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POLfIICA SOCIAL: UNA INTRODUCCIÓN I


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planifican políticas sociales sin que sus naciones puedan ser identifi-
cadas como un Estado del bienestar. ¿Cuál es la diferencia entre am-
bos?, ¿a qué'debemos llamar Estado del bienestar? Estas preguntas
P., i I \-,cc- 3o. ,-,f fi.,- r n lvo f .r..:.1. t
me plantearon la necesidad de esclarecer los matices y significados de l ( zcc c)
estos aspectos con el fin de despejar las confusiones que a menudo se
plantean.


glÚ.t,,,.*1. Atu'[, 1,A __ 13"rc-[*,-,,,,
Espero haber podido contribuir en alguna medida a enriquecer el
debate acerca de nuestro futuro compartido como ciudadanos en un
mundo global.
CnpÍruro 1

¿QUÉ ES POLÍTICA SOCIAL?


La formación intelectual está siempre en deuda con la obra de
otros autores. Mi agradecimiento, pues, a todos aquellos que me han
prestado sus palabras y de los que hé utilizado sus ideas. Un lugar es- Toda democracia moderna debe poseer una política social. Muy a
pecial ocupan los maestros con los que he podido trabajar. En primer menudo se vienen utilizando las expresiones npolítica socialo y nEs-
luga4, debo agradecer a mis amigos Salvador Ginel el particular inte- tados del bienestaru para hacer referencia a cosas semejantes. Mi pro-
rés e incondicional apoyo que me viene prestando desde hace mucho puesta es diferenciar ambos conceptos y analizar los significados de
tiempo, y a Antoni Doménech, su ayuda y estímulo intelectual y per- cada uno de ellos, con el objetivo de que esa diferenciación nos per-
sonal. Varios compañeros, con quienes comparto la indagación inte- mita una mayor comprensión de los fenómenos sociales. No hay Es-
lectual, han leído los primeros manuscritos de este libro. He intenta- tado del bienestar sin su política social correspondiente. Ahora bien,
do incorporar sus comentarios y sugerencias a la versión final, aun- aun siendo la intervención social una condición necesaria, ello no es
que ellos no son responsables de las imperfecciones de que todavía suficiente para que podamos identificar esa organización social, polí-
pueda adolecer. Gracias a Anna Alabart, Jaume Bellmunt, Jordi Mun- tica y económica como un <Estado del bienestar,. De un lado encon-
dó, Daniel Raventós y Jordi Sisquella. Agradezco también al profesor tramos políticas sociales en regímenes totalitarios, o en Estados de
Gosta Esping-Andersen sus comentarios y haber aceptado prologar 4 países poco industrializados, que difícilmente podemos ubicar en la
este libro. El esfuerzo de escribirlo no hubiera sido posible sin un categorÍa de oEstados del bienestar>. De otro lado, cuando habiamos
cierto entorno de paz; Jordi Sisquella me lo ha facilitado, y me ha per- I
de Estados del bienestar nos referimos a una organización consegui-
mitido compartir innumerables debates y compromisos. I
da por las sociedades de capitalismo avanzado. Este libro se propone
realizar un an¡ilisis diferenciado de ambos aspectos para pode¡, a con-
tinuación, integrar ambas visiones.

¿Qué es políüca social?

El término política social se usa comúnmente para definir ciertas


características de los modernos Estados del bienestar. Una primera
aproximación a su significado nos lleva a analizar la palabra upolíti
car, la cual se emplea para hacer referencia a cualquier estrategia que
gobierna una determinada actuación dirigida hacia unos fines dados.
nPolítican, en general, significa originariarñente la habilidad y el co-
nocimiento de los hechos precisos para la conducción y administra-
ción de la polis. El concepto expresa una acción sobre unos medios
POLITICA SOCIAL: UNA INTRODUCCIÓN ¿ouÉ ES porfnce socnr? 2lr
los que más poseen a los menos favorecidos, también puede tener re-
r consecución de unos determinados fines y, por lo tanto, im-
sultados distintos: puede reforzar la posición de los m¿ás privilegiados,
n cambio, una modificación, ya sea de situaciones, de sistemas
o bien puede trasladar recursos de un grupo étnico a otro; o de la vida
cácticas de conducta. É'ste es el sustantivo que define los signi-
activa a la vejez o al paro en el interior de un mismo grupo de ingre-
; de los diversos tipos de npolíticau: política cultural, política
sos, como prueban algunos estudios.3
nica, política educativa y, también, política social. Pero ¿qué
a el ádjetivo nsocialu? Más dificultades semánticas hallamos A pesar de estas dificultades, la política social, entendida como
palabra nsocialr. Muchas son las disciplinas, profesiones o grt¡- una actuación del gobierno en un determinado campo, es, sin duda,
i la reclaman en sus títulos como algo distintivo. En este con- un ámbito de la política económica. De esta forma, nos situamos
en un punto central: la relación entre la política social y la economía.
:mplear el término osocialo no sería más que un subrayar que
,bri es un ser social. Desde esta perspectiva, todas las políticas, La imposibilidad de establecer fronteras inequívocas debido a los es-
las acciones de gobierno o grupos son acciones sociales' Cual-
trechos vínculos que unen los dos ámbitos sitúa este problema en el
rclítica se plantéa en el contexto de un conjunto particular de campo de las relaciones y conflictos. Debemos recordar que tanto
stancias, una sociedad y cultura dadas, y un período histórico desde el pensamiento liberal Adam Smith- como desde posi-
ciones críticas
-con
partir de Karl Marx-, el ámbito económico ocupa
rinado. En otras palabras, todas las npolíticaso inciden sobre la -aen las relaciones sociales. El hecho de entender el
ad, son nsocialesr. un papel central
rra centrar el estudio debemos recurrir al anáIisis de lo que progreso como una consecuencia del desarrollo económico ha com-
rsualmente se denomina upolítica socialu. La definición más portado que una gran parte de los estuüos sobre las políticas socia-
rte de política social es la que la define como aquella polítrca les se hayan enmarcado, con alguna excepción, en la perspectiva eco-
a a la itttu"ión pública de la asistencia, es decir, al de- nómica.
"d-it
o y dirección de los servicios específicos del Estado y de las El nexo inevitable entre política económica y política social ha
fuáes locales, en aspectos tales como salud, educación, trabajg, producido que las distintas concepciones sobre esta última pivoten al-
la, asistencia y servicios sociales. Política que tendrfa como fi- rededor del conflicto presente hoy en los Estados capitalistas moder-
d la de paliar determinados problemas sociales o, de una forma nos: hacer compatibles los objetivos de la acumulación del capital con
rodesta, perseguir objetivos que generalmente son percibidos los de la protección social. Es deci¡, la legitimación de las democra-
respuesta a tales problemas. É,ste es el enfoque que-se desarro- cias y, por tanto, ligado a las luchas sociales vinculadas a las necesi-
artir de T. H. Marshallt y que la define ola política de los dades y conflictos de cada momento histórico.
"6¡¡s
nos encaminada a tener un impacto directo en el bienestar de En el contexto en que aparecen las primeras políticas sociales
Ldadanos, a base de proporcionarles servicios o ingresosu. tienen un alto contenido de objetivos morales. La consideración
rora bien, como indica Richard Titmuss,2 (cuando empleamos de igualdad entre los hombres, los derechos humanos o los derechos de
rino "política social" no debemos reaccionar automáticamente ciudadanía provoca una acción de gobierno con un intento de conse-
éndoló con un halo de altruismo, preocupación por los demás, guir esa deseada igualdad. Por tanto, la política social está también de
igualdad o por otros temas parecidoso. No debemos llegar a la alguna forma vinculada a los derechos de ciudadanía. Como Marshalla
Lsión de qn.lu política social, concebida como lo hemos hecho, señaló, la ciudadanía se ha ido construyendo en sucesivas fases de
a siempre los objetivos de bienestar generalizado a base de la historia de las democracias capitalistas. Los derechos civiles desa-
r más clidados y ayudas a los pobres, a las clases trabajadoras, rrollados en el siglo )nr'Ilr representaron el reconocimiento de la liber-
¡ensionistas ancianos, a las mujeres, a los niños necesitados, y tad de expresión, desde el pensamiento y religión hasta el derecho a
s categorías que se encuentran en el catálogo tle la población la justicia equitativa. En el siglo xx, el aspecto político de la ciuda-
..gor á dificultades. Si bien los efectos finales de una política danía, es decir, el derecho de los ciudadanos a participar en el ejerci-
reáistributiva suelen ser la reasignación de parte del poder so- cio del poder político, fue el que se desarrolló a medida que el dere-
; recursos materiales y culturales de los ricos a los pobres, o de
3. Como tendremos ocasión de ver más adelante, el libro de Julian Le Grand,, The Stra-
teg of Equialíty,es un ejemplo de ellos.
T. H. Marshall (19ó5).
R. Titmuss (1981).
4. T. H. Marshall (1950).
22 poI-fncA socrAl: uNA rNTRoDUccróN
¿ouÉ ES poI,fncA socrAI,? 23

cho al voto se iba extendiendo. Por último, a partir del Estado bene- los cambios en la desigualdad y las divisiones de clase y de estatus, o
factor del siglo xx, el concepto de ciudadanía se extendió hasta la es- la movilidad social. Podríamos decir que las políticas sóciales se inte-
fera de lo social y económico, reconociendo condiciones mínimas de resan en la adecuada ordenación de la red de relaciones existente en-
educación, salud, bienestar económico y seguridad, como aspectos tre los hombres y las mujeres que viven en sociedad. Finalmente, el
fundamentales para el ejercicio pleno de los derechos de los indi- an¿ílisis de los sistemas de bienestar no puede escapar a la investigación
viduos. sobre.las
Otra perspectiva en los análisis de la política social nos remite a
$u:ry* opciones de valores. La construcción de cuiiquier
modelo o la elaboración de cualquier teoría que tenga algo que ver con
las diversas concepciones existentes sobre la misma sociedad que ha- la política ha de preocuparse de modo ineütable por los-asiectos nor-
cen surgir una pluralidad de enfoques e interpretaciones sobre las po- mativos, esto es,-por ulo que es y lo que podría ser), por lo que nosotros
líticas. Por ejemplo, desde un enfoque funcional, se entiende que han de la sociedad- queremos y por la forma de alcanzarlo..
servido, en los distintos momentos históricos, para cubrir las necesi- -miembros
refelente a la política social deberíamos exponer con la mayor cla-
!119
dades que definía la lógica de la evolución del sistema capitalista. ridad posible las elecciones de valores con las qn. s" enfrentan las so-
Desde la concepción inicial de tipo caritativo-asistencial que se ubi- ciedades, ya se refieran a los accesos a la sanidád, a la protección, a la
caba en la preocupación por la asiptencia laica a los pobres y necesi- educación o a otros servicios que entrañan relaciones iociales y siste-
tados del siglo xvnr, pasando por el Estado liberal del siglo xD<, don- mas de creencias. Es preciso considerar esas políticas o servicios, no
de claramente cubre las funciones de mantenimiento del orden pú- como un sistema de bienestar simple, con un solo objetivo, sino como
blico, se llega al Estado del bienesta¡, donde toma una destacada im- un conjunto de sistemas que tienen una variedad de objetivos, algunos
portancia como una de las funciones del propio Estado para regular en armonía, otros en conflicto entre sí. De algún modo, los objetivos úl-
la economía.s Aunque debemos tener presente que cada época elabo- timos de la políüca social son la cobertura de las necesidadés v h re-
ra diversas maneras de formular un nproblema)), y por tanto, diversas ducción de las tensiones sociales. Veamos estos dos conceptos.
son las formas, también, de responder a sus interrogantes, como sín- Podemos hallar un consenso acerca de que el objeto de la políti-
tesis de las distintas corrientes, podríamos agrupar las aportaciones ca de bienestar es la satisfacción de las neceiidades ñ.tmurr"s. Aho."
sobre los objetivos de la política social, básicamente en dos grandes bien, sobre qué son y cómo se satisfacen dichas necesidades no exis-
bloques (con las consabidas posiciones intermedias): de un lado ha- te acuerdo. Las necesidades humanas responden, en cada comunidad
llamos aquellos que las definen como el conjunto de medidas que, y en cada época histórica, a un determinado nivel de desarrollo social,
afectando las estructuras de la sociedad, intentan modificar las con- esto es, a una forma peculiar de organizar la producción, a una de-
tradicciones o problemas que en ella se generan y, del otro extremo, terminada concepción de los valores y a unas formas particulares de
aquellos que interpretan los objetivos de la política social como el relación entre los indiüduos y esa comunidad. Las neiesidades son,
por tanto, un producto o resultado de la acción humana y evolucio_
conjunto de medidas que
-sin cuestionar el orden presente- inten-
tan amortiguar y hasta resolver los conflictos generados, es deci4 ayu- nan y se transforman formando parte del proceso histórico: habla-
mos, pues, de necesidades sociales.
dan a su gobernabilidad.
Aunque consideremos que las necesidades humanas son históricas
Por todo ello, está claro que una visión economicista de la políti-
(esto es, construidas socialmente), cabe pensar que pueda concebirse, a
ca social resulta a todas luces insuficiente para comprender el alcan-
su vez, la existencia de unas necesidades de naiuraleza universal. Este
ce de su complejidad. Su estudio no puede separ¿rrse del examen de
es el enfoque seguido por Len Doyal e Ian GoughT con su teoría sobre
la sociedad como un todo, un conjunto de variados aspectos cultura-
la existencia de unas necesidades humanas básicas de carácter univer-
les, económicos y políticos. El conocimiento de los cambios produci-
sal que serían la salud y la autonomía personal. Desde un punto de vis-
dos en la población presentes y también los previstos para
el futuro- constituye -pasados,
un antecedente esencial para el análisis de la
política social. Pero también aspectos como la transformación de ins- ó. No sólo es cuestión de que toda npolltica" se refiere a valores, sino que todos los que
discuten problemas de política tienen sus propios valores. Es evidente que las ciencias socia-
tituciones básicas como la familia y la posición social de las mujeres; les ---en especial la economía y la sociologá-ni están ni pueden estar libres de valores. En la
misma denominación de los temas o en la elección de las cuestiones a investigar se revela
la existencia de premisas valorativas.
5. P. P. Donati y A. Lucas (1987). 7. L. Doyal e I. Gough (1994).
¿ouÉ ES PoLfTIcA sociAl,? 25
24 POLITICA SOCIAL: UNA INTRODUCCIÓN
ciedad y obstruye las aspiraciones importantes para muchas perso-
ta operativo podríamos definir estas necesidades universales como las naso. Diremos, pues, que la política social se ocupa también de los
de subsisten"i" y, las sociedades modernas, las provocadas por la po- problemas sociales.
"tr
breza en un mundo de relatividades, las de educación o de nuevas ha-
bilidades. las de atención médica, las de vivienda, de transferencias de
renta, de estabilidad social o las de intimidad. La supewivencia física y Las distintas políticas sociales
la autonomía personal son las necesidades básicas de todo individuo en
cualquier cultura, Ias cuales deben ser satisfechas para poder participar Para el estudio de la política social se han construido diferentes
de otros objeüvos individuales y sociales. Pero estas necesi- tipologías, o taxonomías, que permiten avances en su comprensión.
"r, "lilogro
dadés b;sicas no son ún fin en sí mismo sino instrumentos de objeti- Una primera clasificación nos la aportaron en 1965 Harold L. Wi-
vos universales de participación social que permiten el desarrollo de la lensky y Charles N. Lebaux, quienes, estudiando los üstintos Estados
libertad y q,r" ,oniolaménte posibles si se dan ciertas precondiciones americanos, hablan de una evolución gradual desde un modelo de po-
sociales iulit la existencia de formas organizadas de producción, lítica social nresidual, a otro de política social oinstitucional,. Ello se-
"o-o
reproducción, sistemas de comunicación y autoridad'E ría debido a que, con el incremento de la industrialización, se reem-
Ya hemos visto en páginas antgriores cómo se han ido cubriendo plazaría el papel del Estado en el campo asistencial por un sistema
las necesidades humanas a través del proceso de modernización so- más comprehensivo de servicios universales.
cial. La industrialización ha producido, a lo largo de los últimos dos- Tomando esta tipología, Titmuss estudió la polltica social de los
cientos años, riesgos nuevos a la vida y a las posibilidades vitales de países europeos comparando, en primer luga¡, Gran Bretaña y Esta-
los trabajador"r y d" sus familias. Prácticamente, cada desarrollo in- dos Unidos. Sus análisis le llevaron a afirmar que si bien los Estados
dustrial y la mayoria de los procesos técnicos han provocado riesgos Unidos, en su mayoría, habían puesto en funcionamiento una políti-
distintos en forma de exclusiones o enfermedades. En las sociedades ca social del tipo residual, Gran Bretaña había adoptado el enfoque
de capitalismo avanzado las necesidades humanas básicas son conce- institucional, puesto que formaba parte de la nagenda política' del go-
bidas como oderechos moraleso, que al ser reconocidos como tales' bierno. Ampliando su estudio a otros países europeos encontró que
orientan las políticas sociales. no todos los países seguían dichos <modelos>: los países escandinavos
Las perstnas tienen, además de las necesidades materiales bási habrían adoptado el modelo institucional pero, en cambio, otros, en
cas, nec-esidades emocionales y culturales. Por ejemplo, un tema especial Alemania, eran países en donde la relación laboral de las per-
como el de la pobrezaplantea a quien la sufr'e, además de la falta de rorur, esto es, la ubicación de cada individuo en el mercado laboral,
recursos monetarios, un problema de marginación y de aislamiento era el criterio usado para la recepción de los servicios asistenciales, y
exclusión socialo-, lo cual incrementa el grado de desigualdad conformaban un tercer modelo que él denomina del ologro personal",
-nd.e
y potencia los problemas sociales. Vinculado al tema de las necesida- países en donde el bienestar social está vinculado a la economía y
dei humanas encontramos el concepto de problema social. El reco- áonde las onecesidades sociales están en la base del mérito, la activi-
nocimiento de la existencia de un problema social es tan üfícil de dad laboral y la productividadu.ro En síntesis,la distinción de Titmuss
precisar como la necesidad social. También los problemas sociales tie-
es la siguiente:
nen su componenre histórico. La evidencia de un problema social de-
pende de dos fuentes: de la existencia de care4cias y de la decisión del
grupo social, en el que se presente, de que dicha carencia es un pro-
a) El modelo residual. Esta formulación se basa en la premisa
de que existen dos caminos nnaturaleso (o socialmente dados) a tra-
É1.*u social. A mod-o de définiciOn, me parece oporfuno tomar la que vés de los cuales se satisfacen adecuadamente las necesidades de un
(es un
aportan Raab y Selznick,e para quienes un problema social privado y la familia. Las instituciones del bie-
indiüduo: el mercado
pioblema de las relaciones humanus que amenaza seriamente a la so- únicamente el caso de que hubie-
nestar social deberían intervenir en
ran desaparecido ambas vías, o, incluso entonces, de forma temporal.
8. G. Rodríguez Cabrero en el "Prólogoo del libro de Doyal y Gough' op' cü'
g. E. Raabl G. J. Selznick (1964), Maior social kobbms, Nueva York, Harper and
Row, l9ó4 y citado por T. B. Bottomore (198ó) en su libro Introducción a la Sociologla, Bar' 10. R. Titmuss, op. cit., P.3l'
celona, Península, p. 374.
26 pol.fTrcA socrAl: uNA rNTRoDUccróN
¿ouÉ Es PoLÍTrcA socrAl? 27

b) El modelo basado en el logro personal-resultado laboral. Este El desarrollo del trabajo social se ha producido como consecuen-
grupo asigna una función importante a las instituciones de bienestar cia de la modernización. Aunque se trata de una actividad que apare-
social como auxiliares de la economía, sosteniendo que las necesida- ce en el siglo xx, ünculada a organizaciones caritativas, su organiza-
des sociales deberían satisfacerse sobre la base del mérito, los resul- ción como actividad profesional debe asociarse a los modernos Esta-
tados alcanzados en el puesto de trabajo y la productividad. dos asistenciales. Como hemos visto anteriormente, uno de los cam-
c) El modelo institucional redistributivo. Este modelo conside- pos fundamentales de la polÍtica social modema es el campo de la
ra al bienestar social como una institución muy importante integrada asistencia social, esto es, la actividad de los gobiernos que, mediante
en la sociedad, que proporciona servicios generales fuera del merca- las políticas de servicios sociales, permiten el desarrollo del trabajo
do basándose en el principio de necesidad. Se apoya en parte en teo- social.
rÍas sobre los efectos múltiples del cambio social y el sistema econó- Los servicios sociales son aquellos servicios relacionados con la
mico, y, en parte, en el principio de la igualdad social. mediación que el Estado ejerce entre los ciudadanos y el acceso a las
oportunidades de bienestar. Encontramos dos acepciones. En sentido
Estos tres modelos de la política social constituyen, según é1, amplio se refiere a todo el conjunto de actividades y prestaciones que
aproximaciones a las teorías e ideas de economistas, filósofos. estu- comprenden los servicios de sanidad, seguridad social, educación, vi-
diosos de la ciencia política y sociólogos. La tipología de la política vienda, políticas de ocupación y los servicios sociales (en sentido es-
social de Titmuss ha venido siendo utilizada como punto de partida tricto). La acepción más reducida es la que, entre otros países, se usa
de las investigaciones hasta los años ochenta. Posteriormente, a par- en España y se refiere a la cobertura de necesidades individuales en
tir de los años noventa, el punto de referencia es la clasificación de ámbitos como la infancia, la adolescencia, la vejez, las drogodepen-
Gosta Esping-Andersen sobre los tres mundos del capitalismo del bie- dencias o las deficiencias, o a necesidades que presentan distintos co-
nestal que más adelante estudiaremos.rr lectivos como situaciones de pobreza, de marginación, problemas ét-
nicos. En este caso se usa el término oservicios personaleso para ha-
cer referencia a la primera acepción.
Trabajo social y senricios sociales

Se suele llamar ntrabajo socialu a la actividad dirigida a atender Guía bibliográftca


y cubrir las necesidades de personas, colectivos o sectores de la po-
blación que se hallan en situación de carencia. Se ocupa del bienes- Para'ampliar los aspectos contenidos en este capítulo, la obra de
tar y los intereses de las personas o grupos más vulnerables o que su- Richard Titmuss (1981) Política Social, Barcelona, Ariel, original pu-
fren desigualdades o desventajas; son m¿rrginados o rechazado. y qrr., blicado en 1974, es una excelente introducción a los distintos aspec-
a veces, pueden poner en peligro la anhelada convivencia social. Tie- tos de la política social. Para un análisis riguroso sobre las necesida-
ne, pues, una doble función: de un lado, representa un trabajo dirigi- des humanas, el libro de Len Doyal e Ian Gough (1994), Teoría de las
do a la protección de las personas más necesitadas y, del otro, se tra- necesidades humanas, Madrid, Fuhem; Icaria, permite seguir las dis-
ta de una actividad que tiende a favorecer una mejor adaptación de tintas teorías acerca de las necesidades humanas, así como la bús-
las personas, familias y gn¡pos en el medio social en el que viven tra- queda de unas posibles necesidades sociales, objetivas y universales.
tando de evita4 en lo posible, dificultades de conüvencia. Los res- Véase también Trabaiadores sociales: su papel y cometidos, National
ponsables del trabajo social deben aceptar dos hechos: 1) que las de- Institute for Social Work, Madrid, Narcea, 1995. El libro de Joáo Car-
mandas de servicio que reciben están más relacionadas con los fraca- los Espada, Derechos sociales del ciudadano, editado por Acento Edi-
sos que con los éxitos de la política social, con independencia del tipo torial, 1999, presenta un deQate sobre los derechos sociales del ciu-
de sociedad en la que trabajen, y 2) que cubren una importante fun- dadano.
ción de control social.

ll. Me refiero a la obra The Three Wortd.s of Welfare Capitalisn, publicada por Gosta
Esping-Andersen en 1990, Polity Press-Basil Blackwell.
CepÍruro 3

POLÍTICA SOCIAL Y ESTADOS DEL BIENESTAR

De la asistencia a los pobres a la legislación social

Los orígenes de la intervención social de los poderes públicos nos


remiten al conjunto de transformaciones que tuüeron lugar a partir
del final del feudalismo y los inicios del capitalismo. El florecimiento
de las ciudades, el desarrollo del comercio, el crecimiento demográfi-
co, el surgir de la burguesía y, en fin, los inicios de configuración del
Estado moderno, crearon nuevas necesidades que obligaron a replan-
tear la pobreza y la asistencia. En un mundo cambiante, campesinos
sin tierra, obreros sin oficio, soldados licenciados y mendigos por ofi-
cio se trasladan de ciudad en ciudad, huyendo del hambre y las epi-
demias, buscando su subsistencia. Ello forz6la atención de las auto-
ridades. Las calles y los caminos se vuelven inseguros. Los üejos hos-
pitales resultan insuficientes.
Con ese trasfondo va naciendo una concepción de la pobreza y la
asistencia que se caracteizará por la condena de la'mendicidad,
la obligatoriedad del trabajo para los sanos y la intewención de los po-
deres públicos. Esa concepción abre el camino hacia una progresiva
secularización de la asistencia, formulando la responsabilidad del po-
der público que plantea, de un lado, un conjunto de medidas sociales
de manera sistemática y, del otro, una política represiva de reclusión y
rehabilitación para el trabajo a través de renovados hospitales. La Ley
de Pobres ----en 1ó01- y el desarrollo de las workhouses en Inglaterra,
los Talleres Nacionales franceses o los Flospicios en Fspaña son una
muestra de las instituciones de control y adoctrinamiento que, finan-
ciadas a través de impuestos, se destinan a castigar y corregir actitu-
des rebeldes y a canalizar a los pobres hacia actividades productivas.
En el siglo xvüI, con la Ilustración, se inician importantes cambios con
relación a lo que hoy llamamos política social. El racionalismo lleva a
52 poLfTIcA socrAl: UNA rNTRoDUccróN POTiICE SOCIAL Y ESTADOS DEL BIENESTAR 53

interrogarse por las causas de la pobreza, y de ahí el conjunto de re- blicos. La respuesta consistirá en la gestión de la pobreza a través de
formas que se proyectan. Por otra parte, culmina el proceso de secu- la transformación y secularización de la caridad cristiana, que se con-
larización y de intervención del poder público que se había ido ini- vertirá, por primera vez, en beneficencia pública municipal. Unas 60
ciando en etapas anteriores. La declaración de los Derechos del Hom- ciudades europeas la pusieron en marcha en el siglo xvt.
bre de 1793 proclamaba: nla asistencia pública es un deber sagrado. En Gran Bretaña, las Leyes de Pobres2 se encargarán de fijar esta
Las sociedades tienen el deber de procurar los medios de subsistencia reforma en una ambivalente y durísima legislación que diüdió a los
a los ciudadanos menos afortunados, bien proporcionándoles un tra- pobres en dos grupos: los dignos de asistencia pública y aquellos que,
bajo, bien asegurándoles el derecho a vivir sin trabajo.u válidos para el trabajo, había que obligar a trabajar bajo severos cas-
Históricamente ha prevalecido la explicación de la pobreza como tigos o confinándolos en las Worlchouses o casas de trabajo. Se trata
fenómeno natural, de responsabilidad individual y fruto de una so- de gestionar la pobreza, convirtiéndola en mano de obra barata, así
ciedad de escasez. Se calcula que entre los siglos x al xu habÍa un como de hacer frente a las'crisis agrarias, las hambres y las revueltas
40 o/o de la población en situación de pobreza, sin bienes para mante- y permitir que la revolución industrial pudiera llevarse a cabo sin ex-
ner una familia. La pobreza extrema era un tema significativo. Entre cesivas emigraciones a las ciudades. La ley del Parlamento de Speen-
un l0 y un 20 o/o de la población üvía de las limosnas. El empobreci- hamland de 1795 reconoce a todo hombre el derecho a un mínimo de
miento relativo de amplias capas de la población estuvo vinculado a subsistencia: si éste no puede ganar más que una parte con su traba-
la primera acumulación de capital, la del capitalismo comercial del si- jo, la sociedad debe proporcionarle el complemento necesario. En
glo nn. En el período comprendido entre los siglos xu y xw se esti-
España, en el siglo xrfifl, el mundo de la pobreza y su asistencia es ob-
ma que, en Francia, un quinto de la población vivía de la asistencia jeto de especial interés por los gobiernos ilustrados. Nacen los Hospi-
pública y privada y que a finales del xvuI llegaba a un 40 o/o del pro-
cios y Casas de Corrección como instituciones de represión de aque-
letariado francés.r La pobreza de los trabajadores es difícilmente dis-
llos que vagaban por las calles sin trabajar. El hospicio, aunque pre-
cutible, hasta el punto que Ia elite francesa equiparaba el trabajo asa-
tende ser un espacio de asistencia, se trata más bien de un castigo y
lariado con pobreza, estando los asalariados exentos de impuestos a
se asocia a la prisión. Junto a los hospicios, que son una clara insti-
causa de la misma. Debajo de estas cifras hay, a lo largo de la histo-
tución penal, existen los hospitales como centros de asistencia para
ria, una segmentación de la población en dos grupos separados por la
distribución de la riqueza y el pode¡, independientemente de épocas tratar aquellos enfermos pobres, no integrados en la sociedad y que,
por tanto, no pueden ser atendidos a domicilio.
de crisis o de crecimiento. En los siglos de crisis, los señores impiden
a los campesinos sin tierra el acceso a las tierras comunales. En los Con la llegada de la primera revolución industrial, a finales del si-
glo nrm y comienzos del lo<, hubo que gestionar el mercado de traba-
siglos de expansión, las transformaciones agrarias vuelven a segmen-
jo del proletariado de las fábricas, lo cual se llevó a cabo a través de las
tar la población y permiten a los Estados disponer de un volumen im-
portante de mano de obra barata. Leyes de Fábricas y, sobre todo, con los primeros seguros sociales, que
Los grupos sociales bien situados y las políticas económicas de nacerán de la m-ano del canciller Bismarck con los objetivos políticos
las monarquías que los apoyan favorecerán la dualizacion social. Las de debütar y dominar el Parlamento y el partido socialdemocrata ale-
enclosures o cercamientos de grandes parcelas de tierra para el gana- man. El sistema de mercado autorregulado provoca tales tensiones que
do en Inglaterra o el sistema de aparcería en Francia al impulsa üferentes dispositivos para corregir las consecuencias de su
jornalero los medios para su trabajo y exigiéndole la mitad-aportando
de su pro- funcionamiento. Karl Polanyi3 lo expresa del siguiente modo: (proteger
ducción- o la Mesta en España que apoya a los grandes ganaderos, al hombre, a la naturalezay ala organización de la producción era in-
todo ello provocará el empobrecimiento de la gran masa de campesi- tewenir en los mercados del trabajo y de la tierra, así como en el modo
nos, que será expulsada de la tierra, invadiendo las ciudades en bus- de intercambio, el dinero, y, por tanto, comprometer ipso facto la auto-
ca de trabajo o limosna. Será así como las ciudades europeas sufrirán
un nuevo problema social que deberá ser atendido por los poderes pú- 2. Se trata del Estatuto de ló01 (Old Poor Law) y las que se establecen sucesivamente
en 1ó02 y 1782, donde se establecen tres tipos de inügentes: los válidos, los inválidos y los ni-
ños. Las dos últimas categorías eran ayudadas por la organización parroquial (municipios) y
1. Cifras aportada" por Peter Baldün (1990) en su trabajo Ia política de solilarftlad, para el trabajo de los nválidos, se crearon lasWorkhouses.
Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. 3. K. Polanyi, op. cit., pp.333-350.
54 pol.fncA socrAl: uNA rNrRoDUccróN porfrrc.c socrAl y ESTA_Dos DEL BTENESTAR 55

rregulación del sistema. pendencia de la asistencia social y los salarios. Dentro de la rubrica del
Y dado que el objetivo de la intervención era
restaurar la vida de los hombres y su entorno, darles una cierta seguri- Estado liberal, la caridad era, y sigue siendo, el vehículo primario de
dad a sus estilos de üda, dicha intervención tendía necesariamenre a asistencia social y protección social; pero incluso así, hubo importan-
reducir la flexibilidad de los salarios y la movilidad del trabajo, a pro- tes diferencias según los países en las iniciativas adoptadas por los em-
porcionar estabilidad a los ingresos, continuidad a la producción, i fa- presarios, la organización de la beneficencia y, por supuesto, de las
vorecer la regulación pública de los recursos naturales y la gestión de ünculaciones entre las elites religiosas y económicas y el propio go-
las monedas para evitar cambios inquietantes en el nivel di los pre- bierno. Desde mediados del siglo xD(, por lo menos, la fórmula liberal
cioso. fui, y con la constitución alemana de l87l --cn la que se esta- para la asistencia social había dejado ya de ser adecuada, y a medida
blece una monarquía constitucional sin poder de control sobre el go- que fue transcurriendo el tiempo dejó de ser políticamente aceptable.
bierno-, se empiezan a dictar las primeras medidas de reformas so- La democracia puede ser definida, entre otras formas, como un
ciales, la denominada nlegislación Social de Bismarcko, desarrollada a modo de üda que exige hacer frente a unos dilemas morales. Así era
lo largo del decenio de los ochenta. En 1883 se aprueba la ley sobre el a finales del siglo xD(, cuando cada democracia inició una búsqueda de
seguro de enfermedad, que se hace obligatorio para los obreros de la nuevos valores que pudieran armonizarse con sus tradiciones demo-
industria con una renta anual inferior a una determinada cantidad. Las cráticas. Por supuesto, hay una similaridad funcional superficial en las
cotizaciones procedían tanto de ios obreros como de los empleadores, transformaciones de las políticas en la medida en que la acción gu-
aunque estos ultimos sólo aportaban un tercio del total; en 1gg4 se pro- bernamental se fue desplazando de la asistencia a los pobres a la ayu-
mulga la ley sobre los accidentes de trabajo que obligaba a los patronos da a los desempleados y, por último, a una concepción más amplia del
a cotizar a cajas corporativas para cubrir situaciones de invalidez como mantenimiento de rentas. En sentido general, todas las democracias se
resultado de accidentes de trabajo. t finalmente, en 1889 se aprueba la encaminaban hacia el Estado del bienestar al alborear el siglo >o< y a lo
ley que establece el primer sistema de pensiones de jubilación. largo del tiempo, cada una de ellas ha utilizado métodos distintos para
En los distintos países industrializados se van extendiendo las introducir los objetivos de igualdad y de justicia social en sus estruc-
ideas de una necesaria intervención estatal en el campo sociar. con- turas institucionales y políticas. No existió nunca una concepción uni-
gresos internacionales específicos como la conferencia de Berlín de taria de cómo conseguir realizar justicia social y tampoco el Estado
1890 o congresos sobre los seguros de accidente y seguros sociales del bienestar no fue únicamente un producto de las fuerzas del mer-
son algunos de los testimonios del auge que va tomando la discusión cado. Es probable que el Estado protector no deba su existencia al he-
sobre el intervencionismo del Estado. También desde la Iglesia católi- cho de haber sido impulsado, ni al de haber sido arrastrado por unas
ca se proclaman ideas en el mismo sentido. La encícüta del papa fuerzas económicas y sociales inexorables, sino que parece más bien
León XIII, la Rerum Novarum de 1891, es una muestra más de que en ser el resultado de la búsqueda institucionalizada, de la experimenta-
la propuesta de una reforma social convergían instancias de diieren- ción y de la acumulación de acontecimientos en el marco democráti-
tes ideologías. La Rerum Novarum propugnaba una actuación social co de cada uno de los países.a Desde una perspectiva histórica, el mo-
tripartita entre Iglesias, Estado y los grupos sociales interesados. Re- mento en que las grandes cuestiones sociales son abordadas por el go-
conocía explícitamente la legítima intervención del Estado por medio bierno tiene una gran importancia. La relevancia política de las políti-
de leyes protectoras tutelares, junto a aportaciones de la Iglesia en el cas económicas o sociales no está nunca totalmente determinada ni
terreno doctrinal y un modelo mixto de acción social. podemos afir- por las necesidades ni por la demanda. Desde una perspectiva institu-
mar que, a finales del xx, la Iglesia católica modifica su estrategia v cional, el conflicto no clarificado tiene una gran importancia porque
apoya la democracia, dando paso al <catolicismo socialo. refleja las circunstancias políticas del momento. Tanto en un sentido
político amplio como en el de la elaboración de las diversas políticas
sectoriales, no puede decirse que haya habido nunca objetivos fijos. Si
Política social y Estados del bienestar
4. É,ste es el enfoque que se ha seguido en el primer capítulo. Para un análisis sobre el
Las políticas sociales han ido evolucionando desde las formas de desarrollo de los Estados del bienestar en Europa, en especial en Francia, Gran Bretaña y Ale-
asistencia caritativa o benéfica propias de los inicios del xx hacia una mania, véanse las aportaciones de Douglas Ashford 1980, The Emergence of the Welfare
preocupación central por el desempleo y, por último, hacia la interde- Sfafes, Oxford, Basil Blackwell. ".t
5ó pol.fficA socIAL: UNA INTRoDUccIóN poI.fTrcA socIAL y EsrADos DEL BIENESTAR 57

hubieran existido tales rigideces no habría sido posible el despliegue que reflejaba a, nivel institucional, la preocupación por la ncuestión so-
de las capacidades institucionales y de decisión que se produjo con la cial,. Según este pensamiento, la libertad, que constituye, junto con la
aparición del Estado del bienestar. Pero, también, el Estado del bie- razón, el núcleo fundamental que define los elementos componentes
nestar moderno es, en parte, un resultado de la manera en que las del espíritu humano, la dignidad del hombre, se manifiesta muy pri-
ideas políticas pas¿ron los filtros de la oportunidad y de la posibilidad mariamente como libertad de conciencia, libertad religiosa, pero tam-
política en las diversas democracias. Aunque se trata de un factor casi bién enseguida, inseparablemente, como libertad o libertades de ca-
siempre descuidado en la mayor parte de las explicaciones socioeco- racter político, intelectual, social y económico.ó El pensamiento krau-
nómicas, la traducción de las ideas al ámbito político ha tenido una sista aparece coherentemente en esta perspectiva como filosofía políti-
gran influencia sobre el Estado del bienestar contemporáneo. En los ca de carácter eminentemente liberal. Los krausistas abogaban por la
inicios del siglo )o(, los cambios polÍticos y las nuevas ideas confluye- consolidación de amortiguadores institucionales que sirvieran de aco-
ron por diversos caminos y perfilaron el Estado asistencial,'no pocas modo e interrelación entre las esferas individual y estatal.
veces por influencia de un número sorprendentemente escaso de per- Algunas instituciones contribuyen a poner de manifiesto un con-
sonas dotadas de imaginación y üsión de futuro. El avance del cono- junto de pautas reguladoras de la acción en los gobiernos democráti-
cimiento sobre los problemas sociales que se consiguió a finales del si- cos. En realidad, no debe esperarse encontrar modelos similares de
glo xx es quizá el elemento explicativo más importante. respuesta, formulación y ejecución en los diferentes sectores de la
Alemania mantuvo üva la tradición de la economía institucional vida política. La polÍtica social no es más que uno de los ¡ímbitos de
iniciada por Lorenz von Stein, que consideraba que la industrializa- las transformaciones que se registraron en las democraciasT y en los
ción sin freno constituía una arnenaza para los valores sociales y fami- que se revela la presencia de limitaciones institucionales. El desarro-
liares. Sus ideas fueron integradas posteriormente y siwieron de base llo de los Estados del bienestar fue un acto eminentemente político,
a un modelo de elaboración de la política social que contribuye a ex- aunque muchas de sus consecuencias políticas fueron imprevisibles.
plicar la originalidad de la política social alemana en la segunda mitad Los Estados del bienestar han seguido diferentes caminos porque las
del siglo ruc A finales de siglo, en Gran Bretaña, la Sociedad de Orga- democracias no tenían unas perspectivas y unos objetivos bien deli-
nización de la Caridad (Charity Organization Society) se opuso a todos mitados. En este aspecto, en un contexto democrático, la elaboración
los proyectos de pensiones presentados en los años ochenta y noventa, de la política referida a los problemas sociales no se diferencia de la
pero concentró sus ataques contra las Leyes de Pobres. En realidad, su polÍtica en relación con cualquier otro objetivo. Cada democracia
visión de estas ultimas era bastante razonable: la asistencia social, sin construyó sus propios conceptos y puso en práctica formas diversas
la atención individualizada que ayuda a las víctimas de la pobreza a para reconciliar los objetivos abstractos de lajusticia y la igualdad so-
volver a una vida normal y productiva, suele conducir al fracaso. Estas cial con el sistema democrático. Aun así, las tendencias de los cam-
objeciones no implicaban una negativa a que se les prestara asistencia, bios siguieron la misma senda y comportaron las mismas transfor-
sino más bien el que ésta debía ir unida a una viüenda digtt , la aten- maciones.
ción a la famüa y la salud. En Francia, Frédéric Le Play fue quien lo- Al aplicar los instrumentos de cobertura social a un número cada
gró formular con mayor precisión los principios del pensamiento so- vez mayor de ciudadanos, y a una variedad de riesgos y desgracias, el
cial católico liberal. Para los católicos liberales, la armonía social era Estado del bienestar moderno desarrolló decisivamente en la socie-
un factor análogo a la solidaridad social en la izquierda. En Alemania, dad la capacidad de tratar a todos sus miembros de manera igualita-
Karl Christian Friedrich Kraus, entre otros pensadores liberales, abo- ria. Sin embargo, lo hizo, no tanto redistribuyendo la riqueza, sino
gaba por el establecimiento de estructuras intermedias corporativistas más bien los costes del riesgo y el infortunio. Los seguros traducen
a fin de cohesionar el cuerpo social. Elkrausismo influyó en España en los efectos del destino, la suerte y las circunstancias sociales diabóli-
Ias medidas de la Comisión de Reformas Sociales,s creada en 1883, y cas al denominador común del dinero, prestaciones y seruicios, para
redistribuirlos después de manera que los damnificados no soporten
más de la carga media y los no afectados asuman su parte de respon-
5. Como se verá más adelante, la Comisión de Reformas Sociales fue el embrión del
Instituto de Reformas Sociales, creado en 1903 y fue el impulsor de las primeras leyes socia-
les de finales del xx y comienzos del xx. Su influencia también repercutió en el Instituto Li ó. Elías Díaz, La filosofía soci.al del krausismo español, Mad¡id, Edicusa, 1973, p. 59'
bre de Enseñanza fundado por Francisco Giner de los Ríos en 187ó. 7. Véase el capítulo anterior.
58 poI.fTrcA socrAl: uNA TNTRoDUccIóN porlnce socIAL y ESTADoS DEL BTENESTAR 59

sabilidad por acontecimientos que no incidieron en ellos directamen- lace de esta contienda dicotómica en torno a la redistribución depen-
te. En cuanto se comparten los riesgos, el individuo ya no afronta la día de las respectivas fuerzas de estos actores polarizados: una bur-
incertidumbre solo, sino como parte de un grupo mrás amplio. La no- guesía fuerte y con confianza en sí misma era capaz de repeler las
vedad que la seguridad social incorporó consistió en exiender ambiciones de quienes presionaban hacia una reforma solidaria. De
esre
modo de enfrentarse colectivamente al riesgo de un pequeño círculo, modo inverso, un movimiento obrero suficientemente poderoso podía
a veces seleccionado según conveniencia, a veces atandonado a su superar tales obstáculos.
propia suerte, a un grupo mucho mayor Si realizamos un examen más riguroso, estas simples antinomias
la sociedad
en su totalidad- e incluso, por medio de-posiblemente
las transferencias interge- sólo parecen haberse dado parcialmente. Aunque se entrecruzan y a
neracionales, a los que aún no han nacido. La redistribución del in- menudo coinciden, los actores que combaten en torno a la política so-
fortunio no se realizó privadamente, sino por la sociedad cial y las clases sociales en un sentido más general son, de hecho, dos
,r.,
todo y de acuerdo con- niveles de igualdad comúnmente aceptados. "o.o entidades distintas. Como consecuencia de la redistribución secunda-
Preocupaciones que habían sido individuales pasaron a ser póliti"*. ria llevada a cabo por los seguros sociales que redistribuye el coste del
Lo que sucedÍa en caso de enfermedad, invaháez,vejez, desámpleo o infortunio según criterios actuariales,e udichos actores han sido, en
paternidad era ahora decidido según los criterios de justicia acorda- primer luga¡, y sobre todo, categorías de riesgo que pueden traducir-
dos. como productores y miembros de distintas clasei los indiüduos se, sólo indirectamente y de manera diversa, a las definiciones usua-
seguían siendo tratados desigualmente por el mercado y las jerarquías les de clase y grupo social. Las categorías de riesgoro son actores a los
hereditarias. Pero como criaturas al riesgo, estaban en po- que se identifica y atribuyen unos intereses comunes respecto a
sición de igualdad. "*p.tistus los medios de seguridad,
En el interior de la seguridad social la redistribución no tiene lu-
-buir La seguridad social suministró los instrumentos con que redistri-
y moderar los efectos producidos por los desastres tanto narura- gar verticalmente entre clases o estratos de ingreso la bur-
les como causados por la mano del hómbre. Er hecho característico
-entre
guesía y la clase trabajadora, entre los acomodados y los desposeí-
de los Estados del bienestar más desarrollados, consistente en com- dos-, sino horizontalmente a lo largo de la vida del individuo y en
partir de fgrma global todo- tipo de riesgos, hizo posible la igualdad todo momento en sentido cruzado entre categorías de riesgo (del sano
se ha visto-, no sólo en el sentido formal de los dereihos cí- al enfermo, del joven al viejo, del activo al inválido, del empleado al
-como
vicos y políticos, sino también en los términos prácticos de un míni- desempleado) que sólo parcial y secundariamente se solapan con gru-
mo de protección común. Aun_que tal aproxima"iott iguulituria era po- pos sociales definidos en otros términos. Si traducimos a términos so-
tencialmente inherente a la función de reasignacion del infortunio ciales más concretos las abstractas categorías de riesgo que la lógica
propia de-toda política social, de hecho, estabá muy lejos de ser rea- actuarial de la seguridad social identifica como actores, entonces el
lizada en la práctica. ejemplo clásico de nclase necesitadao ha sido el proletariado indus-
Para Peter Baldwin, los_ temas implicados en una reforma de po- trial. El proletariado ha sido el grupo óon un interés más urgente en
lítica social que va más allá de los mínimos polÍtica y la redistribución, no solamente por estar especialmente asociado con
mente funcionales atañen, de hecho, <más a ra naturdéza".orró-i"u-
de los ac- las extravagancias de las economías y tecnologías modernas, sino
tores que hay tras esos cambios, que a sus motivos. Los análisis que también porque su baja remuneración les hacía incapaces de poder
presentan a los poderosos equilibrando su statu quo, haciendo
con-
cesiones de política social, o a los desposeídos arráncando a los favo- 9. Hay dos formas de redistribución de los seguros o pensiones: la oactuarial, o de re-
recidos ventajas en forma de generosas prestaciones sociales asumen parto y la de ncapitalización'. En la de reparto, la carga de financiar las pensiones recae entre
la presencia de clases que actúan los trabajadores activos, con lo que se puede afirmar que se produce una transferencia inter-
u"tores coherentes una generacional a través de la cual la población activa financia las pensiones de los jubilados. En
"o*o a las demandas que-bien
burguesía unificada que trata de resistir rour" ru, el sistema de capitalización, se trata de un ahorro individual para el futuro, a partir de con-
recursos se hace, o bien un proletariado dispuesto a obteier una com- tribuciones regulares que se invierten en activos financieros y cuya rentabilidad reüerte en be-
pensación forzando a los privilegiados a desprende¡5s_¡.8 El neficio del titular de cada plan de pensiones.
desen_ 10. Merece la pena destacar que, en cada momento histórico, lo que se considera un in-
fortunio o riesgo que es preciso combatir es fruto de una construcción sociai a partir de datos
8. P. Baldwin, op. cit., p. SO. objetivos, como se señaló en el primer capítulo.
ó0 poI,fTrcA socrAl: UNA rNTRoDUccróN poLfTIcA socIAL y ESTADos DEL BIENESTAR 61'

afrontar los riesgos sin recibir ayuda. Las comunidades de riesgo ne- Las medidas tradicionales de asistencia pública para aliviar la pobre-
cesitadas han perseguido una redistribución de las cargas, mientras za constituían políticas sociales que reasignaban obviamente los cos-
que las acomodadas se han resistido. Las luchas entre estos dos gru- tes en sentido descendente a lo largo de la escala social. El rico en-
pos, las disputas políticas sobre cómo üseñar la reforma para la se- tregaba por medio de impuestos una fracción de sus recursos para
guridad social, ha determinado de modo significativo la naturaleza de aliviar un problema general. El solo hecho de regular la definición de
la política social. lo que constituía pobreza permitió que dichas soluciones bastasen,
Las características <necesitados, y hasta que la necesidad social creció y hasta que la base política y fis-
"socialmente desfavorecidosu,
tal y como quedan definidas a propósito de los seguros sociales, deli- cal se amplió incluyendo grupos intermedios. Una vez que la expan-
mitan grupos que han variado según naciones y períodos históricos. sión de las capas medias de la sociedad atemperó los extremos, la na-
Los grupos más severamente afectados por riesgos mayores de los turaleza de la política social hubo de cambiar. Ciertas medidas resi
que eran capaces de afrontar sin ayuda han sido con frecuencia, pero duales de redistribución vertical para aliüar los riesgos más severos,
no invariablemente, el proletariado o los pobres. La protección con- las necesidades más acuciantes, pudieron continual y de hecho con-
tra el riesgo ha sido más universalmente deseada que la redistribu- tinuaron, como antes. Sin embargo, a medida que la política social se
ción de los recursos. La evolución económica y demográfica ha alte- hizo más extensiva, inclusiva o generosa, dejó de redistribuir recursos
rado continuamente la posición.de los distintos grupos respecto de las de arriba abajo y se limitó progresivamente al interior de un amplio
ganancias o pérdidas derivadas de la redistribución del riesgo. Por grupo intermedio que, al hacerse más poderoso, fue influyendo sobre
eso, en ciertas circunstancias, el desplazamiento de los efectos del in- el curso de la redistribución. En los países donde la intervención es-
fortunio a que dio lugar el Estado del bienestar ha sido impulsado por tatal fue aceptada como nonnal y deseable, el Estado fue asumiendo
grupos sociales que, si bien estaban sujetos a determinados riesgos y como una de sus principales tareas la preocupación de la clase media
eran por tanto necesitados, no eran por lo demás o no habían sido por sí misma.
siempre, económicamente desfavorecidos. De igual modo, clases an- El consenso que se forjó en torno a la política estatal de bienes-
teriormente necesitadas han perdido sus intereses solidarios una vez tar durante los años inmediatamente posteriores a la guerra mundial
que la prosperidad, la bonanza demográfica o el funcionamiento del puede ser entendido como el resultado de un sentido de solidaridad
cálculo redistributivo de la seguridad social amenazaba con conver- social intensificado por la creencia de que entre riesgo y clase existe
tirlos en perdedores de la redistribución. Como las clases y las cate- sólo una correlación parcial, de que todos pueden potencialmente be-
gorías de riesgo están en este sentido üslocadas, han llegado a nego- neficiarse de la redistribución y que incluso la burguesía tiene mucho
ciarse, respecto a la reasignación, coaliciones de intereses mucho más que ganar en un Estado del bienestar correctamente ingeniado. El in-
complejas y socialmente variadasrr que la típica aproximación binaria terés de las clases medias en los esfuerzos del Estado resulta perfec-
a las disputas sobre política social: proletariado contra burguesía, po- tamente obvio. Las políticas solidarias han pasado a ser legítimas, no
bres contra ricos. Por igual motivo, la transmisión de los intereses so- controvertidas y aceptadas sólo en la medida en que se las ha.consi-
bre el bienestar al nivel político contra derecha- ha sido derado un derecho envez de un acto de caridad o altruismo. Este es
-izquierda
considerablemente menos nítido de lo que frecuentemente se ha el concepto de ciudadanía social. En términos de cálculos de riesgo y
asumido. fortuna, la seguridad social trata a todos de forma equivalente, sin te-
La seguridad social redistribuye directamente en términos de ner en cuenta la suerte, el destino, los genes o la posición. Los efec-
riesgo. Los necesitados buscan solidaridad y los autosuficientes tratan tos de la incertidumbre son esparcidos equilibradamente a lo largo y
de evitar cargas extras. Así, las luchas en torno al Estado del bienes- ancho de un fondo de igualación global.
tar no siempre han seguido los mismos esquemÍrs sino que han ido ¿Cómo se llevó a cabo esta transición entre solidaridad y justicia?
produciendó una gama mucho más amplia. En sociedades muy es- La reforma solidaria surgió de la interacción entre la evolución social
tratificadas, con valores extremos de riqueza y pobreza, cualquier re- y el funcionamiento del sistema de bienestar. La conversión de la so-
distribución maniobra necesariamente entre los ricos y los pobres. lidaridad en un derecho ha permitido que las clases medias lo incor-
poraran como uno más de los suyos y al mismo tiempo, las medidas
I l. Fenómeno explicado por la rTeoría de la sociedad corporativa,, analizado en el ca-
que sólo conciernen a los desposeídos y desfavorecidos raramente
pítulo 4. han ido más allá de una caridad institucionalizada, sujeta a los capri-
62 poI.fTrcA socrAl: uNA TNTRoDUccIóN

chos de la fluctuación económica y a ra oportunidad política.


roúnct socrAl y ESTADos DEL BTENESTAR 63
como
señala Baldwin, <el secreto del éxilo de loi Estados dÉl las relaciones Estado-mercado que provocó que durante casi tres de-
bienestar es_
candinavos radicó en su capacidad para proveer a las
tan eficazmente como a los trabajad-ores.-En Gran Bretana,
clases medias cenios
-de los cuarenta a los setenta- se consolidase una etapa de
gran prosperidad. Las economías nacionales de la posguerra se ca-
planteamiento universalista e iguaritario de ru poiiii* "irr"uo
,*i"i á" n*"- racterizan por una expansión económica sostenida sin precedentes a
ridge descansaba en su.atractivó para las clases lo largo de todo el período, expansión que lleva consigo el desarrollo
ur-
teriormente excluidas de las ayudas estatales. En""i.¿.p."¿i"il"r,
Franóia y Á"*uriu, de la gran industria que consolida el fordismo como forma de orga-
la reforma solidaria posterior a la guerra fue un fr;;;:;;;rq"" nización del trabajo posibilitando la consecución de los objetivos de
nazaba a los afortunados con la reáistribución, y en "-.-
los unli-r",..rru pleno empleo (masculino). Simultáneamente se van expandiendo los
tuvo éxito porque el desarrollo que había tenido iugar permitió presupuestos de los Estados con el incremento constante de la parti-
a mu-
chos miembros de las clases darse cuenta i" qü" pááiu'trur-
ladar sus cÍrrgas a otros)).I2
-"ái"s da correspondiente a los gastos sociales.
Me interesa destacar los Estados del bienestar como una cons-
Debo recordar -{omo se ha dicho en capíturos anteriores- trucción institucional histórica. Su consolidación fue fruto de una
que
no_toda polÍtica social ha sido solidaria. La versión ae
h seguriáad so- fórmula
-socialdemócrata
o reformista- según la cual se podían al-
cial de Bismarck, contributiva, relacionada con los i"gr.r8r-vlociul- canzar los objetivos de una sociedad justa a partir de una interven-
mente individualizada, representába, no sólo en los finIs politicá, ción pública en el marco de un capitalismo en evolución. Los Estados
que
se proponÍa, sino en su propio diseño y formulación, del bienestar han sido un elemento integral de las sociedades y esta-
unintento con-
servador. Por el contrario, los Estados áel bienestar escandiruuor, blecieron lazos orgánicos con la producción, la reproducción y el con-
bu-
sados en un planteamiento fiscal igualitario sumo. Han sidó un elemento esencial para el denominado modelo for-
v
"ni*uiirü,-pur""iu"
reflejar sus orígenes ligados a los áerechos rldistributiuo,
iálo, a"- dista dc producción industrial. El crecimiento económico estaba sus-
safortunados, por citar dos nmodelosD como ejemplo. tentado por el consumo de masas de determinados productos. Su pro-
ducción seguía una organización del trabaio basada en la utilización
masiva del factor trabajo. Se requerÍan muchas personas trabajando
La evolución del Estado asistencial en las cadenas de producción. Los Estados del bienestar posibiütan,
en aquellos momentos, que se consuma todo aquello que se produce,
. Aunque no debemos olvidar los cambios que representaron, en
los años treinta, el New Deal del presidente Roosevert en Estados
cerrando el ciclo de trabajo-producción-consumo y reinversión. Otro
aspecto importante a señalar es que los programas de los Estados
unidos, o en suecia los acue¡dos de salts;rrbaden, no truriu asistenciales promovÍan el estilo de vida del trabajador prototipo con
despues
"t
de la segunda guerra mundial que las pórti"", económicas
de inter- las compensaciones y garantías para sustentar la reproducción de la
vención masiva se convierten en factór estructural a.l familia nuclear tradicional.
"apiiulir-o
avanzado, con lo cual situamos en este momento los inicios'Jei-r,r.- Pero la organización del Estado, a finales de los setenta, no res-
vo orden social basado en el pleno empreo y el derecho-u
i"lror""- ponde ni a las necesidades de la población ni a las necesidades del ca-
{On s9g!al.-que denomin¿rmos Estadoi del bienestar. Como?n¿u pital. Comienza un proceso en el que el Estado del bienestar es cues-
Claus Offe,t3 uel orden social, económico y político uaopuáo tionado desde las distintas o¡rciones, dando paso a lo que muchos de-
ul nrr¡
de los años cuarenta y principios de los lincuenta se üasaba
.r,.r' nominaron ocrisis del Estado del bienestaro, afirmación vez
consenso extremadamente amplio sobre el Estado del
bienestar libe- cuestionable- que tendremos ocasión de examinar más -tal adelante.
rf {9-mogratico, que no consiguió cuestionar ninguna fuerza política Pese a ello, no hay dudas que a finales de los años setenta el Estado
significativa ni de la derecha ni de la izquierda,. del bienestar se encuentra en una situación de convulsión que de-
La construcción del Estado asistencüI, en la Europa de la semboca en el nuevo decenio con débiles propuestas de modificación
segun-
da posguerra mundial, supuso una rearticuracion áe de algunos aspectos y algunas transformaciones que, como veremos,
é"" áü""i= a.
podrían ser más importantes. Los rasgos característicos de lo que se
12. P. Baldwin, op. cit., p.61. ha venido llamando ncrisis de los Estados de bienestaru son: un de-
13. C. offe (1992). sempleo masivo, un cambio perceptible en las formas de producción
y de consumo, un dualismo social cadavez más acentuado, una polí-
64 poI.lTrcA socrAl: UNA rNTRoDUccróN POLfNCA SOCIAL Y ESTADOS DEL BIENESTAR 65

tica económica enmarcada en lo que se ha venido denominando re- Esta organización, a fines de los setenta, no responde -para algunos
volución conservadora, y una creencia generalizada en la falta de al- autores- ni a las necesidades de la población ni a las necesidades del
ternativas, esto es, el triunfo total de la idea de lo uinevitableu.la gs- capital. Se inicia un proceso en el que el Estado del bienestar es cues-
gún los análisis de David Anisi, aquello que entró en crisis tionado desde distintos ángulos y que da pie a lo que ha venido en lla-
-y ahora
se espera recuperar- no fue más que el capitalismo, al encontrarse marse ncrisis de los Estados del bienestarr. De un lado, el papel legi-
con el auge sin precedentes de su gran y poderoso enemigo: la demo- timador del consumo, o lo que es lo mismo, el pacto social entre ca-
cracia, y empieza a recuperarse al haber hecho retroceder a ésta sus- pital y trabajo no hace posible la plena ocupación. Del otro, la crisis
tituyéndola por un (novedoso> auge del mercado.rs La crisis del 73 económica aumenta las demandas sociales. Son necesarias más pres-
fue una crisis de funcionamiento del modelo político-económico del taciones y serwicios sociales que, siendo diffciles de atende4 plantean
capitalismo. En el aspecto político, fue el resultado de la confronta- problemas de legitimación a la intervención de los Estados protecto-
ción del capitalismo con la democracia corporativa; en el económico res. Se cuestionan las bases mismas del Estado del bienestar.
se originó en una discusión distributiva y terminó planteándose como Se produce una crisis económica que tiene una importante re-
una crisis de superproducción. percusión en el mundo de las ideas, en el pensamiento. En un mo-
mento de desconcierto y de pérdida de la eficacia de las políticas, el
neoliberalismo ha hallado una grieta por donde poder divulgar y con-
La gobernabilidad de las sociedades modernas
solidar sus propuestas: es necesario que los Estados dejen de interve-
nir en la economía; hace falta reducir el peso del sector público en la
Durante más de treinta años, entre mediados de los cuarenta y
actividad económica. La intervención estatal ha perdido aquello que
mediados de los setenta, los Estados del bienestar fueron cubriendo
Ia justificaba: su eficiencia económica y la búsqueda de la igualdad
el doble objetivo que los caracteriza: el de garantizar, de un lado, la
estabilidad y el crecimiento económico y, del otro, unos niveles de social. La crítica conservadora de los Estados del bienestar ha afecta-
protección a toda la población. Este proceso evolutivo autosostenido do, indiscutiblemente, la confianza en su continuidad. Podríamos de-
se rompe con la recesión económica que desencadenó la ncrisis del cir que la sociedad se ha hecho eco de esta crÍtica. Han aparecido
petróleo> de 1973. La subida de los precios del petróleo, fruto de la nvientos privatizadoresuló como una forma de expresión de una cier-
presión de los países de la OPEP ftente al mundo industrializado de ta reacción antiestatista que expresa el descontento. Unas ciertas hi-
Occidente, hace entrar la dinámica capitalista en una nueva crisis. pótesis, colectivamente asumidas, que años atrás nadie discutía
Debido a la estructura oligopolista de los mercados ---€sto es, a la ---{omo que la proüsión pública de servicios sociales es potencial-
nueva distribución del poder económico y social-, y a la intervención mente más igualitaria que la realizada por el sector privado- han ido
estatal en ellos, a diferencia de crisis ecdnómicas anteriores, los pre- perdiendo terreno. Pero antes de analizar la situación de los Estados
cios, en lugar de bajar, siguen aumentando y se inicia un peíodo de del bienestar en los noventa, veamos los principales problemas que su
inflación y paro generalizado --estan-flaciúe-, dos fenómenos que desarrollo fue produciendo.
hasta entonces habían sido alternativos. Es difícil responder a la cuestión de si la intervención de los Es-
La falta de expectativas de ganancias reduce la inversión. La fal- tados ha sido positiva o negativa. Existen problemas metodológicos
ta de trabajo y la disminución de beneficios que ello comporta redu- para la investigación, en especial en la obtención de datos sobre los
cen los ingresos públicos que se recaudan por la vía del sistema tri- impactos producidos, pero también hay dificultades en cuanto a los
butario. Ello se da, simultáneamente, al incremento de las necesida- conceptos o definiciones. La política social está cargada de ideología,
des de la población que deben atenderse como consecuencia del paro con 1o cual la valoración sobre sus resultados se verá influida por las
y la precariedad laboral que esta situación de estancamiento provoca.
referencias normativas del investigador. Hay tres áreas de discusión:
Dos fenómenos que se condicionan mutuamente y que dibujan un
a) acerca del impacto global de los programas sociales sobre el nivel
problemático panorama para mantener los Estados del bienestar.
de bienestar de los indiüduos; b) acerca del impacto de los programas

14. D. Anisi (1988), pp. 40-al.


15. Ibídem, p. 140. ló. En expresión de Gregorio Rodríguez Cabrero.
ffit
Sffi:"1
i.i: t-:_ 66 PoLfTIcA SocIAL: UNA INTRoDUCCIÓN poI,lTrcA socrAl y ESTADoS DEL BTENEsTAR 67
a-...:
sociales gubernamentales sobre la economía, y c) acerca del programas de educación, sanidad o üvienda. Desde posturas conser-
impacto
de los programas de bienestar sobre la igualdád.
vadoras se argumenta que la provisión social pública debería ser sólo
para aquellos que son incapaces de valerse de sí mismos. Finalmente,
a) EJ impacto sobre er bienestar de ros individuos.
.
cenio de los años setenta, en los países industriarizaao,
Hasta er de- con referencia a las desigualdades de género, los Estados del bienes-
promoción de un crecimiento económico y una
r""láriur" ru tar reflejan las relaciones sociales en las que los hombres asumen la
mejora de los niveles responsabilidad del cabeza de la familia y las mujeres la función de
de,bienestar de la población. En estos paises ,. püdi"ron
institucio- amas de casa. Cuando las mujeres han empezado a entrar en el mer-
nalizar políticas que promueven el crecimiento eünómi"á
v-á-r, u., cado laboral de forma importante no se han producido modificacio-
el incremento del bienestar de ros ciudada""r.;-;;;i,
áJ ü, uoo, nes y los programas sociales siguen estando basados en los trabaja-
ochenta, algunos autores han argumentado que i;r p.A;ul"ro"iu- dores masculinos. Diferentes estudios --{omo se ha comentado en el
les gubernamentales no sólo tro-hur incrementad.o capítulo anterior-, han demostrado que el impacto de los programas
üda- sino que incluso se han deteriorado las condicio"", -r*i¿.r.
los estándares de
sobre la igualdad entre hombres y mujeres ha sido negativo o, en el
9) El impacto sobre ra economía. Disponemos de todo tipo de
estudios, desde aquellos que no encuentru'q,r"
mejor de los casos, no ha tenido efectos.
ui.r"utu.io., ul- Con estos argumentos, que he expuesto de forma breve, es muy
"*rrtu
guna entre los programas sociales y el crecimiento
económi"o, t u.tu difÍcil lhgar a un consenso sobre los impactos de los Estados asisren.
aquellos otros que intentan demostrar unos efectos
r.u" ciales. Sin embargo, podemos hallar algunos aspectos problemáticos
vos o positivos-. Los que creen en efectos negativos-yu ""guti-
*grr*"rrtur, en los que sí existe una mayor aceptación. Éstos son los siguientes
q,r.
se reduce la necesidad de ahorro, se reduce lifrexibirid?J puntos:
á"i -.r."_
do laboral, se debilitan los incen_tivos y se crea la _t."_pu,
á"1u po-
breza' Aquellos otros.que ven-efectos positivos ua,r".rr-qr.
gramas sociales contribuyen al desarrollo der
to, p.o-
capital h;;;;t p"._ Los pnosreMAs DE FISCALIDAD
den contribuir al incremenro de formació, d;i:;ü;lriiili'eri,
Titmuss cree que el bienestar social incrementa Joseph Schumpeter adelantó en 1954 que (era capaz de percibir
ru i"t.gru.iá" social
y para Marshall se incrementa la ciudadanía y el trueno de la historia del mundo en la contabilidad del tesoro públi-
lu pu.ti"ilpu"io' social.
otro argumento sobre el efecto directo en la economía es que co. Los temas fiscales --el presupuesto, los impuestos, el crecimiento
ros pro-
gramas sociales contribuyen directamente al del gasto público- mostraban mejor que nada el espÍritu de un pue-
crecimi""io, vu q""
compran mercancías y servicios al sector privado, blo, su nivel cultural, su estructura socialr.le Los Estados, en su papel
además de ía crea_
ción de lugares de trabajo para profesiotrár", de oarbitraje social, han ido asumiendo cadavez más responsabilida-
v
. c) El impacto sobre ra tguildad.. Er incremento
educación, la sanidad, la viviénda y la seguridad
"á-i"ir,r"ti""*
del a.".ro u tu des y más intervención. Para hacer frente a ese continuo incremento
sociar p"iJ", rr"u* de sus atribuciones se hace necesario el aumento de los presupuestos
lyudadg a promover una mayor igualdá, aunque no hubieran sido públicos. Se necesitan suficientes recursos económicos, p"ro, .rp"-
diseñados con esa finalidad. J-burgo, -rr"iro, cial en etapas de estancamiento económico, los ingresos crecen "r, más
-Si., a"_
"*p.rtor-nu'
1o¡{ad9 que los Estados del bienestar-no han r.d".iá;i;;"'Jguur- lentamente que los gastos.2o Por otro lado, los Estados del bienestar
dad de clase. Titmuss, ya, en 1962, fue er primero deben mantener su capacidad de cubrir las necesidades sociales para
en criticar los'pro-
gramas-sociales por no alcanzar a reducii ser legitimados. Es decil deben procurÍ¡¡ incrementar sus ingresos
las desiguardades. iu,
ses medias tienen un mejor acceso a los programas "lu- para hacer frente al aumento de las demandas que se le formulan. Este
y reciben meiores
lerviclg¡ que las clases trabajadoras, .o-o iu a..ártruao j"ii"" r.
Grand,r8 para quien las clases medias se beneficia"
-;h;;;;^JL
ro. 19. J. Schumpeter, rThe Crisis of the Tax Stateo, en A. Peacocket al,, Intemational Eco-
nomic Papers, Nueva Yorlc, 1954, p. 7.
17. Para James Coleman, en-Found¿tions of Social
20. En 1973, James O'Connor publicó su obra Cnsis fiscal del Es/ado (Barcelona, pe-
Theory, C*nbridge, Harvard Uni- nínsula, 1980), en donde, avanzándose al problema generado a finales de los setenta y desde
versity Press, 1990, e.l capital sociar es ra capacidad d" .."".
reraciones sociales densas o una perspectiva marxista, exponla la dificultad que encontrarían los Estados del bienesar,
solidarias.
como forma más avanzada del capitalismo, al querer hacer compatibles dos lógicas antagóni-
18. J. Le Grand. op. cit.
cas, la del propio sistema y la de una justicia equitativa y redistribuidora.
ó8 POLITICA SOCIAL: UNA INTRODUCCION
POLTICA SOCIAL Y ESTADOS DEL BIENESTAR 69

incremento puede proceder de un aumento de los impuestos o del en- Otra característica de las sociedades modernas es el incremento
deudamiento. Los impuestos no pueden subirse fácilmente, pues no de la burocracia. Ninguna organización partidos o sindica-
-Estado, de las sociedades
sólo son medidas impopulares, sino que también representair un aho- tos- escapa hoy a dicho fenómeno. La complejidad
go a la inversión y al consumo, dos aspectos que es preciso incentivar. ha provocado un gran incremento de la esfera de competencias del
Los distintos Estados del bienestar fueron incrementando su endeuda- Estado, que Írsume por medio de la administración. AI existir una res-
miento, pero ello les resta competitiüdad. Uno de los requisitos de la ponsabilidad pública, colectiva, del bienestar social de toda la pobla-
Unión Europea, en los acuerdos de Maastricht de 1990, era el de lle- ción, las dificultades económicas y sociales de una gran parte de la
gar al momento de la creación de la unificación monetaria sin sobre- ciudadanía se canalizan hacia el Estado en busca de más prestaciones
pasar unos determinados niveles de endeudamiento. Se presenta, por o servicios. Se crean nuevos organismos para llevar a cabo las nuevas
tanto, un importante problema presupuestario. tareas asumidas por las distintas administraciones públicas. Este in-
cremento ha ido produciendo, también, un segundo efecto. Junto al
aumento de la burocracia estatal, la administración se ha ido inde-
Le sonnEcARGA ESTATAL pendizando del gobierno. Cada vez se hace más difícil alcanzar la ac-
tiüdad administrativa desde la programación política. Los gobiernos
El Estado del bienestar ha sido el resultado de un compromiso se enfrentan a una excesiva tecnificación en la acción administrativa,
entre clases sobre la base del crecimiento económico. No olvidemos que comporta entender las sociedades como un conjunto de proble-
que el capitalismo oes también un modo metaeconómico de vertebrar mas técnicos y se genera así una des-responsabilización frente las de-
las relaciones de intercambio social entre los hombres, de asegurar cisiones políticas. Esta situación llevada al extremo comportaría que
sus subordinaciones civiles y, en gmn medida, sus lealtades políti- el Estado estuüera en manos de técnicos o expertos. Sería a éstos y
casu.zr Los Estados del bienestar fueron posibles a partir de convertir no a los partidos políticos ideológicos a quienes correspondería tomar
a todos los ciudadanos en consumidores, pero la plena ocupación se las decisiones, lo que algunos autores han denominado el predominio
consigue únicamente si se crean las oportunas necesidades de consu- de la técnica sobre la ideología.
mo. Es necesario que todos los ciudadanos puedan ser clientes o con- Encontramos bastante extendida la opinión de la cada vez más
sumidores; es la creación de lo que Tierno Galván denominó ula con- importante ineficiencia de la actuación de las administraciones pú-
secución del consumidor satisfechou," compatible con el anhelo blicas para responder a las demandas que se le formulan. Hay el ries-
colectivo universal para conseguir un mundo seguro, sin sorpresas y go de que la burocracia, en lugar de ser un elemento que racionaliza
sólido para cada uno. Para lograr los objetivos de garantizar un creci- el trabajo y eüta las tensiones y costes que lo distorsionan como nos
señaló Max Webeq, se vaya convirtiendo en un ente que tiene una im-
miento continuado tanto del consumo
ción- como del bienestar social, el Estado-ydelpor tanto de la produc-
bienestar entra en con- portante parcela de poder discrecional derivado del control que ejer-
tradicciones. El hecho de otorgar al Estado las funciones de arbitraje ce sobre la información v el control o conocimiento de su area de in-
en el conflicto social, integrando conflictos y demandas, articulando fluencia.
las presiones sociales y atendiendo las funciones de legitimación y
acumulación, fue provocando un crecimiento desorbitado del Estado,
de sus instituciones y de su burocracia. El propio carácter multifun- Los evexcns DE LA DEMocMctA
cional que lo hizo posible es ahora una de las causas de sus contra-
dicciones.23 Pero, además, el estímulo continuado del consumo de bie- Algunos autores2a han venido hablando de una crisis de legitima-
nes y el triunfo económico de esta <ética maximizadorao provoca que ción de los Estados del bienestal pero me gustaría cuestionar este as-
el egoísmo se haya ido convirtiendo en fuente exclusiva de valo4 en pecto. En el Estado liberal del siglo xIX, como expresó Webe42s oel sis-
detrimento de la solidaridad v de la convivencia comunitaria.
24. De manera sigrificativa, Jiirgen Habermas en su obra Problemas de bgitimación en
21. S. Giner (1987), p. 33 el capitalismo tardlo,Buenos Aires, Amorrortu, 1973.
22. E. Tierno Galván, Humanismo y sociedad. Barcelona, Seix Barral, 19ó4. 25. M. Weber, Economta y sociedail, México, Fondo de Cultura Económica, cap. IX,
23. C. Offe (1990).
p. 70ó.
70 pot.fTrcA socrAl: UNA rNTRoDUccróN
poI.mcA socrAl y ESTADoS DEL BTENESTAR 7l
tema de nonnas racionales legitima a quien dispone del gobierno, y
su poder se legitima en tanto que es ejercido de acuerdo con dichas duo y_más desprotegido se encuentre, más favorable para el capital
norrnasD. Por tanto, la legitimidad concebida como base indispensa- será. cuanta más urgente sea la necesidad a cubric cuanto mayores
ble de la autoridad política, únicamente se puede cuestionar si no es sean las posibilidades de poder despeürle en cualquier
-o*Lnto,
cuanto mayor el número de personas dispuestas a sustituirle en ese
obtenida por principios formales generales. Ahora bien, el proceso de
corporatización de las sociedades modernas y, por tanto, la introduc- trabajo, y cuanto menores sean las coberturas alternativas de las que
ción de intereses y grupos antagónicos en el circuito institucional del pueda disfrutar el trabajador asalariado, más se podrá presion* J h
podeq, ha comportado que la legitimidad de la acción de los poderes baja su salario, mayor podrá ser su jornada real y más elevada su efi-
públicos descanse más en su capacidad de dar respuesta a las de- ciencia...u La característica óptima del trabajador asalariado desde el
mandas de los sectores implicados en sus ámbitos de acción que en punto de vista del capital es su temerosidad y, precisamente, los Es-
su teórica legitimidad ideológica o constitucional. El centro de aten- tados asistenciales habÍan ido proporcionando a los trabajadores el
ción se ha ido desplazando de la legitimidad formal mejor antídoto: la seguridad. La democracia como organiiación de
a
-weberiana-
la capacidad de resolución de las demandas crecientes. Se habla de
porler rival, y la búsqueda de seguridad como actitud ináiüdual y co-
crisis de legitimidad o problemas de gobierno a partir de la pérdida lectiva originaron la crisis económica. una crisis que era simplemen-
de confianza en el Estado al no poder satisfacer o cubrir las necesi- te de transformación del capitüsmo, de adecuación del capitalismo a
dades sociales. esos valores con los que había estado progresivamente cbnviviendo
ll
desde finales de la segunda guerra mundial.
La combinación de los diferentes desajustes sobre el funciona-
miento de la organización social nos permite hablar de nproblemas de Aún hay otro asunto; los Estados del bienestar no han sidojan
I

gobernabilidad,. La gobernabilidad democrática debe estar dotada de igualitarios como se esperaba ni las pokticas redistributivas han aca-
bado con las desigualdades sociales. No se ha dado una redistribución
legitimidad colectiva y de seguimiento eficaz de la vida pública, por
vertical de las rentas sino más bien se han redistribuido de forma ho-
tanto, legitimidad y eficacia serían dos condiciones esenciales que de-
rizontal, dentro de la misma clase trabajadora. Los ricos han seguido
berían cumplir todo gobierno para su estabilidad y orden soCid. gl
enriqueciéndose y, junto a ello, ha ido apareciendo una impoñante
orden político es el resultado de un conjunto complejo de interde-
ubolsa de pobrezao de difícil solución, compuesta por un conjunto de
pendencias entre instituciones económicas, políticas y sociales. El po-
ciudadanos que van quedando al margen de las esiructuras láborales
der del Estado no se erosiona tan fácilmente y tiené recursos admi-
y que dependen cada vez más de los mecanismos de asistencia públi-
nistrativos y coercitivos para resistir. Las políticas, y con ellas los go-
ca. Como he señalado ya, hay estudios como el de Julian Le Grand2T
biernos, se deslegitiman. Hablaríamos de una crisis de gobernabilidád
que demuestra como el gasto social en sanidad, educación, üvienda y
pero no como un fenómeno o problema moderno, ya que toda demo-
transporte no favorece sistemáticamente a los más necesitados v con-
9r1cia tiene, y ha tenido esos problemas, si entendemos por goberna- tribuye, de esta manera, a la persistencia de las desigualdadás. Le
bilidad el buen funcionamiento de un sistema político, la efiiacia de Grand apun¡a que el fracaso del gasto público en los sérvicios men-
un gobierno. cio¡ados puede ser explicado básicamente por su incapacidad para
Este aspecto puede ser también analizado desde el enfoque reducir la influencia del desigual repano de la riqueza. Los ingresos
opuesto, como hace Anisi.2ó La única libertad que pregona el capita- monetarios de los individuos o familias es el punto crucial quetebe-
lismo es la libertad para comprar y vendeq, pero el resto de las otras ría atacar_una política de igualdad. sugiere que la desigualáad en el
libertades le son completamente ajenas. u... La demostración de que gasto público, consumo, costes y resultados de los servióios sociales2s
era posible viür sin trabajar para el capital, aprovechando las grietas es debido a las desigualdades de ingresos monetarios. Algunos de los
del sistema, fue llevada a cabo por multitud de jóvenes en los iesen-
ta. La libertad que otorgaba a los indiüduos un sistema amplio de se-
guridad social podía convertirlos en arrogantes en relación con un po- 27. se trata de un estudio, publicado en 1982, sobre el desarrollo del Estado del bie-
nestar en Gran Bretaña a partir del an¿álisis de cuatro grandes sectores: la sanidad, la educa-
sible trabajo asalariado., <Cuanto mayor sea la necesidad del indivi- ción, la viüenda y los transportes. sus resultados son concluyentes: a pesar del gasto público
en estos campos no se produce una disminución de las desigualdades,
28. Con el uso de nsewicios socialeso se refiere a lo que en nuestro pals llamamos nser-
2ó. D. Anisi, op. cit., pp. 139-141. vicios personales', esto es los servicios del conjunto del área de bienestar social: sanidad, edu-
cación, üüenda y sewicios sociales.
72 poI.ffrcA socIALt UNA INTRoDUccIóN PoLfncA socIAL Y EsTADos DEL BIENESTAR 73

pagado por el gobierno a cada miembro de pleno derecho de la so-


ejemplos con los que concluye su estudio son que, debido a los bajos
ingtesos, la población más necesitada tiene más dificultad para ad- ciedad, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar
quirir una vivienda aprovechando los beneficios y reducciones en el en consideración si es rico o pobre, o dicho de otra forma, indepen-
coste que puede ofrecer una determinada política de vivienda. Gastos
dientemente de sus otras fuentes de renta, y sin importar con quién
conüvau.3o
elevados para los ricos pueden ser menos costosos que gastos más pe-
queños para los individuos más pobres. Generalmente viven en áreas
pobremente dotadas de servicios, con lo cual, para hacer uso de ser-
Guía bibliognifica
vicios sanitarios ---€n especial con el objetivo de prevención de enfer-
medades- deben desplazarse con más inconvenientes que las clases
Una üsión histórica del desarrollo de los Estados asistenciales, en
medias.
especial en Francia e Inglaterra, pero también en Alemania, nos la
También en el tema de la uigualdad, son necesarios más debates.
ofrece Douglas Ashford, La aparición de los Estadas del bienestar, Ma-
¿Qué entendemos por igualdad? Podemos encontrar, al menos, cinco drid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1989. La obra de Peter
clases de igualdad que podrían perseguir los servicios públicos: l) Un
Baldwin La pohtica de solilaridad social: bases sociales del Estado ilcl
gasto público igual: es aquella igualdad que requiere que el gasto pú-
bienestar europeo, 1875-1975, Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguri-
blico en la provisión de un determinado servicio sea asignado por dad Social, 1992, es un excelente análisis de los intereses que se han
igual a toda las partes ciudadanos, areas geográficas, insti-
-ya sean
tuciones, etc.-. 2) Ingresos finales iguales: se trata de un objetivo a
producido a favor o en contra de la política social entre 1875 y 1975
en Gran Bretaña, Francia, Alemania, Dinamarca y Suecia. Para un es-
conseguir mediante la redistribución de las rentas por medio de tudio de las críticas a los Estados del bienestar y los principios de jus-
.,1
transferencias o de servicios. 3) Igualdad de oportunidades: cuando ticia social puede verse, de Daüd Hanis, La Justificación ilel estado del
los servicios son diseñados para que todos los individuos tengan igual bienestar. La nuaru derecha versus la vieja izquierda, Madrid, Instituto
acceso a los mismos. 4) Igualdad de costes: el gasto público puede ser de Estudios Fiscales, 1990, y también, de Ramesh Mish¡a, El Estado
orientado con tal de conseguir que el coste del servicio sea el mismo del bienestar en crisis , editado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad
para todos los ciudadanos, y 5) igualdad de resultados: cuando se pre- Social en 1992. Desde una üsión económica puede verse una crítica a
tende que los resultados finales del servicio sean los mismos para to- la ncrisis de los setenta) en el libro de David Anisi: Trabaiar con red.. Un
dos los individuos. Por todo ello, aunque la igualdad haya sido uno de panfleto sobrela cnsis, Madrid, Alianza Editorial, 1988.
los principales objetivos de los Estados del bienestar, los tipos de
igualdad concebidos no han sido uniformes. Para Le Grand, no sólo
es necesario clarificar a qué nos referimos cuando hablamos de
oigualdado, sino que además es necesario reducir la desigualdad eco-
nómica si se desea una mayor igualdad de cualquier tipo. Muy pro-
bablemente, si se desea redistribuir la riqueza, la estrategia más efec-
'tiva
sea redistribuir directamente los ingresos.
Desde mediados de los años ochenta, algunos prestigiosos acadé-
micos, tanto en Europa como en Estados Unidos, están investigando
la viabilidad de una provocadora propuesta de reforma social: lá ins-
tauración de un uSubsidio Universal Garantizado" Income,
como se lo conoce en los trabajos anglosajones-.2e El -Basic
Subsidio Uni-
versal Garantizado, como lo define Daniel Raventós, (es un ingreso 30. D.Raventós,Eldcrechoalaexistenci¿,Barcelona,Ariel,1999,p.17.EllibrodeRa-
ventós continúa la discusión, que en los términos académicos actuales, surgió a partir del ar-
tlculo de Philippe Van Parijs y Robert J. Van der Veen en 198ó: oA Capitalist Road to Com-
29' Entre los pocos autores de habla hispana que han tratado esta propuesta social munism, publicado en la revista Theory and Society. AWrIA razones normativas y técnicas a
existen diversos modos de bautizarla Además de Subsidio Univenal Garantizado Dueden en-
favor de esta propuesta y permite entrever una contundente transformación de los Estados
contrarse ofas maneras de referirse a la misma propuesta: diüdendo social, renta úári"u, ."rr-
asistenciales.
ta de ciudadanfa o ingreso garantizado.

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