de los estándares interamericanos sobre el derecho a la . protec~ió.n:d derechos, tales como los ~istema de administrfición
igualdad y a la no discriminación y el derecho de acceso a la justi- de justrcia, los mecanismos de participp.ción política y las i~stan­
cia; y su relación con los principios de inclusión, participación y cias pdblicas! de control horizontal, como. oficinas electorales,
rendición de cuentas, Sf,!guidos en el campo de las políticas socia- ·defensorías, procuradores de derechos humanos, entre .otras, y las
les y las estrategias de desarrollo. Se trata pues de aproximar un q:>mpet~ns de la administraciólf pública que definen. polí-
conjunto de estándares :aplicables al amplio y heterogéneo espec- ticas con impacto en la vigencia de ~os derechos, en áreas de
tro de las estrategias de desarrollo, que lejos de actuar como dis- gobierno co~ la policía, los servicios ,penitenciarios y las presta-
cursos de buena voluntad política resulten operativos y coherentes ciones sociales. .
para producir cambios,. no solo en el rumbo de la política econó- Asi~mo, ·cabe destacar los avances en materia de incorporar
mica y sino en lci centralidad y responsabilidad del propio acciones tran,sversales desde una perspectiva de género, que si
Estado, como también: contribuyan a una mejor comunicación biren aún son .incipientes, significan una importante evolución en
entre la esfera judicial y la política. la visibilización de esta perspectiva. Pueden mencionarse, entre
otros, las oficinas para el adelanto de la mujer, las comisiones tri-
2. Acerca de los consensos ... o disensos . partita.$ para la igualdad de oportunidades en el mundo del traba-
En los últimos años, el cuerpo de principios, reglas y estánda- jo, el a~nce en derechos repoductiv~ y la discusión en torno a
res que coµiponen el ámbito de los derechos humanos ha fijado
1

12 Una versión preliminar del trabajo Dilernas en la resolución de la pobreza.


El aporte del enfoque de derechos, de Víctor Abramovich y Laura Pautassí fue pre- 13.. Con esta nueva concepción se supera la hístólica tradición de conceptua-
sentado en las Jornadas Justicia y Derechos Humanos: políticas públicas para la lizar a los derechos humanos como un medio para imponer límites a las formas
construcción de ciudadanía. en el marco deJ Seminario Taller Los Derechos Huma- abusivas :de uso del poder por el Estado, un decáÍogo de aquellas conductas que el
Estado no debería hacer: No torturar, no privar a1·bitrariamente de la vida, no dis·
nos y las políticas públicas para enfrentar la pobreza y la desigualdad, organizado
por UNESCO, Secretaria de Derechos Humanos y Universidad Nacional Tres de · crimna~· no entrometerse en la vida privada y familiar de las personas (Abramo·
Febrerp, Buenos Aires, 12 y d diciembre de 2006. vich, 2007).

288 Capítulo VII lnstitucionali1ación de oolíticas sociales ·


general de algunas políticas públicas, y en los procesos de formu-
los sesgos de género en materia de acceso a la justicia14_ En gene-
lación, implementación, evaluadón y fiscalización de éstas. Así, es
ral, la rnayona_de las evaluaciones en materia de equidad, rescatan
común observar que las decisiones individuales adoptadas en un
la constn1cción de nuevos espacios de igualdad en coexistencia
caso, suelen imponer a los Estados obligaciones de forrnular polí-
con tradidonales prácticas discriminatorias, destacando el valioso
ticas para reparar la situación que da 01igen a la petición, e inclu-
apo~te de las experiencias exitosas en políticas dé· género para el
so establecen el deber de abordar los problemas estructurales que
conJunto de políticas públicas, las que, además de profundizar en
están en la raíz del conflicto analizado en ·ese caso, corn.o ha
la búsqueda de la igualdad, constituyen nuevas formas de hacer
sido analizado en el primer capítulo éste libro.
política que favorecen la gobernabilidad 15.
En rigor, la imposición de estas obligaciones positivas es pre-
Este proceso· de globaliz.ación de estdna1~ de derechos huma-
cedida por lo general del examenJ bajo estándares jurídicos, de las
nos, si bien no ha alcanzado igual grado de desarrollo en toda la
políticas implementadas, o del comportamiento omisivo del Esta-
región Y está sujeto en ocasiones a la precariedad de los sistemas
do que ha provocado o favorecido una violación de derechos. Esas
de j:usticia, ha tenido una indudable incidencia positiva en la obligaciones pueden consistir en cambios de políticas existentes 1

forn~:ió de esos mismos sistemas y ha generado una mayor reformas legales, acciones positivas, la de proce-
ate~1on en las autoridades estatales a los principios y reglas que sos participativos para formular nuevas, públicas y
se fiJan en el escenario interamericano. También ha favorecido muchas veces en la reversión de ciertos patrones de comporta-
este proceso la paulatina conformación de una burocracia estatal miento que caracterizan el accionar de cíertas institüciones del
especializada en el manejo de estos temas, que suele incidir en Estado promueven violaciones, por ejemplo, violencia policial,
. aspectos de la gestión pública, tale_s como oficinas y comi- abuso y tortura en las prisiones, aquiescencia del frente a
s:ones de ~e1chos hu1:1anos, defensorías del pueblo y funciona- situaciqnes de violencia doméstica, desalojos masivos de poblacio-
rios espec1ahzados. De igual manera, debe reconocerse aquí el nes indígenas de sus tierras ancestrales 16. Además, en el marco de
valor de ciertas medidas de acción positiva que han tenido un los casos individuales el sistema promueve habitualmente proce-
importante impacto en diversos ámbitos, p1incipalmente en tér- sos de solución amistosa o negociaciones entre los y
minos de equidad de género, pueblos originarios, discapacitados. los Estados, en los cuales los Estados muchas veces se avienen a
Ahora bien, la incidencia del discurso de los derechos huma- implantar esas reformas institucionales o crean mecanismos de
n_os no se li~1ta al impacto de sus decisiones sobre la jurispruden- consulta con la sociedad civil para la definición de
cia de los tribunales locales. Otra vía importante para el fortaleci-
miento de la institucionalidad democrática en los Estados, surge
de su capacidad de incidir de manera directa en la orientación 16 La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emite, asímis-
rrio, info1mes generales por países 1 donde analiza situaciones concretas de viola-
ciones y realiza reconl.endaciones que 01ientan políticas estatales sobre la base de
estándares jurídicos y.puede emitir también informes temáticos que abarcan tenrns
de interés regional o que conciernen a varios Estados. El enorme potencial que tie-
l4 Sin embargo, aun , persisten
· ·
numerosas mequidades ·
de género por resolver nen estos informes se refleja en la fijación de estándares y principios, al mismo
en todos los países de América Latina, las cuales se cruzan y potencian con las bre- tiempo que relevan situaciones colectivas o problemas estructurales que pueden no
chas de equidad sociales, raciales y étnicas. Al respecto véase el análisis de Daeren estar debidamente reflejados en la agenda de los casos individuales. A su vez, el
(2001) Y Rico (2000) sobre.los procesos de institucionalización de género en la proceso de elaboración de los informes temáticos permite a la Comisión
región. con actores sociales locales e internacionales relevantes esa temática,
la opinión de expertos, de agencias de cooperación, de órganos políticos y téc-
. . 15 En I~ U:ª~oría ~e las Constituciones políticas de los países de la región se nicos de la Organización de Estados Americanos (OEA), e iníciar vínculos con los
incluye el pnnc1p10 de igualdad y el derecho a la no disc1iminación, y en pocos funcionarios encargados de generar en definitiva políticas en los campos analiza-
c~so se_ lo consagra expr~amnt en relación con la disc1iminación por género. dos (Abramovich, 2007).
Sm embargo, los mecanismos judiciales de exigibilidad de los derechos se caracte- 17 A su vez, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH)
rizan_ por su debilidad, por procedimientos iIÍadecuados y por la presencia de jue-
puede emitir opiniones consultivas que sirven para examinar problemas· concretos
ces ~Jenos a las problemáticas de género (Birgin y Kohen, 2006; CIDH, 2007a).
En otros la jurisprudencia y las interpretaciones de Es decir, más allá .de los consensos, ·encontramos un sistema
los órganos SIDH, tanto de la Comisión Interamericana de integral:y estructurado que opera en términos de dar efectividad a
Derecho.s Humanos cómo d.e la Corte Interamericana, y sus pun- las medidas comprometidas. por los Estados y que además fija
t~s de .vista sobre problemas de índole estructural que afectan la estándares específicos que son aplicables a los sistemas internos
v1genc1a de los derechos humanos en la región, han incidido en de cada; uno de los países de la región. En rigor, nos encontramos
reformas 18 . Al mismo tiempo, ambos órganos se han ante uni escenario en donde las políticas y estrategias de desarro-
convertido gradualmente en un escena1io privilegiado de activis-
llo, y el campo de la protección internadonal de los. derechos
mo de la sociedad civil, que ha desplegado estrategias innovadoras
humanos se encuentran minµ1do en la misma dirección, al reco-
para aprovechar en el 'ámbito nacional la repercusión internacio-
nocer una ageh.daprioritaria vinculada a los problemas derivados de
1

nal· de los casos y situaciones denunciadas en las denominadas


estrag~ de Algunos actores sociales como dijimos, la exclusión social.
se han valido de este escenario internacional no sólo para denun- Por ejemplo, la Comisión Económica para América Latina
ciar violaciones y hacer visibles ciertas prácticas estatales cues-
1
(CEPAL) ·de Naciones Unidas ha señalado en un trabajo reciente
tionadas, sino también para alcanzar posiciones privilegiadas de; que "la·:titularidad de los derechos debe guiar las políticas públi-
diálog.o con los gobiernos o con aliados al interior de éstos y para· cas. Se trata de orientar el desa1Tollo conforme al marco norrnati-
revertir las relaciones de fuerza, alterar la dinámica de algunos : vol de los dere chos civiles, políticos, económicos, sociales y cultu-
1

procesos políticos. Ello en ocasiones ha facilitado la apertura de rales, plasmado en acuerdos vinculantes, tanto nacionales como
espacios de participación e incidencia social en la formulación e internadonales. Esto exige a su vez un contrato o pacto social que
implementación de políticas, y en el desarrollo de refom1as institu- debe materialízarse políticamente tanto en la legislación como en
cionales. Por lo demás.! han sido estas organizaciones de derechos políticas públicas" (CEPAL, 2006: 14). Agrega el trabajo que resul-
hurn_~os las que mayohnente han incorporado los estándares lega- ta ifundamental contar con organismos :del Estado que sean com-
les fijados por el SIDH como parámetro para evaluar y fiscalizar """º1i-"" ..... "'"º"' política y técnicamente, "a fin de que los derechos sean

acciones y políticas_ de [los Estados y en ocasiones para impugnar- más exi'gibles,i es decir que se. garntic~ la existencia de mecanis-
las ante los tribunales d ante la opinión pública, al como se ha ana- mos juridicos !y de política pública para que las personas puedan
lizado en algunos de lo~ casos reseñados a lo largo de este volumen. exigir la titulabdad de sus derechos" (CEPAL, 2006:.14).
En ··rigor,·: hay· consensos pero todavía no existen prácticas y
· estrategias que vinculen el marco de derechos con la aplicación de
política~ y mddelos e.conómicos en la región. En tal sentido, existe
una eminente' hegemónica de pensamiento que considera que ·1a
más allá de los casos conten,ciosos, y fijar el alcance de las obligaciones estatales
que emanan de la Convención_ y de otros tratados de derechos humanos aplicables
exclusión y la pobreza son "efectos no deseados" de la implemen-
en el ámbito regional, tales como la situación ju1idíca de los trabajadores migran- tación del modelo económico, y no consideran que precisamente
tes Y los de~chos humanos de niños y adolescentes. En ocasiones, en estas opinio- constituyen una clara consecuencia de un largo proceso de ejecu-
nes consultivas la Corte ha intentado fijar marcos jurídicos para el desarrollo de
ción de ·políticas económicas ortodoxas (Pautassi, 2006 ). A tal
~olítics, por ejemplo, de la~ políticas migratorias y de las políticas dhigidas a la
mfanc1a, Corte IDH, Opinión Consultiva Nº 17 y Opinión Consultiva N'' 18 (Abra- extremo se ha, potenciado la inequidad distributiva, que incluso los
movích, 2007). : d~fensor del mercado plantean la necesidad de "prácticas com-
18 plementarias de asignación de rec':Irsos" para mitigar la feroz con-
. . Se pueden mencio~r la reforn1as en el funcionamiento y la accesibilidad
de los sistemas de justicia, en la fijación de límites a las diversas formas de violen- centración de:los ingresos, recomendando una serie de postulados,
cia en un mayor respeto de la libertad de expresión y el acceso a Ja infor- que se enrolart en el posconsenso de Washington, tal corno fue ana-
mación pública, en la deroga~ión de normas discliminatorias de las mujeres, en el
reconocimiento de los derc~os de pueblos indígenas a sus tierras ancestrales y a lizado anteriormente. El.nuevo "paquett"( está integrado por medi-
la participación política, enti·e otras cuestiones medulares para las estrategias de das quti buscan prqmover una vuelta al Estado, a partir de su for-
1

desaffollo ~acil en nuestros 'países (Méndez y Mariezcurrena, 2000). talecimiento y una revisión de la asignación. de bienes ·públicos,

292 Caoítulo Vil . Institucionalización de políticas sociales 293


aumentando su capacidad recaudadora, incorporando el concepto da a la exclusión, y como superarla; es adecuado considerar que la
de protección social en reemplazo de la seguridad social 19, como pobreza, en todas las variantes que se postule, no es el único pro-
también de la equidad de género y protección del medio ambiente. blema sino una de las formas en que se expresan los proble-
Este aparente consenso muestra en rigor un profundo disen- mas sociales. La pobreza suele presentarse conjuntamente -y
so, en tanto la definición de la pobreza, como sus causas, son fun- muchas veces confundirse- con otras formas de privación de ele-
damentales a los efectos de diseñar políticas para su superación, mentos esenciales para que las personas puedan desarrollarse de
y si bien el consenso esta puesto en pensar en derechos c~mo vía forma "normal" en la sociedad20. Por caso, las situaciones de mar-
superadora, el disenso se. encuentra precisamente en las causas ginalidad, de desempleo y de "exclusíón social" que transitan grn-
del fenómeno pero también en el contenido de los derechos reco- pos de. indivíduos, a los cuales muchas veces se le suele atribuir
mendados y un desconocimiento de los estándares contenidos en relaciones transitivas entre los distintos conceptos:
cada derecho. implicarla pobreza, sería sinónimo de exclusión social,
A su vez, y al igual que durante la primera "generac1on de exclusión social sería causa y efecto del desempleo, bajo nivel edu-
reformas" s.e implementan al margen de un debate público y par-
1
cativo sería otra causa de la pobreza21.
ticipativo de la ciudadanía, la que no puede expresar sus deman- De este modo, en los últimos años cobró centralidad en el
das en torno a las políticas e instituciones reformadas, y a la vez, debate académico, como también en la arena política el
produce efectos considerables en la población. En primer lugar, no de "exclusión social" (social exclusion). Sintéticamente, los
sólo importa la calidad de miembro de la sociedad, sino cómo se debate se inscriben en que la exclusión es una consecuencia de la
disfruta de tal derecho. Por ello, la participación social es una dinámica desaITollo de las sociedades modernas, la cual se
forma indispensable de ejercer la ciudadanía, conformando un caracteriza por aislar, apartar, separar a gran parte de la '"''"''"' ....~ ..............
u

bien en sí mismo. que.no depende de su ejercicio efectivo. del sistema de relaciones soóales consideradas "típicas", descar-
Otro ejemplo es que conceptos como derechos sociales, ciuda- gando los costos de su desaITollo sobre los más subordinados22.
danía, gobernabilidad, género, justicia y el propio enfoque de dere- Numerosos son los trabajos y líneas desarrolladas en torno a
chos, están siendo selectivamente apropiados por las instituciones la problemática de la exclusión. de pretender cuenta de
financieras internacionales, al punto de constituirse como los plin- tal, presentamos algunas líneas desarrolladas en torno a la cues-
cipales interlocutores y referentes en la materia. Hacemos ,~: ..i- 0 ~· 0 ., tión que consideramos, realizan un importante aporte para los
cía concretamente" a que el peligro, desde el punto de vista de la puentes que buscamos tender entre derechos y de
problemática de la consolidación democrática, radica precisamen- !Tollo.
te en que quienes utilizan estos conceptos en forma parcializada,
vaciándolos de significado, promueven nuevas formas de institu- 20 En relación con el concepto de exclusión social seguimos lo desarrollado
cionalidad que nada tienen que ver con la garantía de los derechos. en Lo Vuolo, Barbeito, Pautassi y Rodríguez Enriquez (1999).
Esta advertencia es nuevamente aplicable al enfoque de derechos. 21 Las evidencias empüicas dan cuenta de que estas relaciones no tienen un
A fin de precisar el alcance del problema y definir con cierta cla- fundamento fáctico, tanto en los países centrales como en los en desaITollo (Lo
lidad a los efectos de este trabajo, qué significa una agenda vi~cula- Vuolo et al., 1999).
2 2 Esta situación ha dado paso a la denominada "nueva cuestión socia]" cuya
novedad radica, a juicio de Rosanvallón, en que los nuevos conflictos que estmctu-
ran a la sociedad ya no son únicamente de en una óptica de lucha de cla-
ses. En la actualidad se trataría de conflictos "interpretación sobre el sentido de
19 El término ..seguridad social" significaba un paquete amplio de previsión, la justicia". En gran medida, la discusión sobre la cuestión social se traslada al con-
con un papel fuerte del Estado no sólo en la previsión, sino también en la tenido, en las sociedades modernas, de la noción de justicia distributiva. Para ello,
ción y el financiamiento. Por el contrario, la idea de protección social significa un pone énfasis en la inserción por el trabajo debe seguir siendo la piedra angular de
modelo mucho más restringido y'marca el alejamiento de una actividad estatal tan toda lucha contra la exclusión. No se trata de asistir, sino de otorgar empleo para
amplia como esa, para acercarse a una en que las personas, las familias y las comu- que de esta forma los individuos sientan que ocupan. un lugar en la sociedad
nidades desempeñen un papel más activo (Pautassi, 2003.). (Rosanvallon, 1995: 122).

Institucionalización de políticas sociales 295


2. A. El principal disenso: las ·causas y consecuencias El debate en la literatura francesa, parte precisamente .por
de la cixclusión social' destacar que con la utilización del término exclusión, se da a
Atenuar las secuelas de. la desigualdad social fue histórica- entender que; los afectados por los problemas sociales están
mente una de las funciones clásicas de ~a política social. En el "fuera" de la sociedad, cuando la realidad es que su situación se
desarrollo de los modernos estados de bienestar, particularmente explica principalmente porque son alcanzados por la dinámica
en el ca:m de los europeos, aquellos que implementaron políticas social. Además, se entiende que de esta forma se puede coristmir
sociales de corte univ~rsalt lograron atenuar el impacto social, una imagen (considerada falsa) que representa a la sociedad divi-
y, al mismo tiempo, consolidaron una mayor intitucionalidad . dida en :dos polos, como así también que sólo ·existiría un atributo
democrática y consiguiente ejercicio de derechos para toda la ciu- que marcaría: la .lí:q.ea divisoria. Por el contrario, las divisiones
dadanía. Por lo mismq, los ejemplos históricos disponibles en ésta sociales· son más difusas y también son ·variados Jcis atributos que
direcéión dan cuenta ~cera del hecho que la protección (político defin.en la situación de cada persona. Sobre la base de estos argu-
social:) material de los, derechos democráticos de participación, es mentos ise propone que, en lügar de pensar en una fuerza expulso-
una cond.ición previa indispensable para el ejercicio de estos dere- ra que excluy.é, el problema debería pensarse como un reflejo cen-
chos2:3. · · trífugo y se pi opone el concepto de "inserción social" (insertion
4

Ahora bien si la g<tneralización de las posibilidades de partici- sociale) ~ Con sus imprecisiones este con:cepto pretende dar cuenta
pación política fue considerada como una de las conquistas esen- de situaciones de· carencia, cuya responsabilidad de ningún modo
ciales de la modernidad, cabe preguntarse ¿por qué se produjo el puede atribuir;se a los afectados24. No se trata de asistencia (que se
crecimiento de la exclusión social? ¿Cuándo .emerge este concepto de1ivarfa .de lá noción de exclusión social) sino de buscar la rein-
identificando el cúmu.J.o de problemas sociales? serción de las personas en un régimen común con los demás
Cuando analiza la utilización frecuente del concepto de exclu- miembros de la sociedad (Castel, 1997: 430).
s] ón Atkinson (1998: 7-8) reconoce; la presencia de tres ele- La inserción social, constituye de esta .forma un registro origi-
mentos que son recurrentes: relatividad; agencia y El nal de existencia, cierta forma de "socialización secundaria" que
primer elemento intenta señalar que la exclusión se entiende como qüe ver con la participación de las· personas en una relación
una situación que tiene coordenadas de tiempo y espacio y que no social intermédiada por instituciones sociales, diferentes a la -del
atañe a individuos ais~do; la exclusión no se entiende observan- empleo l remunerado. No es seguro que a partir de la inserción
do sólo las circunstancias individuales sino que debe tomar en social se llegüe a la plena integración ;o inserción profesional25,
cuenta las actividades .de los otros. El elemento refiere a sino que se trata de una figura institucibnal que pretende ocupar-
que la exclusión implita un acto, una acción donde están involu- . se de aquellos que son válidos, pero que. son "temporalmente invá-
crados otros agentes directamente a la idea de agencia, la lidos11. El problema es si ese registro novedoso deviene una "etapa"
que} a su vez, refiere a la idea de falta de responsabilidad indivi- en la vida de las personas o un "estado" más permanente, una tran-
dual de los excluidos con respecto a su situación personal. Final- sición hacia una social plena o un modo diferente de
mente, el elemento dinámico se refiere a la falta de perspectiva
futura para el afectado por la exclusión y para las generaciones
que lo .sucedan.
24 Por ejemplo, no se puede culpabifü:ar a lps afectados de una situa;éión de
desempleo que no han elegido; al mismo tiempo, si no logran la "insercó~. el
mercado de empleo remunerado es precisamente:porque el modo de organización
23 Autores como VobrÜba (1998) analizan los efectos de las globalización en económica y social no se los permite (Lo Vuolo et; al., 1999).
materia de política social, sintetizando el debate social y político según el cual la 25 La idea de "inserción profesional" alude: a ocupar un lugar "pleno". en la
globalízación afecta en creciente medida el margen de acción de los Estados, y en sociedad como participante de la relación social fundamental: el empleo, con sus
particular hace imposible una política social a nivel nacional. garantías y servidumbres (Castel, 1997).

296 Capítulo VII Institucionalización de oolíticas sociales · 297


inserción social (Castel, 1997: 432). Los programas focalizados y Y en este no se han ahorrado esfuerzos para difundir un
transitorios: de empleo aplicados en América Latina en la última ideal abstracto, coherente con las políticas implementadas en Amé-
década dan cuenta de este tipo de relaciones, en donde se ha per- rica Latina durante los noventa bajo la de los .............,,...""''"''"""'
petrado la idea de "temporalmente inválidos" para pasar a ser neoliberales, que incluye un individuo, libre por excelencia, con
encasillados en la idea de "beneficiarios", los que han rotado inde- capacidad para conocer sus posibilidades de incorporarse al mer-
finidamente en diversos programas de este tipo. cado de empleo remunerado de acuerdo c.on sus y
Nuevamente para esta corriente, la noción de inserción social expectativas, de hacer elecciones en términos de
sería más adecuada que la .de exclusión social porque pone el acen- su vida cotidiana, como también en materia cobertura con-
to en la necesidad de colocar a los afectados por las carencias en sociales. Así este ciudadano o ciudadana ideal, estarían
1..u.J.i:::,'-.lll..... .1.a;:,

un~ situación de "nórmalidad'1 y de "relaciones típicas" y no sólo dotados de suficientes atributos como para seleccionar el de
de asistirlos para mitigar los efectos de sus privaciones. Corno la cobertura para su a partir de una opción entre
situación de nnorrnalidad" sigue siendo la inserción a través del público d~ reparto o capitalización individual bajo administración
empleo remunerado, la forma de instrumentar la inserción social privada, ~orn también puede seleccionar la educación es más
es necesariamente por ésta vfa26. conveniente para sus hijos y para sí mismo, y sistema de salud
En otros términos, las instituciones de la ciudadanía ofrecen resulta más apropiado.
la posibilidad de una solución racional a los problemas del ~•.JLk En el otro extl-emo de este "ideal" se encuentran aquellos que
lismo, pero existe una incompatibilidad fundamental entre los no han sabido elegir o no han podido -por ausencia de '-ª1-'"'"',.,_;.a-
"títulos de derecho" (entitlements) de la ciudadanía democrática y des dicha el curso de vida señalado, y por
los requerimientos económicos de las sociedades modernas. Esta lo tanto son pasibles de asistencia por parte del Estado. Es
tensión se refleja en la
relación existente entre derechos y obliga- mente para este grupo "no ideaI1', que está reservada la política
ciones27. social y donde se concentran la mayoría los y las
excluidas. Se trata de que tienen un empleo precario, que
no aportan a la seguridad social como consecuencia de la no
tración de su contrato de trabajo, incluye además a los desocupa-
. 26 Si bien es claro que se trata de revalorizar el derecho de los individuos a dos/as, los y las inactivos y a las que dedican su tiempo y
sentirse "socialmente útiles", cabe destacar que no necesariamente la utilidad energía al trabajo reproductivo.
sodal pasa por ocupar un empleo remunerado. Por caso, Rosanvallon señala que
la cuestión social es nueva e insiste en que la clave para resolverla es continuar con
En uno u otro caso, a pesar de hablar de un nuevo consenso,
una sociedad organizada conforme al mé1ito del empleo remunerado que, por cier- se la idea que la dificultad de inserción laboral -el mode-
to, es la forma en que se organizaba y resolvía la "vieja" cuestión social. Esto es más lo ideal- es una responsabilidad individual. Así, se trataría simple-
confuso cuando, al mismo tiempo, propone que el problema no está en el conflic- mente de mejorar la competitividad de la mano de a través
to entre capital y trabajo. Sin emba1-go, gran parte de los problemas de empleo en
las sociedades modernas se deben precisamente a ese conflicto, tanto en lo que de aumento de calificaciones personales, utilizar la intermedia-
refiere a las relaciones. ~écnias de producción más flexibles y ahorradoras de ción de las instituciones públicas y privadas, para de este modo
empleo, como a la distribución del valor agregado en la producción. Por su parte, insertarse en el mercado de empleo remunerado y a de ello
Castel (1997) sostiene, sobre la base de su estudio del caso de Francia, que más que
una nueva cuestión social se está en presencia de una "metamorfosis" de la misma
gozar de los beneficios" de la "plenitud laboral". Este
11

problematización que en el pasado. es claramente y existe en toda América Latina eviden-


27 Habennas (1994: 32) señala que en Europa la ciudadanía ha quedado muy cia empírica que demuestra precisamente lo contrario.
lejos de ser una lucha de clases, sino que es el producto de otro tipo de fenómenos En otros términos, el de las actuales en políti-
como las migraciones, las guerras, el desempleo, que sitúan la discusión con rela- · cas sociales parte por fortalecer el mercado de empleo remunera-
ción a los alcances de la inclusión.de nuevos grupos y el impacto dentro de la movi-
do sin considerar la imposibilidad de promover un reparto equi-
lidad social. El autor enfatiza que esta situación no es ajena al conflicto, lo que ha
cambiado es el tenor del mismo. tativo de las opciones de remunerados Por lo
miso~ se fortalece '-m ideal· ligado al de trabajador asalariado, descendiente en el acceso a la educadón y a la justicia; el abuso de
dividiendo a los "otros" quienes no cumplen con éste patrón, agru- las burocracias contra los inmigrantes indocumentados; loS" 'des-
pándolos en estrategias focaiizadas y asistenciales. Eri términos de plazamientos masivos de población rural en el contexto de la vio-
lenguaje de derechos; para los "ideales hay reglas, normas y par-
11
lencia política~ .
ticularmente derechos, en cambio para los "otros" solo hay pro- En este sentido, son escasos los análisis que vinculan córrio la
gramas, beneficios y '.'beneficiarios". implementaci6n de este tipo de políticas se transformó rápidamen-
Trazada esta línea divisoria) entre "i.ncluidos y excluidos", te en una suerte de "perfeccionismo estatal" ·moderado identifican-
entre "normales y con dificultades" se canaliza el actual debate, y do· como "fornia superior de vida" el marco provisto por los desig-
consiguientes líneas de políticas, dejando en un segundo lugar el nios neoliberales -particularmente por el esperado efecto derrame-
análisis de los problemas de1ivados de la exclusión, los que se para convertir;los en metas para realizar en la vida política28.
reflejan en múltiples form:as que abarcan la y la indigen- Sin emba~;,go debe destacarse que en este consenso, en térmi-
cia, pero también otras situaciones sociales, como la.degradación nos de la necesidad de incorporar en la agenda la exclusión social
de algunas prácticas institucionales y el deficiente funcionamien- como piioiitária, debe considerarse no sólo la pertinencia de la
to de los Estados democráticos, lo que produce nuevas formas de descripc;ión de los factores qu~ contribuyen a ella, sino también las
vulneración de los derechos humanos, muchas veces emparenta- cons.ecuencias' que puede tener en términos de política pública; y
das con las prácticas de los Estados autoritarios de décadas pasa- precisar· una de1ivación inmediata del énfasis colocado en la mul- \
das. No se trata de Estados que se organizan para violar sistemáti- tiplicidad de factores que explican la pobreza y la exclusión, cuan-
camente derechos, ni que planifican en sus esferas superiores do· se desvaloriza el factor _económica en la solución 9-el problema.
acciones deliberadas para vulnerarlos, sino de Estados con autori- Esta conclusión, que marca un disenso :entre la visión de la pers-
dades electas legítimamente, que no son capaces de revertir e pectiva de derechos y las recomendaciones de los organismos de
impedir prácticas arbitrarias de sus propios ni de asegu- crediticia} como también de algunos gobiernos de la
rar mecanismos efectivos de responsabilidad por sus actos, como región, puede servir para sostener el argumento que no es en la
consecuencia del precario funcionamiento de sus sistemas de jus- política económica donde hay que buscar las salidas de la pobreza
ticia 2002). La paradoja se encuentra a la vez, en que sino en .una mejor organización comunitaria, en mejores canales
de 'participación;· en mayor educación o en propuestas dirigidas a
estos efectos de la exclusión se han traducido también en una
fortalecer el capital social. Si bien acordamos que estas variables
dida de confianza de la población en las instituciones democráti-
1

son impertantÍsimas, sostenemos que previo a impulsar políticas


cas y en una fn1stracicfm generalizada por los resultados de las polí-
,en ésta ,dirección, es. recomendable jerarqurzar los ejes de una
ticas públicas, no solo en términos de bienestar sino también en
estrategia de desarrollo.
términos de equidad. ~
, sectores sociales bajo condiciones estructurales de desi-
gualdad y exclusión son las víctimas principales de este déficit ins-
titucional que afecta derechos políticos, sociales y civiles. Ello se 28 E,1 perfeccionísnio estatal es aquella corn:epción filosófica que considera
observa en conflictos que ocupan la agenda de derechos humanos o:r~.c mis~ón legítirp.a del Estado lograr que los individuos acepten y. materialicen
en América Latina: la violencia policial, el hacinamiento y la tor- ideales válidos de 1 virtud personal. Aseguran que el Estado no puede permanec·er
neutral en relación con aquellas concepciones· respecto de lo que resulta bueno, y
tura en los sistemas d.rcelarios cuyas víctimas predilectas son los
1
debe, parB; ello, adoptar las consiguientes medidas: educativas, purútorias, que sean
:de sectores populares; las prácticas generalizadas de vio- su
necesarias para qtie los individuos ajusten vida a los verdaderos ideales de la vir-
lencia doméstica contra las mujeres, que llegan al extremo de con- tud y el bien. El perfeccionismo se distingue del paternalismo jurídico o estatal, que
consiste en imponer a los individuos conductas o cursos de acción que son aptos
cretarse. homicidios agravados, y son toleradas por las autoridades
para que satisfagan sus preferencias subjetivas y los planes de vida que han elegido
estatales; la privación de la tierra y de la partkipación política de libremente. En otros téi:minos, es la intervención. cbactiva en el comportamiento de
las comunidades indígenas; la discriminación de la población afro- una persona a fin de evitar que ~e dañe a sí mismd (Garzón Valdéz, 1988).

300 O•Mª""'""""""°'"" "" """"""" •-'•'•" \ ~ 1-1.0 ~ ,} -'


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¡

En rigor, a pesar de contar con diversas y muchas veces con- nantes asumidas por las coaliciones gobernantes en la es
necesario indagar acerca de elementos explican lainserción
trtlpuestas. interpretaciones sobre el significado y alcance de la
~:fclusión social, se sigue cónsiderando como única alternativa que diferencial de ciudadanos y ciudadanas en los diversos :ámbitos de
. y participación social y cuáles otros explican la exclusión
la salida ~e la ex.clusión está en el empleo ·remunerado. Esta lectuv
ra acota irrazonablemente el problema, y no permite definir qué de otros grandes grupos de población en términos derechos
sucede en aquella zona gris que ocupan las personas que no pue- sociales, inserción y ciudadanía.
den ingresar al mercado de empleo remunerado o, por: diversas Para ello consideramos que resulta importante detenerse en lo
situaciones, no pueden sotenr~· que estas experiencias tienen de común y de diferente. ¿Por qué?
Asimismo el hecho de focalizar la "solución" al problema de la Porque la lucha por la inclusión y el reconocimiento se. da en un
exclusión deja de lado situaciones que padecen las personas inser- contexto donde persiste una extrema inequidad material, por lo
tas en un empleo o una ocupación pero que no necesariamente que además de plantearse la búsqueda de la igualdad de oportuni-
están incluidas en las sociedades en que viven. A modo de ejemplo, dades -no solo entre varones y mujeres sino entre distintos grupos
la presencia d~ estructuras que discriminan por género e impiden sociales- en el acceso a los bienes económicos y sociales, debe
el acceso a las mujeres a los puestos de conducción debería consi- también plantearse en forma paralela los problemas de redistribu-
derarse como un indicador de exclusión. En este caso se dispone ción en un sentido más amplio.
de un ingreso. pero no se garantizan mecanismos que respeten el La cuestión entonces, por encontrar aquellas '"''"'c.JLJ.•-u.-
principio de igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo. ciones y acciones que den cuenta tanto de las cultu-
Entonces ¿bajo que parámetros se estaría promovi.endo procesos rales de reconocimiento (por caso, reconocer las diferencias de
de inclusión social? género, de como de las injusticias sociales caso, el
aumento de la inseguridad socioeconómica del Esto es lo
3. Acerca de los dilemas ... que Fraser (1997) denomina el dilema del reconocimiento-redis-
tribución (redistribution-recognition dilemma).
A esta altura del análisis cabe preguntarse en el marco del ¿Cómo se sintetiza este dilema? En principio, y siempre de
consenso que se ha creado en tomo al enfoque de derechos y la manera pod1ian identificarse dos tipos de injusticias.
interrelación con el sistema de derechos humanos, ¿por qué no se Por un lado, la injusticia socioeconómica, determinada por la
aplican políticas en esta dirección?30. Si bien son muchas las res- estructura político-económica de la sociedad. Esto por
puestas posibles, en el marco de posiciones ideológicas determi- ejemplo, la explotación (ver el fruto del trabajo propio ser apro-
piado en beneficio de otro), la marginalización económica (ser
confinado a trabajos indeseables o de muy remuneración) o
29 Allí, cobra fuerza el enfoque de las capacidades desarrollado por Sen la privación (ver negado el acceso a un adecuado estándar mate-
(1985), quien define a la pobreza como la ausencia o realización inadecuada de rial de vida). Por otro lado, se encuentra la injusticia cultural o
",ciertas libertades básicas (tales como la libertad de evitar el hambre. la enferme- simbólica, que encuentra sus raíces en de,~".' ...
4?-d, el analfabetismo), otorgando parte de la responsabilidad a la falta de manejo ción, interpretación y comunicación. Esto incluye, poi- ejemplo, la
sobre los recursos necesarios para el desarrollo de estas capacidades. Así, conside-
ra que las oportunidades de vida de las personas se refieren a su capacidad para dominación cultural (ser sometido a pautas culturales que son aje-
desenvolverse (funcionar) dentro del siscema social que le toca vi1~ es decir lo que nas) y la falta de reconocimiento invisible a la luz de las
una persona puede "hacer" (can do) o puede "ser" (can be). La capacidad refleja la prácticas autorizantes de la propia· cultura). Allí la autora
libertad para escoger entre diferentes maneras de vivir, resultando el acceso a deter- un enfoque alternativo que consiste en tratar al reconocimiento
minados bienes sociales un aspecto clave en dicha elección.
30 Hasta la fecha, el único país de la región que ha comenzado un proceso de
como una cuestión de estatus social, considerando que no es la
identidad ·de grupo en sí misma lo que precisa de reconocimiento
implementación del enfoque de 'derechos es Ecuador, que presentó su Plan Nacio-
nal de Desarrollo (2007-2010) donde explícitamente se incorpora el enfoque de sino el estatus de cada uno de los miembros del grupo como par-
derechos, ver SENPLAD~ (2007). ticipantes plenos de la interacción social. La falta reconoci-
.-~"' no necesariamente puede significar desprecio, sino subor- to de expansión de la vulnerabilidad laboral, donde hay grupos de
dinación social, en tanto implica la imposibilidad de participar "oferentes" relativamente más vulnerables que otros, aunque igual
como iguál en la vida sociaP 1. de productivos, requiere, por un lado, la modificación de la eco-
El remedio para:la injusticia económica estaría en la reestruc- nomía de manera de eliminar su estrueturación y, por otro lado,
turación económico-política, que puede englobarse término transfmmacidnes .culturales (así como su expresión legal y prácti-
genérico de "redistribución". Por ejemplo, la redistribución del ca) para recomponer la valorización. ·
ingreso, la reorganización la división del trabajo, o la transfor- En otros términos, los Estados. deben ~vzar hacia la imple-
mación de otras estrtl1cturas económicas. El remedio para la injus- mentación de políticas y estrategias que permitan ingresar en el
ticia cultural, que englobarse en el rótulo general de ªreco- campo de desarrollo de una ciudadanía más sustantiva (Fraser,
nocimiento" seda el Eambio simbólico o cultural de algún tipo, por 2000); Y allí es donde consideramos que el enfoque de derechos
ejemplo, revaluar las identidades de grupo o los productos cultu- presenta criterios explícitos para evaluar la compatibilidad de la
rales de ras minorías~ El dilema se produce cuando ciertas luchas política :sociali con estándares legales que, a su vez, sirvan como
por el re~oncimtb tienden a profundizar las diferencias mien- ·vínculo hecesirio. con la política económica.
tras las luchas por la redistribución tienden a proponer la homo-
geneización y ambas! se dan en un mismo colectivo. Ese sería el 4. Abriendo puertas. Interrelaciones entre estándares de
caso paradigmático del género. ·derechos hwtianos y políticas sociales
¿Cómo se aplica :este razonamiento al fenómeno de la pobre-
za y la exclusión social? Pues bien, existe un componente que se . En líneas :generales, el enfoque de •derechos considera que el
relaciona fundamet~l con la justicia distdbutiva y refiere a primer paso pdra otorgar poder a los secfores excluidos es recono-
la div;isión en el acceso a empleos remunerados, discriminando cer que son titulares de derechos que obligan al Estado. Al intro-
entre trabajos mejor pagos, más calificados, relacionados fun- ducir este con~ept se procura cambiar la lógica de los procesos de
damentalmente con eJ nivel educativo y los trabajos peor remune- elaboración de políticas, para que el punto de partida no sea la
rados, de baja calificación y productividad, sin acceso a la seguri- existencia de personas con necesidades. que deben ser asistidas,
dad social. sino sujetos col1 derecho a demandar determinadas prestaciones y
Esta tensión se r~lacion con el otro componente y se vincula conductas. Las: acciones que se emprendan en este campo no son
con un~ diferenciación que encuentra su raíz en valores culturales consideradas solamente como el cumplimiento de mandatps
y de la propia subordinación de estatus. Una de las demostracio- morales :o políticos, sino como la vía escogida para dar cumpli-
nes más explícitas de injusticia desde este punto de vista es el miento a las obligaciones jurídicas, imperativas y exigibles,
androcentrismo. es d~cír, la construcción de normas que privile- impuestas por• los tratados de derechos humanos. Los derechos
los rasgos masculinos y devalúan todo aquello asociado con demand<tn obligaciones y las obligaciones requieren mecanismos
lo "femenino Por lo tanto, la búsqueda de equidad en un contex-
11

de exigibilidad y cumplimiento.
Más allá de que los diversos rna~os
1 conceptuales sobre el
enfoque de der;echos parten de variados. fundamentos políticos y
filosóficos, e.incluso difieren a veces en las definiciones de pobre-
31 El reconocimiento como una cuestión de estatus implica analizar los
za, comparten la idea de que las situaciones de pobreza determinan
modelos de valor cultural institucionalizados en la medida que afectan la posición la privación de algunas libertades.· básicas, tanto positivas como
de los actores sociales. Si estos modelos conforman a los actores como iguales, negativas, tales como la libertad de evit~r el hambre, la enferme-
capaces de participar de igual manera en la vida social, existe un reconocimiento dad, el analfabetismo; y que la pobreza depende tanto de factores
recíproco e igualdad de estatus. Por el contraiio, cuando estos modelos consideran
a determinados actores co'n10 ·inferiores, invisibles o excluidos, se está ante la
económicos como de condicionantes culturales, sociales, legales y
subordi.nación de estatus. Esto es, la falta de reconocimiento constituye una rela- políticos.: Si bi~n la pobreza está relacionada con la insuficiente
ción institucionalizada de sµbordinación social (Frase1~ 2000: 61). disposición de recursos económicos, enfre ellos los ingresos per-

304 Capítulo VII lnstitucionalizacinn rf P- nnlÍtÍt':::!C:: c.rv>bl"""'


sonales, por ejemplo, ello no entraña forzosamente la primacía de cns1s sin demandar
factores económicos como caus~te de la pobreza. Ciertas prácti- mecanismos de responsabilidad social o LJU.lU.. J.L,U..

cas culturales, así como ma~cos políticos y jurídicos que facilitan Otros derechos resultan instrumentales por
o .promueven la discriminación contra grupos particulares como sociales de consulta y evaluación, indispensables para
1

lo~)ndígeas o minorías étnicas, actúan como· mecanismos de ción de cualquier o de reducción de


exdusión social que causan o contribuyen a causar pobreza en la tales como los derechos de de
línea de la subordinación de estatus mencionada32. · ciación o reunión. La última forma en que ciertos pue-
r .
'.:Los diversos marcos conceptuales no abordan todos los dere- den ser para las es cuando pueden actuar
chos, sino que procitran identificar aquellos que resultan fundamen- como una restricción o limitación de los tipos de , per-
tales en las estrategias de desarrollo o reducción de pobreza, por su misibles. Así por ejemplo, aunque es totalmente razonable que un
relación constitutiva o instrumental con la pobreza. Así, por ejem- país muy poblado, pero con escasos recursos quisieni
plo, el documento de la Oficina del Alto Comisionado para los medidas de control demográfico, como parte de una '""'" ....,.-=~
Derechos Humanos de la ONU señala tres diferentes formas en para reducir la pobreza, no sería admisible que
que los derechos humanos pueden ser pertinentes: pertinencia como la esterilización forzosa, pues estas medidas la inte-
constitutiva, pertinencia instrumental y pertinencia restrictiva res- gridad física y la intimidad de las personas. De tal modo, ciertos
pecto del contenido y el ámbito de las estrategias. Algunos dere- derechos cuyo incumplimiento no es en sí constitutivo de la
chos tienen pertinencia constitutiva cuando corresponden a las pobreza, y cuya promoción no tener valor instrumental
capacidades consideradas básicas por una sociedad determinada, para las estrategias de desarrollo y reducción de la pobreza, pue-
y si su falta de cumplimiento obedece a la disposición insuficiente no obstante, tener relación con la orientación de las
de recursos económicos; por ejemplo, el derecho a la alimentación políticas al excluir ciertas opciones de actuación estatal que se
o el derecho a la salud. Otros derechos tienen pertinencia instru- consideran legalmente prohibidas.
mental pues contribuyen a prevenir los procesos sociales o políti- Un punto común en los diferentes marcos conceptuales es la
cos que pueden conducir a situaciones de pobreza, como algunos adopción del principio de interdependencia entre los derechos civi-
derechos civiles y políticos. Así la libertad de expresión y los dere- les y políticos, y los derechos económicos, sociales y
chos vinculados con el funcionamiento de democracias represen- aunque ciertamente no todos los marcos ponen el mismo énfasis
tativas, con elecciones periódicas y limpias, acotan las posibilida- en las diferentes categorías de derechos. Los derechos a conside-
des de que la sociedad tolere situaciones de pobreza extrema como rar y las prioridades se definen por lo en de las
diversas de desarrollo y sin considerar a la pree-
minencia de categoría de derechos por sobre la otra.
Nuevamente no existe una única "receta" para el modelo de
32 Ver, en t.:"11 sentido, Hunt, Nowak y Osmani (2004: cap. 1). En igual sentido, desarrollo, pero si existe un mínimo ÜTenunciable y de
la CIDH: "La pobreza extrema constituye una violación generalizada a todos los derechos a ser incorporados en dicha De ighal manera 1
derechos humanos, tanto civiles y políticos como sociales, económicos v culturales.
Los requerimientos del derecho humano a una vida digna trascienden -los conteni- solo con políticas de corte universal se garantizan rnínimos comunes
dos igualmente fundamentales del derecho a no ser ejecutado arbitrariamente, del irren.imciables, que a la vez promirnven niejores garantías de igual-
d~r.echo a la integridad per~onal, del derecho a la libertad personal, de los derechos dad y no discriminación.
rclacionados con la democracia repsntai~ y de los demás derechos civiles y polí-
Contribuye a esta visión la consideración de un núcleo de obli-
Además de destinar recursos públicos por un monto suficiente para los dere-
sociales y económicos, los Estados deben velar por un uso apropiado de esos gaciones negativas y positivas comunes a todas las de
recursos. La experiencia demuestra que la pobreza extrema puede afectar seria- derechos, que se agrupan bajo tres niveles de obligacibnes: de res-
mente la institucionalidad democrática, pues constituye una desnaturalización de la peta1~ .de proteger y de cumplir. Los marcos parten de
democracia y hace ilusoria la participación ciudadana, el acceso a la justicia y el dis-
definir con mayor o menor detalle las principales que
frute efectivo, en general, de los derechos humanos" (CIDH, 2000: cap. V, 17).

Institucionalización de políticas socíales 307


derivan de los derechos selci~:mado como pertinentes en esa nal .que sostiene el campo de los derechos humanos. Consideran
y fijan a partir de. estas obligaciones posibles 1netas e además que los tratados .de derechos humanos y su interpretación
indicadores de desarrolló, pero sólo como referencia de las metas podosó+ganos internacionales brindan un marco explícito, claro,
e indicadores que deberían fijarse en cada proceso participativo a reconocido por; todos los países y además con una fuerte legitimi-
nivel local:
dad soci~l y po~ítica, que induablemt~ mejorará el grado de efi-
Algunas críticas a la posibilidad de asumir una lógica de dere- cacia de las estrategias de desarrollo, así como la posibilidad de
chos humanos en las políticas de desarrollo, ponen el acento en articulación de actores estatales . y no ~stale en el escenario
cuestfonar la ambigüedad o falta de claridad sobre el contenido de local, nacional e internacional.
las obligaciones que emanan de los derechos económicos, sociales En definitiva, como anticipamos, el valor agregado o el poten-
Y Discuten también que pueda asignárseles el mismo cial aporte del, enfoque de derechos en el campo de desarrollo,
de exigibilidad o un grado de exigibilidad equiparable a los puede ser dive~so y cqn importantes diferencias, según considere-
derechos civiles y políticos (Overseas Development Institute, mos el P';lnto d~ vista~ los intereses de los distintos actores socia-
1999). También plantean que una mirada de derechos de las polí- les y políticos involucrados en las estrategias de desarrollo, tales
ticas públicas puede resuJtar en ocasiones demasiado rígida y en como los Estados, 1~ agencias de cooperación, las instituciones
consecuencia puede acotar inconvenientemente la discrecionali- donantes. y las organizaciones sociales.
dad de los decidores al momento de formular estrategias de desa- . Sin ~mbargo, y en relación con el dilema del reconocimiento-
ITollo. Sí retomaremos esta cuestión, diremos preliminar- redistribución, la perspectiva de dercho~ estaría fortaleciendo un
mente que existe un punto robusto en estas objeciones, pues la marco que resRalda no solo la identidad sino los mecanismos de
relación entre derechos humanos, en derechos económi- exigibilidad, los que ponen un interesante coto a la promoción de
cos, sociale~ y culturales.y políticas públicas es una cuestión la subordinación de estatus. A su vez, la presencia de obligaciones
nosa, que np cuenta aún con avances suficientemente coherentes, ~ los Estados da cuenta de un avance en la redistribución,
,;:;A..J.;::.,J.u.1.1;• ..;i

ni en el internacional, ni en el derecho constitucional. que. sin duda lejos está de resolver el dilema, pero si aporta al
Los partidarios del enfoque de derechos entienden que el cam- menos, un modelo institucionalizado de conducta a adoptar. por
bio de perspectiva no implica modificaciones drásticas o abruptas de los Estados.
en las prácticas que las agencias de cooperación y los decisores de
políticas vierten realizando en los últimos años, pues rescatan los 5. Una segund~ puerta: derechos,.autononúa y e:xigibilidad
puntos de encuentro y si:q.ergia entre el campo del desaITollo y el
campo de los derechos húmanos. Sostienen que las obligaciones Para:operacionalizar el enfoque de derechos humanos, tanto
que imponen los tratados pe derechos humanos no son exorbitan- en relación con el ámbito del desaffollo. y de las políticas econó-
tes, ni le restan espacio a las políticas, sino que refieren tan sólo a micas y sociales, todas las políti~as e instituciones que tienen por
aquellas acciones mínimas que el Estado tiene el deber de realizar. finalidad· impulsar estrategias en esa dirección, deben basarse
El lenguaje de los derechos, se;ialan, no nos dice mucho acerca del explícitamente en ·las normas y principios establecidos en el dere-
contenido de las políticas, pero si puede decirnos algunas cosas sobre cho internacional de los derechos humanos.
su orientación general y nos brinda un marco de conceptos que debe .Tal como e~tablc el artículo 5 de .la Declaración de Viena
guiar el proc'eso pam su formulación, su implementación y su eva- adoptada' en la Conferencia de Derechos Humanos en 1993 "Todos
luación. los derechos humanos son universales, .indivisibles e interdepen-
Su principal aporte a fas estrategias de desarrollo y al proceso dientes y .están relacionados entre sí.
La' tomu~ida internacional
de formulación de políticas sociales, reside en la vinculación de los debe tratar los ·derechos humanos en forma global y de manera
derechos con la "entrega poder" a los sectores empobrecidos y justa y equitativa, en· pie de igualdad y dándoles a todos el mismo
el fortalecimiento de los mecanismos de responsabilidad a partir peso. Del?e tenerse en cuenta la imp~rtanc de las particularida-
del uso de la "infraestucL~ institucional" internacional y nacio- des nacionales y regionales, así como los diversos patrimonios his-

308 Capítulo VII Institucionalización de políticas sociales 309


tóricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber, consiguiente al establecimiento de mecanismos de tutela, garan-
1

sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, tía o responsabilidad.
de promover y proteger todos los derechos humanos y las liberta- Se procura de este modo cambiar la lógica de la relación entre
des fundamentales 11
• el Estado -o los prestadores de bienes y servicios-) y aquellos que
Lo establecido en el citado instrumento, refiere a la responsa- se beneficiarán con las políticas. No se trata sólo de personas con
bilidad que le compete al Estado en la promoción de la igualdad necesidades, que reciben beneficios asistenciales o prestaciones
real, tanto a nivel del diseño de políticas públicas y como taÍ11 bién fruto de la discrecionalidad, sino titulares de derechos; que tienen
en la promoción de instancias de cambio cultural para consolidar el poder jurídico y social de del Estado ciertos comporta-
la i~ald entre mujeres y hombres en todos los. niveles. Es pre- mientos (Alsop y Norton, 2004). En el de Amédca Latina,
cis4;mente en materia del principio de igualdad y no discrimina- se trata de no seguir promoviendo la inclusión de "beneficiarios"
ción, que de acuerdo a lo establecido en la Convención Interna- en programas focalizados, sino considerar a personas titulares de
cional ~ontra la Discriminación de la Mujer (CEDAW) cada Estado derecho con acceso a un sistema de seguridad social.
parte •es responsable de asegurar el goce de los derechos en condi- Antes de adentramos en la discusión específica so[?re el senti-
ciones de igualdad y sin discriminación alguna, debiendo adoptar do y alcance de un enfoque de derechosJ es útil pregt~nas pre-
todas "las medidas que sean necesarias, incluida la prohibición de viamente significa tener un derecho y cuáles son las. r.,-,,.,..,r.,.,..,,"_
la discriminación por razón de sexo, para poner término a los les implicaciones del uso del lenguaje de los derechos en el campo
actos discriminatorios que obsten al pleno disfrute de los dere- de las políticas de desalTollo y reducción de pobreza. Aunque el
chos, tanto en el sector público como en el privado33. lenguaje de los derechos tiene de por sí un valor ético y político y
En las estrategias de desarrollo y de reducción de la pobreza puede servir para fortalecer las demandas sociales · a situa-
se ha reconocido ampliamente la importancia de dotar de poder a ciones de inequidad, sus implicancias concretas en
los sectores pobres y excluidos. El enfoque de derechos humanos sociales no se consideran .adecuadamente. El puede
apunta esencialmente a ese otorgamiento de poder por la vía del ser la utilización de una retórica de los derechos que luego no
reconocimiento de derechos. Una vez introducido este concepto en logre satisfacer las mínimas que este concepto puede
el contexto de la adopción de políticas, el punto de partida utiliza- legítimamente ocasionar. En éste último caso, es interesante ver el
do pára la formulación de una política no consiste en reconocer la caso del Plan Jefes y Jefas de Hogar descrito en el capítulo II de
existencia de ciertos sectores sociales que tienen no este volumen.
cubiertas, sino fundamentalmente la existencia de personas que Uno de los rasgos que caracteriza a un derecho es la posibili-
tienen derechos que pueden exigir o demandar, esto es, atribucio- dad de dirigir un ante una autoridad independiente del
nes que dan origen a obligaciones jurídicas de parte de otros Y1 por obligado -habitüalmente, un juez~ para que haga cumplir la obli-
o imponga reparaciones o sanciones por el ,.,. . . ,~ ....... ,.,µ.,.,. . . ,, .............
J.

to. Este rasgo se denomina ju.sticiabilidad o exigibiliddd judicial, y


supone una técnica de garantía del cumplimiento de las'"''"'"'·"""'"'"'''-'-
nes que se desprenden del derecho de que se trate.
33 A partir de allí se promovieron modificaciones constitucionales y legislati-
vas que sirvieron para avanzar en el recorlocimiento de los derechos de otros sec- El reconocimiento de derechos entonces la creación
tores sociales como los pueblos originarios o grupos discriminados por su opción de acciones judiciales o de otro que permitan al titular del
sexual. En ese sentido, los alcances de la CEDAW trascienden el ámbito específico derecho reclamar ante una autoridad judicial u otra con similar
de la igualdad de género para convertirse en un hito en la reelaboración del con- independencia, ante la falta de cumplimiento de su obligación por
cepto de discriminación, lo que beneficia en forma universal a muchos grupos
hum.anos. Ha servido también para promover la rendición de cuentas por parte de parte del sujeto obligado. Un enfoque de derechos est~1blc obli-
los ~stado y, de esa manera, institucionalizar una práctica de transparencia en la gaciones colTelativas cuyo incumplimiento activará 'diferentes
gestión pública que permite, incluso a las organizaciones de la sociedad civil, ela- mecanismos de responsabilidad o de garantías. Por ello, el recono-
borar informes alternativos a los oficiales (Montaña, 2006).
cimiento de derechos es también el reconocimiento de un campo de

'l1f\·
Caoítulo VII Institucionalización de políticas sociales 311
poder para sus titulares :y, en ese sentido, puede actuar como una cos, y en especial con.las definiciones sobre el contenido y alcance
forma de restq,blecer equilibrios en el marco de situaciones sociales de~algunos de estos derechos en las instancias de protección inter-
marcadamente desiguales. Es indudable también que el reconoci- nacional de derechos humanos. Existen además algunos derechos
miento de derechos limita de alguna manera el margen de acción concretos de participación y consulta en los procesos de decisión
de los sujetos obligados, entre ellos el Estado. Define en cierta de· políticas públicas sociales que están directamente definidos en
medida, y en sentido amplio, aquellas acciones que el obligado normas: internacionales o constitucionales.
puede y las que no puede hacer. . De allí que resulte clave analizar en qué medida ciertos secto-
Es interesante analizar esta cuestión respecto a los derechos res discriminados o excluidos socialmente en 1a región, que suelen
económicos, sociales y culturales y sus técnicas de garantía o pro- definirse como los beneficiarios de las acciones de promoción,
tección, habítualmente se objeta su reconocimiento como padecen dificultades particulares para el ejercicio efectivo de algu-
derechos precisamente con el argumento de que plantear ciertas nos de estos derechos, lo que impone severos límites al éxito de los
cuestion(es sociales en el :plano jurídico, puede restarle espacio a la mecanismos formales de consulta y partid pación que se estable-
política,! constriñendo a 'los Estados en el margen de acción para cen habitualmente en las estrategias de desarrollo. .
adoptar :eptrategias efedivas de mitigación de la pobreza y de Es indudable que la participació:IT política requerida en el
impulso' del desarrollo. En otros términos y según argumentare- marco de un proceso democrático no se limita a contar con un sis-
mos en lo que sigue, resulta fundamental para un enfoque de dere- tema instituci0nalizado de elecciones peiiódicas y limpias (Ó~Do­
chos partir del reconocimiento de ·esta relación directa entre el nell, 2000). Requiere fundamentalmente la posibilidad de ejercer
derecho, la. obligación correlativa y la garantía, pues ella tendrá sin algunos otros derechos que actúan en cierto modo como una con-
duda en la fijación de un marco conceptual para el desa- dición previa para que un proceso democrático funcione con cier-
rrollo de políticas públicas y en los mecanismos de rendición de ta regularidad, tales como el derecho de :asociación, de reunión, la ·
1.
cuentas o responsabilidad, que puedan considerarse compatibles libertad sindical, la libertad de expresión y el derecho de acceder a
con la noción de derechos. En definitiva, el lenguaje de derechos la informacióri, entre otros. La posibilidad real de ejercer estos
exige identificar algún tipo de mecanismo de seguimiento y res- derechos determinará la posibilidad de los sectores más pobres de
ponsabilidad que involucre a los actores del proceso de definición incidir en los procesos políticos y en la oiientación de las ~edsio
de políticas, tal como fue reseñado en muchos de los casos judi- nes del gobierno, pero estará, a su vez, condicionada o limítacla
ciales analizados en este 1ibro34. por el grado eh el que puedan ejercer sus derechos económicos,
Asimi:Smo, resulta conexo con los anteriores principios, .la . sociales y culturales.
específica ~onsideracó del principio de participación en toda su Si nos interrogamos acerca de las razones por las que muchas
extensión, en tanto resulta clave en las estrategias y políticas de veces los titulares de derechos no pueden accedet al cúmulo de
desarrollo, al mismo tiempo que resulta un método para identifi- rf 9bligaciones y garantías que incluye el conjunto de garantías ciu-
car necesidades y prioridades a nivel local o comunitario. Este dadanas. Nos referimos explícitamente a los bajos o nulos índices
principio medular de participación puede ser precisado por su vin- de participación de los grupos excluidos, especialmente los y las
~,_ . . . ,_ . . ""·"" con el ejercicio de determinados derechos civiles y políti-
pobres, los y la,s indígenas, los y las desempleados, entre otros.
· Es usual encontrar como respuesta al interrogante de la baja
participación y la dificultad de empodera:rse (empowemient) de
sto gn1pos, en un consenso que identifica como problema el des-

e~
3 4 Es int:eresante en tal sentido seguir el debate acerca .de la posibilidad de conocimiento He la existencia de der~hos pero también como
leer y exigir el cumplimiento de, las metas del milenio (ODM) de Naciones Unidas
que no tienen un lenguaje de derechos, desde la perspectiva de los derechos huma-
1
on~e. cue•. ncia d. e u~ débil posicionamiento d.e . e~tos titulares en el
nos, a fin de otorgarles un grado mayor de exigibílídad a nivel de cada país, más onJ. un.to de la s. oc1edad. Esto es, no reclaman m pueden ser autó-

re.o ~¡,ue.
allá del compromiso político asbmido por los Estados, ver The Millenniuín Deve- nomos porque desconocen la idea de sujeto portador de derechos.
lopment Goals and Human Rights (2003).
/.JO W.. ÚNI. ;;: . . .
Institucionalización de poríticas sociales 313
312 Capítulo VII
Ahora bien nada se dice sobre la oferta de "empoderamiento" reclamo requiera. En consecuencia, resulta necesario un grado
y de mecanism?s institucionales que logren sortear esta suerte de importante de alfabetización jurídica y de conciencia de la exis-
demanda ciudadana ausente en estos grupos. Allí salvo determina- tencia derechos para la ciudadanía en 2006 ).
dos mecanismos como las acciones positivas u otras de discrimi- el campo de las políticas no suele
nación inversa, no se encuentra un conjunto de medidas que otor- advertir la importancia de los sistemas y políticas de acceso a la
gue titularidad a estos ciudadanos y ciudadanas. En rigor, estamos justicia y a mecanismos de reclamos de como compo-
ante la presencia no de un "dilema de la pobreza" sino claramente nentes para mejorar la participación social, la transpa-
rencia, fiscalización y en definitiva la efectividad de las propias
de un falso dilema, en tanto, nunca se previó en el diseño ni en los
políticas36. Paralelamente los sectores especializados en temáticas
valores que motivaron las políticas públicas el impulso de acciones
judiciales, tienden a analizar los problemas de acceso a la justicia
hacia estos grupos de la población. A ello contribuyeron fuerte-
como asuntos vinculados estrictamente al diseño de los sistemas
mente la dinámica de los procesos de reforma en la región, ·que
de justicia y desvinculados de las y¡ orientaciones de las
asumieron a estos grupos como los "perdedores" del proceso, inca-
políticas sociales.
paces de ser incorporados en el conjunto de la sociedad y por lo
Esa relación directa existe no sólo porque los procesos de
tanto no se buscó fomentar su autonomía. A su vez los programas 1
degradación social y exclusión agudizan los problemas de acceso
focalizados asistenciales fueron funcionales para ello.
a la justicia37, sino también porque la lógica de las políticas socia-
Ep forma similar, los programas y políticas ciegas al género les suele incidir en la posibilidad de derechos, en especial
actúan en la misma dirección35. Así esta formulación no cuestiona
frente al Estado, tanto sociales como civiles y '-''-',.'""·. . . . '-'v
la división sexual del trabajo y apuesta a la mayor productividad Resulta evidente de la experiencia en la que la
del trabajo doméstico a fin de facilitar el trabajo remunerado de degradación de derechos laborales y el debílítamiento de las
las mujeres. Tampoco se analiza las situaciones de segregación y estructuras sindicales, tuvo un impacto directo en el desmant.ela-
discliminación que padecen las mujeres en el mercado de empleo miento de redes que favorecían la tutela de los derechos.
productivo, sino que además se ubica la causa de las desigualda- En algunas provincias el predominio del empleo público inhibe la
des y de la subordinación de las mujeres en su situación de pobre- defensa de derechos frente a la arbitrariedad del propio Estado. Al
za y no en las relaciones sociales de clase y de género que caracte- mismo tiempo, la de los familiares é,1. la ayuda
rizan a los países de la región (Pautassi, 2007). social discrecional inhibió a importantes sectores de la población
Cabe destacar que las políticas que apuntan a garantizar ser- de formular sus reclamos en términos de acciones litigiosas, de
vicios juridicos a personas carentes de recursos y mecanismos de modo que las políticas asistenciales basadas en beneficios de reco-
acceso a la justicia, actúan como mecanismos para compensar nocimiento discrecional, las barreras institucionales
situaciones de desigualdad material que afectan la defensa eficaz para el acceso a los tribunales, tal como fue analizado en los diver-
de los propios intereses y por ello, son quizá las políticas sos capítulos que este volumen.
les que se vinculan más directamente con las políticas y servicios
sociales. Sin embargo, se debe impulsar con firmeza que la garan-
36 La Comisión Interamericana (CIDH, 2007b) analiza el conjunto de están-
tía del acceso a la justicia no se limita únicamente a la posibilidad dares fijados por el sistema interamericano que garanticen la protección judicial
de formular una queja sino que debe incluir la eventualidad de efectiva y su vinculación con los DESC.
acced.er y sostenerse a lo largo de toda la instancia judicial que el 37 Un elocuente es el aumento del número de imputados que requie-
ren los servicios un defensor público en la Provincia de Buenos Aires a partir de
la agudización de la crisis social. En la actualidad ocho de cada diez imputados tie-
nen defensor público, cuando seis años atrás el porcentaje era de seis de cada diez.
35 En estos casos, la ceguera al género de las políticas surge no tanto de igno- La defensa pública suele ser el sector de la justicia en el que más impactan los cam-
rar a las mujeres en el diseño de las políticas sino en abstraerlas del contexto social bios de la situación social. Pese a ello, no ha existido capacidad de reacción
: de sus vidas; Kabeer (1998). La usual referencia a políticas neutrales en falsa, en pensar políticas de acceso que den cuenta de este cambio en el escenalio
tanto no existe neutralidad en términos de género en ninguna política pública. nuevo caudal de demanda sobre el servicio.

""--r_\·.. r- '111
6. Obligaciones comune~ y diferentes categorías de derechos: las obligaciones de hacer, y es por ello que a veces se los denomi-
márgenes par~ la defin~ó de las políticas públicas na "derechos-prestación"39. ·
El enfoque de derechos, si bien fija un marco conceptual para • Sin•embargo, no resulta dificil descubrir cuando se observa la
la formulación y la evaluación de las políticas, no debería condu- •estructura de estos derechos la existencia concomitante de obliga-
cir a acotar o limitar en deceso el margen de acción de los gobier- ciones de no hacer: el derecho a la salud conlleva la obligación
nos para la formulación tj.e esas políticas. Principalmente por no estatal de no dañar la salud; el derecho a la educación supone la
imponer a los Estados ni ~ los sujetos obligados una determinada obligación de no empeorar la educación; el d~recho a la presé~a­
dón del ;patrimonio cultural implica la.obligación de no destnnr el
1

manera de 'hacer las cosas ni de cercenar la creaÚvidad de los deci-


dores sujetándolos a esqüemas ligidos o inflexibles. La idea que patrimohio cultural. Es por ello que muchas de las,. ac~one'. ~tn­
prevalece es que cada Estado debe ser dueño de su estrategia y dientes a la aplicaciónjudicial de los derechos ecpnom1cos, socia-
aquí hay un punto de relación entre la idea afianzada en el campo les y culturales se dirigen a corregir la actividad estatal cuando
del desarrollo sobre la "propiedad del Estado" y el derecho de ésta incümple •con obligaciones de no hacer. ;
autodeterminación. Además la concepción teórica, e incluso la regulación jurídica
La realización de los derechos humanos en el marco de las concreta de vaiios derechos ciViles tradicionalmente considerados
políticas y estrategias de desarrollo puede alcanzarse por caminos "derechos-autonomía" o derechos que generan obligaciones nega-
diversos. Así, sistemas de libre mercado o con mayor intervención tivas por parte del Estado, ha variado de tal modo, que algunos de
del Estado en la economía pueden realizar o cumplir con los man- los. derechos clásicamente considerados "civiles y políticos" han
da tos del derecho internacional de los derechos humanos. adquirido un indudable cariz social. La •pérdida de ca~áter ~bso­
Debe quedar bien en ,claro que los derechos no imponen nece- luto del 'derecho de propiedad; sobre la base de consideraciones
sociales,; es el ejemplo más cabal al respecto, aunque no e1umco , . 40 .
sariamente acciones con~etas, sino tipos de obligaciones que si
bien fijan una orientación:, un camino que debe transitarse, un En suma, muchos derechos tradicionalmente abarcados por el
marco para las definiciones, dejan al Estado o a los sujetos· obliga- catálogo1 de derechos civiles y políti~s han sido reintp~do en
dos, un espacio importante de discreción para las medidas clave social, de modo que las distinciones absolutas tamb1en pi:r-
es1)ec::rt:LCaLs a partir de las cuales se realizaran esos derechos. Ello den sentido en estos casos (Ewald, 1985). En tal sentido, la Juris-
es así, tanto para los derechos civiles y políticos cuanto para los prudencia de los órganos de protección internacional de derechos
derechos económicos, sociales y culturales, pues todos ellos humanos ha establecido la obligación positiva .de los Estados de
remover: Íos obstáculos sociales que impiden el acceso .a la juris-
demandan un complejo de obligaciones negativas y positivas.
dicción de tornar medidas apropiadas para evitar que alteraciones
Este es un punto importante para matizar.las críticas a la posi-
bilidad de plenamente los derechos sociales o la idea de las
~mbienals puedan constituir una violación del derecho a la vida
privada y familiar, de desaITollar acciones positivas para evitar
imposiciones exorbitantes a la acción política. Desde esta perspec-
riesgos previsibles y evitables que puedan afectar el derecho a la
tiva, las entre derechos civiles y políticos y derechos
sociales y culturales son diferencias de grado, más
vida, lo ,,que comprende en ciertos cas.os e!
deber de ~segura,
mediante medidas positivas, concretas y debidamente orientadas,
que sutancile~38. Puede reconocerse que la
más visible de los derechos económicos, sociales y culturales son

39 Ver Contreras Peláez (1994: 17-20), De Castro (1981: 15-17) y Abrarrío,vich


38 Contreras Peláez ( 1994: 21 ): "No existen, en resumen, obligaciones 'negati· y Courtis (2002). ·
vas' puras (o, dicho, derechos que comporten exclusivamente obligaciones 40 Ver Convención Americana sobre Derechos'Humanos (Pacto de San José de
negativas), pero parece posible afirmar una diferencia de grado en lo que se refie- Costa Rica), artículo 21.1: "Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes.
re a la relevancía que las prestaciones tienen para uno y otro tipo de derechos". La. ley puede subordinar tal uso y goce al interés social" (el destacado nos pertenece).

316 Capítulo VII lnstitucionali7ación rlP. nlíti~;:s c:nr.i;l~ ·


e1 acceso a condiciones de vida mínimas compatibles con la digni- primer nivel en relación a los derechos económicos, sociales y cul-
dad de la persona humana, en especial cuando se trata de sectores turales se encuentra la obligación del Estado de respetar la libertad
de acción y el uso de los recursos propios de cada individuo o de
afectados por situaciones estructurales de exclusión social o bajo
condiciones de riesgo, .cuya atención se torna prioritaria, como por grupos específicos, en pos de autosatisfacer sus necesidades eco-
ejemplo pueblos indígenas o niños y niñas que viven en las calles nómicas y sociales. En un segundo nivel existe una obligación
o bajo sistemas de internación manejados discrecionalmente por estatal de proteger esa libertad de acción y uso de los recursos fren-
el Estado, o personas viviendo con vih/sida. . te a terceros. Esta función de tutela es la más importa~e que
Podría decirse entonces que la adscripción de un derecho al ce el Estado en relación con los derechos económicos, sociales y
catálogo de derechos civiles y políticos o al de derechos económi- culturales y es similar al rol que cumple como protector de los
cos, sociales y culturales tiene un valor heurístiéo, ordenatorio, cla- derechos civiles y políticos. En un tercer nivel, existe una
sificatorio, pero que una conceptualización más rigurosa llevaría a ción de asistencia que puede asumir formas diversas -por
el art. 11.2, PIDESC-, y una obligación de satisfacción -que
admitir un continuum de derechos, en el que el lugar de cada dere-
1

cho esté determinado por el peso 'simbólico del componente de consistir en la directa provisión de medios para cubrir necesidades
básicas como comida o recursos de subsistencia cuando no existan
obligaciones positivas o negativas que lo caractericen. En tal esque-
ma, habrá algunos derechos que, por ser claramente pasibles de ser otras posibilidades-.
caracterizados a través de obligaciones negativas del Estado, que- De tal modo, afirma Eide (1995), el argumento que garan-
den enmarcados en el horizonte de los derechos civiles y políticos. tizar los derechos civiles y políticos a diferencia de l~s derechos
Tal sería el caso, por ejemplo, de la libertad de conciencia, o la económicos, sociales y culturales, no requiere utilizar recursos
libertad de publicación de ideas sin censura previa. En el otro polo, públicos, ·resulta sostenible si enfocamos las obligaciones
algunos derechos que resultan caracterizados fundamentalmente a estatales en relaciones a los derechos y cul-
traves de obligaciones positivas del Estado, quedarán abarcados en turales sólo en el tercer nivel (asistencia y y las vin-
el c:at,álogo de derechos económk:os, sociales y culturales. Tal sería culadas a los derechos civiles y políticos sólo en el primer
el ciiso, por ejemplo, del derecho a la vivienda41. (respeto). ·
):~ide (1995) sostiene que es un error común, fruto de una esca- En tal sentido; la lógica de derechos no restringe fas
sa c9inprensión de la naturaleza de los derechos económicos, de políticas públicas que el Estado puede realizar sus
sedales y culturales, considerar que sólo el Estado debe satisfacer obligaciones. Es posible reconocer un margen de auto-
esos derechos y que por el costo que ello representa su provisión nomía de los Estados acerca de cuales son las medidas
provocará indefectiblemente un desproporcionado crecimiento que se puede adoptar para realizar los derechos. Este punto es cen-
del aparato estatal. Entiende que es el individuo el sujeto activo de tral para poder compatibilizar el enfoque de derechoscon los pro-
todo desarrollo económico y social tal como lo establece la Decla- cesos nacionales de definición de estrategias de desarrollo y reduc-
ración sobre el Derecho al Desarrollo42 y que, por lo tanto, en un ción de pobreza, y debe ser considerado especialmente al intentar
emplear estándares jurídicos en la fiscalización y evaluación de
esas políticas.
41 Aun en este caso es posible señalar 9bligaciones negativas. De acuerdo a Cuando las normas del derecho internacional imponen a un
Van Hoof, el Estado violarla el derecho a la vivienda si admitiera que las viviendas Estado obligaciones jurídicas que éste decide hacer cumplir a tra-
modestas pertenecientes a personas de bajos recursos fueran demolidas y reempla- vés de otros actores no estatales, conserva una responsa-
zadas por viviendas de lujo que estuvieran fuera del alcance económico de los habi-
tantes 01iginales, sin ofrecerles acceso a viviendas alternativas en términos razona- bilidad de la que no puede desligarse. Funciona como un garante
bles (Van Hoof, 1994: 97-110). Con más razón, el Estado debe abstenerse de realizar de última instancia. Así, por ejemplo, puede conve-
por sí mismo el desplazamiento en dichas condiciones. niente reducir al máximo las esferas de participación del Estado
4 2 Artículo 2 de Asamblea GenÚal de Naciones Unidas, Resolución 41/128 del
como de bienes públicos, a través de redes de con-
4/12/1986. Para mayor amplitud en el tema, ver Eide (1995: 21-49, en especial ps.
36-38) y Eide (1999).
.tendón en situaciones de extrema pobreza y para evitar

Institucionalización de políticas sociales 319


que la intervención de la burocracia estatal que en un país puede derecho inte'rnacional de los derechos humanos no contiene en sí
ser y. clientelar. un determinado diseño de políticas, sino estándares que sir\ren de
puede adoptarse una estrategia de descentralización marco a las políticas que cada Estado define.
hacia unidades políticas locales como responsables directas de los Cabe señalar que recientemente la Organización de los ;.Esta-
servicios. A ello han apuntado, por ejemplo, algunas estrategias de dos Americanos (OEA) ha aprobado los lineamientos para la ela-
refom1a sectorial del Banco Mundial en· el plano de la salud .o la boración de indicadores de progreso en el marco de cumplimien-
educación. Aun cuando no podría afirmarse que estas estrategias to de los· compromisos asumidos por los Estados que han
son contrarias a los mandatos legales, por ejemplo, del Pacto de ratificado el Protocolo de El Salv.ador44. Se trata del marco gen~
ral, a partir del cual, los Estados deberán informar del grado de
Derechos Económicos Sociales y Culturales, en materia de salud y
avance en el cumplimiento efectivo de los derechos comprendidos
educación, el Estado nac~ol debería rnmplir algunas obligacio-
en el Protocolp, identificando indicadores (estructurales, de pro-
nes como fijar un claro marcoí regulatoiio de esas pres-
ceso y ~e res~tado) como también promueve que los, gobiernos
taciones y procurar que el proceso no d~rive en desigualdad en el
identifiquen señales de progreso cualitativas para la .satisfacción
acceso a los servicios. Por lo demás, conservará en todo momento
de los derechos en cuestión. A su vez, se definen indicadores sobre
una responsabilidad final' por el impacta de las políticas, más allá
temas trfnsversales, como igualdad, ac~so a la justicia y acceso a
de que no las ejecute dire~tamn43. lá información y participación, CIDH (2008). Este instrumento es
Los instrumentos int~macoles fijan estándares orientado- de utilidad no: solo al momento de ev9-luar el cumplimiento de
res de políticas públicas '.que van luego a ser la "regla de juicio" derechos sino también para el diseño de políticas públicas confr~
cuya base intervienen los mecanismos de supervisión -o el me a derecho.
judicial en su caso'. o las propias organizaciones públicas y Por otra p~te, los mecanismos de supervisión y eventualmen-
no gubernamentales que actividades de monitoreo- para te los ju~ces tampoco tienen la tarea de diseñar políticas públicas,
controlar si las políticas y medidas adoptadas se ajustan o no a sino la d~ confrontar el diseño de políticas asumidas con los están-
esos que pueden ser, por ejemplo, los estándares de dares jurídicos• aplicables y -en caso de hallar divergencias- reen-
"razonabilidad" adecuaqión" "progresividad" o "igualdad", o el
1
11
viar.la cuestión a los poderes pertinentes para que ellos reaccionen
1

análisis de contenidos mlnimos que pueden venir dados por las aju~tnd? su actividad en cqnsecuencia. Si los Estados no adoptan
propias normas intemacf anales que fijan derechos. Por ello el ninguna p1ediqa entonces los mecanis~o de supervisión, entre
ellos la justicia, pueden activar la toma de decisiones en aras de
1

cumplimentar cpn las obligaciones jurídicas. Por lo demás, las


políticas jncorrectas o que fracasan, no siempre determinan el
incumplimiento de derechos, sólo ocurrirá así cuando el Estado
43 Un tema complejo que do podremos analizar por razones de extensión, es
. la articulación de responabild~ entre los Estados federales y los estados pro- no haya c;:umplido con alguna de las obligaciones asumidas. Por el
vinciales y locales. Los tratados de derechos humanos que se toman como base del contraiio, puede. haber políticas exitosas en sus objetivos pero que
enfoque de derechos fijan oblig~cnes para los Estados federales que no pueden consagren la vulneración de derechos.
deslindar eri lá negligencia o incumplimiento de las autoridades locales. De tal Los derechos fijan marcos para la definición de políticas y en 1
modo, tienden a federalizar ciert.as cuestíones, al imponer deberes mínimos que el
Estado federal debe respetar: Las estrategias de desmTollo procuran, en general, el tal sentido, indden no sólo en sus contenidos u orientación, sino
cami.no de la descentralización, para garantizar mejores niveles de participación y
definición de prioridades. En muchos casos, si bien el Estado federal debe res-
ponder, incluso ante instancias internacionales, por la violación de derechos
humanos, el sistema constitucional no le brinda herramientas para intervenir de 44 El Protocolo del El Salvador; aprobado en 1999, constituye el protocolo
manera preventiva en la forma e'n que los estados provinciales o locales están eje-
cutando una política social. o reforma institucional. De modo que puede ser adicional a I.a Convención Americana de Derechos Humanos y constituye el primer
deudor de último instancia, sin los medios para evitar preventivamente la instiumento interamericano que regula específicamente derechos económicos
sociales y culturales para la r.egión. ' '
víolación de de,rechos.

Capítulo VII Institucionalización de políticas sociales


320
también 'en los procesos de elaboración e implementación y como rias, sino proteger frente a prácticas y conductas
parámetro para ~u evaluación y fiscalización. Para comprender el que pudieran desplegar agentes públicos o actores no
alcance . de lo anterior, es importante analizar principios funda- Este último punto extiende considerablemente las obligacio-
mentales como el de igualdad y no discriminación, participación nes de los Estados en relación con la tutela del principio de igual-
política y acceso a la justicia en relación con las estrategias y polí- dad ante la ley, imponiendo un claro rumbo que obliga a formular
ticas públicas de desarrollo. El objetivo que persigue este análisis políticas preventivas, sobre todo frente a prácticas o
es avanzar en términos conceptuales como estratégicos para situaciones estructurales de discriminación, aún cuando proven-
ím.pregnar futuros marcos generales aptos para los procesos de gan de particulares. En ocasiones los Estados deben considerar la
formulación de políticas públicas en el ámbito social, cualquier necesidad de implementar medidas como acciones afirmativas, las
sea la temática específica abordada por esa política, en tanto se que no sólo se consideran compatibles con el artículo 24 de la Con-
trata de conceptos transversales a todas las políticas públicas. vención, sino en ocasiones serán el de acción de indi-
cado para asegurar el acceso y ejercicio •de ciertos derechos por
7. El principio de inclusión y los estándares sobre igualdad sectores que son víctimas de situaciones de desigualdad estructu-
y no discriminación ral o procesos históricos de exclusión.
Además de la aplicación del principio de igualdad para agra-
El principio de inclusión que suele regir políticas de desarro- var el examen de razonabilidad de las normas y políticas que
llo puede resultar enriquecido al vinculárselo con los estándares imponen restricciones en el ejercicio de ciertos derechos,'este prin-
legales sobre igualdad y no discriminación. En tal sentido el dere- fue considerado más o menos explícitamente para subrayar
cho de los derechos humanos puede aportar conceptos más claros también el deber de garantía de los Estados, en el sentido de enfati-
en esta materia, que sirvan como parámetro para definir y evaluar zar la obligación de adoptar medidas positivas concretas tendien-
políticas públicas. No sólo se requiere del Estado una obligación tes a asegurar e1 ejercicio de ciertos derechos, como la vida, la pro-
de no discriminar, sino también en algunos casos la adopción de tección la integridad el derecho de y, en
acciones positivas para garantizar la inclusión de grupos o secto- ocasiones, derechos sociales corno la salud y la ...,,..... ........,"" . .,u.,
res de la población tradicionalmente discriminados y se presume
en cierta medida el carácter discriminatorio de una medida res-
tric~ya o de una política que establece diferencias de trato basadas
en cuestiones étnicas o de sexo. 45 Hay un caso destacado, de la inscripción tardía de dos
$¡.,bien la mayoría de los países de América Latina han ratifi- da haitiana nacidas en tenitorio dominicano a quienes las dominica-
nas les negaron la inscripción en el registro civil en reproducción de la discrimina-
cado los principales tratados de.derechos humanos que fijan nor- ción histólica sufrida por personas haitianas o con haitiana en
mas sobre igualdad y nó discriminación, y tal como señalamos, República D¿minicana. Una de las consecuencias de la fue la
conviven en el mismo plano que situaciones discriminatorias. Allí imposibilidad de una de las niñas de asistir a la escuela
acogió la demanda presentada por la Comisión Interamericana, encontrando que
cobra gran importancia el valioso aporte resultante de numerosas el Estado había obrado de manera disc1iminatoria (Corte IDH, "Caso de las Niñas
experiencias favorables en acciones transversales de equidad de Yean y Besico", sentencia de 8 de septiembre de 2005). En el fallo se sostuvo: "La
género para políticas públicas en otras áreas. Corte considera que el principio de derecho imperativo de protección y
efectiva de la ley y no discriminación determina que los Estados, al regular los
Otro valioso aporte se desprende de la jmisprudencia de la ·
mecanismos de otorgamiento de la nacionalidad, deben abstenerse de prodttcir
Corte Interamericana que exprsam~nt manifiesta, en diversos regulaciones discriminatorias o que tengan efectos discriminatorios en los diferen-
fallos, que no existen políticas neutrales, estableciendo que el artí- tes grupos de una población al momento de ejercer sus derechos. Además, los Esta-
culo 24 de la Convención Americana leído a la luz del deber de dos deben combatir las prácticas discriminatorias en todos sus en especial
en los órganos püblicos, y finalmente deben adoptar las medidas afü-mativas nece-
garantía de los Estados respecto de los derechos de la Convención, sarias para asegurar una efectiva igualdad ante la ley de todas las personas'', Abra-
no sólo exige no implementar políticas y medidas discriminato- movich (2007).

Capítulo VII lnstitutionalización de políticas socíales 323


1

sanas que integran grupos o colectivos definidos por padecer públicas que pueden servir para garantizarlos o en ocasiones que ·
situaciones de alta vulnerabilidad· o situaciones estructurales de tienen el potencial de afectarlos. Con respecto a determinadas per-
desigualdad .. Esta última cuestión tiene enorme relevancia con
1
sonas qüe integran grupos que resulten vulnerables o susceptibles
relación a la fija~ón de !lineamientos de políticas públicas de de ser discriminados en sus derechos económicos, sociales y cul-
inclusión social y estragi~ de desarrollo para América Latina. turales,• el Comité de Derech.os Económicos,, Sociales y Culturales
Entre los sectores menbonados por el SIDH como sujeto~ víc- dela ONU ha establecido, en diversos instrumentos, que el Estado
timas de procesos histórifOS ·de discliminación y exclusión, se tiene la obligación de sancionar normas que los protejan contra
encuentran los pueblos indígenas o la población afrodescendiente esa discriminación y adoptar medidas ~special que incluye polí-
Y las en relación al ejercicio de ciertos derechos . como la ticas activas de protección.
integridad física y la parti~cón política. También se ha enfati- Por. lo derpás, una de las principales oblJigaciones de los Esta-
zado la obligación de garatj.tía de los Estados ante la existencia de dos es fa dete¡rminación de cuales son 1 los grupos que requieren
1
sectores en situaciones de vulnerabilidad originadas en situacio- atención pri01itaria o especial en un determfnado momento histó-
nes dé desigualdad estructural, como vimos anteriormente, los rico en el ejerqicio de los derechos económi(fos, sociales y cultura-
niños y niñas en situación de riesgo, los inmigrantes indocumen- les· y la incorporación de medidas concretas '.de protección de esos
tados y, por lo tanto, sin acceso a servicios sociales básicos, en g!'l}pos o sectores en sus planes de acción47'. De manera que ade-
especial los niños indocum~tas, la población desplazada de sus 'más de la identificación de los sectores tradicionalmente discrimi-
territorios, o las personas portadoras de vih/sida, entre otros. Es nados en el acceso a determinados derechos es necesario que el
decir, "los excluidos y las ex~luidasn constituyen un número impor- Estado d~fina, con carácter previo a la formulación de sus planes
tante y, a la vez, sumamente heterogéneo, que en muchos de los o políticas en el área social, cuáles son los sectores que requieren
casos, la exclusión no se relaciona necesariamente con la pobreza, una atención prioritaria al momento de formular sus políticas (por
razón por la cual, el propio SIDH avanza en considerar la exclusión ejemplo, los habitantes de determinada área geográfica del páís, o
más allá del nivel de ingresol o de carencias relativas.
Este punto es de enorrrie relevancia, pues indica que el SIDH
! las personas de determinado grupo etario) y fije medidas para
compensarlos o afirmar sus derechos, o en muchos casos restituir
1

[
no recoge solo una noción formal de igualdad, limitada a exigir éri- los derechos vúlnerados.
terios de distinción objetivos y razanables y, por lo tanto, a prohibir La obligación del Estado de adoptar medidas positva~ para
diferencias de trato irrazanables, caprichosas o arbitrarias, siIW que resguardar el ejercicio de derechos sociales tiene importantes deri-
vaciones, por ejemplo, en cuanto al tipo¡ de información estadístj-
avanza hacia un concepto de igualdad material o estructural, que j ca que el Estado debe producir que, al p:iismo tiempo, conforma
parte del recon~imt de. que ciertos sectores de la población
la adopción de medidas especiales de equiparación. Impli- un estándar de los propios derechos sqciales. La producción de
ca, en definitiva, la necesidad de trato diferenciado, cuando debi- informaq:ión, debidamente desagregada a efectos de determinar
1

do a las circunstancias que .afectan a un grupo desaventajado, la sectores desaventajados o postergados e:r:i el ejercicio de derechos,
identidad de trato suponga coartar o empeorar el acceso a un ser- no sólo cronstituye un medio para garantizar la efectividad de una
vicio o bien, o el ejercicio de un derecho46. 1 política públicai sino una obligación indispensable para que el
El empleo de la noción de igualdad material supone una herra- Estado pueda cumplir con su deber de brindar a estos sector~
1

mient~1 de enorrne potencia~d para examinar las normas que


reconocen derechos, pero también la orientación de las políticas

47 Así Jo ha establecido, por ejemplo, el Comité de Derechos Económicos,


Sociales y Cultra~es de la ONU respecto a varios. derechos, en especial sobre el
4 6 Para un análisis de estas 'nociones, Ferrajoli {2003), Barrére Unzueta, derecho a fa vien~a (OG N° 4, punto 13) y a la salud pública (OG Nº 14, puntos
. 43.f y 53).
1

(1997), Fiss (1999).

324 lnstitucionafización de políticas sociales


Capitulo Vil
atención especial y prioritaria48. Asimismo constituye un factor En igual dirección, debe señalarse una tensión en las
clave en'direccióo a los indicadores incorporados en los Objetivos regulaciones laborales, en donde compiten dos valores distintos:
de Desarrollo del milenio suscriptos en septiembre de 2000 por por un lado, se acepta la vigencia del principio de igualdad entre
189 paÍsés del mundo (Naciones Unidas, 2000). los trabajadores y las trabajadoras pero, por otro reclama
También debe considerarse especialmente, que en base a las la regulación diferencial para ciertos supuestos. tensión
formas de organización vigentes en América Latina, el empleo cobra especial importancia debido a que trabajo de.iás
remunerado fue considerado el mecanismo por esencia para atraviesa los ciclos reproductivos y las responsabili-
alcanzar la inclusión social. En la mayoría de los países, en parti- dades familiares combinadas con las productivas. A tal punto se
cular los del cono sur, los derechos sociales surgieron asociados a tensa esta relación, que se termina afirmando la diferencia para
la categoría de trabajador/a asalariado, y se estructuró todo el sis- reclamar la igualdad (Pautassi, Faur y Gherardí, 2004).
tema en función de esta categoría de derechos. De esta forma, el En la mayoría de los· códigos laborales y regulaciones especí-
conjunto de los derechos sociale's nace como un derivado de los ficas de América Latina, la dicotomía se resolvió en priorizar la
derechos laborales, al punto que ambos grupos de derechos se protección de la maternidad y no la igualdad. Nuevamente, a prio-
consolidaron conjuntamente como nonnajurídica, que en muchos 1i, esta opción condice con los compromisos asurn.idos por los
casos fueron incorporados directamente en el texto constitucional. Estados en el marco de las conferencias internacionales (especial-
Es precisamente en el ámbito del empleo remunerado donde mente la CEDAW), los Convenios de la Organización Internacional
se constatan la mayor cantidad de situaciones de discriminación y del Trabajo (OIT) y planes nacionales de igualdad de oportunida-
.segregación ocupacional, que comprenden brechas salariales entre des, al mismo tiempo que significa reconocer las limitaciones que
hombres y mujeres cercanas al 40% en la región, como también le imponen la naturaleza misma del discurso normativo.
trayectorias laborales diferencias por sexo y muy bajos índices de Sin embargo, este reconocimiento normativo de la diferencia
acceso a_puestos de decisión para las mujeres. Y si bien se han para garantizar derechos destinados a brindar efectivas condicio-
implementado políticas al respecto, sumadas a acciones positivas, nes de igualdad de oportunidades para las mujeres no considera la
sin embargo la situación dista de ser la deseable. A ello debe división sexual del trabajo al interior del hogai~ donde los
sumársele el conjunto de medidas de flexibilización laboral imple-
dores varones pocas veces asumen una activa corresponsabilidad
mentadas durante las reforrn.as de los años noventa, las que agra-
en tareas reproductivas, profundizando de esta forma, üna divi-
varon las inequidades existentes.
sión entre lo público y lo privado, sin la suficiente c9nsideración
de los antagonismos existentes en uno y otro ámbíto, ..y relegando
de esta form.a al ámbito privado las particularidades y las diferen-
48 Como señala el DFID (2000), "en la mayoda de los países en desarrollo la cias en términos de género. En otros términos, lo, protegido y
información desagregada relativa a pobreza no suele estar disponible en base a
reglamentado para las mujeres se relaciona con su responsabilidad
condición social, religión o etnia, o al lugar de residencia. Cuando la información
ha sido !~elvad, los gobiernos deberían buscar hacerla ampliamente accesible. Los sobre el mundo privado, más que sobre el continuum productivo-
países más pobres pueden tener mínima capacidad de relevar infom1ación estadís- reproductivo como eje de análisis de relaciones que incluyen a
tica. Estq hace mucho más difícil al gobierno y a los ciudadanos identificar en que varones y mujeres, o sobre la eliminación de discriminaciones en
medida. la imposibilidad de la población de ejercer sus derechos puede estar aso-
el mundo de lo público (Pautassí, Faur y Gherardi, 2Q04). .
ciada co¡:i procesos de exclusión social e inequidades estructurales. En algunos
casos hay información separada sobre hombres y mujeres pero, en el presente, la De allí radica la importancia de discutir el prinC;ipio jurídico
sistemática recolección de información en los países en desarrollo sobre la base de de ígualdad en el trato, y sus implícancias en la regulación del tra-
otras diferencias sociales no es posible. Este déficit de infonnación podlia ser par- bajo de la muje1~ para distinguir los conceptos de disc1iminación y
aíalmente superado si las instituciones nacionales de estadística desru.Tollan e
implementan procesos de búsqueda de información orientados a indicar el alance desigualdad, y ensayar medidas y políticas que arti-
con el cual diferentes sectores de la población están crecientemente gozando de sus culen mecanismos redistributivos y de reconocimientoentre siste-
derechos ... ". mas de garantía de derechos económicos, sociales y culturales

1.
··universales y solidarios- junto con· sistemas productivos que pro- 8. Acceso a la justicia y rendición de cuentas: derechos y
muevan y resguarden el acceso a empleos, con garantías formales principios conexos
y acceso a la seguridad social y que no sean discriminatorios.
Sin· duda una de las principales cuestiones para explorar la
El de igualdad y no discriminación tendrá deriva- potencialidad de la relación entre derechos y políticas sociales, está
ciones también en cuanto a los criterios con los que deben distri- en· ros mecanismos de rendición de cuentas y de responsabilidad.
buirse los presupuestos y e1 gasto socia[ La discriminación -e~ el
Ello, pues la lógica de los derechos implica necesariamente, como
acceso a derechos puede provenir, por ejemplo, de la disparidad
fuera dicho, mecanismos de exigibilidad, que .contribuyen a refor-
entre regiones geográficas postergadas. En algunos países de la
zar los espacios de fiscalización y contrdl de las políticas, los servi-
por ejemplo, los prot:esos de descentralización en materia
cios pú9licos y las acciones de los gobiernos, así como de los demás
de educación pública y han agudizado la inequidad en el
actores sociales involucrados en las estrategias de desarrollo.
acceso a servicios públicos calidad equiparable entre los habi-
tan tes de diferentes region!fS geográficas. Sabel y Simon· (2004) Cua'.ndo hablamos de mecanismos de exigibilidad de los dere-
ejemplifican el alto valor que ha tenido el litigio público en mate- chos no· nos referimos exclusivamente a los sistemas de adminis-
ria de reforma educativa en ¡Estados Unidos. A partir de ello expo- tración de justicia, aún cuando estos tengan un papel importante,
nen que el enfoque del ne1-v 'a.ccountability (nueva responsabilidad sino que incorporamos en el concepto los procedimientos admi-
política) está reconocido coryw una importante y auspiciosa vía de nistrativos de 'revisión de decisiones y de fiscalización y control
reforma pública escolar, en tanto señala las formas como en varias ciudadano de las políticas, los espacios de reclamo para usuarios
jurisdicciones, las cortes son participantes en los proce- y consumidores, las instancias de control político en los Parla-
sos de reforma49. mentos, ,fas in~tucoes especializadas: que resguardan derechos
En otros términos, tanto en relación con el propio enfoque de fundam~tle, como las defensorías del pueblo, oficinas de pro-
derechos, como también a partir de la estrategia del litigio públi- tección de consumidores y defensa de la comp~tenia, la posibili-
co o de casos tolectivos se encuentran abiertas importantes puer- dad que fos propios destinatarios de políticas y programas sociales
tas y para incluir derechos y garantías en el diseño e puedan asentar reclamos y reclamar judicialmente. .
implementación de las polítícas públicas en general y sociales en Es claro qué la idoneidad de los diversos mecanismos para fis-
particular. Al1í es importante considerar fundamentalmente el· calizar y¡ exigir el respeto de derechos por-las políticas públicas, no
de acce_so a la justicia y los mecanismos de rendición de obedece• tan sólo a una cuestión de disefio institucional, sino que
cuentas. está ligada a la apropiación por parte de las organizaciones socia-
les y al desan-ollo de actores en la sociedad civil con vocación y
recursos· para utilizarlos. Ejemplos de estas situaciones en la
4 9 Agregan los autores que en :materia de educación para individuos con dis- Argentin'a han sido analizadas a lo largo de este volumen.
capacidades, numerosas normas estatales crean deberes para evitar la discrimina- Por ende, ·es -importante identificar los ejes ·orientadores de
ción en contra de los estudiantes d'iscapacitados, al tiempo que deben promover
acciones que faciliten su inserción: y desenvolvimiento. La experiencia reseñada
una agenda. dd reforma judicial en la región, que al igual que en
seflala que los primeros litigios de reforma estructm-al parecen haber tomado la el eampo de las políticas sociales, incluya estándares jurídicos
oiientación de m-denar-y-controlai: ! comprendiendo reglas altamente elaboradas imprescindibles para un redisño~ los sistemas de. garantías.
qL1e delimitaban el régimen adniinistrativo focalizándolo en cuestiones como la Entre los prinCipales aspectos que pueden nutrir la agenda refor-
o.portunidad para procesar las evaluaciones de los estudiantes el número v califi-
cación del personal, y las practicas :de enrolamiento de estudi~n. Com; conse-
mista, se encuentran (Abramovich,· 2007: 217-252):
cuencia los prnfesionales empezaron a estar insatisfechos con lo que se éaracterizo 1; El derecho de los derechos humanos tiene. estándares bas-
como la aproximación "input--orientada" tanto en la vigilancia judicial como en la tante precisos sobre el derecho a contar! con recursos judiciales y
administrativa. Pero, siguiendo el espíritu del enfoque de la new accou.ntability, las de otra í~dole que resulten idóneos y efectivos para demandar ante
reformas de 1997 al estatuto fedra~ de. educación especial requirió, que los Esta-
dos establezcan las metas a alcanzar y las medidas de progreso con evaluaciones
la vulne1Tación de los derechos fundam~tles. La obligación del
estandarizadas. · Estado no es s9lo negativa -de no impedir el acceso a esos recur-

328 Caoítulo Vil Institucionalización de nolítica!;. !;.nr.i:::ilAc:


nes sociales focalizados-- cuyo efecto social y económico no se
sos- sino fundamentalmente positiva -de organizar el.aparato ins-
asigna particularmente a sujetos titulares de derechos, sean éstos
titucional de modo que todos y en especial aquellos que se encuen-
individuales o colectivos. Lo que sucede en muchos casos es que el
tran en situación de pobreza o exclusión. puedan acceder a esos
Estado ha subordinado a su propia discrecionalidad y al manejo
recursos--. Para ello deberá remover los obstáculos sociales o eco-
clientelista las prestaciones o intervenciones que las Constitucio-
nómicos que obturan o limitan la posibilidad de acceso a la justi-
nes o pactos de derechos humanos proyectan com.o derechos
cia, pero además el Estado deberá organizar un servicio públic9 de
(Ferrajoli, 2003)50. Sin embargo, no hay imposibilidad
asistencia jurídica gratuita y mecanismos para aliviargastos y cos-
teórica o práctica de configurar derechos exigibles también en
tas de Jos procesos para hacerlos asequibles, por ejemplo estable-
estos campos, de modo de sumar a los mecanismos de control ins-
ciendo ~istema de eximición de gastos. Sería una forma de soste-
titucional, administrativos o políticos, el control que puedan ejer-
ner la Oferta del servicio y no ~ol actuar a demanda de parte.
cer sobre los prestadores o funcionarios, las personas que ejercen
Com,?~ñals las políticas para asegurar servicios de asistencia
derechos vinculados a esas prestaciones sociales. .
jurídica-de calidad y accesibles a los sectores con mayores necesi-
3. El reconocimiento de derechos en las Consti~ce y en
dades, deben ser pensadas de manera integral junto al resto de las
los tratados está destinado a imponer obligaciones a los poderes .
políticas y servicios sociales. En algunos países esta cuestión se
públicos, por lo que requiere justamente reclamar esa configura-
: ubica dentro del debate sobre extensión y mejoramiento de los ser-
ción. Es indudable que una perspectiva de derechos en la formu-
vicios públicos esenciales. Lamentablemente en nuestra región el
lación de los planes debe conducir a contemplar en su ingeniería
tema no suele ser parte de la agenda de los ministerios de Justicia,
institucional los estándares básicos de de bid o proceso, tales corno
ni tampoco se incluye entre las prioridades de las agencias encar-
el plazo razonable, el derecho a una decisión fundada, a la revisión
gadas de disefi.ar ~ imple~ntar políticas sociales.
por una instancia independiente, eventualmente judicial, a ser
2. En necesario considerar que el conjunto de políticas socia-
informado de los recursos disponibles, el de igualdad de
les no ha estado guiado en su organización y funcionamiento a
armas, el derecho a contar con abogado en ciertos casos comple-
una lógica de derechos. Ni siquiera el caso de las políticas históri-
jos, entre otros.
camente más universales como salud y educación. Por el contra-
4. Algunos principios de derechos humanos que inte-
rio, y en especial luego de las reformas estructurales, las presta-
gran las denominadas garantías resultan de aplicación
~iones se han organizado y brindado mayormente bajo la lógica
directa a los procedimientos judiciales en los que se determinan
mversa de beneficios asistenciales, con un alto grado de discrecio-
derechos sociales: el derecho a ser oído en un ra7onable v
nalidad en su otorgamiento y/o remoción; por lo que este campo
la igualdad de amias, entre otras. La de principí;s claros,, en
de actuación de las administraciones públicas ha quedado tradi-
este ámbito serviría para orientar una agenda de reformas judicia-
cionalmente reservado a la discrecionalidad política más allá de la
mejorando sustancialmente las garantías jurisdiccionales de
existencia de algunos controles institucionales. El tema es com-
los derechos sociales y su grado de exigibílidad, pero.también per-
plejo y difícilmente pueda entenderse de igual manera en todos los
mitiría examinar la legalidad de reformas procesales que tuvieron
países de la región, pero para el caso argentino se ·han aportado
ejemplos evidentes al respecto a lo largo del presente volumen. La
ampliación de funciones sociales del Estado -en áreas· tales como
SO Una lectura posible del actual intento de desmantelamiento de los Estados
salud, .vivienda, educación, trabajo seguridad social, consumo o
1
de bienestar desde esta perspectiva pondría énfasis no sólo en la reducción de ser-
promoción de la participación de grupos sociales desaventajados- vicios sociales, sino también en la precaiización del vínculo julidico entre el Esta-
no necesariamente se ha traducido, desde el punto de vista técni- do y el destinatmio de la política social respectiva. Una clara manif!~tcó de esta
configuración concreta de derechos. En muchos casos, el preca1ización es el paso de políticas sociales universales fundadas en el reconoci-
miento de derechos subjetivos, a programas sociales focalizados y transitorios, fun-
asumió esas funciones ·a partir de intervenciones discre- dados en la intervención discrecional del poder público, ver a1 respecto Lo Vuolo et
o de formas de organización de su actividad -como la pro- al. (1999: 191-202). ··
servicios públicos o la elaboración de programas o pla-

Institucionalización de políticas sociales 331


objeto deliberado obstaculizar el ejercicio de estos derechos, mecani~os 4e participación en los procesos previos a la formu-
tales como las implementadp.s en varios países de 1a región en los · lación de políticas, o al. otorgamiento de concesiones de activida-
procedimientos de la segurid.ad, con diligencias dilatorias, déficit des económicas potencialmente nocivas52. Es evidente que en un
de recursos, afectación del~ cosa juzgada, y trabas en las ejecu- context? de exclusión aquellos mecanismos que permiten la actua-
ciones de decisiones contra los Estados, una cuestión presente en ción colectiva favorecen las posibilidades de exigir y dema.iidar
numerosos casos ·que tramitan ante el SIDH. obvio que, por derechos y contribuyen en ocasiones a afianzar la organización
ejemplo, la demora irrazonable de los procesos laborales o previ- social y la capacidad de acción de los aetcn:es sociales, sobre todo
o las facultades exorbitantes de los Estados en estos últi- cuando se logra articular este tipo de demandas legales con otras
mos procedimientos tienen un impacto negativo directo en su ejer- estrategias de :e~ignca política de derechos, tal como se ha anali-
cicio efecdvo51_ t
zado eri lá experiencias recogidas en este libro.
S. Por último, el reconoCir:niento de que esas políticas y servi- Es evidente que los derechos socialds tienen una dimensión
cios responden al cumplimif1nto de derechos económicos, sociales colectiva y su' vulneración suele presentárse como afeétación de
y culturales, conduce a reconocer la necesidad de contar con grupos o colectivos más o menos deterln.inados. Lo mismo puede
mecanismos adecuados y ef~ctivos de reclamo de estos derechos decirse ;de aquellas acciones estatales q_ue impactan en sectores
de índole individual y colectiva. Este es un tema central a conside- sociales: exclu~dos y que suelen presentktse c_omo prácticas gen~
:rar en la de reformas judiciales en la región, para fortale- rales que con~gura situaciones de car~teísi estructurales y
cer el acceso a la jurisdiccióp y la participación social en la fisca- que den;ia~ remedios de naturaleza colectiva, tal como la afec-
lización de las políticas estatales. Las acciones de amparo tación de der~chos civiles, políticos y sociales de una comunidad
colectivo, las acciones de tutela, mandat<;JS de securanca y de injun- indígena ·o de 'un gmpo ·de portadores de vih/sida.
cao brasilefios, acciones de 'c,Zase, acciones declarativas de certeza, Por último, es importante mencionar que. cualquier estrategia
acciones de· inconstitucionalidad, acción civil pública, actúan de fortalecim~n de los sistemas de protección.de derechos y la
como vías para el control social de las políticas y, al mismo tiem- incorporación, de jurídicos a nivel nacional, np podría
po, sirven para activar procesos de rendición de cuentas y siste- ser desplegada con coherencia por las agencias de cooperación, ni
mas de freno y contrapeso entre los mismos órganos del Estado. por las instituciones financieras intemélcionales, sin mejorar a su
En estas acciones, organizationes de usuarios, pue- vez, los mecanismos de rendición de c~entas al interior de esas.
blos indígenas, m-ganízaciones de y de derechós humanos, mismas:entidcl.des, dotándoles de mayor transparencia y apertura
o en ocasiones funcionarios Btfolicos legitimados para representar a la ciuqadaní¡:;i., de modo de hacerlos cómpatibles con un enfoque
actores colectivos, como el Ministerio Público o el Defensor del de derechos que incluya como sujetos• responsables a todos los
Pueblo; han logrado incidir a través de la actuación de instancias actores de la e~tragi de desá1Tollo. E~ tal sentido, el enfoque de
judiciales1 de maneras muy diversas, en la orientación de políticas derechos dem~na también transformaciones sustanciales en el
sociales. Este tipo de acciones han impulsado procesos de discu- funcionamiento y en la lógica de estas _instituciones. Tales meca-
nismos de res ponsabilidad si bien responden obviamente a una
1

sión de diversas políticas públicas. Estas acciones, además, han


contribuido a empresas que prestan servicios públicos a lógica no judi,cial, debe cumplir con e,stándares mínimos sobre
fin de los derechos deJos usuarios o empresas y grupos pri- accesibi¡idad, independencia y transp~ci53.
gue realizan explotaciones económicas con efectos ambien-
tales. También han servido para reclamar información y demandar
52 Ver Provoste y Silva (1998), Correa Sutill (2002), Londoño Toro (2003) y
Abramovich (2006b).
SI Para un análisis más ·exhaustivo de los plincípales problemas de debido
proceso legal en los procesos vinculados a la detem1inacíón de derechos sociales,
53 Ver Bottd y D. Tussie (2004), Clark, Fox y Treakle (2003), y Fox y Brown
(1998).
puede consultarse Abrnmovich y Courtis (2002: 179~20).

Institucionalización de políticas sociales . 333


332 Capítulo VII
9. A mO:dó de conclusión: derechos e institucionalidad fortalecer los mecanismos de control y de fiscalización, a fin de
de la po:líitica social hacer efectivo el cumplimiento de las obligaciones que cada Esta-
Desde diversos enfoques, los argumentos presentados a lo do ha asumido voluntariamente de asegurar el contenido mínimo
del análisis muestran los límites a los que ha llegado la polí- de los derechos económicos, sociales y culturales. De garantizar
tica social asistencial, tanto como estrategia supuestamente apta que todas las personas puedan acceder en condiciones de igualdad
para superar 1a como también como mecanismo que per- a un estándar básico de protección. De no desbaratar los derechos
rnite la social. Si al análisis le incorporamos los fal~s sociales reconocidos mediante políticas y· acciones deliberada-
judiciales presentados a lo de este volumen, evidenciamos mente regresivas. Pero allí la primera vía para- comenzar a institu-
aún más la falta de -y en muchos casos su ilegalidad-. . cionalizar las políticas sociales parte de la decisión política de
En contraste, la atención el de institucionalidad que cambiar la de formulación de ciertas políticas públicas y sus
estas prácticas han akanzado marcando una clara división entre
1
niveles de universalidad, transparencia y fiscalzón~
las incumbencias de los sectores sociales y el campo de los den~­ En consecuencia, será fundamental también el papel que pue-
chos humanos, en un recorrido bífronte entre los mandatos incor- dan jugar los órganos de supervisión internacional de derechos
porados en la Constitución Nacional y las prácticas instituciona- humanos, a partir de la fijación de estándares mínimos, más cla-
l.es. A su vez, la política económica y la fiscal transitan por otros ros y precisos, en aquellos temas de interés común, como la igual-
carriles, sin que haya una dinámica de integración y muchos dad, la participación política, el acceso a la información pública y
menos de interdependencia funcional. el acceso a la justicia, que puedan servirle a los Estados como
Si bien hemos podido circunscribir los límites y el carácter marco para la definición, implementación y evaluación de las polí-
asistencial y compensatorio de las políticas sociales aplicadas por ticas sociales y que funcionen también como un criterio común
casi tres décadas en América Latina, aún quedan por resolver para facilitar la fiscalización de esas políticas por la sociedad civil
numerosos dilemas intrínsecos a la definición de un modelo de y por las instancias de control institucional. como los sistemas de
desarrollo a~orde con el paradigma de los derechos humanos. De justicia.
este modo, así como no se puede pensar que algún día se logrará Si al consenso que se ha logrado se le pudiese adicionar como
la inclusión y cohesión social a través del derrame de abundancia imperativo que no solo se debe poner el foco en las estrategias y
que promoverá el tampoco podemos considerar siquiera políticas de combate a la pobreza, sino que precisamente se debe
que en el marco de la fragmentación que existe en los programas conjugar una revisión de las normas y principios generales que
sociales aislados, se podrá satisfacer el contenido mínimo de los directa o indirectamente refieren a los estándares de derechos y a
derechos sociales. principios como el de igualdad, autonomía, no discriminación, en
Precisando: cumplimentar las obligaciones positivas que tie- la dirección de promover sociedades más equitativas, incluyendo
hen los Estados en materia de derechos económicos sociales y cul- sin duda la equidad de género como imperativo ético-político;
turales . puede lograrse con una sumatoria de programas socia- estaremos ante un. escenario diferente al actualmente existente en
les aislados, sino que se requiere de una nueva institucionalidad, América Latina. ¿Podemos considerar que estaremos ante la sali-
la que por otra parte, debe pasar del consenso a la acción, o de da del dilema de la pobreza y la exclusión?
igual forma, hacer posible la implementación de un que Las evidencias empíricas dan cuenta en toda América Latina
haga los derechos existentes a partir de garantizar políti- que la igualdad de oportunidades por sí sola no es suficiente y se
de corte universal. En rigor, se trata de revisar los requieren medidas tendientes a modificar procesos y estructuras
ya y reconocidos en los instrumentos inter- que actualmente dificultan el acceso, permanencia y ascenso en el
nacionales, y en la legislación interna de los _g>aíses y veiificar si las ámbito de trabajo, particularmente en el caso de las mujeres o de
políticas estatales cumplen con los estándares mínimos en materia otros sectores desaventajados. En el mismo sentido, el diseño de
de derechos humanos. · políticas y medidas que busquen la inclusión de las personas apar-
Para ello resulta prioritario cambiar la lógica de las políticas y tadas de las relaciones "típicas" de empleo, debe al menos consi-

334 Capítulo VII Institucionalización de políticas sociales 335


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clasificar a partir de esta situadón -por caso vulnerable-' sino esta- Interamericano de Desarrollo.
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promovemos una revisión de las políticas inconexas y discrmna~ bilidad ·desde la perspectiva de Derechos Humanos", Buenos Aires
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de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y del Con-
sejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
i

Julia Campos .
Socióloga. Especialista en Sociología del Trabaj?. Integrante del Observa-
torio del Derecho Social de la Central de Trabajaaores de Argentina (CTA).

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