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Respuesta a preguntas planteadas

Respuesta a la pregunta 1: Sontag (2008) asegura que fotografiar es un acto de poder

porque la persona que realiza la toma se «apodera» de aquello que se ha fotografiado (p. 16).

Esto es así porque se genera un punto dialéctico entre lo que se representa con la fotografía y el

propio ente representado (Derbez Campos, 2020, p. 34). Por ejemplo, tomar una fotografía de un

perro comiendo mucho alimento es un acto de poder al representarlo como un glotón, pero ello

no necesariamente es así. De la misma forma, fotografiar a alguien que llora genera una

«aprehensión» de ese ser a ese momento, lo limita al poder de ese instante. Es por ello que se

considera a la fotografía como un acto de poder.

Respuesta a la pregunta 2: la fotografía es una interpretación del mundo, al igual que las

pinturas, porque lo que se captura es lo que el fotógrafo ve, lo que desea plasmar, no es en sí el

mundo real (Sánchez, 2008, p. 174). Por ejemplo, tomar una fotografía de un tren pasando justo

antes de detenerse es una interpretación de la relación del movimiento y la pasividad, pero no es

el mundo real en sí. De la misma manera, la fotografía es una interpretación del mundo, como lo

son los dibujos, porque es capaz de alterar la realidad con la correcta escogencia de lo que se

traza en el papel. Un ejemplo de ello sería una fotografía del horizonte dividido por el cielo y el

mar, donde lo representado no será necesariamente una visual de la realidad (no es un mundo

infinito, como se podría apreciar).

Respuesta a la pregunta 3: Sontag (2008) destaca que fotografiar es una especie de

válvula de escape cuando las personas no saben cómo reaccionar ante una circunstancia, así que

rechaza la experiencia y la suplanta por el acto fotográfico (p. 24). Lo que esto quiere decir es

que la fotografía puede ayudar al fotógrafo a expresar su admiración o su agrado (entre otros

sentimientos) por algo que no necesariamente comprende cuando lo ve. Por ejemplo, observar el
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volcán Pululahua desde uno de sus miradores puede ser una experiencia única, lo que, ante la

falta de una reacción clara por parte del fotógrafo, decide fotografiarlo. Algo similar ocurriría

con una fotografía de la luna tomada a través de un telescopio. La fotografía, en ese caso, atenúa

la ansiedad de la reacción ante lo infinito, lo majestuoso, lo desconocido.

Respuesta a la pregunta 4: lo que quiere decir Sontag es que la fotografía no es solo

tomar una foto, sino interesarse por aquello que se captura. Como explica Gámez (2011), la

observación activa permite que el fotógrafo sea parte de la realidad, la viva, comprenda la

importancia del momento y que, a partir de ello, decida darle continuidad a través del acto

fotográfico (p. 166). Por ejemplo, una persona que observa un deslave de una colina, decide

fotografiarlo porque, al ser un observador activo (estar en el lugar y vivir lo que ocurre) desea

darle continuidad a esa situación. De la misma forma, fotografiar el paso de un cometa en el

cielo nocturno implica «vivir» la experiencia de la búsqueda de los astros y los cometas, desde el

cual nace la necesidad de inmortalizar aquel acto en el que no todos participan y, aun así,

merecen observar.

Respuesta a la pregunta 5: la fotografía, como todo arte, comunica. Si hay algo que

comunicar, hay una postura política al respecto, así como una ideología detrás. Si el contexto

donde se desea publicar la fotografía es contrario a la política e ideología que le envuelve, la

fotografía, como arte comunicativo, puede no permitirse. Por ello, Sontag (2008) propone el

ejemplo de la guerra en Corea, donde al público de los Estados Unidos de América se le negó la

posibilidad de ver esas fotos que representaban el caos que generaba dicha guerra (p. 35), dado

que el espacio político e ideológico no acompañaba a tal fin. Dos ejemplos relacionados a esto

serían los siguientes: tomar una fotografía con fines burlescos de personas con sobrepeso (que

sería contraria a la política e ideología actual), y tomar otra donde dos hombres se besen de
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manera cariñosa (que, al contrario de la otra, sí iría en la línea de la tendencia política -ideológica

actual).

Respuesta a la pregunta 6: el efecto anestésico de las imágenes fotográficas ocurre,

como explica Ferrari (2014), por la recurrente exposición de las mismas, dado que las personas

se hacen menos sensibles al mensaje o efecto que estas pretenden comunicar o hacer sentir,

respectivamente (p. 5). Dos ejemplos al respecto serían los siguientes: (1) viajar al Vaticano y

sacar fotografías que capturan el momento vivido que, en ese entonces, fue maravilloso. Al ver

estas fotos nuevamente de forma reiterada, esa sensación de grandeza y asombro se reduce; (2)

obtener una última fotografía de una mascota antes de ser sacrificada por tener una enfermedad

terminal. Al inicio generará un efecto doloroso, pero este no será percibido de la misma manera

por personas que no vivieron el momento.

Respuesta a la pregunta 7: la relación que saca Sontag (2008) entre la fotografía y la

alegoría se relaciona con la manera de ver las cosas, dado que la imagen observada (fotografía,

sombras en la caverna) crea una manera de ver las cosas, pero no es la experiencia real en sí (p.

44). Por ejemplo, ver una fotografía sobre un parque de diversiones en París transforma la

experiencia vivida (de estar en el parque y disfrutarlo) a una mera contemplación. De igual

manera, sacar una fotografía de un jardín botánico transforma una experiencia general (de olores,

sabores, sensaciones al tacto...) en una observación estética del paisaje.

Respuesta a la pregunta 8: lo que quiere decir Sontag, y que es explicado por

Hernández (2019), es que la fotografía simula la realidad, pero no es la realidad, esto es, limita el

conocimiento de lo que es real y condicionará, por ende, la percepción de dicha realidad (p. 4).

Por ejemplo, una fotografía del centro histórico de Quito y enseñada a una persona del extranjero

representará una forma de interpretar lo que se vive y cómo se ve la ciudad, pero no será una fiel
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representación de sí misma. De la misma manera, obtener una fotografía de un militar recibiendo

un sándwich y un vaso de cola de una mujer en medio de una protesta como las de octubre del

2019 en el Ecuador no representará la dinámica conflictiva y de rebelión vivida esos días en la

nación. Es decir, la fotografía siempre será un juego entre la objetividad (la realidad) y la

subjetividad (el instante o trozo de esa realidad que se representa), y de ahí que simulacro de

conocimiento esté relacionado con los conceptos de objetividad y subjetividad.

Referencias bibliográficas

Derbez Campos, R. (2020). We are divided by imaginaries lines. La fotografía y los mapas en

Bering. Equilibrio y resistencia, de Lourdes Grobet. El ojo que piensa. Revista de cine

iberoamericano, 1(20), 33-47.

https://doi.org/https://doi.org/10.32870/elojoquepiensa.v0i20.320

Ferrari, M. L. (2014). Fronteras y reconocimiento: la búsqueda de la tierra sin mal. III Coloquio

internacional & Exposición Fronteras de/con el arte: experiencias sobre la imagen.

Buenos Aires: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.

http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/112698/Documento_completo.7130.pdf-

PDFA.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Gámez, M. (2011). Sobre la fotografía "Cuerpo binario" y su efecto de representación en una

marcha pública (Ciudad de México, 25 de junio de 2011). RBSE – Revista Brasileira de

Sociologia da Emoção, 15(43), 162-173.

Hernández, C. (2019). Estrella distante y los detectives salvajes de Roberto Bolaño: la fotografía

como evidencia, instrumento de poder y de conocimiento. Revista Laboratorio, 1(4), 1-

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Sánchez, H. (2008). El valor de la visualización fotográfica en Prensa: fotoperiodista y

ciudadano. En Visualización Fotográfica (pp. 174-185). Universidad de Sevilla.

Sontag, S. (2008). En la caverna de Platón. En Sobre la fotografía (pp. 13-44). Editorial

Alfaguara.

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