Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Este artículo nos deja algo claro y es que una competitividad empresarial bien
desarrollada es pieza clave para implementar estrategias y campañas efectivas,
así como para alcanzar las metas de crecimiento que se plantean. Además de
que sienta las bases para continuar con un buen desarrollo, la competitividad
empresarial puede considerarse como un índice que nos deja medir la salud o
enfermedad de un negocio y con ello conocer la rentabilidad del mismo.
La rivalidad en un negocio, que puede llevar a al- tos niveles de competencia, se puede
disminuir a través de la diferenciación del producto, los cos- tes de cambio, el
crecimiento de la demanda en el sector, los costes fijos, y las barreras de salida.
Y por otro lado las barreras de salida son todos aquellos elementos que obstaculizan,
dificultan o retrasan el abandono de una empresa de un mercado o un sector de la
industria. Su existencia obliga a que permanezcan e intenten sobrevivir mediante el
desarrollo de nuevas estrategias de mercado o de apuestas por la innovación.
Por esta razón aunque depende de los criterios de cada jurisdicción- se suele decir que
el estudio de las condiciones de entrada a un mercado debe centrarse en determinar si
el ingreso de uno o más competidores será probable, oportuna y suficiente como para
contrarrestar posibles problemas de competencia.
La Competitividad en la Práctica
Teniendo en cuenta que la competitividad, más que una notación conceptual es un
ejercicio en la esfera de la producción, es menester aterrizar en la contextualización de
sus resultados en el con- texto cercano.
Para el caso de América Latina y en relaciona- do con el caso colombiano, A título de
ejemplo, y basado en la información suministrada por el Fondo de Promoción de
Exportaciones de Colombia(Proexport): en Caracas, entre 1992 y 1996, invirtieron en
Venezuela 134 compañías colombianas. Concretaron alianzas o asociaciones, o
adquirieron parcial o totalmente empresas. Las inversiones se han orientado
prácticamente a todos los sectores: servicios, industria, agroindustrias comercio. En
algunos casos han monta- do plantas, otras han construido sus propios edificios, señales
inequívocas de vinculación a largo plazo y confianza.
El mayor crecimiento comercial interandino (atención que el comercio con los demás
también crece), fortalece la convicción en la integración. La eficiencia, el crecimiento
sostenido y sostenible, así como la competitividad y la irrigación de los beneficios, deben
formar parte del compro- miso.
El propósito común de alcanzar una Zona de Libre comercio en las Américas no es tan
sólo un capricho político, sino que refleja las virtudes económicas que ofrece un
mercado ampliado en el contexto de la globalización económica mundial. No propender
por un mercado ampliado en las Américas significaría mantener espacios eco- nómicos
reducidos, poco atractivos para los capitales productivos internacionales, condenando
así al atraso tecnológico y productivo a los países en cuestión. (Banco Interamericano de
desarrollo, 1996
Podríamos decir sin riesgo a equivocarnos que vivimos en una sociedad exigente, donde
se fomenta la competitividad y el hecho de ser mejor que los demás.
Esto puede influirnos de manera positiva, nos ayuda a mejorar, nos incentiva y nos sirve
de motor, nos da energía para ofrecer nuestra mejor versión.
Conclusión