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2023-2
En los ciclos biogeoquímicos intervienen tanto las distintas formas de vida (vegetal,
animal, microscópica, etc.), como elementos y compuestos naturales inorgánicos
(lluvias, vientos, etc.). Se trata de un perpetuo desplazamiento de materia de un
lugar a otro, que permite el reciclaje de los nutrientes disponibles en la biósfera.
El ciclo del oxígeno es un ciclo biogeoquímico que consiste en el paso del oxígeno
en diversas formas a través de la atmósfera (aire), la litosfera (corteza terrestre) y
la biosfera (suma de los ecosistemas). Al igual que el ciclo del carbono y el ciclo del
nitrógeno, es un ciclo gaseoso. Esto significa que el oxígeno está depositado
principalmente en la atmósfera y no en la corteza terrestre, y es utilizado
directamente desde ella, sin estar combinado con algún otro elemento.
Las algas en los océanos y las plantas verdes de la tierra absorben el dióxido de
carbono y lo usan durante la fotosíntesis para sintetizar proteínas y conseguir la
glucosa que necesitan para vivir. De nuevo, como resultado de la fotosíntesis, las
plantas liberan el oxígeno al aire. Así se completa el ciclo del oxígeno.
El ciclo del fósforo o ciclo fosfórico es el circuito que describe el movimiento de este
elemento químico dentro de un ecosistema determinado. El fósforo (P) es un
elemento no metálico, multivalente y sumamente reactivo. Se encuentra en la
naturaleza en diversos sedimentos rocosos inorgánicos y en el cuerpo de los seres
vivientes, en los que forma parte vital aunque a baja escala.
Fijación en las plantas y transmisión a los animales. Las plantas absorben el fósforo
de los suelos y lo fijan en su organismo, tanto en el caso de las plantas terrestres,
como de las algas y el fitoplancton que lo absorbe de las aguas marinas. A partir de
allí es transmitido a los animales que se alimentan de las plantas, en cuyos cuerpos
también es almacenado, y del mismo modo a los depredadores de dichos animales
herbívoros y a sus depredadores, repartiéndose a lo largo de la cadena trófica.
Retorno al suelo por descomposición. Las excreciones de los animales son ricas en
compuestos orgánicos que, al ser descompuestos por las bacterias y otros
organismos del reciclaje natural, retornan a ser fosfatos aprovechables por las
plantas, o transmisibles al suelo. Lo mismo ocurre cuando los animales mueren y
se descomponen, o cuando la carroña dejada de la cacería es descompuesta. En
todos estos casos, los fosfatos retornan al suelo para ser aprovechados por las
plantas o para continuar escurriéndose en ríos y lluvias hacia el mar.
Retorno al suelo por sedimentación. Otra vía de retorno del fósforo del cuerpo de
los animales hacia la tierra, (donde vuelve a formar parte de minerales
sedimentarios) es mucho más larga que la permitida por acción de los animales, y
tiene que ver con la fosilización de sus restos orgánicos y el desplazamiento
tectónico de las reservas de fósforo de origen orgánico hacia las profundidades de
la tierra. Pero tales levantamientos geológicos pueden demorar miles de años en
ocurrir.
Conclusión. –
La importancia de los ciclos biogeoquímicos viene dada por los beneficios que
reportan y por sus características:
En primer lugar, estos ciclos permiten la vida en la Tierra, manteniendo unas
condiciones óptimas. Esto significa que los ciclos biogeoquímicos regulan el clima,
la distribución de nutrientes...
También hacen posible los intercambios de materia entre seres vivos y el entorno
natural y el acceso a los elementos vitales (nutrientes) que necesitamos.
Los ciclos biogeoquímicos desempeñan un papel fundamental en la biosfera y son
de gran importancia para la vida en la Tierra. Algunas de las razones más
destacadas de su importancia son:
Reciclaje de nutrientes: los ciclos biogeoquímicos permiten el reciclaje continuo de
nutrientes y elementos esenciales para el desarrollo de los organismos. Sin estos
ciclos, los nutrientes se agotarían rápidamente en el ambiente y la vida no sería
posible.
Biodiversidad: los ciclos biogeoquímicos influyen en la diversidad de especies en
los ecosistemas. La disponibilidad de nutrientes condiciona el crecimiento y la
reproducción de diferentes organismos, lo que puede influir en la abundancia y
diversidad de especies presentes en un área determinada.
Regulación del clima: los ciclos biogeoquímicos influyen en la composición de gases
atmosféricos, como el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), que son
importantes para la regulación del clima global. Por ejemplo, el ciclo del carbono
regula las concentraciones de CO2 en la atmósfera, lo que afecta al efecto
invernadero y, por ende, el clima de la Tierra.
Depuración de ecosistemas: en algunos ciclos biogeoquímicos, como el del carbono
y nitrógeno, los organismos descomponedores, como bacterias y hongos, actúan
sobre la materia orgánica y restos biológicos, liberando nutrientes que pueden ser
reutilizados por otros organismos, cerrando así el ciclo y contribuyendo a mantener
la depuración de los ecosistemas.
Ahora que ya sabes qué son los ciclos biogeoquímicos, cuáles son y su importancia,
también te puede interesar leer este artículo sobre el Ciclo de Wilson: qué es y
etapas.
Fuentes de información. –
https://www.ecologiaverde.com/
https://www.geoenciclopedia.com/