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Síndrome constitucional
El síndrome constitucional se define por la presencia de astenia, adelgazamiento involuntario y anorexia;
por ello se conoce como el «síndrome de las tres A».

1.1. Componentes del síndrome constitucional


A continuación, abordaremos cada uno de los elementos incluidos en la definición del síndrome constitucional:

A. ASTENIA
Hace referencia a un estado de cansancio y debilidad carac-
terizado por la sensación de falta de energía, incluso en repo-
so, que dificulta la realización de las actividades habituales.
Hasta un 25 % de los pacientes que asisten a la consulta de
medicina general refieren padecerla.

B. ADELGAZAMIENTO INVOLUNTARIO
Se define como la pérdida de peso de un individuo sin que
este tome medidas dietéticas, de incremento de la actividad
física, etc., para que se produzca. Podemos considerarla signi-
ficativa en un adulto cuando supone:
• Una reducción del peso corporal superior al 2 % en un
mes.
• Una reducción del peso corporal superior al 5 % en me-
nos de tres meses.
• Una reducción del peso corporal superior al 10 % en seis
meses.
Estos valores se aplican igual a individuos que parten de una
situación inicial de normopeso que a aquellos que parten de
una condición corporal de sobrepeso u obesidad, aunque pue-
de ser necesario adaptarlos según la edad del paciente (niños
o pacientes geriátricos) y su situación clínica previa.
Cuando el adelgazamiento lleva al paciente a un IMC < 20 en menores de 65 años, o de < 22 en mayores de
65, decimos que existe una situación de caquexia, que supone un factor pronóstico negativo para la recupe-
ración del individuo independientemente de la patología de base.
La caquexia adquiere una relevancia especial en los procesos cancerígenos, por lo que la estudiaremos con
mayor profundidad en el epígrafe correspondiente.

C. ANOREXIA
Es la pérdida del apetito. Se acompaña de una reducción de la ingesta de alimentos que conduce al adelga-
zamiento del individuo.

1.2. Etiología del síndrome constitucional


Puede deberse a alteraciones de tipo orgánico (debidas principalmente a lesiones estructurales de los tejidos),
funcional o incluso idiopático (de origen desconocido). Podemos agrupar las principales patologías que pueden
cursar con síndrome constitucional en tres grandes grupos:
• Trastornos mentales: destacamos los cuadros de depresión profunda y la demencia.
• Neoplasias: suponen aproximadamente el 25 % de los casos; en la mayoría de ellos el tumor se localiza en el
aparato digestivo (páncreas, estómago, etc.) o tiene un origen hematológico (linfoma, mieloma múltiple, etc.).
• Patologías orgánicas no neoplásicas: se trata de patologías crónicas cuya evolución ha provocado una
situación de máximo deterioro del paciente. Podemos citar como ejemplos algunas enfermedades gas-
trointestinales —como la pancreatitis crónica o la cirrosis hepática—, procesos infecciosos como el SIDA
o enfermedades cardiorrespiratorias como la insuficiencia cardiaca o la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC).
En los epígrafes 2 y 3 de esta unidad, estudiaremos los mecanismos que intervienen en el desarrollo del
síndrome constitucional en el contexto del síndrome de inmunodeficiencia adquirida y de la enfermedad
neoplásica.

1.3. Aproximación diagnóstica


En muchas ocasiones las manifestaciones propias de un
síndrome constitucional se acompañan de otros síntomas
y signos más específicos que permiten dirigir el diagnós-
tico hacia una patología de origen concreto. Otras veces,
en cambio, supondrán en sí mismas la causa del contacto
con el entorno sanitario sin que se evidencien otras seña-
les más concretas. En este segundo caso resulta funda-
mental realizar un estudio completo que permita llegar a
un diagnóstico definitivo que posibilite la instauración de
un tratamiento adecuado para la patología responsable.
Aunque a día de hoy no existe una guía clínica consen-
suada que establezca las pruebas a realizar en este tipo
de pacientes, sí se están planteando diversos protocolos
que incluyen, como mínimo:
• Una anamnesis y una exploración física completas.
• Pruebas analíticas que permitan valorar el estado
general del paciente, el normal funcionamiento del
organismo y que descarten la presencia de enferme-
dades de origen infeccioso como el VIH.
• Radiografía de tórax y ecografía abdominal: su ob-
jetivo es normalmente comprobar si existen alteracio-
nes compatibles con lesiones tumorales.
Según los resultados obtenidos de dichas pruebas podrán
realizarse nuevos estudios.

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