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La materia viva está formada esquemáticamente por organismos autótrofos, capaces de

obtener por sí mismos su alimentación, como las plantas. También la conforman organismos
heterótrofos, los cuales se alimentan de otros seres vivos, como los animales.

Un tercer grupo lo forman los organismos mixotróficos, que pueden tener características de
ambos tipos anteriores

La materia viva tiene un conjunto de características que le son propias


Movimiento

La materia viva, en general, tiene la capacidad de desplazarse utilizando diferentes formas de


locomoción, comenzando con las especies menos desarrolladas, tales como las bacterias, las
cuales se desplazan usando mecanismos de locomoción basados en sus flagelos.

Mientras, las especies más evolucionadas, como los vertebrados, pueden utilizar diversas
formas de locomoción. Estas dependen del medio ambiente en que se desplazan, ya sea
acuático, aéreo o terrestre.

La materia viva, en general, tiene la capacidad de desplazarse utilizando diferentes formas de


locomoción, comenzando con las especies menos desarrolladas, tales como las bacterias, las
cuales se desplazan usando mecanismos de locomoción basados en sus flagelos.

Mientras, las especies más evolucionadas, como los vertebrados, pueden utilizar diversas
formas de locomoción. Estas dependen del medio ambiente en que se desplazan, ya sea
acuático, aéreo o terrestre.

Las plantas parecen ser una excepción, ya que no se observa movimiento en ellas. Sin
embargo, en el interior de las plantas hay un conjunto de movimientos que no son
perceptibles desde el exterior, tales como la absorción de nutrientes, la respiración, el
movimiento de la salvia, etc.
Sensibilidad

La materia viva está inmersa en un medio ambiente cambiante, en el cual se producen


cambios de la temperatura, de la intensidad de la luz, del pH, de la composición química. Por
lo tanto, es capaz de detectar estos cambios y dar una respuesta que permita una adaptación a
las nuevas condiciones existentes.

Respiración

La materia viva desarrolla mecanismos que le permite la captación de oxígeno, el cual


necesita para la generación de energía. Asimismo, necesita de mecanismos para expulsar el
gas dióxido de carbono producido.

En los animales, esta función es cumplida por los sistemas respiratorio y circulatorio, en
donde juegan un papel central los pulmones.

Crecimiento
La materia viva es capaz de experimentar un aumento en su tamaño y masa que puede ser
más notorio en ciertos períodos de la vida de los animales, como la infancia. Los diferentes
tejidos que forman al organismo incorporan nutrientes que le permiten su funcionamiento y
aumento de masa.

Reproducción

Esta característica puede tener diferentes modalidades, dependiendo del grado de


complejidad y evolución de las especies. Pero en todas las especies tiene como finalidad
transmitir la información genética a la descendencia, lo cual permite su supervivencia e
impide que la especie se extinga.

Las bacterias se reproducen por esporas o gemación y por fisión binaria. Mientras, las
especies más evolucionadas pueden reproducirse en forma asexual o sexual, utilizándose en
esta última la generación de gametos masculinos y femeninos, aportados por los padres

Excreción

La materia viva durante el procesamiento de la materia prima que interioriza (metabolismo),


puede producir sustancias que le son tóxicas y por lo tanto deben excretarse. En los
mamíferos, esta función se cumple por los pulmones y los riñones

Nutrición

La materia viva necesita para el cumplimiento de sus diversas funciones producir o ingerir las
sustancias que requiere para su subsistencia.

Hay especies que son capaces de producir sus requerimientos metabólicos, por ejemplo, las
plantas (autótrofos). Otras formas de la materia no son capaces de producir sus
requerimientos nutricionales y lo adquieren al consumir otras especies (heterótrofos).

Concentración de elementos

La materia vive es capaz de concentrar en ellas elementos de bajo peso atómico, tales como
el hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno, sodio, magnesio, calcio, fósforo, azufre, cloro,
potasio y yodo. Esto determina una carencia de uniformidad en la distribución de estos
elementos en la biosfera.

Evolución

La morfología o forma de la materia viva no es fija. Puede experimentar cambios que ocurren
durante millones de años, los cuales generan nuevas características morfológicas de los
organismos, producto de mutaciones o cambios que sufre el material genético.

Defina generación espontánea:


La Teoría de la generación espontánea fue el nombre que recibió la creencia de que ciertas
formas de vida animal y vegetal surgían de manera automática, espontánea, a partir de
la materia orgánica, la materia inorgánica o alguna combinación de ambas.

Aporte de los científicos que apoyan la generación espontánea:

El filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.) fue uno de los primeros estudiosos registrados
en articular la teoría de la generación espontánea, la noción de que la vida puede surgir de la
materia no viva. Aristóteles propuso que la vida surgió del material no vivo si el material
contenía neuma (“calor vital”). Como evidencia, señaló varias instancias de la aparición de
animales de ambientes previamente desprovistos de tales animales, como la aparición
aparentemente repentina de peces en un nuevo charco de agua. 1

Esta teoría persistió en el siglo XVII, cuando los científicos emprendieron experimentación
adicional para apoyarla o refutarla. Para entonces, los defensores de la teoría citaron cómo las
ranas simplemente parecen aparecer a lo largo de las orillas fangosas del río Nilo en Egipto
durante las inundaciones anuales. Otros observaron que los ratones simplemente aparecieron
entre los granos almacenados en graneros con techos de paja. Cuando el techo goteó y el
grano se moldeó, aparecieron ratones. Jan Baptista van Helmont, científico flamenco
del siglo XVII, propuso que los ratones pudieran surgir de trapos y granos de trigo dejados en
un recipiente abierto durante 3 semanas. En realidad, tales hábitats proporcionaban fuentes de
alimento ideales y refugio para que florecieran las poblaciones de ratones.

Sin embargo, uno de los contemporáneos de van Helmont, el médico italiano Francesco Redi
(1626—1697), realizó un experimento en 1668 que fue uno de los primeros en refutar la idea
de que los larvas de moscas se generan espontáneamente en la carne dejada al aire libre.
Predijo que evitar que las moscas tuvieran contacto directo con la carne también evitaría la
aparición de larvas. Redi dejó carne en cada uno de los seis contenedores. Dos estaban
abiertos al aire, dos estaban cubiertos con gasa, y dos estaban herméticamente sellados. Su
hipótesis fue apoyada cuando los larvas se desarrollaron en los frascos descubiertos, pero no
aparecieron larvas ni en los frascos cubiertos de gasa ni en los frascos herméticamente
sellados. Concluyó que los larvas sólo podían formarse cuando a las moscas se les permitía
poner huevos en la carne, y que los larvas eran descendencia de moscas, no producto de la
generación espontánea.

En 1745, John Needham (1713-1781) publicó un informe de sus propios experimentos, en el


que hervía brevemente el caldo infundido con materia vegetal o animal, con la esperanza de
matar a todos los microbios preexistentes. 2 Luego selló los matraces. Después de unos días,
Needham observó que el caldo se había vuelto turbio y una sola gota contenía numerosas
criaturas microscópicas. Argumentó que los nuevos microbios debieron haber surgido
espontáneamente. En realidad, sin embargo, probablemente no hirvió el caldo lo suficiente
como para matar a todos los microbios preexistentes.

Lazzaro Spallanzani (1729—1799) no estuvo de acuerdo con las conclusiones de Needham,


sin embargo, y realizó cientos de experimentos cuidadosamente ejecutados usando caldo
caliente. 3 Al igual que en el experimento de Needham, el caldo en frascos sellados y frascos
sin sellar se infundió con materia vegetal y animal. Los resultados de Spallanzani
contradijeron los hallazgos de Needham: Los matraces calentados pero sellados
permanecieron claros, sin signos de crecimiento espontáneo, a menos que los matraces se
abrieran posteriormente al aire. Esto sugirió que los microbios se introdujeron en estos
matraces desde el aire. En respuesta a los hallazgos de Spallanzani, Needham argumentó que
la vida se origina en una “fuerza vital” que fue destruida durante la ebullición prolongada de
Spallanzani. Cualquier sellado posterior de los matraces impidió entonces que entrara nueva
fuerza vital y provocara la generación espontánea.
Biogénesis definición y científicos que la apoyan
La biogénesis es el proceso fundamental de la producción de nuevos organismos vivos a
partir de otros ya existentes del mismo tipo. Conceptualmente, la biogénesis a veces se
atribuye al científico Louis Pasteur (1822-1895) y abarca la creencia de que los seres
vivos complejos provienen únicamente de otros seres vivos, mediante la reproducción. Es
decir, la vida no surge espontáneamente a partir de material inorgánico, que era lo que
sostenía la teoría de la generación espontánea.1 Pero basándonos en esta última, si la vida
alguna vez se originó de materia inorgánica, tuvo que aparecer en la forma de una célula
organizada, ya que la investigación científica ha establecido a la célula como la unidad más
simple y pequeña de vida independiente. Un ejemplo de la biogénesis puede ser: una araña
pone huevos de los que saldrán más arañas.
Proceso de formación de la tierra y sus formas disponibles
La Tierra se formó hace alrededor de 4550 millones de años, a partir del material
del que se constituyó el resto del sistema solar, que inicialmente era una nube
estelar de gases y polvo cósmico. La formación del planeta tardó entre 10 y 20
millones de años, a medida que su superficie se enfriaba y se acumulaba a su
alrededor la nube de gases que hoy es la atmósfera.

Eventualmente, a través de un largo período de actividad sísmica y posiblemente


debido al impacto constante de meteoros, la Tierra contó con los elementos
necesarios y las condiciones físicas indispensables para la aparición
del agua líquida.

Gracias a ello, el ciclo hidrológico pudo tener inicio, contribuyendo a enfriar el


planeta más rápidamente hasta niveles en que la vida pudo tener inicio. Con el
tiempo, la gran cantidad de agua líquida en la superficie otorgó a nuestro planeta su
tono azul al ser observado desde el espacio.

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