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conyugal. En especial violencia intrafamiliar contra la mujer y de manera muy sutil contra el
varón:
TEORÍA BIOLÓGICA:
Esta teoría señala que el hombre o especies animales machos son más agresivos que las
hembras. Pero no explica por qué algunos hombres a pesar de ser físicamente fuertes no son
violentos en el hogar y más bien son violentados, siendo el caso de los hombres maltratados
por su pareja.
TEORÍA GENERACIONAL
Aquí se busca explicar por qué una persona maltrata a su pareja, mientras que otros no lo
hacen en las mismas condiciones (Turinetto y Vicente, 2008). Así mismo sostienen que existen
algunas características individuales que constituyen un factor de riesgo para que las personas
ejerzan la violencia contra la pareja. Señalan que la interacción de los siguientes factores.
Primero contribuyen a que un hombre maltrate a su compañera: el rechazo y el maltrato del
padre, el apego inseguro a la madre y la influencia de la cultura machista. El primero recae en
el hecho de ser rechazado por el progenitor, lo cual moldearía en adelante la personalidad del
hombre que maltrata, aclaran que el rechazo y la vergüenza producen múltiples efectos en el
niño y pueden no sólo perjudicar su noción de identidad, sino también afectar su capacidad de
consolarse y de moderar su ira y ansiedad. El segundo factor se refiere a la relación inicial de
un hombre con su madre, que influye en el desarrollo de la personalidad violenta.
En esta teoría no menciona que todas las personas no responder de la misma manera al
modelo de crianza, pasando por alto a este sector de población varón que sufre de violencia
intrafamiliar.
TEORÍA SISTÉMICA:
Esta teoría aborda sobre el fenómeno de la violencia en las relaciones de pareja. Donde se
considera que la violencia no es un fenómeno individual, sino la manifestación de un fenómeno
interaccional”. Siendo resultado de la organización dinámica familiar, cuyos miembros
presentan dificultades en las relaciones, tanto de comunicación, como en cuanto a las
habilidades sociales.
Menciona en el hecho de que todos cuantos participan en una interacción se hallan implicados
y son, por lo tanto, responsables. De hecho, quien provoca asume la misma responsabilidad
que quien responde a la provocación.
También concibe que tanto la conducta violenta como la no violenta se vincula a la
homeostasis del sistema familiar. La violencia se despliega en un contexto donde el sistema de
creencias del individuo no está de acuerdo con la realidad.
PERSPECTIVA DE GÉNERO:
Según Ortiz (2013). Este enfoque prioriza el modelo patriarcal para explicar el maltrato que
impera en la sociedad contra la mujer. La perspectiva de género se preocupa del análisis de
cuestiones culturales y sociales, concibiendo la violencia masculina contra las mujeres como un
abuso de poder en una estructura social que favorece que los hombres agredan a las mujeres y
que privilegia los elementos masculinos sobre los femeninos. Así, la violencia se utiliza para
mantener la superioridad masculina. Se define aquí al patriarcado como un modo de
organización sociocultural en la cual la dominación masculina estructura las relaciones sociales
sobre la base de relaciones de poder asimétricas y jerárquicas. Dentro de dicho escenario, se
establece la división de los roles masculinos y femeninos, y se definen los protagonistas a
quienes se atribuye el papel y el deber de ejercer la violencia y los personajes que están
sujetos a recibirla. Según este enfoque, el maltrato está relacionado con el control, no por el
hecho de perderlo, sino por ejercerlo para dominar a la mujer maltratada. Esta teoría ofrece la
mirada del género para entender la violencia en relaciones de pareja heterosexuales. Es decir,
la sociedad prescribe el comportamiento esperado del hombre y de la mujer de acuerdo con
las expectativas culturales. Partiendo de la concepción del género como construcción cultural,
se percibe la violencia en la pareja no como un problema de la naturaleza sexual de las
relaciones entre macho y hembra, sino como un fenómeno histórico, producido y reproducido
por las estructuras sociales de dominación de género y reforzado por la ideología patriarcal.
Ante ello, ningún tipo de violencia es exclusivo de los hombres. Cuando decimos que los
hombres ejercen la violencia física, a lo que nos estamos refiriendo es a que es más probable
que la usen y que la hagan con éxito. En primer lugar, porque el hombre es más fuerte que la
mujer, en segundo lugar, porque la negación de la violencia física por parte de las mujeres es
característica del proceso de construcción de la identidad de género.
MODELO ECOLÓGICO:
Exosistema: comprende las estructuras formales e informales como la vecindad, el mundo del
trabajo, las redes sociales, la iglesia o la escuela, que hacen perdurar el problema del maltrato
a través de pautas Violencia de género en la pareja. También se incluyen en este contexto la
inefectividad de la ley y la falta de respuesta de las instituciones ante las situaciones de
violencia de género en la pareja, así como el rol que los medios de comunicación ejercen al
presentar los modelos violentos, normalizando de esta manera la violencia.
Macrosistema: representa los valores culturales y la ideología que permean la sociedad. Esas
creencias culturales que fomentan la violencia influyen en el microsistema y el exosistema.
Algunas de ellas son las normas que legitiman el uso de la agresión en una sociedad y se
transmiten por medio de los procesos de socialización, como la masculinidad y la feminidad
tradicionales, la distribución rígida de roles de género, el uso de la fuerza como método de
resolución de conflictos o los mitos sobre la violencia que culpan a la víctima por el maltrato
sufrido. La desigualdad de género surge como consecuencia del sexismo predominante que
posiciona a la mujer en un lugar secundario en la sociedad
En este contexto patriarcal, Heise (1998) llama la atención de que a pesar de que los hombres
están expuestos al mismo mensaje cultural que privilegia la superioridad masculina, no todos
pegan a sus compañeras. Los factores macrosistémicos no justifican ni explican la violencia,
pero no se puede negar su influencia. Consideran que todos los hombres son agentes de
cambio y deben ser educados e involucrados para combatir la violencia y para problematizar la
construcción de masculinidad asociada a la violencia.
Qui nos muestra una visión más realista y expresada en todas sus dimensiones de la violencia.
Poniendo en evidencia que no solo el hombre puede ser agresor sino también puede ser
victima y viceversa con la mujer.
Como conclusión, en este trabajo de investigación expusimos las diferentes teorías que buscan
explicar el maltrato que se da en relaciones de pareja que se distinguen en la importancia que
atribuyen a los distintos factores psicológicos, relacionales, sociales y culturales. Explican que la
teoría generacional enfatiza los factores psicológicos originados en la infancia y no valora tanto
el problema de la cultura machista, mientras que la perspectiva de género subraya el modelo
patriarcal como eje organizativo de la violencia de género en la pareja, desconsiderando las
características psicológicas y comunitarias. Lo mismo pasa con la perspectiva sistémica, que
explica la violencia desde la relación vinculante, sin contemplar aspectos personales y
culturales. El modelo ecológico, se propone que la perspectiva de género no está presente sólo
a nivel macrosistémico pues, según Turinetto y Vicente (2008), el género es una estructura que
organiza lo social, lo familiar y lo individual. En otros términos, estos autores explican que las
normas culturales que caracterizan el nivel macrosistémico también atraviesan las instituciones
y el núcleo familiar que configuran espacios donde se aprenden los roles machistas a lo largo
de la historia de la persona.
Por lo cual este último enfoque ecológico, será tomado como referencia para nuestra
investigación, dado que tiene un gran poder explicativo, pues permite entender las
causas de la violencia y la interacción de los factores de riesgo que operan en las
personas, en sus relaciones, en la comunidad y en los ámbitos social, cultural e
histórico. Ayudando a identificar las raíces de los fenómenos que impiden, retardan o
favorecen el clima de violencia, así como los factores que pueden beneficiar el cambio
de los mismos. Además, nos permite construir referentes conceptuales para comprender
las dinámicas de los conflictos familiares y comunitarios, como parte estructural de la
violencia social que se vive día a día en los distintos comunidades y territorios.
factores psicosociales
1.- El imaginario social, según el cual el hombre no se reconoce como objeto de maltrato o
violencia intrafamiliar, en otras palabras el hombre no se visualiza como víctima del maltrato,
2.- Por la expectativa de que los hombres cumplan con todos los atributos asignados a su
categoría social,
5.-Así mismo por la invisibilidad de la violencia contra los hombres y las limitaciones de acceso
a la atención de dicho fenómeno, entre otros.
B.- FACTORES PSICOSOCIALES DE ACUERDO con Legaspi, Martínez & Morales (1986), el factor
psicosocial es un elemento del hecho social que pone en juego todo el funcionamiento del
hombre dentro de un grupo, sea éste familia, vecindario, trabajo o comunidad. Es un elemento
externo que produce una respuesta o afecta la relación de la persona con su grupo o con otros
hombres en lo individual.
Es en esta condición cuando se habla de factores psicosociales, las cuales son hechos sociales
que influyen, involucran o recaen directamente sobre el individuo. Los factores psicosociales
pueden ser analizados y estudiados desde diferentes perspectivas.
C.- LAS RESPUESTAS APORTADAS POR LOS PARTICIPANTES EN EL GRUPO FOCAL, que fueron
tres, ayudaron a describir los diferentes factores psicosociales asociados a la violencia
intrafamiliar que viven estos hombres:
Factores determinantes
1. La pobreza, desempleo,
2. Baja escolaridad o analfabetismo.
3. Carencia de vivienda.
4. Entre éstos se encuentran los factores de protección
5. Influyen en el modo, estilo y calidad de vidas, que a su vez determinan la escala de
valores y el nivel de aspiraciones.
6. Trabajo, salud, educación y vivienda.
1. Entre ellos aparece el desempleo, con tiempo libre sin posibilidades de practicar
actividades útiles para lograr estilos de vida saludables.
2. El hacinamiento en la vivienda, con la consecuente intensa intercomunicación entre los
que así viven.
3. La frustración para realizar proyectos de vida, que conduce a estilos de vida no
saludables.
4. Falta de redes de apoyo social, que permite la subsistencia de conductas violentas sin
limitación alguna.
Con esta investigación se confirma que aun sigue invisible el tema de hombres violentados por
sus parejas. Siendo además la violencia psicológica en mayor porcentaje que el físico.