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EL JUEGO EN LA EDUCACIÓN INICIAL (fragmento del Diseño Curricular)

El juego es patrimonio privilegiado de la infancia y uno de sus derechos inalienables,


por lo tanto resulta importante garantizar en el Nivel Inicial, la presencia del juego
como un derecho de los niños. La escuela entonces debe posibilitar su despliegue
mediante variadas situaciones. En este sentido, el juego ofrece a los alumnos
oportunidades para el desarrollo de las capacidades representativas, la creatividad,
la imaginación, la comunicación, ampliando la capacidad de comprensión del mundo,
para constituirse en miembro de una sociedad y de una cultura

El juego es una construcción social, no un rasgo natural de la infancia. El juego es una


expresión social y cultural que se trasmite y recrea entre generaciones, y por lo tanto
requiere de un aprendizaje social. Esto quiere decir que los niños aprenden a jugar:
aprenden a comprender, dominar y, por último, producir una situación que es distinta
de otras.

Las características fundamentales de toda situación de juego son las siguientes. Es


una actividad libre, ya que es elegida por el sujeto que juega y puede interrumpirse o
terminarse en cualquier momento. Esta libertad se encuentra asociada al hecho de
que la elección no responde a una necesidad biológica o a un deber moral, sino que es
una acción desinteresada. Se practica por el placer mismo que éste causa. Esto implica
una intencionalidad, solo hay juego cuando los sujetos toman la decisión de
convertirse en jugadores y crean la situación de juego. Supone la creación de un
mundo paralelo, de una situación ficticia, donde se utilizan elementos de la realidad al
tiempo que el jugador sabe que lo que se hace no es verdad, que puede entrar y salir
de ese mundo cuando lo desee.

Sin embargo, este universo que crean los jugadores no está exento de reglas: estas se
encuentran siempre presentes bajo diferentes formas: explícitas o implícitas,
preexistentes o construidas durante el juego. Las reglas tienen una función central, ya
que delimitan el juego, a la vez que implican la suspensión momentánea de las reglas
que ordenan el mundo habitual. Son libremente aceptadas por aquellos que deciden
participar del juego, pero, al mismo tiempo, se vuelven obligatorias, porque, en la
medida que ellas se transgredan, se desvanece el mundo del juego.

El como si del juego presenta variados beneficios para el aprendizaje y el desarrollo


infantil. El niño, al jugar, participa de una situación ficticia o imaginaria y se sujeta a
las reglas de conocimiento que la regulan, aún cuando con frecuencia no domina esos
comportamientos en los escenarios reales de participación. De esta manera, satisface
sus necesidades de apropiación del orden social adulto. Además, tal como lo sostiene
Bruner, la situación lúdica facilita una mayor tolerancia al error y evita frustraciones
que el niño podría experimentar en situaciones reales dado que en el mundo paralelo
del juego se atenúan las consecuencias de la acción generándose un espacio de
innovación y creación para el niño. El juego también facilita la diferenciación entre
medios y fines, el proceso cobra mayor relevancia que el resultado; permite al niño
transformar el mundo exterior en función de sus deseos y necesidades, y le permite
experimentar placer al superar los obstáculos que la situación lúdica le presenta.
Además, el juego constituye un precursor del trabajo en grupo y en este sentido es
posible pensarlo como una instancia de aprendizaje en relación con la construcción
conjunta de conocimiento. El juego supone un proceso de colaboración entre pares en
el que se intercambian ideas, se da una negociación en cuanto a las intenciones de los
jugadores y la elaboración de diversos temas a fin de sostener una acción
determinada.

Por otro lado, jugar es generalmente un acto satisfactorio para el niño; es hacer;
manipular objetos, reproducir situaciones, resolver conflictos. También al jugar el niño
puede “desplazar sus miedos, angustias y problemas; la acción repite en el juego
todas las situaciones, esto le permite ejercer un dominio sobre objetos externos a su
alcance, hacer activo lo sufrido, cambiar un final, tolerar papeles que le gustan menos
o que le están prohibidos y repetir a voluntad lo placentero.” Por todo esto, la
actividad lúdica es importante para el aprendizaje y el desarrollo subjetivo.

La escuela cumple un importante rol en la enseñanza del juego. Ahora bien, el juego
que se desarrolla en la escuela no es el mismo que el que se da fuera de ella. La
escuela tiene un destacado lugar en este proceso de aprendizaje al tiempo que impone
ciertos condicionamientos al juego.

En ella, el juego asume características distintas del juego en otros contextos dada la
presencia de una finalidad educativa de la institución escolar. Aquellos
condicionamientos pueden pensarse en términos de espacio, tiempo, contenido,
materiales (es, en principio, el docente quien los selecciona), compañeros de juego,
reglas áulicas.

Por otro lado, resulta de suma importancia realizar aquí una advertencia respecto del
juego en la escuela. Es necesario diferenciar el juego de las actividades de
aprendizaje que los docentes proponen para que los niños construyan determinados
conocimientos; actividades que pueden gozar de algunas de las características del
juego pero que no son juego propiamente dicho.

Las actividades, que son pensadas con finalidades educativas, implican una mirada
del juego como estrategia metodológica para la enseñanza de ciertos contenidos
específicos; mientras que el juego propiamente dicho refiere a las actividades que
suponen modos más libres y espontáneos en las decisiones y las acciones del
jugador.

De esta manera se plantea la necesidad que la escuela respete el derecho de los niños
a jugar y además que favorezca esta actividad a partir de variadas situaciones que
posibiliten el despliegue de los distintos tipos de juego (juegos de dramatización,
juegos de construcción, juegos con reglas externas, juegos tradicionales).

PLANIFICACIÓN DE UN JUEGO

Para planificar es preciso que el docente reflexione en relación con el grupo, el modo
de jugar, los temas que les interesan, los vínculos personales que se evidencian en el
juego, el vínculo del niño con la creación, el conocimiento, la libertad y los límites.

El proceso de reflexión iniciado con la observación y el análisis de los registros, que el


docente fue realizando de anteriores situaciones de juego, facilita la selección de los
contenidos pertinentes y la elaboración de propuestas significativas y contextualizadas
en relación con el juego. La propuesta de observación está ligada fundamentalmente a
la necesidad de conocer a los niños, al grupo, sus necesidades, sus modos de jugar.
Esto permitirá seleccionar los contenidos de juego, las propuestas lúdicas, las
consignas, los materiales, la organización grupal y prever las modalidades que asumirá
la intervención docente.

PREVIAS AL JUEGO

El docente, al preparar el espacio y los materiales de acuerdo con la propuesta de


juego, está realizando una de las intervenciones más importantes, ya que expresa en
esta acción su intencionalidad, es decir que el proceso de reflexión se pone en acto.

Algunos de estos modos de intervención son:

• crear escenarios y espacios lúdicos: preparación de escenarios dentro o fuera de la


sala, vinculados con escenas de la vida cotidiana o escenarios fantásticos, espacios
nuevos o lejanos para los chicos;

• variar los materiales que dispone para jugar;

• generar un clima particular, a través de la luz, la música, la ubicación de los


materiales de juego

DURANTE EL DESARROLLO DE UN JUEGO: El docente facilita, juega, sugiere,


pregunta, propone modos de juego, con la intención de lo siguiente:

• habilitar el juego;

• organizar la actividad respetando la lógica de los niños;

• promover un clima en el que se facilita la expresión, la combinación de materiales, el


desplazamiento libre por el espacio, la iniciativa y la resolución de conflictos;

• proporcionar materiales, disponiéndolos al alcance de los niños, de modo de


favorecer el desarrollo autónomo durante el juego;
• acompañar la resolución de conflictos tanto entre los niños como entre el niño y el
objeto de juego;

• marcar pautas, límites, reglas, tiempos y espacios;

• observar el juego de los niños para intervenir adecuadamente. Durante el desarrollo


del juego, el docente debe estar disponible, esto quiere decir estar atento a los
contenidos lúdicos que le interesa enseñar, observar aquello que pueden necesitar los
niños y a la espera de lo que estos pidan. Según sea la situación puede enseñar un
juego, ayudar, ofrecer un material, aclarar una regla, etc.

Este estar disponible refiere tanto a una actitud corporal, como mental y emocional:
el docente facilita, acompaña, contiene, ayuda, incentiva, orienta. Como parte de las
intervenciones docentes, también es importante que quede explicitado el encuadre y
las reglas que permiten el desarrollo del mismo. El docente puede conversarlo con el
grupo antes de comenzar a jugar, para que los niños puedan manejarse con autonomía
dentro de ese marco. Por ejemplo, es interesante recordarles que está permitido jugar
a todo y usar todo lo que está disponible, siempre que no se lastimen ni lastimen a
otros, y que avisen a sus compañeros si se van del juego. Es necesario tener en cuenta
todas las posibilidades de intervención presentadas; pero también que, si bien es útil
intervenir siempre explicitando el encuadre y mediante la observación, no siempre es
preciso hacerlo con la palabra y utilizando consignas, ya que el exceso de intervención
puede provocar la ruptura del clima de juego, por eso se sugiere realizar
intervenciones sutiles, que acompañen el proceso de juego que se está desarrollando y
que faciliten su despliegue lúdico. En este mismo sentido, tenemos que recordar que
cualquier tipo de intervención debe tener en cuenta que el protagonismo siempre es
del niño y del grupo y que el docente tiene un papel facilitador, de apoyo y de
contención.

En cualquier espacio donde se desarrolle el juego, es importante que el docente


tenga en cuenta la necesidad de observar y registrar los juegos.

Esta actividad sistemática le permitirá conocer más a los niños, sus juegos, sus
necesidades y preocupaciones.

DESPUÉS DEL DESARROLLO DE UN JUEGO Finalizado el juego es necesario un tiempo


destinado a su evaluación que debe realizarse inmediatamente después del juego, en acto, ya
que para los niños el juego tiene lugar solo mientras juegan. Esta instancia no debe
transformarse en largas conversaciones sobre lo acontecido, sino en algo significativo para los
niños. Desarrollamos algunos ejemplos de este tipo de evaluación, es decir de reflexión sobre
el juego.

• El docente rescata algo significativo que sucedió durante el juego, ya sea porque fue
importante para el subgrupo que estaba jugando, porque lograron resolver un conflicto que
fue difícil para ellos, o porque el docente cree que puede ser interesante para los demás niños.
Se puede acercar al grupo unos minutos antes de terminar de jugar y preguntarles si quieren
compartir lo sucedido con el resto y cómo lo quieren hacer. Es importante respetar la
respuesta de los niños, si uno pregunta tiene que estar dispuesto a aceptar un No. Si ellos
deciden hacerlo, el docente debe ayudarlos a pensar el modo de comunicarlo. Puede ser a
través de un relato verbal, o con dibujos.

• El docente se acerca a un grupo y les pregunta qué necesitarían para la próxima vez que
jueguen, comprometiéndose a buscarlo, y si no es posible, se los comunica a los niños. A partir
de este pedido, los niños podrán dar cuenta de la lógica que estuvieron siguiendo durante el
juego, y el docente que escucha les transmite que el desarrollo de su juego es muy importante.
• El docente puede realizar un análisis del juego de algún niño, del subgrupo y/o del grupo
total, en lo referido al clima, a la resolución de conflictos, los logros en relación con el proyecto
inicial de juego, etc. y hacer una devolución sobre esto a los niños, como una instancia de
reflexión compartida.

Todos estos ejemplos de acción- reflexión, que dependen de la propuesta lúdica, del
contexto y del grupo concreto, apuntan a acompañar a los niños en el proceso de hacer
conciente el pensamiento que acompaña el juego, las ideas, las estrategias, las emociones que
ellos ponen en juego al jugar. Por otro lado, el docente, a partir de la reflexión acerca de su
registro del juego, intenta pensar la propuesta siguiente, tratando de seguir la lógica utilizada
por los niños en el desarrollo del juego y de la evaluación. De esta forma, cada propuesta irá
avanzando en complejidad y elaboración, en una interacción dinámica entre niños y docentes.
En este sentido, este momento es un insumo fundamental para pensar su planificación, en un
modo de enriquecimiento continuo.

LOS MATERIALES

La propuesta de juego varía ampliamente en función de los materiales a los que


tengan acceso los niños. Los mismos resultan un sostén privilegiado del juego ya que
permiten estructurarlo, enriquecerlo, hacerlo durar. Por eso aquí también el docente
debe elegir los materiales al momento de planificar una propuesta de juego, en
función de los contenidos específicos que quiere trabajar y que considera que pueden
enriquecerla. También puede seleccionarlos en función de lo que los niños hayan
pedido o él haya percibido que ellos necesitan a partir de la observación de las escenas
de juego anteriores.

A continuación presentamos algunas recomendaciones para tener en cuenta en esta


problemática.

• Los materiales deben estar dispuestos al alcance de los niños y es importante


considerar la variedad de elementos.

• La sola incorporación de algún nuevo elemento (estructurado o desestructurado)


provocará seguramente una nueva posibilidad de jugar, pero no necesariamente el
hecho de tener muchos elementos al mismo tiempo asegura que se generen más
posibilidades de juego, muchas veces ocurre lo contrario.
• Debe haber tanto material estructurado como no estructurado disponible para
jugar.

En relación con los materiales estructurados se puede pensar en la variedad de


juguetes que se encuentren en la sala. Así como el juego es entendido como un
producto social y cultural, a su vez los juguetes son un concentrado de cultura. Los
niños y niñas no se relacionan con ellos pasivamente sino que los interpretan, les dan
sentido, se apropian de ellos. Justamente porque los niños tienen una participación
activa en la sociedad, además de interiorizar la cultura de la cual forman parte,
participan de su producción.

Respecto de los materiales no estructurados que pueden enriquecer el juego de los


niños se pueden nombrar algunos ejemplos, sin tratar de ser exhaustivos, esta lista
puede servir de orientación a la hora de repensar el equipamiento de una sala: cajas,
cubos de madera, argollas de madera de variados tamaños, cintas y sogas de variados
colores, largos y anchos, conos de cartón o plástico, broches, elásticos, telas de
variados tamaños, texturas y colores. Todos estos materiales facilitan sin límites la
creación y diversión, transformándose de las más variadas maneras y logrando los más
insólitos objetivos de juego. “La mayor desestructuración del material provoca en el
niño el deseo de estructuración. Lo que significa la síntesis de los dos procesos:
armar y desarmar, el logro de los más altos niveles creativos.”

A la enumeración anterior, se puede sumar también elementos de la naturaleza, de


acuerdo con el paisaje que rodee al jardín. Estos materiales, a la vez que permiten
ampliar el juego, acercan a los niños a su entorno y enriquecen su experiencia. Nos
referimos a ramas, caracoles, piedras, flores secas y naturales, hojas secas de árboles,
cañas, etcétera.

EVALUACIÓN

La evaluación suele ser un aspecto complejo de pensar en relación con el juego.


Creemos que es posible implementar procesos de evaluación, si la concebimos como
una reflexión sobre el desarrollo del juego, para permitir que este último avance en
complejidad.

La evaluación contempla el análisis que realiza el docente de su propuesta lúdica, en


función de lo acontecido y de los aprendizajes que realizaron los niños, es decir si los
niños lograron apropiarse de los contenidos de enseñanza que se pensaron al
momento de la planificación. Para ello, el docente debe valerse de la observación del
desarrollo de las situaciones de juego, de sus registros, siempre teniendo en cuenta
que la apropiación de los contenidos implica un proceso que requiere de muchas y
variadas situaciones de juego.
Así la evaluación supone un proceso en el cual se vincula el análisis respecto de lo
aprendido por los niños con la propuesta misma de juego, podrá evaluarse si
posibilitó o no el despliegue de los contenidos planificados.

Para esto deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos.

• la participación en los juegos (preferencias e intereses, compañeros con los que


juega, modalidades con las cuales se incluye en los juegos, tiempo que permanece
jugando);

• el aprendizaje de nuevos juegos (habilidades para jugar, respeto de reglas,


comprensión de las mismas, etc.);

• la posibilidad de asumir diferentes roles durante el juego (utilización de elementos


para caracterizarse, actuación desde el personaje elegido, interacción con los otros
mediante la palabra o la acción);

• la anticipación del juego (roles, guión, materiales, etc);

• las posibilidades de encontrar modos de resolver las dificultades que se presentan


durante el desarrollo del juego (estrategias utilizadas: pedidos de ayuda, búsqueda de
elementos, mediación entre compañeros, etcétera);

• la participación durante la evaluación del juego (reconocimiento de su desarrollo, de


las dificultades y los conflictos, y las propuestas para superarlas).

Este análisis, además, permitirá revisar las propuestas que se ofrecen, modificarlas y/o
enriquecerlas para asegurar que los contenidos planificados sean aprendidos por los
niños.

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DIDÀCTICA Y CURRÌCULUM

TRABAJO PRÁCTICO N°1- EL JUEGO

FECHA: 24/4/2023

CRITERIOS DE EVALUACIÓN (QUÉ SE VA A EVALUAR)

- Puntualidad en la entrega del TP – 1 pto.

- Comprensión lectora – Capacidad de elaboración de respuestas con palabras propias


(NO copiar y pegar) – 3 ptos.

LEA EL TEXTO LAS VECES QUE NECESITE, BUSQUE PALABRAS QUE NO ENTIENDE, ANOTE
IDEAS, CONSULTE A SU PROFESORA.
1. Resulta importante garantizar en el Nivel Inicial la presencia del juego como un
derecho de los niños. ¿por qué?

2. Enumere y explique con sus palabras las características del juego según el Diseño
Curricular para el nivel Inicial.

3. El juego que se desarrolla en la escuela no es el mismo que el que se da fuera de ella.


¿por qué? ¿qué aspectos condicionan el juego en la escuela?

4. ¿Qué observaría en sus alumnos y alumnas para planificar un juego?

5. Los materiales son el “con qué se va a jugar”. Escriba ejemplos de materiales


estructurados y no estructurados.

6. ¿Qué significa evaluar un juego? ¿Para qué sirve? ¿Qué preguntas se haría usted como
docente o le haría a los niños y niñas para evaluar un juego? Anótelas.

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