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095-1
VALENTINA PAZ MOLINA SORIANO - 20.401.916-9
Se nos ha pedido analizar si, según nuestra opinión jurídica, son o no responsables de un
acto ilegal o arbitrario privativo de DD.FF. las señoritas Claudia Poblete Rojas e Isavo
Carolina José Manríquez Pardo conforme a los hechos descritos en el fallo de la Corte
Suprema ROL 157732-2022, sometiendo los antecedentes a nuestra opinión jurídica.
El artículo 20 CPR enuncia: El que por causa de actos u omisiones arbitrarios o ilegales
sufra privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías
establecidos en el artículo 19, números 1º, 2º, 3º inciso quinto, 4º, 5º, 6º, 9º inciso final, 11º ,
12º , 13º, 15º, 16º en lo relativo a la libertad de trabajo y al derecho a su libre elección y libre
contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto, 19º, 21º, 22º, 23º, 24 ° , y 25º podrá
ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre, a la Corte de Apelaciones respectiva, la que
adoptará de inmediato las providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio
del derecho y asegurar la debida protección del afectado, sin perjuicio de los demás
derechos que pueda hacer valer ante la autoridad o los tribunales correspondientes.
En consecuencia, son requisitos para la pertinencia del recurso la existencia de una acción
u omisión contraria a derecho que implique la vulneración o amenaza de uno de los
derechos resguardados. Por lo tanto, debe ser posible identificar y delimitar de forma clara
la acción u omisión que genera la violación a la garantía. Es indispensable en esta acción
identificar entonces:
1. Cuál es la acción que ha perturbado el derecho
2. Quién la ha cometido
III. Paralelo entre los hechos de la causa y los requisitos constitucionales para que proceda
el recurso.
Lo medular en el análisis de este caso es el considerando 6to que expuso la Corte Suprema
para ordenar la revocación del recurso, pues demuestra que ante la falta de uno de los
requisitos legales, este se vuelve completamente improcedente, y será por ende el
argumento jurídico que analizaremos. En efecto la Corte arguye que el recurso debe ser
rechazado debido a la imposibilidad de atribuir a las recurridas los hechos en cuestión, dado
que si bien pueden haberse declarado autoras de la funa, el acto que en efecto lesiona los
derechos fundamentales del recurrente (o sea, el punto 1) es la publicación del texto y que
ese es, por ende, el “acto u omisión” descrito en el artículo 20 de la Constitución. O sea, que
es solo el acto de publicar la funa el que es ilegal, y no la redacción de la misma, y
conforme a ese razonamiento solo podría responsabilizarse a las recurridas (el punto 2) si
se probara que ellas publicaron, difundieron o hicieron viral el contenido en cuestión, y los
hechos de la causa no permiten probar eso.
Nos parece que este argumento es correcto pues es importante ver como personal la
responsabilidad por los actos ilegales o arbitrarios, y siendo que esa responsabilidad es
intransferible, lo correcto es que no se falle contra las autoras de la funa dado que el acto de
redactarla no afecta la honra del recurrente, ella solo se ha visto pasada a llevar por la
persona anónima que viralizó el testimonio, atendiendo al inseparable carácter público que
tiene la honra en cuanto derecho.