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EL DÍA DE PENTECOSTÉS – LA FESTIVIDAD DE LA COSECHA O DE SEMANAS (SHAVUOT)

10 JUNIO, 2016 RAFAEL BELTRAN

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Pentecostés es la celebración del aniversario del nacimiento de la Iglesia, marcado por la venida del Espíritu
Santo a la Tierra.

El Origen de la Iglesia

Jesús les había dicho a Sus apóstoles que esperaran en Jerusalén la llegada del Espíritu Santo, junto con ellos
estaban también otros creyentes, incluyendo a Sus hermanos y a María (120 aproximadamente).

“Después los apóstoles regresaron del monte de los Olivos a Jerusalén, a un kilómetro de distancia. Cuando
llegaron, subieron a la habitación de la planta alta de la casa donde se hospedaban. Estos son los nombres de
los que estaban presentes: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago (hijo de
Alfeo), Simón (el zelote) y Judas (hijo de Santiago). Todos se reunían y estaban constantemente unidos en
oración junto con María la madre de Jesús, varias mujeres más y los hermanos de Jesús. Durante aquellos días,
cuando aproximadamente ciento veinte creyentes estaban juntos en un mismo lugar…” — Hechos 1:12-15a
(NTV)

Jesús fue crucificado durante el tiempo de la Pascua (Pesaj en hebreo) y ascendió al cielo 40 días después de Su
resurrección. El Espíritu Santo bajó del cielo 10 días después de la ascensión de Jesús, en el día de Pentecostés,
o sea 50 días después de Su resurrección (50 días después del festival de La Primera Cosecha):

“El día de Pentecostés, todos los creyentes


estaban reunidos en un mismo lugar. De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo de un
viento fuerte parecido al estruendo de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados.
Luego, algo parecido a unas llamas o lenguas de fuego aparecieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Y
todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el
Espíritu Santo les daba esa capacidad.” — Hechos 2:1-4 (NTV)
Estos creyentes quienes estaban temerosos por las persecuciones romanas y judías, se mantuvieron por fe en
Jerusalén (ya que ellos se querían escapar), esperando la llegada del Espíritu Santo, según las indicaciones de
Jesús. La llegada del Espíritu Santo fue un tremendo acontecimiento mediante el cual Dios les dio el valor y la
habilidad, a quienes recibieron Su Espíritu ese día, para que hablaran en diferentes idiomas, con el propósito
de dar testimonio de las obras que Dios ha realizado. Pedro se dirigió a la multitud (ver Hechos 2:14-40), y
todos quienes creyeron el mensaje, se convirtieron al Cristianismo ese mismo día, aproximadamente 3,000
personas fueron salvadas en ese momento:

“Los que creyeron lo que Pedro dijo fueron bautizados y sumados a la iglesia en ese mismo día, como tres mil en
total.” — Hechos 2:41 (NTV)

Esta multitud estaba reunida en Jerusalén siguiendo la ley de Moisés: Tres veces al año, los judíos varones
debían ir a Jerusalén (o regresar, quienes no vivieran ahí) para ir al templo y llevarle ofrendas a Dios: en Pascua
(Pesaj), Pentecostés (Shavuot) y en la festividad de Tabernáculos (Sucót), según el mandato en Deuteronomio
16:16. Por eso encontramos más adelante en el libro de Hechos, que el apóstol Pablo viajó a Jerusalén
apresuradamente (Hechos 20:16) para estar a tiempo para celebrar Pentecostés.

Por tanto, durante el tiempo de la festividad


de Pentecostés, había muchos visitantes judíos de diferentes naciones, quienes fueron a Jerusalén
precisamente para celebrar la festividad, y al venir de otras regiones, muchos de ellos hablaban otros idiomas.

“Estaban totalmente asombrados. «¿Cómo puede ser? —exclamaban—. Todas estas personas son de Galilea,
¡y aun así las oímos hablar en nuestra lengua materna! Aquí estamos nosotros: partos, medos, elamitas, gente
de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, de la provincia de Asia, de Frigia, Panfilia, Egipto y de las áreas de
Libia alrededor de Cirene, visitantes de Roma (tanto judíos como convertidos al judaísmo), cretenses y árabes.
¡Y todos oímos a esta gente hablar en nuestro propio idioma acerca de las cosas maravillosas que Dios ha
hecho!». Quedaron allí, maravillados y perplejos. «¿Qué querrá decir esto?», se preguntaban unos a otros.”
— Hechos 2:7-12 (NTV)

De esas 3,000 personas que fueron convertidas ese día, muchos fueron de regreso a sus países de origen, con
ello dando la primera difusión a la Iglesia Cristiana, seguida después por los viajes de los apóstoles.

¿Qué es El Día de Pentecostés – La Festividad de la Cosecha o de Semanas (Shavuot)? Levítico 23:15-22


Pentecostés proviene del griego πεντηκοστή – pentēkostē, que significa “[día] cincuentavo”. En hebreo
es ‫ – שבועות‬Shavuot lo cual significa “semanas”, por la 7 semanas que se cuentan (7×7=49+1 días). Esta
festividad es celebrada 50 días después del festival de “La Primera Cosecha” (el día que resucitó Jesucristo).

La festividad de la Cosecha era una celebración de alabanza a Dios por la bendición de una cosecha abundante.
Durante la festividad de la Primer Cosecha (o Primeros Frutos) la ofrenda era de cebada (era la cosecha que se
daba primero). Y en la siguiente festividad, de la Cosecha (Shavuot), la ofrenda de “grano nuevo” era de trigo.

“A partir del día que sigue al día de descanso —el día en que lleves el manojo de grano [de cebada] para que
sea levantado como una ofrenda especial— contarás siete semanas completas. Cuenta hasta el día después del
séptimo día de descanso, estos son cincuenta días después. Entonces presentarás al Señor una ofrenda de
grano nuevo [de trigo].” — Levítico 23:15-16 (NTV)

¿Y por qué las Escrituras no marcan una fecha para festejar Shavuot? ¿En lugar de contar 50 días? El pueblo de
Israel debía contar 50 días a partir del festival de “La Primera Cosecha” dentro de la semana de Pascua para
que celebraran Shavuot, como un recordatorio para que ellos nunca se olvidaran de la Pascua (Pesáj). Ya que
en Pesáj es cuando Dios redimió a Su pueblo de la esclavitud de Egipto y la destrucción a través de la sangre del
cordero en los marcos de las puertas, el cual es una representación de Jesucristo.
Parte de la ofrenda a presentar durante la Festividad de la Cosecha consistía en que el sacerdote presentaría 2
panes con levadura para ser levantados, el sacerdote extendía sus brazos y alzaba los 2 panes ante Dios.

“Desde dondequiera que vivas, llevarás dos panes para ser levantados delante del Señor como ofrenda
especial. Prepara cada uno de los panes con cuatro litros de harina selecta, y hornéalos con levadura. Serán
una ofrenda al Señor de la primera de tus cosechas.” — Levítico 23:17 (NTV)

En la tradición judía la primera celebración


de esta festividad de la Cosecha fue cuando el pueblo de Israel recibió por medio de Moisés la Torah (los
primeros 5 libros de la Biblia) en el Monte Sinaí, 50 días después de salir de Egipto (Éxodo 19:1). Es considerado
el nacimiento espiritual de Israel, ya que la Torah reunió a las doce tribus en un solo pueblo.

Para nosotros como cristianos los 2 panes representan a los judíos y a los gentiles. Note que a diferencia de la
festividad de los Panes Sin Levadura, aquí los panes sí llevan levadura. La levadura simboliza el pecado que
tanto judíos como cristianos tenemos (1 Corintios 5:6-7; Gálatas 5:9). Todos somos pecadores y los panes con
levadura son una forma de representación.

“Entre nosotros hay algunos que son judíos y otros que son gentiles; algunos son esclavos, y otros son libres.
Pero todos fuimos bautizados en un solo cuerpo [el cuerpo de Cristo] por un mismo Espíritu, y todos
compartimos el mismo Espíritu.” — 1 Corintios 12:13 (NTV)

Recordemos que Pesáj (Pascua Judía) representa el sacrificio de Jesús en la cruz. La festividad de la Primera
Cosecha representa la resurrección de Jesucristo (1 Corintios 15:23), Él es la Primera Cosecha (Primer Fruto), y
ahora Pentecostés marca el inicio de Su Iglesia, la segunda Cosecha.
El Espíritu Santo bajó del cielo cuando habían transcurrido 50 días después de la resurrección de Jesucristo,
quien prometió que enviaría al Espíritu Santo.

[Jesús dice] “pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán Mis testigos, y le
hablarán a la gente acerca de Mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares
más lejanos de la tierra.” — Hechos 1:8 (NTV)

[Jesús dice] “Ahora enviaré al Espíritu Santo, tal como prometió mi Padre; pero quédense aquí en la ciudad
hasta que el Espíritu Santo venga y los llene con poder del cielo»”. — Lucas 24:49 (NTV)

Para los cristianos esta festividad de la Cosecha tiene su cumplimiento con la venida del Espíritu Santo (Ruáj
HaKodésh en hebreo). El Espíritu Santo inicia la “temporada de cosecha” no de grano, sino de almas, al bautizar
a nuevos creyentes dentro del Cuerpo de Cristo, a quienes da poder para evangelizar al resto del mundo
llevando las Buenas Noticias, dando testimonio de Jesucristo, y así dar gloria a Dios.

La invitación de Dios está abierta para todos, su programa de salvación por medio de Jesucristo está disponible
para cualquiera que ponga su fe en Jesucristo para el perdón de los pecados.

Porque a diferencia de la ley de Moisés que revela el pecado que nos condena, mientras que el Espíritu Santo
nos revela a Jesucristo quien nos salva.

[Jesús dice] “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.”
— Juan 3:17 (NTV)

La Iglesia de Jesucristo

La llegada del Espíritu Santo, descrita en


Hechos 2, dio lugar al nacimiento de Su Iglesia en Jerusalén, a la cual nos vamos sumando todos los creyentes
quienes formamos parte del Cuerpo de Cristo. Pentecostés es el “cumpleaños” de Su iglesia.

“Y la iglesia es el cuerpo de Cristo; Él la completa y la llena, y también es quien da plenitud a todas las cosas en
todas partes con Su presencia.” — Efesios 1:23 (NTV)

“En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más
a Cristo, quien es la cabeza de Su cuerpo, que es la iglesia. Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y
cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el
cuerpo crece y está sano y lleno de amor.” — Efesios 4:15-16 (NTV)

Los creyentes en Jesucristo hemos sido salvados por Él, por Su gracia. Cuando creemos en Jesucristo y lo
recibimos como nuestro Salvador, somos bautizados con el Espíritu Santo, y nacemos de nuevo.

“Jesús le respondió: —Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios. —¿Qué
quieres decir? —exclamó Nicodemo—. ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de
nuevo? Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del
Espíritu. El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo. Así
que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”. El viento sopla hacia donde quiere. De la
misma manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo
las personas nacen del Espíritu.” — Juan 3:3-8 (NTV)

Al poner nuestra fe en Jesucristo somos sellados con el Espíritu Santo, apartados para Dios y para Su gloria.

“También ustedes, luego de haber oído la palabra de verdad, que es el evangelio que los lleva a la salvación,
y luego de haber creído en Él, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es la garantía de
nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de Su gloria.” — Efesios 1:13-
14 (RVC)

Ahorita estamos viviendo la temporada de cosecha


en el calendario de Dios, El cual inició con la venida del Espíritu Santo en Pentecostés hace casi 2,000 años.

“El campo es el mundo, y la buena semilla representa a la gente del reino. La maleza representa a las personas
que pertenecen al maligno. El enemigo que sembró la maleza entre el trigo es el diablo. La cosecha es el fin del
mundo, y los cosechadores son los ángeles.” — Mateo 13:38-39 (NTV)

Dios le ofrece a usted el regalo de salvación eterna si acepta a Jesucristo como su Salvador. Su gracia es algo
que ni usted ni yo podemos conseguir por nuestros propios esfuerzos. La invitación está abierta a Su llamado,
lo invitamos a que reciba a Jesucristo en su corazón.

¡Que Dios los bendiga!


LAS FESTIVIDADES DEL SEÑOR (YHWH)

24 FEBRERO, 2016 ALFRED BOUTER

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LOS PLANES DE DIOS – SUS DIVERSOS SACRIFICIOS- CON LECCIONES PARA CRISTIANOS HOY

El descanso es el punto de partida de los planes de Dios con Israel, así como su propósito final.

Las festividades de Yahveh tienen el descanso como su tema, como está indicado por el día de reposo
consagrado al Señor (Shabat en Hebreo), el significado de la palabra Shabat significa ‘dejar de trabajar’: “Tienes
seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, pero el séptimo es un día de descanso absoluto, un día
oficial de asamblea santa. Es el día de descanso del Señor, y tendrás que guardarlo dondequiera que
vivas.”(Levíticos 23:3).

Levíticos 23 se trata de las siete festividades para el Señor — y también de Él—a través de los cuales Dios
presenta una visión general de Su manera de actuar con Israel, ligados a este concepto del descanso. Dios le
dio a Moisés muchas instrucciones acerca de las cosas que Su pueblo redimido debía hacer para Él, para Su
deleite y placer (Levíticos enfatiza este punto más que en ningún otro Libro). Por esta razón, Dios tomó gran
cuidado de que Su pueblo estuviera en buenos términos ante Él, y que al mismo tiempo, Su pueblo supiera de
esto. Por tanto tuvieron que aprender acerca de la importancia del día de descanso (Shabat) y por qué debía
ser observado. Las instrucciones de Levíticos 23 están estrechamente ligadas al relato de la Creación
concluyendo con el Shabat (Génesis 2:2-3), en donde es mencionado por primera vez en la Biblia, enfatizando
que Dios descansó el séptimo día. En primer lugar, Él había completado Su trabajo de la Creación, y ‘dejó de
trabajar ’, de acuerdo al significado de la palabra Shabat. Entonces, Él bendijo y lo apartó como un día santo
(santificó), dándole un lugar especial de entre los siete días de la semana. Después, cuando el pueblo de Dios,
Israel, había sido liberado de su esclavitud egipcia, el pueblo debía guardar ese mismo día. El Shabat era una
señal del descanso de la Creación de Dios, pero ese día lamentablemente pronto iba a ser quebrantado por la
ofensa de Adán. No obstante, después Dios hizo que el Shabat fuera un símbolo de la redención de Israel: no
más trabajo. Por tanto, el Shabat de redención estaba estrechamente vinculado al Shabat de la Creación
(Éxodo 31:15-17). Sin embargo Israel fallaría con estas instrucciones, y por tanto Dios aguarda con anticipación
el descanso venidero, cuando Cristo reinará como el Hijo del hombre sobre todo el universo (Salmo 8).
Levíticos 23 nos da una estructura de los pasos sucesivos de Dios para conducir a Su gente terrenal hacia ese
descanso que está por venir (Hebreos 4:9). Bajo Josué ellos alcanzaron un descanso, para disfrutar en sus
viviendas (Josué 1:13, 15; 11:23; 22:4; 23:1), un anticipo de este descanso futuro en el mundo que está por
venir. Los sacrificios para el Señor en cada Shabat visualizaban ese descanso venidero, y éstos debían ser
ofrecidos, además de las ofrenda diarias quemadas (ofrendas de fuego) las cuales brindaban un aroma de
descanso a Dios. A pesar de que los Cristianos no están bajo la Ley Mosaica (la Ley dada a Moisés), podemos
aprender de estas cosas que Dios instituyó para Israel (1 Corintios 10:1-13; Romanos 15:3-4) ya que ayudan
para disfrutar del descanso de Dios, incluso hoy en día.

Las Festividades Establecidas de Yahveh — Introducción

Dios es el gran Comunicador, quien a través de Moisés, Su mediador, hizo conocidos Sus pensamientos a Su
pueblo terrenal, liberado de la esclavitud. Hoy en día, no somos redimidos por plata o por oro, o por sangre
animal, sino por la sangre preciosa de Cristo, el verdadero Cordero de Dios (1 Pedro 1:19). Sobre esta base,
Dios nos ha dado a conocer Sus pensamientos a nosotros también, tal como nos lo muestra el Nuevo
Testamento. Nuestro Dios es el gran Planificador y Organizador, y está a cargo de un plan maestro para
conducir a Su gente hacia el verdadero descanso. Las “festividades establecidas” (literalmente tiempos
señalados o fijados, Levíticos 23:2) nos recuerdan de Su creación del sol, la luna y las estrellas —”luces en el
firmamento”— establecidos para los tiempos señalados y para el dominio (Génesis 1:14, 16). Estas estaciones
(“tiempos señalados”) representan el orden y control de Dios, y son una bella ilustración del mundo por venir
con su gloria magnificente bajo el reinado público de Cristo. Entonces, todo será “puesto” en orden. Los
creyentes de hoy en día son tomados de entre los Judíos y Gentiles: a través de la fe y asociados con Cristo
coronado con gloria y honor, hemos encontrado el verdadero descanso en Él, habiendo recibido al Espíritu de
adopción, adoptados como hijos para Dios mismo. El pueblo terrenal de Dios alcanzará el descanso cuando
Cristo venga de nuevo, cuando todas las cosas sean puestas bajo Sus pies. A través de Su gente terrenal, Dios
dio un testimonio acerca del porvenir. La proclamación de las convocaciones solemnes, en sus tiempos
señalados, era hecha con trompetas especiales de plata, preparadas para ese propósito. Por tanto, el pueblo de
Dios era convocado a reunirse, de acuerdo a los estándares de Su santidad, y por tanto Su gente terrenal
fueron apartados para Sí Mismo para disfrutar de la asociación con Él y entre nosotros, al mismo tiempo
esperando con anticipación la consumación de los planes de Dios bajo el reino del Mesías. Los tiempos fijos, o
festividades establecidas, representan las fases que Dios utiliza para cumplir Sus planes. Dios desea que Su
gente entre en Sus pensamientos, individualmente y colectivamente, para que ellos le puedan traer a Él una
verdadera respuesta en los muchos sacrificios durante esos tiempos señalados (ver especialmente Números
28-29).

La Pascua (Pesaj en Hebreo) para Yahveh— la 1era Festividad

“La Pascua del Señor comienza a la caída del sol en el día catorce del primer mes.” (Levíticos 23:5). Levíticos 23
muestra una estructura de los tiempos señalados que Dios ha establecido para que Su gente se reúna a la
entrada del tabernáculo. Éste era el lugar establecido para Su pueblo para reunirse con Él y entre sí: tiempos
señalados, lugar señalado. La Pascua (Passover en Inglés, y que significa “pasar de largo”) le recordaba a Su
pueblo acerca del cordero que era requerido, y en lo cual se proporcionaba refugio y alimento. El refugio los
protegía del castigo en Egipto cuando la sangre del cordero era puesta en el dintel y en los dos postes (marco
de la puerta), para que el Ángel (exterminador) se pasara de largo. Sin embargo, el castigo de Dios llegó al
primogénito quien no estuviera protegido por la sangre ―el primogénito representaba todo lo que estaba en
Egipto bajo el castigo de Dios. El cordero Pascual también proporcionaba alimento para el pueblo de Dios, para
fortalecerlos mientras salían de la esclavitud de Egipto. De hecho, el séptimo mes ya había comenzado, pero
este mes ahora era declarado por Dios para ser el primer mes. Después de que el descanso de la Creación fue
perturbado a través de la falla del hombre, ahora para Dios y para Su pueblo, todo empieza en esta nueva
fundación de redención por el Cordero de Dios. En el mes lunar del calendario de Israel, el día 14 comenzaba la
noche cuando la luna reflejaba la mayor parte de la luz del sol (luna llena). Cuatro días antes, el día décimo,
cada familia seleccionaba un cordero sin defecto, y lo mantenía durante cuatro días. Sorprendentemente, la
entrada triunfal de Cristo en Jerusalén fue precisamente en ese día del año, y los días siguientes, Él fue
“examinado” y encontrado perfecto, como lo describen los Evangelios. En el día 14, alrededor de las tres de la
tarde, el cordero era matado en cada hogar de Israel. “Entre las dos noches”, se refiere a la puesta del sol que
comienza desde el mediodía de la primer noche, y finaliza poniéndose el sol alrededor de las 6 p.m. de la
segunda noche. Las 3 p.m. está a medio camino entre ambas, la hora en la que el verdadero Cordero de Dios
murió en la cruz. La Pascua Hebrea (Passover en Inglés) era la primera de las estaciones señaladas para la gente
de Dios. Sin la sangre derramada de Cristo, Su muerte y resurrección, no hay salvación (1Corintios 15:1-3), sin
embargo tenemos muchas razones para alabar y adorar a Dios, como ha sido anunciado en los sacrificios
traídos ese día (Números 28).

La Festividad de Los Panes Sin Levadura – la 2nda Festividad


Éxodo 12:17 menciona la festividad del pan sin
levadura por primera vez, y toda la levadura debía ser removida de los hogares (Éxodo 12:15; 13:7), incluso de
la tierra (Deuteronomio 16:4). La palabra festividad se encuentra por primera vez cuando Moisés le anunció al
Faraón que todo el pueblo de Israel iba a celebrar una festividad para el Señor (Éxodo 10:9). La palabra
festividad (o fiesta) es diferente del término festividades establecidas o tiempos señalados, sin embargo están
obviamente estrechamente ligados al ser instituidos por Dios (Levíticos 23:6). Las instrucciones de Éxodo
12:8 indican estrechos lazos entre el comer el cordero Pascual y el pan sin levadura. El cordero debía ser asado
al fuego, lo cual habla del castigo de Dios. Los panes redondos y sin levadura representaban la condición de
estar en sintonía con Dios, porque estaban sin levadura (maldad). Debían ser comidos con hierbas amargas,
sugiriendo auto-contrición (dolor del alma por haber ofendido a Dios), lo cual siempre es necesario (1 Corintios
11:28). Pero nuestro Jesús nuestro Señor nunca necesitó de auto-contrición, porque Él estaba verdaderamente
sin levadura y siempre perfectamente recto en palabra y hecho. Él podía decir que Él era lo que decía y decía
Quién era (Juan 8:25). Ningún mal existió nunca en Su vida: Él era el verdadero pan sin levadura. A pesar de
todo, Él tomó nuestro lugar como el Sustituto dado por Dios, y Él pagó por nuestros pecados. Además, Él fue
castigado por un Dios santo y justo, cuando Él tomó nuestra condición pecaminosa en sí mismo en las tres
horas de obscuridad, y “fue convertido en la ofrenda del pecado” (2 Corintios 5:21). La costumbre de comer el
cordero junto con el pan sin levadura aún existía en los tiempos del Señor (Lucas 22:1) y representa una lección
moral para los creyentes de hoy en día: (1) celebrar la festividad, (2) sin ninguna levadura (1 Corintios 5:7f).
Cada forma de maldad necesita ser juzgada y removida de nuestras vidas, para poder disfrutar de una relación
con el Señor y de unos con otros al estar en la luz de Dios, y esto, durante siete días (Levíticos 23: 6b-8). Esta
última referencia menciona el primero y el séptimo día. En las Escrituras, un período de siete días a menudo
representa la era completa de la vida de los creyentes o incluso la duración de la era de la Iglesia. A Dios le
gusta vernos en práctica, de acuerdo a quienes somos en Cristo, posicionalmente. Y por tanto, el reto para
nosotros es ser lo que somos: ser en la vida real quienes somos en Cristo. Esta es la razón de por qué el comer
pan sin levadura es tan importante, porque necesitamos de esta formación, a través de comer lo que es
correcto, para volvernos justos: ser más como Él. Esta comida implica ejercicios individuales así como también
colectivos, para la gente de Dios; las dos asambleas solemnes acentúan su importancia. La primera es el
comienzo del proceso, excluyendo todos los esfuerzos humanos, ya que el mantener las leyes (Mosaicas) o los
esfuerzos propios no hacen que nos parezcamos más a Cristo. En lugar de eso, cada día le podemos ofrecer al
Señor una “ofrenda de fuego” y recordar el sacrificio de Cristo. Al ofrecerse a Sí mismo por nuestros pecados
en las tres horas de obscuridad, Él pasó a través del fuego del juicio de Dios. Cristo glorificó a Dios al hacer
purificación de nuestros pecados, y Él ahora está sentado a la derecha del Padre por siempre (Hebreos 1:3).
Esto excluye los trabajos y esfuerzos del hombre, un punto que es repetido con la segunda asamblea solemne
en el séptimo día. Cuando llegamos al final del viaje, para estar con Cristo en el cielo, estaremos ahí por lo que
Él ha hecho. El Salmo 22 habla acerca de Sus muchos sufrimientos y luego concluye con la declaración “lo que
Él ha hecho” (v.31). Ningún otro más que Él, y ningún otro trabajo más que el de Él. Él es nuestra ocupación,
estándar de auto-contrición, y tema de alabanza.

La Festividad de los Primeros Frutos – la 3era Festividad

Dios veía en el horizonte la Tierra Prometida cuando


otorgó la primera festividad, la Pascua (Éxodo 12:25-27), con todos sus detalles ligados a la segunda festividad,
la del pan sin levadura. Estos eran seguidos de otras estaciones señaladas, que nos conducen a la tercera
festividad, de los primeros frutos (Levíticos 23:10f). La porción de Dios siempre es primero, y por tanto fue
decretado que nadie podía comer de la nueva cosecha antes de que el primer manojo de los primeros frutos
hubiera sido presentado ante el SEÑOR (23:14). Esto siendo parte del servicio de sacrificios, era llevado con el
sacerdote. Cristo es el primer fruto, el primero de más por seguir, en resurrección (1 Corintios 15:20);
levantado por la gloria del Padre al día siguiente del Shabat, Él trae muchos hijos a la gloria (Hebreos 2:10)
desde el libro de Hechos 2 hasta el Rapture. Él introdujo un nuevo orden a las cosas, incorruptible y eterno,
más allá de los dominios de la muerte. Los primeros frutos eran preparados de cebada, seguidos después de la
cosecha del trigo (Ruth 1:22; 2:23). La cebada era el alimento de los pobres, recordándonos de Él quien siendo
rico se volvió pobre, para que nosotros pudiéramos ser ricos (2 Corintios 8:9). El Señor usó panes de cebada
para alimentar a las multitudes (Juan 6:9), mientras que 12 canastas completas se guardaron, ilustrando lo que
es guardado para Israel en el futuro. En el mismo capítulo, el Señor habló de alimento que dura hasta la vida
eterna la cual Él proporciona a aquellos que creen (vv. 27-29) y Él lo conectó con el maná y con la resurrección
(vv. 30-40). Interesantemente, el manojo de los primeros frutos de la tierra es la misma palabra en Hebreo de
el omer (una medida de medición Hebrea antigua equivalente a dos litros) del maná en el desierto. El manojo
era una ofrenda que era elevada ante el Señor, y en Él hemos sido aceptados (Efesios 1:6). Alabado sea Dios! La
grandeza del trabajo de Cristo y la majestuosidad de Su resurrección son demostrados en la abundancia de
sacrificios a ser presentados en el día en que el manojo era alzado como ofrenda ante el Señor, el día después
del Shabat, el primer día de la semana (Levíticos 23:12f). Dios está buscando una respuesta de Su gente y Él los
educa acerca de cómo deben llevar a cabo tal respuesta. ¿Acaso no es para sobresaltar la grandeza de Cristo?
Él se ofreció a Sí mismo para salvarnos, pero Él hizo esto para glorificar a Dios. Una vez que los creyentes se den
cuenta de esto, ellos entienden que Dios desea ser recordado por ellos de lo que Él ha encontrado en Cristo, en
Su vida, sacrificio, muerte y resurrección. Él proporcionó la base necesaria para que la gente sea llevada a Dios,
de acuerdo a Sus estándares sagrados, de tal forma que lo honremos y le demos gloria a Él. Si Israel fue
instruido para llevar sacrificios el día en que el manojo era presentado, ¡cuánto más nos aplica esto a nosotros
hoy en día! Los muchos detalles del servicio de sacrificios nos han sido dados para nuestra enseñanza y
estímulo, y el Espíritu Santo los utiliza para ayudarnos a dar adoración y alabanza a nuestro Dios y Padre. De
hecho, el orden antiguo ha sido dejado de lado gracias al trabajo completado de Cristo, sin embargo Dios usa
esas sombras como lecciones objetivas para ayudarnos a ver más acerca de Cristo y de Su trabajo. Cristo era el
manojo de la nueva cosecha, y Él era el cordero sin mancha. Él se entregó a Sí mismo como una ofrenda
quemada (de fuego) para el Señor, para agradarlo en el aroma siempre ascendente de descanso. En Su perfecta
humanidad (la harina), Él estaba lleno y era guiado por el Espíritu Santo. La ofrenda líquida refleja la alegría que
Él proporciona a Dios y enfatiza la derrama de Sí mismo, quien no ocultó nada. Aleluya, qué Salvador!

La Festividad de Semanas (Shavuot en Hebreo) – la 4ta Festividad

En el primer día de la semana se presentaban los


primeros frutos del comienzo de la cosecha de cebada; esto fue cumplido con la resurrección de Cristo. Luego,
cincuenta días después, en otro primer día de la semana, el Espíritu Santo fue derramado y los creyentes
fueron bautizados en un cuerpo. Cristo ahora está en el cielo y debe ser representado por los creyentes en la
Tierra; esto es tipificado por la nueva ofrenda de ese 50avo día (Levíticos 23:15-17). Esto está íntimamente
ligado a Su trabajo en la cruz, Su muerte, y resurrección. La cosecha de trigo habla de la abundancia de vida
que Cristo ha traído (Juan 10:10b). Él era el grano de trigo que murió, dando mucho fruto (12:24), como es
visto en Su resurrección y exaltación. El Espíritu Santo fue enviado por Cristo enaltecido y la abundancia de la
vida eterna es ilustrada en los dos panes consagrados a Dios, y también los primeros frutos, ligados a Él. En Él
no había ninguna levadura para nada, pero en los dos panes la levadura había estado presente, pero fue
detenida por el fuego en el proceso de cocción. ¿Acaso no es cierto ésto de nosotros? Cada generación de cada
familia en Israel tenía que pasar por los mismos procedimientos, tal como los instruyó Dios a través de Moisés
(Levíticos 23:18-21). Similarmente, los pensamientos de Dios para Su Iglesia son los mismos para cada
generación. Por tanto, cada creyente se le instruye en las cosas que sus padres espirituales tuvieron que
aprender. ¿Por qué? Dios busca una respuesta de los corazones de Su gente, y sólo puede venir en la medida
en que hayamos aprendido y lleguemos a apreciar, el cómo Cristo vivió en esta Tierra y lo que Él ha hecho en la
cruz por nuestra salvación y para la gloria de Dios. Estas cosas no son mera repetición, rituales habituales, o
tradiciones; no, estas instrucciones han sido dadas para nuestro aprendizaje, para estar siempre impresionados
con Cristo y con Su trabajo. Para que cada día y en cada ocasión que estemos juntos lo recordemos. Pronto lo
veremos a Él en el cielo como Él es, también como el Cordero recién sacrificado; nuestro amor por Él y nuestra
respuesta siempre será renovada. Pero por ahora, las convocaciones proclamadas implican que somos un
testimonio para Dios, aquí abajo, y todas las instrucciones contienen lecciones para nosotros mientras nos
regocijamos con Él acerca del Cordero de Dios en quien Él ha encontrado Su deleite.

Más Instrucciones Relacionadas con la 4ta Festividad

La Tierra Prometida de Dios representaba Su interés principal, por lo menos en cuanto a lo que respecta en
esta Tierra. En muchas formas maravillosas Dios cuidaba de ella, teniendo Su vista puesta en ella durante todo
el año (Deuteronomio 11:10-12) y Moisés seguido la llamaba “una buena tierra” al describir su abundancia en
provisiones y productos. Representaba lo mejor que Dios le podía dar a Su gente terrenal, como lo había
prometido a sus padres, los patriarcas. ¿Quién, entonces estaba preocupado por la gente pobre o por los
extranjeros? la respuesta es Dios. “Siempre habrá algunos que serán pobres en tu tierra”, incluso a Moisés le
dijo eso el Señor (Deuteronomio 15:11). Cuando María (la hermana de Lázaro) había ungido a nuestro Señor
Jesucristo ella fue criticada por gastar dinero, Él repitió que los pobres siempre estarán entre nosotros.
Recordemos que El que era rico se hizo pobre para estar entre los pobres, para llegar a ellos y cuidarlos
(Deuteronomio 26:13; Levíticos 23:22). El Hijo de Dios, siendo rico, se volvió pobre. Lo vemos como un Bebé en
el pesebre, muy accesible para la gente pobre y humilde. Y por tanto los pastores, quienes pertenecían a la
clase socioeconómica más baja en aquéllos días, llegaron a visitarlo. Pero no sólo eso: Cristo se hizo pobre para
hacer ricos a aquellos quienes son pobres (2 Corintios 8:9). El Antiguo Testamento contiene muchas
ilustraciones de las cosas que están por venir. Dios sabía que Su gente, al vivir en la Tierra Prometida, no
mantendría Sus instrucciones, que las despreciarían. Ellos finalmente rechazaron a su propio Mesías, El que se
había hecho pobre para acercarse a ellos (Isaías 53:1-3). A pesar de ello, en un día de un futuro cercano, Israel
tendrá un cambio de corazón. Por eso es que esta provisión para los pobres y para el foráneo era tan
importante, no sólo es que Dios quería mostrar Su misericordia hacia los creyentes tomados de entre los
pobres y despreciados Gentiles, sino que además quería mostrar Su misericordia a Israel: una vez que ellos se
den cuenta que lo han perdido todo, y que no tienen derechos. Cuando realmente se vuelvan humildes, por sí
mismos, entonces ellos se pondrán a sí mismos en el nivel del Extranjero (el Samaritano) quien fue a visitarlos y
a ayudarlos. Humildes, pobres, sin pretensiones, ellos estarán al mismo nivel del Pobre a quien ellos
rechazaron. Entonces, y sólo entonces, Dios podrá efectivamente ayudarlos. Esto es lo que sucedió con Rut,
una pobre extranjera, quien llegó a la tierra de Dios junto con la pobre de Noemí (su suegra). A través de la fe,
Rut solicitó la provisión para los pobres y para el extranjero, y empezó a recoger grano en los campos de Boaz.
Reconociendo que ella no tenía derechos, ella recibió todo y, finalmente, se casó con el mismísimo amable
proveedor. Así es como los creyentes, de entre los Judíos y Gentiles entran a las bendiciones de Dios, ahora, y
también como el Israel restaurado del futuro entrará a su descanso y disfrutará de la Tierra Prometida.

El Tocar de las Trompetas (Rosh Hashanah en Hebreo) – la 5ta Festividad


Dios planeó las diferentes fases de la temporada de
cosecha en la Tierra Prometida para proporcionar a Su gente oportunidades para honrarlo a Él en los “tiempos
señalados” de Yahveh, lo cual implicaba bendiciones especiales para Su pueblo. La celebración de la Pascua y la
Festividad de Panes Sin Levadura estaba estrechamente relacionado con la ofrenda de los Primeros Frutos.
Después de un intervalo de 50 días, una ofrenda de la cosecha de trigo era presentada, llamada “la Festividad
de Semanas”. Después de esto, un periodo de aproximadamente cuatro meses debía transcurrir también (Juan
4:35), antes de que la serie terminara con un ciclo de tres tiempos fijos adicionales, luego de la cosecha de las
uvas, higos, y olivas (aceitunas). Sólo entonces, había descanso. Los tres eventos principales también eran
llamados festividades –o tiempos señalados – programados por el Señor (Éxodo 23:15-16), pero en Levíticos 23
se muestra que estos tres incluían siete festividades. La Pascua del primer mes estaba estrechamente ligada al
pan sin levadura y a los primeros frutos de cebada, seguido después de 50 días por la festividad de semanas (la
cosecha de trigo). La estación (o temporada) era completada por la “festividad de la cosecha” ligada con otras
partes de la cosecha, y con tres ocasiones solemnes a seguir. La primera de ellas era el tocar de las trompetas;
durante este evento se utilizaba un cuerno de carnero (un shofar en Hebreo) (Levíticos 23:24f). Para las otras
festividades, y al principio de cada nuevo mes, se tocaban trompetas de plata para convocar a la gente
(Números 10). El sonido del shofar simboliza el re-encuentro de Israel, el cual es un evento aún futuro (Salmo
81:3). En cuanto a la Iglesia, conformada por Judíos y Gentiles, estamos a la espera del grito, de la trompeta de
Dios, de la voz del arcángel (1 Tesalonicenses 4:16; 1 Corintios 15:51f), cuando vendrá el Señor para llevarnos
al cielo. En cuanto a Israel, su reunificación es para esta Tierra; el templo será reconstruido y su servicio
completo será restituido. La quinta festividad, el tocar de las trompetas, es para aquella convocación solemne.

El Gran Día del Perdón (Yom Kippur en Hebreo) – la 6ta Festividad


El décimo día del primer mes era el día en el cual el
cordero pascual fue introducido al pueblo de Dios, y ese mismo día, muchos años más tarde, el Señor hizo Su
entrada triunfal a Jerusalén, sin embargo fue rechazado y el ‘resto de la historia’ sucede después. Levíticos 23
indica que, después de siete meses, se debía observar otra ocasión especial en Israel, una convocación solemne
para afligir sus almas, de nuevo en el décimo día. Como nación, ellos no reconocieron la identificación del
Cordero de Dios que hizo Juan el Bautista (Juan 1:29), en lugar de eso lo rechazaron (Juan 5:43). Cuarenta años
más tarde, Israel fue disperso entre las naciones. Después de un largo periodo de espera –simbolizado por los
“siete meses”, un periodo completo – Israel será reunificado al tocar de las trompetas. No obstante, durante la
Gran Tribulación, los castigos de Dios caerán sobre esta nación, lo cual finalmente los llevará a arrepentirse.
Entonces ellos afligirán sus almas, tal como se describe en Isaías 53 con detalles gráficos. Con la primera venida
de Cristo, el liderazgo condujo a la nación por el mal camino, a descarriarse, al declararlo a Él como culpable de
blasfemia. Debido a esto, Él dijo que no lo verían a Él de nuevo, hasta que dijeran “¡Bendito el que viene en el
nombre del Señor!” (Mateo 23:39). La aflicción del alma indica un cambio de corazón, trabajado por el Espíritu
de Dios (Zacarías 12:10-14), Quien los conducirá a su purificación y restauración nacional (Zacarías 13:1). En las
diferentes fases del año Judío hay ocasiones que simbolizan lecciones profundas para Israel, incluso para
creyentes de hoy en día, y las festividades establecidas simbolizan eventos importantes, desde la venida del
Mesías como el Cordero de Dios, hasta Su regreso cuando Su gente estará lista. Entonces habrá fruto de las
labores de sus almas (aflicción), visto en la ofrenda quemada (Levíticos 23:27f; Jeremías 29:13f), y el Shabat de
descanso cuando ellos afligirán sus almas, el mejor Shabat que nunca (Levíticos 23:28-32). Dios dio
instrucciones a Israel acerca de qué tenían que hacer para el SEÑOR, para respetar Sus derechos, y Levíticos 23
nos brinda muchos detalles, en lenguaje simbólico, acerca de lo que Dios ha hecho y hará por Su gente. La
única forma en que las cosas pueden salir bien para el beneficio del pueblo de Dios, es cuando ellos lo honran a
Él al seguir Sus instrucciones. Leyendo estas instrucciones, uno se puede preguntar si acaso Dios estaba
‘exagerando’, a menudo repitiendo el mandamiento de descansar, sin embargo ésto era para enfatizar un
punto importante. La única fundación sobre la cual uno puede estar frente a Dios es aquélla que Él ha forjado,
no lo que nosotros podemos o queremos hacer. Haciendo expiación (perdón de los pecados), y trayendo a Su
gente de regreso a Sí mismo, son cosas que sólo Dios puede hacer, y Él ya ha hecho todo esto al dar a Su Hijo
como el Cordero de Dios, por Su trabajo, muerte y resurrección. Además, Dios quiere introducir a Su gente al
deleite de Su descanso, el tener una relación con ellos, el tenerlos a ellos como hijos sacerdotes en Su
presencia. Cualquier auto-esfuerzo, cualquier intento por mejorarse a sí mismo (ego) o la carne, implica un
rechazo de lo que Cristo ya ha hecho, y Dios no puede tolerar ningún desafío de esta naturaleza. Cuando Cristo
dijo “Está terminado”, ésto trajo el verdadero descanso: para Dios, para Cristo, mientras descansaba Su cabeza,
y para pecadores arrepentidos. La misma fundación está ahí para la gente de Dios hoy en día, la Iglesia, y será
encontrada por Israel en un día venidero cercano.

La Festividad de Tabernáculos (Sukkot en Hebreo) – la 7ma Festividad

Tres veces en Levíticos 23:34-36a, se refieren a la 7ma festividad, ciertas cosas debían ser hechas “para
Yahveh”. Esta es una característica de Levíticos 23 en general, ya que esta expresión ocurre 18 veces (en el
texto Hebreo). Dios había liberado a Su gente de la esclavitud en Egipto con el propósito de traerlos a Sí mismo,
para que ellos fueran un reino de sacerdotes y una nación sagrada para Él (Éxodo 19:4,6). La historia de Israel
ha visto algunos cumplimientos parciales de este propósito, pero su cumplimiento final será hasta el final de la
era, marcando el comienzo en el mundo venidero, el Milenio de paz bajo el reinado del Hijo del hombre
bendito, el Mesías. Mientras tanto, a Israel se le necesitaba recordar de su liberación de la esclavitud de Egipto,
y del cuidado de Dios durante el viaje a través del desierto. Similarmente, como Cristianos debemos
recordarnos constantemente acerca de lo que nuestro Señor Jesucristo ha hecho para liberarnos de este
mundo, del poder del pecado y de Satanás. El trabajo que Él ha completado era necesario para llevarnos a
Dios (1 Pedro 3:18). Ahora mismo, en Su gloria celestial, nuestro Señor Jesucristo está trabajando para
protegernos y mantenernos aquí para Él mismo, mientras que nosotros vamos en camino a la tierra celestial.
Durante el periodo de gracia, mientras aguardamos la venida de Cristo, Dios nos recuerda de Su gran salvación.
Cada primer día de la semana, tenemos una asamblea solemne, y estas citas divinas son ocasiones para alabar
y adorar a Dios, mediante sacrificios de alabanza y adoración, aceptables para Dios por medio de Cristo Jesús (1
Pedro 2:5). En lo referente a Israel, en el Milenio venidero, la gente terrenal de Dios tendrá un rol clave en el
servicio de adoración, mientras que las naciones de la Tierra irán hacia arriba a Jerusalén, para llevar sacrificios
y honrar a Dios y Su santidad (Zacarías 14).

Los Siete Días y el 8avo Día

Esto nos lleva al importante 8avo día de la 7ma festividad. Durante los siete días de la Festividad de
Tabernáculos (tiendas de campaña ó refugios temporales), una procesión de sacerdotes iban al estanque de
Siloé para agarrar agua y para regresar con cántaros llenos (esto es lo que el hombre instituyó, no fue
ordenado por el SEÑOR). Al subir los 15 escalones para llegar al patio del templo, mientras cantaban los 15
cánticos graduales (cánticos para los peregrinos que suben a Jerusalén) (Salmos 120-134) y cuando llegaban al
altar, ellos derramaban el agua como un sacrificio simbólico, mientras alababan a Dios y rezaban por la nueva
estación (ó temporada). Esto era seguido de la lectura de las Escrituras. En el Evangelio de Juan, conocemos a
nuestro Señor Jesucristo, la Luz del mundo, la verdadera gloria Shekinah quien habitó (tabernacled en Inglés)
entre nosotros (Juan 1:14). Este Evangelio también se refiere al agua, ya que en el último día de la Festividad,
Cristo ofreció agua a todos aquellos quienes quisieran ir a Él y beber (Juan 7:37). En el octavo día, sugiriendo un
nuevo comienzo, se llevaba a cabo una lectura pública de la Palabra de Dios. Algunas porciones de las
Escrituras (Esdras 3:1; Nehemías 8:18) relatan que el remanente de Israel, regresó del cautiverio, y practicó
esta lectura pública. Hacían esto en el primer día del séptimo mes (la Festividad de Trompetas) y durante la
Festividad de Tabernáculos (Sukkot), desde el primero hasta el último día. Desde la perspectiva de profecía, los
siete días de la Festividad de Tabernáculos ilustran la abundancia de bendiciones futuras durante el Milenio,
para Israel y para las naciones. En Números 29 hay una reducción en el número de sacrificios de animales que
debían ofrecerse durante esos 7 días, lo cual posiblemente indica que la plenitud del regocijo de alguna forma
será reducido durante el transcurso de esa era, aunque los “básicos” de Dios siempre permanecen iguales. Sin
embargo, [esperamos] que nuestras afecciones ardan por el Señor, siempre regresando al “primer amor” (en
lugar de abandonarlo), para que podamos tener y disfrutar “plenitud de alegría” (1 Juan 1:4) relacionada con
ello. Es más bien interesante que los aspectos más destacados del año Judío era que tenían festividades que
duraban por siete días, y así era con el 7mo (Levíticos 23:41-43). Los primeros siete días estaban relacionados
con la redención, el cordero de Pascua y la festividad de panes sin levadura: el vivir apartados del pecado. Esto
era seguido por la presentación del primer fruto, mientras que 49 días después era la festividad de semanas,
cuando se presentaban dos panes con levadura, su actividad se detenía por el proceso de cocción. Dios
introdujo un nuevo testimonio en el día de Pentecostés, para continuar hasta el Rapture. Los planes de Dios
para Israel serán cumplidos, culminando con otra Festividad de siete días para Yahveh, la Festividad de
Tabernáculos (Sukkot). Dios se encargará de que Su gente terrenal sea restaurada, según las enseñanzas de
Romanos 11, para disfrutar una verdadera relación con Él. Por tanto en el 7mo mes, durante 7 días, Israel vivirá
en sukkot (tiendas de campaña ó refugios temporales), siendo un recordatorio vívido de la bondad de Dios en
liberarlos de la esclavitud y de preservarlos durante su travesía en el desierto. Más tarde en la historia de Israel,
otra Festividad de siete días fue agregada, la de Purim, según el Libro de Ester. Esta Festividad es un
recordatorio para Israel acerca de la protección llena de la gracia de Dios, de Su intervención y rescate,
necesarios para cumplir Sus planes. En cuanto a responsabilidad se refiere, Israel falló terriblemente,
resultando en su dispersión. A pesar de esto, el ojo de Dios estaba y sigue estando sobre ellos, y a través de sus
modos de sabiduría infinita y gracia, ellos serán restaurados para disfrutar de una relación con Él. Incluso
durante los 400 ‘años de silencio’ cuando no había profecías, Dios los protegía. La Festividad de la Dedicación
(Hannukah ó Januká en Hebreo), a pesar de no haber sido instituida por Dios cuenta con Su aprobación (Juan
10:22), de Hannukah (luces), es un recordatorio de Su cuidado. Cada generación necesita aprender a apreciar
estas transacciones divinas y acerca de los sacrificios llevados en aquellas ocasiones para Su honor y gloria. Han
sido escritos para nuestra enseñanza, y piden una respuesta de nuestro corazón.

Notas de la Traducción al Español

La traducción de la palabra Pascua

El término en Español Pascua proviene del Latín Páscae, que a su vez proviene del Griego πάσχα Pasja, lo cual
es una adaptación del Hebreo Pésaj, que significa ‘pasar de largo’. La Festividad de Pesaj mencionada en los
libros de Éxodo y en Levíticos 23, y en Inglés es llamada Passover.

No se debe confundir con el concepto que hoy tenemos del Domingo de Pascua de la Semana Santa, Easter (en
Inglés), es diferente. Aquí se conmemora la resurrección de Jesucristo.

La traducción de la palabra Shabat (en Hebreo), Sabbath (en Inglés)

La palabra Shabat significa cesar, desistir, descansar. El Shabat viene del séptimo día de la Creación cuando
Dios “descansó”. Es el día de reposo consagrado a Dios según el cuarto mandamiento (Éxodo 20:8-11). En las
traducciones al Español como Reina-Valera, Dios Habla Hoy, Nueva Traducción Viviente, etc., sentimos que se
ha perdido el significado de la palabra original en Hebreo Shabat, en esas traducciones la palabra ha sido
traducida como “día de reposo”, nosotros opinamos que la palabra tiene un mayor significado.
El Shabat comprende un periodo de 24 horas y comienza con la puesta del sol el viernes y termina con la
puesta del sol el Sábado, el cual es el último día de la semana.

Acerca de Shavuot

Shavuot, es el plural de semana (shavúa- 7 días), semanas (7 semanas). Es la Festividad de Semanas que se
menciona en el Antiguo Testamento, esta Festividad está directamente relacionada con Pentecostés (Nuevo
Testamento), en ambos casos está representado el Espíritu Santo.
Acerca de la Festividad de Sukkot (Tabernáculos)

En Hebreo la palabra Sukkot está en plural, y Sukka es el singular, en Inglés ha sido traducido
como Tabernacle ó Booth y en Español como Tabernáculo. Este concepto se refiere a la vivienda temporal que
usaron los Israelitas en el desierto. Una sukka es una especie de tienda o casa de campaña, o carpa. Imagine
que usted va a ir a acampar, el tipo de refugio temporal en el que pasa la noche es una sukka.

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© Alfred E. Bouter 2005 (Impreso/Actualizado Mayo 1, 2013)

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