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INTRODUCCIÓN:
Abordamos el tema de la ideología de género, de tanta actualidad en el momento. Se trata
de un modo de pensamiento dominante que se ha insertado en la sociedad actual y cuyas
consecuencias no pueden ser más funestas para la persona y la familia y, por tanto, para la
sociedad.
Para comprender su contenido puede ser una buena ayuda comprender el significado de su
nombre. Por un lado, la palabra “ideología” nos habla de una visión parcial y absolutizada
de la realidad. Toda ideología se caracteriza por tomar como verdad total una única parte
de la realidad, la explicación del todo por la parte. Es decir, nos encontramos ante un
pensamiento centrado en un aspecto único de la realidad humana, que trata de imponerse
de forma hegemónica.
El término “género” es un vocablo que alude a la construcción de la realidad sexual de la
persona. La sexualidad humana no tiene, según esta ideología, una explicación en la propia
naturaleza, sino que es resultado de la propia autonomía; ésta sería capaz de decidir todo,
incluso la propia identidad sexual. El género se entiende como el rol social de las personas,
relativo y cambiante. Hoy no se habla ya de sexo, sino de género, pues parece una palabra
más aceptada socialmente, aunque sólo se puede explicar si se niega la propia naturaleza
del ser humano.
La “ideología de género” trata de imponer como verdad que no existe una naturaleza
humana que merezca ser respetada, sino que todo en el individuo se construye, empezando
por lo más íntimo a sí mismo, su propia identidad sexual: no se es hombre o mujer, sino
que uno se hace hombre o mujer.
El camino recorrido por esta ideología ha dejado sus manifestaciones en la sociedad actual.
Hunde sus raíces en la revolución sexual de 1968 y la filosofía deconstruccionista de
Foucault, que dio lugar al ambiente social y cultural favorable para su desarrollo. En este
caldo de cultivo, la lucha a favor de los derechos de la mujer tomó en algunos sectores
feministas, promovidos por pensadores deconstruccionistas, una orientación radical. Dado
que la raíz de la auténtica diferencia entre hombre y mujer es la propia naturaleza, es
necesario –en opinión de este feminismo radical- negarla, para lograr, de este modo, la
deseada condición de igualdad entre los sexos. Esta noción de igualdad entre el hombre y la
mujer se entiende como la base precisa para la justa participación social y una convivencia
pacífica.
HOMBRE/MUJER,
¿DISCORDIA O MISTERIO DE COMUNIÓN?
Lourdes Redondo
Dra. en Filosofía
Dice una feminista, Shulamit Firestone: “Para garantizar la eliminación de las clases sexuales
es necesario que la clase oprimida se rebele y tome el control de la función reproductiva…
por lo que el objetivo final del movimiento feminista debe ser diverso del que tuvo el
primer movimiento feminista; es decir, no exclusivamente la eliminación de los privilegios
masculinos, sino de la misma distinción entre sexos; así las diferencias genitales … no
tendrían nunca más ninguna importancia!”
Es preciso, como hemos visto, construir un mundo nuevo porque éste no les gusta, basado
como está en la desigualdad. ¿Cómo lo harán? Utilizando sobre todo el arma del lenguaje,
resignificando las cosas, con lo cual conseguirán cambiar la forma de pensar y, por ende, la
realidad: roles, géneros…
El Papa Juan Pablo II habló del “gran proceso de liberación de la mujer” (Carta a las
mujeres, 6), diciendo que es “sustancialmente positivo”, a pesar de todos estos errores de
que estamos hablando.
Él habló mucho del “Genio de la mujer” en todos los ámbitos, considerando este “genio”,
sin duda, su papel de la maternidad, no sólo biológica, sino espiritual, que hace de la mujer
una persona abierta al otro, generosa, comprensiva, generadora de paz. Así la llamaba
Foerster (Temas capitales de la educación): “la urdidora de paz”
Por ello decía ya Edith Stein, verdadera feminista, que no pudo acceder a la universidad por
ser mujer, en tiempos de Hitler: “No hay ninguna profesión que no pueda ser ejercida por
una mujer”, pero, afirmaba, esté donde esté, siempre ha de realizar su femineidad, su
maternidad espiritual, su modo de ser persona..