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DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Movimiento Social Acción Nacionalista


(M.S.A.N.)
El M.S.A.N. autoriza y recomienda la reproducción y difusión del presente texto a todos
los patriotas antimarxistas y antiglobalistas, que comparten nuestra visión política, que
desean una Venezuela grande, prospera y digna, como alguna vez lo fue.

Agradecemos a todos nuestros militantes y simpatizantes, a grito de:

¡Muera la tiranía, viva la Libertad!

Editado por:
Formación política M.S.A.N.
Caracas. Venezuela.
Abril 2022

Facebook: Movimiento Social Acción Nacionalista


Blog: nacionalismovenezolano.wordpress.com
Correo: monasov@hotmail.com

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“La Patria debe ser para nosotros la suma de nuestros mejores esfuerzos, de nuestros más altos
pensamientos y de nuestra impostergable decisión de que ocupe puesto de honor entre los demás y de que
sea cada día más digna, próspera y fuerte “
Marcos Pérez Jiménez

“La Patria es una unidad total, en que se integran todos los individuos y todas las clases; la Patria no puede
estar en manos de la clase más fuerte ni del partido mejor organizado.”
José Antonio Primo de Rivera

“Habría que modificar la constitución para reducir a los partidos políticos a ciertos parámetros más estrechos,
de manera que no puedan dañar o penetrar las instituciones básicas de la Nación”
Marcos Pérez Jiménez

“La democracia (liberal), pues, determina necesariamente el sistema de los partidos. Subordina así el interés
general a los intereses particulares, y sólo excepcionalmente un partido que encarna la intención histórica del
cuerpo social... logra imponerse en el campo electoral, lo que marca, por demás, el fin del régimen. Apenas es
necesario notar que un Estado que se encuentra, no sólo ocupado por una oligarquía de clase, sino también
tironeado entre facciones rivales y sometido a las presiones de partidos de distinto origen, es incapaz por
naturaleza de cualquier acción continua”.
Jaime Maria de Mahieu.

“En poco tiempo, resultó obvio para los hombres interesados en el poder -ya para sí personalmente, ya para
realizar sus ideas que si uno, antes de esas “elecciones” trabajaba para influenciar las mentes del populacho
votante, resultaría “elegido”. Cuanto más grandes fueran sus medios de persuasión de la masa de votantes,
más cierta sería su subsiguiente “elección”. Los medios de persuasión eran los que uno tenía a mano:
retórica, dinero, imprenta. Como las elecciones eran algo grande, y de ellas dependía abundante cantidad de
poder, sólo los que disponían de medios de persuasión correspondientes podrían controlarlas. La Oratoria
entró en juego, la Prensa se adelantó como señora del país, y el poder del Dinero lo coronó todo.”
Francis Parker Yockey

“La antigua idea de “Orden” se encuentra por cierto más arriba que la moderna de “partido”: corresponde a
una élite y a una formación voluntaria juramentada, a la cual no le era ajeno el concepto de una cierta
prestancia y perfección física con caracteres sea “ascéticos” como militantes. Elite que defiende
esencialmente una idea, que custodia una tradición y hace de sostén para una determinada comunidad, para
personas más numerosas, pero menos calificadas, más entregadas a intereses particulares y contingentes,
con un menor sentido de responsabilidad y menor sensibilidad política”
Julius Evola

"Una vez vencido el marxismo, las mayores dificultades se le presentan al fascista por el lado liberal,
demoburgués, donde se apiñan, no esas pobres añoranzas de la libertad perdida, como pretenden los
plumíferos llorones de la democracia, sino el frente oligárquico capitalista; es decir, los dueños de los grandes
periódicos, los directores de los grandes Bancos, todos los magnates, en fin, que ofrece en sus diversas
formas el gran capitalismo moderno (supracapitalismo). Generalmente, todos ellos se muestran partidarios de
la democracia liberal, apetecen un régimen de libertad política. Pues son, en efecto, los representantes
feudalistas, quienes equivalen en nuestra época al régimen feudal de los grandes señores antiguos,
mostrándose hoy enemigos de la prepotencia y de la pujanza del Estado, como sus antecesores lo eran ayer
de la soberanía de los monarcas."
Ramiro Ledesma Ramos

“Consideramos al capitalismo como la explotación del hombre por el capital y al comunismo como la
explotación del individuo por el Estado. Ambos “insectifican” a la persona por medios distintos”
Juan Domingo Perón

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Contenido
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS ................................................................................................ 4
NUESTRA DOCTRINA 5
TENEMOS PROBLEMAS 9
NUESTRA PROPUESTA 13
EXIGIMOS 18
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES ............................................................................................. 19
NACIONALISMO 20
TERCERPOSICIONISMO 22
FAMILIA Y EDUCACIÓN 23
EL TRABAJO 25
MERITOCRACIA 27
ANTIPARTIDOCRACIA 28
DEMOCRACIA NACIONALISTA 29
FEDERALISMO 30
ANTIGLOBALISMO 32
ANTI IDEOLOGÍA DE GÉNERO 33
FEMINISMO TRADICIONALISTA 35
COMUNICADOS .................................................................................................................... 38
¿PORQUE NO SOMOS LIBERALES? 39
¿POR QUÉ NO SOMOS HUMANISTAS? 40
JUICIO A LA DEMOCRACIA VENEZOLANA 42
UN NUEVO MODELO DE ELECCIÓN POPULAR 45
LA NUEVA ASAMBLEA NACIONAL 48
RE-ESTRATIFICACIÓN SISTEMÁTICA DE LA POBLACIÓN 49
LA SOCIEDAD BANAL 50
EL PATRIARCADO 52
UNA MUERTE ANUNCIADA 55
LA DOCTRINA BOLIVARIANA 57

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DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

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NUESTRA DOCTRINA
El Movimiento Social Acción Nacionalista es de corte nacionalista propulsor de la tercera
posición, inspirado en el Nuevo Ideal Nacional de Marcos Pérez Jiménez, el Movimiento de
Integridad Nacional de Renny Ottolina, y demás movimientos y pensadores nacionalistas; anti
partidocraticos y meritocraticos a lo largo del mundo, adoptados a la realidad venezolana de
nuestra actualidad.

Para nosotros, el mundo no es el mundo materialista concebido por la modernidad, en el cual el


humano es un ente autosuficiente, sin nexos, aislado, desarraigado de sus vínculos con la
naturaleza, la historia y el espíritu. Con el racionalismo se hace patente una nueva noción del
hombre que se manifiesta en la negación de la naturaleza espiritual reduciéndose todo a la
materia, dicha concepción del hombre se profundiza con la revolución industrial y el desarrollismo
que organiza al hombre como un instrumento del trabajo, en función de la productividad y
mecanización concibiendo al hombre como una herramienta. Dicha concepción filosófica ha
evolucionado en el posmodernismo que ha impuesto el relativismo como dogma resultado un
hombre vacío, que lo impulsa a vivir una vida materialista, egoísta y momentánea, en la que no
hay norma moral despreciando lo trascendental; la espiritualidad, la tradición, la naturaleza, la
Nación y la familia, los cuales forman los vínculos necesarios para dotarle un sentido de vida y
pertenecía, alejando al hombre del vacío existencial tan común hoy.

La sociedad actual es la sociedad que ha abandonado los patrones morales y la espiritualidad que
hasta hace poco regían occidente. Por tanto es una sociedad relativista, sin guía, sin valores
absolutos que toma lo superfluo y banal como modelo único. El progresismo globalista intenta
imponer dicho modelo como el único pensamiento posible, así que la única “libertad” que tolera el
progresismo es la libertad estética, puesto que va tachando a todo pensamiento alternativo
despectivamente como “conservador”, “retrogrado”, “fascista”, “sexista” etc para censurarlo y
prohibirlo por ley.

Por lo tanto, nuestra concepción es la del tradicionalismo vitalista surgido como reacción contra
el modernismo materialista evolucionado en posmodernismo, y de ahí nuestra oposición a las
ideologías materialistas (marxismo y capitalismo). Dicho tradicionalismo sostiene la distinción en
el ser humano de tres grados diferentes; cuerpo, alma y espíritu. La misma se reencuentra en las
enseñanzas de las antiguas tradiciones, románica, helénica, indo-aria o cristiana que el
modernismo ha pretendido borrar diciendo que solo existe el cuerpo, lo material, y que solo
importa “das Kapital”.

Por tal motivo, el Estado no debe preocuparse solo por la parte material sino por el ser humano en
sus tres grados. Queremos al hombre activo y dedicado a la acción con todas sus energías, que
suprima el instinto de la vida hedonista y egoísta para instaurar en su alma el sentido del deber, la
justicia, el honor y la disciplina. Una vida en la cual el individuo, en virtud de su abnegación y
sacrificio, realiza su existencia espiritual, la cual es la única en la que puede alcanzar su mayor
valor como ser humano.

De tal manera que le toca al hombre mismo conquistarse la vida que sea realmente digna de él,
creando para ello, en sí mismo el instrumento (físico, intelectual y moral) para edificarla. Así como
esta concepción se refiere al individuo, también se refiere a la nación. De ahí que es el Estado el
responsable de elevar el valor de la cultura en todas sus formas; arte, religión, ciencia, y la
grandísima importancia de la educación y el trabajo. Para realizar estos objetivos el Estado debe
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procurar el ORDEN. Lo cual implica, impedir o minimizar las tendencias anárquicas, instintivas,
inconscientes, disgregadoras y colectivistas que puedan suscitarse por ciertos grupos entre las
masas con la finalidad de producir el CAOS.

Por otro lado, el fundamento de cualquier teoría política es su actitud con respecto a la cualidad
ética fundamental de la naturaleza humana. Visto así sólo hay dos clases: los que presuponen una
naturaleza humana “naturalmente buena” y los que ven a la naturaleza humana tal como es. Por
“buena” se ha entendido razonable, perfectible, pacífica, educable, deseosa de mejorar, y varias
otras cosas. El racionalismo considera al hombre “bueno” por naturaleza. Es debida a esta
concepción que los enciclopedistas, Iluminados, anarquistas, liberales, marxistas y economistas
soñaron con todo tipo de utopías.

Dichos racionalistas concluyeron que el hombre por medio de su entendimiento, es decir la razón,
podía estar por encima de su condición psíquica, sus experiencias, sentimientos, creencias, su
historia. Ingenuamente pensaron que el ser humano podía comportarse como otra máquina, en la
cual la razón estaría por encima de sus sentimientos, creyendo que así se podía igualar a todos los
hombres, su deducción última fue el igualitarismo, todos los hombres son iguales. Sin embargo,
solo se puede hablar de igualdad entre individuos en tanto estos son en gran medida
inconscientes. Cuanto más inconsciente sea una persona, más seguirá el canon psíquico de las
masas. Al contrario cuanto más consciente se llegue a ser, más pasará a primer plano su diversidad
con respecto a otros individuos y menos responderá a la expectativa general, por tanto más libre
será. La “igualdad” entre los humanos solo será posible a medida que este abandone su
individualidad y su accionar devenga en puro instinto sin pensamiento propio, tal persona solo
estaría satisfecha viviendo en una colonia de hormigas o como un autómata mecanizado siguiendo
el mandato de un estado totalitario.

TODOS los partidos llámense de “derecha” o “izquierda”, juren que son “enemigos”, pero la
realidad es que comparten esa visión del hombre y la política y siguen los mismos preceptos
racionalistas, materialistas e igualitaristas.

En cambio nosotros vemos la realidad como es, no creemos que todos los hombres sean
“razonables” ni iguales, ni siquiera consideramos que sea beneficioso que sean iguales, ni que sea
posible la “felicidad“ sobre la tierra, tal como soñaron aquellos utópicos. El partido que funde su
existencia sobre la búsqueda de una “suprema felicidad” debería definirse como una secta.
Rechazamos, los dogmas y todas las utopías jacobinas incluyendo los mitos del “buen salvaje”, o el
“hombre nuevo”, según las cuales, en un determinado período de la historia, habría de producirse
un “paraíso”. Somos realistas, rechazamos las utopías, no pretendemos proclamar doctrinas
idealizadas del hombre y menos engañar a jóvenes incautos con sueños irrealizables.

La última utopía que sobrevive es el marxismo y no porque se crea realmente en ella, sino porque
sirve al propósito de destruir. Su explicación del significado de la historia fue ridículamente simple.
Toda la historia se explica por la lucha de clases para el control de la economía. Todo es
economía, la cultura es secundaria, en esto no difiere a los teóricos liberales y capitalistas. La idea
del marxismo es netamente materialista. Fourier, Cabet, Saint-Simon, Comte, Proudhon, Owen,
modelaron utopías como el Marxismo, pero omitieron convertir al odio en el centro del sistema,
ellos usaron la razón, el Marxismo prueba que el odio es más efectivo, incluyendo además la ley
mosaica de la venganza.

En el plano internacional rechazamos el “antiimperialismo” izquierdista por superficial y banal.


Cuando un partido de izquierda se declara “antiimperialista” solo admite su oposición retorica a

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EEUU (no de espíritu ya que las ideas izquierdistas; la oposición a la autoridad, la “liberación
sexual”, la drogas libres, el lobby homosexual, la ideología de género etc... llegan precisamente de
EEUU). A ese partido no le parece mal arrastrase ante el neoimperialismo chino, siendo este
mucho más totalitario y opresor que cualquier gobierno estadounidense. Tampoco siente
contradicción en entregarse al marxismo internacional, al foro de Sao Paulo y el castro comunismo
y que sus “asesores” dicten las “políticas socialistas”, y a la vez declarase “nacionalista”. Tampoco
ve contradicción “antiimperialista” en endeudarse con la banca mundial y entregar inmensos
recursos naturales para mantenerse en el poder.

Así mismo, reconocemos que los adelantos de la ciencia y la técnica que definieron los dos
pasados siglos, y la tecnología digital que está transformando el presente siglo nos llegaron gracias
a las potencias extranjeras occidentales, no de ningún pueblo indígena ni africano por cierto. El
liberalismo, e incluso el marxismo que defienden los “antiimperialistas” nos llegó de Occidente. El
mismo “revolucionario” no es más que la persona que ante tanta abundancia material, desea más,
y exige expropiar, robar, confiscar, lo que ha costado tanto construir a la sociedad. Lo que mueve
al “revolucionario” es la envidia personal.

El llamado “tercermundismo” político es solo hipocresía y envidia hacia la cultura occidental, es


negación (como el indigenismo), pero no es una creación propia, ya que fue la cultura occidental
la que despertó a la política y a la historia universal a esos pueblos primitivos de Africa, Asia y
Oceanía. Fueron esos pueblos lo que practicaban abiertamente la esclavitud y el asesinato ritual,
la superstición como religión y el tribalismo como gobierno, en los que Occidente introdujo no
solo el desarrollo técnico, sino ideas como el universalismo, el liberalismo, el marxismo, el
nacionalismo, la democracia, derechos del hombre, el cristianismo etc que hasta el contacto con el
“hombre blanco” eran inimaginables para ellos. Aquí nos alejamos de toda retorica
“tercermundista”.

Nuestro antiimperialismo va mucho más allá de la oposición a EEUU, ya que no es el “imperio


yanqui” el que gobierna el mundo como afirman los izquierdistas, sino que hay un poder mundial
aún sobre el gobierno y el pueblo estadounidense. Los grandes poderosos del dinero son la fuerza
impulsora detrás del imperialismo anglo-americano y las guerras, como dueñas de todos los
medios masivos mundiales, envuelven al mundo en una red de mentiras, avivan con placer todas
las pasiones bajas y utopías, y silencian su oposición bajo la dictadura de la corrección política.
Nuestro antiimperialismo va contra ese poder, contra el poder mundial del dinero, la potencia
financiera y mediática supraestatal reinante sobre las Naciones, el nuevo orden mundial, más que
antiimperialistas somos antiglobalistas.

Somos imperiales, (no imperialistas) deseamos una Venezuela fuerte y soberana, es decir Imperial.
No aceptamos como destino histórico una República sometida a intereses foráneos sean yanquis,
chinos o rusos, ni una Venezuela parasitada por influencias externas, sean castro comunistas,
sionistas o cualquier otra corriente que usen nuestra Nación para sus intereses geopolíticos. Esa es
nuestra voluntad de Imperio, seguir nuestro propio camino. El imperio amerita orden y disciplina,
dejar el cortoplacismo a un lado y ejecutar planes no para un periodo de gobierno, sino para
siglos. Eso es lo que fue el Nuevo Ideal Nacional, una voluntad de Imperio, proponer hoy y ejecutar
mañana sin tanta habladuría. Imperio también es saber usar nuestra fuerza para contener
enemigos externos y ejercer influencia real en la política internacional.

Somos reformistas, no podemos ser “revolucionarios”, por cuanto serlo implica empezar de nuevo
la historia, cortar súbitamente y destruir lo andado. La sociedad existe porque continua, hacia
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adelante, esto permite no cometer los mismos errores siempre, romper esa continuidad con el
pasado es descender al grado animal. Las revoluciones han fracasado porque niegan ese principio,
repiten los mismos errores, quieren imponer ideas utópicas a la sociedad mediante la violencia y el
totalitarismo. Por eso las “revoluciones” solo pueden destruir más no construir nada, ya que
desprecian el pasado, pretenden construir un edificio sin fundaciones

Somos clasistas, para nosotros existen solo dos “clases”; la que se exige disciplina y acumula sobre
sí misma dificultades y deberes, no rehúye de las responsabilidades preocupándole lo
trascendente visualizando el futuro, y la otra clase que no se exige nada especial, para ella vivir es
ser como son sin ningún esfuerzo de perfección y no les preocupa más que su bienestar presente,
más interesada en los “derechos” que en los deberes. Vale recalcar que esta división entre clases
de hombres no tiene nada que ver con la división de clases materialistas que divide a las personas
en función de su dinero. Una “clase” es la Aristocracia del Espíritu, la otra es la masa.

Somos anticomunistas y contrarios a la lucha de clases, que generan conflictos y exclusión entre el
mismo pueblo, y terminan arruinando la economía provocando hambre y miseria. El socialismo
marxista es antinatural, atenta contra el humano al pretender igualar a todos y someterlos a la
dictadura del partido comunista. Negamos el igualitarismo y reconocemos el orden jerárquico
natural. En toda la historia humana alguien, un líder natural, debe dirigir, ya en la prehistoria debía
coordinar los grupos de caza, alguien con la experiencia y la habilidad debía guiar al grupo. La
sociedad se inició bajo una meritocracia o principio de liderazgo, pues al grupo le convenía que los
guiara el mejor. NUNCA ninguna sociedad, ni la comunista, han sido dirigidas por las masas. Decir
que alguna vez existió o existirá una sociedad sin clases es imposible y antinatural, los seres
humanos somos diferentes en carácter y habilidades. El marxismo, leninismo, guevarismo,
chavismo y toda ideología similar solo ha servido para que una oligarquía comunista someta al
pueblo a una tiranía la cual busca acabar con el hombre libre, creador e independiente, para
sustituirlo por el “hombre nuevo”, es decir un hombre sumiso ante el poder, dependiente del
partido, sin aspiraciones de grandeza, ni metas más allá de las señaladas por la oligarquía
comunista.

En lugar de comunismo planteamos el comunitarismo, lo cual no es más que el espíritu de


hermandad entre compatriotas para lograr objetivos comunes. El comunitarismo es apego al suelo
y a la tradición, es responsabilidad individual al servicio de la colectividad, es entender que los
problemas comunes no afectan a todos, es obedecer el llamado al deber de servir intereses
generales. Mientras que el comunismo chavista, con sus “comunas” significa hacer depender a las
comunidades al partido de gobierno. Su comunismo es lo contrario al comunitarismo, es anular el
llamado al deber individual, es el llamado a la dependencia, es el Estado absorbiendo a la
comunidad.

Somos anticapitalistas, creemos en la propiedad privada. La propiedad privada es lo opuesto al


capitalismo, pues la propiedad es la proyección del hombre sobre sus cosas, lo que es un atributo
natural. La propiedad es un incentivo para el trabajo, ya que entonces cada cual lo realiza para sí,
la idea de que algo es nuestro trasmite independencia y alegría en el cumplimiento del trabajo. En
cambio, el capitalismo ha ido sustituyendo la propiedad del hombre por la propiedad del capital,
que va sometiendo toda la propiedad nacional al control de grandes compañías y grandes bancos,
o al control del Estado.

En cambio cuando los izquierdistas hablan sobre “acabar con el capitalismo”, en realidad lo que
quieren es acabar con la propiedad privada y la empresa. Para el izquierdismo la propiedad
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privada, la empresa, el emprendedor son sinónimos de “capitalismo”. La realidad es que en
Venezuela casi no hay tal capitalismo, si nos guiamos por qué mayoría de las empresas están
registradas como compañías anónimas diríamos que hay mucho capitalismo, pero la realidad es
que la mayor parte de ellas no son nada anónimas si no que son empresas familiares, formadas
por conocidos, personas reales, en las que no hay tal cosa como el inversionista capitalista
anónimo. La diferencia es muy significativa, cualquier empresa; una constructora, una panadería,
una carpintería etc está dirigida por personas que conocen su comunidad, sus problemas, su país y
sus necesidades. Eso no es capitalismo, es propiedad privada que sirve al desarrollo del país. En
cambio el capitalista no tiene ningún arraigo con la empresa, con la comunidad, no le importa el
desarrollo del país, tal vez ni viva en el, ni perjudicar a la población para aumentar su beneficio
particular, o llevar su “inversión” a otro país que le ofrezca mayores ganancias. Eso es capitalismo.

En cuanto al componente étnico de nuestra Nación, nos oponemos rotundamente a cualquier


movimiento etnicista, separatista y racista sea cual sea su origen; sea indigenista, afrocentrista o
eurocentrista. Reconocemos y defendemos la pluralidad cultural y racial de nuestra Nación,
incluidos los pueblos amerindios.

No obstante, rechazamos que como sociedad seamos principalmente descendientes de pueblos


indios como pretende el indigenismo marxista, cuando la verdad es que nuestra Nación es sobre
todo (no exclusivamente) heredera histórica, y cultural de España. El no reconocer lo que somos y
de dónde venimos nos impide saber los que somos, lo cual causa confusión. Es claro que nuestra
organización; sistema político, económico, judicial, religioso, el arte; pintura, arquitectura, teatro,
literatura, las ciencias, las ingenierías civil y militar, las ciudades, los medios de trasporte, entre
tantas cosas son legado hispánico, eso sí conservando su particularidad producto de nuestra
geografía, y la mezcla racial y cultural con lo amerindio y lo africano. Entre la época hispánica
antes de 1811 y la época republicana, posterior de la guerra civil de independencia, no hay
ninguna fractura, ni antagonismo, entre ambas épocas hay continuidad cultural, económica,
tecnológica, de un mismo pueblo. En este sentido, reconocemos a Venezuela como una nación
Hispanoamericana perteneciente a la civilización occidental, heredera y continuadora de la
civilización latina en América.

Nuestra meta como Nación debe ser acercarnos a nuestras raíces Occidentales (latino-visigóticas-
hispánicas), y tomar como modelos su cultura y civilización; Orden, Cultura, República,
Democracia, Cristianismo. El otro camino, el de la africanización, o indigenización, que predican los
chavistas nos lleva inevitablemente a hundirnos cada vez más en el tercermundismo, el tribalismo,
el palerismo, el caciquismo, el colectivismo, la anarquía y el fin de la República.

TENEMOS PROBLEMAS
No importa donde miremos, en torno nuestro no vemos sino el caos. Nuestra Nación es un
territorio ocupado, rusos y chinos a los que se les adeudan millones de dólares se apoderan de
nuestros minerales, nuestra economía y de las empresas estatales, dictando las políticas
económicas y hasta militares en perjuicio de nuestra Nación. Por otro lado, los regímenes
parásitos del Foro de Sao Paulo ejercen el poder real, los “asesores” marxistas dirigen la política y
usan nuestro país y lo usan para hacer sus experimentos con la complacencia de la oligarquía
partidista, entreguista y apátrida. Esa misma oligarquía que permitió que los “asesores” marxistas
aplicaran sus ideas (“cooperativismo”, “socialismo del siglo XXI”, “unión cívico-militar”,
“constituyente” etc), llevándonos a la ruina. Entregó además millones de dólares de nuestro
petróleo para propagar la llamada “revolución” en el continente y desestabilizar otros estados. Ni
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un solo dólar se invirtió en generar industrias que nos sacaran de la dependencia del petróleo, se
olvidó “sembrar el petróleo”.

En el ámbito interno tenemos una sociedad sin horizontes, sin objetivos; con una minoría de
oligarcas partidocraticos y sus testaferros enchufados inmensamente ricos, y una mayoría
sumergida en la pobreza, sin oportunidades de progresar mediante el trabajo honesto y el estudio.
Lo que produce por un lado inmigración masiva como nunca vista con sus graves consecuencias
sociales, por otro lado delincuencia y violencia, usura y especulación, corrupción y facilismo para
poder sobrevivir, sumado a su vez la falta de valores y educación ética, mientras los medios de
comunicación difunden anti valores. Al mismo tiempo que la avaricia de los oligarcas y su
entreguismo produjo el arco minero y la destrucción de nuestra naturaleza, bosques y ríos, las
cuencas fluviales de deforestan y los parques nacionales se invaden y queman, no hay bosque
urbano que no esté repleto de basura, y no hay pueblo en el que los gases tóxicos de la quema de
basura invada el aire. Todo esto contribuye a la destrucción y el hundimiento espiritual y material
de nuestra Nación.

Han faltado en nuestro país, líderes y partidos que proclamen una idea y una empresa capaz de
sumar a toda la colectividad, es decir todos han sido partidistas (excluyendo muy pocos; Pérez
Jiménez, Germán Borregales, Ottolina… a los cuales obviamente los partidos les hicieron todo tipo
de trampas electorales) y todos han sido izquierdistas, es decir; demagogos, populistas,
irresponsables, superfluos, materialistas que pretendieron cambiar el país mediante decretos y
“realazos”. El resultado fue que las políticas transcendentales de largo plazo, la importancia de la
moral y los valores en la política, se sustituyeron por medidas cortoplacistas para captar votos, el
facilismo, el carnet partidista para ocupar un puesto u obtener un “bono”, el pan para hoy y
hambre para mañana, haciendo que la población dependa cada vez más del partido para vivir, se
convirtieron en la fórmula del gobierno partidocrático adeco-copeyano-chavista.

Los intereses de los políticos son del partido no del país. Bajo el pretexto antidemocrático de
“disciplina partidista” mandan a callar y sacan a los políticos que no permiten la corrupción o los
planes improvisados, haciéndoles pagar caro sus ofensas contra el partido. Con razón no es raro
que solo se “destapen” los actos de corrupción cuando el político tal ha abandonado el partido,
mientras tanto todos felices. Habría que preguntarse ¿Cuántos ministros, alcaldes, gobernadores,
presidentes, han renunciado por incapacidad para cumplir sus promesas electorales? La respuesta
es ninguno. Al contrario, aún sin cumplir lo que prometieron hace 15, 10, o 2 años, quieren seguir
en el gobierno como si cada nueva promesa invalidara la anterior. Entonces, si no han cumplido lo
que han prometido ¿por qué siguen saltando de ministerio en ministerio y para qué quieren
reelegirse una y otra vez si no han cumplido? La respuesta es nuevamente fácil, no tienen
vergüenza propia, ni responsabilidad, ni moral, y su lealtad es para el partido no para la Nación,
quieren el poder no para beneficiar al país sino para beneficiar sus intereses.
Décadas de populismo, irresponsabilidad, facilismo, partidismo y burocratismo han dejado en
nuestro país solo caos y confusión, ¿Cómo puede vivir el campesino cuando se mata trabajando y
sufriendo? ¿Cómo puede comprar el obrero cuando el intermediario encarece los precios? ¿De
qué vale a empleados el alza del sueldo, si el costo de la vida sube cada día? ¿Cómo puede el
empresario, el comerciante o el agricultor producir si las mafias políticas o sindicales, grupos
armados llamados colectivos o los propios organismos de “seguridad”, extorsionan, roban,
secuestran y confiscan sus bienes, productos o empresas? Mientras la inflación roba a todos el
esfuerzo de su trabajo digno y honrado el país se des industrializa progresivamente.

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Pero ellos mismos, pueblo en general, vuelcan su vista hacia los partidos esperando una ayuda,
partidos precisamente portadores de empobrecimiento y sometimiento del trabajador. Así se
recurre a los mismos partidos que cambian pobreza por un voto para seguir perpetuándose en el
poder, el círculo corrupto continúa hasta que alguien alce la voz, alguien proponga otro camino.

Por si fuera poco, aún hoy partidos políticos promueven como camino el marxismo, cuando ya no
necesitamos presentar pruebas contra el comunismo en vista de la bancarrota de su sistema
económico en cada país que se ha aplicado y su responsabilidad de millones de asesinatos,
genocidios en nombre de la igualdad en todo el mundo, pero sospechosamente nadie lo prohíbe
legal ni moralmente. El marxismo real al final no más que una multitud aglutinada por
sentimientos de odio y envidia contra la otra mitad del pueblo. La verdad central del marxismo
(leninismo-castrismo-chavismo) es buscar la desintegración del individuo. Entonces arremete
contra todo lo que puede unir al hombre con sus raíces, tradición, espiritualidad y comunidad.
Para sustituirlo por el partido, el culto al líder, la lucha de clases; el che Guevara como un nuevo
cristo, la “lucha de clases” como la nueva tradición, el partido como nuevo símbolo de identidad
patria, la “ética socialista” como una nueva religión, y Chávez como un nuevo “santo y mártir”.

Destruir partiendo de un núcleo negativo, todo lo que en el hombre puede tener algún valor de
autonomía e individualidad. Entonces pretenden destruir el pasado para sustituirlo por su relato,
no apelan a un supuesto indigenismo para “hacer justica” los pueblos indígenas como dicen. Ni
ellos mismos creen que seamos culturalmente ni racialmente indígenas, lo hacen para destruir
nuestra historia, el origen español de nuestras ciudades, y así no tengamos como combatir su
comunismo. Si el pueblo no sabe de dónde viene, ni a donde va, puede ser llevado a cualquier lado
por estos saboteadores de la civilización occidental que pretenden destruir la República que
volvamos al tribalismo y ellos alzarse como caciques absolutos.

¿Cómo extrañarse de que con su odio, división y destrucción de cultura no pueda lograrse de esta
manera la solución del problema social y económico, y en lugar de eso aumente la confrontación
entre el mismo pueblo?

Las instituciones republicanas han sido totalmente pisoteadas bajo el gobierno de los partidos,
para afianzarse en el poder han desprestigiado, dividido y prostituido las instituciones
fundamentales para poner a los partidos como la razón y el fin de la República. Vemos por
ejemplo, como convirtieron las FFAA en una guardia para respaldar al régimen, comprando los
altos mandos, dando ascensos y cargos por razones partidistas, y puestos ministeriales a cambio
del apoyo. Las Fuerzas Armadas no pueden declarar a favor del gobierno ni en “apoyo” al
presidente, y no por razones “democráticas”, sino porque estas representan vivamente al Estado,
el cual está sobre y más allá del gobierno de turno. Siendo el gobierno el poder temporal mientras
el Estado representado por las Fuerzas Armadas trascendental, no pueden estas someterse al
gobierno, por tal motivo unas verdaderas FFAA nacionalistas, no partidistas, ni corruptas deben
mostrarse imparciales ante cualquier manifestación pública de repudio por parte de la población
contra el gobierno temporal.

La destrucción de la institucionalidad se evidencia en el ridículo jalabolismo de todo funcionario


partidista que ante cualquier declaración inicia diciendo “en nombre de …”, “gracias al …”, dejando
claro que todo lo que se hace no es por la institución si no por el cacique local o nacional que hay
“agradecer” y darle su jaladita, porque ese funcionario del ministerio o de la gobernación le debe
su cargo al cacique partidista, no está allí por méritos propios, y si no se muestra totalmente
sumiso y jalabolista lo botan del cargo.

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En materia de fronteras el régimen partidocratico ha sido totalmente desastroso. La inmigración
descontrolada y masiva hacia nuestro territorio ha sido promovida por los mismos partidos, los
cuales han obtenido con ello una gran clientela política, usados con fines electorales,
trasformando al indocumentado en votante y agente armado de los partidos. Las consecuencias
de la inmigración clandestina han sido el aumento de la delincuencia, la masiva ranchificación, la
saturación de los servicios públicos, el desempleo y con ello la “buhonerización”.

Mientras sucede todo eso, la calidad de vida del venezolano disminuye cada año. La expropiación
de las empresas para pasar al Estado solo benefició a los oligarcas partidistas debido a la inmensa
corrupción que conllevó, su estrategia fue colocar al frente de las empresas públicas a militares y
personas sin capacidad pero leales al partido, así la quiebra de las empresas públicas fue
inminente. ¿Cuál empresa expropiada es hoy más eficiente y más productiva? Pues ninguna, la
mayoría están en quiebra y los responsables de ello saltan de ministerio en ministerio.

Los servicios públicos son deplorables; los servicios hospitalarios inservibles e insuficientes, el
servicio de agua potable casi inexistente y de baja calidad en un país con las “mayores reservas de
agua”, la educación es pésima cada año el bachiller está peor preparado ya que baja la exigencia y
se evidencia en el bajo nivel de la mayoría de las universidades, los servicios de comunicaciones
funcionan intermitentemente y desmejoran cada año, la vialidad y los servicios de transporte una
calamidad pública, el servicio de gas doméstico se convirtió en una lotería y una angustia para
obtenerlo luego de su expropiación, de igual forma la gasolina, las plantas de tratamiento de aguas
negras brillan por su ausencia haciendo que cada rio y quebrada que atraviese una ciudad este
altamente contaminado, así mismo cada lluvia periódica genera inundación y deslizamientos de
tierra, por la falta de limpieza de canales y de arborización . No hay planes serios y continuos, todo
es un “operativo”, desde sacarse la cedula, limpiar una avenida, hasta vender queso.

Y ni hablar del uso de nuevas energías renovables como la eólica o programas reales de
disminución y tratamiento adecuado de los desechos sólidos, nos quedamos en la cola de América,
a nivel de subdesarrollo nuestro país puede compararse ahora con Centroamérica o el afrocaribe.
El resto de países Suramericanos nos superaron hace tiempo en tecnología, energías nuevas,
manejo de basura, industrialización, producción de alimentos y turismo.

Los servicios públicos solo se “arreglan” sobornando al agente del partido o al “militar” para que
te “cuadre” gasolina o internet. No hay mantenimiento en ningún servicio y menos adquisición de
nuevas y eficientes tecnologías, pero no nos preocupemos, mira que es “gratis”. Bajo este
contexto, el régimen partidista nos escupe en la cara alegando que debemos agradecerle cuando
una vez al año limpian una autopista o un parque (y porque al sitio va el presidente o algún
ministro), agradecerle porque mandaron agua tres días a la semana y no dos, agradecerle porque
para comprar gas obligatoriamente debemos anotarnos en una lista y someternos al militar o al
agente de control del partido, mientras que al lado del hospital hay un basurero, que además lo
queman cada semana….

La famosa “soberanía alimentaria” se convirtió en otro mito. El hambre y la escasez se apoderan


de la colectividad mientras importamos arroz… de Guyana. La reforma agraria adeca fue excelente
solo en los textos escolares, pero en la realidad significó el gasto de millones, la entrega de tierras
a gente sin preparación, sin instrumentos y sin asesoría, quedando la producción agraria sin
mayores progresos.

Durante el chavismo se profundizó dicha reforma, la “recuperación de tierras” no cambió en nada


la situación, solo sirvió para complacer el discurso izquierdista y beneficiar a algunos enchufados.

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En lugar de promover un desarrollo industrial agrario promovieron el conuco como la “gran
solución”, es decir el conuco que representa atraso, baja producción y miseria. El mantenimiento
de esos conucos, que debido a su baja producción trabajan a perdida, se financia con el dinero
público, es decir se convirtieron en otra fuente de corrupción y malgasto, al igual que con las
“cooperativas” se destinaron millones en créditos que al final nunca se recuperaron, los gastaron
en otras cosas y nadie fue responsable. De la misma forma en los centrales azucareros se
invirtieron millones, se hizo propaganda a más no poder con los cuales supuestamente seriamos
“potencia mundial”, hoy tenemos menos azúcar que nunca, y las tierras expropiadas quedaron
más pronto que tarde arruinadas. Mientras tanto, y después de miles de millones malgastados,
nos dicen que para la “soberanía alimentaria” sembremos tomates en las macetas del balcón. La
supuesta reforma, y su “soberanía alimentaria” es responsable que como nunca en la historia, el
país dependa de la importación de alimentos, y la población padezca hambre. El gran beneficiario
de la “soberanía alimentaria” fue el capitalismo importador en el cual muchos oligarcas
partidocraticos tienen intereses con empresas importadoras cuyos contratos obviamente fueron
adjudicados a dedo, con las cuales se cobran “comisiones” millonarias.

A pesar de todo lo anterior expuesto, esos políticos oportunistas se llaman a sí mismos


“demócratas”, a pesar de destruir el país, de dividir la población, de arremeter, despreciar, insultar
a la mitad de la población, de desconocer los resultados electorales cuando pierden y colocar
gobernadores y asambleas paralelas en su lugar, de acabar con la separación de poderes
mediante fraudes, corrupción y amenazas, de usar la ley electoral para su propio beneficio y usar
dinero del Estado para financiar sus candidatos, de “encadenar” los medios públicos para
obligarnos a escuchar su propaganda partidista, de obligar a los empleados públicos a ir a marchas
partidistas, de criminalizar las protestas, de amenazar con quitar “beneficios” al que proteste,
mandar sus motorizados “colectivos” a disolver protestas pacíficas, de ignorar, burlarse y
menospreciar los reclamos de la ciudadanía, de censurar, amenazar, y clausurar los medios
críticos…

Lo más grave de todo esto ha sido la falta del sentido histórico del Estado, lo cual no es otra cosa
que un proyecto de empresa común a futuro que abarque a toda la sociedad y no solo a los de un
partido político o una clase económica. Por tal motivo, nuestra existencia colectiva está vacía, una
sociedad pierde el fundamento de su vida en común cuando deja de tener, fines propios y
distintos de los fines de sus partes.

Los “defensores de los pobres”, de la “igualdad” y la “libertad”, los “demócratas” pues, son los que
han arrastrado al pueblo a la miseria y han derramado su sangre, los demagogos; anarquistas y
marxistas, los que tiranizan al pueblo, roban y se enriquecen a costa del sufrimiento de las masas,
los que entregan nuestra soberanía a intereses extraños y confrontan al pueblo entre sí mismo, a
ellos los hacemos responsables de la destrucción de nuestra Nación.

NUESTRA PROPUESTA

No concebimos al Estado como un instrumento útil solo para “administrar” los bienes públicos,
impartir justicia o defender las fronteras, tampoco lo concebimos como la “alcancía” de la cual
sacar dinero para “ayudas” y “bonos” populistas y mantener al irresponsable a cambio de votos.

Para nosotros la misión del Estado va mucho más allá de administrar la política o financiar planes
sociales. Esas son concepciones materialistas y utilitaristas. El Estado es la representación del
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pueblo y su misión no es la de ser espectador más o menos parcial en los enfrentamientos entre
partidos ni constituir un Parlamento ofreciendo a la población un espectáculo donde 300 o 400
personas que de hecho son únicamente dos o tres, según los partidos representados, se diviertan
organizando multitudinarios debates. El Estado debe ser más que los partidos políticos, el Estado
no puede ser dirigido por una minoría que lo secuestra para perpetuar en el poder su partido o
partidos. El Estado Nacional debe estar organizado de manera tal que toda la sociedad,
representada por gremios, sindicatos, universidades, iglesias, tengan participación activa en las
decisiones que afectan a la totalidad de la Nación.

Así mismo, el Estado Nacional debe como fin esencial hacer primar en el hombre los factores
positivos sobre los negativos. Entendiendo que en cada Nación existen en grado diferente un
conjunto de herencias opuestas, que pueden elevar a la sociedad hacia grandes hazañas o
hundirlo en la mediocridad.

De ahí que la función primordial del Estado sea la de elevar al hombre hacia su mayor potencial,
tomando en cuenta las aptitudes intelectuales, morales, espirituales y físicas, y a la vez hacer que
las personas mejor preparadas ocupen los puestos de mando en el Estado, mediante la
meritocracia.

Dicha “elevación” del hombre debe hacerse desde la escuela; impartiendo los valores positivos
mediante parámetros escolares exigentes (lo opuesto al marxismo que persigue la “igualdad” y
mediocridad en general), inculcar en los jóvenes la fuerza de voluntad y de superación, la idea de
la satisfacción derivada del hecho de asumir responsabilidades, el valor para reconocer las faltas
propias, y el concepto del deber y el respeto a la ley visto no como el cumplimiento de normas
abstractas o leyes cambiantes, sino como la expresión del honor y la virtud propia, sin las cuales se
degenerarían acciones reprobables, bajas o delictivas. La partidocracia demagógica se basa en la
creación arbitraria de “derechos” para manipular el electorado, nosotros concebimos que los
deberes son más importantes para el desarrollo sano de la sociedad que los derechos. Así también
defendemos los derechos universales; el derecho a la vida, a la libertad, y a la propiedad, más no
los falsos derechos progresistas que no son universales pues solo benefician a una minoría, y que
se imponen arbitrariamente por la imposición de Estado.

Consideramos que el Estado debe luchar por una sana educación del pueblo, promover las
grandes obras artísticas venezolanas y mundiales, literatura, pintura, música, y el entendimiento
de todas las ciencias y el progreso de la tecnología. Imagínese si se usara toda la red de medios
públicos para educar en ciencia y tecnología en lugar de ideologizar políticamente… Hoy vemos
que el “menú” que ofrece el cine, la televisión y la música abarca todo tipo de libertinaje sexual,
hedonismo, materialismo, vulgaridad generalizada, mediocridad, transexualismo y hasta pedofilia.
Esto envenena el alma de los jóvenes. La vida del pueblo debe estar libre de estás ataduras, así
como de la perniciosa tendencia a no afrontar la realidad, la “corrección política”, la era de los
“ofendidos” es signo de una sociedad débil y manipulable.

Así mismo, consideramos que la superación de un grupo social no se logra por el descenso del
nivel de sus superiores, sino por el ascenso de los inferiores. No se puede “igualar” hacia abajo.
De nada sirve la “igualdad”, si lo que se va a compartir una pobreza total, la igualdad positiva
debe dar a cada ciudadano las mismas posibilidades para que se pueda superar material y
moralmente. Por lo tanto, debido a que cada individuo es diferente y difiere en capacidades,
competencias, inteligencia, talentos, ambiciones etc lo normal es que aún partiendo todos del
mismo nivel llegue cada uno a ocupar posiciones de mayor o menor grado en la sociedad,
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teniendo en cuenta que es necesario garantizar que aún el trabajo más simple pueda garantizar
una vida digna sin tener que recurrir a las ayudas del Estado. Por tal motivo rechazamos el
igualitarismo a favor de la meritocracia. La lucha contra la pobreza no se garantiza con mayor
presupuesto, ni se combate dando regalos, premios, bonos etc , la pobreza, solo se combate
creando oportunidades de trabajo, es decir con una economía basada en el empleo no en el
desempleo ni subempleo.

Cuando la izquierda se vanagloria de que aumentaron en 60% el presupuesto para “combatir la


pobreza”, en realidad lo que dicen es que quieren que el 60% de la población dependa del partido
para comer, que están endeudando la República, generando inflación y que están dejando de
aprovechar una oportunidad para sembrar el petróleo y crear nuevas fuentes de trabajo que
realmente puedan sacar a millones de venezolanos de la pobreza.

La democracia verdadera debe romper con la figura de ese Estado que lo hace todo, de un
gobierno maternalista, debe plantear que la solución de los problemas de la comunidad los
resuelva la misma comunidad. Mediante la libre colaboración de una parte del pueblo se debe
lograr una efectiva comunidad social. El Estado debe enseñar al pueblo de un modo práctico para
que comprendan que la necesidad del individuo es un asunto que concierne a la comunidad en su
conjunto. Cualquier ayuda que se dé a un individuo no debe ser dada como si fuese una limosna,
menos como si fuese un “regalo” del jefe partidista, cuando más bien se está usando para pagar
esos “regalos” el dinero de todos los venezolanos, más las comisiones que los oligarcas partidistas
se embolsan al comprar dichos “regalos”.

Lo que proponemos es claro, sin politiquería barata ni ideologías absurdas y fracasadas. Nuestra
meta es la construcción de una Gran Nación cuyo fin último es mejorar las condiciones morales,
intelectuales y materiales de los venezolanos. Trasformar la sociedad venezolana de los mapas de
atraso, subdesarrollo, anarquía a mapas de progreso, orden y excelencia, y formar una conciencia
nacional centrada en el bien común, objetivos que se resumen en lo que hemos definido como
Democracia nacionalista.

La Democracia nacionalista difiere de las democracias liberales y marxistas por cuanto esta
busca desarrollar su política de acuerdo a la propia cultura, historia e idiosincrasia de cada país,
no pretende ser copia de otro país. Por lo tanto, es contrario al concepto de una doctrina que
sirva para todos los tiempos y para todos los pueblos como se pretende con el liberalismo
capitalista o el marxismo.

Analicemos un poco la historia…En 1811 los legisladores republicanos, sin tomar en cuenta la el
desarrollo social y cultural del país, pretendieron cambiar el estado de las cosas con solo
proclamar unos derechos democráticos. Ese procedimiento fue el común de nuestra vida
republicana, el pretender cambiar la realidad mediante decretos e ideologías político-partidistas.
Aquellos legisladores copiaron a calco en nuestro país las ideas de la revolución francesa, sin
tomar en cuenta el diferente desarrollo histórico, cultural y social entre Francia y Venezuela. El
resultado fue la anarquía y destrucción, solo contenida con la aparición de un dictador, o en el
peor de los casos un tirano que pusiera el orden.

En este sentido solo Simón Bolívar se opuso a los “ideólogos” empeñados en copiar leyes exóticas
sin tomar en cuenta el estado social e histórico de los pueblos. Recomienda el Libertador a los
legisladores de Angostura en 1819 “no perder las lecciones de la experiencia y que las escuelas de
Grecia, de Roma, de Francia, de Inglaterra y de América, nos instruyan en la difícil ciencia de crear
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y conservar las naciones con leyes propias, justas, legítimas y sobre todo útiles; no olvidando jamás
que la excelencia de un gobierno no consiste en su teoría, en su forma, ni en su mecanismo sino en
ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la nación”
Una verdadera democracia basada en los principios bolivarianos se opondría frontalmente tanto a
los “jacobinos” (marxistas de hoy), que buscan la anarquía y la destrucción, como a los “ideólogos”
y “constitucionalistas” que imponen leyes y principios ajenos al país. Lo curioso es que
precisamente el gobierno que se hace llamar bolivariano aplique ambos principios anti
bolivarianos.

Al aplicar esos principios “constitucionales” se igualaron a las personas por decreto, no en la vida
real, ya que el individuo es diferente uno del otro. Los individuos tienen diferentes capacidades,
expectativas, deseos, opiniones, gustos etc. El principio igualitario que proveniente de los
jacobinos franceses, y llega hasta los marxistas contemporáneos, establece que no importan las
capacidades, la inteligencia, la preparación, que todos los individuos pueden ejercer los derechos
políticos por igual. Es decir, que no vale la meritocracia, las condiciones intelectuales, la virtud, el
carácter ni la idoneidad, que cualquiera, basta con ser venezolano, puede ser presidente sin
importar sepa leer o sea un borracho.

El ciudadano obtuvo por decreto de pronto muchos derechos pero pocas o ninguna obligación.
Ese igualitarismo nos dice que cualquiera puede ser ciudadano (es decir ejercer sus derechos
políticos), al contrario la Democracia Nacionalista plantea que para ser ciudadano no basta con
solo nacer en el país y tener cierta edad, sino que para ser ciudadano se deben cumplir los deberes
primero, antes de obtener los derechos. La democracia nacionalista no es un estado de privilegios
y derechos si no de deberes y responsabilidad, y ninguna persona será buen ciudadano si no es
buen padre, hijo, hermano, esposo y trabajador.

En la democracia importada, la nacionalidad y la ciudadanía son sinónimas, en la democracia


nacionalista la nacionalidad es algo adquirido al nacer,( si la madre o el padre tiene la
nacionalidad) y dura toda la vida, pero la ciudadanía se da a los 18 años pero se puede perder si no
se es un buen ciudadano. Esto establece el principio de desigualdad, no todos los hombres por
nacer en el país son ciudadanos ni son iguales, el hombre que maltrata a su pareja o hijos, se
desentiende de ellos, roba, secuestra, asesina, o es corrupto debe perder la condición de
ciudadano temporal o definitivamente, ese individuo no sería nunca igual a un ciudadano que
cumple sus deberes. La persona que no puede llevar su propia vida de una forma justa y
equilibrada sin dañar al prójimo, no puede decidir sobre la vida pública de los demás, lo cual es el
significado de República.

Para la democracia nacionalista el igualar las facultades jurídicas no es igualar las facultades reales,
el verdadero concepto de la democracia es el concurso, para así apreciar mejor los diferentes
valores de las acciones individuales y tener en cuenta los méritos y desméritos personales. Una
democracia nacionalista se debe basar en la meritocracia tanto para acceder a cargo públicos,
como para ejercer derechos ciudadanos. Una democracia nacionalista (no partidista), gira en torno
a la comunidad y la persona, no de los partidos, donde todos están incluidos, cada uno asumiendo
sus responsabilidades, atendiendo sus deberes y derechos.

Nosotros proponemos una idea, no una ideología ni un marco teórico, Ideas que estaban en el
alma de los hombres antes de ser formuladas. Oponemos el orden a la anarquía; la jerarquía al
igualitarismo; la alegre aceptación de los deberes a los lloriqueos reclamando derechos; el
nacionalismo al marxismo, la vuelta a la religión al materialismo; el espíritu del heroísmo al
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espíritu del utilitarismo; la responsabilidad individual al partidismo; la idea de la polaridad de
hombre y mujer al feminismo; la unidades de familia, sociedad y Estado al atomismo y
disgregación; la autarquía económica al comercio de importaciones; la acción a la apatía; el
desarrollo de la personalidad al colectivismo.

Para lograr los objetivos definidos planteamos involucrar a toda la ciudadanía, un partido o un
gobierno por si solo sería incapaz de alcanzar estas metas ambiciosas. Solo juntando el trabajo de
todos; gremios, sindicatos, asociaciones de ciudadanos, iglesias, universidades, colegios, juntas de
vecinos etc podemos devolver la gloria a nuestra Nación. Esa es la esencia del nacionalismo,
aglutinar toda la fuerza de una Nación y encauzar dicha fuerza al logro de objetivos económicos,
morales y culturales para la grandeza de la Patria.

Nuestra misión es conseguir la cooperación de todos los ciudadanos que desean asumir su
responsabilidad individual, que desean rescatar el país de la destrucción y no están dispuestos a
que los políticos partidistas, los corruptos, las mafias, los incapaces, sigan adueñándose de nuestro
país. Hombres y mujeres honestos hay muchos, hemos tenido la fortuna de coincidir con gente
con rasgos salientes de honestidad, lealtad, idealismo, pero sobre todo, grandes dosis de voluntad.
A todos esos ciudadanos va nuestro llamado a unirse a la causa de la democracia nacional.

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EXIGIMOS

 La instauración de una DEMOCRACIA NACIONALISTA, meritocratica, antipartidocratica,


donde el desarrollo de la persona, la responsabilidad individual y el cumplimiento de los
deberes sea lo primordial. Una democracia basada en cumplir primero los deberes que
obtener derechos. Su finalidad debe ser la comunidad, no el partido.

 La instauración de un ESTADO NACIONALISTA, donde la ciudadanía esté representada


directamente por medio de sectores de la sociedad; gremios, sindicatos, y los partidos
tengan un rol limitado para que no contaminen la estructura del Estado y los usen para su
beneficio particular.

 La instauración de una ECONOMIA NACIONALISTA, donde se incentive la creación de


bienes, la inventiva particular, la industrialización y la producción agraria. Se respete la
propiedad privada, y el Estado asuma su rol no de controlador ni de espectador pasivo.
sino de director de la economía nacional protegiendo la economía nacional del capitalismo
globalista y al pueblo de las prácticas usureras.

 La instauración de una EFECTIVA COMUNIDAD DE PUEBLO que se eleve por encima de


los intereses y antagonismos de los partidos y clases. Una comunidad que se base en
apego al suelo y a la tradición. La cual borre del alma del pueblo tanto el egoísmo como la
dependencia al Estado, en la que responsabilidad individual esté al servicio de la
colectividad, e instaure en el alma del pueblo el obedecer el llamado de servir intereses
generales de la comunidad.

 La instauración de un ideal de IMPERIUM, dique de orden y de estabilidad opuesta a las


fuerzas del caos y de la desintegración, donde el honor y la disciplina sean los cimientos
para elevar a la Nación a lugares privilegiados en educación, tecnología, industria, cultura,
ciencia y arte. Que erradique el facilismo, el cortoplacismo y lo sustituya por una voluntad
heroica, y un destino suprapersonal que dirija su visión política a siglos, no a un miserable
periodo presidencial.

No estamos aquí para revelar el enésimo plan para “mejorar” la Nación. Ni porque deseamos
rellenar algunos puestos en una asamblea. Ni par decir bonitas consignas y recibir el aplauso.
Estamos aquí para cumplir una Voluntad firme de rescatar la República de la decadencia. Estamos
aquí portando nuevos estandartes, para devolverle al pueblo la capacidad de creer en grandes
metas y de esforzarse para lograrlas.

Por tanto, hacemos un llamado a todos los venezolanos que aún guardan en su espíritu la
conciencia del llamado al deber para hacer de Venezuela una Patria Grande, Libre y Próspera.

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PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

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NACIONALISMO

La Nación es una comunidad humana estable, aunque no de origen natural, sino de origen
histórico, construida por los avatares de la historia. Una nación no se puede construir sin la
existencia previa de un pueblo ya solidarizado por una historia común, por victorias que
conmemorar, por derrotas que llorar, por caudillos legendarios, por padecimientos y logros
comunes, por hechos y mitos enraizados en la conciencia colectiva. Es lo que podemos llamar la
“comunidad de tradiciones históricas”.

Ahora ¿Qué es el Estado? El Estado es ante todo convivencia, convivencia que no nace de la
violencia sino de la idea de un proyecto común. En este sentido, el Estado es un proyecto para
hacer y un programa de colaboración, no es ni consanguinidad, ni unidad lingüística, ni unidad
territorial, no es nada físico sino que es la voluntad de hacer algo en común. De esta forma, se
reunieron las tribus, las ciudades-estados y en nuestro país las gobernaciones para dar paso al
Estado venezolano.

Así que el Estado nacional tiene como base agrupar la nacionalidad en torno a una meta histórica
y un proyecto común, lo cual es la razón de ser para dicho Estado. Esa voluntad, por la cual se
reúne toda la nacionalidad, constituye la garantía de supervivencia y tornan a la nación
irrevocable.

Así mismo se debe aclarar que el nacionalismo que anunciamos no es un nacionalismo colectivista
que reduzca al individuo a ser un esclavo del Estado-Nación, no es un nacionalismo del “hombre-
masa”, sino un nacionalismo del orden, de la jerarquía, que da la importancia al individuo por
cuanto es este el que conduce los destinos de la Nación, en cambio la colectividad abstracta nunca
ha dirigido una Nación.

Es bueno señalar que comúnmente el nacionalismo se entiende como “nacionalismo banal”, es


decir un “nacionalismo” basado en mises, arepas y las “mejores playas”, en que “el venezolano es
chévere”, en que es “traición a la patria” decir que Venezuela es un desastre o incluso decir que su
selección deportiva es malísima, o el mejor de los casos un nacionalismo basado en Simón Bolívar,
como si antes del Libertador no existiese Venezuela. Nada de eso es nacionalismo políticamente
hablando. De hecho un verdadero nacionalista no podría estar orgulloso de su Nación mientras
miles de sus compatriotas viven en la miseria, y el país es saqueado por parásitos internos y
potencias externas.

El nacionalismo, no es creer que vivimos en el mejor país, eso es demagogia, nacionalismo implica
asumir colectivamente los retos que la lucha por la subsistencia impone a cada sociedad. Por otro
lado, la concepción contractualista de la sociedad (el dogma individualista) implica que la nación
es la simple suma de intereses individuales vinculados entre sí por medio de un contrato. No
obstante, una sociedad pierde el fundamento de su vida en común cuando deja de tener, como
colectividad, fines propios y distintos de los fines de sus partes, cuando la comunidad misma se ha
disuelto en los intereses privados de sus individuos.

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En estas circunstancias el nacionalismo supera los antagonismos de intereses particulares, partidos
y clases los cuales velan por sus propios intereses, conciliando y encaminando diversos intereses
hacia el fin común que es el fortalecimiento económico, y moral de la Nación.

Por tal motivo, las naciones son un obstáculo para el proyecto comunista e igualitarista de
homogeneización a escala universal, así como la homogeneización de la humanidad en un gran
mercado mundial. De ahí que las ideologías internacionalistas pretendan destruir las identidades
nacionales para así gobernarlas desde un centro de poder global. Desde el capitalismo mundial se
plantea que las naciones renuncien de la protección de sus mercados para integrar un mercado
global, y renuncien a la protección de sus fronteras físicas para beneficiar la inmigración masiva y
con ella el libre movimiento de mano de obra barata para el capitalismo mundial y a su vez se
desestabilicen social y económicamente las naciones receptoras de la inmigración masiva.

En términos económicos el nacionalismo se identifica con el “Proteccionismo”. Esta doctrina


económica concede sentido económico a las fronteras políticas de los Estados nacionales y se
muestra partidaria de proteger las producciones nacionales de la competencia extranjera por
medio de derechos de aduana y demás restricciones a las importaciones. El proteccionismo
pretende conseguir la seguridad nacional e independencia económica, alcanzar un nivel de
desarrollo industrial mínimo, imposible inicialmente sin algún tipo de protección o tutela, superar
desequilibrios crónicos de la balanza de pagos. A demás de protegerse a la agricultura y la
industria de un país, gravando la importación de productos extranjeros y favoreciendo por otros
medios a los nacionales.

Contrariamente, las políticas socialistas lo menos que han hecho es proteger a la economía
nacional, estas solo han beneficiado el capitalismo importador y a los países marxistas aliados del
régimen, conjuntamente con la quiebra de PDVSA han generado una dependencia de las
importaciones, las divisas y los organismos financieros mundiales como nunca habíamos visto.
Todo esto sumado a una continua desindustrialización de la economía nacional, la desinversión en
las empresas estatales de servicios y el abandono de la producción agraria hundieron a Venezuela
en la ruina económica y dependencia extranjera.

Ante el proyecto de destruir las identidades nacionales para sustituirlas por una humanidad
abstracta de diseño racionalista, de destruir las economías nacionales y sustituirlas por el mercado
global, los pueblos tienden hoy a defender su humanidad concreta y real haciendo renacer la
conciencia de su identidad nacional,

En medio de esa guerra contra la soberanía y la libertad de las naciones, en todo el mundo están
surgiendo movimientos nacionalistas, ya que, frente a las ideologías mundialistas, (marxistas y
supracapitalistas), la única alternativa política real es la alternativa nacional, porque la nación es la
única instancia que todavía tiene fuerza o puede conseguirla para neutralizar las amenazas
mundialistas.

Somos nacionalistas, porque vemos a la Nación como el único camino para llevar todas las fuerzas
de la Nación juntas para preservar y mejorar nuestra existencia. Así que la Nación es la unión
orgánica de un pueblo para proteger su vida, ser nacionalista es afirmar esta unión en palabra y
acción.

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TERCERPOSICIONISMO
La tercera posición escapa de las ideas surgidas del racionalismo y por tanto materialistas que
visualizan el Estado como simple administrador de los bienes de la Nación. La Tercera posición
entra en el campo de la metapolítica, lo cual va más allá de la administración pública y material e
implica una preocupación ética y moral. Esta visualiza al Estado como la materialización de la
Nación, la cual tiene la responsabilidad de elevar la naturaleza del hombre hacia la virtud, y
mejorar las condiciones físicas, morales e intelectuales de la población.

Bajo el nombre de Terceraposición se agrupan corrientes políticas que no son ni de derecha ni de


izquierda, enfatizando su posición contraria al comunismo y al capitalismo. La tercera posición
busca desarrollar su política de acuerdo a su propia cultura, historia e idiosincrasia. Cada régimen
tercerposicionista es nacionalista y por tanto diferente uno del otro y recibe diferente nombre de
acuerdo a la cultura de cada nación, ninguno pretende ser copiado en otro país. Por lo tanto,
rechaza el concepto de una doctrina que sirva para todos los tiempos y para todos los pueblos
como se pretende con el liberalismo capitalista o el marxismo.

El tercerposicionismo niega el materialismo histórico, según el cual la historia humana sólo se


explicaría por la lucha de intereses entre grupos sociales y el control de instrumentos de
producción. Nadie niega que los acontecimientos de la economía tengan importancia; pero decir
que bastan para explicar la historia humana, excluyendo a todos los demás factores, es absurdo.

En materia social se le asocia con el conservadurismo, creen en las jerarquías producto de los
méritos propios, pues han existido en todas las sociedades y épocas, y están en contra del
igualitarismo. Defienden la familia como unidad primaria de la sociedad y las tradiciones de
propias de la Nación. Se oponen a regímenes machistas que colocan a la mujer como un ser
inferior y a movimientos feministas que igualan al hombre y la mujer. El hombre y la mujer no son
iguales, ni uno superior al otro, sino que son complementarios no deben confrontar, deben
colaborar entre si entendiendo cada uno sus roles dados por la naturaleza.

En materia económica son contrarios al uso del interés y usura del capital, los monopolios y la
especulación por atentar contra el ahorro, la salud y prosperidad de las familias y la Nación,
abogando por un país de propietarios y emprendedores protegiendo la industria nacional frente al
capitalismo transnacional. Rechazan el modelo centralmente planificado del marxismo, así como
también el modelo de la “autorregulación” del capitalismo, para optar por un modelo de
economía dirigida donde la propiedad privada y la dirección del Estado pueden coexistir.

Pone especial atención en el individuo, por lo que promueve la meritocracia para acceder a cargos
y se opone al colectivismo. Para el desarrollo de la Nación es imprescindible el libre desarrollo del
individuo con la cual el ciudadano pueda aspirar a su autorrealización como ser libre y responsable
fuera de las ataduras que imponen al desarrollo individual los regímenes tiránicos del tipo
marxista.

Para entender la tercera posición se debe entender su dimensión espiritual, que por tanto es
tradicional, opuesta al modernismo material. La lucha real de la tercera posición es contra el
veneno corrosivo que encadena el espíritu a la materia, que propicia el ansia del lucro insaciable y
origina la vida orientada exclusivamente a los valores materiales, conduciendo a una alarmante
caída de todas las normas morales. La lucha de la tercera posición no es para sostener tal o cual

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sistema económico, sino para reafirmar el honor, la voluntad, el valor, la acción y la verdad contra
el mundo antinatural e inorgánico.

Ese veneno corrosivo que nombramos antes se refiere al culto del dinero y a su poder la alta
finanza mundial, reunidos en torno al globalismo, e implantando su agenda por medio de sus
agentes de control sociales (cadenas de noticias, cine, televisión etc), o su brazo militar (la OTAN y
EEUU); “el nuevo orden mundial”. Este sistema con su enorme infraestructura de medios globales
a su disposición para manipular al individuo en todos los ámbitos, someten a toda la humanidad a
los valores dictados por ellos, decidiendo quienes son los “buenos”, y quienes los “malos”.

Esa es la prisión sicológica, ese debe ser el único pensamiento global y totalitario, impuesto a
través de la corrección política, nadie puede atreverse a plantear un camino diferente al
liberalismo o el marxismo ya que enseguida serian acusados de “nazis”, “fascistas”, “racistas”,
“machistas” etc para que el individuo manipulable por la inmensa propaganda rechace la tercera
posición. Pero si el individuo atento analiza esas ideas progresistas, políticamente correctas y los
resultados que se obtienen de aplicarlas, notará que lo que se llama "progreso", resulta en
realidad un retroceso, o sea una forma determinada de la descomposición moral, espiritual y
material de la sociedad y el individuo.

FAMILIA Y EDUCACIÓN
La familia es el núcleo primario en la sociedad y es la primera jerarquía que establece el orden
natural. Los individuos que la componen son distintos y desiguales, sus relaciones se basan en esas
diferencias. El varón y la mujer poseen, en la unión que constituye el sustrato del grupo familiar,
papeles funcionales diferenciados que proceden de sus respectivas naturalezas biopsíquicas.
Debido a su desarrollo más adelantado, ambos están destinados a mandar al niño, que
obviamente no elige a sus padres ni se somete por libre decisión.

Así mismo, con la familia se inicia el proceso de socialización del niño, mediante el cual se
aprenden; 1) las creencias, las cuales son una fe sobre el cosmos y la vida, una cosmovisión o
manera de entender el mundo extendida a la sociedad y 2) los valores, los cuales son juicios de
deseabilidad o aceptabilidad, estos conllevan actitudes que no pueden manifestarse sin normas de
conducta, y 3) las formas de conductas no normativas, las cuales representan una forma de ser
peculiar de cada sociedad, su idiosincrasia.

Uno de los problemas más graves que enfrenta la formación del ciudadano es el “déficit de
socialización”. Las instituciones educativas tradicionales (la familia y la escuela), están perdiendo la
capacidad de trasmitir valores y pautas culturales. A ello contribuye el aumento de separaciones y
divorcios, la ausencia del padre, pasando los niños desde tempranas edades largos periodos sin
sus padres. Por si fuera poco, igual que sucede con la Nación, la familia en muchos casos ha dejado
de tener significado ya que se ha convertido en la sola suma de sus partes. Una simple suma de
intereses individuales vinculados entre sí por vivir en una misma casa o compartir gastos no es una
familia, el fundamento de la familia es su vida en común. Debido a la ausencia de la familia en el
proceso educador, la formación cultural ha pasado en gran parte a los medios masivos de
comunicación. Sin embargo, los medios no han sido diseñados para la formación moral, cultural y
cívica de las personas.

Es primordial devolverle la capacidad formadora a la familia y a la escuela, de esta forma la


educación realizada por el Estado a los padres y a los hijos hará que la vida social sea
óptima. Debemos educar y capacitar a los padres para que contribuyan a formar hombres y
23
mujeres con respeto al otro, con sentido del deber y solidaridad, mediante apoyo de profesionales
en las áreas de salud, sexología, sicopedagogía y a través de redes de padres, las familias deben
ser fortalecidas para así detener la destrucción de nuestra sociedad.

Por otro lado, en el ámbito educativo es necesario fortalecer un sentido de la ética personal
basado en el orgullo de reconocer antes los propios deberes que los propios derechos. Debemos
promover en la educación formal y en los medios de comunicación el cumplimiento de los deberes
y no solo de los derechos como se viene haciendo en los gobiernos populistas. Al alumno, desde
sus primeros años escolares hasta el nivel universitario, debe persuadírsele de que es vergonzoso
sacar los medios para su existencia de otra fuente que no sea su propio trabajo.

El educador debe tomar su responsabilidad en la educación ética, moral y ciudadana de los


estudiantes, y olvidarse eso de “yo enseño, no educo” alegando que los docentes solo tienen
responsabilidad en enseñar las tareas escolares y no de enseñar valores, cuando es todo lo
contrario, de nada sirve saber la tabla de multiplicar si no se cumplen las normas cívicas y de
respeto a los demás. Tradicionalmente hasta algunos años el rol formador de valores y principios
no era solo responsabilidad de la familia, sino de la escuela también. Paradójicamente mientras
algunos docentes rechazan enseñar valores y moral (de acuerdo al dogma individualista que
rechaza toda idea que abarque el todo) enseñan abiertamente, o sumisamente, propaganda del
partido de gobierno.

Con respecto a la actividad socializadora de los medios masivos, se debe vigilar el contenido de los
mensajes de los medios de comunicación, y censurar toda exhibición capaz de suscitar actitudes
permisivas y admiración, hacia conductas inmorales, violentas y antisociales. La finalidad de esto
es acabar con la cultura del “malandro” y de la “viveza”, que son actualmente arquetipos
respetados en ciertos sectores de la sociedad y modelos de conducta para muchos niños y
jóvenes. Y al mismo tiempo, promocionar la estima social de los comportamientos ejemplarmente
éticos, el valor del trabajo y del estudio, el respeto, el deber etc. Debemos como sociedad, y eso
será principalmente tarea del Estado, moldear la conducta de la juventud, para ello no solo
debemos castigar las conductas negativas, si no sobretodo reforzar los valores y conductas
positivas. No planteamos nada nuevo, el Poder Moral que formuló Simón Bolívar tenía previsto
castigar los vicios y premiar las virtudes públicas con honores y gloria.

Es inconcebible como en televisión se presentan series que normalizan el consumo de droga, o


“músicos” que promueven entre la juventud, la promiscuidad y el libertinaje, el consumo de
alcohol y drogas, una forma de vida hedonista y sin responsabilidades como la mejor forma de
vivir, historias de “amor” que tratan sobre relaciones de pareja patológicas sin ningún respeto por
las cosas importantes solo apego a alguien, al enamoramiento caprichoso, dando rienda suelta a la
banalidad. Irónicamente son los mismos medios que se dan golpes de pecho por que “los valores
se han perdido”, no hace falta decir cuál es el resultado de esos mensajes que inconscientemente
se incrustan en la sociedad especialmente en los jóvenes.

En los liceos, y en los medios de comunicación en general, se debe formar al adolescente para que
tenga un pensamiento crítico, y desarrolle herramientas esenciales para un aprendizaje autónomo
y permanente. La principal función del educador en los niños debe ser motivar el amor al
conocimiento, a la lectura, a la reflexión en lugar de propiciar la copia, la memorización y el
“caletreo”. El fin de la educación no puede ser memorizar para aprobar, aprobar no puede ser el
fin en sí, el fin debe ser aprender. De lo primero surge una visión utilitarista de la vida, de “el fin
justifica los medios”, si lo importante es aprobar la materia, entonces no importa hacer trampa,
copiarse, o que le hagan la tarea, esa misma actitud se traslada luego al trabajo, y a la vida pública.
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Más vale un estudiante que saque diez pero se esforzó por aprender, a uno que saca veinte pero
haciendo trampa, si queremos una sociedad justa debemos empezar por las aulas de clase.

Por otro lado, los objetivos de la educación deben ser conservar, mejorar y transmitir el
patrimonio cultural y científico legado por generaciones anteriores; ofrecer a los ciudadanos las
condiciones para su realización personal sin dogmatismos ideológicos; y hacer progresar la cultura,
la técnica y la economía mediante la adecuada cualificación de trabajadores y profesionales.

Para cumplir estos objetivos se debe evitar la masificación en la universidad, que degrada la
calidad de la enseñanza, desvaloriza los títulos académicos y satura el mercado laboral. Con este
objetivo se debe reformar el sistema de ingreso a la universidad para que accedan aquellos que,
independientemente de su estado económico, muestren la preparación adecuada.

Para esto indudablemente se debe elevar a su vez el nivel de exigencia y educación en los liceos
públicos, y además ofrecer en los mismos una educación técnica para el trabajo para que los
jóvenes tengan acceso al trabajo al terminar sus estudios de bachillerato. Esto implica en resumen
rechazar la filosofía del igualar por abajo en materia de educación y la ausencia de exigencia,
responsabilidad y disciplina en alumnos, padres y profesores.

EL TRABAJO
Solo el trabajo debe ser fuente de riqueza. La economía debe estar al servicio del trabajo, y éste
orientado a cubrir las necesidades de la población. La finanza, la banca y el dinero deben estar al
servicio de la creación de trabajo, como medios de cambio y control.

La principal fuente de energía de la plutocracia (que sustentan los partidos liberal-marxistas) es la


que proviene del interés, sin esfuerzo y sin crear bienes para la sociedad. La idea del préstamo a
interés es totalmente inmoral. El dinero debe ser un instrumento de cambio, no una mercancía,
mientras los bancos prestan varias veces un dinero que no tienen que además cobran a intereses
al productor, esta distorsión de la economía atenta contra el trabajo y la estabilidad económica de
la Nación, nos endeuda y por tanto esclaviza.

Consideramos que el primer deber de todo ciudadano debe ser trabajar en beneficio de la
comunidad nacional. Por lo tanto, rechazamos la usura y la especulación y toda fuente de riquezas
que no sea obtenida por el trabajo productivo. Entendiendo como trabajo productivo, no solo el
trabajo manual (como pretende el clasismo marxista), sino también el trabajo intelectual y el
trabajo gerencial.

El trabajar no representa únicamente el acto de presentarse en una organización o una institución


a cumplir, en una jornada estipulada, las tareas asignadas a cambio de una remuneración. Este
abarca concepciones intangibles que se corresponden con el desarrollo y progreso personal del
individuo, el sentirse productor de algo, el encontrar un sentido de su vida. Cabe señalar que la
dignidad de la persona no la atañe con exclusividad, sino que involucra a todo el contexto familiar,
de amistad y demás vínculos cercanos que conviven con la misma. El trabajo no es sólo ganar
dinero, trabajo es aportar algo a la comunidad nacional.

Por lo tanto, quien atenta contra el trabajo productivo atenta contra el desarrollo de la Nación.
Peca de ello tanto el obrero que sin tener en cuenta el bienestar de todos y la defensa de la
economía nacional procura imponer exigencias opresivas al empresario, así como el empresario

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que abusa del obrero y exige ganancias desmedidas y usureras arrancadas del sudor de miles de
sus compatriotas.

Una de las causas principales para entender el estado de subdesarrollo y atraso a nivel material de
nuestra patria, es la escasa estimulación hacia el trabajo y progreso que han tenido los gobiernos
partidistas. El venezolano es un gran trabajador, pero su trabajo es de simple subsistencia, para
sobrevivir el día a día. Aun no se han desarrollado políticas verdaderas que motiven a cada
venezolano a trabajar en pro de un gran objetivo nacional. El liberalismo ve el trabajo como algo
que solo beneficia y corresponde a la persona que lo realiza, el comunismo convierte al trabajador
en esclavo del Estado y de la élite partidista, mientras que para el nacionalismo el trabajo es un
producto de la realización de metas individuales y colectivas para el desarrollo de la Nación.

Por tal motivo rechazamos la “lucha de clases” la cual está hecha para destruir la unidad de la
Nación, nosotros decimos a los empresarios: sin la colaboración de la masa obrera no se va a
ninguna parte, y decimos a los obreros: sin la colaboración de los empresarios que también son
parte del pueblo, sin la colaboración del capital que se puede usar para el bien común, sin la
colaboración de los industriales y los ingenieros, no pueden ir a ninguna parte.

Afirmamos que el Estado debe reconocer y amparar la propiedad privada como medio natural
para el cumplimiento de las funciones individuales, familiares y sociales. Sin embargo, todas las
formas de propiedad deben estar subordinadas al interés supremo de la Nación, cuyo intérprete
es el Estado y la protegerá contra los abusos del gran capital financiero, y de los especuladores
internos y externos del país. La propiedad, sobre todo la del suelo debe tener límites, en un país
nacionalista, la tierra no puede ser considerada como un bien mercantilista más al que se puede
vender al mejor postor sin importar si los compradores son entes capitalistas y financieros
extranjeros especuladores que no desean producir la tierra. Nuestro suelo patrio debe ser para los
venezolanos, Sangre y Suelo es nuestro lema contra los abusos del capital internacional.

La propiedad privada es lo opuesto al capitalismo, pues la propiedad es la proyección del hombre


sobre sus cosas, lo que es un atributo natural. La propiedad es un incentivo para el trabajo, ya que
entonces cada cual lo realiza para sí, la idea de que algo es nuestro trasmite independencia y
alegría en el cumplimiento del trabajo. En cambio, el capitalismo ha ido sustituyendo la propiedad
del hombre por la propiedad del capital, que va sometiendo toda la pequeña propiedad nacional al
control de grandes compañías y grandes bancos, a las importaciones o al control del Estado. El
Movimiento Nacionalista aboga por un país de propietarios, no por un país económicamente
esclavo de la deuda de organismos financieros mundiales, llámese Fondo internacional o Fondo
chino, como tampoco económicamente esclavo del Estado. No deseamos un Estado interventor y
abusivo, sino un Estado que pueda intervenir si es necesario.

Bajo el sistema socialista-chavista, el trabajo ha sido desvalorizado. En primer lugar el régimen


estimula que los sueldos se equiparen por debajo, es decir, que el maestro gane igual que el
empleado de limpieza, (y a eso lo llaman “justicia”), en segundo lugar que la ganancia por trabajar
alcance solo para lo justo y así se tenga que depender del partido para las necesidades más básicas
restándole libertad al individuo, y en tercer lugar por atacar la propiedad privada provocando que
las ganancias sean insuficientes para mantener un negocio rentable y que pueda generar empleos.
Por su parte esto ocasiona que para poder vivir se tenga que recurrir a negocios sin moral,
corrupción, usura, fraude, crímenes varios que acumulan sumas enormes imposibles de alcanzar
con un trabajo digno y honrado, favoreciendo a los enchufados, ladrones de cuello blanco y su
brazo armado los colectivos, pero perjudicando tanto a obreros como a clases medias.
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Por último, el trabajo más allá de ser remunerado mediante un salario, se le debe dar por parte del
Estado y las empresas una merecida importancia y la estima social, ya que con el trabajo no solo
se obtiene un salario para el individuo y su familia, y una forma digna de vivir, sino que se está
ayudando a crear un mejor nivel económico para la sociedad en general. Así mismo la cantidad y
calidad en las retribuciones deben ser justas de acuerdo a nivel de competencias y
responsabilidades dadas al trabajador, es decir los beneficios deben recibirse en función a la
meritocracia.

La verdadera riqueza no es el dinero, ni el petróleo, es el trabajo.

MERITOCRACIA

Es una forma de gobierno basada en el mérito. Las posiciones jerárquicas son conquistadas en
base al mérito, y hay una predominancia de valores asociados a la educación y a la competencia.
En la meritocracia es fundamental la superación propia y la excelencia, esto se logra elevando las
exigencias en el nivel educativo y recompensando adecuadamente los logros obtenidos. De esta
forma se puede elevar el nivel educativo y cultural de la Nación dejando a un lado el facilismo y la
negligencia que perjudica tanto a la sociedad.
En la meritocracia los funcionarios estatales son seleccionados para sus puestos de acuerdo con su
capacidad. Sin embargo, actualmente los cargos se distribuyen según el amiguismo y la lealtad al
partido o líder de turno perjudicando enormemente a la Nación.
La meritocracia se presenta como la oposición al sistema partidista o partidocracia reinante en la
vida política republicana. Bajo la meritocracia solo los más capaces pueden acceder a los cargos
públicos y no los incompetentes elegidos a dedo por las cúpulas de los partidos políticos o ineptos
que gracias a su demagogia logran ser populares y captar votos del honrado elector.
La verdadera democracia no se puede concebir sin meritocracia, los más capacitados, honestos y
honrados jamás se han visto en el poder y de lograrlo no duran mucho. En cambio los más
gritones, y demagogos se han aferrado al poder. Aunque todo el mundo tiene derecho a
desarrollarse no es posible proclamarse gerentes de proyectos, candidatos a gobernadores o
ministros sin tener preparación ni estudios. En el fondo no entienden que las competencias se
adquieren con preparación y trabajo, y por lo tanto proponen leyes utópicas e incongruentes que
entorpecen la economía del país y promueven la idea de que todo el que innova y produce es
ladrón, y todo el que trabaja y estudia es idiota, y vivos son todos los demás incluyéndose ellos
mismos.
Al final no es la vestimenta lo que hace al hombre, es el servicio y la aptitud. Es gracias a
individuos y no a la masa anónima que las naciones han logrado desarrollarse. Por lo tanto, más
vale la opinión de un sabio que la de cien necios, y más vale la acción de un trabajador que la de
cien vagos.

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ANTIPARTIDOCRACIA
La partidocracia es aquella forma de Estado en que las oligarquías partidistas asumen la soberanía
efectiva. Los actores principales y únicos del panorama político son los grandes partidos políticos,
los cuales se van turnando el gobierno de forma consecutiva, coartando las posibilidades de que
los ciudadanos expresen su voluntad real más allá de los partidos ya existentes. Esto se hace
mediante el control de grandes sumas de dinero, propaganda, control de medios de
comunicación, populismo y “regalos” a los electores, hacen virtualmente imposible que un
ciudadano independiente, por más capacitado y honorable que sea, le gane una elección a un
burro con lentes con la chapa del partido mayoritario
Los partidos no solo secuestran a los ciudadanos la posibilidad de participar directamente en la
política, sino que los partidos actúan en función de sus intereses particulares actuando como
mafias una vez están en el poder y someten a toda la Nación a ellos. Estos no defienden ni
representaban los intereses de la Nación. Esos partidos defienden sus propios intereses; la
corrupción y engañar a los electores al cambiar su voto por promesas demagógicas que no pueden
cumplir.
Con los partidos políticos no importa quién es el mejor, solo importa quién es fiel al partido y esté
dispuesto a defenderlo, quien es más popular y más demagógico capaz de decirle al “pueblo” lo
que quiere escuchar para que le den su voto. Los cargos se obtienen por amiguismo, por ser leal al
partido, en muy raros casos por méritos propios.
Los planes beneficiosos para la Nación son destruidos por los partidos para desprestigiar al partido
rival, a la vez que promueven el paternalismo de Estado, el populismo, y la pobreza para que el
pueblo deba depender de los partidos, y con tal de asegurar votos presentan planes y propuestas
cortoplacistas que no solucionan los problemas de raíz perjudicando enormemente la Nación.
Los presidentes se hacen por la maquinaria partidista, de una publicidad millonaria, con el
beneplácito de los medios informativos y con mucho fraude para que los movimientos ajenos al
sistema partidista no figuren. Los intereses que observamos en ellos son del partido no de la
comunidad nacional. Los políticos saben y se callan, porque los partidos bajo el pretexto
antidemocrático de “disciplina partidista” mandan a callar, sacan a los disidentes, sacan a los que
no permiten la corrupción ni los manejos irregulares haciéndoles pagar caro sus ofensas contra el
partido. Con razón no es raro que solo se “destapen” los actos de corrupción cuando el político tal
ha abandonado el partido, mientras tanto todos felices. Mientras este en el partido es un héroe
democrático, un verdadero revolucionario al día siguiente de salirse es un ladrón, corrupto,
apátrida etc.
Las oligarquías decretan coaliciones haciéndose peores que cualquier inquisición dictaminando
dogmas de comportamiento en partidos supuestamente democráticos. El parlamento así está
integrado no por ejemplos para la sociedad, los más capaces, sabios, y competentes, si no por
incongruentes, incompetentes, flojos, irresponsables, gente sin vocación de liderazgo ni honor,
implicados en droga, extorsión, corrupción etc dejando en su lugar la tiranía de la mediocridad
demagógica. Por tal motivo, nunca se encontró un político partidista que asuma las
responsabilidades por su mala gestión, y es común los planes absurdos, incongruentes, utópicos
pues los partidos prefieren al mediocre a su servicio, que les deje hacer y deshacer, a un
responsable que les pondría límites.
Habría que preguntarse ¿Cuántos ministros, alcaldes, gobernadores, diputados, han renunciado
por incapacidad para cumplir sus promesas electorales? La respuesta es ninguno. Al contrario, aún
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sin cumplir lo que prometieron hace 15, 10, o 2 años, quieren seguir en el gobierno como si cada
nueva promesa hiciera “olvidar” la anterior. Entonces, si no han cumplido lo que han prometido
¿por qué siguen saltando de ministerio en ministerio y para qué quieren reelegirse una y otra vez
si son incompetentes? La respuesta es nuevamente fácil, ellos son funcionarios del partido y su
trabajo es hacer que el partido siga en el poder sin importar el beneficio a la Nación.
El resultado es que muy pocos “representantes” representan a sus electores, siguen las decisiones
de la oligarquía del partido y no contradicen para no ser excluidos de los beneficios, o siguen los
dogmas ideológicos que nada tienen que ver con la realidad, muchos otros ni siquiera conocen la
región que dicen representar.
Para los partidos cualquier limitación a su poder es una ofensa a la “democracia”, para la
partidocracia no importa el resultado del gobierno, lo que importa es la existencia misma de los
partidos. Así que para los partidos, un régimen que gobierne a pesar de los partidos sin tomarlos
en cuenta, pero que ponga orden, fomente la responsabilidad, el desarrollo tecnológico,
económico, industrial, agrario etc, es el peor de los gobiernos posibles. Nosotros decimos lo
contrario, el gobierno de los partidos es la peor tiranía que pueda existir.

DEMOCRACIA NACIONALISTA
Es un sistema de organización que considera a la comunidad nacional como un cuerpo sobre la
base de la solidaridad social orgánica, la distinción funcional y los roles entre los individuos. Así
que cada individuo debe participar en la política sin la intervención de los partidos políticos.

En la democracia nacionalista la sociedad organizada; organizaciones sindicales, empresariales,


laborales, profesionales, asambleas cívicas, culturales, gremios, universidades etc participan cada
uno en su área de trabajo proponiendo políticas y leyes específicas que atañen a su sector, ya que
son los expertos y sus opiniones no están condicionadas por la “disciplina partidista”, formando
así el senado nacionalista y no partidista.

Asimismo mediante reformas que limiten el poder de los partidos políticos, conjuntamente con su
postulación electoral de forma meritocratica, y la reforma de la propaganda electoral, los
candidatos independientes podrían postularse y competir en igualdad de condiciones con los
partidos poderosos. Unas elecciones de esa forma acabarían con las “maquinarias” partidistas que
fabrican candidatos, dejando a los postulados en igualdad de condiciones para competir por los
cargos en base a sus propios méritos, competencias personales y no por tener la chapa del partido
de "moda".

Para que la participación política sea verdaderamente democrática deben hacerla principalmente
los ciudadanos independientes que no tengan compromisos con los partidos. Así mismo, los
ciudadanos deben poder detener con voto, una ley con la que no se esté de acuerdo. Si la
ciudadanía no tiene mecanismos para detener o aprobar una ley, los diputados literalmente
pueden hacer lo que quieran, lo cual es obviamente antidemocrático. La función legislativa de los
diputados debe ser proponer reformas o nuevas leyes y debatirlas para que la ciudadanía entienda
sus pros y contras, pero no aprobar leyes, no pueden pagarse y darse el vuelto. En la
partidocracia, los diputados pasan a ser “aplanadoras” para aprobar leyes pero incapaces de
debatir y menos contradecir la “disciplina del partido”. Por otro lado, en una democracia
nacionalista los senadores proponen las leyes a la ciudadanía, siendo los ciudadanos los
encargados de aprobar dichas leyes, tal como sucedía en la antigua Roma o Grecia, donde el

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Senado redactaba los proyectos de ley pero otra asamblea, la de los ciudadanos, se encargaba de
aprobarlos o rechazarlos.

El diputado en la democracia directa, no es un títere que solo está para levantar la mano cuando
su partido lo manda a cambio de un cargo o buenas comisiones. Si no que es un ciudadano que
tiene méritos propios y no le debe nada a ningún partido, y por tanto opina, debate y puede
cambiar de opinión si otra idea es más acertada.
La verdadera función de los partidos debe ser presentar planes, propuestas, peticiones, reformas
etc a la colectividad pero sin imponerlos con sus maquinarias partidistas ni propaganda. Deben
promover el debate público para que la ciudadanía decida que cree conveniente en determinado
caso, pero no buscar imponer su única visión a toda la colectividad.
“Habría que modificar la constitución para reducir a los partidos políticos a ciertos parámetros más
estrechos, de manera que no puedan dañar o penetrar las instituciones básicas de la Nación”
Marcos Pérez Jiménez (1999).
Por otro lado, no puede haber democracia sin separación de los poderes, como principio básico los
diferentes poderes no pueden ser elegidos por los representantes de los partidos políticos. Las
Fuerzas Armadas deben ser independientes del gobierno de turno, es inconcebible que el
Presidente designe las autoridades militares, estas deben ser autónomas ya que son las más clara
representación del Estado (Estado= trascendental, gobierno=temporal). El presidente de la
República no puede mandar a su vez a las FFAA, de hacerlo se le está dando todo el poder y con
ello la posibilidad de instaurar una tiranía. Para reducir esa posibilidad recordemos que en el
período hispánico había dos gobernadores uno civil y uno militar, impidiendo que todo el poder se
concentre en una sola persona.
Por otro lado, la experiencia nos demuestra que se debe evitar que los diputados elijan los demás
poderes, considerando que una porción de ellos podría manipular las elecciones y colocar,
obedeciendo a intereses partidistas, a personas que no están capacitadas, acabando así con la
separación de poderes. Para evitar eso, se debe independizar el poder judicial del poder de los
partidos políticos, este no puede ser elegido por diputados, la elección de los magistrados debe
hacerse por los propios miembros del poder judicial siguiendo los principios meritocráticos. Del
mismo modo los miembros del Poder Electoral no pueden ser elegidos por los diputados
partidistas, sino directamente por la sociedad organizada (universidades, gremios etc)
manteniéndose independientes de los partidos políticos.

FEDERALISMO
El federalismo busca, desde la autonomía de las entidades territoriales, responder y dar soluciones
más asertivas y rápidas a los problemas que afectan a la sociedad. En este sentido, las autoridades
de las entidades territoriales pueden tomar decisiones políticas, legislativas y judiciales que les
competen.

El origen del federalismo en el país comienza con el régimen de división política de cabildos y
gobernaciones que existió durante la Capitanía General de Venezuela. En aquel entonces cada
gobernación; Margarita, Caracas, Cumaná etc... eran políticamente independientes entre sí,
mientras los municipios conservaban su autonomía. Aquel sistema político federal se hallaba en
equilibrio debido a la fuerza integradora representada por la monarquía. Más que por una

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“opresión”, la integración de estas provincias se debía a un principio mayor, a la fidelidad, a una
voluntad de Imperium, a un sentido histórico universal.

Una vez destruido el lazo de fidelidad que mantenía unidas aquellas provincias comienza el
periodo de anarquía política y se exacerba el parroquialismo. Incluso muchos próceres
libertadores tenían más bien ideas regionalistas, no visualizaban una patria más grande que la de
sus propias gobernaciones. La doctrina federalista sancionada en las constituciones no fue más
que el pretexto para “legalizar” el feudalismo caudillesco, al cual el mismo Libertador se opuso por
ser contrario a la unidad y a la necesidad de mantener un gobierno fuerte en periodo de guerra, y
a la necesidad de integrar los elementos que constituirían una nacionalidad.

En periodos sucesivos de vida republicana, la idea de federación fue recurrente entre los caudillos
alzados, no por obedecer a ideales republicanos abstractos claro está, ni para aglutinar a todas las
regiones bajo una bandera de unidad, sino más bien porque el sistema federal, mal entendido, se
identificaba con las tendencias anárquicas e instintivas de clan y de patria chica, autorizaba a los
caudillos locales a darse su propia “ley”, y oponerse así al régimen “centralizado” y “despótico”,
sus promesas eran total impunidad para obrar, abolir los impuestos y “muerte los blancos”.

Ahora bien, puesto que nuestro sistema de organización político territorial divide nuestro país en
estados se podría pensar que tenemos una república federal. Sin embargo, Venezuela no es una
república federal, en la práctica durante todo el periodo partidocratrico y más allá, ha sido
centralista y presidencialista. Ahora los caudillos fueron sustituidos por partidos, y el fin de la
federación es la “descentralización”. Pero “descentralización” no es federación.

Con la gran cantidad de Estados se exaltó la “descentralización” lo cual no es más que darles
competencias administrativas (no políticas) a los gobernadores. Con esto se logró triplicar
funciones (nivel nacional, estadal y municipal) así como cargos, presupuestos y oficinas generando
con ello más burocracia, ineficiencia, gasto innecesario y corrupción.

Por el contrario, no planteamos una “descentralización” administrativa que en la práctica solo


sirve para que el gobernador de turno maneje presupuestos y su partido ocupe “espacios de
poder”. En lugar de eso, planteamos la descentralización política, es decir, un verdadero estado
federal, en el cual las funciones del ejecutivo nacional pasen a los gobernadores; excepto la
defensa del territorio, la política y economía exterior, los servicios públicos de carácter nacional
(electricidad, agua y gas), y las empresas productivas de carácter nacional como el petróleo, sus
derivados y la siderúrgica.

Para que el sistema federal sea eficiente, es necesario evitar la gran cantidad de pequeños estados
y agruparlos en entidades más grandes (Andes, Capital, Centro, Guayana, Llanos, Occidente y
Oriente) según sus vínculos históricos, culturales y naturales. Así cada región natural constituiría
un estado con competencias políticas propias, esto facilitaría el gobierno considerando la gran
extensión del territorio venezolano y fortalecería la democracia directa, ya que cada región se
daría su propio gobierno según su cultura e idiosincrasia. Una República diversa al interno y unida
monolíticamente a lo externo

Tal vez lo más beneficioso de esta forma de gobierno es que, un régimen tiránico y totalitario no
podría instaurarse en toda la República a la vez, si no que se estaría limitado a un solo estado,
pudiendo los estados restantes neutralizarlo.

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ANTIGLOBALISMO
La globalización es un proceso económico, político y social que consiste en la creciente integración
de las distintas economías nacionales en una única economía de mercado mundial, así como en
una igualación cultural. La globalización implicaría la desaparición de los Estados nacionales, las
fronteras físicas y comerciales, la pérdida de las culturas nacionales por una humanidad
homogenizada y por último la administración política y económica de las naciones desde centros
de poder globales, lo que se ha conocido como el “nuevo orden mundial”.

La globalización causa la pérdida de la soberanía política y económica por medio de los organismos
políticos mundiales,(ONU, OEA, UE), los bancos mundiales y centrales (FMI, OMC, reserva federal,
las élites financieras, Goldman Sachs etc), los medios de comunicación globales que dirigen la
forma de pensar y actuar de la humanidad (Disney Company, News Corp.,Time Warner, Reuters
Group, EFE), y la infiltración del marxismo internacional (neoimperialismo económico y financiero
chino, movimientos castrocomunistas, organizaciones paramilitares colombianas, el foro de Sao
Paulo etc)

Esas “nuevas” formas de pensar se levantan contra todos aquellos Principios o Ideales los cuales
funcionan como invisibles lazos de unidad entre las personas, son la fe común y la energía
unificadora en comunidad. Estos principios reúnen masas de seres humanos en una unidad
política, religiosa, social, nacional, étnica o de raza. El fin es alterar esos ideales para aniquilar la
capacidad organizativa, de lucha y defensa de la sociedad, acabar con la identidad personal y
nacional, y destruir la independencia y fortaleza del carácter individual, para formar una
humanidad mansa y dominada, incapaz de atreverse a alzar la voz, ni actuar para no ser
condenados por el pensamiento políticamente correcto y ser acusados de “facistas” o “nazis”.

Nuestra lucha contra la globalización no es para aislarnos de los demás pueblos y culturas que
comparten nuestro planeta, como pueden hacer parecer nuestros enemigos para
desprestigiarnos. Sería absurdo oponernos a la globalización como fenómeno llevado a delante
principalmente por el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información. El verdadero
significado político de la antiglobalización es la oposición a las consecuencias, sean actuales o
futuras, de la instauración del mencionado “nuevo orden mundial”.

En ese sentido el enemigo de las naciones es esa poderosa organización adoradora del dios
mammon y que ha dado nombre al “mammonismo”. Por mammonismo se entiende: por una
parte, el poder mundial del dinero, la potencia financiera supraestatal reinante por sobre las
naciones, que conduce a la esclavización económica, a la explotación de a todos los pueblos del
mundo y, por otra, una disposición del espíritu que se ha adueñado de amplios círculos populares:
el ansia de lucro insaciable, una concepción de la vida orientada exclusivamente a los valores
materiales, que ya ha conducido y continuara conduciendo a una alarmante caída de todas las
normas morales.

El nuevo orden mundial, es la fuerza impulsora detrás del imperialismo anglo-americano que
abarca el mundo, como propietarias de todos las cadenas de medios globales, han envuelto al
mundo en una red de mentiras, impuesto “la corrección política” para desprestigiar la oposición a
ellos, y difundido abiertamente el marxismo cultural, su meta es destruir las naciones moralmente,
luego económicamente con la deuda para apoderarse de ellos.

La principal fuente de energía del mammonismo es la que proviene, sin esfuerzo y sin creación de
bienes, del interés. Por tal motivo, para derrotar su “nuevo orden mundial”, hay que acabar con la
servidumbre del interés del dinero.
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“El quebrantamiento de la servidumbre del interés del dinero significa la única posible y definitiva
liberación del trabajo productor de las potencias del dinero que dominan secretamente el orbe. El
quebrantamiento de la servidumbre del interés significa la restauración de la libre personalidad, la
salvación del hombre de la esclavización y también de la fascinación mágica en que su alma fue
enredada por el mammonismo. “ Gottfried Feder

ANTI IDEOLOGÍA DE GÉNERO


La ideología de género defiende que las diferencias entre el hombre y la mujer, no corresponden
a una naturaleza fija, sino que son construcciones culturales. Esta ideología se impone a través de
UNICEF, UNESCO y OMS, medios masivos de comunicación mundial, Hollywood, series de tv etc.
Los defensores de la ideología de género sostienen que no existe una naturaleza humana, que
haga a unos seres humanos hombres y mujeres. Niegan la naturaleza y las diferencias naturales,
biológicas, síquicas, de carácter, emociones etc en hombres y mujeres. Esta ideología propone la
búsqueda de la “liberación total” del hombre en todos los órdenes, la de-construcción de las
relaciones familiares, de la reproducción, de la sexualidad, de la educación, de la religión, de la
cultura. Despojar al hombre su identidad sexual, y crear una sociedad sin sexos, para según ellos
alcanzar la "igualdad" desde el punto de vista neo-marxista.

La desnaturalización del ser humano comienza con la ideología de género que desidentifica al
hombre de lo masculino y a la mujer de lo femenino, la ruptura entre las relaciones hombre-mujer
mediante la neomarxista “guerra de sexos” a la vez que se promociona el “matrimonio” gay y la
compra de bebés por partes (óvulos y/o espermatozoides), la condenación de la virilidad como el
peor de los males bajo la acusación de “machismo” a la vez que se exalta al hombre feminizado, el
libertinaje sexual programado en los jóvenes desde pequeños por medio del cine, televisión y
música, mostrándoles la promiscuidad y el hedonismo como ejemplo a seguir para su
“liberación”, la progresiva aceptación de la pedofilia mediante la cada vez más obvia sexualización
de los niños en la moda y el “entretenimiento” (ambos manejados principalmente por el lobby
gay) y las teorías sexuales freudianas que ven al niño como un ser sexual y por tanto tiene
“derecho” de ejercerla, son solo el comienzo en el camino a la aceptación del futuro
“progresista”, es decir antinatural.

El no reconocer y comprender la propia naturaleza de cada sexo lleva a la confusión mental en los
jóvenes, el sistema les repite constantemente a las chicas que sus gustos, intereses e instintos
están errados, que ellas han sido “manipuladas” para ejercer “labores femeninas” y que los
hombres son “violadores”. A los varones les repite que ser hombres está mal, que ser viril es ser
“machista”, que deben “feminizarse”.

Es natural la virilidad en el hombre y la feminidad en la mujer, por tanto es natural que teniendo
ambos funciones reproductivas muy diferentes, ambos tengan inclinaciones diferentes. La ciencia
moderna y la metafísica ancestral reconocen esas diferencias innatas en hombres y mujeres. El
macho preña y la hembra queda preñada, por tanto la sicología evolutiva ha dotado a cada uno de
características que les hagan factible cumplir sus roles diferenciados, el sexo se manifiesta en el
cerebro del niño ya en el propio vientre materno, las hormonas son la base de la diferenciación
sexual y, por tanto, de su identidad; todos tenemos tanto andrógenos (masculinas) como
estrógenos (femeninas) y ello influye en que nuestro cerebro funcione en modo “masculino” o
“femenino”. y a partir de allí al desarrollarse las características síquicas y físicas son diferentes.

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En el mundo animal se puede observar diferencias de comportamiento entre macho y hembra, por
ejemplo un gallo o una gallina, si las diferencias proceden de la cultura pues son aprendidas,
¿Quién le enseñó a los animales machos comportarse como machos y a las hembras como
hembras? Si un carnero digamos se comporta liderando el rebaño y dándose topetazos con otros
carneros, para ganar preponderancia y con ello el “amor” de mayor cantidad de ovejas, cosa que
no hacen las ovejas, podríamos decir que es su modo de conducta innato. Vemos con en la
naturaleza se cumple el equilibrio del ying y yang, la hembra suscita, es decir origina la necesidad
primordial de cualquier especie que es la procreación, y el macho acciona el proceso, sea
construyendo nidos, cazando presas, dándose topetazos, o escribiendo poemas. Si los machos y
hembras en el mundo animal nacen con conductas diferentes, podríamos suponer que el hombre
y la mujer también nacen con un modo de conducta innato predeterminado por su naturaleza, es
decir que no es aprendido ya que dicho comportamiento se da en todas la civilizaciones hasta la
más primitiva.

Por lo tanto no es nada extraño que hombres y mujeres prefieran oficios diferentes, es lógico que
el hombre vaya a la guerra, ya que su físico es más resistente y fuerte que la mujer y esté por lo
tanto predispuesto para la defensa, es lógico que la mujer teniendo en su genética la inclinación al
cuidado por la razón de ser madre, escoja más frecuentemente que el hombre ser enfermera,
maestra o a la comunicación la cual la tienen más desarrollada. Así como es lógico que la
tendencias viril del hombre lo inclinan al poder y con ello a la política, y que las tendencias
femeninas de la mujer la inclinen a la comunidad y a la asistencia social. No es extraño, ni nada
“machista”, que existan menos mujeres interesadas en hacer carrera política.

Hombre y mujer son dos principios naturales y espirituales, el ying y el yang, lo femenino
suscitativo, lo que origina, y lo masculino volitivo, la acción, los cuales son la base de la Vida. Sin la
mujer el hombre jamás se hubiera lanzado por la vida a la obtención de méritos para poder
ganarse su “amor” y la alegoría del “árbol de la vida” nos muestra que sin Eva, Adán nunca hubiera
comido del “fruto del conocimiento”.

Tanto es así que las parejas homosexuales reproducen el esquema natural macho-hembra,
adoptando uno de los componentes los roles femeninos, pero, de una manera fingida y artificial
hasta la exageración ridícula porque no es natural.

Por supuesto que un homosexual no deja de ser varón, sus pulsiones sexuales son las mismas que
las de un varón masculino. Por eso, el deseo de dos varones produce relaciones mucho más
promiscuas que las heterosexuales, e incluso que las de las lesbianas, mujeres al fin, y por ello,
más receptivas que activas. Al contrario, según la metafísica del sexo encontramos nuestro
verdadero ser en nuestro opuesto. El hombre descubre quién realmente es al entrar en el espíritu
de la mujer, y viceversa.

Valdría hacerse unas preguntas ¿Por qué tanto intereses en que los hombres y mujeres no puedan
tener inclinaciones, caracteres, emociones diferentes? Y ¿Por qué es un pecado que ambos sexos
sean diferentes?

El fin de la ideología de género es abolir el sentimiento entre hombre y mujer y degradarlo a la


altura de los instintos y las emociones más básicas, degradando al ser Humano. Una vez rotos los
lazos naturales y espirituales que unen los sexos y forman la familia, solo quedarán individuos
aislados sin rasgos de identidad sexual, nadie se enfrentará ni asumirá posiciones enérgicas ni de
valor, sumergidos en el hedonismo, nadie sostendrá la verdad para no ser hallados culpables de

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“machismo” y faltar a la corrección política y sobre todo no habrá valores superiores por los cuales
luchar y morir en batalla (familia, hijos, amor), solo quedará un individuo asilado asexuado sin
lazos, que es el individuo que el nuevo orden mundial espera formar al más puro estilo de “Un
mundo feliz”.

Ya en muchos países se generaliza la asignatura de sexualidad a niños pequeños basándose en el


Informe del violador de niños y pederasta, Alfred Kinsey, y en teorías tomadas de Sigmund Freud
ya que según ellos los niños también pueden “escoger” su sexualidad….

Por tal motivo, consideramos como tarea fundamental la protección de la familia y el matrimonio,
la protección de la niñez y la juventud frente a la ideología de género, la protección de la niñez
contra la hiper sexualización , la pedofilia inherente a ella y la propaganda homosexual, cada día
más visibles en los medios masivos, la moda, el cine y la industria musical.

FEMINISMO TRADICIONALISTA
La fractura entre las relaciones mujer-hombre aparecen cuando la sociedad se industrializa. En la
sociedad tradicional preindustrial las labores cotidianas entre hombre y mujer se encontraban en
armonía, en esa sociedad era imposible que surgiera una “feminista” a convencer a la mujer que
tejer era un rol impuesto por el patriarcado y “esclavitud” y que el trabajo del hombre como cortar
leña y acarrear madera o ir a la guerra era la “libertad”.

Sin embargo, una vez el materialismo-utilitarista con su progresismo (la idea de que el progreso
material puede ser permanente basado en la explotación del mundo material ad infinitum), y su
mecanización se va introduciendo en el modelo familiar mediante la industrialización, los valores
tradicionales dejan de tener importancia.

La rentabilidad, la plusvalía, el consumo empiezan a imponerse en la sociedad y se traducen en


que el valor único es el dinero. En ese momento, los valores que equilibraban la balanza social
entre hombre y mujer se rompen, los valores tradicionales de familia, hijos, trabajo en el hogar y
en el campo, comunidad, alegría o amor, sensibilidad y unidad, todo se derrumba. La sociedad
moderna (materialista) valora todo en dinero, y establece que la 'categoría' social de las personas
viene determinada por ese 'valor dinero'. Por tanto la mujer se ve abocada a poner sus valores en
la balanza económica, y se encuentra que sus valores tradicionales 'no se pagan' adecuadamente,
no son transcritos a dinero, por ende está “desvalorada” como mujer.

Ahora empieza la “guerra de los sexos”, y ¿Quién gana? Pues el que valga más, o sea, valga más
dinero, tenga más dinero. El hombre acapara los trabajos mejor remunerados y la mujer se cree
con 'valor inferior' ya que no alcanza ese valor dinerario. El hombre, seducido por las ideas
materialistas va despreciando las contribuciones no dinerarias de la mujer, de forma que en la
familia el 'peso' del hombre se hace totalitario, al sólo valorar el dinero y al crearse la idea
individualista: cada individuo como portador de su propio valor dinerario, acabando con la
concepción comunitaria de familia y pueblo, otra idea para atomizar la unidad familiar.

Bajo esas circunstancias, la mujer se encuentra que desea alcanzar esos valores asalariados, que
son los que 'dan valor' en la mentalidad moderna, y se crea el feminismo como reivindicación de la
mujer de 'abandonar los valores no dinerarios a cambio de poder acceder a los valores
económicamente rentables'. Las “feministas” jamás pedirán ayuda para que las mujeres puedan

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realizar adecuadamente sus valores no económicos, sino que exigirán únicamente poder disponer
del valor dinero en igual derecho al hombre.

Aquellas pioneras feministas, demostraron claramente su fanatismo por las ideas capitalistas, y la
preponderancia de lo material por encima de cualquier consideración espiritual; “lucha del más
apto” aplicada a la economía y al sexo, el individualismo “cada individuo para sí mismo”, el
utilitarismo lo que no genera dinero no es útil, la “lucha de sexos”, en sustitución a la “lucha de
clases”, y la simplificación de la historia, todo mal en el mundo es culpa del “patriarcado”. No solo
demostraban su desprecio al hombre, si no a la mujer a negarle sus valores no materiales y
reducirla a la esclavitud de la fábrica como única vía para la “liberación”, un desprecio a la familia
al restarle valor al destruir su unidad y desvincularla de la educación de los hijos ya que estos sería
educados por el Estado (el sueño de Rockefeller y los capitalistas que financiaron el feminismo), y
un profundo odio a la humanidad al comparar los niños con parásitos que imposibilitaban la “vida”
de la mujer, de allí surge la manía que tienen las “feministas” actuales por abortar. Para ellas, ser
madre, casarse, cuidar de un hogar, es decir ocuparse de roles que son elevados y
trascendentales, pero no producen dinero, es poca cosa sin importancia y hasta esclavitud.

A menudo muchas mujeres se definen “feministas” porque el mundo (patriarcal por supuesto) las
trata muy duro, las maltrata incluso. Sin embargo, no se dan cuenta esas “feministas” que si hay
hombres que las tratan duro, y no las protegen es precisamente gracias al feminismo que iguala
hombres y mujeres. No ven que el mundo de los hombres es duro; los hombres sufren
abrumadoramente mayor violencia y asesinatos, trabajos extenuantes y riesgosos, leyes que no
los protegen especialmente como a la mujer, traduciéndose en menor expectativa de vida, mayor
porcentaje de alcoholismo y suicidio, y los niños tienen mayor índice de abandono escolar, de vivir
en la calle y ser usados por pandillas o como carne de cañón en guerras; y por tanto al entrar en
igualdad de condiciones en ese mundo “duro”, que tanto querían las “feministas”, se quejan de la
competencia y piden al Estado que se las proteja por ser mujeres (tremenda contradicción). El
hombre tradicional, que aún hoy quedan muchos, no trataría mal a una mujer a propósito, al
contrario la protegería más bien, ese ha sido el rol tradicional del hombre, así como la mujer
tradicional no desea ser tratada como un hombre, esta se siente a gusto sintiéndose protegida y
dejando que el hombre dirija el baile de tango (cosa obviamente demasiado “machista”).

La cuestión no es si las mujeres deberían trabajar, esa es una presentación ridícula del tema. El
problema es que tanto hombres y mujeres puedan realizar el trabajo apropiado para cada uno, es
injusto, tal como quieren las feministas, que las mujeres se sometan a las mismas condiciones de
trabajo pesado de los hombres, como sería injusto que una mujer se enfrente a los hombres en
una carrera de 100 metros. Así como tampoco pensamos como las feministas para las cuales el
puesto de ama de casa, madre y esposa es un puesto “sin importancia y relegado”, tan solo como
ya lo aclaramos, porque ven en ese rol de la mujer un trabajo inmaterial y por tanto “inferior”.
Rechazamos el nuevo mito llamado la “mujer independiente”, tal como el mito del “buen salvaje”,
es algo contradictorio a la naturaleza misma. Nadie, ni la mujer, ni el hombre es “independiente”,
en una industria el gerente depende del ingeniero, y este del supervisor, este a su vez del
operario. En la vida familiar la mujer depende del hombre y el hombre de la mujer, de eso se trata
la sociedad. Ahora bien, cuando la sociedad globalizada y enajenada toma como único y más
grande valor la “libertad”, se crea artificialmente un individuo aislado y desarraigado, un ser
“autosuficiente” que tiene que ser necesariamente “independiente” pero irreal.

Esa subversión de principios choca con la realidad, y la “mujer independiente” que nos muestran
las películas, al final necesita como cualquier persona del mundo (hombre o mujer) una relación a
la cual entregarse. De existir una mujer realmente “independiente” y “fuerte”, incapaz de
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entregarse a algo o a alguien, incapaz de estar es una relación desde la igualdad y no desde la
superioridad, una mujer “exitosa” que vive solo para el trabajo y rechaza la familia porque le quita
su tiempo “productivo”, y el hijo sería como un estorbo en el mejor caso, o un parasito en el peor.
Incapaz de expresar sus sentimientos y miedos para no ser” débil”, incapaz de descansar en el
hombro de alguien para llorar, incapaz de pedir ayuda y demostrar sus errores, seria por tanto una
mujer solitaria, llena de inseguridades y confusión.

Nosotros, así como no creemos en la “igualdad” de las personas, ni que sea beneficioso conseguir
la supuesta “igualdad”, negamos que exista la “igualdad” entre los sexos y que de conseguir dicha
“igualdad” no traería ningún beneficio para mujeres ni hombres. Afirmamos la diferencia natural
entre hombres y mujeres, no para elevar uno sobre el otro si no para afirmar que ambos son
complementarios, y es así, no confrontando los sexos ni igualándolos, como la sociedad encuentra
un equilibro natural, y como la familia encuentra una razón de ser. La base de la felicidad de
ambos sexos está en la convivencia familiar, en la comprensión mutua. Ambos constituyen juntos
una sola unidad y no dos entes en pugna, unidad en la cual vive y se nutre el pueblo, es decir, la
comunidad nacional.

El feminismo tradicionalista que defendemos es aquel basado no en confrontar los sexos. Es el de


las mujeres que asumen su feminidad sin complejos, y que por tanto no se siente menos que el
hombre ni buscan imitarlo, no buscan apartar a la mujer de su rol de madre y cuidadora, sino
rescatar los valores no dinerarios en la sociedad, la defensa de la maternidad y la niñez, el cuidado
de la familia que tanto hace falta en la sociedad moderna, y rescatar la importancia de la
asistencia social en contra de los criterios netamente economicistas. Ese es el feminismo de la
mujeres que están satisfechas con su sexo, que no odian al hombre, que no se tragan el cuento
neomarxista de que todos los males de la humanidad son culpa del hombre, ni que un hombre le
haga un halago es porque la quiere violar.

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COMUNICADOS

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¿PORQUE NO SOMOS LIBERALES?
Con el liberalismo económico todo el control por parte del Estado cesa. La usura y la banca
internacional entran a predominar. La propaganda fomenta el consumo desaforado, creando
necesidades artificiales sin satisfacer las fundamentales; toda clase de productos innecesarios,
artículos de lujo, y baratijas chinas inundan al país favoreciendo solo al capitalismo importador. El
país receptor se endeuda para poder comprar los productos básicos ya que al no establecerse
protección alguna para la producción local no puede competir con los productos importados. Así
queda destruida la industria y el agro tradicional, mientras que los “políticos” liberalillos piden
cada vez más “inversión extranjera”, más ventajas para el capitalismo internacional, es decir piden
a gritos la dependencia económica, industrial y tecnológica.

Para ellos solo importa “la economía”. En su cosmovisión netamente materialista, poco importa la
soberanía política de la Nación, y la independencia tecnológica, industrial, financiera, agraria o
cultural. Que más da eso si se obtienen bienes y servicios más baratos según su liberalismo.

Esos liberales, “expertos” económicos y dueños de partidos antinacionales, ya los conocemos bien,
a la larga son tan perjudiciales como cualquier marxista.

Así estos “liberales” son serviles al nuevo orden mundial, pretenden bajarle los pantalones a las
naciones con tal de obtener “beneficios económicos” que según ellos solo es posible si el Estado
deja de fomentar la industrialización y la agricultura nacional. Ponen a ejemplo a los “países
capitalistas” cuando su capitalismo fue consecuencia de una fuerte intervención estatal y muchas
veces militar.

Estos liberales critican las “imposiciones del Estado” pero no ven o no quieren ver que hoy ya no
es ningún Estado el que dirige la política global, hoy las empresas supracapitalistas son más
poderosas económicamente, más influyentes políticamente mediantes sus “ONG” y mediante el
control de los medios de comunicación globales, que lo que puede ser cualquier gobierno.

Estos liberales hablan de “libre mercado”, “Libre empresa” como si vivieran en la primera o
segunda revolución industrial, cuando ya vamos para la cuarta. Dicen que el “liberalismo” no se
pudo lograr (mismo cuento que los marxistas) porque los políticos influyen en la economía, es
decir no hay “libre competencia”, cuando la realidad es que las mismas grandes empresas son las
que influyen en los gobiernos para ellas sacar ventaja, sea comprando políticos, financiando
partidos, promoviendo causas e impidiendo su oposición.

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Piden “libertad de prensa” pero hoy son las grandes corporaciones mediáticas, y las big tech las
que censuran, manejadas en su mayoría por la camarilla de los elegidos. Y en palabras de Oswald
Spengler:

"Un demócrata de viejo cuño no pediría hoy libertad para la prensa, sino libertad con respecto a la
prensa. Puede la prensa condenar a muerte una 'verdad'; bástale con no comunicarla al mundo. Es
esta una formidable censura del silencio, cuanto más poderosa cuanto que la masa de los lectores
de periódicos no nota su existencia... El lector se entera de lo que 'debe saber' y una voluntad
superior informa la imagen de su mundo".

De modo que los intereses de los liberales favorecen queriendo o sin querer al Nuevo orden
mundial. Ya que el NOM no es más que el traspaso de la soberanía de los Estados nacionales a
corporaciones supracapitalistas y financieras globales. Esta política de cambiar el viejo orden
mundial, basado en Estados naciones e Imperios, a un nuevo orden basado en corporaciones, es
vieja y hoy está es su fase última. No hace falta ser un “analista político” para ver como
organizaciones como el Foro Economico Mundial, la BlackRock, ONGs como “open society”, la
OMS con las Big Farma, las Big Tech, etc están dirigiendo e imponiendo su agenda política,
económica y social a las naciones y con ello a toda la humanidad.

Sin embargo, esto A NINGÚN liberal les importa siquiera cuestionar, ya que el globalismo (la
plutocracia) no es “impuesto” por Estados. En cambio nosotros desde la tercera posición
entendemos que el liberalismo y el marxismo comparten el mismo fin, ambas son materialistas, y
son estrategias para la destrucción de la Nación independiente, su propia industrialización, su
suelo y tradición.

¿POR QUÉ NO SOMOS HUMANISTAS?


El humanismo es una concepción de la vida basada en que el centro del universo es el humano, el
individuo. Dicho humanismo es producto de la mentalidad racionalista. El humanismo es lo
políticamente correcto, tanto así que partidos declarados marxistas y guevaristas, que defienden
el régimen chino comunista o el castrista se definen a la vez como humanistas.

No hay nada más antihumano que el régimen marxista bajo el cual el individuo pasa a
desprenderse de su personalidad, sin ambiciones, ni metas personales, así el individuo se disuelve
en una masa de todos iguales, insectificando al individuo, haciéndolo esclavo del Estado. Así que la
sociedad marxista es por definición una sociedad de esclavos, es antihumana, todos iguales, sin
jerarquías, sin meritocracia, sin propiedad privada, no es humanista, ni nacionalista, es estatista.

Ambos caminos son detestables, el fin en sí mismo no puede ser el Estado o el partido, la
colectivización forzada y el igualitarismo es un crimen contra la humanidad que solo puede ser
posible en un régimen donde se controle totalmente al individuo, por la fuerza, la manipulación y
por el hambre.

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Por otro lado, bajo el humanismo todo queda a la medida del hombre. Todo ámbito público queda
marcado por el individualismo. Es así que la economía y la política queda alejada de la moral, las
leyes de la naturaleza, y las leyes divinas. La economía se vuelve utilitaria, sacar el máximo
provecho, sin importar consecuencias, solo importa la satisfacción del individuo. Este
individualismo ha traído consecuencias peores a largo plazo igual o más que el marxismo; la
disolución de la familia, relaciones desechables, alejamiento de la moral, búsqueda del máximo
lucro personal, hedonismo, búsqueda de placeres materiales, destrucción de la naturaleza etc

Para la terceraposición, el individuo en si no es el fin, se entiende que al individuo no se le debe


complacer en todo, ya que el individuo (según el racionalismo) es esporádico, más la Nación, la
etnia, la raza es trascendental. Para la Nación es que se debe trabajar no para el individuo.
Supongamos que un padre de familia hace una fortuna pero la gasta completamente en si mismo
entonces es individualista o humanista, pero si deja parte de su fortuna para sus futuras
generaciones entonces es trascendental, por lo tanto nacionalista.

El individuo no es finito, su existencia no empieza en la fecha que dice su acta de nacimiento, ni


termina en la fecha de su acta de defunción. Su descendencia continua su legado, sus genes,
expresando sus características físicas y síquicas continúan en sus hijos, nietos, etc . Es así que cada
nación posee su propia “personalidad”, sus características físicas, es decir su raza tanto material,
como raza espiritual. Cada pueblo del mundo es particular, tiene su idiosincrasia, y esta no
aparece con el individuo ni muere con él, esta se trasmite de unos a otros, es decir transciende
generaciones y abarca siglos.

Ese el sentido trascendental de la Nación, cada Nación es como una gran familia, en el caso de la
nuestra es muy diversa pues proviene de la mezcla de naciones o razas muy diferentes. Esto tal
vez es difícil de entender para quienes estén inmersos aún en el dogma individualista, pero lo
cierto es que el individuo no es un ente aislado. Nuestros deseos, pensamientos, creencias etc
están heredados por nuestra nación, es decir nuestra cultura propia. Sin embargo, esto para los
liberales es “opresión” porque todo lo impuesto culturalmente es opresivo ya que no parte de la
“libre elección” del individuo. Hablar un idioma, un dialecto, usar cierta ropa, escuchar cierta
música, o comer cierta comida es “imposición cultural” por tanto opresión. Como si cada individuo
que nazca pudiera elegir que idioma hablar, o mejor inventar su propio idioma, inventar su propia
vestimenta, e inventar su propia religión, o sistema matemático para que nada le fuese “impuesto
culturalmente”. A ese extremo de ridículo llega el dogma humanista, racionalista y anti
tradicionalista de los liberales.

Bajo el humanismo, la naturaleza debe servir al hombre, lo que ha producido consecuencias


desastrosas para la vida en el planeta. Pero para la terceraposición la naturaleza es trascendental,
los mismos bosques, las mismas montañas y ríos han permanecido inalterables por generaciones,
han servido de sustento, han servido de hogar a nuestros antepasados, de los mitos y leyendas. Es
el mismo Ávila el que cobijo a los primeros asentamientos indígenas, hace quien sabe cuánto
tiempo, y el mismo Ávila que vio la fundación del poblado llamado Santiago de León de Caracas.

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Por este motivo, porque esas montañas, valles y ríos, continuaran mucho después de nosotros, es
necesario cuidarlos y preservarlos, en lugar de destruirlos para sacarle un poco de oro para
provecho momentáneo. La naturaleza no es la foto de un paisaje al que fuiste de vacaciones, la
naturaleza está a nuestro alrededor, en cada momento, somos parte de la naturaleza así como
somos parte de la divinidad.

Otro elemento que niega el humanismo es lo divino, lo mítico, lo arquetípico, lo espiritual. En


cada ser humano hay una parte espiritual, así como hay una parte material. Con el humanismo se
dio a conocer que la religión era “anticuada” y que la fe era para ignorantes, que lo valioso era la
“razón” del racionalismo.

Pero nadie puede estar tan fuera de la humanidad como para no tener ideas religiosas.
Precisamente los que niegan a Dios y la religión hablan a favor de ella; su materialismo, su
ateísmo, su comunismo, su liberalismo, existencialismo, utilitarismo etc no son más que ideas
religiosas en las que debe creer, tener fe. En todos lados, mucho o poco, el hombre siempre está
poseído por una idea superior.

La terceraposición toma esa idea superior, Dios, esa fuerza espiritual, que infunde fuerza de
voluntad en el individuo, los arquetipos, las creencias populares o teológicas, las normas morales,
todo ello dota al individuo de un sentido de vida, de propósito, de una comunidad espiritual y por
tanto trascendental. Esta fuerza espiritual también, al igual que la naturaleza, está por sobre el
humano, le guía y protege. El otro camino, el del humanismo, donde el humano es centro y meta
del mundo, ha dejado un mundo lleno de individuos sin normas ni patrones morales y de
conducta, de libertinajes donde todo se vale, y donde es común el vacío existencial; las drogas, el
sadismo, el materialismo (valgo por cuanto tengo), la depresión y el estrés. ´

En resumen, no somos humanistas, el individuo vale por cuanto es social y pertenece a un grupo,
está ligado a la naturaleza, y está ligado a Dios, la fuerza espiritual y transcendental. Si dejas al
individuo aislado de todo contacto social (familia, etnia, nación), fuera de la naturaleza y de
espaldas a Dios, solo entendiéndose por un “contrato social”, lo que queda es el cascarón vacío
del humanismo.

JUICIO A LA DEMOCRACIA VENEZOLANA


Si hay algo difícil de hacer en nuestro país cuestionar la democracia. Pues esta es para muchos no
solo una forma de gobierno, es nuestra forma de vida, algo que defendemos aunque
reconozcamos sus fallas. Desde pequeños en la educación oficial y a lo largo de nuestra vida a
través de los medios de comunicación se nos enseña a querer la democracia.

Pero si hoy afirmáramos que todos los males de nuestra nación; corrupción, desorden, irrespeto,
anarquía, irresponsabilidad, pérdida de valores, delincuencia etc. se deben a la democracia y sus
partidos ¿qué pensaría el venezolano? ¿Apoyaría esa democracia? La democracia en un sentido
estricto es el gobierno del pueblo para el pueblo. El asunto controversial es ¿quien ejerce las
funciones del gobierno? ¿Quien elige a quien? ¿Cómo? y ¿por qué?

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Nuestra democracia se fundamenta en tres de errores

1ER ERROR: CUESTIÓN DE DEFINICIÓN


La gran mayoría de nosotros queremos la democracia porque es sinónimo de libertad y derechos.
Sin embargo, nuestro concepto de democracia está mal definido y mal entendido. Nuestra
democracia nació en una sociedad que no estaba preparada para ejercerla, la democracia es un
sistema que exige al pueblo disciplina, respeto y voluntad para aplicarla.

Desde 1928 se nos impuso un conjunto de ideas marxistoides y socialistoides copiadas de otros
países a la que llamamos democracia. Se pretendió implantar la democracia por decreto, de eso
quedó la confusión y creer que se es demócrata por inscribirse en un partido e ir a votar.

A partir de allí y todo el periodo “democrático” se nos impuso una democracia de discurso.
Tenemos muchos derechos pero pocas o ninguna obligación, salvo la de ir a votar para perpetuar
el sistema. A través de los medios de comunicación, la educación, y el gobierno se nos enseña que
para que funcione la democracia debe haber obligatoriamente partidos políticos, de esa forma
tenemos la libertad de elegir y por ende ser buenos “demócratas”. Hemos asumido la democracia
como la libertad de hacer lo que nos dé en gana y a eso lo llamamos “derecho”. Entendemos la
democracia como una serie de derechos más no de obligaciones. Esto debido a que el Estado
democrático venezolano, se movió siempre en una contradicción, por un lado se convirtió en el
Estado paternalista papá de todos, dejando a la gente sin posibilidad de plantear soluciones a sus
problemas, a cooperar, es decir ser realmente demócrata. El venezolano optó por el facilismo, por
que el gobierno resolviera, por pedir, exigir derechos sin cumplir obligaciones, optó por la ley del
“vivo” para subsistir, irrespetar leyes normas, el derecho ajeno y a sí mismo. Se olvidó de su
responsabilidad y vivió como un adolescente que se excusa de sus actos, “todos lo hacen” es la
mejor excusa. En este sentido, el mismo Estado que nació como el padre de todos se comportó
como un padre irresponsable, le regala cosas sin merecerlas para ganar votos, afronta los
problemas con medidas improvisadas y cortoplacistas. No se encargó de promover una educación
en el pueblo para que ejercieran la democracia, por el contrario se limitó a dar el pescado sin
enseñar al pueblo a pescarlo, de esta forma el irresponsable no trabajaba se le complacía y a
cambio el gobierno obtenía votos y así se sustentaba el sistema.

La democracia solo tiene sentido cuando todos entendamos que no es un estado de privilegios si
no de derechos y responsabilidad. Para que funcione debemos tener verdadera conciencia
democrática como pueblo, (cosa que carecemos aunque todos los medios de comunicación nos
repiten que somos un pueblo democrático). El respeto al otro es la base del sistema democrático,
lo cual requiere de una elevada conciencia democrática dirigida hacia el bien común. Respeto al
otro implica respetar los derechos de los demás, no colearse, no sobornar, no tirar basura, no
poner música en la madrugada, en resumen es cumplir con las normativas y leyes de convivencia
que existen en nuestra Republica pero que producto de falta de conciencia democrática, nadie
cumple y los que deben hacerlas cumplir no les importa o tienen nula conciencia democrática.

2DO ERROR: LA PARTIDOCRACIA


La democracia sería mucho más eficiente sin partidos políticos. En primer lugar los partidos
secuestran el deber de participar en la política a los ciudadanos, es decir coartan la libertad y
además dividen al pueblo para perpetuar el sistema partidista. El partido es el gobierno de una

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parte sobre el todo. El partido no es un instrumento democrático porque está compuesto sólo por
aquellas personas que tienen intereses comunes. Forman un partido para lograr sus fines, imponer
su voluntad o extender el dominio de sus creencias, valores e intereses a la sociedad en su
totalidad. El partido es un aparato dictatorial de gobierno que capacita aquellos que comparten
opiniones o intereses para gobernar al conjunto del pueblo. Dentro de la comunidad, el partido
representa una minoría.

La existencia de muchos partidos intensifica la lucha por el poder, y trae como consecuencia que
se descuide cualquier logro para el pueblo y cualquier plan socialmente beneficioso. Tales acciones
son presentadas como justificación para socavar la posición del partido gobernante de manera
que el partido en la oposición pueda reemplazarlo. En su lucha, los partidos denuncian y denigran
las acciones de unos y de otros sin importar el bien general. Esta batalla se entabla a expensas de
los intereses vitales de la sociedad. Algunos, si no todos, de esos intereses caen víctimas de la
lucha por el poder entre aparatos de gobierno. A fin de gobernar, el partido de la oposición debe
derrotar el aparato de gobierno existente. Para conseguirlo, coloca al frente del partido
demagogos charlatanes que convenzan al electorado con palabras y promesas. Al tiempo debe
minimizar los logros gubernamentales, incluso aunque esos planes pudieran resultar beneficiosos
para la sociedad. En consecuencia, los intereses y programas de la sociedad se convierten en
víctimas de la lucha de partidos por el poder. Esa lucha divide al país en parcelas en las cuales cada
una vela por sus propios intereses dejando al lado el bien común y por ende los intereses de la
Nación, dicha lucha es política, social y económicamente destructiva para la sociedad.

Una democracia sana se basa en un concurso de ideas, no de popularidad. Lo que debería suceder
es que los propios ciudadanos creen la actividad política, a través su comunidad, municipio,
gremio o sindicato, universidad, iglesia, asociación civil o grupo de voluntariado. Así los partidos
serian innecesarios.

3ER ERROR: FALTA DE OBJETIVOS NACIONALES


No se puede hacer democracia sobre la ignorancia de la mayoría y la desinformación. Los partidos
dividieron el país en colores y carnets. Ser del partido ha suplantado el ser venezolano. ¿Cuando
la democracia no sirve? Desde el momento en el que el mejor candidato es el que convenza al
ingenuo para ganar y no el que de las mejores propuestas para el desarrollo de la nación. Peligra
la salud de cualquier país y pone en tela de juicio la utilidad de la democracia cuando los
candidatos tomen el sendero fácil: el de convencer con sentimientos y no con lógica. Un candidato
no puede nunca entrar en el plano sentimental, como "involucrarse con la gente" dando abrazos,
besitos y prometiendo regalitos para que le agarren cariño y lo sientan su amigo, es algo
contraproducente porque transforma el proceso electoral en un concurso de popularidad.

Demócrata es aquel que se esfuerza por superar las carencias de nuestra nación que son
productos del abandono del ser social contribuyente con su entorno, responsable de sus actos,
solidario y con sentido del deber y justicia.

Los analfabetas, los menos preparados, los autobuseados en mítines para hacer bulto, aquellos
que esperan por el puestico, los de las comisiones, los jalabolas, son los que en elecciones libres y
democráticas colocan al mediocre, al incapaz y al inepto sin tomar en cuenta lo que es mejor para
el desarrollo del país.

44
Las políticas transcendentales a largo plazo, se sustituyeron por medidas cortoplacistas para
captar votos, el bono, el subsidio, el facilismo, ¿el cuanto hay pa eso?, el carnet partidista para
ocupar un puesto en el gobierno, se convirtieron en la fórmula del gobierno democrático.

La meritocracia necesaria para poner los mejores al frente del gobierno y las empresas estatales se
sustituyo por el carnet partidista, en perjuicio de la nación.

Mientras no se dote mediante educación al pueblo de una verdadera conciencia democrática, no


se castigue al corrupto, al inepto y al irresponsable, no se elimine la partidocracia y se implante la
meritocracia y no se fijen metas nacionales en base al bien común donde se integre todo el
pueblo, (sindicatos, empresas, gobiernos, universidades, gremios, iglesias etc.) y no solo los
partidos de gobierno, será inútil la implantación de cualquier democracia, sería como arar en el
mar.

Nuestra propuesta al país para reformular la democracia consiste en: La abolición de la


partidocracia, la implantación del sistema de democracia meritocrática, la formulación de planes
nacionales centrados en el bien común donde intervengan democráticamente todas las fuerzas
vivas de la sociedad, la superación de la sociedad dependiente del Estado y la formación de
personas emprendedoras y responsables, conscientes de sus derechos y cumplidoras de sus
responsabilidades para con la comunidad y la Nación.

UN NUEVO MODELO DE ELECCIÓN POPULAR


El actual sistema de elección popular se basa en la “popularidad” del candidato o el partido. En
cada época hay un partido “de moda” que se impone antidemocráticamente a la totalidad de la
sociedad. Las tácticas antidemocráticas para secuestrar el poder son las siguientes; apoderarse del
dinero del Estado para perpetuarse en el poder, manejar los medios de comunicación con
propaganda y manipulación, utilizar los fondos públicos entregando “regalos”, no en nombre del
Estado, sino a nombre del candidato y del partido, hacer un circo populista repartiendo “besitos”,
abrazos y promesas para ser “chevere” y ganar votos, establecer políticas asistencialistas y de
corto plazo para mantener a la gente en la pobreza y no puedan pensar en el futuro sino que
dependan del partido gobernante para sobrevivir el día.

Además si todo eso fallase, llega a amenazar directa o indirectamente a los trabajadores públicos y
a los que reciben las ayudas asistenciales, para que voten y apoyen al candidato oficial.

Unas elecciones de ese modo no son ni democráticas, ni legitimas ni beneficiosas para la Nación.

Antes de la elección: El registro electoral


Nuestro sistema de votación se fundamenta en su “universalidad” es decir todo el mundo puede
votar. Esto es particularmente peligroso para la democracia pues le resta el valor al voto y termina
ejerciéndolo personas que no conocen el sistema democrático y son fácilmente manipulados por
los demagogos. Sorprendería la cantidad de personas que votan y no conocen las funciones y los
cargos por los cuales vota. Por supuesto los partidos nunca se quejarían de eso pues les conviene.
En cambio imaginemos una democracia donde obtener el derecho al voto sea un mérito y un
honor que hay que ganárselo. Para esto, los ciudadanos que se inscriban en el registro electoral
deberían aprobar un examen sobre los diferentes poderes públicos, los cargos, responsabilidades
y funciones de cada uno, así por lo menos estaríamos asegurando que los nuevos votantes sepan y

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entiendan que votar es una grandísima responsabilidad que puede afectar no solo sus vidas y las
de los demás, sino de las generaciones futuras también.

Reformar el sistema de postulación


El sistema actual nos dice que para ocupar un cargo no hace falta mas que nacer en el país, tener
determinada edad y hacer que la gente le de sus voto. Cualquiera puede ser, no hace falta siquiera
ser bachiller, ni siquiera conocer lo mas mínimo de política económica. Solo se requiere estar
apoyado por un partido político de moda que le haga propaganda y convencer al electorado con
demagogia. Es más fácil ser presidente de la República que de cualquier empresa privada, en uno
solicitan un buen currículo, resultados y experiencia, en el otro nada.

Muchos de los candidatos a cargos electorales tienen mejores propuestas, planes, integridad
personal y capacidad. Sin embargo, no son elegidos por no pertenecer al partido de moda y
pierden la elección contra un borracho, un incapaz, un inepto o un corrupto que cuenta con el
respaldo del partido.

Lo que se debe hacer, es que para cargos de elección popular se deba tener unas competencias
mínimas para postularse. Dirigir un municipio o un país no es cuestión de buenas intenciones, es
cuestión de preparación y competencias. Al igual que para acceder a un cargo en una
determinada empresa se espera que el postulante cumpla con una serie de exigencias, como sus
conocimientos, logros, experiencia, liderazgo, capacidades. Para acceder a un cargo de elección
popular el postulante debe de igual forma reunir una serie de requerimientos con los cuales
cumplir y de esa manera asegurarse que solo aquellas personas que reúnan tales exigencias sean
las elegidas para ejercer los cargos.

Durante la elección: Reforma de la propaganda electoral


Las campañas políticas electorales tienden a bombardearnos con un sinfín de mensajes, slogans,
lemas de campaña y rayones en las paredes que inundan las calles sin la menor consideración.
Grandes cantidades de basura, montañas de desperdicios que se generan y quedan en las calles de
las ciudades, los pueblos y las comunidades de nuestro país.

Si se quiere que los mejores sean elegidos y no los pertenecientes al partido político de moda, lo
lógico es que solo se permita propaganda electoral que contenga información del candidato tales
como su currículo y programa de gobierno.

Una democracia sana se basa en un concurso de ideas, no de popularidad, por lo tanto se debe
prohibir todo material de propaganda en el cual solo se coloque el rostro del candidato y del
partido sin anexar información relevante para los electores.

De esta forma, cada candidato, una vez haya reunido los requisitos para postularse, dará a los
electores la misma información y en la misma proporción, sin importar el partido político de
pertenencia. Así los candidatos independientes podrían postularse y competir en igualdad de
condiciones con los partidos poderosos. Unas elecciones de esa forma acabarían con las
“maquinarias” partidistas que fabrican candidatos, dejando a los postulados en igualdad de
condiciones para competir por los cargos.

Después de la elección: Vigilancia del cargo electo

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Durante las campañas políticas los candidatos suelen valerse de la demagogia para convencer al
elector, de tal modo que muchas veces prometen cosas que no pueden cumplir una vez electos.
Normalmente se olvidan de esas promesas o incluso lo cambian por algo totalmente opuesto.

Por tal motivo, para tener un control de las promesas electorales, los candidatos se
comprometerían a firmar un documento donde indican las promesas electorales, la forma de
lograrlas y el tiempo. Ese documento pasaría a formar parte de su expediente para las elecciones
junto con su currículo y programa de gobierno.

Con este documento se lograría que los candidatos no prometiesen a la ligera para ganar votos, y
que una vez electos tengan obligatoriedad de cumplir las promesas o renunciar al cargo. Así los
candidatos asumirían su responsabilidad en lugar de ver a otro lado y burlarse de los electores,
como siempre ha sucedido en nuestra “democracia”.

No es una democracia un sistema político en el cual el candidato, una vez en el poder puede hacer
y deshacer, incumplir los planes para los cuales los votantes lo eligieron, y olvidarse de sus
“promesas” electorales o cambiarlas por algo opuesto. Ya que en este sistema el ciudadano no
tiene ningún control sobre lo que el político hace o deja de hacer, tan solo puede esperar a votar
por otro candidato que terminaría haciendo lo mismo. Este sistema ha traído consigo el
desprestigio de la política y de nuestra “democracia”, al final a muchos electores deja de
importarles votar o no votar.

Al término del periodo de gobierno: Juicio de Residencia


Al terminar el mandato o a mitad del periodo si se solicitara, el gobernante se somete a un juicio
público de tipo político, además de las investigaciones administrativas o penales que vinieran al
caso.

En el se abre una investigación sobre la forma en que ha llevado su labor. Si el gobernante ha sido
competente con sus labores o al contrario las ha desmejorado, si ha respetado y cumplido sus
promesas electorales, o si ha mostrado una conducta irresponsable en sus funciones públicas. En
dicho juicio los ciudadanos pertenecientes a la jurisdicción electoral harían sus denuncias.

Con este juicio se evitaría que los políticos se burlen de los ciudadanos y le daría un parado a los
demagogos.

Por ejemplo, si un alcalde afirma en su campaña que construirá un nuevo terminal de transporte
terrestre y al concluir su periodo se demuestra que no lo ha hecho, el alcalde sería sancionado por
engañar a los votantes y se le impediría optar a los cargos públicos, o incluso se sancionaría al
partido, además de otra pena que se considere. O si un presidente hace campaña electoral a favor
de disminuir la cantidad de ministerios para minimizar gastos burocráticos y la corrupción, y al
final de su mandato se demuestra que ha duplicado el número de ministerios, el presidente
igualmente sería sancionado.

Siguiendo estas medidas se mejoraría grandemente nuestra forma de gobierno y la credibilidad en


las instituciones. Aún siendo lógicas y viables, están en contra del sistema partidista que ha
secuestrado la democracia, por lo que sus defensores, las oligarquías partidistas, los medios de
comunicación y muchos intereses económicos estarían frontalmente en contra de tales medidas.

Nuestro llamado es al ciudadano que no está de acuerdo en como se viene manejando la política,
a difundir nuestro mensaje, y a decirle NO a las mafias partidistas.
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Otra Venezuela es posible, son sacrificio, honor y trabajo.

LA NUEVA ASAMBLEA NACIONAL


El sistema político reinante en el país es la partidocracia. Bajo ese sistema se eligen a los
diputados, vale decir los “representantes del pueblo”. Sin embargo, los diputados electos en
partidocracia no vigilan los intereses de sus representados, sino los de su partido. La partidocracia
imposibilita que algún ciudadano que no pertenezca al partido de moda sea electo. Los actores
principales y únicos del panorama político son los grandes partidos políticos, coartando las
posibilidades de que los ciudadanos expresen su voluntad real más allá de los partidos ya
existentes. Control de grandes sumas de dinero, propaganda, medios de comunicación, “regalos” a
los electores, hacen virtualmente imposible que un ciudadano, por más capacitado y honorable
que sea, le gane una elección a un burro con lentes con la chapa del partido mayoritario.

Con los partidos políticos no importa quién es el mejor, solo importa quién es fiel al partido y esté
dispuesto a defenderlo, quien es más popular y más demagógico capaz de decirle al “pueblo” lo
que quiere escuchar para que le den su voto. Los cargos se obtienen por amiguismo, por ser leal al
partido, en muy raros casos por méritos propios.

Las responsabilidades de los diputados es representar al pueblo y legislar. Como representantes


del pueblo es su deber supervisar al poder ejecutivo. No obstante, sucede muchas veces que el
ejecutivo y el legislativo están en poder del mismo partido. Se puede observar en esos casos como
los diputados se muestran complacientes en todo, nada investigan, y nada denuncian. En la
partidocracia, la lealtad de los funcionarios electos está dirigida al partido y no a la ciudadanía. En
este sistema los diputados deben obligatoriamente estar de acuerdo en todo con el ejecutivo, y
obligatoriamente tienen que tapar toda la ineficiencia y toda la corrupción para no perjudicar a su
partido. Para evitar que esto suceda, conviene que en cualquier caso solo el 40% de los cargos de
diputados puedan pertenecer al mismo partido o partidos aliados del que pertenece al gobierno
central.

La otra función que si les gusta cumplir a los diputados es la de hacer leyes. Por algo muchas de las
leyes son absurdas e innecesarias. A algún “brillante” diputado se le ocurrirá una ley para respirar
por la nariz, porque es algo que debe estar sujeto a una ley seguramente... Ya vimos que los
diputados se deben a sus partidos, cosa que no es democrática. Pero, ¿será que la elaboración y
aprobación de las leyes si es democrática?

Los diputados sesionan, discuten y aprueban leyes como representantes del pueblo que son. Sin
embargo, estos representantes frecuentemente redactan y aprueban leyes mandadas a hacer por
el ejecutivo y ni siquiera consultan al pueblo que los eligió. Y si lo hacen, solo consultan a una
parte del pueblo que conforma sus propios partidos.

Una legislación democrática


Los diputados, por lo menos en teoría son representantes del pueblo, más no son el pueblo.
Frecuentemente los diputados cambian sus opiniones y criterios sin tomar en cuenta a sus
electores, y estos nada pueden hacer al respecto. Muchas leyes son aprobadas por una camarilla
partidista que controla la asamblea, por más razón que tenga algún diputado disidente, el grueso
de los diputados partidistas no pueden cambiar de opinión por que se deben a su partido, no a la
lógica, ni a la razón. Una ley aprobada de esta manera es antidemocrática. Para que sea
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verdaderamente democrática los ciudadanos deben poder detener una ley con la que no se este
de acuerdo. Si la ciudadanía no tiene mecanismos para parar o aprobar una ley, los diputados
literalmente pueden hacer lo que quieran, lo cual es obviamente antidemocrático.

El sistema de legislación democrático debe tener por un lado los representantes que discutan y
redacten las leyes, y por otro lado la ciudadanía que las apruebe o rechace. De no ser así,
equivaldría a que una oligarquía partidista enquistada en la asamblea pague y se dé el vuelto.

La elección de los diputados


Como hemos visto el sistema actual de elección partidocrático perjudica los intereses de la
colectividad que en su mayoría no pertenece a ningún partido. Es decir, la ciudadanía no
pertenece a los partidos pero si pertenece a organizaciones sindicales, empresariales, laborales,
profesionales, etc. Por tal motivo, de estas organizaciones se elegirían los diputados, ya que los
representantes de los gremios, son quienes están capacitados y calificados dentro de su área de
trabajo para dictar las leyes específicas que atañen a su sector.

Se establecería un reglamento para que por lo menos el 50% de los diputados sean
independientes y electos de organizaciones gremiales y ciudadanas. Mientras que el resto
provenga de los partidos políticos.

Además de contar con un sistema que evita que un solo partido se haga con el control de la
Asamblea, haría falta subir el nivel de los postulados. Así como para acceder a un cargo de
gerente o director en una empresa pública o privada se exige unas determinadas competencias,
para ser diputado también se debe tener unas competencias mínimas para postularse.

Por tal motivo planteamos que los cargos para diputados sean disputados por méritos y no por
popularidad.

Como se elabora una ley democráticamente


El proceso de elaboración de las leyes empezaría con las consultas y discusiones dentro del gremio
o gremios a los que afecte especialmente dicha ley. Así por ejemplo una ley que afecte a las
universidades sería discutida y redactada por las asociaciones de estudiantes y de profesores, para
luego pasar su revisión en la asamblea nacional. Una vez se tenga un proyecto de ley final se llama
a votación a los estudiantes y profesores universitarios. Para alguna ley que afecte a la colectividad
en su totalidad se discutiría en la asamblea nacional y posteriormente se llamaría a consulta a la
colectividad en general, mediante voto electrónico o cualquier otro mecanismo que haga efectiva
la votación.

De este modo la última palabra la tendría efectivamente el pueblo y no “aplanadoras” partidistas.


Se desmotaría la partidocracia y fortalecería la democracia. Como resultado, la ciudadanía se
motivaría a participar en las elecciones, en la elaboración de las leyes por medio de sus
asociaciones y en las consultas para aprobar o rechazar dichas leyes.

RE-ESTRATIFICACIÓN SISTEMÁTICA DE LA POBLACIÓN


La miseria del campesino la viene arrastrando desde hace años, la proximidad de los campos
petroleros a las profundidades del campo y la necesidad de mano de obra hizo que al hombre de
la tierra no le fuera difícil migrar sus labores a los campos petroleros, donde los sueldos eran
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mucho más atractivos, esto causó un impacto considerable en el modelo agropecuario existente
en el país. Se inició el éxodo campesino que sigue hasta nuestros días logrando una
descomposición del campesinado y la sobrepoblación de las principales ciudades, las cuales no
pudieron emplear a toda la población. Esta descompensación en las relaciones productivas
nacionales y el desarraigo social trajo consigo muchos males sociales y económicos que en la
Venezuela actual y particularmente en Caracas se observa. En Caracas se puede evidenciar que en
durante el Nuevo Ideal Nacional de los 65 mil ranchos censados, se erradicaron 58 mil. Sin
embargo, gracias a las políticas irresponsables, populistas, de falta de criterio urbanístico, se
permitió la ranchificación de Caracas con todos los males inherentes. La tolerancia de los
gobiernos sucesivos desde el 58 con la construcción de ranchos fue una política de auspiciamiento
del deterioro progresivo del pueblo venezolano, con el deliberado propósito de debilitarlo para
manipularlo con mayor facilidad.

Venezuela es un país muy desproporcionado poblacionalmente, tiene un gran territorio


prácticamente deshabitado e inmensas aglomeraciones urbanas. Casas sin retiros, unas encima de
otras, sin jardines, áreas comunes ni parques, sin estabilidad sismo resistente y construidas en
laderas (cerros) con gran vulnerabilidad y sin servicios adecuados. Esto es inconcebible en un país
con tanto territorio disponible.

Para revertir este problema es necesario una re-estratificación sistemática de la población, en el


sentido de una descompactación y reordenamiento de las grandes urbes, reasentamiento en los
campos, saneamiento de ríos, construcción de plantas de tratamiento residual y urbanizar los
asentamientos informales existente en las ciudades menores del interior de modo de evitar las
grandes conglomeraciones de ranchos que se observan en varias ciudades más importantes. Todo
esto conforme a una gran política poblacional.

La descompactación de las grandes ciudades implica descentralizar económica y políticamente a


Caracas. No podemos reubicar la población en ciudades del interior o construir nuevas ciudades si
las dejamos sin fuentes de trabajo, sin industrias ni servicios. Simplemente como sucede hoy día,
muchos optarían por retornar a Caracas.

El Estado Nacionalista dirigirá su atención muy especialmente a que la clase Laboral pueda salir de
su desesperado desarraigo en las grandes urbes atestadas y contaminadas. El venezolano ha ser
unido al suelo, ha de llegar a la posesión de pequeñas casas en serie con superficie de suelo en las
cuales pueda tener jardinería e incluso cría de pequeños animales.

Así mismo, el reordenamiento de las grandes urbes, implicaría por un lado reubicar gran parte de
la población de los rancheríos bien sea en otras ciudades o nuevas ciudades, o en los mismos
espacios con la construcción de "superbloques". Por otro lado, implica reorganizar, reconstruir y
urbanizar los barrios existentes, mediante demolición de aquellos ranchos de las familias
reubicadas, y la construcción en esos espacios de plazas, parques, centros educativos, culturales o
deportivos, o su simple utilización como áreas verdes. Esto solucionaría un grave problema de una
vez por todas en lugar de planes cortoplacistas como pintar unas fachadas y donar láminas de
techo o tanques plásticos como hace el régimen partidocrático desde el 58.

LA SOCIEDAD BANAL
En la familia se inicia el proceso de socialización del niño, mediante el cual aprenden las creencias
y los valores, que forman las normas de conducta. Uno de los problemas más graves que enfrenta
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la formación del ciudadano es el “déficit de socialización”. Las instituciones educativas
tradicionales (la familia y la escuela), están perdiendo la capacidad de trasmitir valores mientras
cada vez más los medios masivos dictan los modelos de conducta y los valores. Sin embargo, los
medios en el 99 % (si descartamos a Vale TV o Unión Radio Cultural) no han sido diseñados para la
formación moral, cultural y cívica de las personas. Aún cuando haya maestros conscientes que
tratan de inculcar valores en los niños, es difícil que estos los asimilen como verdaderos patrones
conductuales cuando por todos los medios masivos los bombardean diariamente con mensajes
contrarios. Esa es la causa por la cual se observa que los “valores se están perdiendo”.

Que un rapero o reguetonero muestre una tendencia violenta, que lo lleve a la cárcel, que
maltrate a las mujeres, que sea vulgar y grosero, pandillero y promueva las drogas, no importa
para nada, lo importante es que es una “estrella”, que exhibe pacas de dinero, un cuarto lleno de
cientos de zapatos o cadenas de oro, que tiene un video con mil millones de “likes”, porque al fin y
al cabo es lo material único que le puede dar “valor” a una persona de tal tipo. El mensaje en el
fondo es que hay que ser como ellos, y los jóvenes van entendiendo sin que se lo digamos que vale
más ostentar pacas de dinero para ser la “estrella”, para que te “respeten”, que el estudio y el
trabajo honrado. El mensaje directo en su canciones, o indirecto en sus videos o comportamiento
cotidiano, de la gran mayoría de esos reguetoneros y traperos es que no importa como consigas
lo que tienes, y lo único importante es lo material, carros de lujo, un montón de mujeres,
mansiones, aviones privados, fiestas etc y una vida hedonista como la mejor forma posible de vida.
Es la promoción de la cultura del malandro. Y por definición el malandro es la persona cuya vida
espiritual está vacía y es incapaz de entender la justicia, la virtud, el honor, y solo comprende los
material, el dinero, zapatos, teléfonos, armas, motos etc su meta en la vida es la búsqueda del
placer personal banal y momentáneo, dinero y sexo. Malandros son los que hacen trampa en la
universidad para aprobar, el funcionario que toma dinero público, el ratero que roba un teléfono,
todos son igual de malandros, no distinguen lo que es ganado por virtud y honor, a lo ganado por
trampa y engaño.

Cada programa de faranduleo y “noticiero” hace la misma promoción a la cultura banal alabando
a dichos artistas que ellos mismos reconocen que sus canciones son desechables, a los “famosos”
de redes sociales, los “famosos” por publicar sus relaciones sexuales, los “famosos” por ir a la
moda o ser bellos, o sea todos banales y superfluos. Esas son las “estrellas” a las que hay que
admirar e imitar, pero el que triunfa debido a sus méritos académicos, su constancia y esfuerzo,
los venezolanos que triunfan en el exterior, en el arte y la ciencia, que son buenos ejemplos,
pasan desapercibidos en los medios masivos.

Y los programas de “reality shows” muestran un grupo de jóvenes sin ningún propósito en sus
vidas más que ser “famosos”, que engañan y chismean para perjudicar a los demás y ganar ellos,
son promiscuos banalizan las relaciones sexuales, solo valen sin tienen dinero carros, ropa de
marca etc, son totalmente sesos huecos y superfluos obsesionados por su físico, es decir son un
mal ejemplo para los jóvenes, pero eso está bien es “entretenimiento”.

El sexo se ha banalizado, y los medios de comunicación tienen mucho que ver. Aunque no nos
demos cuenta, todos estamos inmersos en una red de mensajes que nos condicionan, y al mismo
“normalizan” ciertas conductas necesidades, la televisión, el cine, la música.

Lo transcendental está fuera de los medios masivos comerciales, la cultura, la ética, la tradición, el
honor, la espiritualidad, la voluntad y disciplina, no se encuentra, se difunde el mensaje que solo
somos materia, pero la verdad es que dentro de nosotros hay una chisma divina, no somos solo
animales guiados por instintos, que podemos y debemos buscar valores no materiales, que
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podemos ser “héroes” vencedores de nosotros mismos por lo cual ser pobre no es excusa para ser
malandro, que cada ser humano está llamado a la “santidad”, y que el conocimiento y la sabiduría
es más valiosa que cualquier posesión banal y superflua.

Mientras en cada medio de comunicación nos lanzan telebasura en la cara, hablan todos los días
del príncipe británico que fue al estadio , del reguetonero multado por manejar borracho su super
deportivo, de “famosas” por no hacer nada y enseñar el culo, de la super modelo en el yate
lujoso, del “político” que esta vez si cumplirá sus fantasiosas promesas electorales, del ridículo
circo electoral para engañar a los ingenuos y que solo significa quítate tu pa` ponerme yo, y la
nueva estrella de Hollywood se compró otra mansión. Gente que no debería importarnos y que no
tiene nada provechoso para nosotros, que no contribuyen en nada a nuestro crecimiento
personal. Pero el común no conoce a los grandes filósofos, no conoce las grandes obras literarias y
musicales universales, no conoce la obra de los grandes novelistas venezolanos, músicos y
científicos, no conoce los grandes problemas que tiene la humanidad y menos conoce que cada
uno puede contribuir a mejorar la sociedad sin esperar a los “políticos” partidistas.

Toda esa contaminación psíquica, del bullicio de los medios masivos, de lo superfluo, de la
adicción a la tecnología, de la propaganda, el consumismo, el partidismo, el hedonismo, la moda,
el amor banal y cursi, las drogas y toda perversión, llenan continuamente la mente del individuo
globalizado impidiéndole pensar en sí mismo, desarrollar su conciencia, su identidad propia, sus
necesidades. El individuo no conoce siquiera que pueda librarse de las ataduras de lo superfluo y
pensar un poco por sí mismo, para no desperdiciar su vida en lo banal.

Una sociedad que promueve la disciplina y el honor, será Esparta, una sociedad que promueve la
filosofía y el conocimiento será Atenas, pero una sociedad que promueve lo banal y superfluo será
una sociedad enferma.

EL PATRIARCADO
El patriarcado es el peor de los males habidos, tanto así que los “movimientos feministas” de
izquierda y derecha, de aquí y de allá, permeados en todos los partidos liberales-socialistas-
buenistas encuentran en el patriarcado el enemigo común. El patriarcado gobierna el mundo y es
responsable de todos los males. Pero, ¿de verdad el patriarcado gobierna el mundo?

No porque la mayoría de líderes nacionales y jefes de estado sean hombres gobierna el


patriarcado.

El patriarcado es el régimen de los patriarcas, en él los valores viriles gobiernan; honor, heroísmo,
disciplina, auto sacrificio, valor, jerarquización de la sociedad, meritocracia o principio del líder
entre otros. Esto no tiene nada que ver con el “capitalismo” como sostienen las socialistas, más
bien tiene que ver con el tradicionalismo, es decir, lo contrario ya que el capitalismo es en esencia
anti tradicional pues es materialista. Hasta ahí llega la ignorancia de las feministas que confunden
capitalismo, con patriarcado y neoliberalismo con fascismo, conciben el marxismo como opuesto
al capitalismo aun cuando ambos son dos caras de la misma moneda, incapaces pues de ver la
moneda completa.

En una sociedad patriarcal hay respeto a las tradiciones, niños y jóvenes respetan a los mayores,
los más sabios, los más capaces, los mejores gobiernan. Sin embargo, esto es lo opuesto a lo que

52
sucede en la sociedad globalizada actual, si es lo opuesto podríamos decir que de hecho lo que
gobierna el mundo es el matriarcado.

En la sociedad matriarcal, los valores colectivistas, la agrupación, la masa ocupa un lugar


prominente dejando al lado a la responsabilidad individual. La madre es social, la que cuida y
sobreprotege, en todo el mundo occidental los gobiernos socialistoides gobiernan. El no hacerse el
individuo responsable de su propia vida y necesitar del Estado, celebrar por que recibe “gratis” del
Estado no es lo propio de un hombre viril, es lo propio de un niño. A ejemplo de ello en 2010 el
presidente Obama anunció ante universitarios que ahora podrían permanecer en el seguro de sus
padres hasta los 26 años, de lo cual resultó un aplauso estruendoso. Es decir que un joven siga
dependiendo de sus padres hasta esa edad debería darle la impresión que se le está degradando,
es decir el matriarcado va acabando con la idea de independizarse del joven, de hacerse
responsable de sí mismo.

El “estado de bienestar” es una marca del matriarcado, aunque siempre habrá personas ancianas,
o con problemas físicos o mentales que no podrán hacerse cargo de ellos mismos, y otros
incluyendo el Estado, deberán asistirlo. Sin embargo el matriarcado va considerando a toda la
sociedad incapacitada y necesitada del Estado, de ahí surge una sociedad sin fuerza, sin energía
para metas superiores, postrada contenta con trabajar lo menos posible y que el Estado de pague
lo justo y necesario para no morir de hambre, mientras protesta porque el Estado les dé aún más
“ayudas”. La infantilización de la sociedad es una marca del matriarcado.

El Estado matriarcal es una máquina asistencial, una mamá castradora, dominante e


intervencionista, una mamá gallina que ahoga con su obsesivo cariño la personalidad de sus
polluelos, a los que jamás permitirá que se conviertan en gallos; antes los reducirá a capones,
perpetuos menores de edad, dependiente e incapaz de valerse por sí mismo, dispuesto a todo con
tal de seguir recibiendo la paguita, subsidio o bozal de arepa que le llega a través de las múltiples y
casi infinitas redes clientelares del poder político

Otra marca visible del matriarcado es la corrección política, con ella el niño indefenso se queja
ante el Estado (la madre) de que alguien lo está “ofendiendo” con sus opiniones. En un
patriarcado, una sociedad con seguridad y autoestima, una sociedad viril, no se pondría a llorar
porque alguien no está de acuerdo con él y menos pediría a la madre (el Estado) que lo defienda.

En el matriarcado los niños y jóvenes mandan, la madre siente compasión con el más pequeño o el
más “lento”. En EEUU y ya en muchos otros lugares, los niños imponen sus caprichos, la sociedad
se organiza para adaptarse a los jóvenes, estos se sienten amos, la experiencia y la edad madura
es algo repulsivo en el matriarcado. Por ahí viene la oposición unánime y recalcitrante a Trump, el
presidente que exigió que no podían ser más políticamente correctos (ellos los gringos), y que
mantuvo una posición patriarcal defendiendo su economía ante los chinos y sus fronteras físicas, y
que su lema fue “hagamos a América grande otra vez”, lo que equivale a decir hagámosla
patriarcal otra vez.

Es por lo tanto el matriarcado afín al populismo y a la demagogia, el gobierno de la madre es el


gobierno colectivo, propio del feminismo. Ni feminismo ni los gobiernos matriarcales occidentales
afirmaran el derecho de gobernar al más capaz entre todos, al “patriarca”, al contrario organizan
la sociedad bajo un colectivismo donde el Yo pierde valor. Incluso llegan a presentar para el
senado candidaturas colectivas. La madre, lo pasivo, tiene intención que todos parloteen y no
hagan nada, el parlamentarismo (no hablamos del antiguo Senado conformado por patriarcas) es

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una expresión del matriarcado, en el parlamentarismo el Yo, la responsabilidad individual es
aplastado por el peso de la mayoría.

Una sociedad patriarcal, disciplinada y heroica, prusiana podríamos decir, no caería nunca bajo la
influencia de los partidos colectivizantes y populistas. El patriarcado es un Estado fuerte y
responsable donde el individuo tiene su importancia, es el Estado dirigido por los patriarcas, los
más sabios y más valientes, mientras el matriarcado es un típico Estado liberal “políticamente
correcto” donde todos se ofenden por todo, y atomizado sin un fin único más allá del fin de sus
partes y en su fase más avanzada, es un Estado socialista colectivizado donde ha desaparecido la
responsabilidad individual (lo típicamente viril y patriarcal) para pasar a ser como un kínder al
cuidado de una madre “protectora”, teniendo esa madre (Estado socialista) un derecho de
posesión sobre sus hijos, llegando a aniquilar la personalidad del niño (la sociedad y el hombre
individual), y a absorber y desaparecer el principio viril o patriarcal, es decir heroico.

La antigua religión griega trató el tema del matriarcado. La naturaleza en la mujer representada
por lo afroditico (por Afrodita) penetra en el principio viril y lo rebaja al plano fálico. Representa la
trampa seductora de una mujer que, por medios afrodíticos intenta desviar de una empresa a un
héroe destructor de titanes. Mediante el, la mujer domina al hombre en la medida en que este se
convierte en esclavo de los sentidos y simple instrumento de procreación. Convirtiendo a la mujer
en objeto del deseo sexual y al hombre en esclavo de ese objeto. Bajo esta concepción del
matriarcado ambos principios, masculino y femenino, quedan atados al mero plano materialista
del sexo, provocando en tal sociedad matriarcal la decadencia ética, la corrupción y el libertinaje
sexual.

Por otro lado tenemos el matriarcado demetrico (por Deméter) que como madre afirma su
autoridad sobre el hijo. La madre que hace todo por su hijo y hace que este sea dependiente de
ella, el hijo necesariamente tiene que “liberarse” para encontrar su propio camino “revelándose”
contra el gobierno matriarcal como Heracles. Así es como Parcival tiene que revelarse contra su
madre que pretende mantenerlo en el bosque, en el regazo materno, opuesta a su vocación
heroica. La madre “demetrica” exagera en los cuidados del hijo impidiendo que este arriesgue,
emprenda, “salga del bosque” como Parcival, es decir que ejerza su fuerza viril que sea
independiente, una “autocastración” que puede llevar al homosexualismo, esto según el
“complejo materno” analizado por Carl Jung. De este modo una sociedad matriarcal se convierte
en una sociedad sin energías heroicas, estática, sin cambio ni progreso, sin arriesgarse fuera del
útero materno, dominada por otros Estados patriarcales.

Este matriarcado demetrico fue por tanto común en pueblos prehistóricos y en pueblos primitivos
de la actualidad. Pueblos que nunca se elevaron más allá del tribalismo y el totemismo, fueron
matriarcales. Nunca crearon una cultura propia y vivieron estáticamente durante milenios, nunca
salieron del taparrabo. Estos pueblos matriarcales estuvieron condenados a desaparecer y a ser
absorbidos y civilizados por pueblos patriarcales capaces de crear una cultura superior. Así como el
matriarcado afroditico y hedonista fue común en momentos cuando las grandes civilizaciones se
degeneraron (maya, griega, egipcia, la actual occidental etc).

A ese pasado de retroceso pretenden llevarnos los socialistas, los igualitaristas y progresistas en su
empeño de destruir a aquellos hombres y mujeres que podrían restaurar el Patriarcado. No
obstante, la mujer tiene otra naturaleza representada por el ciclo heroico o caballeresco. En él
aparece como la pareja del Héroe, que encarna, sea un principio vivificante (Eva; el árbol de la
vida, Hebe; fuente de la juventud, Freya; diosa de la luz) sea un principio de iluminación o de
sabiduría trascendente (Atenea, guía de Hércules; la virgen Sofía, la Dama Inteligencia de los
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"Fieles de Amor", etc.) sea un poder (la Shatki hindú, las walkirias nórdicas, la diosa de las batallas
Morrigu que ofrece su amor a los héroes solares del ciclo céltico etc.), tal mujer, no resta al héroe
su carácter viril, sino que le permite integrarlo en un plano superior. Esta mujer ayuda al héroe a
destruir las fuerzas del caos, a los titanes y demonios que podríamos hoy llamar marxistas.

En nuestro país todos los gobiernos de los partidos han sido matriarcales, se han dejado tutelar
por intereses foráneos, por estados patriarcales, dando como resultado el último régimen más
matriarcal de todos. Son signos matriarcales del chavismo su colectivismo e igualitarismo, su odio
a las jerarquías y a la meritocracia, su odio al hombre libre y creador, y a la clase media, su
extremada importancia la demagogia, su anarquía en el cumplimiento de las leyes y el desorden
general de la sociedad, y su voluntario sometimiento económico y político a regímenes
patriarcales como Rusia y China… no por algo llegaron a decir que no había patria sino “matria”.

El último patriarcado en nuestro país fue el régimen del Nuevo Ideal Nacional de Marcos Pérez
Jiménez, tan patriarcal era que su lema era “hechos y no palabras”, enemigo del parloteo, el
chisme y la demagogia, su gobierno como patriarcal fue un régimen de orden, progreso y
seguridad, y que no permitió que la influencia externa de la URSS por medio del PCV y sus aliados
invadiera el país, así como no dejó que las políticas liberales estadunidenses se apoderaran de la
economía.

Por eso nos plateamos restaurar el Patriarcado en Venezuela, Patriarcado que el mismo Simón
Bolívar ideo para frenar las tendencias anárquicas, disgregadoras y destructoras de la República.

UNA MUERTE ANUNCIADA


El fin de la época materialista marca el fin del político “neoconservador”, el “neoliberal”, el
“marxista leninista”, es decir del político puramente económico, el capitalista, pues tanto el liberal
como el marxista son capitalistas. Ambos, y todas sus variantes basan su visión de la vida en lo
económico, en la importancia del capital despreciando la cultura.

Por tanto, hoy asistimos a la muerte de los partidos materialistas, (neoliberales y marxistas), la
cual se concluirá en las próximas décadas. El caso particular de los partidos neoliberales o
neoconservadores es evidente. Estos partidos a partir de la caída de la URSS y el muro de Berlín,
durante los 90 y 2000 obtuvieron el exclusivo protagonismo de la política partidista. El marxismo
estaba derrotado y la derecha tradicionalista muerta, en ese contexto dichos partidos se alejaron
de la “política”, declararon que solo la economía importaba, se les llamó en Hispanoamérica
“neoliberales”. En ese sentido, su política común fue “despolitizar” a su población, la lucha ante un
enemigo político sea marxismo o fascismo era absurda para la mentalidad de la época, así que la
ÚNICA función del gobierno debía ser la de administrar los recursos, la cultura fue dejada a un
lado. Así que también fue la época de los “tecnócratas”, de los “economistas”.

Este rasgo distintivo del “neoliberalismo” no surgió solo de los partidos de “derecha” que dado a
su “despolitización” se empezaron a llamar a sí mismos como “centro derecha”, ya que estos
“neoconservadores” asociaban el término “derecha” a los viejos conservadores, nacionalistas y
tradicionalistas, términos altamente políticos, por tanto negativos según ellos.

Los partidos izquierdistas tradicionales en Venezuela también cayeron en lo mismo, las “grandes
movilizaciones”, mítines, banderas, consignas, necesarias para mantener a sus militantes
movilizados fueron abandonadas. Es así como para la década de los noventa Acción Democratica,
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un partido izquierdista en sus ideales y políticas fue llamado por la izquierda más radical
“derechista” por “aburguesarse”, es decir limitarse a administrar los recursos del Estado.

De este modo trascurrieron los años 90 y 2000, con unos partidos políticos despolitizados y
centrados solo en corresponder los dictados de los “sabios” financieros. Desde Argentina, hasta
México, en EEUU, y en toda Europa siguieron el mismo camino.

No obstante se acercaban vientos de cambio, el surgimiento del chavismo como fenómeno social
era inevitable ya que el anterior modelo estaba roto, el chavismo politizó todo ámbito de la vida, y
la cultura, dejando a la economía de segundo plano. “No importa que no tengamos ni para comer”
decían, se trataba de “salvar la revolución”, es decir un ideal, un ideal pernicioso para la sociedad
pero un ideal al fin, lo opuesto al solo beneficio económico.

El nuevo espíritu de la época proclamaba como motor de la historia a la cultura y el espíritu


humano, así movimientos como el Socialismo del siglo XXI, con un enfoque en el marxismo
cultural; indigenistas, feministas, afrocentristas e internacionalistas, triunfaban en Suramérica,
mientras que en EEUU Obama proclamaba un “cambio”• y en España aparecía Podemos. Ninguno
de ellos afirmaba una idea nueva o superior, pero afirmaban una nueva esperanza casi religiosa,
un cambio, o “paraíso socialista” muy de siglo XIX. Eso pudo pasar solo porque ninguno de ellos
tenía oposición, mientras unos afirmaban términos fuertemente políticos, de lucha política, de
“derrotar al fascismo y a los neoliberales” de conquista del Estado, los otros seguían siendo una
derechita cobarde y apolítica, sin declarar a sus enemigos, sin oponer ninguna idea, ni principio, ni
valor moral, tan solo abstracciones como “libertad” y “democracia”, y seguir el mismo modelo
partidista tecnocrático fracasado.

Ante este auge del marxismo cultural, la derecha o izquierda neoliberal no podía triunfar, ya que
mientras unos presentaban batalla cultural, este solo se dedicó a recibir golpes sin contestar
ninguno, y en muchos casos a seguir su agenda política no fuesen acusados de “fascistas”.

Por este motivo, las décadas pasadas no podrían imaginar el surgimiento del Trumpismo en EEUU,
del resurgimiento de movimientos de derecha radical, de tercera posición y tradicionalistas en
Europa, de Bolsonaro en Brasil o la revolución conservadora en Rusia.

Todos ellos tienen en común que son fuertemente políticos, en ellos la cultura es principal
dejando a la economía en segunda plano. En general se puede referir a ellos como la Nueva
Derecha (una unión entre tradicionalistas, tercera posición, derecha conservadora, y patriotas
antiglobalistas) que toma la cultura como fundamental en la actuación política.

Dicho esto no encontramos en la década de los 20 en una lucha entre dos visiones políticas
confrontadas que toman la cultura como principal. Vale decir el socialismo progresista y la Nueva
Derecha, confrontación que cada vez será más visible e inevitable.

Hoy un partido marxista económico (para diferenciarlo del cultural) que hable de “proletariado”,
“lucha de clases”, “plusvalía”, “revolución”, “dictadura del proletariado” etc estaría condenado al
fracaso, están fuera de la historia actual. Puede que un grupo de anacrónicos los sigan, pero sus
ideas, formas y estética son anticuadas, del mismo modo que los neoliberales lo están.

Por otro lado, la diferencia fundamental entre ambas visiones culturales es que el socialismo
progresista da valor a la cultura solo para destruirla, el engloba todas las políticas que puedan
usarse para atomizar a la sociedad, destruir la integridad del Estado y de la Nación (feminismo,
indigenismo, homosexualismo etc) para según ellos construir un nuevo orden globalista.
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Mientras que la Nueva derecha se torna en defensora de la cultura occidental, ya con ello se
plantea una lucha casi espiritual, oponiéndose a toda la política atomizadora de la sociedad, es
decir destructora de la unidad del Estado y de la Nación que plantean los socialistas, planteando
así una nueva cosmovisión, un orden moral y natural que es atrayente para millones de personas,
algo que un simple plan económico neoliberal es incapaz de hacer.

Es decir la Nueva derecha presenta batalla cultural al marxismo cultural, mediante ideas (no
ideologías) que ya estaban en la mente y espíritu de los hombres, ideas de Orden, Soberanía,
Patria, Comunidad, Familia y Dios. El conflicto es profundísimo y afecta a cada esfera de la Vida.
Dos ideas se oponen; no conceptos o abstracciones. El Resurgimiento de la Autoridad se opone al
Poder del Dinero; La Nación y Patria se opone al Orden Globalista; la Jerarquía al Igualitarismo; la
alegre aceptación de los Deberes a los gimoteos reclamando Derechos; la vuelta de la Religión al
Materialismo; el Heroísmo al espíritu utilitarista; la idea de la Polaridad de Hombre y Mujer al
Feminismo; las más altas unidades de Familia, Comunidad y Estado al atomismo social; el
Matrimonio al ideal comunista del amor libre y la promiscuidad; la autarquía económica al
comercio globalista de fronteras abiertas para todos.

Esta batalla por el destino de la humanidad la cultura volvió a tomar un papel importante. No
parece ser que Trump haya perdido fuerza, ni parece que una derrota electoral pudiera acabar con
el Bolsonarismo, más bien otros políticos en Suramérica siguen su ejemplo, mientras que en
Europa del Este el movimiento conservador aumenta, al igual que en países como España, Francia
e Italia. Así quedarán en cada país políticos con estas dos tendencias marcadas, si lo que subsiste
de los “neoliberales” en Suramérica no se retira de un vez, y le da paso a la Nueva Derecha, los
países que aún no han caído bajo el socialismo pronto lo harán. Lo lamentable es que más de una
vez los partidos y medios televisivos de la “derecha neoliberal” se acercan y muestran más apoyo a
los socialistas que a la Nueva Derecha.

Ya basta de la alternancia entre socialistas marxistas y socialistas neoliberales. Nosotros


proponemos otro camino una tercera posición.

LA DOCTRINA BOLIVARIANA
El gobierno chavista se define como “bolivariano” y “zamorano”, siguiendo el pensamiento y obra
de Simón Bolívar y Ezequiel Zamora. Ahora bien, ¿eso no es una contradicción? Veamos pues que
significa realmente ambos términos.

Simón Bolívar es el Libertador, eso lo sabemos todos, pero ¿cuál fue su faceta como político?
Durante la independencia los legisladores republicanos, sin tomar en cuenta la el desarrollo social
y cultural del país, pretendieron cambiar el estado de las cosas con solo proclamar ideas de la
revolución francesa, sin tomar en cuenta el diferente desarrollo histórico, cultural y social del país.

La repuesta de Simón Bolívar fue oponerse a los “ideólogos” empeñados en copiar leyes exóticas
sin tomar en cuenta el estado social e histórico de los pueblos. Recomienda el Libertador a los
legisladores de Angostura en 1819 “no perder las lecciones de la experiencia y que las escuelas de
Grecia, de Roma, de Francia, de Inglaterra y de América, nos instruyan en la difícil ciencia de crear
y conservar las naciones con leyes propias, justas, legitimas y sobre todo útiles; no olvidando
jamás que la excelencia de un gobierno no consiste en su teoría, en su forma, ni en su mecanismo
sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la nación” La crítica del Libertador a las
ideologías exógenas se encuentra en su correspondencia personal y documentos oficiales.
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Bolívar no solo se opuso a los ideólogos, sino también a la anarquía. La principal preocupación del
Libertador luego de ganada la independencia fue parar la anarquía, es decir a los bandidos
convertidos en líderes de montoneras armadas, e impulsar leyes rigurosas.

El libertador además siempre estuvo muy preocupado porque Venezuela no cayera en manos de
revolucionarios jacobinos, demagogos, igualitaristas que generarían la destrucción de la República
y la muerte de miles como en Haití y Francia. Esto es particularmente importante, Bolívar se opuso
a la insurrección popular, a “la guerra de colores”, de tal modo que mandó a fusilar a Piar por
“revolucionario”.

¿No le parece a usted, mi querido Santander, que esos legisladores más ignorantes que malos, y
más presuntuosos que ambiciosos, nos van a conducir a la anarquía, y después a la tiranía,
siempre a la ruina? De suerte que si no son los llaneros los que completan nuestro exterminio,
serán los suaves filósofos de la legitimada Colombia?

Esos son tres pilares de la obra y pensamiento de Simón Bolívar; la oposición a ideólogos exógenos
y “constitucionalistas” (marxistas y partidistas), la oposición al desorden, los montoneros, los
ladrones de ganado (colectivos) y la oposición a demagogos “jacobinos” que pretendían destruir
el país mediante una “guerra de colores” (revolucionarios y anarquistas)

Es decir Simón Bolívar representa el Orden, la oposición a ideologías extranjeras, la oposición a los
anárquicos revolucionarios y demagogos. ¿Y que representa Zamora? Primero diremos que los
enemigos de Bolívar se opusieron a sus tres ideas fundamentales, su estrategia se basó en exaltar
y halagar las pasiones populares, es decir mediante demagogia y estableciendo la impunidad, esa
era la “libertad” que las masas llaneras alzadas entendían.

En este sentido las masas populares siguieron a cualquier caudillo que les permitía esa “libertad”
contra las leyes y el orden del gobierno. Las masas por tal motivo apoyaban a Boves, el les daba
total impunidad para robar, hablaba de acabar con los ricos, tomar sus tierras, saquear, matar a
los blancos, lo cual lo hizo tremendamente popular, Boves fue el primer caudillo llanero demagogo
y en sus planteamientos la autentica oposición política de Bolívar.

Esas ideas fundamentales de Boves, anarquía, impunidad, repartición de tierras, la abolición de los
impuestos, la muerte a los blancos continuaron en la Venezuela independiente y toman mayor
fuerza con otro caudillo llanero, Ezequiel Zamora.

En 1846 y en 1859, se concentraron las mismas montoneras llaneras de Boves en torno de


Zamora, este caudillo demagógico también exaltaba las pasiones para alzar las armas contra todo
lo que representara el orden y la estabilidad, contra los ricos y los blancos, para repartir tierras, y
como excusa para sus saqueos y darle impunidad al pueblo para robar, proclamaba la
“federación”, aunque sea una idea “constitucionalista” que no iba a cambiar la realidad, así como
Boves proclamaba la monarquía no porque la defendiera sino como excusa para sus saqueos.

Si Simón Bolívar hubiese coincidido históricamente con Ezequiel Zamora, el Libertador no dudaría
en mandar a fusilar lo, por agitador, por conspirador contra el orden, por llevar la guerra de
colores, por exaltar el pueblo con demagogia. Esto no es ningún disparate, el Libertador mando a
fusilar muchos militares por alzarse en montoneras, saquear y pedir “libertad” lo que para ellos
era impunidad, y si vemos como mando a fusilar a Manuel Piar que era un gran militar y su amigo,
con mucha más razón mandaría a fusilar a Zamora.

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Aquí se resumen los dos principios antagonistas que se manifiestan en el país y periódicamente
uno se impone al otro:

1) Lo bolivariano : Orden, respeto a la ley, leyes rigurosas contra corruptos y ladrones, oposición a
la anarquía y a la demagogia, rechazo a las ideologías extranjeras, oposición a la destrucción
revolucionaria, rechazo a “constitucionalistas” la sola constitución no cambia la realidad, y una
perspectiva de país por encima de los partidos y más allá de las clases sociales.

2) Lo bovesiano y zamorano: Impunidad y libertinaje para las masas para ganar su apoyo,
anarquía, “acabar con los ricos”, “muerte a los blancos”, expropiación forzosa, repartir el saqueo
(empresas expropiadas, contratos, comisiones) entre los militares, exaltación de ideologías
extrañas (marxismo), guerra de colores o de clases, la constituyente y leyes utópicas para cambiar
por decreto la realidad, y una perspectiva partidista del país solo para ciertas clases sociales.

Una verdadera gobierno basado en los principios bolivarianos se opondría frontalmente al


desorden, trataría de educar a la población para que cumplan las leyes (poder moral), y castigaría
a todo el que quiera hacer lo que le dé la gana pasando por encima de los demás, se opondría a los
“jacobinos” (marxistas de hoy) revolucionarios demagogos, que buscan la anarquía y la
destrucción, y se opondría a los “ideólogos” y “constitucionalistas” que imponen leyes y principios
ajenos al país.

Ahora la pregunta se responde sola, es imposible ser Bolivariano y zamorano, son polos opuestos,
es imposible ser bolivariano y a la vez proclamar una ideología extraña al país como única guía
moral como hace el chavismo, es imposible se bolivariano y querer “acabar con los ricachones” es
decir las fuerzas productivas del país como quiere el chavismo, es imposible ser bolivariano y
exaltar a las masas para ganar su apoyo como hace el chavismo.

El chavismo se llena la boca hablando de Bolívar pero en realidad ellos llevan en el alma a Boves,
ese es su líder, Boves y Zamora, el chavismo son las masas de Boves dispuestos a acabar con el
país, es el odio y la envidia, ese móvil es muy fuerte para destruir pero incapaz de construir nada,
por eso el Libertador Simón Bolívar se oponía a ello.

El chavismo es la actualización del bovesismo, el marxismo chavista es incompatible con el


bolivarianismo. Por tal motivo nos proponemos restaurar la doctrina Bolivariana y actualizarla a
nuestra realidad actual.

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