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Excretor
BACHILLERES:
Iacono Paola
Iacono Stephanie
Aranguibel Homer
Cegarra Everth
Dimichelangelo Darwin.
Estudiantes del 3er año de Enfermería.
UCS “Hugo Chávez Frías”
Introducción.
El aparato urinario debe orientarse por la historia clínica del paciente. Cuando
los pacientes acuden a nuestra consulta por la aparición de un trastorno
funcional que les ocasiona molestias como disuria, polaquiuria o la aparición de
un signo objetivo que alarme al paciente, como es la hematuria, estos y otros
signos nos indican una afectación del aparato urinario. En este capítulo nos
vamos a basar en las manifestaciones clínicas que podemos reconocer al
realizar la exploración física o el examen visual de la orina para hacer un
diagnóstico, y no vamos a tratar la interpretación y análisis de las pruebas de
laboratorio que nos ayudan al mismo como la bioquímica de orina, la
determinación de creatinina en sangre u orina o la determinación de los iones
en suero. En un paciente afectado por una lesión en el aparato urinario, aunque
debemos centrarnos en la exploración de la región lumbar, la vía urinaria y los
genitales, también debemos valorar la presencia de manifestaciones clínicas
sistémicas como son la presencia de edemas, hipertensión arterial (HTA) como
expresiones de lesión renal, o existencia de signos de insuficiencia renal.
¿Qué es el Sistema excretor ?
El sistema excretor o aparato excretor es el conjunto de órganos y conductos
del cuerpo encargados de la eliminación de los residuos nitrogenados, como la
urea, la creatinina y el ácido úrico, que son expulsados del organismo a través
de la orina. Es indispensable el correcto funcionamiento del aparato excretor,
porque la acumulación de desechos puede ser un riesgo para la salud.
Para ello este sistema se compone de órganos que filtran la sangre y retiran de
ella las sustancias indeseadas, y luego una serie de conductos que los
conducen hacia afuera del cuerpo.
Patologías.
Litiasis renal.
Es una enfermedad causada por la presencia de cálculos o piedras en el
interior de los riñones o de las vías urinarias (uréteres o vejiga). También se la
denomina urolitiasis o nefrolitiasis. Una piedra o un cálculo puede ser tan
pequeña como un grano de arena o tan grande como una perla.
Etiología.
son depósitos duros hechos de minerales y sales que se forman dentro de los
riñones. La dieta, el exceso de peso corporal, algunas afecciones médicas y
ciertos suplementos y medicamentos se encuentran entre las muchas causas
de los cálculos renales.
Fisiopatología.
La formación de cálculos es un proceso de varios pasos que comprende la
saturación de la orina con solutos urinarios, la carencia de sustancias
inhibidoras y la estasis urinaria. Para que se desarrolle un cálculo, las sales
disueltas deben saturar la orina y condensarse en una fase sólida.
Signos y síntomas.
Dolor extremo en la espalda o un costado que no desaparece.
Sangre en la orina.
Fiebre y escalofríos.
Vómitos.
Orina con mal olor o con apariencia turbia.
Sensación de ardor al orinar.
Glomerulonefritis.
es una inflamación de los filtros pequeños de los riñones (glomérulos). El
exceso de líquido y los desechos que los glomérulos extraen del torrente
sanguíneo se eliminan del cuerpo a través de la orina. La glomerulonefritis
puede aparecer de repente (aguda) o progresivamente (crónica).
Etiología.
A veces, la enfermedad es hereditaria y otras veces se
desconoce la causa. Los factores que pueden llevar a la
inflamación de los glomérulos incluyen las siguientes
afecciones:
Infecciones
Fisiopatología.
es un trastorno de los glomérulos (conjunto de vasos sanguíneos
microscópicos en los riñones, con pequeños poros a través de los cuales se
filtra la sangre). Se caracteriza por la hinchazón de los tejidos corporales
(edema), hipertensión arterial y presencia de glóbulos rojos en la orina.
Signos y síntomas.
Orina roja por hematuria o bien de color marrón oscuro.
Disminución en la formación de orina.
Incremento en el esfuerzo respiratorio.
Cefalea, Hipertensión, Cansancio.
Palidez de piel y mucosas.
Edema.
Uretritis.
es la infección de la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga
hacia el exterior del cuerpo. Las bacterias, incluidas las de transmisión sexual,
son la causa más frecuente de uretritis.
Etiología.
La uretritis puede estar causada por bacterias, hongos o virus (por ejemplo,
el virus del herpes simple).
Las infecciones de transmisión sexual, una causa frecuente de uretritis.
Microorganismos de transmisión sexual (como la Neisseria gonorrhoeae, que
produce la gonorrea) pueden extenderse hacia la uretra durante el acto
sexual con una pareja infectada. La Chlamydia y el virus del herpes simple
también se transmiten habitualmente por vía sexual y pueden producir
uretritis.
El microorganismo de la gonorrea es el que causa más frecuentemente
uretritis en los hombres. Este microorganismo puede infectar la uretra de las
mujeres, aunque son la vagina, el cuello uterino, el útero, los ovarios y las
trompas de Falopio los que tienen mayor probabilidad de ser
infectados. Trichomonas, un tipo de parásito microscópico, también produce
uretritis en los hombres. La uretritis también puede ser causada por otras
bacterias que suelen causar infecciones de las vías urinarias,
como Escherichia coli.
Fisiopatología.
es la inflamación (irritación) del recubrimiento de la uretra (el conducto que
transporta la orina hacia el exterior del cuerpo). La uretritis puede ser un signo
de una infección de transmisión sexual (ITS). Las infecciones de la uretra
incluyen clamidia y gonorrea.
Signos y síntomas.
Tanto en hombres como en mujeres la micción suele ser dolorosa y la
necesidad de orinar se vuelve más frecuente y urgente. A veces no aparecen
síntomas. En los hombres, cuando la causa es gonorrea o clamidia, suele
existir secreción por la uretra, que por lo general es de color verde amarillento
y espesa cuando está implicado el gonococo, y puede ser de color claro y
menos espesa cuando los causantes son otros microorganismos. En las
mujeres, la secreción es menos frecuente.
Otros trastornos que causan dolor al orinar incluyen la infección de la vejiga y
la vaginitis (inflamación de la vagina).
Pielonefritis.
es una infección urinaria se define como la presencia de gérmenes en la orina.
Habitualmente son bacterias (bacteriana) y excepcionalmente, hongos
(micótica) o virus (vírica).
Etiología.
se produce porque los microorganismos presentes en el ano o en la vagina se
propagan a la uretra, vejiga o uréter y ascienden hasta el riñón. La bacteria
Escherichia coli -responsable de la cistitis- suele ser el agente infeccioso
implicado en la mayoría de los casos.
Fisiopatología.
obedece a múltiples condiciones que resultan en la falta de flujo adecuado de
orina a través del sistema urinario favoreciendo el sobre crecimiento bacteriano
Signos y síntomas.
Hay situaciones en las que la predisposición es más importante:
Diabetes: El número de infecciones es más elevado en las mujeres
diabéticas, pero no en los hombres. Sin embargo, cuando un diabético
tiene infección suele ser más agresiva.
Embarazo: incluye un riesgo mayor de bacteriuria asintomática que, si
no se trata, puede provocar pielonefritis en el último trimestre. Es
necesario hacer controles de orina mediante cultivo y tratar la bacteriuria
si se produce.
Infección en niños y reflujo vésico-renal: los menores de 2 años con
infección urinaria asocian reflujo vésico-renal en la mitad de los casos. El
riesgo de aparición de lesiones renales se asocia a reflujo como factor
más importante y es mayor en los menores de 5 años.
Litiasis infecciosa: los cálculos de Estruvita son consecuencia de
infección. La infección no desaparecerá mientras los cálculos no se
eliminen.
Obstrucción: el factor de riesgo más importante. Permite un mayor
crecimiento y penetración intrarenal de los gérmenes y es decisivo en la
destrucción renal.
Insuficiencia renal.
ocurre cuando los riñones pierden de repente la capacidad de filtrar los
desechos de la sangre. Cuando los riñones pierden la capacidad de filtración,
pueden acumularse niveles nocivos de deshechos, y puede desequilibrarse la
composición química de la sangre.
Etiología.
La diabetes y la presión arterial alta son las causas más comunes de la
enfermedad de los riñones. Su médico buscará en su historia médica y es
posible que desee realizar pruebas para indagar por qué tiene la enfermedad
de los riñones.
Fisiopatología.
se describe en un principio como una disminución de la reserva renal o una
falla renal, que puede progresar a insuficiencia renal (enfermedad renal
terminal).
Signos y síntomas.
Fatiga
Desorientación
Náuseas
Debilidad
Pruebas complementarias.
Los médicos a veces necesitan efectuar pruebas o procedimientos para
diagnosticar un trastorno renal o de las vías urinarias.
Una vez finalizada la exploración física, a menudo necesitan analizar una
muestra de orina. Si los médicos sospechan la presencia de una infección,
también pueden pedir al laboratorio que realice un cultivo de microorganismos
de la muestra de orina.
Si sospechan bloqueo (obstrucción) o una anomalía de los órganos internos
de las vías urinarias, los médicos, generalmente, tienen que hacer pruebas
de diagnóstico por la imagen.
Para determinar si los riñones están filtrando correctamente los productos de
desecho de la sangre, suelen hacer pruebas con muestras de sangre y orina
(pruebas de funcionalidad renal).
A veces los médicos necesitan observar el interior de la vejiga (cistoscopia) o
bien examinar una muestra de células procedentes de la orina, el riñón o la
próstata (biopsia).
Peso.
En la valoración del sistema renal es fundamental que enfermería valore el
peso puesto que es el indicador más exacto de la pérdida o acumulación de
líquidos en un paciente gravemente enfermo. Este debe medirse y registrarse
todos los días.
. Dolor.
Otro aspecto a tener en cuenta por parte de la enfermera en la valoración del
Sistema Renal es el dolor; aunque hay que destacar que con frecuencia las
enfermedades renales no van acompañadas de dolor y son diagnosticadas
porque el paciente refiere otras manifestaciones, por ejemplo, edema de los
pies, falta de aire o cambios en la eliminación urinaria. El dolor depende de la
distensión repentina de la cápsula renal, y su intensidad se relaciona con la
velocidad de aparición de tal distensión.
El dolor renal se siente como una molestia sorda en el ángulo costovertebral, o
sea, en el área que forman el borde de la caja torácica y la columna vertebral, y
suele irradiarse al ombligo. El dolor ureteral se siente en la espalda y se irradia
al abdomen.
El dolor vesical (que es abdominal inferior o del área suprapúbica) puede
deberse a distensión o infecciones vesicales.
Cabe hacer notar que debido a la relación anatómica del riñón derecho con el
colon, duodeno, cabeza del páncreas, colédoco, hígado y vesícula biliar suele
causar molestias gastrointestinales. Por su parte, la proximidad del riñón
izquierdo con el colon (ángulo esplénico), estómago, páncreas y bazo también
puede dar como resultado manifestaciones intestinales. Entre éstos suelen
incluirse náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal e íleo paralítico.
Enfermedades previas.
Hay que valorar si existen enfermedades previas como pueden ser:
- Diabetes.
- Hipertensión.
- Enfermedades venéreas.
Medicación.
La medicación que el paciente esté tomando, es otro aspecto que hay que
tener en cuenta en la valoración, puesto que, gran parte de los medicamentos
se eliminan por vía renal.
Traumatismos.
Es importante valorar la existencia de traumatismos a nivel de la pelvis, así
como si hay afectación de la vejiga.
Auscultación.
Tras el reconocimiento, el abdomen se ausculta antes de la palpación ligera y
profunda, ya que estas últimas maniobras alteran el peristaltismo normal. Debe
colocarse el estetoscopio contra la piel del abdomen y escuchar los sonidos del
intestino, teniendo en cuenta su presencia, frecuencia y naturaleza.
Percusión.
Los riñones se percuten por detrás para comprobar si existe dolor. El sujeto
puede permanecer sentado o de pie. Se puede aplicar la percusión directa o la
indirecta, golpeando firmemente la espalda del sujeto con la superficie cubital
del puño parcialmente cerrado, a lo largo de los ángulos costovertebrales. La
percusión normal no es dolorosa. Si los riñones están inflamados, será fácil que
se desencadene dolor durante la percusión
Palpación.
Situándose de pie junto al costado del paciente, se inicia una palpación ligera
con las manos, mientras se le ofrece al paciente una explicación detallada.
La palpación ligera, se emplea para detectar áreas de dolor a la presión y de
resistencia muscular. Una masa o una infección urinaria significativas que
producen dolor a la presión pueden originar resistencia al efectuar palpación
ligera. La palpación profunda, se emplea para delinear los órganos
abdominales y para detectar masas poco aparentes. Se debe emplear la palma
de la mano para presionar profunda y suavemente dentro de la pared
abdominal. Cualquier masa que produzca resistencia muscular se evalúa en
relación con tamaño, forma, consistencia y magnitud de dolor a la presión
provocada por palpación.
Los riñones se valoran en relación con dolor a la presión y masas, al igual que
los órganos adyacentes: el hígado, el bazo y la vesícula biliar. Con el fin de
evaluar los riñones, se le pide al paciente que se siente. Se coloca la palma de
la mano derecha sobre el ángulo costovertebral izquierdo. Se golpea la propia
mano ligeramente con el puño de la mano izquierda. El paciente debe percibir
este ligero golpe como un choque seco, más que como dolor agudo a la
presión. La acción se repite sobre el ángulo costovertebral derecho.
La palpación de los riñones sólo aporta datos fiables en el paciente adulto
relativamente delgado. Se le debe pedir al paciente que adopte una posición
supina. Desde el lado derecho del paciente, se desplaza la mano izquierda
hasta alcanzar su costado izquierdo para palpar el riñón izquierdo. Se le debe
indicar al paciente que inspire profundamente, elevando el costado izquierdo.
Se debe palpar profundamente para localizar el riñón. Un procedimiento
alternativo, consiste en, capturar el riñón indicándole al paciente que inspire y
espire profundamente en el curso de la palpación profunda. De pie junto al lado
izquierdo del paciente se coloca la mano izquierda sobre el costado de la
derecha sobre el margen costal. Se le pide al paciente que inspire
profundamente y espire despacio; el riñón, al descender, se sentirá entre los
dedos. A menudo, el riñón derecho se palpa más fácilmente que el izquierdo.
De pie junto al lado derecho del paciente se sitúa la mano izquierda bajo el
costado derecho. La mano derecha se coloca bajo el margen costal derecho.
De nuevo, se le indica al paciente que inspire profundamente y exhale
despacio. Puede sentirse el riñón deslizándose entre los dedos. Un riñón
normal es firme, no blando y suave. Sólo se puede palpar el polo inferior; si
existen hidronefrosis o masas, es probable que alteren el tamaño y el dolor a la
presión. Puede no ser posible palpar los riñones por causa del tamaño del
paciente, de su hábito corporal y del dolor a la presión.
CUIDADOS DE ENFERMERÍA.
Los cuidados de enfermería en aquellas circunstancias en las que la
enfermera colabora y ayuda al médico en la exploración y en la recogida de
datos, son los siguientes:
• Ayuda en la exploración (7680):
- Asegurarse de que se ha obtenido el consentimiento, si procede.
- Explicar el motivo del procedimiento.
- Proporcionar información sobre la preparación sensorial, si procede.
- Utilizar un lenguaje adecuado al explicar los procedimientos a los niños.
- Asegurar la disponibilidad de equipos y medicamentos de urgencia antes del
procedimiento.
- Reunir el equipo correspondiente.
- Mantener fuera de la vista el equipo que infunda temor inquietante, si es
posible.
- Crear un ambiente de intimidad.
- Dejar permanecer junto al paciente al padre/ser querido, sí procede.
- Colocar en la posición adecuada y tapar al paciente, sí es el caso.
- Sujetar al paciente, si es necesario.
- Explicar la razón de la sujeción, cuando corresponda.
• Colaboración con el médico (7710):
- Establecer una relación de trabajo profesional con el personal médico.
- Participar en la orientación del personal médico.
- Ayudar a los médicos a aprender las rutinas de la unidad de cuidados del
paciente.
- Participar en programas educativos para el personal médico.
- Alentar una comunicación abierta directa entre médicos y cuidadores.
- Dirigir a los médicos y residentes en las rutinas no conocidas.
- Advertir a los médicos sobre los cambios de los procedimientos programados.
- Discutir las inquietudes de cuidados del paciente o las cuestiones
relacionadas con la práctica directamente con los médicos implicados.
- Ayudar al paciente a expresar sus inquietudes al médico. Informar de los
cambios en el estado del paciente, si procede.
- Informar acerca de variaciones de la práctica médica dentro del sistema de
garantía de calidad o de manejo de riesgos, si procede.
Pruebas Diagnósticas.
Para determinar las patologías del sistema renal se realizan diversas pruebas
de diagnóstico, entre las que se incluyen:
Análisis de orina.
Enfermería informará al paciente que debe hacerse con la primera muestra
recogida por la mañana porque tiene una mayor concentración y un pH más
ácido que las muestras recogidas más tarde.
Análisis de sangre.
Los parámetros que se van a valorar son: urea, creatinina y ácido úrico ya que,
estos pueden aumentar en caso de insuficiencia renal. Deberemos valorar las
proteínas, puesto que en enfermedades renales disminuyen su concentración
en sangre. Otro parámetro a valorar son los electrolitos.
Cuidados de enfermería.
Los cuidados de enfermería en el análisis de sangre son los siguientes:
Diuréticos Tiazídicos.
Clorotiazida
Hidroclorotiazida
MetiClotiazida
Politiazida
Diuréticos ahorradores de K
Espironolactona
Amilorida
Triamtereno
Eplerenona
Diuréticos Osmóticos
Manitol
Urea
Glicerina
Agonistas de la Hormona Antidiurética
Desmopresina
Lisina vasopresina
Vasopresina
Antagonistas de diuréticos
Conivaptán
Tolvaptán
Demeclociclina
Carbonato de Litio.
Agentes Uricosúricos
Probenecid.