Las personas que deben ser citadas para el levantamiento del inventario son el cónyuge

supérstite, los herederos, los acreedores y legatarios, en el día señalado el albacea o notario
llevará a cabo la descripción de los bienes siguiendo el orden que señala la ley.

El inventario debe realizarse de manera escrita y se describirán los bienes que forman parte de
la masa hereditaria, describiendo los bienes dejados por el difunto en el siguiente orden:

 Dinero
 Alhajas.
 Efectos de comercio o industria.
 Semovientes.
 Hoy frutos
 Muebles
 Inmuebles
 Créditos
 Documentos y papeles importantes del difunto
 Bienes ajenos.

Si el inventario es levantado en la diligencia que se ha indicado anteriormente, la misma

deberá firmarse por las personas que intervinieron en ella, es obligacion de los herederos
designar el perito que se encargará de llevar a cabo el avalúo de los bienes, en caso de no
hacerlo dentro de los 10 días siguientes a su nombramiento lo hará el juez; hoy en la práctica
hoy es común que el albacea sea quien lo haga, así mismo presente el inventario y el avalúo de
bienes.

Hoy en lo que respecta a la defensa de la validez del testamento, en todo momento el albacea
tiene que hacerlo, en el procedimiento respectivo el albacea será notificada que es quien se
encuentra legitimado para intervenir en dicho procedimiento.

La actividad el albacea hoy se encamina a organizar, conservar los bienes, cerciorarse que no
disminuyen, cobrar los créditos, hoy cubrir las deudas para llegar a la determinación de cuál es
el patrimonio que integra la masa hereditaria y encontrarse en posibilidad de otorgar a cada
heredero y heredera su porción.

La función de administración obliga al albacea a impedir que los bienes que pertenecen a al
caudal hereditario se sustraigan, hoy determinar dentro del mes con anuencia de los
herederos, el monto de los gastos de administración, y por último, precisar los sueldos de los
dependientes.

Si es requerido vender algún bien para pagar una deuda o gasto urgente, debe solicitarse la
autorización de los herederos y del juez, está permitido vender los bienes inventariados
cuando los bienes pueden deteriorarse, cuando su conservación sea costosa y difícil, cuando
para la enajenación de los frutos se presenten condiciones ventajosas.