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Sin embargo, este universo que crean los jugadores no está exento de reglas: estas se
encuentran siempre presentes bajo diferentes formas: explícitas o implícitas,
preexistentes o construidas durante el juego. Las reglas tienen una función central, ya
que delimitan el juego, a la vez que implican la suspensión momentánea de las reglas
que ordenan el mundo habitual. Son libremente aceptadas por aquellos que deciden
participar del juego, pero, al mismo tiempo, se vuelven obligatorias, porque, en la
medida que ellas se transgredan, se desvanece el mundo del juego.
Por otro lado, jugar es generalmente un acto satisfactorio para el niño; es hacer;
manipular objetos, reproducir situaciones, resolver conflictos. También al jugar el niño
puede “desplazar sus miedos, angustias y problemas; la acción repite en el juego
todas las situaciones, esto le permite ejercer un dominio sobre objetos externos a su
alcance, hacer activo lo sufrido, cambiar un final, tolerar papeles que le gustan menos
o que le están prohibidos y repetir a voluntad lo placentero.” Por todo esto, la
actividad lúdica es importante para el aprendizaje y el desarrollo subjetivo.
La escuela cumple un importante rol en la enseñanza del juego. Ahora bien, el juego
que se desarrolla en la escuela no es el mismo que el que se da fuera de ella. La
escuela tiene un destacado lugar en este proceso de aprendizaje al tiempo que impone
ciertos condicionamientos al juego.
En ella, el juego asume características distintas del juego en otros contextos dada la
presencia de una finalidad educativa de la institución escolar. Aquellos
condicionamientos pueden pensarse en términos de espacio, tiempo, contenido,
materiales (es, en principio, el docente quien los selecciona), compañeros de juego,
reglas áulicas.
Por otro lado, resulta de suma importancia realizar aquí una advertencia respecto del
juego en la escuela. Es necesario diferenciar el juego de las actividades de
aprendizaje que los docentes proponen para que los niños construyan determinados
conocimientos; actividades que pueden gozar de algunas de las características del
juego pero que no son juego propiamente dicho.
Las actividades, que son pensadas con finalidades educativas, implican una mirada
del juego como estrategia metodológica para la enseñanza de ciertos contenidos
específicos; mientras que el juego propiamente dicho refiere a las actividades que
suponen modos más libres y espontáneos en las decisiones y las acciones del
jugador.
De esta manera se plantea la necesidad que la escuela respete el derecho de los niños
a jugar y además que favorezca esta actividad a partir de variadas situaciones que
posibiliten el despliegue de los distintos tipos de juego (juegos de dramatización,
juegos de construcción, juegos con reglas externas, juegos tradicionales).
PLANIFICACIÓN DE UN JUEGO
Para planificar es preciso que el docente reflexione en relación con el grupo, el modo
de jugar, los temas que les interesan, los vínculos personales que se evidencian en el
juego, el vínculo del niño con la creación, el conocimiento, la libertad y los límites.
PREVIAS AL JUEGO
• habilitar el juego;
Este estar disponible refiere tanto a una actitud corporal, como mental y emocional:
el docente facilita, acompaña, contiene, ayuda, incentiva, orienta. Como parte de las
intervenciones docentes, también es importante que quede explicitado el encuadre y
las reglas que permiten el desarrollo del mismo. El docente puede conversarlo con el
grupo antes de comenzar a jugar, para que los niños puedan manejarse con autonomía
dentro de ese marco. Por ejemplo, es interesante recordarles que está permitido jugar
a todo y usar todo lo que está disponible, siempre que no se lastimen ni lastimen a
otros, y que avisen a sus compañeros si se van del juego. Es necesario tener en cuenta
todas las posibilidades de intervención presentadas; pero también que, si bien es útil
intervenir siempre explicitando el encuadre y mediante la observación, no siempre es
preciso hacerlo con la palabra y utilizando consignas, ya que el exceso de intervención
puede provocar la ruptura del clima de juego, por eso se sugiere realizar
intervenciones sutiles, que acompañen el proceso de juego que se está desarrollando y
que faciliten su despliegue lúdico. En este mismo sentido, tenemos que recordar que
cualquier tipo de intervención debe tener en cuenta que el protagonismo siempre es
del niño y del grupo y que el docente tiene un papel facilitador, de apoyo y de
contención.
Esta actividad sistemática le permitirá conocer más a los niños, sus juegos, sus
necesidades y preocupaciones.
• El docente rescata algo significativo que sucedió durante el juego, ya sea porque fue
importante para el subgrupo que estaba jugando, porque lograron resolver un conflicto que
fue difícil para ellos, o porque el docente cree que puede ser interesante para los demás niños.
Se puede acercar al grupo unos minutos antes de terminar de jugar y preguntarles si quieren
compartir lo sucedido con el resto y cómo lo quieren hacer. Es importante respetar la
respuesta de los niños, si uno pregunta tiene que estar dispuesto a aceptar un No. Si ellos
deciden hacerlo, el docente debe ayudarlos a pensar el modo de comunicarlo. Puede ser a
través de un relato verbal, o con dibujos.
• El docente se acerca a un grupo y les pregunta qué necesitarían para la próxima vez que
jueguen, comprometiéndose a buscarlo, y si no es posible, se los comunica a los niños. A partir
de este pedido, los niños podrán dar cuenta de la lógica que estuvieron siguiendo durante el
juego, y el docente que escucha les transmite que el desarrollo de su juego es muy importante.
• El docente puede realizar un análisis del juego de algún niño, del subgrupo y/o del grupo
total, en lo referido al clima, a la resolución de conflictos, los logros en relación con el proyecto
inicial de juego, etc. y hacer una devolución sobre esto a los niños, como una instancia de
reflexión compartida.
Todos estos ejemplos de acción- reflexión, que dependen de la propuesta lúdica, del
contexto y del grupo concreto, apuntan a acompañar a los niños en el proceso de hacer
conciente el pensamiento que acompaña el juego, las ideas, las estrategias, las emociones que
ellos ponen en juego al jugar. Por otro lado, el docente, a partir de la reflexión acerca de su
registro del juego, intenta pensar la propuesta siguiente, tratando de seguir la lógica utilizada
por los niños en el desarrollo del juego y de la evaluación. De esta forma, cada propuesta irá
avanzando en complejidad y elaboración, en una interacción dinámica entre niños y docentes.
En este sentido, este momento es un insumo fundamental para pensar su planificación, en un
modo de enriquecimiento continuo.
LOS MATERIALES
EVALUACIÓN
Este análisis, además, permitirá revisar las propuestas que se ofrecen, modificarlas y/o
enriquecerlas para asegurar que los contenidos planificados sean aprendidos por los
niños.
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DIDÀCTICA Y CURRÌCULUM
FECHA: 24/4/2023
LEA EL TEXTO LAS VECES QUE NECESITE, BUSQUE PALABRAS QUE NO ENTIENDE, ANOTE
IDEAS, CONSULTE A SU PROFESORA.
1. Resulta importante garantizar en el Nivel Inicial la presencia del juego como un
derecho de los niños. ¿por qué?
2. Enumere y explique con sus palabras las características del juego según el Diseño
Curricular para el nivel Inicial.
6. ¿Qué significa evaluar un juego? ¿Para qué sirve? ¿Qué preguntas se haría usted como
docente o le haría a los niños y niñas para evaluar un juego? Anótelas.