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¿Por qué esas personas se salieron de la fila? ¿Porque decidieron que al no haber
opciones Keto en el menú, tendrían que ver Batman con hambre? No, no puede ser eso.
¿Porque la inflación a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha disparado los
precios de las palomitas? Tampoco. ¿Porque la falta de agua en Nuevo León ha hecho
que el refresco sea un lujo hasta para aquellos apellidados Garza Sada? No lo creo.
Piénsenlo un segundo. La fila es excesivamente lenta en los cines. Tan solo en esos
minutos 5 parejas se salieron de la fila. Entonces, empecé a hablar con el caballero de
números.
La quijada del caballero estaba en el piso. A medida que íbamos haciendo las
operaciones, su boca se abría un poco más hasta llegar a la incredulidad total y absoluta.
Avanzamos un poco más. Ya hasta había olvidado qué me había encargado mi mujer.
Sin embargo, la anécdota no acaba ahí. Hace unos días, mi hijo Javier Andrés, estuvo
días diciéndonos a Alina y a mi que fuéramos a ver Batman. Entonces yo lo acompañé. Mi
esposa no quiso ir. Llegando al cine, me encontré con la misma situación: una fila
larguísima y demasiado tiempo para la atención. La paciencia no es uno de los fuertes de
mi hijo y me dijo que mejor nos fuéramos a la sala. Faltaban 15 minutos para que
empezara la función y no creía que podríamos llegar a tiempo.
Y mientras Javier Andrés se iba a la sala, yo me empezaba a enojar. Mismo caso, vi como
otras parejas, fruto de la desesperación por el servicio tan lento en dulcería, salían de la
fila y se encaminaban a la sala.
40 minutos de fila. Finalmente llegué a ver a Batman con nachos, refrescos y palomitas.
Un lujo. Volviendo a mi crítica filmográfica, la película no estuvo mala, fue increíblemente
oscura, pero, nos ofreció algo muy diferente a lo que veníamos acostumbrados con el
Batman de Nolan y Bale. El de Ben Affleck no lo vi por recomendación de mi hijo Claudio.
Ustedes me dirán si fue la decisión correcta o si me perdí de una joya.
Sigamos.
-Si Cinépolis está perdiendo al año, más de 100 millones de pesos, en una sola ciudad,
¿cuánto estará perdiendo en todo el país?
-Veo dos problemas. El primero es que: o hay alguien en las sucursales que ya detectó el
problema y lo está dejando pasar, porque no creen que signifique un problema grave. O
nadie se ha dado cuenta de eso y ni siquiera saben cuánto dinero están perdiendo, y lo
más importante, por qué están perdiendo tal cantidad de dinero.
-Primero hay que identificar qué es lo que la gente más consume. Palomitas de
mantequilla, Coca normal, hotdogs. Y poner a una persona a que esté llenando
recipientes de cada una de esas cosas. Que ya haya una línea de producción desde la
primera función hasta la última. Piensa en cuánto tiempo tarda el cajero o la cajera, en
tomar tu orden, ir por tus cosas, esperar a que esté todo listo, cobrarte y esperar al
siguiente cliente. Es un mundo de tiempo, por eso las colas se hacen eternas. Con una
sola persona en cada uno de esos puntos, reduces los tiempos y garantizas que la gente
esté cómoda.
Javier Andrés asintió.
Llegamos a la casa, saludo a mi esposa, platico un rato con ella y se une nuestro
chihuahua. Después de un rato, salgo a fumar y me vuelvo a encontrar a Javier Andrés,
que no se ha metido. También está fumando.
Javier Andrés se veía un poco más tranquilo. Sin embargo, tenía más dudas.
-No puedo creer que no estén viendo este problema. La industria del cine se está
muriendo, después de los servicios de streamings y una pandemia, uno creería que
habrían aprendido algo.
-El único problema de todo esto de Cinépolis no es el costo de los productos, no es que
tenga muchos o pocos productos para ofertar. El tema de la fila no obedece a otra cosa
más que la comodidad de la gente. Acabas de decir que la industria del cine se está
muriendo. ¿Cómo mejorar la situación si después de dos años de pandemia, siguen los
problemas de tener una fila incómoda de 50 minutos? ¿Cómo te ayudo, compadre? Si los
cines pretenden sobrevivir a largo plazo, esto tiene que cambiar. Porque la gente habla y
le va a decir a sus amigos y familiares que qué flojera llegar con una hora de anticipación
al cine, casi como si fueras a tomar un vuelo. Entonces, no nada más estás perdiendo el
dinero de la gente que va al cine, sino que también estás perdiendo dinero de la gente
QUE NO va al cine. Si Cinépolis Monterrey está perdiendo al año, directamente 130
millones de pesos, ¿cuántos millones más crees que pierda por esa mala publicidad?
¿Cuánto dinero no está ganando la compañía a nivel nacional?
El “cómo sí” es mucho más complicado. Y a veces no tanto, solamente se necesita que
alguien tenga la ligera necesidad de trabajar. Solo eso.
Quizás las soluciones que he propuesto en este texto y lo que le dije a mi hijo no sea la
solución final. Pero, ya expuse el problema, ya identifiqué puntos de dolor en esta
organización.
Es importante mencionar que todas las organizaciones están perdiendo dinero. Todas.
Directa e indirectamente. La humildad de cada uno de los miembros de la organización
para poder identificar y aceptar estos problemas será la clave para poder solucionarlos.
Los laureles de victoria son preciosos, pero, es extremadamente peligroso dormirse en
ellos.
No les estoy diciendo que siempre se van a solucionar estas cosas, pero, se podría estar
un poco mejor. O en el caso de Cinépolis, mínimo en Monterrey podrían estar con 130
millones de razones al año para estar mejor.