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Solución Química
Por definición, una solución química es una mezcla homogénea de dos o más sustancias.
La sustancia disuelta se denomina soluto y está presente generalmente en pequeña
cantidad, en comparación con la sustancia donde se disuelve denominada solvente.
Básicamente una solución se compone de un soluto más un solvente.
Soluto
El soluto es la sustancia que se disuelve en una solución. Por lo general, el soluto es un
sólido (pero también puede ser una sustancia gaseosa u otro líquido) que se disuelve en
una sustancia líquida, lo que origina una solución líquida.
En la solución, el soluto suele encontrarse en menor proporción que el solvente. Una
característica importante del soluto es su solubilidad, es decir, la capacidad que este tiene
para disolverse en otra sustancia.
Ejemplos comunes de solutos sólidos son el azúcar o la sal que, al mezclarse con agua,
forman una solución azucarada o salina respectivamente.
Solvente
El solvente, también conocido como disolvente, es la sustancia en que se disuelve un
soluto, generando como resultado una solución química. Generalmente, el solvente es el
componente que se encuentra en mayor proporción en la solución.
Como ejemplos de solvente, el más común es el agua, pues actúa en gran cantidad de
sustancias como disolvente.
Por lo tanto, en una solución de agua azucarada, el agua es la sustancia que disuelve el
azúcar.
Diluidas. Cuando la cantidad de soluto respecto al solvente es muy pequeña. Por ejemplo: 1
gramo de azúcar en 100 gramos de agua.
Concentradas. Cuando la cantidad de soluto respecto al solvente es grande. Por ejemplo: 25
gramos de azúcar en 100 gramos de agua.
Saturadas. Cuando el solvente no acepta ya más soluto a una determinada temperatura. Por
ejemplo: 36 gramos de azúcar en 100 gramos de agua a 20 °C.
Sólidas:
Sólido en sólido. Tanto el soluto como el disolvente se encuentran en estado sólido. Por ejemplo:
las aleaciones como el latón (cobre y zinc).
Gas en sólido. El soluto es un gas y el disolvente es un sólido. Por ejemplo: hidrógeno en paladio,
polvo volcánico, entre otros.
Líquido en sólido. El soluto es un líquido y el disolvente es un sólido. Por ejemplo: las amalgamas
(mercurio y plata)
Líquidas:
Gas en líquido. Se disuelve un gas (soluto) en un líquido (disolvente). Por ejemplo: el oxígeno
disuelto en el agua de mar que es responsable de la vida acuática en el planeta.
Líquido en líquido. Tanto el soluto como el disolvente son líquidos. Por ejemplo: las amalgamas
(mercurio y plata)
Gaseosas:
Gas en gas. Tanto el soluto como el disolvente son gases. En muchas ocasiones estas disoluciones
se asumen como mezclas debido a las débiles interacciones entre las partículas de los gases. Por
ejemplo: oxígeno en aire.
Gas en sólido. El soluto es un gas y el disolvente es un sólido. Por ejemplo: polvo disuelto en aire.
Líquido en gas. El soluto es un líquido y el disolvente es un gas. Por ejemplo: vapor de agua en el
aire.
Solubilidad
En química, la solubilidad es la capacidad de un cuerpo o de una sustancia determinada
(llamada soluto) de disolverse en un medio determinado (llamado solvente); es decir, es la
cantidad máxima de un soluto que un solvente puede recibir en determinadas condiciones
ambientales.
Pero incluso cuando un solvente logra disolver un soluto, lo hace hasta cierto punto, debido a lo
que las disoluciones se pueden clasificar en:
Saturadas. Cuando no se puede disolver más soluto, es decir, cuando la disolución tiene el máximo
de soluto que admite el solvente.
Sobresaturadas. Cuando la disolución tiene más soluto del que puede disolver. Una disolución
sobresaturada se puede lograr modificando ciertas condiciones, como por ejemplo la
temperatura, para lograr que se disuelva más soluto que el máximo que admite la disolución.
Por otra parte, la solubilidad de las sustancias depende de los siguientes factores:
TEMPERATURA: Por ejemplo, un vaso de agua disuelve una cantidad determinada de azúcar, hasta
que el exceso empieza a precipitarse en el fondo. Si calentamos dicho vaso de agua, notaremos
cómo el exceso empieza a desaparecer, aumentando la solubilidad del soluto en el solvente.
NATURALEZA DEL SOLUTO Y EL SOLVENTE. Las sustancias con la misma polaridad son solubles
entre sí, de lo que surge la frase: “semejante disuelve lo semejante”. Sin embargo, cuando un
soluto y un solvente tienen polaridades distintas, son completamente insolubles entre sí, aunque
siempre existe un rango de polaridades intermedias en el que pueden ser parcialmente solubles
un soluto y un disolvente.
AGITACIÓN. Agitar o revolver las disoluciones aumenta la solubilidad del soluto, pues contribuye a
una mayor interacción entre el soluto y el solvente.
La preparación de una solución química requiere de calcular las medidas de soluto y solvente. Esto
determinará la concentración de la solución y el tipo de solución. Las concentraciones de las
soluciones se expresan por molaridad, moralidad o fracción molar, entre otros.