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TOMO I
Erlantz Gamboa
Aunque es creencia general que las mujeres únicamente asesinan de sus
esposos o amantes, aquí se podrá leer que eso no es cierto. Lo que sí parece
real es que la mayoría usan el envenenamiento como arma letal.
También es bastante habitual que maten por dinero; en casi la mayoría
de las veces para cobrar el seguro. Y otro de las características es que usan
más la inteligencia y el engaño que la fuerza.
No se dan con frecuencia los casos que conocemos de los seriales
masculinos: asesinar por el placer de hacerlo, sin ningún beneficio. Ni
siquiera lo hacen por esa triste fama que algunos hombres buscan.
No hay reglas generales; pero, en el caso de las mujeres, el desamor y
el dinero son los motivos principales para asesinar.
INDICE
Curioso apellido, ya que hay otro muy similar Malœuvre, que significa
“mala obra” (obrar mal). Estaba predestinada.
Christine Malèvre fue una enfermera francesa que trabajó en el hospital
de Mantes-la-Jolie, junto a Paris, y mató a unos 30 pacientes. Esto tuvo lugar
entre 1997-1998.
Nació el 10 de enero de 1970, en Mantes-la-Jolie. En julio de 1991 se
tituló de enfermera. Y en Julio de 1995 entró a trabajar al hospital François-
Quesnay de su ciudad.
Según ella declaró, “ayudó” a morir a los pacientes que así lo
solicitaron. Por tanto, en vez de asesinatos su delito fue la eutanasia. Y así
parece ser, ya que no obtuvo ningún beneficio con la muerte de estos
pacientes.
En mayo de 1998, en el área de neumonía, se notó un gran incremento
de fallecimientos. Se trataba de enfermos terminales, pero que aún podían
estar en crítica situación un tiempo más. Por ello, la administración del
hospital pidió una investigación policiaca. Christine fue detenida. Confesó
que ayudó a morir a los pacientes que se lo solicitaron. Y alegó que se trataba
de enfermos terminales, de manera que únicamente adelantó la fecha de
defunción. Sin embargo, la eutanasia no estaba permitida, por lo que fue
juzgada por asesinato. Hay que considerar que parientes de los fallecidos
argumentaron que ellos no expresaron conformidad con las muertes. Hubo
quienes dijeron que algunos de los enfermos estaban en vías de curación,
aunque esto se contraponía con el hecho de estar en el área de terminales.
El juez consideró que no se trataba de caridad, sino más bien que a la
mujer le fascinaba la muerte ajena. Mientras esperaba juicio, liberada bajo
fianza, Christine Malèvre intentó suicidarse el 7 de Julio de 1998. Pero no
tuvo éxito. Eso no le sucedió con sus pacientes.
El juicio para Malèvre comenzó el 20 de Enero de 2003, en Versailles,
con cargos de siete asesinatos, en los años de 1997 y 1998. Ella admitió que
ayudó a morir a cuatro pacientes, al inyectarles grandes cantidades de
morfina, potasio y otras drogas. Negó haber intervenido en los otros tres
casos. El fiscal consideró que no se trataba de piedad, sino de la fascinación
que la mujer sentía por la muerte.
El 30 de enero de 2003, le impusieron diez años de prisión, por seis
homicidios de los siete presentados. Le descargaron la muerte de Denise Le
Maout. Además, se le impedía volver a trabajar como enfermera. El caso de
Mme. Malèvre dividió Francia en dos partes, los que estaban a favor de la
eutanasia, y los que no. Por supuesto que la Iglesia Católica se posicionó en
contra. Pero incluso así, Malèvre recibió miles de cartas de apoyo.
La mujer apeló la sentencia, y tuvo un segundo juicio el 15 de octubre
de 2003, en el que le dieron 12 años de reclusión. Fue liberada en 2007, tras
únicamente 4 años de prisión.
33.-Daniela Poggiali “El Ángel de La Muerte” (Italia)
Hélène Jégado fue una criada francesa que asesinó unas 36 personas,
con arsénico, en un lapso de 18 años. Realmente sucedió en dos períodos,
uno de 1833 a 1849, y otro en 1851, como spree killer. Nació en una granja
de Plouhinec, Morbihan, cerca de Lorient en Bretaña, el 28 de Prairial del año
11. Era el calendario de La Revolución Francesa. Prairial equivalía a entre
Mayo y Junio. Y el año 11 vendría a ser 1803.
Perdió a su madre a la edad de siete años, 1810, y fue a trabajar con su
tía que era criada en la rectoría de Bubry. A los 17 años, una tía la llevó al
pueblo de Séglien, como cocinera del cura. Fue acusada de poner hachís en la
sopa.
Su primer supuesto asesinato ocurrió en 1833, cuando trabajaba de
criada con otro sacerdote, François Le Drogo, en el pueblo de Guern, en el
distrito de Pontivy. En tres meses, del 28 de Junio al 3 de Octubre de 1833,
murieron siete habitantes de la casa, incluyendo el cura, su padre y su madre,
y la propia hermana de Hélène, Anne Jégado.
La criminal no fue sospechosa, ya que el año anterior sucedió la famosa
epidemia de cólera (Francia-1832), y las muertes parecieron normales. Los
síntomas de envenenamiento son similares a los del cólera, por lo que bien
pudieron sucumbir a esta enfermedad. También hubo un brote en 1835, si
bien en el sur de Francia.
Jégado regresó a Bubry, sustituyendo a su hermana. En tres meses
murieron otras tres personas, entre ellas su tía. Luego Hélène continuó en
Locminé, donde se alojó con una costurera, Marie-Jeanne Leboucher. Ella y
su hija murieron, pero su hijo logró escapar de las medicaciones de la
envenenadora.
En ese mismo pueblo, la viuda Lorey ofreció un cuarto a Jégado. La
señora murió al comer una sopa que su inquilina preparó. En mayo de 1835,
la asesina se alojó con Madame Toussaint, y en esa casa murieron cuatro
personas. En su cuenta ya había 17 cadáveres.
Más adelante, Jégado trabajó brevemente como cocinera en otras
pensiones de Auray, Pontivy, Lorient y Port-Louis. A finales de 1835, estuvo
en un convento de Auray, del que la echaron por algunos incidentes de
vandalismo y sacrilegio.
Uno de sus más ignominiosos casos fue el envenenamiento de la niña
Marie Bréger, en el Castillo de Soye (Ploemeur) en Mayo de 1841. Trabajó
de cocinera, y también prostituta, en un burdel para militares, en Port-Louis,
en donde sucedieron un buen número de extrañas muertes.
Aunque acontecieron muchos los casos de envenenamiento, entre 1841
y 1849, nunca fue sospechosa. Sin embargo, sí resultó por robos, acusada por
algunos empleados.
En 1849, cuando se trasladó a Rennes, su vida tuvo un importante giro.
En 1850 comenzó a trabajar para Théophile Bidard de la Noë, profesor de
leyes en la Universidad de Rennes. Una de las sirvientas, Rose Tessier,
enfermó y murió al ser atendida por Jégado. En 1851, otra criada, Rosalie
Sarrazin, también falleció. Dos doctores trataron a Sarrazin. Debido a que los
síntomas eran muy similares a los de Tessier, obtuvieron permiso para una
autopsia. Encontraron restos de arsénico, y las autoridades detuvieron a
Hélène Jégado, el 1 de Julio de 1851.
Le imputaron 23 envenenamientos cometidos entre 1833 y 1841, pero
ya habían sido cerrados los casos, por haber transcurrido 10 años. No
obstante su juicio comenzó en la corte de Ille-et-Vilaine, el 6 de Diciembre de
1851, en el que únicamente se le acusó de 3 asesinatos, otros tres intentos y
11 robos. Ella negó todos los delitos, y declaró que nunca había usado
arsénico en su vida. Pero en los cuerpos exhumados había restos de esa
sustancia, por lo que de nada le sirvió su negativa.
El 14 de Diciembre, Jégado fue sentenciada a morir en la guillotina. El
26 de Febrero de 1852, ante una gran audiencia, fue ejecutada en Champ-de-
Mars, Rennes, Bretaña, Francia. Se dice que quizá envenenó a más de 300
personas, pues murieron muchos militares clientes del burdel. De acuerdo
con esto, ella sería la mayor envenenadora de la historia.
35-Kristen Gilbert “El Ángel de la Muerte” (Estados Unidos)