la primera causa de muerte por accidente de tráfico, bien por falta de descanso o por la somnolencia diurna que produce el “síndrome de apnea-hipoapnea del sueño”. Uno de cada tres conductores ha sentido alguna vez sueño preocupante al volante. A partir de los 50 años se necesita dormir menos durante la noche, pero el sueño es más difícil controlarlo durante el día. LA FATIGA
La fatiga es el resultado final de muy variadas
circunstancias como sueño, exceso de trabajo, uso de medicamentos, estrés, cambios en los turnos laborales, etc. El sueño se encuentra entre las cinco primeras causas de accidentes con víctimas. La fatiga aumenta con comida pesada, ropa inadecuada, calor excesivo y luz de las horas centrales del día, gran número de horas conduciendo o trabajando, rutina al realizar muchas veces el mismo itinerario, monotonía de las grandes rectas… EL STRESS Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), el estrés es “la tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves”. Para muchos expertos, se trata de la gran enfermedad del siglo XXI y de una pandemia silenciosa que afecta a millones de personas. ¿QUÉ FACTORES GENERAN ESTRÉS CUANDO CONDUCIMOS? Si nos ceñimos a las condiciones del tráfico y de la circulación (atascos, mal estado de la calzada, falta de plazas de aparcamiento, etc.), la DGT recuerda que, por sí solas, son una fuente de estrés. Pero, además, existen otros factores que lo provocan a la hora de conducir: Las maniobras peligrosas o un incidente en el tráfico pueden desencadenar reacciones de defensa, hostilidad, tensión, agresividad o ansiedad. Querer llegar antes al destino, sumado a las frecuentes congestiones de tráfico, suele generar estrés y un comportamiento hostil. LA VISIÓN ¿Sabía que el 90% de la información que necesitamos para conducir la recibimos a través de nuestra vista? Mientras se conduce la visión es esencial ya que se ve obligada a adaptarse rápidamente a un entorno que por la velocidad cambia más rápido que en condiciones normales (andando, corriendo). Si a esta situación se le añade algún problema ocular, el resultado es el descenso en la seguridad del automovilista. Sin embargo aún hoy un automovilista de cada 3 podría ver mejor pero lo ignora, así como uno de cada 20 ve muy mal y también lo ignora. Al contrario de lo que se puede pensar, para conducir, se requiere más una visión de calidad que de cantidad, es decir debe existir un equilibrio entre los distintos campos de la visión y la cantidad por la agudeza visual. Es esencial que la agudeza visual sea la mejor posible, es decir que no exista ningún problema oftalmológico, ya que el tiempo de reacción desde que se detecta el objeto debe ser el menor posible. MUCHAS GRACIAS