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Para comenzar el desarrollo del tema más relevante de la Educación Inicial, nada mejor que
hacerlo respondiendo a los siguientes interrogantes: ¿Qué es el Juego?, ¿Por qué juega un niño? Y
¿Cómo lo hace? En el desarrollo integral del niño, El Juego, es una pieza clave ya que tiene
estrecha vinculación, con sus cuatro dimensiones básicas: psicomotriz, intelectual, social y
afectiva-emocional. No solo le permite al niño la autoexpresión, sino también la
autodescubrimiento, la exploración y la experimentación con sensaciones, movimientos,
relaciones, a través de las cuales llegan a conocerse a sí mismos y a formarse conceptos sobre el
mundo6.
Desde que el niño nace, es muy curioso, observa muy atentamente, y apenas puede tratar de
tocar todo aquello que llama su atención. Esa curiosidad lo incita a saber y aprender cada vez más.
Como afirma Calmels, el bebé tiene una forma particular de juego, que es a través del
descubrimiento de sus manos, con las que puede golpear, fregar, agarrar y el de su voz, que se
convierte en un objeto de juego. Pero básicamente el que lo inicia en el juego es el adulto, es el
que lo introduce e invita al niño a jugar. Para que un niño pequeño se anime a jugar necesita
sentirse seguro, confiar en quienes lo cuidan y en sus propias posibilidades. Cuanto más amplias y
variadas sean las experiencias ofrecidas, más ricos y variados serán sus juegos. Es fundamental
tener en cuenta que para que haya juego, es necesario establecer un acuerdo, no es posible
obligar a nadie a jugar. Los más pequeños, ponen de manifiesto esos acuerdos, a través de la
mirada, de los gestos, posturas y actitudes. Es el adulto el que debe estar atento para darse cuenta
si el niño, disfruta o no del juego propuesto. Paulatinamente a medida que va creciendo, el niño
pequeño, comienza a relacionarse con sus pares, con quienes comparte intereses y códigos
comunes, el juego es una herramienta muy importante para su sociabilización, que le permitirá
establecer con el otro, una comunicación y un campo de expresividad lo más grande posible. Para
Vigotsky, un niño que juega es siempre “una cabeza más”, o sea, el juego genera siempre zonas de
desarrollo próximo. Es decir que un niño que juega está aprendiendo y desarrollándose y por otra
parte el juego le permite ingresar dentro de normas sociales, porque al jugar, participa del mundo
social y se desarrolla culturalmente68
Del Juego, podemos destacar tres características según Sarlé (2005), que son singularmente
importantes para el aprendizaje en la primera infancia: la motivación intrínseca, la simbolización y
la relación medios-fines. En relación a la “motivación intrínseca”, el juego surge como un impulso
interno del sujeto sin requerir de un estímulo externo, por eso se lo vincula con la resolución de
necesidades e inclinaciones insatisfechas. Lo que provoca que al ir cambiando las necesidades,
cambien los juegos. A la vez es el jugador quien marca la intensidad, la persistencia .El niño
mantiene su acción concentrada en un juego porque existe una regla definida internamente que le
provoca satisfacción.
En el juego, especialmente en el simbólico que es propio de la etapa del nivel inicial, los niños
construyen escenarios y “ensayan” en ellos, el uso de significados arbitrarios sobre los objetos y
las acciones. Por ejemplo, un cajón de manzanas, se convierte en un automóvil. “La utilización de
símbolos en el juego, organizados en torno a reglas internas, le permite al niño elaborar una
situación imaginaria, en la cual se produce una tensión entre la búsqueda de una respuesta total a
sus deseos y las limitaciones propias de la realidad representada” (Sarlé y Rosas, 2005)
Por último, “la relación entre medios y fines.” El juego es una actividad que supone una reducción
de las consecuencias que pueden derivarse de los errores que cometemos, (Bruner, 1989). De allí,
que el fracaso o el error, tengan un valor relativo. El niño se siente libre de resolver de manera
diferentes, los obstáculos que se le presentan.
El juego se constituye en una de las formas más eficaces de resolver situaciones nuevas,
asumiendo los errores como parte de ellas y ensayando otros modos de resolución.69
Si entendemos al juego como producto de la cultura podemos afirmar que a jugar se aprende y en
este sentido se recupera el valor intrínseco que tiene para el desarrollo de las posibilidades
representativas, de la imaginación, de la comunicación y de la comprensión de la realidad.70 La
idea de utilizar situaciones lúdicas de aprendizaje, se sustenta en la idea de que aprender implica
avanzar pero también volver sobre lo aprendido.
“En el juego como oportunidad de aprendizaje, aprender puede significar volver a jugar muchas
veces al mismo juego” 71 Ha estado siempre presente en la pedagogía del Jardín de Infantes,
desde los precursores (Froebel, Montessori, Agazzi, Decroly), que lo consideraron la base para el
armado de su propuesta para la Educación infantil hasta la actualidad. Considerándolo como
instrumento educativo, procedimiento didáctico, facilitador del conocimiento o actividad propia
de la niñez.
El juego forma parte del hacer cotidiano de las salas de la Educación Inicial. Constituyéndose en
principio didáctico. Orientador de la acción educativa, promoviendo la interacción entre lo
individual y lo social, entre lo subjetivo y lo objetivado.
69 Sarlé, P. (2006). Enseñar el Juego y jugar la enseñanza. Paidós. Buenos Aires. 70Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación. Núcleos de Aprendizajes Prioritarios 71 Nivel Inicial.
Volumen 2- Serie Cuadernos para el Aula. Consejo Federal de Educación,2007
No todos los niños juegan de la misma manera, ni tampoco con los mismos juegos, dado que son
sujetos sociales portadores de una historia social y cultualmente construida. La variación del juego
está fuertemente condicionada por la pertenencia social, por la experiencia y condiciones de vida
(a qué y cómo se juega). De ahí la importancia que la escuela amplíe la experiencia de los niños a
fin de enriquecer sus posibilidades lúdicas72 .
JUEGO DE CONSTRUCCIÓN
El juego está mediado por objetos y la actividad se centra en explorar los materiales y jugar con
sus propiedades o construir nuevos objetos a través de la combinación de piezas. Es muy
importante la elección del tipo de material, la cantidad y la selección del espacio y el tiempo que
haga el Docente. Su intervención estará atravesada por el tipo de objeto que ponga a disposición
de los niños y de la consigna que lo acompañe. El dominio sobre ciertas variables (ej.: sobre el
equilibrio y la posición de los bloques), que tenga el niño, el modo de organizar los grupos,
también harán variar el tipo de intervención del Docente.
En ellos prima la regla externa que diferencia al juego La presencia del Docente, tiende un puente
entre el juego y el contenido “escondido” en él y expresado en sus reglas. En este formato de
juego los niños no aprenden las reglas porque el Docente las verbalice ante ellos, sino porque
juega junto a ellos. El Docente irá complejizando las reglas iniciales a medida que el niño las vaya
dominando, sin por esto cambiar el juego original.
El conocimiento del formato de juego por parte del docente es fundamental porque le permite
construir prácticas de enseñanza que miren al mismo tiempo al juego como también a la
enseñanza de conocimientos nuevos. A la vez, le da la posibilidad de realizar modificaciones sobre
la estructura superficial del mismo planteando propuestas más complejas o más sencillas,
respondiendo a los conocimientos previos de los niños, ofreciendo problemas nuevos y facilitando
la construcción de nuevas estrategias de resolución.
Pero este conocimiento por sí solo no desencadena el juego en los niños, se requiere para esto,
como dice Sarlé, dos condiciones más: la primera, vinculada con el conocimiento de este formato
por parte de los niños y la segunda, la posibilidad de traspasar el dominio de la situación lúdica del
docente a los pequeños. El jugar comprende la posibilidad de modificar, variar, crear, cambiar o
transformar, parcial o totalmente una situación en otra; para poder hacerlo el niño debe tener
dominio de la situación lúdica y del mismo modo el docente debe prever la forma y el tiempo, en
el que irá levantando su intervención. El docente es un agente iniciador del juego, es el que
enseña la secuencia de las reglas y prevé los modos de intercambiar con los niños, el dominio de la
intervención, suscitando el paso de receptor del juego a jugador. Todo esto muestra la
importancia de la intervención docente y la posibilidad de jugar varias veces el mismo juego.
“El hombre no deja de jugar porque se vuelve viejo, sino que se hace viejo porque deja de jugar”.
Oliver Wendell Holmes
e) Conocer su cuerpo con el objeto de ampliar sus posibilidades de comunicación consigo mismo,
con sus semejantes y con su entorno.
f) Promover el juego como contenido de alto valor cultural para el desarrollo cognitivo, afectivo,
ético, estético, motriz y social.
g) Desarrollar la capacidad de expresión y comunicación a través de los distintos lenguajes,
verbales y no verbales.
m) Propiciar el desarrollo de hábitos que permitan al niño ser usuario permanente y competente
de bibliotecas.
o) Atender a las desigualdades educativas de origen social y familiar para favorecer una inclusión
e integración plena de todos los niños en el Sistema Educativo.