Está en la página 1de 6

UNIDAD TEMATICA II

Clase Teórica II
La utilidad clínica de definir y clasificar los trastornos mentales. El padecimiento
mental como vivencia y el trastorno mental como construcción conceptual. El
diagnóstico como hipótesis. El diagnóstico y la indicación de tratamiento. Origen y
objetivo de los sistemas diagnósticos categoriales: comunicación entre expertos,
validez y utilidad clínica, un sistema descriptivo compartido por distintos modelos y
profesiones. Limitaciones y problemas de los sistemas diagnósticos categoriales.
Procesos transdiagnósticos. De los diagnósticos categoriales a la formulación o
conceptualización de casos.

Bibliografía:
-Echeburúa, E., Salaberría, K., & Cruz-Sáez, M. (2014). Aportaciones y
limitaciones del DSM-5 desde la Psicología Clínica. Terapia psicológica, 32(1), 65-
74.
-Hofmann, S. F. (2014). Hacia un sistema de clasificación cognitivo-conductual de
los trastornos mentales. Behavior Therapy.
://dx.doi.org/10.1016/j.beth.2014.03.001.

-American Psychiatric Association (2013). Introducción y Uso del manual. En


Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5) (pp.
5-18 y 19-24) .Washington: American Psychiatric Association.
-Organización Mundial de la Salud (1995). Prólogo e Introducción. En Clasificación
Internacional de las Enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento.
Descripciones clínicas y pautas para el diagnóstico (10ª ed., pp. 7-10, 21-23).
Ginebra:
Organización Mundial de la Salud.
-Gelder, M., Mayou, R., & Geddes, J. (2000/1999). Oxford Psiquiatría (Oxford Corf
Text) (cap. 3, pp. 45-52). Madrid: Marban.
-Hofmann, S. F., & Hayes, S. C. (2018). The history and current status of CBT as
an evidencebased therapy. [La historia y el estado actual de la TCC como una
terapia basada en la evidencia]. En Process-based CBT. The Science and Core
Clinical Competencies of Cognitive Behavioral Therapy, Hayes, S. C., & Hofmann,
S. F. (Eds.), capítulo 1 (pp. 7-21).Traducción: Cristina Tenreyro. Revisión técnica:
Eduardo Keegan.
-Keegan, E. & Rutsztein, G. (2003). "Justo y necesario: El consentimiento
informado en
psicoterapia". Perspectivas bioéticas, editada por FLACSO, Año 8, Número 15,
Primer semestre bis de 2003, pp. 55-60. Ediciones del Signo, Argentina.

GUÍA DE LECTURA
1) ¿A qué se denomina diagnóstico?
El diagnóstico se refiere a la identificación y clasificación de un trastorno o
enfermedad en una persona, basándose en la evaluación de los síntomas y la
comparación con criterios establecidos en manuales de diagnóstico y clasificación,
como el DSM-5 o la Clasificación Internacional de Enfermedades de la
Organización Mundial de la Salud.
Algunos de los autores relevantes citados en relación al diagnóstico son:
Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez (2014), quienes abordan las aportaciones y
limitaciones del DSM-5 desde la perspectiva de la psicología clínica.
Hofmann (2014), quien propone un sistema de clasificación cognitivo-conductual
de los trastornos mentales.
American Psychiatric Association (2013), que presenta el DSM-5 y su uso en la
práctica clínica.
Organización Mundial de la Salud (1995), que describe la Clasificación
Internacional de Enfermedades y su aplicación en el diagnóstico de trastornos
mentales.
Gelder, Mayou y Geddes (2000), autores que escriben sobre la psiquiatría y la
clasificación de los trastornos mentales.
Hofmann y Hayes (2018), quienes ofrecen una revisión de la historia y el estado
actual de la terapia cognitivo-conductual como una terapia basada en la evidencia.

2) ¿Por qué son útiles las clasificaciones diagnósticas?


Las clasificaciones diagnósticas son útiles porque proporcionan un marco
común y estandarizado para identificar, describir y categorizar los trastornos
mentales. Esto permite a los profesionales de la salud mental comunicarse con
precisión y eficacia sobre los síntomas y problemas que experimentan los
pacientes, así como tomar decisiones informadas sobre el tratamiento.
Por ejemplo, Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez (2014) señalan que el DSM-5,
una de las clasificaciones diagnósticas más utilizadas en la práctica clínica, ha
mejorado la precisión y validez diagnóstica de los trastornos mentales y ha
ayudado a establecer un lenguaje común en la investigación y práctica clínica.
Por su parte, Hofmann (2014) sostiene que una clasificación cognitivo-conductual
de los trastornos mentales podría proporcionar una mejor comprensión de los
procesos subyacentes que contribuyen a los trastornos mentales y, por lo tanto,
mejorar la eficacia del tratamiento.
La Organización Mundial de la Salud (1995) destaca que la clasificación de los
trastornos mentales es esencial para el diagnóstico, la investigación y la
planificación de la atención de la salud mental a nivel mundial.

3) ¿Qué es un trastorno mental


Un trastorno mental es un patrón de pensamientos, emociones y comportamientos
que causan malestar significativo y afectan el funcionamiento diario de una
persona. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos
mentales se caracterizan por la presencia de síntomas como la angustia, el
sufrimiento emocional, la disfunción en las relaciones interpersonales y en el
trabajo, así como la alteración del estado de ánimo, el pensamiento y la
percepción.
Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez (2014) señalan que el DSM-5 (Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5ª edición) es una
herramienta valiosa para la clasificación de los trastornos mentales, pero también
presenta limitaciones importantes, como la sobrevaloración de los síntomas y la
falta de atención a los factores contextuales y culturales que pueden influir en la
aparición y evolución de los trastornos.
Por su parte, Hofmann (2014) propone un sistema de clasificación cognitivo-
conductual de los trastornos mentales, basado en la evaluación de los procesos
cognitivos y conductuales específicos que están implicados en cada trastorno.
Hofmann y Hayes (2018) mencionan que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es
una de las terapias más eficaces para el tratamiento de los trastornos mentales, ya
que se centra en la identificación y modificación de los patrones de pensamiento y
comportamiento disfuncionales que mantienen los síntomas.

4) Trastorno mental: ¿hipótesis o verdad absoluta?


La pregunta plantea si el trastorno mental es una hipótesis o una verdad absoluta.
En este sentido, es importante destacar que el concepto de trastorno mental es
una construcción social y cultural que ha evolucionado a lo largo del tiempo. El
DSM-5 y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) son las dos
principales clasificaciones utilizadas actualmente para diagnosticar trastornos
mentales.
En relación con el DSM-5, Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez (2014) señalan
que, si bien tiene aportaciones importantes para la Psicología Clínica, también
tiene limitaciones. Por ejemplo, se ha criticado la falta de evidencia empírica para
algunos de los criterios diagnósticos y la falta de atención a factores contextuales
y culturales que pueden influir en la presentación de los síntomas. Asimismo, se
ha cuestionado la rigidez de los diagnósticos, que no permiten tener en cuenta la
variabilidad individual en la presentación de los síntomas.
Por su parte, Hofmann (2014) propone un sistema de clasificación cognitivo-
conductual de los trastornos mentales que tiene en cuenta tanto los síntomas
como los procesos cognitivos y conductuales subyacentes. Según Hofmann, esta
aproximación permite una mayor precisión en el diagnóstico y la selección de
tratamientos efectivos.
En cuanto a la CIE de la Organización Mundial de la Salud (1995), destaca la
importancia de tener en cuenta el contexto cultural en la evaluación y el
diagnóstico de los trastornos mentales. Además, señala que los trastornos
mentales son un constructo social que puede variar de una cultura a otra.

Por último, Hofmann y Hayes (2018) hacen referencia a la evolución histórica de la


terapia cognitivo-conductual (TCC) como una terapia basada en la evidencia para
el tratamiento de los trastornos mentales. Según los autores, la TCC se ha ido
adaptando a los nuevos conocimientos científicos y ha evolucionado hacia una
terapia más procesal y basada en la flexibilidad y la individualización de los
tratamientos.
En conclusión, el concepto de trastorno mental es una construcción social y
cultural que ha evolucionado a lo largo del tiempo. Si bien existen clasificaciones
diagnósticas como el DSM-5 y la CIE, estas tienen limitaciones y es importante
tener en cuenta el contexto cultural y los procesos cognitivos y conductuales
subyacentes en la evaluación y el tratamiento de los trastornos mentales.

5) ¿Cuál es la utilidad de realizar un diagnóstico para un tratamiento?


Realizar un diagnóstico es fundamental para establecer un tratamiento adecuado
en el ámbito de la psicología clínica. El diagnóstico permite identificar el trastorno
o patología que presenta el paciente, lo que proporciona información valiosa para
elegir la terapia más adecuada y personalizada para su situación particular.
En cuanto a los autores mencionados, Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez (2014)
afirman que el DSM-5 es una herramienta útil para la evaluación y diagnóstico de
los trastornos mentales, aunque también destacan algunas limitaciones, como la
falta de atención a los factores contextuales que influyen en la aparición y
mantenimiento de los trastornos.
Por su parte, Hofmann (2014) aboga por un sistema de clasificación basado en los
principios de la terapia cognitivo-conductual, que permita una mejor comprensión
de los mecanismos subyacentes a los trastornos mentales y oriente hacia
tratamientos más efectivos y personalizados.
En el ámbito de la terapia cognitivo-conductual, Hofmann y Hayes (2018) destacan
la importancia de la evaluación inicial y la elaboración de un diagnóstico preciso
para la implementación de una terapia basada en la evidencia y enfocada en los
procesos de cambio específicos del paciente.
En conclusión, realizar un diagnóstico preciso es esencial para establecer un
tratamiento adecuado y personalizado en el ámbito de la psicología clínica, y
diversos autores coinciden en la importancia de un sistema de clasificación que
permita una comprensión más profunda de los trastornos mentales y oriente hacia
terapias más efectivas y basadas en la evidencia
.
6) ¿Qué es un manual diagnóstico? ¿Cuáles son sus ventajas y cuáles sus
limitaciones?
Un manual diagnóstico es un conjunto de criterios y clasificaciones utilizados para
diagnosticar y categorizar trastornos mentales. Estos manuales son herramientas
importantes para los profesionales de la salud mental porque permiten una mayor
precisión y uniformidad en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales.
Una de las principales ventajas de los manuales diagnósticos es que proporcionan
un marco de referencia común y una terminología estandarizada para el
diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales. Esto facilita la comunicación
entre los profesionales de la salud mental y permite una mayor comparación entre
estudios y casos clínicos. Además, los manuales diagnósticos pueden ayudar a
garantizar que los pacientes reciban el tratamiento más efectivo para su trastorno
específico.
Sin embargo, los manuales diagnósticos también tienen algunas limitaciones. Uno
de los principales desafíos es que los trastornos mentales son complejos y
multifacéticos, y pueden presentarse de diferentes maneras en diferentes
pacientes. Además, algunos críticos argumentan que la clasificación de trastornos
mentales en los manuales diagnósticos puede llevar a una etiquetación excesiva y
estigmatización, lo que puede tener efectos negativos en los pacientes.
Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez (2014) señalan que el DSM-5 tiene algunas
aportaciones importantes, como la inclusión de nuevos trastornos y la eliminación
de algunos diagnósticos controvertidos del DSM-IV, pero también tiene
limitaciones, como la falta de atención a las diferencias culturales y la
sobrediagnóstico de algunos trastornos.
Por su parte, Hofmann (2014) propone un sistema de clasificación cognitivo-
conductual de los trastornos mentales que se basa en las características y
síntomas específicos de los trastornos, y no en su etiología o causa subyacente.
La Organización Mundial de la Salud (1995) presenta la Clasificación Internacional
de las Enfermedades (CIE-10) como un sistema de clasificación que se utiliza a
nivel mundial para el diagnóstico de trastornos mentales, y que se basa en una
descripción clínica de los síntomas y comportamientos asociados con cada
trastorno.
Hofmann y Hayes (2018) destacan la importancia de la terapia cognitivo-
conductual (TCC) como una terapia basada en la evidencia y efectiva para el
tratamiento de muchos trastornos mentales. También señalan la necesidad de
centrarse en procesos más que en diagnósticos específicos en la práctica clínica
de la TCC.

7) ¿Son las categorías diagnósticas información suficiente para planificar


un tratamiento psicológico? ¿Qué es la utilidad clínica?
No, las categorías diagnósticas por sí solas no son suficientes para planificar un
tratamiento psicológico, ya que el diagnóstico es solo el primer paso en la
evaluación y el tratamiento de los problemas psicológicos. La utilidad clínica se
refiere a la capacidad de la clasificación diagnóstica para guiar el tratamiento y la
atención del paciente, proporcionando información relevante sobre la naturaleza y
gravedad de los síntomas, las posibles causas y las intervenciones eficaces.

Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez (2014) señalan que el DSM-5 tiene algunas


limitaciones en cuanto a la precisión diagnóstica y la validez predictiva, lo que
limita su utilidad clínica. Hofmann (2014) sugiere que un sistema de clasificación
cognitivo-conductual podría ser más útil para guiar el tratamiento basado en la
teoría y las prácticas de la terapia cognitivo-conductual. La Organización Mundial
de la Salud (1995) destaca la importancia de considerar el contexto cultural y
social al aplicar las categorías diagnósticas y la necesidad de una evaluación
integral para guiar el tratamiento.

Hofmann y Hayes (2018) hacen hincapié en la importancia de utilizar la evidencia


empírica y el enfoque basado en procesos para guiar la práctica clínica, lo que
implica una evaluación exhaustiva de los factores relevantes y la elección de
intervenciones basadas en la evidencia para abordar los problemas específicos
del paciente.

8) ¿Qué es una conceptualización de caso? ¿Para qué sirve?


Una conceptualización de caso se refiere a una descripción detallada de las
características del problema o trastorno mental que presenta un paciente,
incluyendo sus antecedentes, síntomas, factores de riesgo y mantenimiento, así
como las posibles intervenciones y estrategias terapéuticas. Esta herramienta es
utilizada por los profesionales de la salud mental para ayudar a comprender mejor
la naturaleza del problema de un paciente y diseñar un plan de tratamiento
efectivo y personalizado.

Las conceptualizaciones de caso son esenciales en la práctica clínica de la


psicología, ya que permiten al terapeuta identificar y abordar las causas
subyacentes del problema, en lugar de simplemente tratar los síntomas
superficiales. Además, también ayuda al terapeuta a comunicar de manera
efectiva con otros profesionales de la salud y proporcionar una base sólida para el
proceso de evaluación y seguimiento del tratamiento.

Algunos autores relevantes en este tema son Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez,


quienes en su artículo "Aportaciones y limitaciones del DSM-5 desde la Psicología
Clínica" discuten la importancia de una conceptualización de caso para el
diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales. También Hofmann y Hayes, en
su libro "Process-based CBT. The Science and Core Clinical Competencies of
Cognitive Behavioral Therapy", enfatizan la necesidad de una conceptualización
de caso basada en la evidencia para la práctica clínica efectiva en terapia
cognitivo-conductual. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su
"Clasificación Internacional de las Enfermedades" también destaca la importancia
de una conceptualización de caso para un diagnóstico preciso y una atención
adecuada al paciente.

9) ¿Qué es el consentimiento informado? ¿Por qué es necesario utilizarlo?


¿Qué beneficios otorga al tratamiento?
El consentimiento informado se refiere a un proceso en el que un paciente recibe
información completa y comprensible sobre los procedimientos, riesgos y
beneficios de un tratamiento y da su aprobación voluntaria y consciente para
recibirlo. Es necesario utilizar el consentimiento informado en el tratamiento para
garantizar la autonomía y la libertad de elección del paciente, respetando su
dignidad y derechos humanos.

El uso del consentimiento informado también tiene varios beneficios para el


tratamiento. Por ejemplo, puede mejorar la calidad de la relación terapéutica,
reducir la probabilidad de demandas legales y fomentar la participación activa del
paciente en su tratamiento.

En cuanto a los autores relevantes, Keegan y Rutsztein (2003) discuten la


importancia del consentimiento informado en psicoterapia y cómo este proceso
puede mejorar la calidad de la atención al paciente. Por otro lado, Hofmann y
Hayes (2018) destacan la importancia de la TCC basada en la evidencia y cómo el
uso del consentimiento informado puede ayudar a los pacientes a tomar
decisiones informadas y tomar responsabilidad en su propio proceso de
recuperación.

También podría gustarte