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Las diversas teorías, corrientes, enfoques que estudian sobre la violencia intrafamiliar y

conyugal. En especial violencia intrafamiliar contra la mujer y de manera muy sutil contra el
varón:

TEORÍA BIOLÓGICA:

Menciona que, en el caso de la violencia de género en la pareja, esta conducta es considerada


como parte de la estructura biológica del hombre, pues el hombre ha desarrollado su
agresividad para sobrevivir, Ramírez (2000). Mencionan también la relación de violencia con
lesión del lóbulo frontal, o a nivel de testosterona

Esta teoría señala que el hombre o especies animales machos son más agresivos que las
hembras. Pero no explica por qué algunos hombres a pesar de ser físicamente fuertes no son
violentos en el hogar y más bien son violentados, siendo el caso de los hombres maltratados
por su pareja.

TEORÍA GENERACIONAL

Aquí se busca explicar por qué una persona maltrata a su pareja, mientras que otros no lo
hacen en las mismas condiciones (Turinetto y Vicente, 2008). Así mismo sostienen que existen
algunas características individuales que constituyen un factor de riesgo para que las personas
ejerzan la violencia contra la pareja. Señalan que la interacción de los siguientes factores.
Primero contribuyen a que un hombre maltrate a su compañera: el rechazo y el maltrato del
padre, el apego inseguro a la madre y la influencia de la cultura machista. El primero recae en
el hecho de ser rechazado por el progenitor, lo cual moldearía en adelante la personalidad del
hombre que maltrata, aclaran que el rechazo y la vergüenza producen múltiples efectos en el
niño y pueden no sólo perjudicar su noción de identidad, sino también afectar su capacidad de
consolarse y de moderar su ira y ansiedad. El segundo factor se refiere a la relación inicial de
un hombre con su madre, que influye en el desarrollo de la personalidad violenta.

En esta teoría no menciona que todas las personas no responder de la misma manera al
modelo de crianza, pasando por alto a este sector de población varón que sufre de violencia
intrafamiliar.

TEORÍA SISTÉMICA:

Esta teoría aborda sobre el fenómeno de la violencia en las relaciones de pareja. Donde se
considera que la violencia no es un fenómeno individual, sino la manifestación de un fenómeno
interaccional”. Siendo resultado de la organización dinámica familiar, cuyos miembros
presentan dificultades en las relaciones, tanto de comunicación, como en cuanto a las
habilidades sociales.

Menciona en el hecho de que todos cuantos participan en una interacción se hallan implicados
y son, por lo tanto, responsables. De hecho, quien provoca asume la misma responsabilidad
que quien responde a la provocación.
También concibe que tanto la conducta violenta como la no violenta se vincula a la
homeostasis del sistema familiar. La violencia se despliega en un contexto donde el sistema de
creencias del individuo no está de acuerdo con la realidad.

En conclusión, se ha podido observar que la violencia, según la perspectiva sistémica, se explica


a partir de los factores relacionales y es resultado de un proceso de comunicación particular
entre dos personas. Cabe mencionar en esta teoría que ante un problema conflicto o situación
estresante en la familia ambos son responsables, poniendo en igual de condiciones al hombre
y ala mujer.

PERSPECTIVA DE GÉNERO:

Según Ortiz (2013). Este enfoque prioriza el modelo patriarcal para explicar el maltrato que
impera en la sociedad contra la mujer. La perspectiva de género se preocupa del análisis de
cuestiones culturales y sociales, concibiendo la violencia masculina contra las mujeres como un
abuso de poder en una estructura social que favorece que los hombres agredan a las mujeres y
que privilegia los elementos masculinos sobre los femeninos. Así, la violencia se utiliza para
mantener la superioridad masculina. Se define aquí al patriarcado como un modo de
organización sociocultural en la cual la dominación masculina estructura las relaciones sociales
sobre la base de relaciones de poder asimétricas y jerárquicas. Dentro de dicho escenario, se
establece la división de los roles masculinos y femeninos, y se definen los protagonistas a
quienes se atribuye el papel y el deber de ejercer la violencia y los personajes que están
sujetos a recibirla. Según este enfoque, el maltrato está relacionado con el control, no por el
hecho de perderlo, sino por ejercerlo para dominar a la mujer maltratada. Esta teoría ofrece la
mirada del género para entender la violencia en relaciones de pareja heterosexuales. Es decir,
la sociedad prescribe el comportamiento esperado del hombre y de la mujer de acuerdo con
las expectativas culturales. Partiendo de la concepción del género como construcción cultural,
se percibe la violencia en la pareja no como un problema de la naturaleza sexual de las
relaciones entre macho y hembra, sino como un fenómeno histórico, producido y reproducido
por las estructuras sociales de dominación de género y reforzado por la ideología patriarcal.

Ante ello, ningún tipo de violencia es exclusivo de los hombres. Cuando decimos que los
hombres ejercen la violencia física, a lo que nos estamos refiriendo es a que es más probable
que la usen y que la hagan con éxito. En primer lugar, porque el hombre es más fuerte que la
mujer, en segundo lugar, porque la negación de la violencia física por parte de las mujeres es
característica del proceso de construcción de la identidad de género.

MODELO ECOLÓGICO:

instituido por Heise (1994) a partir de la propuesta de Bronfenbrenner (1979). Este


enfoque ve las causas que dan origen a la violencia de género en la pareja y recomienda una
mirada que contemple la interacción de factores culturales, sociales y psicológicos. Para ello,
propone que se visualice esa interrelación de factores a partir de círculos concéntricos, los
cuales denomina nivel individual, microsistema, exosistema y macrosistema. (Heise, 1998).
Nivel individual: El centro del círculo corresponde a la historia personal que el individuo aporta
a su relación de pareja. Se trata de las características del desarrollo personal que afectan a la
respuesta en el microsistema y exosistema, y aumentan la probabilidad de ser víctima o autor
de violencia. Aquí se citan las características biológicas, cognitivas, emocionales y conductuales
que influyen en el modo de actuar en las relaciones interpersonales, las creencias aprendidas
en la familia de origen, la habilidad para lidiar con estresores, la rigidez de los roles de género
en la familia, la influencia del género en la historia de la persona, el uso de la violencia para
resolver los problemas, la presencia de violencia en la familia, el maltrato infantil y el desarrollo
del apego.

Microsistema: representa el contexto inmediato en el que tiene lugar la violencia y


generalmente se refiere al entorno familiar. La toma de decisión masculina es un indicador de
maltrato en las sociedades que revelan índices de mayor violencia, pues los hombres
maltratadores tienden a ejercer el control sobre el dinero y los movimientos de la mujer. En
esta dirección, esta teórica explica que los conflictos conyugales giran en torno a la división del
trabajo, los problemas de drogas y la mayor formación académica de la mujer. explica que esas
familias utilizan estrategias agresivas para la resolución de conflictos, dada la baja tolerancia al
estrés.

Exosistema: comprende las estructuras formales e informales como la vecindad, el mundo del
trabajo, las redes sociales, la iglesia o la escuela, que hacen perdurar el problema del maltrato
a través de pautas Violencia de género en la pareja. También se incluyen en este contexto la
inefectividad de la ley y la falta de respuesta de las instituciones ante las situaciones de
violencia de género en la pareja, así como el rol que los medios de comunicación ejercen al
presentar los modelos violentos, normalizando de esta manera la violencia.

Macrosistema: representa los valores culturales y la ideología que permean la sociedad. Esas
creencias culturales que fomentan la violencia influyen en el microsistema y el exosistema.
Algunas de ellas son las normas que legitiman el uso de la agresión en una sociedad y se
transmiten por medio de los procesos de socialización, como la masculinidad y la feminidad
tradicionales, la distribución rígida de roles de género, el uso de la fuerza como método de
resolución de conflictos o los mitos sobre la violencia que culpan a la víctima por el maltrato
sufrido. La desigualdad de género surge como consecuencia del sexismo predominante que
posiciona a la mujer en un lugar secundario en la sociedad

En este contexto patriarcal, Heise (1998) llama la atención de que a pesar de que los hombres
están expuestos al mismo mensaje cultural que privilegia la superioridad masculina, no todos
pegan a sus compañeras. Los factores macrosistémicos no justifican ni explican la violencia,
pero no se puede negar su influencia. Consideran que todos los hombres son agentes de
cambio y deben ser educados e involucrados para combatir la violencia y para problematizar la
construcción de masculinidad asociada a la violencia.

Qui nos muestra una visión más realista y expresada en todas sus dimensiones de la violencia.
Poniendo en evidencia que no solo el hombre puede ser agresor sino también puede ser
victima y viceversa con la mujer.

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003), el Fondo de Desarrollo de las Naciones


Unidas para la Mujer (UNIFEM, 2003) y la Asociación de Psicología Americana (APA, 2002),
recomiendan el uso del modelo ecológico para explicar la violencia de género en la pareja e
identificar factores de protección contra dicho problema. Heise (1998) propone esta enfoque
junto a otros teóricos.

Como conclusión, en este trabajo de investigación expusimos las diferentes teorías que buscan
explicar el maltrato que se da en relaciones de pareja que se distinguen en la importancia que
atribuyen a los distintos factores psicológicos, relacionales, sociales y culturales. Explican que la
teoría generacional enfatiza los factores psicológicos originados en la infancia y no valora tanto
el problema de la cultura machista, mientras que la perspectiva de género subraya el modelo
patriarcal como eje organizativo de la violencia de género en la pareja, desconsiderando las
características psicológicas y comunitarias. Lo mismo pasa con la perspectiva sistémica, que
explica la violencia desde la relación vinculante, sin contemplar aspectos personales y
culturales. El modelo ecológico, se propone que la perspectiva de género no está presente sólo
a nivel macrosistémico pues, según Turinetto y Vicente (2008), el género es una estructura que
organiza lo social, lo familiar y lo individual. En otros términos, estos autores explican que las
normas culturales que caracterizan el nivel macrosistémico también atraviesan las instituciones
y el núcleo familiar que configuran espacios donde se aprenden los roles machistas a lo largo
de la historia de la persona.

Por lo cual este último enfoque ecológico, será tomado como referencia para nuestra
investigación, dado que tiene un gran poder explicativo, pues permite entender las
causas de la violencia y la interacción de los factores de riesgo que operan en las
personas, en sus relaciones, en la comunidad y en los ámbitos social, cultural e
histórico. Ayudando a identificar las raíces de los fenómenos que impiden, retardan o
favorecen el clima de violencia, así como los factores que pueden beneficiar el cambio
de los mismos. Además, nos permite construir referentes conceptuales para comprender
las dinámicas de los conflictos familiares y comunitarios, como parte estructural de la
violencia social que se vive día a día en los distintos comunidades y territorios.

factores psicosociales

Dentro de los factores psicosociales tenemos:

A.- SEGÚN PINEDA, (1998)

1.- El imaginario social, según el cual el hombre no se reconoce como objeto de maltrato o
violencia intrafamiliar, en otras palabras el hombre no se visualiza como víctima del maltrato,
2.- Por la expectativa de que los hombres cumplan con todos los atributos asignados a su
categoría social,

3.- Debido a la frustración ante la imposibilidad de salir de un círculo de maltrato y violencia.


4.- Por la propia complejidad del fenómeno de la violencia intrafamiliar más aún cuando la
víctima es un hombre.

5.-Así mismo por la invisibilidad de la violencia contra los hombres y las limitaciones de acceso
a la atención de dicho fenómeno, entre otros.

B.- FACTORES PSICOSOCIALES DE ACUERDO con Legaspi, Martínez & Morales (1986), el factor
psicosocial es un elemento del hecho social que pone en juego todo el funcionamiento del
hombre dentro de un grupo, sea éste familia, vecindario, trabajo o comunidad. Es un elemento
externo que produce una respuesta o afecta la relación de la persona con su grupo o con otros
hombres en lo individual.

Es en esta condición cuando se habla de factores psicosociales, las cuales son hechos sociales
que influyen, involucran o recaen directamente sobre el individuo. Los factores psicosociales
pueden ser analizados y estudiados desde diferentes perspectivas.

C.- LAS RESPUESTAS APORTADAS POR LOS PARTICIPANTES EN EL GRUPO FOCAL, que fueron
tres, ayudaron a describir los diferentes factores psicosociales asociados a la violencia
intrafamiliar que viven estos hombres:

1. pérdida de confianza o falta de seguridad frente a la pareja, lo cual comienza a generar


un entorno de desconfianza que se materializa, primero, en maltratos verbales, y luego
trasciende hacia el maltrato físico: “el maltrato se va presentando a medida que se va
dando como la desconfianza, como que la persona va perdiendo, sí como que se pierde
la confianza con uno.
2. Los celos, la falta de acuerdo y posibles situaciones de infidelidad: Las causas del
maltrato hacia al hombre, a ver los celos de las mujeres, esto presenta un cambio en la
manera de entender y afrontar la relación de pareja, la cual se transforma
sustancialmente y presenta una ruptura entre las expectativas y vivencias que se tenían
durante el noviazgo y las que se presentan durante la convivencia en pareja.
3. Vive en una sociedad con una inclinación machista, donde puede llegar a ser motivo de
vergüenza o burla el hecho de que un hombre sea maltratado por una mujer.
4. Para los hombres el maltrato es una situación compleja, difícil de resolver y de afrontar,
la cual genera un sentimiento de frustración, pues estos esperan que los problemas de
una u otra manera se vayan a resolver.
5. Normalización de la violencia ante los miembros de la familia. A las familias también
busca escondérseles esta situación, pero cuando estas conocen de estos hechos se
generan fricciones frente a la pareja.

D.- FACTORES PSICOSOCIALES ASOCIADOS AL DESARROLLO DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


La antropóloga Patricia Vila de Pineda, al asumir la violencia como un proceso, y no como una
situación individual.

1. FACTORES BIOLOGICOS: son genéticos, defectos cromosómicos, mecanismos


hormonales, efecto de los neurotransmisores, alteraciones o lesiones cerebrales. El
desconocimiento de las enfermedades mentales, la lesión cerebral causada por los
golpes físicos en la cabeza.
2. FACTORES PSICOLOGICOS: las personas que ejercen violencia sobre un miembro de la
familia no necesariamente sufren algún tipo de trastorno mental. Siendo incluso
menor a la población general. Lo mismo sucede con el alcohol y las drogas.
3. DIMENSIÓN CONDUCTUAL. El hombre violento suele adoptar modalidades
conductuales disociadas: en el ámbito público se muestra como una persona
equilibrada y, en la mayoría de los casos, no trascienda en su conducta nada que haga
pensar en actitudes violentas. En el ámbito privado, en cambio, se comporta de modo
amenazante, utiliza agresiones verbales, actitudes físicas, como si se transformara en
otra persona.
4. DIMENSIÓN COGNITIVA. El hombre violento tiene una percepción rígida y estructurada
de la realidad. Sus ideas son cerradas, con pocas posibilidades reales de ser revisadas.
Percibe a su mujer como “provocadora”: tiene una especie de lente de aumento para
observar cada pequeño detalle de la conducta de ella.
5. DIMENSIÓN INTERACCIONAL. La violencia en la pareja no es permanente, sino que se
da por ciclos; la interacción varía desde periodos de calma y afecto hasta situaciones
de violencia que pueden llegar a poner en peligro la vida.
6. DIMENSIÓN PSICODINÁMICA. Un hombre violento puede haber internalizado pautas
de resolución de conflictos a partir de su más temprana infancia. Cuando la demanda
externa se le vuelve insoportable, necesita terminar rápidamente con la situación que
la genera, y él ha aprendido que la vía violenta es la más rápida y efectiva para aliviar la
tensión.
7. FACTORES SOCIALES: Desde la perspectiva del modelo sociológico, se ha intentado dar
respuestas al interrogante acerca de las causas de la violencia familiar, recurriendo a
variables tales como clase social, estrés socioeconómico, distribución del poder dentro
de la sociedad y dentro de la familia, violencia institucional y política, etc.

E.- OTROS FACTORES SOCIALES ASOCIADOS : Condiciones económicas, estructura y relaciones


familiares, densidad de población, falta de cohesión y otras características de ciertos grupos
sociales:

1. El tiempo de vida conyugal.


2. las fortalezas de la pareja.
3. el nivel educativo.
4. la diversión en familia.
5. la comunicación.
6. la toma de decisiones.
7. la solución de problemas en el hogar y el aspecto económico,
8. manejo de roles y los mitos o tabúes acerca de lo que se debe o no hacer para
conservar la posición en la familia y seguir desarrollando los roles asignados
tradicionalmente.

F.- FACTORES PSICOSOCIALES DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR SEGÚN EL ICBF los factores


psicosociales de la violencia intrafamiliar

Factores determinantes

1. La pobreza, desempleo,
2. Baja escolaridad o analfabetismo.
3. Carencia de vivienda.
4. Entre éstos se encuentran los factores de protección
5. Influyen en el modo, estilo y calidad de vidas, que a su vez determinan la escala de
valores y el nivel de aspiraciones.
6. Trabajo, salud, educación y vivienda.

Factores de riesgo Relacionados con los condicionantes.

1. Entre ellos aparece el desempleo, con tiempo libre sin posibilidades de practicar
actividades útiles para lograr estilos de vida saludables.
2. El hacinamiento en la vivienda, con la consecuente intensa intercomunicación entre los
que así viven.
3. La frustración para realizar proyectos de vida, que conduce a estilos de vida no
saludables.
4. Falta de redes de apoyo social, que permite la subsistencia de conductas violentas sin
limitación alguna.

Asumiremos el estudio de la violencia como un proceso, y no como una situación


individual. Para lo cual propondremos características psicosociales cómo los biológicos,
psicológicos, conductual, cognitiva, dimensión interaccional, dimensión psicodinámica
y factores sociales, todos desde la perspectiva del modelo sociológico que ha
intentado dar respuestas al interrogante acerca de las causas de la violencia familiar,
recurriendo a variables tales como clase social, estrés socioeconómico, distribución del
poder dentro de la sociedad y dentro de la familia, violencia institucional y política, etc.
Becerra, Flores & Vásquez (2009), en su trabajo titulado “Violencia doméstica contra el hombre
en la ciudad de Lima”, realizan una investigación basados en una muestra de 385 hombres,
seleccionados en forma aleatoria, de la ciudad de Lima, con un diseño ex-postfacto; para ello,
se determinaron las características de la violencia doméstica contra el hombre, utilizando como
instrumento un cuestionario creado por los autores. Aquí se encontró que hace un año, el 71%
de sujetos fueron víctimas de maltrato por su pareja, cifra que disminuye a un 45% para el año
siguiente, porque asumió su responsabilidad ante estos hechos y se alejó de la maltratadora.
sin embargo, los que sufren maltrato en el momento actual lo hacen bajo la forma de puñetes,
cachetadas, patadas y golpes con objetos (89%) y no darle de comer y salir con otro y se lo
dicen (70% psicológico), este se da los fines de semana por causa del dinero (38% no alcanza la
plata o porque cobró menos) o por el enfado de la pareja en un 46%, ante ello se quedan
callados o se van a la calle (51%), sintiéndose impotentes o percibiéndolo como algo normal
porque su pareja estaba enfadada. Se encontró además que el 80% ni cuentan, ni denuncian su
experiencia por privacidad o por vergüenza o porque creen que no se saca nada, por miedo a
que sus hijos paguen las consecuencias.

Con esta investigación se confirma que aun sigue invisible el tema de hombres violentados por
sus parejas. Siendo además la violencia psicológica en mayor porcentaje que el físico.

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