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Teoría de los rasgos de la personalidad

En el ámbito de la psicología, la teoría del rasgo explicativo del comportamiento


humano supone la existencia de características estables en la estructura de
la personalidad de los individuos. Desde este punto de vista, la personalidad está
formada por una jerarquía de rasgos estables y consistentes que determinan, explican
y, hasta cierto punto, permiten predecir el comportamiento individual (véase diferencias
individuales), en la medida en que guían la forma en que cada persona piensa e
interpreta la realidad.

La teoría de los rasgos de personalidad ha evolucionado a lo largo del tiempo y


ha sido influenciada por varios teóricos y corrientes de pensamiento. Algunos
de los antecedentes históricos más importantes son:

1. Hipócrates: Ya en la antigua Grecia, Hipócrates propuso la teoría de los humores,


que sostenía que el temperamento de una persona estaba determinado por la cantidad
de cuatro fluidos corporales: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Esta teoría
sentó las bases para la idea de que los rasgos de personalidad son innatos y
determinados biológicamente.

2. Sigmund Freud: A principios del siglo XX, Sigmund Freud desarrolló la teoría
psicoanalítica, que se centraba en el inconsciente y los procesos mentales
subconscientes. Freud hizo hincapié en la importancia de los impulsos inconscientes y
las etapas de desarrollo temprano en la formación de la personalidad.

3. Gordon Allport: En la década de 1930, Gordon Allport propuso la teoría de los


rasgos, que considera que los rasgos son una parte central y constante de la
personalidad. Allport clasificó los rasgos en tres niveles: rasgos cardinales (rasgos
dominantes que definen la vida de una persona), rasgos centrales (rasgos generales
que describen a una persona) y rasgos secundarios (rasgos más específicos y
situacionales).

4. Raymond Cattell: En la década de 1940, Raymond Cattell introdujo el concepto de


rasgos de superficie y rasgos de fuente. Los rasgos de superficie son las
manifestaciones observables del comportamiento, mientras que los rasgos de fuente
son las causas subyacentes de estos comportamientos.

5. Los Cinco Grandes: En la década de 1980, varios investigadores identificaron un


conjunto de cinco rasgos de personalidad ampliamente aceptados, conocidos como
los Cinco Grandes o Big Five: apertura a la experiencia, responsabilidad, extraversión,
amabilidad y neuroticismo. Esta teoría se popularizó y se ha convertido en una de las
bases principales de la investigación de los rasgos de personalidad en la actualidad.

Existen muchos tipos de rasgos de personalidad, pero algunos de los más


comunes incluyen:

1. Extraversión: Las personas extrovertidas tienden a ser sociables, enérgicas y les


gusta estar en compañía de otros. Son abiertas y habladoras.

2. Introversión: En contraste, las personas introvertidas son más tranquilas, reservadas


y prefieren pasar tiempo a solas. Son reflexivas y pueden ser más difíciles de conocer.

3. Neuroticismo: Las personas con alto neuroticismo suelen ser emocionalmente


inestables, ansiosas y propensas a experimentar cambios de humor abruptos.

4. Estabilidad emocional: Por otro lado, las personas con alta estabilidad emocional
son más resistentes al estrés, tienen una actitud positiva y son capaces de mantener
la calma en situaciones difíciles.

5. Amabilidad: Las personas amables son consideradas, respetuosas y tienden a


valorar las relaciones interpersonales. Son empáticas y se preocupan por el bienestar
de los demás.

6. Hostilidad: En contraste, las personas hostiles pueden ser agresivas, irascibles y


tener dificultad para controlar su enojo. Suelen tener dificultad en establecer relaciones
positivas y pacíficas.

7. Conciencia: Las personas conscientes suelen ser organizadas, disciplinadas y


orientadas a metas. Son responsables y muestran un alto grado de autodisciplina.

8. Apertura a la experiencia: Las personas abiertas a la experiencia son curiosas,


creativas y aventureras. Les gusta probar cosas nuevas, son imaginativas y aprecian
la belleza.

Tipos de rasgos de personalidad

Existen diferentes tipos de rasgos de personalidad. Algunos de los más comunes son
los siguientes:

Rasgos cardinales: Son los rasgos de personalidad que son tan intrínsecamente
ligados a la personalidad de un individuo que la persona se convierte casi en sinónimo
de esas cualidades. Estos rasgos son los más dominantes, pero también los más raros
en la personalidad de las personas. Algunos ejemplos de rasgos cardinales incluyen la
bondad y la caridad, como se asocia con la Madre Teresa; el mal, como se asocia con
Adolfo Hitler; y el genio, como se asocia con Einstein.

Rasgos centrales: Son los rasgos de personalidad que describen las principales
características que podrían usarse para describir a otra persona. Estos rasgos son
menos dominantes que los rasgos cardinales, pero aun así son importantes para la
personalidad de una persona. Algunos ejemplos de rasgos centrales incluyen
inteligente, honesto, tímido y ansioso.

Rasgos secundarios: Son los rasgos de personalidad que son menos generalizados
y relevantes que los rasgos centrales y cardinales. Estos rasgos pueden ser más
específicos de una situación o contexto particular y, por lo tanto, pueden no ser tan
evidentes en la personalidad de una persona. Algunos ejemplos de rasgos
secundarios incluyen la preferencia por un tipo particular de música, la tendencia a ser
más hablador en situaciones sociales y la aversión a ciertos alimentos.

El test 16PF y su relación con la teoría


de los rasgos de la personalidad
El test 16pf (Cattell's 16 Personality Factors) es una herramienta utilizada para evaluar
los rasgos de la personalidad. Fue desarrollado por “Raymond Cattell” en la década de
1950 y se basa en la teoría de los rasgos de la personalidad.

Según la teoría de los rasgos, la personalidad está compuesta por diferentes


características o rasgos estables que influyen en el comportamiento y la forma de
interactuar con el entorno. Estos rasgos pueden ser medidos y evaluados a través de
pruebas psicométricas como el test 16pf.

El test 16pf evalúa dieciséis rasgos de la personalidad, que se agrupan en cinco


dimensiones principales:

Extroversión: se refiere a la tendencia de una persona a ser sociable, extrovertida y


activa.

Ansiedad: se refiere a la tendencia a experimentar ansiedad, inseguridad y tensión


emocional.

Independencia: se refiere a la tendencia a ser independiente, autosuficiente y no


conformista.

Estabilidad emocional: se refiere a la tendencia a ser emocionalmente estable,


tranquilo y seguro de sí mismo.
Sentimiento de apertura: se refiere a la tendencia a ser imaginativo, creativo y abierto
a nuevas experiencias.

Cada rasgo se evalúa en una escala que va desde un extremo positivo hasta un
extremo negativo, lo que permite obtener un perfil de los rasgos de personalidad de
cada individuo.

El test 16PF se basa en la teoría de los rasgos y mide 16 factores básicos que están
identificados de la siguiente manera: A, B, C, E, F, G, H, I, L, M, N, O, Q1, Q2, Q3 y
Q4. Estos factores están ordenados de acuerdo con su repercusión sobre la conducta
en general.

La teoría de los rasgos de la personalidad y el test 16pf han sido ampliamente


utilizados en el campo de la psicología y han proporcionado información valiosa sobre
la estructura y la naturaleza de la personalidad. Sin embargo, también ha habido
críticas y debates sobre la validez y la precisión de los rasgos y la clasificación
utilizada en el test 16pf.

Donde:

- A: Afectividad
- B: Razonamiento
- C: Estabilidad
- E: Dominancia
- F: Impulsividad
- G: Conformidad grupal
- H: Atrevimiento
- I: Sensibilidad
- L: Suspicacia
- M: Imaginación
- N: Astucia
- O: Culpabilidad
- Q1: Rebeldía
- Q2: Autosuficiencia
- Q3: Autocontrol

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