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LOS INVENTARIOS SON BIEN CHISMOSOS

Por Javier Pedro Moreno Sáenz, fundador y consultor principal. Indexa Consultores

Recuerdo la novela de Vargas Llosa, La Tía Julia y el Escribidor, donde uno de los
personajes, Pedro Camacho, el escribidor, tenía mucha tirria contra todo lo argentino
porque, dicen los chismes, su esposa era argentina y lo había abandonado. Así es el
chisme de ingrato pero divertido. Al final de la novela, se revela la verdadera verdad de la
historia de Pedro Camacho y su argentina esposa. Vargas Llosa, eres un genio.

En mi experiencia como consultor de negocios, puedo ver LA MAYOR PARTE DE LOS


PROBLEMAS DE LAS EMPRESAS, en los inventarios.
Si bien los inventarios forman parte del activo de una empresa, es un activo de baja
liquidez que lo que sí generó fue un costo, al producirlo y al almacenarlo. La rotación de
inventarios refleja la velocidad en la que convertimos un costo en un ingreso. Otro
concepto interesante pudiera ser el analizarlo por el VALOR de la rotación de inventarios.

Porque resulta que a los inventarios, les encanta el chisme y el chisme en los negocios, me
encanta. Agárreme al huerco comadre, que voy por el chal pal chisme.
En el balance general, veo la rotación de los inventarios. Una baja rotación de inventarios
estaría indicando varios problemas: de exceso de inventarios, de venta, de falta de
coordinación en toda la cadena y algunas cosas más. Eso es para mí el caso más grave.

Si lo analizamos por el valor de la rotación de inventarios, el chisme está mejor. Poco valor
de la rotación de inventarios puede sugerir (el chisme) que se está vendiendo producto de
bajo valor y se está dejando de vender producto de alto valor. No, pos no s´tan güenos en
esa empresa.

Si en general, la rotación de inventarios presenta buenos números, solicito un análisis por


SKU o por familias de productos, para ver de qué lado masca la iguana con cada familia o
SKU. En general, algunas familias o SKU´s saldrán bien con buena rotación y otros no
tanto. En ese momento el problema se focaliza y se puede empezar a resolver. No me
gusta encontrar culpables de eso (hallar culpables nunca resuelve un problema, al
contrario, lo hace más grave). Tratar de encontrar culpables a algo es una pérdida
absoluta de tiempo y esfuerzo, además, la cantidad de neuronas que gasta quien pregunta
por culpables, es la mínima posible, su cerebro sigue intacto, nuevecito (con neuronas o
sin ellas y muy probablemente sin ellas).

En el estado de resultados, veo el costo de ventas (parte importante es de inventarios). En


general no veo un solo estado de resultados, sino de varios periodos consecutivos para
tener una especie de película y no sólo una fotografía. Los chismosos de los inventarios en
el costo de venta me indican si han subido o bajado los mismos y me dice el chisme: algo
anda más con esta gente de la empresa, no sé exactamente qué es, pero algo anda mal…
chisme contado, bueno, parte del chisme. Puedo obtener otros datos internos que me
chismean como aumento en costos, ineficiencias procesales, etc.

En el conteo físico de inventarios veo problemas con sistemas y procesos. Si el conteo


físico no concuerda con lo que los sistemas nos reportan, el chisme me hace voltear a ver
a los sistemas o a los procesos de altas y bajas de los inventarios. Como dijo Ham, el
cerdito de la película de Toy Story 1, algo anda mal.

En el inventario excesivo veo problemas de procesos, producción, incluso de calidad. Lo


primero que veo es problemas o falta de planeación de la cadena de suministro,
problemas de descoordinación de procesos entre las áreas, problemas de exceso de
producción (por alguna razón del mas allá) o tienen muchos inventarios porque se
necesitan cubrir por temas de baja calidad (para producir son más malos que cenar carne
de puerco).

En mermas, caducos, etc., veo malos procesos. Estas cosas ya de plano están para llorar y
pistear por la pena provocada. En estos casos hay que cantar aquella lacrimógena canción
de Los Solitarios: sufrir me tocó a mí, en esta vida, llorar es mi destino, hasta el morir. Se
recomienda cantar siempre con un litro de Tonayán en la mano, asegurándose que está
activo tu seguro de gastos funerarios y tu testamento, para que no le dejes problemas a tu
familia.

Etc.
Y todo eso, CUESTA MUCHO DINERO A LAS EMPRESAS.

Insisto, a los inventarios les encanta el chisme, nomás que hay que saber a quién le van a
contar el chisme y cómo se lo van a contar. Todo se puede arreglar, con inteligencia. Como
diría Kalimán: La inteligencia es mejor que la fuerza bruta.

El problema de eso es que esa información es a toro pasado, ya sucedió… pero nos
podemos dar cuenta de eso para RESOLVERLO. Aplicar metodologías de análisis y solución
de problemas ayuda muchísimo porque nos permite generar acciones inmediatas de
corrección, acciones correctivas y sobre todo, acciones preventivas. Eso cae en otro tema
que son esas metodologías y herramientas de mejora continua. Luego escribo de eso.
Y como dice el corrido del Hijo Desobediente (Antonio Aguilar), ya con esta me despido,
con la estrella del oriente, esto le puede pasar, al hijo desobediente.

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