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MUJERES ASESINAS SERIALES

TOMO I

Erlantz Gamboa
Aunque es creencia general que las mujeres únicamente asesinan de sus
esposos o amantes, aquí se podrá leer que eso no es cierto. Lo que sí parece
real es que la mayoría usan el envenenamiento como arma letal.
También es bastante habitual que maten por dinero; en casi la mayoría
de las veces para cobrar el seguro. Y otro de las características es que usan
más la inteligencia y el engaño que la fuerza.
No se dan con frecuencia los casos que conocemos de los seriales
masculinos: asesinar por el placer de hacerlo, sin ningún beneficio. Ni
siquiera lo hacen por esa triste fama que algunos hombres buscan.
No hay reglas generales; pero, en el caso de las mujeres, el desamor y
el dinero son los motivos principales para asesinar.
INDICE

1.-Aileen Wuornos “La venganza de una asistente sexual”


(Estados Unidos)
2.-Enriqueta Martí, la vampira de Barcelona (España).
3.-Blanche Kiser Taylor Moore (Estados Unidos)
4.-Anna Maria Zwanziger (Alemania)
5.-Amy Archer-Gilligan (La Hermana Amy) (Estados Unidos)
6.-Anna Marie Hahn “ Anna Arsénico” (Alemania)
7.-Bella Gunnes “La Señora Barba Azul” (Estados Unidos)
8.-Bertha Gifford “La envenenadora de Catawissa” (Estados
Unidos).
9.-Betty Neumar “La verdadera viuda negra” (Estados Unidos)
10.-Dana Sue Gray “Asesina por afición a las compras” (Estados
Unidos)
11.- Gesche Margarethe Gottfried "El Ángel de Bremen"
(Alemania)
12.- Juana Barraza (La Mataviejitas) (México)
13.-Katherine Mary Knight, La Hanna Lecter de Australia.
14.-Francisca Ballesteros: “Paqui: la envenenadora de Melilla”
(España)
15.- Trinidad Ruiz Mares “La Tamalera” (México)
16.-Lyda Southard “La Barba Azul de Idaho” (Estados Unidos)
17.-Mary Flora Bell “Niña asesina” (Inglaterra)
18.-Nannie Doss “La alegre viuda negra” (Estados Unidos)
19.-Janie Lou Gibbs “La Buena Cristiana” (Estados Unidos)
20.- Irina Gaidamachuk “Satanás con faldas” (Rusia)
21.-Jeanne Weber “La Ogresa de la Gota de Oro” (Francia)
22.-Felícitas Sánchez Aguillón "La Espanta-cigüeñas" (México)
23.-Joanna Dennehy “Peterborough ditch murders” (Los
asesinatos de las zanjas de Peterborough) (Inglaterra)
24.-Silvia Meraz Moreno (La secta de sacrificios humanos de
Nacozari) (México)
25.-Leonarda Cianciulli "LA JABONERA DE CORREGGIO"
(Italia)
26.- Magdalena Solís La Gran Sacerdotisa de la Sangre (México)
27.-Beverley Allitt “El ángel de la Muerte” (Inglaterra)
28.-MONJAS Y EXORCISMO (Rumania)
29.-Margie Velma Barfield (Estados Unidos)
30.-Christine Falling “La niñera asesina” Estados Unidos
31.-Margarita Sánchez Gutiérrez "La viuda negra de l´Hospitalet"
(España)
32.- Christine Malèvre (Francia)
33.-Daniela Poggiali “El Ángel de La Muerte” (Italia)
34.-Hélène Jégado (Francia)
35.- Kristen Gilbert “El Ángel de la Muerte” (Estados Unidos)
36.-Tamara Samsonova “La abuela destripadora” o “La abuela
caníbal” (Rusia)
1.-Aileen Wuornos “La venganza de una asistente sexual”
(Estados Unidos)

Aileen Carol Wuornos nació en Rochester, Michigan con el nombre de


Aileen Carol Pitman, el 29 de febrero de 1956, y murió en Florida el 9 de
octubre de 2002. Fue una asesina en serie que admitió haber matado a siete
hombres, entre 1989 y 1990. Declaró propia defensa, ya que ellos intentaron
violarla cuando trabajaba como prostituta.
Su madre, Diane Wuornos Melini nació en 1939, (de origen finlandés).
Tenía tan solo 14 años cuando se casó, el 3 de Junio de 1954, con Leo Arthur
Dale Pittman, nacido en 1937, y muerto en 1969. Aileen tuvo un hermano un
año mayor, Keith, nacido el 14 de Marzo de 1955. La madre se divorció dos
meses antes de que Aileen naciera, por lo que la hija jamás conoció a su
padre. El hombre era un pedófilo que pasó gran parte de su vida en la cárcel y
en hospitales psiquiátricos, pues sufría esquizofrenia. Se le acusó de la
muerte de seis niños, y pasó mucho tiempo en siquiátricos de Kansas y
Michigan.
Cuando Aileen nació, su padre purgaba sentencia por el secuestro de
una niña de 7 años. El 30 de enero de 1969, el pedófilo se ahorcó en su celda.
En Enero de 1960, Diane, la madre, abandonó a sus dos hijos en casa
de sus abuelos, Lauri y Britta Wuornos, en Troy, Michigan, quienes los
adoptaron legalmente el 18 de Marzo de 1960, y cambiaron el apellido
Pittman por Wuornos.
Aileen narró que fue abusada sexualmente por su abuelo, y tuvo
relaciones con muchos hombres, incluyendo su hermano. Su abuela no la
protegía, porque era una alcohólica. A los 11 años, Wuornos se prostituía en
la escuela por cigarrillos, drogas y comida. A la edad de trece años se
embarazó, violada por un amigo de su abuelo. Dio a luz un niño en una
maternidad de Detroit, el 23 de Marzo de 1971, dejando el bebé para
adopción en un orfanato.
En Julio del mismo año, murió Britta Wuornos, su abuela alcohólica,
por fallo hepático. Su hija, Diane, acusó a su padre de haberla matado.
Entonces, su abuelo echó de casa a Aileen, quien se dedicó abiertamente a la
prostitución, viviendo en un auto abandonado en un bosque. La policía la
atrapó y la envió a un hogar para madres solteras.
A la edad de 15 años, siendo estudiante, seguía con la prostitución.
Usaba el alias de Sandra Kretsch en mayo de 1974. A partir de esta fecha, fue
detenida varias veces. El 27 de Mayo de 1974, en el condado Jefferson,
Colorado, la arrestaron por embriaguez, desorden público y disparar una
pistola calibre 22 contra un vehículo en movimiento. Luego tuvo un cargo
más, al no haber comparecido ante el tribunal, pues abandonó la ciudad.
En septiembre de 1975, Aileen fue en autostop hasta Florida, donde
conoció a Lewis Gratz Fell, de 70 años de edad, con quien se casó ese mismo
año. El hombre era el presidente del Club de Yates. A pesar de tener
estabilidad económica, ella continuó su vida alocada y metiéndose en
problemas, por lo que terminó en la cárcel por asalto. Incluso golpeó a su
esposo con su propio bastón, al de seis semanas de casados. Fell pidió la
anulación del matrimonio, y una orden de restricción en contra de su esposa.
Wuornos regresó a Michigan, donde, el 14 de Julio de 1976 fue
arrestada en el condado de Antrim, acusada de disturbios, ya que arrojó una
bola de billar a la cabeza de un tabernero. El día 17, tres días después, murió
su hermano Keith de cáncer, y Wuornos cobró diez mil dólares del seguro de
vida. Se divorció de Fell el 21 de Julio.
El 4 de Agosto de 1976, la multaron por conducir estando ebria. En
poco tiempo se gastó lo que le dejó su hermano. Compró un auto nuevo, que
destruyó casi de inmediato.
El 20 de mayo de 1981 fue detenida en Edgewater, Florida, por robo a
mano armada a una tienda. Se llevó 35 dólares y dos paquetes de cigarrillos.
La condenaron a prisión el 4 de mayo de 1982 y la soltaron el 30 de junio de
1983.
El 1 de mayo de 1984 de nuevo fue a la cárcel por intentar cobrar, en
un banco en Key West, cheques falsificados. El 30 de noviembre de 1985 fue
investigada por el robo de una pistola y municiones en el condado de Pasco.
Entonces era conocida como Lori Christine Grody, el nombre de una tía suya,
hija de los abuelos de Míchigan. En diciembre de 1985, una patrulla de
policía detuvo a Lori Grody (es decir ella), por robo de automóvil, resistirse
al arresto y conducir con licencia falsa. Encontraron un revolver 38 con
municiones en el coche. El 4 de enero de 1986 Wuornos fue apresada en
Miami, y acusada de lo mismo que la vez anterior. El 2 de junio de 1986, en
el condado de Volusia, de nuevo detuvieron a Lori Grody (su alias), por
haber amenazado a un conductor con una pistola, exigiéndole 200 dólares.
Ahora Wuornos llevaba una pistola .22, y bastante munición, todo escondido
bajo el asiento. Una semana después, la mujer, usando el nombre de Susan
Blahovec, fue multada por exceso de velocidad en el condado de Jefferson,
Florida.
A finales de 1986, conoció a Tyria J. Moore de 24 años y empleada de
un hotel, en un bar de gays en Daytona. La joven era lesbiana, de manera que
se hicieron amantes. Viajaron juntas, y Wuornos pagó los gastos de ambas
con los ingresos de la prostitución.
El 4 de julio de 1987 la policía de Daytona Beach detuvo a la pareja,
por sospecha de haber golpeado a un hombre con una botella de cerveza.
Aileen Wuornos se identificaba como Susan Blahovec. El 18 de diciembre la
policía multó a Aileen, por conducir con licencia caducada. El 12 de marzo
de 1988, usando el nombre de Cammie Marsh Green, Wuornos acusó a un
conductor de autobús de Daytona Beach de asalto y agresión. Ella afirmó que
la bajó del autobús a la fuerza. Su amiga Moore declaró como testigo.
El 23 de julio de 1988 Moore y “Susan Blahovec” fueron denunciadas
por el propietario del apartamento en el que se hospedaban, en Daytona
Beach, por vandalismo en su vivienda, porque arrancaron la alfombra y
pintaron las paredes. Durante 1989, Wuornos, a punta de pistola, robó en
bares de carretera y paradas de camiones, además de ejercer la prostitución.
A partir de este momento, sus acciones criminales se incrementaron.
Aileen usaba varios nombres falsos. Ella y su amante protagonizaron
incidentes de todo tipo. Wuornos se había convertido en una mujer agresiva,
de muy mal carácter, que llevaba siempre una pistola en el bolso, y ejercía la
prostitución en bares y estaciones de autobuses.
Las víctimas:
La primera víctima fue Richard Mallory, de 51 años, dueño de una
tienda de electrónica en Clearwater, Florida. Él tenía un historial como
violador, desde 1958 a 1962, en Maryland. Wuornos lo mató el 30 de
Noviembre de 1989, en Palm Harbor, Florida, declarando defensa propia.
Dos días más tarde, encontraron su auto abandonado en el condado de
Volusia. El cadáver fue descubierto en un bosque de Ormond Beach, el 13 de
Diciembre, con tres impactos de una pistola calibre 22. Estaba también oculto
entre árboles, a varias millas de donde localizaron su automóvil doce días
antes.
El 31 de Mayo de 1990, Aileen mató a Charles Carskaddon, de 40
años, quien trabajaba en un rodeo. Su cuerpo fue hallado el 6 de junio de
1990, en el condado Pasco, Florida. Tenía nueve tiros de calibre 22.
1 de Junio de 1990, David Spears, de 43 años, trabajador de la
construcción en Winter Garden, es encontrado desnudo junto a la carretera
19, en el condado Citrus, cerca de Tampa, con seis disparos de una pistola
calibre 22.
La quinta víctima fue Peter Siems, 65 años, un marino mercante
retirado, quien viajaba desde Júpiter, Florida, a New Jersey, en Junio de
1990. Su coche fue abandonado en Orange Springs, y localizado el 4 de Julio.
Testigos informaron que dos mujeres iban en el automóvil. La huella de la
mano de una, ensangrentada, quedó impresa en la manija interior de la puerta.
Se realizaron retratos hablados de ambas. El cuerpo de Peter jamás fue
hallado.
30 de Julio de 1990, la mala suerte cayó sobre Troy Burress, 50 años,
vendedor de embutidos de Ocala, Florida. Fue reportado como perdido al día
siguiente, pero no se le encontró hasta el 4 de Agosto, en un área boscosa de
la carretera estatal 19, en el condado de Marion. Le habían disparado dos
veces.
Después le sucedió a Charles "Dick" Humphreys, de 56 años, mayor
retirado de la fuerza aérea, quien fuera investigador de abuso de niños en el
estado de Florida, y jefe de policía. Hallaron su cuerpo el 12 de septiembre de
1990, en el condado de Marion, Florida. Estaba completamente vestido, y
tenía 6 balas en cabeza y torso. Su auto fue localizado lejos, en el condado de
Suwannee, Florida.
El siguiente fue Walter Jeno (Gino) Antonio, de 62 años, camionero y
guardia de seguridad. Su cuerpo desnudo se descubrió el 19 de Noviembre de
1990, en una pista de terrecería en el condado Dixie, Florida. Le habían
disparado cuatro veces. Hallaron su auto en el condado Brevard, Florida,
cinco días después.
La policía rastreaba a ambas mujeres desde el 4 de Julio de 1990,
cuando abandonaron el coche de Peter Siems. Testigos las identificaron, por
lo que se inició una campaña para localizarlas. Además, los detectives
obtuvieron pertenencias de las víctimas en tiendas de empeño. Al no trabajar,
para obtener dinero, Aileen vendió los objetos robados a sus víctimas. El 6 de
diciembre, en Daytona, malbarató la cámara y el detector de radar de Richard
Mallory. Fue hasta Ormond Beach a rematar una caja de herramientas que
pertenecía a Spears. La policía halló éstas y otras pertenencias de los
asesinados, en varias tiendas de empeño. Y también sus huellas digitales en
algunos de los autos de las víctimas. Wuornos tenía un buen expediente
criminal en Florida, y coincidían las huellas.
Los retratos robots de Wuornos y Moore fueron transmitidos por
televisión. En las semanas siguientes, la policía recibió llamadas telefónicas
que identificaron a las sospechosas como Tyria Moore, de 28 años, y Lee
Blahovec (uno de los tantos pseudónimos de Aileen), de 34. Vagabundeaban
por el estado de Florida.
El 9 de enero de 1991, Aileen fue arrestada en Last Resort, un bar de
motociclistas en Harbor Oaks condado de Volusia, Florida. Al día siguiente,
dieron con Tyria Moore en Scranton, Pennsylvania, en casa de una hermana.
Las amantes se habían separado poco antes.
Moore aceptó declarar contra su novia, a cambio de inmunidad. Moore
fue llevada a Florida, y alojada en un motel, vigilada por la policía. Sería el
testigo de cargo de Wuornos.
El 14 de Enero de 1992, Wuornos fue enjuiciada por el asesinato de
Richard Mallory. Aileen se declaró culpable unos días más tarde, el 16 de
Enero. Confesó que mató a Mallory en defensa propia, porque el hombre
quiso violarla, El 27 de Enero, la mujer fue declarada culpable gracias al
testimonio de su amante, Tyria Moore. Si bien los siquiatras la encontraron
mentalmente inestable, con desorden de personalidad, cuatro días más tarde
fue condenada a muerte. Aunque se supo que Mallory había sido sentenciado
por violación en Maryland, y había purgado diez años de cárcel, el juez se
negó a admitir esa evidencia, y no permitió que se usase como defensa de
Wuornos.
El 31 de Marzo de 1992, Aileen fue nuevamente juzgada, pero por los
asesinatos de Dick Humphreys, Troy Burress y David Spears. No quiso
defenderse de las acusaciones de asesinato y acudió a juicio lista a ser
condenada. No alegó nada sobre ellos, y repitió que Richard Mallory la violó.
El 15 de mayo se le dieron otras tres penas de muerte.
En junio de 1992 se declaró culpable de la muerte de Charles
Carskaddon y recibió su quinta pena de muerte el mes de Noviembre. En
febrero de 1993 admitió haber asesinado a Walter Gino Antonio y fue
condenada de nuevo a la pena capital. No se le juzgó por el asesinato de Peter
Siems, al no haberse encontrado su cadáver. En total, recibió seis penas de
muerte.
Muchos se aprovecharon de la fama de Aileen Wuornos. La acusada
fue adoptada por Arlene Pralle, a quien Dios le dijo que cuidase de la oveja
descarriada. Pero quizá Jesús no le dijo a Pralle que cobrase por las
entrevistas, en las que hablaba en nombre de su “adoptada”, o por las que
concertaba con ella. Nick Broomfield pagó diez mil dólares por ver a la
asesina. También cobraba el abogado defensor, Steven Glazer, contratado por
Pralle.
Wuornos fue encarcelada en Broward Correctional Institution, en el
apartado de mujeres condenadas a muerte. Luego fue transferida a la prisión
Estatal de Florida, para su ejecución. La apelación de Wuornos ante el
Tribunal Supremo fue rechazada en 1996.
En el 2001 declinó hacer más apelaciones, porque se había hartado de
todo, incluso de vivir, y se declaró culpable de la muerte de los seis hombres.
Por ello pidió al tribunal poder despedir a su abogado, y que se llevase a cabo
la sentencia. Sabía que la sociedad estaba en su contra, y más las autoridades.
De nada le sirvió su alegato de que todos los asesinados la habían escogido a
ella, y que la atacaron brutalmente. Tampoco influyeron las declaraciones de
otros clientes, quienes aseguraron que la mujer nunca intentó hacerles el
menor daño, que estuvieron muchas veces con ella sin incidente alguno, que
más bien Aileen era quien temía ser atacada.
Antes de que se cumpliese la sentencia, el Estado de Florida hizo que
se le revisase mentalmente, para saber si ella era consciente de sus actos, y lo
fue en el momento de cometerlos. Los expertos declararon que Wuornos
estaba perfectamente, y podía ser ejecutada.
En su permanencia en la cárcel Wuornos acusó a sus guardianes de
abusos y vejaciones tales como ponerle inmundicias a su comida, de
esposarla hasta sacarle sangre de las muñecas, de exponerla desnuda en los
registros de su celda, e intentos de violación.
La homicida fue condenada a muerte en 1992, aunque se le suministró
la inyección letal el 9 de Octubre de 2002, a las 9.47 de la mañana , en la
prisión del condado de Broward. Fue la segunda mujer ejecutada en el estado
de Florida, desde que se restauró la pena de muerte en 1976. Después de su
ejecución, el cuerpo de Wuornos fue incinerado. Sus cenizas fueron
enterradas en su ciudad natal de Rochester.
Como anécdota, rechazó la última comida, y en su lugar pidió una taza
de café, aunque se hizo propaganda a Kentucky Fried Chicken, diciendo que
quiso comer pollo y patatas fritas.
Su historia fue llevada al cine con el título de “Monster, asesina en
serie”. Se estrenó el 26 de diciembre de 2003. El papel de Aileen Wuormos
fue interpretado por Charlize Theron, y el de su amante por Christina Ricci.
Ésta película obtuvo el premio Óscar a la mejor actriz (2003), para Charlize
Theron.
2.-Enriqueta Martí, la vampira de Barcelona (España).

Enriqueta Martí Ripollés nació en Sant Feliu de Llobregat, Cataluña,


España, en 1868, y murió en Barcelona, el 12 de mayo de 1913. Fue una
asesina en serie, secuestradora y proxeneta de niños, a quien se conoció
popularmente como la vampira del Carrer de Ponent o la vampira de
Barcelona.
Se trasladó de su pueblo natal a Barcelona, siendo muy joven. Allí se
puso a trabajar de niñera, pero pronto se dedicó a la prostitución, ya sea en
burdeles, en el puerto o en el Portal de Santa Madrona. Ejercía varias
profesiones a la vez, pues no solamente era prostituta, sino proxeneta de
niños, (lo que nos indica que lo de prostituir menores ya funcionaba antes de
que se inventase el Internet y los viajes al Oriente); y también era curandera.
Lo macabro de esta tercera profesión radicaba en que sus remedios los
fabricaba a base de los cuerpos de los niños que mataba. De ellos
aprovechaba todo, pues la carne la convertía en grasa y los huesos en polvo,
que mezclaba con otros ingredientes elaborando ungüentos, pomadas, filtros,
cataplasmas y pociones para todo tipo de enfermedades. La gente de clase
alta compraba sus productos, y pagaba bien por ello, de forma que no se
entiende su vida tan rastrera, si con sus potingues ganaba bastante.
Por el día, mendigaba por toda la ciudad, vestida como pordiosera, y
llevando a algún niño de la mano. Por la noche se ataviaba lujosamente, y
acudía a los mismos lugares que la gente acomodada de Barcelona, donde
ofrecía los servicios sexuales de los niños. En 1909 fue detenida porque había
montado un burdel de niños menores de 14 años, en la Calle Minerva. Y tenía
como cliente a un joven de alta posición social, cuyo nombre omitió la
policía. Lo más curioso estuvo en que la vampira jamás llegó a juicio, porque
“alguien” hizo que éste se sobreseyese.
En 1895 Enriqueta se casó con un pintor llamado Joan Pujaló; un
extraño individuo que se nutría exclusivamente con alpiste, como un pájaro,
para evitar enfermedades. El matrimonio fracasó, debido a la afición de
Enriqueta en ponerle los cuernos, a sus mentiras y constantes visitas a los
burdeles. No olvidó a sus compañeras y amigos, y acudía con frecuencia a lo
más tétrico de la ciudad. Se separaron en 1897. No tuvieron hijos, y su unión
duró diez años, aunque con muchas ausencias y reconciliaciones. La última
ruptura se produjo cinco años antes de que ella fuese detenida.
Enriqueta Martí fue una de las personas más tenebrosas e inhumanas de
la historia de España, pues mezcló en una única persona todas las facetas de
lo más tétrico de Barcelona: secuestradora, prostituta, alcahueta, falsificadora,
corruptora de menores, pederasta, bruja y asesina. Tanto fue el horror que
despertó entre los habitantes de la Ciudad Condal, que fue bautizada como:
"La Vampira del Carrer Ponent".
Ya era muy sonado el rumor de que desaparecían niños, lo que
desmentían sistemáticamente los comunicados oficiales. Pero el pueblo
aseguraba que eran muchos los extraviados como para ser casual. Un evento
que ocurrió a principios de 1912 dio la razón a la gente. La tarde del 10 de
Febrero de 1912, desapareció una niña llamada Teresa Guitart Congost, de
cinco años. Estaba anocheciendo, cuando Ana, su madre, se detuvo a la
puerta de una casa a charlar con una vecina. Soltó de la mano a la niña,
suponiendo que se dirigía a su domicilio, ubicado en un piso superior. Pero
no fue así, ya que no llegó a su casa. Los padres corrieron a la calle a
buscarla. Se les unió gran parte del vecindario, pero ya no la encontraron. Se
supo después que se alejó un poco, y se topó con Enriqueta, quien siempre
andaba al acecho, y solía llevar un gran manto negro, con el que cubría a sus
víctimas, para evitar que sus forcejeos la delatasen.
Durante dos semanas todo el mundo buscó a la niña, y, por primera vez
desde las desapariciones, la población completa se enfureció y reclamó a las
autoridades por su ineficiencia.
Enriqueta encerró a su presa en un entresuelo del número 29 de la Calle
de Ponent (Carrer de Ponent, en catalán). Allí también vivía Claudia Elías,
quien más tarde encontraría a la secuestrada. El 17 de febrero vio una niña,
que no conocía, con el cabello rapado, que miraba por la ventana del
entresuelo. Estaba junto a otra criatura a quien apenas vislumbró. La mujer
comentó con un colchonero de la misma calle que a ella le parecía que se
trataba de la niña que todo el mundo buscaba. El colchonero se lo comunicó a
un agente municipal, y éste lo informó en su superior. El 27 de Febrero, con
la excusa de una denuncia por tenencia de gallinas en su vivienda, un brigada
(sargento mayor) y dos agentes fueron en busca de Enriqueta, quien no se
opuso al registro. Hallaron allí a dos niñas; Teresita, que fue devuelta a sus
padres, y otra de nombre Angelita.
Teresita relató cómo fue secuestrada, prometiéndole unos caramelos.
La declaración de Angelita fue sobrecogedora. Dijo que antes de que llegase
Teresita, hubo un niño llamado Pepito, de cinco años, a quien Enriqueta mató
sobre la mesa de la cocina. La niña lo vio, pero sin ser advertida por la
asesina. Tras el horror, la espía se metió en la cama, espantada, y se hizo la
dormida.
Al no conocerse la identidad de Angelita, y ella no saber sus apellidos,
se preguntó a Joan Pujaló, quien se presentó voluntariamente ante la ley. El
hombre dijo que hacía años que no vivía con Enriqueta, que no tuvieron
hijos, e ignoraba de dónde salió la niña. Al final, tras severo interrogatorio,
Enriqueta declaró que se la robó a su cuñada María Pujaló a quien había
asistido en el parto, haciéndole creer que la criatura había muerto al nacer,
para así quedarse con ella. La Vampira fue encerrada en la cárcel "Reina
Amalia", la que fue derruida en 1936.
Una mujer de Alcañiz reconoció a Enriqueta, una vez detenida, como
quien secuestró a su hijo de pocos meses, en 1906. Por la edad de Pepito se
conjeturó que podía ser él, aunque más adelante ya nada fue seguro al
descubrirse el enorme número de víctimas.
En el domicilio de la Calle de Ponent, rebautizada como de Joaquín
Costa, la policía encontró un saco con ropa de niña llena de sangre y un
cuchillo para deshuesar, también con rastros de sangre. Era el que relataban
las dos niñas. También encontraron otro saco con ropa sucia, bajo la que
había una treintena de huesos de infantes, con marcas de haber estado en una
hoguera. Y en una habitación cerrada con llave hallaron el horror de la
vampira: unos cincuenta envases, jarras, potes y palanganas con restos
humanos en conservación, además de grasa hecha manteca, sangre
coagulada, cabellos de criatura, esqueletos de manos, polvo de hueso... con
los que hacía sus ungüentos. También sus pócimas, pomadas y ungüentos, ya
listos para su venta.
La policía siguió registrando los lugares donde ella vivió: un
departamento en la calle Tallers, otro en la calle Picalqués, otro en Sant Feliu
de Llobregat y una casa en la calle Jocs Florals, en la población de Sants. En
todos ellos hallaron más pruebas de la iniquidad de la mujer, restos de más
niños: calaveras, huesos, frascos y ungüentos, así como ropas que revelaban
que pertenecían a familias pobres.
En Ponent, además, se encontró un libro antiguo, con cubiertas de
pergamino, con recetas para las pociones y potingues, así como una lista de
nombres, en la que, según vox populi, aparecían políticos, abogados,
comerciantes y varias personalidades. Se ocultó los nombres a la prensa, lo
que, evidentemente, acució la imaginación de la población, al suponer que se
trataba de los clientes de Enriqueta, los que usaban a los menores para su
“diversión”, o quienes le compraban los restos que contenían los frascos. Si
prostituía infantes, alguien le pagaría por ello, decía el pueblo, con justa
razón. Las autoridades, como siempre, protegieron a los de la lista,
argumentando que eran aquéllos de los Enriqueta obtenía caridad, en su
faceta de mendiga. No se lo creyó nadie, pero tampoco hicieron algo al
respecto.
De la gran cantidad de restos, la policía, con los métodos de la época,
destacó a doce niños, aunque hoy en día, con alta tecnología quizá hubiesen
sido varias veces más.
Se recluyó a Enriqueta, acusada de al menos diez infanticidios, en la
cárcel "Reina Amalia", en espera de juicio. Éste jamás se llevó a efecto, por
lo que no se supo toda la verdad, el horror completo de los actos de la mujer.
El día 11 de Mayo de 1913, sus compañeras la lincharon en el patio de la
prisión. Al día siguiente, murió a causa de las heridas, aunque las autoridades
dijeron que debido a una enfermedad. Un rumor que corrió por Barcelona
versaba sobre posible envenenamiento, para que no pudiera hablar sobre las
personas de “La Lista”; pero las autoridades no hicieron autopsia, y las
“caritativas” gentes respiraron aliviadas. Fue enterrada en un cementerio de
Montjuic, en Barcelona.
3.-Blanche Kiser Taylor Moore (Estados Unidos)

Esta asesina nació el 17 de Febrero de 1933, en Tarheel, Carolina del


Norte, Estados Unidos, como Blanche Kiser, hija de Parker D. Kiser, quien
era un ministro bautista, alcohólico y aficionado al juego. Su padre lanzó a
Blanche a la prostitución, para pagar deudas de juego. La mujer envenenó a
varias personas, si bien no le acusaron de todas las muertes.
En Mayo de 1952, Blanche se casó con James N. Taylor, con quien
tuvo dos hijas: Vanessa, en 1953 y Cindi en 1959.
En 1954, Kiser era cajera del supermercado Kroger, en Burlington,
Carolina del Norte. En 1959, llegó a jefa de cajeras de la misma empresa. Y
en 1962, a pesar de estar casada, andaba con Raymond Reid, también casado
y padre de dos hijos, nuevo gerente de la tienda. Reid abandonó a su familia
en 1971, y se divorció en 1973.
El padre de Blanche, Parker D. Kiser, murió en 1968, de una extraña
afección. La suegra de Blanche, Isla Taylor falleció el 25 de Noviembre de
1970, de algo parecido, como ya le había sucedido a James N. Taylor,
esposo de la cajera, el 2 de Octubre de 1970.
Muerto James, Blanche y Raymond ya no ocultaron su amorío. En
1985, la relación se deterioró, pues ella comenzó a verse con Kevin Denton,
el gerente regional. Ese mismo año, cuando el enamoramiento con Denton
terminó, Blanche demandó a la empresa y a Denton por acoso sexual.
Denton perdió su trabajo, y la empresa le pagó a Blanche 275,000 dólares.
En la primavera de 1985, Kiser conoció al reverendo Dwight Moore,
nuevo pastor de La Iglesia Unida de Cristo, de Carolina del Norte, que
estaba divorciado. Comenzó a salir con él, a la vez que lo hacía con su
antiguo novio: Raymond Reid.
En 1986, Reid se enfermó de lo que parecía que eran herpes. Lo
hospitalizaron en Abril. No salió vivo del sanatorio, ya que murió el 7 de
Octubre, sin que los doctores supieran bien de qué. Desde entonces, Blanche
y Dwight Moore fueron novios a los ojos del mundo, y planeaban casarse el
23 de Agosto de 1987, pero a Blanche se le detectó cáncer de seno, por lo
que la boda se pospuso hasta el 27 de Noviembre de 1988. Por problemas de
salud del reverendo, debieron cambiar la fecha, y se casaron el 21 de Abril
de 1989.
El 26 de Abril de 1989, de regreso de la luna de miel, que pasaron en
Montclair, New Jersey, el reverendo comenzó a sentirse mal, después de
comer unas galletas, y fue ingresado en el hospital del condado de
Alamance. A finales de mes, fue trasladado al hospital Baptista de Carolina
del Norte, y más tarde al Hospital Memorial. El 13 de Mayo, los análisis
revelaron que tenía una increíble cantidad de arsénico en su cuerpo. No
murió, pero quedó inválido de manos y pies, los que nunca más pudo mover.
Del hospital dieron aviso a la policía, y se ordenó exhumar a los
parientes de Blanche que murieron en extrañas circunstancias. Se hallaron
altos índices de arsénico en todos los cadáveres. También en el cuerpo de
Raymond Reid. Los investigadores descubrieron que Blanche Moore era la
única beneficiaria de la póliza de seguro de su esposo. También recibió
dinero al morir Raymond Reid.
El 18 de Julio de 1989, fue arrestada y acusada del asesinato de este
último. Su juicio comenzó en Winston-Salem el 21 de Octubre de 1990.
Apenas fue detenida, la policía comenzó a exhumar cadáveres en
varios cementerios. James Taylor y Raymond Reid estaban en Pine Hill.
Parker D. Kiser, padre de Blanche, fue enterrado en el cementerio Oakwood
en Mebane. La suegra de Blanche, Isla Taylor, había sido inhumada en el
Alamance Memorial. Y también analizaron a Joe Mitchell, un compañero de
trabajo de Blanche, que estaba en el Graham Memorial.
El cadáver del padre de Blance, P. D. Kiser tenía restos de arsénico, y
lo mismo el de su primer marido, James N. Taylor. Se supone que también
murió así Isla Taylor, madre de James. Y, por los síntomas, aunque no se
exhumaron los cuerpos, se supone que envenenó a varios amigos, pues
algunos murieron en extrañas circunstancias, como Mabel J. Parsons, una
compañera de trabajo; Fred Thomas Vaughn, un vendedor; Ina P. Vinson,
cliente de Kroger; y a John W. Reiber, miembro de la iglesia del reverendo
Moore, además de Joe Mitchell.
También le imputaron los asesinatos de James e Isla Tayor, y el
intento contra Dwight Moore. Pero el fiscal decidió que era suficiente con
una pena de muerte, y no pidió más juicios contra la mujer. Tampoco
presentó la causa por el homicidio de P. D. Kiser, al considerar que el
comportamiento de éste pondría a la prensa y el público del lado de Blanche.
La homicida fue declarada culpable el 14 de Noviembre de 1990, en la
corte del condado Forsyth. El mismo jurado la sentenció a la pena capital,
tres días más tarde. El 18 de Enero de 1991, el juez hizo oficial la sentencia,
que sería por una inyección letal. Tras esto, se interpusieron apelaciones, y
no hay aún fecha para la ejecución, si es que ésta se efectúa algún día.
4.-Anna Maria Zwanziger (Alemania)

Anna Maria Zwanziger nació como Anna Schonleben, en Nuremberg,


Alemania, en 1760. Fue una asesina en serie, posiblemente la primera que
usó el veneno como arma homicida. Murió en Julio de 1811.
La describieron como fea, sin femineidad alguna, ni el mínimo
atractivo, y apariencia de sapo. Se dice que se lanzó a la criminalidad por
causa de un desastroso matrimonio. Su marido fue borracho, pendenciero,
golpeador y dilapidó la fortuna de ella antes de morir presa del alcoholismo.
Anna tenía entonces 40 años, y se puso a trabajar en una fábrica de juguetes.
Luego lo hizo de sirvienta en algunas casas acomodadas. Pronto tuvo un
pretendiente, el dueño de la casa en la que trabajaba: un juez apellidado
Glaser. Estaba el hombre separado de su esposa, pero no divorciado. Un buen
día su conyugue apareció por su casa con intención de quedarse. Anna ya
había hecho planes para ser la dueña, por lo que suministró pequeñas
cantidades de arsénico en el té de la esposa, hasta que murió. El juez, una vez
viudo, no quiso casarse con Anna, y ésta, despechada, envenenó a los
invitados de una cena en la casa, aunque no murieron al ser leve la dosis.
Fue despedida de inmediato, sin denunciarla a la policía, y encontró
trabajo en casa de otro juez: Grohmann, con quien también abrigó planes de
matrimonio. Pero su mala suerte hizo que él pusiera los ojos en otra mujer, y
anunciase su boda con ella. Anna volvió al arsénico, y el juez murió
agonizando. A la vez quiso envenenar a las otras dos sirvientas, para eliminar
posibles testigos, pero ellas no probaron la sopa.
Insistió con los jueces, y ahora fue: Gebhard, quien estaba casado con
una mujer de salud delicada. Al poco tiempo de que Anna entrase a su
servicio, la esposa se puso mucho peor, y murió con agudos dolores de
estómago. Y ahí no terminó todo, ya que Anna envenenó a los sirvientes y al
pequeño hijo del juez. Los criados resistieron y se salvaron, pero el niño
murió. Los sirvientes, recelosos, indujeron al juez a que analizase los
alimentos. Encontraron arsénico, pero Anna había desaparecido, dejando
como firma toda la sal y el azúcar de la casa repletos de veneno.
En Octubre de 1809, Anna sería arrestada por su poco tacto, ya que
envió cartas de condolencia al juez, por la lamentable muerte de su hijo. La
localizaron, la detuvieron y la sometieron a uno de los duros interrogatorios
de la época, por lo que confesó que los mató y lo volvería hacer sin
remordimiento alguno.
Fue sentenciada a la pena capital en Julio de 1811, y decapitada el 17
de septiembre.
5.-Amy Archer-Gilligan (La Hermana Amy) (Estados Unidos)

Llamada Hermana (Sister) Amy E. Duggan Archer-Gilligan, era


propietaria de un hogar para ancianos en Windsor, Connecticut. Asesinó, por
envenenamiento, al menos a cinco personas, una de ellas su segundo esposo,
Michael Gilligan. Los demás eran residentes en el asilo. Tal vez acabó con
más vidas, ya que hubo 48 muertes en su hogar para ancianos, en el tiempo
que ella estuvo a cargo.
Nació en octubre de 1873, en Milton, Connecticut, Estados Unidos.
Hija de James Duggan y Mary Kennedy, fue la octava de diez hermanos.
Falleció el 23 de abril de 1962, a los 88 años, en Middletown, Connecticut.
Amy estudió en la escuela de Milton, y luego en la New Britain Normal
School en 1890. Siete años más tarde, 1897, se casó con James Archer. Su
hija, Mary J. Archer, nació en Diciembre de 1897. En 1901, Archer trabajó
de conserje para el viudo John Seymour, en Newington, Connecticut.
Seymour murió en 1904. Sus herederos convirtieron su mansión en una
pensión o casa de huéspedes para personas de edad. Los Archers trabajaron
en este hogar, al que se llamó "Sister Amy's Nursing Home for the Elderly"
(Casa de asistencia para mayores: Hermana Amy)
En 1907, los herederos decidieron vender la propiedad, por lo que los
Archers se mudaron a Windsor, Connecticut, en donde invirtieron sus ahorros
en una casa en la calle Prospect. La convirtieron en su negocio de asistencia a
mayores y enfermería, llamado Hogar Archer.
James Archer murió en 1910, de aparente muerte natural: enfermedad
de Bright, un problema de los riñones. Amy cobró la póliza del seguro, y
continuó con el hogar para ancianos.
En 1913, Amy se casó con Michael W. Gilligan, un viudo son cuatro
hijos adultos. Él invirtió sus ahorros en el Hogar Archer. Era un hombre sano,
aunque murió el 20 de Febrero de 1914. La causa, según el doctor, fue un
ataque agudo de bilis o indigestión severa. La Hermana Archer-Gilligan
obtuvo en testamento todos los bienes del finado.
Entre 1907 y 1917, fallecieron 60 personas en el Hogar Archer. Los
familiares de los fallecidos sospecharon, por el alto número de muertes. Sólo
12 habían perecido de 1907 a 1910; mientras que fueron 48 entre 1911 y
1916. Uno de ellos era Franklin R. Andrews, un hombre con excelente
energía. En la mañana del 29 de mayo de 1914, Andrews estaba haciendo
jardinería en el Hogar Archer, y su salud cambió súbitamente en horas,
expirando por la tarde. La causa oficial de la muerte fue úlcera gástrica. Su
hermana Nellie Pierce heredó sus pertenencias, entre ellas unos documentos
en los que Amy le pedía dinero constantemente al hombre. Se daba la
coincidencia de que los que fallecían le habían entregado a su cuidadora
grandes sumas.
Como continuaban muriendo ancianos en el hogar, Nellie Pierce acudió
a la fiscalía local, pero no le prestaron atención. Por ello, la mujer fue a un
periódico, The Hartford Courant. El 9 de mayo de 1916 se publicó el primer
artículo sobre "Murder Factory" (Fábrica de asesinatos). Entonces, la policía
inició una investigación, que duró un año. Se exhumaron algunos cadáveres,
entre ellos los de Gilligan y Andrews. Todos fueron envenenados con
arsénico o estricnina. En algunas tiendas testificaron que la mujer compró el
veneno, supuestamente para matar ratas. A veces, ella enviaba a sus pacientes
a comprar el veneno con el que los mataría. Un perito caligráfico analizó el
testamento de Gilligan, descubriendo que la letra era de Amy.
Archer-Gilligan fue arrestada y llevada a juicio. En un principio se le
acusó de cinco asesinatos, los exhumados. Su abogado logró que la juzgasen
únicamente por el de Franklin R. Andrews. El 18 de junio de 1917, el jurado
la declaró culpable, y fue sentenciada a muerte. Su defensor apeló, logrando
un nuevo juicio en 1919, en el que se le consideró enferma mental, y se
cambió la sentencia por cadena perpetua.
Fue internada en el Hospital Connecticut en Middletown, en 1924.
Permaneció allí hasta el 23 de Abril de 1962, día de su muerte.
6.-Anna Marie Hahn “ Anna Arsénico” (Alemania)

Anna Marie Hahn nació como Anna Marie Filser en Baviera,


Alemania el 7 de Julio de 1906. Era la menor de 12 hijos. Siendo
adolescente, fue amante de un doctor de Viena, Austria. De la relación nació
un hijo al que llamaron Oscar. Debido a este desliz, su familia la envió a
Cincinnati, Ohio, Estados Unidos, en 1929, a vivir en casa de sus tíos, en el
distrito alemán de esta ciudad. El doctor murió sorpresivamente cuando Anna
iniciaba su viaje a Estados Unidos.
En Ohio, en un baile en el Hotel Alms, la joven conoció a otro alemán,
Philip Hahn, quien trabajaba en telégrafos, con quien se casó en 1930. Con
los ahorros de Philip abrieron una tienda de “delicatessen alemanas”, y Anna
regresó a Alemania en busca de su hijo de cinco años. Poco más tarde
murieron sus tíos (mucha muerte en poco tiempo) y le heredaron su casa en la
Avenida Colerain número 2970. Pronto comenzaron los problemas del
matrimonio, porque Anna tenía el vicio del juego (apuestas en carreras de
caballos), una verdadera obsesión. Como consecuencia de su necesidad de
dinero, planeó varios incendios en los negocios familiares, a fin de cobrar las
primas de los seguros. El primero fue en la tienda del número 3007 de la
misma avenida donde vivían, y obtuvo 300 dólares del seguro. Luego hubo
dos incendios más en su casa y negocio, el 2 de Junio de 1935 y el 20 de
Mayo de 1936, por los que cobró 2000 dólares.
Como esto no era suficiente, intentó conseguir una póliza de seguro de
vida para su esposo por la cifra de 25.000 dólares, pero él se negó. Quizá
sospechaba algo. Sin embargo, fue internado en un hospital, aquejado de una
extraña enfermedad, de la que pudo salvarse, y regresar a casa. Poco después
se separó de Anna.
Ella, una vez sola, encontró trabajo de enfermera privada de personas
de edad avanzada. Y en tal empleo, se dedicó a envenenar y robar a gentes de
la comunidad alemana del distrito Over-the-Rhine en Cincinnati, para poder
mantener su vicio por las apuestas en el hipódromo. En plena recesión, ella
tenía establecido un límite de pérdidas de 700 dólares diarios.
Se cree que Ernst Kohler, quien murió el 6 de Mayo de 1933, fue su
primera víctima. Anna había comenzado a atenderlo poco antes de su muerte,
y él hizo testamento a favor de ella, en el que le heredó una casa.
Su siguiente víctima, Albert Palmer, de 72 años, domiciliado en el
número 2416 de Central Parkway, también murió poco después de que ella se
hiciera cargo de su cuidado. Antes de fallecer, él le prestó a Anna dos mil
dólares, y ella le firmó un pagaré.
Jacob Wagner, de 78 años, murió el 3 de Junio de 1937, dejando a
Anna 17.000 dólares. En su testamento puso que se lo dejaba a su adorada
sobrina. Según los vecinos del anciano, Anna se había presentado a él como
una sobrina olvidada. En las investigaciones de tiempo después, se supo que
una vecina: Olive Luella Koehler, también de edad, comió en dos ocasiones
unos helados que le ofreció Anna, y en ambas se sintió bastante enferma, por
lo que fue llevada a un hospital. Mientras estaba convaleciente, de su
domicilio desaparecieron buenas cantidades de dinero y joyas.
Otro que se salvó fue George Heis, de 62 años, quien conoció a Anna
un año atrás. El hombre dejó de verla porque sospechó que le había puesto
algo a una cerveza que le ofreció, pues inmediatamente se sintió muy
enfermo. Solamente relató este suceso, cuando supo, por los periódicos, de la
detención de Anna.
El siguiente en ser “cuidado” por la envenenadora fue George
Gsellman, de 67 años, quien murió el 6 de Julio de 1937, y le dejó 15.000
dólares. Sus familiares dijeron que se sintió mal al de poco de la visita de la
mujer. Por ello, las autoridades solicitaron licencia para la autopsia.
Descubrieron en su cuerpo un veneno metálico, que se pensó no era arsénico
sino aceite de ricino o de castor, una sustancia no mortal en pequeñas dosis,
pero que a larga resulta fatal.
La última víctima fue Georg Obendoerfer de Cinccinati, de 67 años,
zapatero retirado y padre de tres hijos, quien había emigrado a Ohio desde
Rusia, y se había divorciado recientemente. Tras su muerte, y por su causa,
resultó detenida Anna. Esto sucedió el 1 de Agosto de 1937, durante un viaje
a Colorado Springs, en el estado de Colorado. Georg viajaba en tren con
Anna y su hijo, cuando se sintió mal. Fue llevado al hospital Memorial de
Colorado Springs, donde los doctores que le revisaron llamaron a la policía
ante su repentina e inexplicable muerte. Sus esfuerzos no lograron salvar al
paciente, e ignoraban qué enfermedad le aquejaba.
La policía averiguó que era un turista, y que procedía de Cincinnati. Se
había alojado en Park Hotel, junto con otras dos personas, el día anterior a su
deceso. Los detectives encontraron que en el hotel había sucedido un robo de
joyas por valor de 300 dólares, según informó el gerente, y supusieron que
ambos hechos estaban relacionados. En el registro del hotel hallaron el
nombre de su acompañante: Anna Marie Hahn, así como de su hijo, de
quienes se ignoraba el paradero. Imaginando una relación entre joyas y
muerte, los detectives recorrieron las casas de empeño de la ciudad, hasta
averiguar que una mujer y un jovencito intentaron empeñar unas joyas. La
descripción de ambos coincidía con la que dieron en el hotel.
Poco más tarde las autoridades averiguaron que una mujer que
correspondía a la fisonomía de Anna trató de cobrar un cheque de 1.000
dólares, a nombre de George Obendorfer, en una sucursal del Banco de
Denver. El gerente sospechó algo turbio, y no pagó el cheque. No dieron con
ella, pues ya no se encontraba en Colorado, habiendo regresado a Cincinnati.
Pero pronto fue detenida. Ella aseguró que Obendorfer era un completo
desconocido. Cuando le recordaron que se registraron juntos en el hotel,
cambió su declaración a que se encontraron en el tren. Según testimonio de
unas enfermeras del hospital, Anna fue a visitar al enfermo, y preguntó por su
nombre, profesión y demás datos, como si no conociese al hombre con quien
viajaba.
La familia del muerto informó a la policía que éste gozaba de muy
buena salud. Además, dijeron que George conocía a Anna, y que al menos
salieron un par de veces. Por otra parte, fue Anna quien sugirió el viaje a
Colorado, para mostrarle a George un rancho que ella tenía en aquel estado.
Ante toda la evidencia, Anna por fin admitió que conocía a George
Obendorfer, con quien coincidió en una zapatería, pero negó que tuvieran una
relación amorosa. Más tarde regresó a la historia original del encuentro en el
tren, y que decidieron compartir una habitación en el hotel. También declaró
que cuando apenas se acomodaron en el hotel él comenzó a sentirse mal, y
fueron al hospital. Dijo que ya no tuvo otro contacto con el hombre.
Los investigadores no creyeron una palabra, ante los testimonios de
otras personas, y ordenaron que se le hiciera la autopsia. Ésta reveló que tenía
un alto nivel de arsénico en la sangre, lo que obligó a las autoridades a
exhumar los cadáveres de dos de sus anteriores pacientes. Comprobaron que
también murieron envenenados. Dentro de la recopilación de evidencias, se
solicitó la declaración de Philip Hahn, el ex esposo de Anna. Éste llevó una
botella que contenía media onza de croton oil (aceite de crotón), que él había
cogido de su casa cuando tuvo la sospecha de que su esposa intentaba
intoxicarlo. Lo había guardado en su trabajo, pensando en llevarlo algún día a
la policía. Anna se defendió diciendo que su ex esposo usaba el aceite para sí
mismo.
En el registro del apartamento de Anna, la policía encontró el pagaré de
2000 dólares que le firmó a Albert Palmer, y que le quitó después de muerto.
El pagaré los llevó al anciano y a sus familiares, y pudieron deducir que Anna
lo había matado. De su cuenta bancaria habían desaparecido 4000 dólares. A
la vez, se exhumó el cadáver de Jacob Wagner y se le practicó la autopsia,
descubriendo grandes cantidades de arsénico. Oskar, el hijo de Anna, declaró
que no habían conocido casualmente a Obendorfer en la estación del tren en
Cincinnati, sino que su madre compró un billete para él. Y durante el viaje a
Colorado, ella le sirvió varias bebidas al hombre, y éste comenzó a sentirse
mal.
Las autoridades de Ohio no efectuaron su extradición a Colorado, sino
que tuvieron suficientes pruebas como para detenerla el 10 de Agosto de
1937, con cargo del asesinato de Wagner. Hahn fue llevada a juicio, el 11 de
Octubre de 1937, con un jurado compuesto de únicamente un hombre, y once
mujeres. Se demostró que Wagner tenía en su interior arsénico como para
matar a cuatro personas. También que la letra del pagaré pertenecía a Anna.
George Heiss, el único superviviente de los envenenamientos, declaró sobre
su repentina enfermedad, apenas entró en contacto con Anna Hahn. A la
homicida se le acusaba de un homicidio, pero ella confesó cuatro muertes y
ocho intentos.
El juicio duró un mes. El 10 Noviembre de 1937 se la sentenció a la
silla eléctrica. Fue llevada a la penitenciaría estatal de Ohio, el 1 de
Diciembre, para ser ajusticiada. Su abogado apeló varias veces, logrando
aplazar la fecha de su ejecución, pero el 7 de Diciembre de 1938, a las 8.13
de la noche, se llevó a cabo la sentencia. Al día siguiente su cuerpo fue
enterrado en la zona no bendita del cementerio católico Monte Calvario de la
iglesia Holy Cross de Columbus. Hoy se conserva una lápida con su historia
casi ilegible.
Anna se declaró inocente hasta el final, incluso en una confesión de 20
páginas que dejó para ser leída tras su muerte.
7.-Bella Gunnes “La Señora Barba Azul” (Estados Unidos)

Bella Gunnes nació en 1859, en Trondhjem, Noruega, con el apellido


Poulsdatter. En el año 1883, decidió emigrar, en busca del sueño americano,
a la ciudad de Chicago en donde vivía su hermana Anna, casada con John
Larson. Su hermana sabía que Bella no era feliz en Noruega, en una familia
de canteros, y suponía que en América lograría algo mejor.
En Chicago vivió con su hermana, en una localidad de granjas llenas de
suecos y noruegos, hasta que se casó con Mads Sorenson, vigilante en un
almacén, quien deseaba formar una familia, pero la suerte no les dio hijos.
Por ello, adoptaron tres niñas, procedentes de la comunidad nórdica: Jennie,
Myrtle y Lucy. Bella cambió su nombre por Belle, más norteamericano.
La vida les sonreía, por lo que compraron un pequeño almacén en
Chicago. Pero en 1900, todo cambió y comenzaron los problemas
económicos. Para agravarlo, la tienda se incendió, y con ella la casa,
perdiéndose ambas completamente, aunque la familia no sufrió daños.
Obtuvieron una buena cantidad del seguro. Pero la tragedia continuó, y Mads
Sorenson murió por causas misteriosas, ya que tan solo se quejó de un dolor
en el pecho la noche anterior a su deceso. En el certificado de defunción se
asentó que murió de un ataque al corazón. Tras esta tragedia, la situación
financiera de Belle cambió, pues cobró cerca de 8000 dólares de la póliza de
vida de su marido, una enorme suma de dinero para la época. Además vendió
la granja en la que residían.
Con el dinero recibido, Belle abrió una pensión, pero tuvo la mala
fortuna de que se incendió al de muy poco. La viuda se tuvo que consolar con
el dinero que le pagó el seguro. Este mismo lo invirtió en una pastelería, que
iba viento en popa hasta que una noche la consumió el fuego.
Como la compañía aseguradora comenzaba a oler a chamuscado, lógico
con tanto incendio, Belle decidió que era mejor cambiar de aires.
Belle y sus hijas se trasladaron a La Porte, Indiana, un área llena de
noruegos, algunos de ellos conocidos de su finado esposo. Compró una casa,
con el dinero del seguro. Era una casa de mala reputación, que quedó
abandonada cuando murió la madame, Mattie Altie. La mala fama no se
refería a la construcción: un edificio de dos plantas, de ladrillo rojo, con seis
dormitorios, un amplio comedor, enorme cocina y amplio sótano. Y en toda
la casa había elegantes lámparas de gas. Además contaba con una huerta,
abundante terreno, que limitaba con un pantano, un bosque y la carretera
McClung. A los vecinos les agradó el cambio, y que en vez de mujeres
alegres se instalase una familia.
Una vez establecida, Belle entró en contacto con un granjero
acomodado, alto y muy bien parecido, Peter Gunness, quien tenía un niño
pequeño, de su anterior matrimonio. Se casaron, y él fue a vivir a la casa de
ladrillo rojo, llevándose a su hijo. Poco después, el niño contrajo un extraño
virus, y murió.
En el invierno de 1900, la hija mayor, Jennie, escuchó alboroto abajo, y
descendió las escaleras, hallando a su padrastro Peter retorciéndose de dolor
en la cocina. A su lado estaba Bella, llorando. Su madre le explicó a Jennie
que la gran picadora de carne para salchichas se cayó de un estante, y le dio a
Peter en la cabeza. El hombre murió antes del amanecer. Y poco más tarde,
su viuda cobró el seguro.
Otra vez sin compromiso, la mujer puso un anuncio en el periódico
local, buscando esposo. Se presentaba como una viuda rica, joven, dueña de
una granja, que quiere conocer a un caballero acomodado, para fines
matrimoniales. Contestaron varios cientos, y ella seleccionó a los que le
parecieron adecuados. No se conoce la cifra exacta de enamorados que fueron
recibidos en el gran salón de la elegante casa de Bella, tal vez una docena,
pero es seguro que su amor les acarreó la muerte.
Belle era una mujer hermosa, de cabello rubio y ojos azules, que medía
algo más de 1.80, y que aunque fue adquiriendo peso, unos 90 kilos, con un
corsé apretado poseía buena figura. Gustaba a los hombres, y los conquistaba
de inmediato. Lo malo, para ellos, es que no disfrutaban mucho tiempo de su
compañía.
La granja prosperaba, aunque estaba inmersa en la mala suerte, sobre
todo para los que iban a vivir allí; porque morían al poco tiempo. Como le
ocurrió al robusto Peter Carlson, que se fue de improviso.
Y no sólo se esfumaban los novios de Belle, sino algún otro. Un joven
vecino de 19 años, Emil Greening, estaba interesado en Jennie, quien ya tenía
edad de llamar la atención. Pero su madre decidió, sorpresivamente, que ella
estudiara en San Francisco, o eso le dijo al joven para explicar su inesperada
partida. Emil sufrió una gran desilusión, porque ni siquiera se despidió de él,
ni dejó una dirección a donde escribir.
El negocio de matar galanes y quedarse con su dinero iba
perfectamente, cuando Bella sufrió un imperdonable descuido. Ella elegía a
los que no tenían familia, ni siquiera amigos muy íntimos, los solitarios a
quien nadie echaría en falta. Eso falló al contactar a Andrew Helgelein, sin
percatarse de que el hombre tenía un hermano.
Belle se topó, en la primavera de 1907, con un carpintero de 30 años,
Ray Lamphere, que buscaba empleo. Ella le ofreció uno en su granja, y una
habitación en el segundo piso. El hombre era muy bueno en su oficio, aunque
tenía el defecto de la bebida. No tardó en convertirse en el amante de Belle,
quien lo vistió elegantemente, y lo paseaba por el pueblo, ante los ojos de
todos.
No duró mucho la fascinación por Lamphere, ya que en la Navidad de
1907, Belle apareció en La Porte con un desconocido. Los vecinos le
llamaban “el gran sueco”, y su nombre era Andrew Helgelein.
Helgelein recibió, en el banco de la ciudad, sus ahorros procedentes de
Dakota del Sur. Luego compró un anillo de compromiso en una tienda del
pueblo, y dijo que era para Belle. Todos se sorprendieron, y en especial
Lamphere, cuando se enteraron de que iban a casarse. Esa misma noche,
Belle ordenó a Ray Lamphere que abandonase la granja. Éste obedeció, pero
lleno de ira. Se metió en un bar, tomó de más, y habló de enviar al infierno a
Belle y su novio.
Una semana después de su boda, Helgelein desapareció. Belle lloró, y
les dijo a los vecinos que los hombres se aprovechaban de ella, yéndose con
su dinero. El gran sueco supuestamente se llevaría también el que le llegó de
Dakota del Sur. Al quedarse sola, llamó a Lamphere, pero éste, orgulloso, no
regresó.
Belle contrató a Joe Maxson, un hombre de muy buena reputación,
como trabajador para la cosecha. Parece ser que con él no tuvo relaciones
sexuales, pero sí fue su amigo, pues por las noches charlaban en la sala, y él
tocaba el violín. Fue una época agradable, sin sobresaltos, ni esposos en fuga,
pero se terminó cuando Lamphere comenzó a amenazarla. Belle le denunció
ante las autoridades, quienes lo detuvieron y multaron, pero Lamphere
insistió sin cesar, espiando la granja con frecuencia.
Habían transcurrido algunos meses desde que Andrew Helgelein se
instaló en Indiana, y su hermano, Asle, no recibía noticias de él. Por tanto,
decidió escribirle a Belle, preguntando por Andrew. Ella le respondió una
carta muy amarga, en la que le decía que se había ido en Enero, y que no
sabía nada de él.
El 27 de abril de 1908, Belle fue con un notario para hacer testamento.
Explicó que temía por su vida, ya que Lamphere no cesaba de acosarla.
Imaginaba que una noche quemaría su casa. En su última voluntad, dejaba
todo a sus hijos. Aquella misma noche, más bien la madrugada del 28, la
mala suerte hizo que se incendiase la granja.
Joe Maxson se despertó la mañana del 28, y olió a quemado. Supuso
que Belle estaría preparando el desayuno. Pero pronto se dio cuenta de que
olía al humo de mucha madera, muy fuerte para proceder de cocinar algo.
Saltó de la cama, se asomó a la ventana y vio que una columna de humo
ascendía de la parte inferior, y de pronto apareció una llamarada. Logró llegar
abajo, y llamó a Belle y sus hijos, pero nadie respondió. Dos vecinos
acudieron en su ayuda, colocando una escalera en la fachada y subiendo a las
ventanas donde ellos dormían. No vieron a nadie, y pronto el fuego los obligó
a desistir. Para cuando apareció el Sheriff Smutzer, acompañado de una
brigada de bomberos, ya nada se podía hacer. Todo se había consumido,
incluso los olmos cercanos a la casa.
El sheriff y sus ayudantes de inmediato barruntaron que aquello fue
provocado, y conocían al culpable. Nadie en La Porte dudaba que fuese obra
de Ray Lamphere, pues todos habían escuchado sus amenazas. Los agentes
fueron a buscarlo aquella misma mañana, y lo encontraron en su nuevo
empleo, en una granja cercana. Admitió que vio el fuego pero que no hizo
nada al respecto, pero que él no lo había provocado. Fue detenido y acusado
del incendio.
La policía encontró, entre los cascotes, cuatro cuerpos carbonizados: el
de Belle, y los tres hijos pequeños: Myrtle y Lucy, de 11 y 9 años, y Phillip,
de 5, que era hijo suyo y de Gunness. El cuerpo de Belle estaba decapitado, y
su cabeza jamás apareció Su dentista aportó valiosa información, porque le
había hecho una dentadura postiza, que tenía seis dientes de porcelana con
fundas de oro.
El domingo, 12 de mayo, localizaron la dentadura de Belle. Eso parecía
indicar su muerte, pero pudo dejarla entre los escombros. No había cabeza
aunque sí dentadura.
El 22 de mayo, comenzó el juicio contra Ray Lamphere, por incendio
premeditado y el asesinato de la familia Gunness. Durante el juicio, se
planteó la cuestión de los múltiples pretendientes de Belle, desaparecidos y
sin siquiera llevarse sus pertenencias. Algunos vecinos habían visto que Belle
usaba en ocasiones sombreros y chaquetas, sin salir de su granja, que eran
reconocidas como de sus novios. ¿Y dónde estaba Jennie, la hija? ¿Por qué
no daban con el colegio en el que estudiaba en San Francisco? ¿Por qué no
apareció, al enterarse de la muerte de su madre?
Y, para reforzar las incógnitas, en esos días apareció un hombre en la
oficina del sheriff, diciendo que se llamaba Asle Helgelein, y era hermano de
Andrew Helgelein, El Gran Sueco, y que desde que éste se fue de Dakota del
Sur, no había tenido noticias de él. Un día leyó lo ocurrido a Belle en The
Skandinaven, un periódico que hablaba de los nórdicos en Estados Unidos,
por lo que se había apresurado a ir a La Porte.
Asle le dijo al sheriff que su hermano conoció a Belle en los anuncios
de contactos de The Skandinaven, en donde se anunciaban los nórdicos que
buscaban pareja. El hermano tenía en su poder un buen número de cartas que
Belle le escribió a Andrew, en las que le pedía reunirse con ella en La Porte.
Eso hizo el enamorado, y se llevó sus ahorros, para luego desaparecer sin
dejar rastro. Asle no lo podía creer.
El sheriff no estaba muy convencido de que sucediese algo anormal,
pero intentaría ayudarle. Le dijo que se habían encontrado entre las cenizas
de la granja unos relojes y otros objetos masculinos. Asle quiso saber si
alguno de ellos pertenecía a su hermano, o no había rastro de él, por lo que
fue a cavar él mismo, junto a gente del sheriff. Animados por la terquedad del
nórdico, comenzaron a descubrir botas, relojes, billeteras de hombre, y pronto
restos de humanos, huesos de varias partes del cuerpo, incluso un esqueleto
completo. Siguieron cavando, y hallaron el cuerpo de Andrew Helgelein,
junto con cuatro cadáveres más, todos ellos desmembrados y metidos en
sacos. Uno de ellos, sin duda, era Jennie.
Tras tal terrible descubrimiento, surgió la duda sobre la muerte de la
mujer. No se hallaba la cabeza, y la dentadura era postiza. ¿No sería el cuerpo
de otra persona? Belle estaría viva, y ella misma habría incendiado la granja,
para simular su muerte.
Al saberse de los cadáveres, faltaba identificarlos. Comenzaron a
barajarse nombres, y surgieron los novios o pretendientes de la mujer.
Ole Budsberg desapareció el 26 de Abril de 1908. Se había citado con
Belle, y ya no se le volvió a ver. Se sabía que llevaba encima sus ahorros,
porque su hijo investigó en el banco. Cuando el hijo le preguntó a Belle,
sobre su padre, ella dijo que se había ido a Oregón.
También Olaf Lindbloe, de 30 años, un emigrante noruego
recientemente llegado, en 1904. Según Belle se fue a St. Louis, y ya no
regresó.
Henry Gurholt, llegó a La Porte en la primavera de 1905. Para Agosto
ya había desaparecido.
Otros fueron tan fugaces que los vecinos no aprendieron sus nombres.
Llegaban, se les veía en el pueblo con Belle, y al poco tiempo ya no se sabía
de ellos. Pero fueron varios, de eso estaban seguros los vecinos,
Budsberg, y Gurholt estaban entre los cadáveres desenterrados.
También se achacaron a Belle las muertes de sus dos primeros esposos: Mads
Sorenson y Peter Gunness. Según el forense de Chicago, Sorenson presentaba
síntomas de envenenamiento por estricnina; en el caso de Gunness, era
indudable que la picadora no se cayó sola, y alguien la empujó. En cuanto al
hijo de Peter, que estaba al cuidado de Belle, surgían sospechas, si bien no
había indicios de homicidio.
En el juicio, que comenzó el 13 de Noviembre, el defensor de Ray
aportó pruebas de que, la noche anterior del incendio, Belle fue vista en
compañía de otra mujer, no tan robusta como ella, Y los forenses
determinaron que el cuerpo decapitado habría pesado, antes del incendio,
unos 36 kilos menos que Belle, y era varios centímetros más baja de estatura.
El defensor de Ray convenció al jurado de que no era segura la muerte
de Belle, y que su defendido solamente debía ser acusado de incendiario, no
de asesino. Un hombre se presentó al juicio de Lamphere Un vecino, quien
la conocía bien, la vio el 9 de julio junto con un hombre. Ella llevaba un
sombrero grande, y un largo velo que le tapaba el rostro. Cuando se
percataron de que el vecino los había visto, se apresuraron a alejarse. Las
hijas del testigo también los vieron, y a ella la identificaron como Belle.
El jurado consideró las pruebas expuestas, que apuntaban a que Belle
fue quien organizó su propia “muerte”; por lo que Ray Lamphere fue
condenado a una pena de 21 años en la cárcel estatal de Michigan, en vez de
sentenciado a morir ahorcado. Y allí estuvo hasta el 30 de diciembre de 1909,
en que falleció por efecto de la tuberculosis. Él también se sumó a la lista de
víctimas de Belle Gunness.
Antes de morir, Lamphere le narró a su compañero de celda la verdad
sobre Bella. Estaba seguro de que no había muerto. Según Ray, ella tenía una
gran cicatriz en el muslo izquierdo, desaparecida en el cuerpo quemado. Éste
pertenecía a una vagabunda que merodeaba la granja, y por eso le faltaba la
cabeza, lo que si hubiese servido para identificar el cadáver. Lo de la
dentadura fue para despistar a la policía. También contó sobre los crímenes
que ella cometió, ya que él le ayudó, en algunas ocasiones, a ocultar varios
cadáveres.
Tiempo después, se hallaron, en un hoyo en la tierra junto a la casa,
zapatos de mujer, y un bolso, que posiblemente pertenecieron a la mujer
mencionada. También encontraron el cuerpo de un niño, que bien podía ser el
hijo de Peter Gunness.
Después de que se descubrieron los cadáveres, los hombres que se
salvaron, los que mantuvieron correspondencia con ella, respondiendo a sus
anuncios en The Skandinaven, y los que estuvieron a punto de ir a La Porte,
declararon a los cuatro vientos su suerte. Otros se comunicaron con el sheriff
de La Porte para investigar si sus desaparecidos parientes pudieran
encontrarse entre los muertos. Los familiares de algunos sabían que se habían
comunicado con Belle. Fue una larga y triste lista de desaparecidos que se
dirigieron a Indiana para casarse con la pobre viuda.
Pero cuando todo salió a la luz, la gente recordó pequeños detalles.
Maxson narró algo extraño, sobre la noche del incendio. Dijo que se despertó
y vio ante él a Belle, mirándole fijamente. Quizá intentaba matarlo, pues le
pareció ver un martillo oculto bajo los pliegues del camisón de ella. Incluso
Myrtle, una de las hijas había comentado en la escuela que su madre mató a
su padre de un golpe en la cabeza. Le pidió al confidente no decírselo a nadie.
Más adelante, muchos aseguraron que Belle no estaba muerta, porque
ellos mismos la vieron. Pero el dato más curioso es que en 1931, una anciana,
llamada Esther Carlson, (apellido nórdico), fue acusada en Los Ángeles de
envenenar a un hombre para robarle su dinero. Algunas personas, que
conocían a Belle y vieron a la anciana, aseguraron que se trataba de la misma
persona. Esther Carlson murió en la cárcel, esperando que la juzgasen.
Pero no se trataba de la misma mujer, aunque ambas envenenaron a sus
esposos. Carlson era sueca, y Bella de Noruega. La primera llegó a Estados
Unidos en 1892, y la segunda en 1883. Eran nórdicas, altas y fornidas, pero
dos personas distintas.
8.-Bertha Gifford “La envenenadora de Catawissa” (Estados
Unidos).

Bertha Alice Williams Graham Gifford nació en 1876, en Morse Mill,


cerca de Hillsboro, en el condado de Jefferson, Missouri, Estados Unidos.
Sus padres fueron William Poindexter Williams y Matilda, Lee de soltera.
Bertha tuvo nueve hermanos.
A Bertha se le acusó de haber matado a 17 personas, entre vecinos y
propios parientes, en un periodo de 21 años, en la localidad de Catawissa,
Missouri, siendo, por ello, la asesina serial americana con más víctimas.
Con veinte años de edad, Bertha se casó con Henry Graham, y
tuvieron una hija, Lila. Abrieron un pequeño hotel en Hillsboro, además de
que cultivaban una granja. Mientras estuvo casada con Graham, sucedió que
ella anduvo con un hombre varios años menor. Eso, en aquel tiempo, fue un
gran escándalo. Por ello, su matrimonio se deterioró. Henry enfermó de
neumonía, aunque decía sufrir fuertes dolores de estómago. A pesar de los
cuidados de su esposa, murió a los 34 años de edad.
Después de un espacio de luto, y tras recibir el pago del seguro, Bertha
se casó con Eugene Gifford, “Gene”, con quien tuvo un hijo: James. Al
casarse con Gene, Bertha abandonó el condado de Jefferson, mudándose a
Catawissa, en donde Gene trabajaba como carpintero y granjero, siendo muy
apreciado por sus vecinos. El hombre ayudó en la construcción de la Iglesia
de Dios, de la que era miembro. Era un hombre muy religioso, y también lo
fue la familia de Bertha.
En 1912, la madre de Gene fue a pasar un tiempo con Bertha y Gene.
Y murió a causa de un problema cardiaco, según el doctor. Dieciséis meses
más tarde, el hermano menor de Gene, Jimmy, falleció por un repentino
ataque de tos. Su hermano y cuñada lo vieron expirar ante ellos, sin poder
hacer nada.
Algo parecido le pasó al hijo de unos vecinos, el pequeño Bernard
Stuhlfelder. Tenía tan solo quince meses de edad, en Febrero de 1915,
cuando sufrió neumonía. Bertha lo cuidó día y noche, y le administró
medicina, pero nada pudo hacer. Murió entre vómitos y quejidos.
Sherman Pounds era tío de Gene Gifford, viudo con cinco hijos, uno
de ellos aún un bebé. Sherman hacía de padre y de madre. Vivía en
Catawissa. El hombre tenía una debilidad: que los fines de semanas se
tomaba unos tragos, y terminaba borracho. Normalmente, uno de sus hijos
iba tras él, para llevarlo de vuelta a casa. Pero un día no lo hizo, y Sherman
regresó solo. Se detuvo en casa de los Gifford, y le invitaron a entrar. Ya no
salió, pues pereció allí dentro. Eso sucedió en 1917, contando Sherman 53
años. El doctor dijo que fue por efecto de la bebida. Pero Sherman tenía
muchos dolores de estómago cuando murió.
Bertha Gifford preparaba medicinas de su invención, mezclas que
servían para problemas musculares, y siempre los llevaba con ella. Además
también tenía pócimas para los dolores estomacales, y varios remedios más.
En el Otoño de 1917, los Gifford le debían algún dinero a Jim Ogle. El
hombre quería cobrar, y estaba constantemente tras Gene. El día 17 de
Noviembre, Bertha compró un raticida en el pueblo. Ogle se enfermó al día
siguiente. Llamaron al doctor, quien diagnosticó que tenía malaria, y que los
problemas estomacales se debían a esta enfermedad. Bertha se ofreció de
enfermera, y los dolores aumentaron. James Louis Ogle murió a los 52 años,
el 20 de Noviembre, de una gastritis aguda.
En 1921, seis años después de que los Stuhlfelder perdiesen a su hijo,
le pasó lo mismo a su hija Margaret, de dos años de edad. También falleció
a causa de una neumonía. Los inviernos se cebaron con la pobre familia.
Y cinco años después de fallecer Sherman, una nieta suya, Beulah
Pounds, murió en la misma casa. El doctor dijo que de una gastritis aguda.
Tenía tres años de edad. El 26 de Diciembre de 1922, la madre de Beulah
dejó a ésta al cuidado de Bertha Gifford, mientras ella iba a hacer unas
compras, a San Luis. Cuando la madre regresó, halló a su hija con fuertes
dolores de estómago. La madre decidió dejar a la niña al cuidado de Bertha,
aquella noche. Al día siguiente, la niña estaba mucho peor, y falleció.
Pero, en esta ocasión, la tía de la niña pidió una autopsia. Bertha se
puso furiosa, e insultó fuertemente a la mujer. Se molestó tanto que no
acudió al funeral de la niña. Eso resultó extraño, ya que Bertha estaba
presente en todos los funerales de Catawissa.
Pero los Stuhlfelder aún perderían a otra hija. Irene moriría a los siete
años, en Marzo de 1923, y sería enterrada en el cementerio de Rock Church.
El doctor Hemker le había prescrito una medicina para el estómago. Bertha
llegó a cuidar a la niña, día y noche. Estuvo enferma nueve días, y,
desafortunadamente, expiró. A nadie se le ocurrió culpar a Bertha, quien
tenía muy buena reputación como enfermera.
Los Schamel y los Gifford eran muy amigos, vecinos por 16 años, por
lo que no resultó nada extraño que Bertha los cuidase cuando algunos de
ellos enfermaron. La madre, Ethel Schamel, murió en Junio de 1925, a la
edad de 33 años. Bertha la atendió hasta el último segundo de su vida. Dos
meses más tarde, su hijo John, de 9 años, falleció en casa de los Gifford, a
causa de una gastritis aguda. Y un mes después, otro hijo, Elmer, de 7 años,
sucumbió a la misma enfermedad. Tres semanas pasaron, para que la tía de
los niños, Leona, comenzase a vomitar. Falleció el 12 de Octubre de 1925, a
los 37 años. Quedó vivo el padre, George.
Para los niños, todo comenzó cuando los Schamel pasaron un sábado
en casa de los Gifford. Al día siguiente, Lloyd se sintió mal del estómago, y
no tardó en sufrir Elmer lo mismo. George jamás sospechó nada de Bertha.
Y el Dr. Hemker, quien firmaba todos los certificados de defunción, no
había dudado, hasta entonces, que muriesen por enfermedades, y no por
mano de Bertha. Fue tras la muerte de los dos niños, que el doctor le sugirió
al padre que se les hiciera sendas autopsias. El padre se negó.
En el pueblo comenzaron las murmuraciones. Conocían a los niños, y
sabían que estaban muy sanos. Pero no se hizo nada. Faltaban dos años, y
dos muertes para que detuviesen los asesinatos.
Otro detalle sobre Bertha: fue una ladrona, y nadie lo sabía. Un
hombre llamado Ben Scheve tenía una tienda. Como en la mayoría de los
pueblos de la época, se vendía de todo. Bertha Gifford solía ir y se llevaba
cosas sin pagar. Simplemente las robaba, y su esposo lo sabía. Por ello, le
dijo a Ben que anotase lo que su esposa se llevaba, y él lo pagaría. Gene no
le mencionó a su esposa tal arreglo. Posiblemente temía la reacción de ella.
Así estaba aquel asunto, hasta que intervino Gus Unnerstall. Gus
elaboraba buen whiskey y llegaba al pueblo a venderlo. Metía las botellas en
una cesta, las cubría con un trapo, y ponía huevos encima. Parece ser que
Gene le debía dinero, quizá por algunas botellas que Gus le había fiado. Por
tanto, el vendedor fue a su casa, y le reclamó la deuda. Ambos hombres
discutieron, y Bertha echo a Gus de su casa con un enorme cuchillo en la
mano. La policía detuvo a la mujer, y tuvo que llegar a un arreglo con Gus.
Esto sucedió a finales de 1926. Ese mismo año, la madre de Gus moría,
cuando Bertha la estaba cuidando.
La última víctima de Bertha se llamaba Ed Brinley, quien fue
carnicero en el pueblo. Perdió su negocio a causa de la bebida. Por tanto,
trabajaba para los Gifford, en la granja. El 15 de Mayo de 1927, llegó
borracho perdido a casa de Bertha. Estuvo dentro un momento. Luego salió
a la calle, y se desmayó en medio de la calzada. Gene lo metió a cuestas, y
lo llevó a una cama. Por la mañana, tras beber una limonada que le preparó
Bertha, comenzó a sentir dolor de estómago. Por la tarde murió con fuertes
espasmos. Muy temprano, en la mañana, Bertha fue a la farmacia del
pueblo, y compró algo.
El doctor Hemker consultó con un colega, sobre la causa de la muerte.
No estaban seguros, por lo que volvieron a la gastritis.
La muerte de los niños Schamel seguía estando en boca de todos. Por
ello, un fiscal, llamado Frank Jenny decidió indagar. Seis meses después de
la muerte de Brinley, un juez le concedió una orden para investigar, y
comenzó a hacer preguntas en el pueblo. Eso enfureció a Bertha, y también
a su esposo. Jenny no pudo obtener una orden del juez para detener a la
mujer, ni para exhumar los cadáveres. Se dijo que Gene movió influencias,
para que no se hiciese nada.
Pero la gente siguió inconforme, y Frank Jenny volvió a la carga al de
ocho meses. Consiguió las anotaciones de algunas farmacias, de lo que le
habían vendido a Bertha. El 23 de Agosto de 1928, Frank Jenny pudo obtener
una orden para llevar a Bertha ante un jurado, inculpándola de la muerte de
Edward P. Brinley y Elmer Schamel.
El día 25 de Agosto de 1928, Andrew McDonnell, jefe de policía de
Webster Groves, fue a efectuar un arresto a una pequeña granja a las afueras
de Eureka. Se trataba de una mujer de 53 años, a quien se le acusaba de
haber asesinado a tres personas en el condado de Franklin, Misuri. Bertha y
su esposo se habían mudado a Eureka, poco antes.
Al ser interrogada, Bertha confesó que puso arsénico en la medicina
que dio a los niños Schamel y a Ed Brinley. Dijo que lo hizo para acabar con
su sufrimiento.
A finales de Septiembre, se exhumaron los cuerpos de Brinley y los
hermanos Schamel. Se hallaron grandes cantidades de arsénico en todos
ellos. James Powers, dueño de una droguería, declaró que había vendido a
Bertha, en varias ocasiones, veneno para ratas, algo normal para quien vive
en una granja. Su primera anotación era de 1917. En otra farmacia se halló
una venta, a Bertha, con fecha 1911. Ese año murió Henry Graham, su
primer esposo.
El juicio comenzó el 19 de Noviembre de 1928. Duró únicamente
cuatro días. El fiscal pidió la horca para Bertha. La defensa esgrimió que la
mujer no estaba bien de sus facultades mentales. Varios doctores la
examinaron, y dieron tal diagnóstico. Por ello, se sentenció a la
envenenadora a pasar el resto de su vida en el Hospital Estatal de Missouri,
en Farmington. Y allí estuvo recluida, hasta que murió el 20 de Agosto de
1951.
Gene murió en 1957, y jamás dijo una palabra sobre el asunto. Si supo
algo, se lo llevó con él.
9.-Betty Neumar “La verdadera viuda negra” (Estados Unidos)

Betty Johnson nació en Noviembre de 1931, en Ironton, Ohio. Hija de


Odis y Elizabeth Walden Johnson. Fue acusada de matar a sus cinco esposos.
Estudió en la Secundaria de South Point, y se graduó en 1949. Se casó,
a los 18 años, con Clarence Malone, de 19 años, en noviembre de 1950. Un
año después denunció a su esposo por malos tratos. No obstante sus disputas,
tuvieron un hijo, Gary, en 1952. Se separaron poco más tarde. Este esposo, el
primero, murió el 27 de Noviembre de 1970, en Medina, Ohio, en la parte
trasera de su tienda. Lo habían asesinado, y la policía consideró que fue a
consecuencia de un robo, si bien no supieron qué se llevaron.
Tras su separación de Malone, Betty se casó con James A. Flynn, a
quien mataron a tiros en 1955, en un muelle de Nueva York. Éste adoptó
legalmente a Gary Malone, hijo del primer esposo, llamándose desde
entonces Gary Flynn.
El siguiente con quien Betty se casó, en 1960, fue Richard Sils, muerto
en 1965, a causa de un balazo que él mismo se pegó, durante una agria
discusión con su esposa, en Big Coppitt Key, Florida.
En 1968, Betty se casó con Thomas Harold Gentry, quien fue hallado
muerto en 1986, en la casa de la pareja, Norwood, North Carolina, debido a
múltiples tiros.
En 1985, su hijo, Gary Flynn, se suicidó, disparándose con una
escopeta. Su madre recibió 10 mil dólares de su seguro.
En 1991 la mujer volvió a casarse, en esta ocasión con John Neumar,
quien murió en 2007, supuestamente por causas naturales. Según el doctor se
debió a comer alimentos en descomposición. Estos efectos suele originarlos
envenenamiento por arsénico, pero se consideró que el deceso lo motivó una
infección bacteriana.
Todos los esposos de Betty murieron en extrañas circunstancias, pero la
policía no sospechó nunca de ella.
La pista la proporcionó Al Gentry, hermano de Thomas Harold
(tiroteado en 1986), quien logró que la policía no cerrase este caso, y lo
investigase a fondo, ya que él sí sospechaba de Betty. De Harold ella había
heredado todo: su dinero, el seguro de vida y la casa, misma que vendió poco
después para saldar deudas. Al Gentry consideró que esto era muy extraño, y
no cejó hasta demostrar que ella lo había matado.
Cuando murió John Neumar, en 2007, su hijo, John Neumar, Jr.,
también acudió a las autoridades, porque no se enteró de su enfermedad y
posterior muerte, hasta que la leyó en los periódicos. Tuvo pues que contactar
con la viuda y ella le dijo que ya estaba cremado. Pero su padre había
comprado un funeral que incluía una tumba. Que lo cremasen parecía muy
sospechoso.
La policía entendió que tres tiroteos, dos suicidios (incluyendo el de su
hijo) y un envenenamiento resultaban demasiada casualidad. Por tanto, abrió
los expedientes de los cinco esposos, y también el del hijo de ella, cuya
muerte fue considerada suicidio. Las autoridades de Georgia poco podían
investigar de la muerte de Neumar, al haber sido cremado, y solamente
pudieron ofrecer el dictamen del doctor, y que los síntomas coincidían con
envenenamiento.
Los detectives lograron saber que Betty había intentado contratar a tres
personas para que matasen a Harold Gentry, seis semanas antes de que le
disparasen en su casa de Carolina del Norte. Debido a esto, Batty fue
arrestada en Marzo de 2008, en Augusta, Georgia. Y en Junio, fue extraditada
a Albemarle, en Carolina del Norte, acusada de asesinar a Harold Gentry.
Sus esposos tenían historial militar, y seguros de vida. Ella cobró todos
los seguros. A partir del 16 de Julio de 2008, las autoridades de los estados de
Florida y Ohio abrieron los casos de sus esposos e hijo. Se descubrió que en
dos ocasiones contrató asesinos a sueldo, que mataron a sus maridos. Otra
circunstancia incriminatoria fue que cobró 200 mil dólares de seguros,
incluyendo el de su hijo.
A los 77 años de edad, fue acusada del asesinato de Gentry, aunque la
sospecha comenzó en 1955 con Flynn. Salió en libertad al pagar una fianza
de 300.000 dólares, el 16 de Octubre de 2008. Rick Burris, sheriff del
condado de Stanly, dijo que le sorprendió que la mujer pudiera pagarla, pues
supo que ella y su esposo, John Neumar, debían más de 200.000 dólares en
tarjetas de crédito. Tendría unos ahorros que su esposo desconocía.
Esperaba la fecha para su juicio cuando enfermó en 2011. Llevaba tres
años en libertad, aunque se halló arsénico en las cenizas de su quinto esposo,
John Neumar. El 13 de junio de 2011, falleció de cáncer en un hospital
Louisiana.
10.-Dana Sue Gray “Asesina por afición a las compras” (Estados
Unidos)

Dana Sue Gray asesinó a tres mujeres de edad en 1994, en California.


Fue capturada, porque su cuarta víctima sobrevivió y la identificó. Según
declaró, lo hizo para ayudarse en sus gastos. Tenía gustos caros, que debía
satisfacer.
Nació el 6 de Diciembre de 1957, en Pasadena, California, Estados
Unidos. Sus padres fueron Russell y Beverly Armbrust, por lo que Dana Sue
nació con el apellido Armbrust. Tenía dos años cuando sus padres se
divorciaron, y ya apenas vio a su padre. De niña, Dana Sue fue muy rebelde,
y era castigada frecuentemente. Le robaba dinero a su madre, para comprar
caramelos, y falsificaba notas para justificar no acudir a la escuela.
Cuando Dana tenía 14 años, la madre tuvo cáncer de pecho, y falleció.
La jovencita fue a vivir con su padre. Éste se había casado con una mujer de
nombre Geri, y en la casa vivían ellos dos más la hija y la abuela de ésta, ex
suegra de Geri, Norma Davis, a quien después asesinaría Dana Sue.
La estancia en casa de su padre duró poco, pues Norma encontró
marihuana en el cuarto en que dormían Dana y la hija de Geri. Dana
abandonó la casa, y fue a vivir con un amigo.
Desde 1976, Dana vivió con Rob, un instructor de paracaidismo, y
estudió enfermería. En 1981 anduvo con Chris Dodson, un surfista. En 1987,
en Lake Elsinore, se casó con un músico llamado Bill Gray, de quien tomó el
apellido. Se fueron de luna de miel a Hawai. De regreso habitaron cerca de
donde vivía el padre de Dana, en Canyon Lake, California. En Octubre de
1987, la mujer se casó con Tom Davis, un compañero de la secundaria. Dana
abandonó a su esposo, a principios de 1993, y se mudó con un amigo, Jim
Wilkins, quien tenía un hijo pequeño, Jason. En Noviembre de 1993, la
expulsaron del hospital en el que trabajaba, Inland Valley Regional Medical
Center, por haber sustraído 21 dosis de pastillas para el dolor.
El 14 de Febrero de 1994, Dana asesinó a Norma Davis, de 86 años, la
abuela de la hija adoptiva de Russell Armbrust. Una vecina encontró el
cadáver de la mujer, en casa de ésta. Norma tenía un cuchillo clavado en su
cuello, y otro en el pecho. Antes de quedar el cuchillo clavado en el pecho,
Norma recibió 11 puñaladas con esta arma. La policía no descubrió señales
de que alguien entró a la fuerza. Lo único que hallaron fue la huella de un
zapato apuntando a la cocina. Más adelante, la policía encontró unos zapatos
deportivos como el de la huella, que pertenecían a Dana Sue.
Nunca se le enjuició por este asesinato, si bien la policía tenía pruebas
suficientes para ello, pero en su momento contaron con dos casos muy
sólidos contra ella, y eso les bastó.
La policía sospechó de Geri Armbrust. Ella estuvo casada con el hijo de
Norma, y, después del divorcio, Geri se hizo cargo de su ex suegra, una
mujer enferma y que estaba convaleciente de una cirugía de corazón. A los
detectives les pareció muy extraña tanta bondad. Pero, tras muchos
interrogatorios, la policía decidió que Geri no era quien buscaba.
June Roberts, de 66 años, fue asesinada el 28 de Febrero de 1994. Ella
también vivía en la comunidad de Canyon Lake, un campo de golf
amurallado y con seguridad. Dana visitó a June, para pedirle prestado un
libro sobre cómo controlar el hábito de beber. El hijo de Dana, de 5 años, se
quedó en el auto. June invitó a Dana a entrar en su casa. Mientras buscaba el
libro, Dana soltó el cordón del teléfono, con el que estranguló a la mujer.
Además, la golpeó en el rostro con una botella de vino. Cuando June ya no
respiró, Dana le quitó dos tarjetas de crédito. De allí se fue a un centro
comercial en Temecula, para agotar el crédito.
El 10 de Marzo, poco después del mediodía, Dana Gray intentó
asesinar a Dorinda Hawkins, de 57 años, quien trabajaba en una tienda de
antigüedades de Lake Elsinore. Hawkins estaba sola aquel día, cuando Dana
llegó a comprar un marco para la fotografía de su madre. Fueron a la
trastienda, en donde se montaban los marcos, y Gray trató de estrangular a la
mujer con una cuerda amarilla, de nylon, con nudos. Dorinda opuso mucha
resistencia, y forcejeó para no dejarse matar. Pero, al final, Dana dejó
inconsciente a la tendera, y cogió el dinero que encontró. Le robó solamente
25 dólares, y se fue. Hawkins no estaba muerta, por lo que dio la descripción
de su atacante a la policía.
Una semana más tarde, el 16 de Marzo, Dora Beebe, de 87 años, quien
vivía en Sun City, otro campo de golf para jubilados, fue estrangulada y
luego golpeada con una pieza de hierro. Gray tocó a la puerta, y le preguntó a
Beebe por una dirección. La dueña de la casa la invitó a pasar, para ver el
plano del conjunto residencial. Una vez dentro, Dana atacó a la mujer, la
asesinó y le robó una tarjeta de crédito.
Ese mismo día, Dana estaba de compras, y unos agentes buscaban a la
mujer que correspondiese a la descripción que Dorinda Hawkins les
proporcionó. Dana Sue metía bolsas a su Cadillac, mientras los agentes la
estaban observando. En ese momento les llamaron, para informarles del
asesinato de Dora Beebe. Sospecharon que la mujer que compraba tanto
podía ser la que buscaban. Apresuradamente, consiguieron una orden de un
juez, y detuvieron a Dana por la tarde, en su casa móvil, en Mission Trail de
Wildomar, donde vivía con un amigo. Allí hallaron la tarjeta de crédito de
Dora Beebe. La asesina tenía unos pendientes de diamantes, que compró con
otra tarjeta de crédito, la de June Roberts.
Su sentencia fue dictada el 16 de Octubre de 1998. Le dieron cadena
perpetua, sin posibilidad de libertad condicional. La encarcelaron en la
prisión de mujeres de Chowchilla, en California.
Más adelante, la policía supuso que Dana también era culpable de los
asesinatos de otras dos mujeres de edad en San Diego. Los casos se cerraron,
pero con la certeza de que ella era la criminal. Ya nada se podría sumar a la
condena de por vida que pesaba sobre Dana Sue.
11.- Gesche Margarethe Gottfried "El Ángel de Bremen"
(Alemania)

Gesche Margarethe Gottfried, nació el 6 de Marzo de 1785, en Bremen,


con el nombre Gesche Margarethe Timm. Murió el 21 de Abril de 1831. Fue
una asesina serial, que mató a 15 personas, envenenándolas con arsénico, en
las ciudades de Bremen y Hanover, Alemania, entre 1813 y 1827. Fue la
última persona ejecutada públicamente en Bremen.
Entre las víctimas se incluyen sus padres, dos esposos, un hermano, un
novio y sus 3 hijos. Ella simuló gran sufrimiento en el tiempo de
convalecencia de sus seres queridos, lo que le ganó la admiración de sus
vecinos, quienes le dieron el sobrenombre de “Ángel de Bremen”. Gran error.
Luego lo cambiaron por "el Ángel de la muerte de Bremen" o "el Ángel
Caído de Bremen". De los 15 muertos, 14 fueron en Bremen, y uno en
Hanover.
Gesche, también llamada Gesina, usaba una mezcla de arsénico y grasa,
manteca, conocida como “mantequilla para ratones”, "Mäusebutter" en
alemán, que se usaba para matar a estos roedores. La mezclaba con la comida
de su víctima, quien se enfermaba lentamente. Gesina, abnegadamente,
cuidaba al enfermo, a quien seguía suministrándole el veneno, hasta que
moría.
Gottfried nació en el seno de una familia pobre. Tuvo un hermano
gemelo: Johann, a quien sus padres, Johann y Gesche, preferían.
Posiblemente los celos hacia su hermano la motivaron a cometer tales
crímenes, aunque solamente se explica en el caso de éste y los padres.
Como se iban muriendo sus parientes uno tras otro, y ella les atendía
día y noche, los vecinos la consideraron un verdadero ángel de la guarda, y
por eso le dieron tal sobrenombre. Sus conocidos decían que tenía una
incomprensible mala suerte.
Se casó con Johann Miltenberg, en 1806. Gracias a la posición social
de su esposo, la situación de Gesina mejoró. Pero las finanzas comenzaron a
ir mal, ya que gastaba el dinero a manos llenas. Su esposo le reclamó haber
disipado la fortuna que él heredó de sus padres. Por el reclamo, Johann murió
el 1 de Octubre de 1813.
Gesche se casó con Michael Christoph Gottfried, al de un par de años
de muerto su primer esposo. El matrimonio no les gustó a los miembros de su
familia, por lo que, despiadadamente y uno tras otro, murieron los que se
opusieron a su enlace con Gottfried. Y, además de vengarse de sus parientes,
quiso deshacerse de los hijos que tuvo con Miltenberg.
Su madre: Gesche Margarethe Timm murió el 2 de Mayo de 1815.
Johanna Miltenberg, la tercera de los hijos que tuvo con Johann Miltenberg,
que nació en 1812, murió a los tres años, el 10 de Mayo de 1815. Poco más
tarde, el 18 de Mayo de 1815, envenenó a Adelheid Miltenberg, que había
nacido en 1809. Tenía, pues 6 años. Su padre: Johann Timm murió el 28 de
Junio de 1815. Heinrich Miltenberg, el segundo hijo de los tres que tuvo con
Johann Miltenberg, murió el 22 de Septiembre de 1815, a la edad de 5 años.
Su hermano: Johann Timm, el origen de sus celos, murió el 1 de Junio de
1816. Había regresado del ejército, y le pidió a Gesina su parte que le
correspondía de la herencia de sus padres. Sin discutir con él, la mujer le
preparó un buen plato de mariscos, sazonados con arsénico, y el pobre
enfermó repentinamente.
Por un tiempo, eliminados los que se habían opuesto a su boda, Gesche
dejó de asesinar. Para los vecinos, se había terminado la ola de desgracias.
Su segundo marido, Michael Christoph Gottfried, murió el 5 de Julio de
1817. En su caso, Gesina se había casado para heredar, y únicamente esperó
un tiempo prudencial, para no levantar sospechas.
Los siete siguientes fueron envenenados posiblemente porque la mujer
ya había perdido la proporción, y matar se le había hecho costumbre. O
posiblemente discutió con cada uno de ellos, por cualquier razón, y Gesina
mataba a quiénes no estaban de acuerdo con ella.
El 1 de Junio de 1823, murió Paul Thomas Zimmermann, su novio. El
21 de Marzo de 1825: Anna Lucia Meyerholz, profesora de música y amiga
personal de Gesina. El 5 de Diciembre de 1825: Johann Mosees, vecino y
amigo. El 22 de Diciembre de 1826: Wilhelmine Rumpff, su casera. El 13 de
Mayo de 1827: Elisa Schmidt, de 3 años, hija de su sirvienta. Ésta, Beta
Schmidt, murió el 15 de Mayo de 1827. Y el 24 de Julio de 1827, Friedrich
Kleine, un amigo, el único que no murió en Bremen, sino en Hanover.
Hubiera seguido matando gente, si la policía no la hubiera detenido. Y
su detención se debió a Wilhelmine Rumpff, su casera. La mujer, antes de
morir, le dijo a su doctor que sospechaba que Gesina le había dado algo
extraño, en un platillo que le había preparado. Eran unas cuentas diminutas
de color blanco, y guardaba algunas. El doctor se llevó las cuentas, y las
mandó analizar. El mismo médico ya había atendido a algunos de los que
murieron, y tenía sus sospechas. Cuando descubrió que era arsénico, avisó a
la policía. Pero ya era tarde para Elisa y Beta Schmidt. Además, Gesina no
estaba en Bremen, sino en Hanover, envenenando a Frederic Kleine.
La arrestaron la noche del 6 de Marzo de 1828, varios meses después.
Era el día de su cumpleaños número 43. Se le condenó a la máxima pena, y
fue ajusticiada, por guillotina, el 21 de Abril de 1831. Ésta fue la última
ejecución pública en Bremen. Se cuenta, aunque quizá sea leyenda, que a los
sentenciados a muerte se les ofrecía un vaso de vino. Ella tomó un sorbo, y
les dijo a los jueces que le hiciesen el favor de tomar el resto. Había disuelto
veneno en el vino. La historia no relata si los jueces bebieron.
12.- Juana Barraza (La Mataviejitas) (México)

Juana Dayanara Barraza Samperio es una asesina serial mexicana,


conocida popularmente como La Mataviejitas, quien se ha convertido en el
caso más impresionante de la historia criminal de México, por el número de
víctimas y el lapso de tiempo en que asesinó impunemente. Su modus
operandi guarda gran semejanza con el de famosos asesinos mundiales, como
El Monstruo de Montmartre.
Juana Barraza nació el 27 de diciembre de 1957 en el municipio de
Epazoyucan, Hidalgo, México. Estudió enfermería, pero se dedicó a varias
actividades que en nada tenían que ver con lo anterior: incursionó en la lucha
libre, bajo el seudónimo de "La Dama del Silencio"; y vendió rosetas de maíz
afuera de la arena (coliseo, pabellón o palacio de la lucha o boxeo). Se le
supone adoradora de la Santa Muerte, y es famosa porque cometió varios
homicidios en la Ciudad de México, y área metropolitana, desde finales de la
década de 1990 hasta los seis primeros años del siguiente siglo.
El primer asesinato atribuido a la mataviejitas fue cometido a fines de
los años 90, pero la serie inicia son seguridad el 17 de noviembre de 2003. Se
ha estimado un número total de víctimas entre 42 y 48.
Todas las víctimas de la asesina fueron mujeres mayores o “ancianas”,
(viejitas en el habla popular), y en su mayoría vivían solas. Las muertes las
provocó con golpes, heridas de armas punzo-cortantes o estrangulación. Y
tras asesinarlas, les robó. En algunos casos aislados, se encontró evidencia de
abuso sexual en los cuerpos de las víctimas.
Uno de los errores de la policía de México radicó en que siempre
buscaron a un hombre, debido a la corpulencia que se suponía tenía el
asesino. Se conjeturó que cometía sus crímenes después de un corto período
de tiempo, el que transcurría entre que conocía a su víctima y la asesinaba,
durante éste lapso se ganaba la confianza de ella. Tales hipótesis ayudaron a
la asesina, pues, al ser mujer, no encajaba en el perfil. Más adelante se pensó
que el asesino se presentaba ante sus víctimas como trabajador social del
gobierno, ofreciendo programas destinados a personas de la tercera edad. Ese
razonamiento sí fue acertado.
La acción de las autoridades se complicó debido a que investigaron un
gran número de pistas contradictorias, tanto que llegaron a suponer que se
trataba de dos asesinos. Se siguió una pista basada en que tres de las víctimas
poseían una copia de una pintura del siglo XVIII, Niño en Chaleco Rojo, del
artista francés Jean-Baptiste Greuze, lo que era una coincidencia que les hizo
elucubrar teorías que no condujeron a parte alguna. Para ayuda de la asesina,
se divulgó que algunos testigos señalaban que “el asesino” usaba ropa de
mujer, para más fácil acceso a las viviendas de las víctimas. Esto establecía
un paralelo entre este caso y el famoso del monstruo de Montmartre, y se
pensó en un varón con desdoblamiento de personalidad. Otra observación que
despistó fue que algunas de las víctimas de la asesina eran de origen español,
por lo que ella podía ser igualmente de tal procedencia, lo que le facilitaba el
acceso a sus domicilios. Todas resultaron erróneas.
El 25 de enero de 2006 se arrestó a una persona que huía del hogar de
Ana María de los Reyes Alfaro, de 82 años de edad, residente de la colonia
Moctezuma en la ciudad de México. La anciana había sido estrangulada con
un estetoscopio, y apuñalada, varias veces, con un cuchillo de tipo militar.
Para sorpresa de la policía, que seguía buscando a un hombre, la persona
detenida era una mujer: Juana Barraza, de 48 años. Pero ella se asemejaba
bastante a las características faciales del asesino, plasmadas en un modelo de
arcilla basado en las descripciones de los testigos: cabello tupido, teñido de
rubio y rostro de facciones duras. Al ser detenida portaba un estetoscopio,
solicitudes de pensión para adultos mayores y una falsa credencial de
trabajadora social. Luego, la policía comunicó que las huellas digitales de
Barraza habían sido encontradas en, al menos, diez escenarios de crímenes.
Pero, al no contar la policía con un banco de datos, ni la forma de analizarlos,
tuvieron que detenerla para verificarlo.
Cuando fue capturada e interrogada, Barraza confesó haber asesinado a
Ana María de los Reyes Alfaro y a otras tres mujeres, pero negó su
culpabilidad en los demás asesinatos. Fue recluida en la cárcel de Santa
Martha Acatitla, Ciudad de México, el 27 de enero de 2006.
El 31 de Marzo del 2008, se le dictó sentencia con una pena de 759
años de prisión, por 17 homicidios comprobados. Se le imputan el resto hasta
una cifra que oscila entre 42 y 48, pero extraoficialmente.
Noticia: Luego de más de un año de mantener una relación sentimental
con un interno de nombre Miguel Ángel, acusado de homicidio doloso, Juana
Barraza Samperio, La Mataviejitas, contrajo nupcias el 26 de junio de 2015,
en una boda colectiva celebrada como parte de la campaña Lazos en
Reclusión.
13.-Katherine Mary Knight, La Hanna Lecter de Australia.

Katherine Mary Knight mató a su esposo, John Charles Thomas Price,


el 29 de Febrero de 2000, de 37 cuchilladas. Eso no es nada sorprendente,
pero sí que lo cortó en pequeños trozos, que cocinó y sirvió de comida a los
hijos de su esposo, junto con verduras. La cabeza fue hallada por la policía
dentro de una olla. La mujer está en la actualidad presa en la cárcel para
mujeres de Silverwater, antes conocida como Mulawa, en Nueva Gales del
sur, Australia.
Esta acción no fue la primera de la mujer, ya que años antes destrozó la
dentadura de otro esposo, y cortó la garganta de la mascota de un tercer
esposo, en vez de atacar a éste. Una noche, él se despertó con un cuchillo en
la garganta, y la mujer le dijo que viese lo fácil que resultaría matarlo
Katherine nació el 24 de Octubre de 1955, en el hospital Tenterfield,
de Aberdeen, Nueva Gales del Sur, Australia., media hora antes que su
hermana gemela Joy. Su madre contaba ya con cinco hijos, cuatro que tuvo
con su primer esposo y otro con el segundo. Y vino un hijo más, en 1961. Sin
embargo no vivían todos juntos, porque el primer esposo se llevó a dos, y la
hermana de la madre a otros dos. Cuando murió el padre de los dos primeros,
éstos regresaron con su madre.
Como el padre de Katherine, Ken, trabajaba donde podía y encontraba,
siendo matarife de ganado, los seis hijos acompañaban a la pareja en su
peregrinar por toda Australia. En 1969, se instalaron en Aberdeen, y el padre
encontró empleo en el matadero. A partir de los 16 años, junto con su gemela,
y uno de sus hermanos, Katherine trabajó en lo mismo, hasta que tuvo su
primer hijo. Se dice que le gustaba matar y despellejar a los animales, que
actuaba como un hombre, a pesar de ser muy femenina, y que peleaba con
quien se propasase. Posiblemente su vida de violencia nació en esa época,
aunque fue más tarde cuando afloró el monstruo que llevaba dentro.
En 1973, cuando tenía dieciocho años, se enamoró de un camionero de
22 años: David Kellett, y fue a vivir con él. Se casaron en 1974. La misma
noche de bodas, casi lo estrangula porque el desempeño sexual de éste no fue
satisfactorio. En Mayo de 1976, tuvieron su primera hija, Melissa Ann.
Kellett se fue con otra mujer poco más tarde. Deprimida y con ansias de
venganza, Katherine, al día siguiente de la partida de su esposo, cogió a la
niña, de dos meses, y la colocó en medio de las vías del ferrocarril, esperando
que un tren la arrollase. Fue rescatada por un hombre que oyó llanto, y vio un
montón de ropas en las vías. Mientras, Katherine amenazaba a varias
personas con un hacha, para evitar que rescatasen a la bebé. La detuvo la
policía y la internaron en un hospital, diagnosticándola depresión post parto.
Unos días más tarde, la demente fue en busca de una mujer a quien
había visto en un auto con su esposo, y le dio una cortada en el rostro, con un
cuchillo. Sangrando profusamente, la mujer huyó y avisó a la policía. Cuando
llegó una patrulla, Katherine amenazaba a un jovencito con el cuchillo,
mientras lo sujetaba de la camisa. Los oficiales lograron que soltase al
muchacho, y le arrebataron el arma. La volvieron a internar en otro hospital,
y la niña fue encargada a los padres de la desequilibrada.
El 9 de Agosto de 1976, Katherine salió del hospital mental, bajo la
custodia de su suegra. David regresó con ella y la niña, trasladándose a
Woodridge, Queensland, donde él consiguió trabajo de camionero. El 6 de
Marzo de 1980, tuvieron otra niña, Natasha Maree. Katherine no cambió en
nada, y continuó con sus agresiones, ya fuera a puñetazos o con utensilios de
cocina. Un buen día del año 1984, ella se fue de casa, lo que significó una
enorme alegría para David. Con sus dos hijas, Katherine llegó a casa de sus
padres en Aberdeen.
En 1986, a los treinta años, Katherine era una mujer atractiva, alta,
delgada, y lograba mucha atención de los hombres. Conoció a varios, pero se
decidió por Dave Saunders, de 38 años, minero en Scone. Él se encaprichó de
ella, porque su exterior era encantador, además de tener un enorme apetito
sexual. Pero Dave ignoraba el resto. El hombre dejó su apartamento, y fue a
vivir con la mujer y sus dos hijas. Entonces comenzaron los celos de
Katherine, y sus acusaciones de que se veía con otras mujeres, constantes
separaciones y reconciliaciones.
En Mayo de 1987, Katherine le rebanó el cuello a un cachorro de dos
meses, propiedad de Dave, para demostrarle lo que le pasaría si le sorprendía
con otra mujer. También tuvo algunos intentos de suicidio. En Junio de 1988,
nació su tercera hija, Sarah. Los incidentes continuaron, y Kath atacó a Dave
con unas tijeras, y le golpeó la cabeza con una plancha para ropa, además de
hacer jirones su vestuario. Entonces, el hombre consideró que ya era
suficiente. Desapareció, y fueron inútiles los esfuerzos de ella por
encontrarlo. Unos meses después, él intentó ver a su hija, pero Katherine
había conseguido una orden de restricción de la policía, que le impedía
acercarse a ellas.
Dave había dado el anticipo para una pequeña casa, en la calle
MacQueen, y, cuando desapareció, Katherine terminó de pagarla con la
compensación que recibió en 1989, por el divorcio. Era la primera posesión
que tenía en su vida, y la decoró con lo que era su pasión: los animales
muertos. Llenó las paredes con pieles y cornamentas, y también consiguió
animales disecados, sillas de montar, botas de jinete y todo lo que pudo hallar
que recordase a un animal. Parecía un museo, o una casa del horror, con tanta
muerte.
No tardó mucho la mujer en conseguirse otro hombre, John
Chillingworth, de 43 años, que trabajaba en el matadero de Aberdeen. Kath
había trabajado en dos ocasiones en el mismo matadero. Al de unos meses de
relaciones, ella resultó embarazada de nuevo; y un niño, al que llamó Eric,
nació en 1991. Katherine siguió con su comportamiento violento, por lo que
la relación terminó al de tres años. A sus vecinos les pareció, sin embargo,
muy largo período. El final no fue como en las anteriores separaciones,
porque la mujer abandonó a Chillingworth por otro, John Price, con quien
engañó a su pareja buen tiempo antes de dejarlo.
John Charles "Pricey" Price, de 38 años, era un buen hombre, querido
por todo el mundo. Había estado casado y tenía tres hijos. Se divorció en
1988. Su ex esposa se quedó con el menor, de dos años. Él y los otros dos
fueron a vivir a la Calle Saint Andrews, en Aberdeen, Valle de Hunter, en
Nueva Gales del Sur. También era minero. Aunque había escuchado rumores
sobre ella, John no hizo caso. En 1995, ella se mudó con él y sus dos hijos.
Al principio, todo funcionó de maravilla, como sucedió en los
anteriores matrimonios de Kath, pero duró poco. Pronto comenzaron las
acusaciones de ella por la supuesta infidelidad de él, las separaciones y las
peleas. Y algo extraordinario sucedió en 1998, pues Kath grabó una cinta en
la que se veían objetos que Price había robado de la mina, y se la mostró a los
jefes de su esposo, como venganza por una pelea en la que él se negó a que
legalizasen su unión. Aunque los objetos carecían de importancia, Pricey fue
despedido tras 17 años de trabajo. Ese mismo día, él echó de su casa a la
mujer, quien se refugió en la cámara de los horrores en la calle MacQueen.
Kath regresó con Pricey pocos meses más tarde. Durante un tiempo
prometieron llevarse bien, aunque era indudable que no lo lograrían.
Continuaron discutiendo y peleando, hasta el martes 29 de febrero de 2000.
La tormentosa relación había durado seis años.
Ese día, acababan de tener relaciones sexuales, cuando la mujer cogió
un cuchillo y atacó a Pricey, quien intentó huir, pero sin éxito. Ella lo alcanzó
en el vestíbulo, tras una carrera por el interior de la casa, y le clavó el arma
37 veces, en pecho y espalda. Ya que la mujer trabajó bastante tiempo en el
matadero local, supo cómo descuartizar a su esposo, quitarle la piel, que
colgó tras una puerta, y obtener carne similar a la de una res. Se supone que
el origen de la agresión fue que él la había denunciado por otro ataque similar
acontecido la semana anterior. El fondo de esta violencia radicó en que el
hombre le había pedido que se fuera de su casa, algo muy lógico conociendo
el carácter de ella. La mujer no estaba dispuesta a irse, y reaccionó de forma
muy violenta y fatal.
A las seis de la mañana del miércoles, 1 de Marzo, un vecino notó que
la camioneta de John Price estaba aún en su casa. Algo sucedía, porque él se
iba antes de esta hora. El jefe de John también se preocupó por su ausencia, y
contactó al vecino. Éste tocó en la ventana de la casa, pero sin suerte. Se
acercó, junto con otro vecino, a la puerta principal, y les pareció que había
sangre. A las ocho, la policía llegó al lugar, forzando la puerta posterior, y
hallaron el dantesco espectáculo, un panorama de carne colgada de ganchos
por toda la casa. Katherine estaba escondida en una habitación, en estado de
shock. La descripción de los oficiales de la policía es digna de una película de
terror.
Afortunadamente, los hijos no llegaron a probar el estofado que les
había preparado su madrastra para la hora de la comida, cuando regresasen
del colegio. La policía supo que poco después de matar a John, Kath fue a un
cajero automático, y retiró mil libras de la cuenta de su pareja.
El juicio comenzó el 15 de Octubre de 2001 y duró tres días. Knight fue
hallada culpable de asesinado, sentenciándola a cadena perpetua. Es la única
mujer que cumple cadena de por vida en Australia. En la cárcel para mujeres
de Mulawa, ella realiza labores de limpieza. Aunque es una buena cocinera,
no se atreven a dejarla trabajar en la cocina.
En Junio de 2006, pidió revisión de su condena. Se presentó ante el
tribunal con un crucifijo de plata de 10 centímetros colgando del cuello,
buscando la compasión de los jueces.
14.-Francisca Ballesteros: “Paqui: la envenenadora de Melilla”
(España)

Nació en Valencia, en 1969, y muy joven se mudó a Melilla. En 1987,


se casó con Antonio González Barribino, de 25 años, natural de Melilla, con
quien tuvo tres hijos: Sandra, nacida en 1989, Florinda, en 1990, y Antonio,
en 1992. Tras el parto de Florinda, Francisca sufrió una gran depresión, que
la motivó a desear el divorcio. Pero lo pensó mejor, y decidió terminar con su
familia, para conseguir su libertad, y regresar a Valencia. Envenenó a su hija,
de seis meses de edad, al suministrarle, entre los meses de Junio y Agosto,
varios gramos de cianamida cálcica, compuesto del medicamento 'Colme',
que le provocaron la muerte por un fallo hepático, la misma causa que
provocó el fallecimiento, años más tarde, de su marido y de su hija Sandra.
Una vez consumada la primera muerte, planeó continuar con el resto de la
familia.
Según declaraciones de ella, su marido era alcohólico, le pegaba y
amenazaba con irse de la casa. Debido a esto, Paqui (Francisca Ballesteros)
decidió eliminarlo. Y a los hijos también, porque ella deseaba ser libre. La
declaración contrasta con las de sus vecinos, quienes aseguraron que el
hombre era una persona normal, sin problemas de alcoholismo, ni ninguno
supo de malos tratos. La envenenadora aseguró que pensaba matarse, una vez
liquidada su familia, pero eso tampoco concuerda con la declaración de un
novio, con el que andaba en secreto. Y si pensaba suicidarse, ella no ingería
el veneno que suministraba al resto de los componentes de su familia, quienes
sufrían intoxicaciones constantes.
Pero la realidad es que ella había conocido hombres por Internet, en
páginas de contactos en las que usaba el alias de Fogosa, llegando a intimar
con tres. En Diciembre de 2003 viajó a Tenerife a visitar a uno de ello, al que
había engañado diciendo que era viuda y no tenía hijos (o eso pensaba que
sucedería en breve). Coincidiendo con el viaje, su marido e hijos ingresaron
en el hospital debido a una intoxicación, que Paqui achacó a una fumigación.
Se recuperaron, pero ella insistió en su deseo de ser viuda y sin descendencia.
Su marido falleció el 12 de Enero de 2004, por un supuesto infarto de
miocardio.
Flori, suegra de Paqui, cansada de las largas que le daba su nuera, llegó
a ver a su nieta, junto con su hijo Ricardo. A la fuerza irrumpieron en la casa.
Cuando llegaron a la habitación, vieron que Sandra agonizaba en la cama,
boca arriba y respirando con dificultad. Paqui, con total sangre fría dijo que
se acababa de ir el doctor, quien aseguró que se recuperaría.
Ricardo, el tío de la niña, llamó a una ambulancia. Pero ya era tarde,
Sandra, de 15 años de edad moriría tres días después, el 4 de Junio de 2004,
de cirrosis y fallo multiorgánico. Antonio, de 12 años de edad y hermano de
Sandra, ingresó también en el hospital, con idénticos síntomas. Él sobrevivió.
La autopsia de la niña reveló que había sido envenenada, por lo que
detuvieron a su madre el 8 de junio de 2004. Paqui confesó que les suministró
Colme, cianamida cálcica, además de Zolpidem y Bromazepam. La policía
halló Colme en un vaso de agua en la mesilla de noche de la habitación de la
hija. También declaró haber asesinado a otra hija que murió en 1990, con tan
sólo 6 meses de vida. Ante tal situación, el juez ordenó la exhumación del
cadáver de Antonio, marido de Francisca. Fue víctima de una intoxicación,
pues el cuerpo presentaba restos de sedantes.
El hombre de Tenerife, de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, de
nombre Cesáreo, a quien Paqui engañó con respecto a su estado civil y
situación familiar, declaró que habían hecho planes de boda. Él ignoraba que
el esposo de Paqui aún vivía. Conoció a La Fogosa en Internet, en el mes de
Agosto, y se vieron en Tenerife en Diciembre. Ella le dijo que se casarían en
cuanto vendiese su casa de Melilla, pero ella no parecía dispuesta a hacerlo,
por lo que el hombre concluyó la relación. Nunca imaginó la realidad, hasta
que se enteró por los medios.
El 26 de Setiembre de 2005, Francisca fue sentenciada a una pena de
84 años de prisión, por tres asesinatos y la tentativa del cuarto.
15.- Trinidad Ruiz Mares “La Tamalera” (México)

En algunos periódicos fue conocida como Trinidad Ramírez, sin que se


sepa la razón de que ese apellido aparezca en toda la familia, incluyendo su
pareja y sus hijos. Esta mujer de 45 años, natural de Tequisquiac, Estado de
México, asesinó a su pareja, Pablo Díaz Ramírez, de 53 años, a quien hizo
tamales, una pasta de harina de maíz con algún relleno, normalmente carne.
El asesinato sucedió en la Ciudad de México en Julio de 1971, Calle Pirineos
número 15, barrio de Portales. La mujer mantenía a su familia vendiendo este
alimento en la esquina de las calles Ermita Ixtapalapa y Emiliano Zapata.
Trinidad había abandonado a su esposo, porque éste la engañaba con
otras mujeres. Ya sola, conoció a Pablo, quien tenía una peluquería en el
barrio Portales. El peluquero se unió a Trinidad y sus tres hijos, en 1968. Con
el tiempo, Pablo, un alcohólico, dejó de trabajar, para vivir de lo que ganaba
Trinidad, con la venta de tamales (envuelto de harina y carne en hojas de
mazorca de maíz). El hombre se quedaba con la mayor parte de lo que ella
ganaba, que gastaba en licor, y justo le dejaba algo para “el gasto”. Además,
golpeaba a la mujer así como a sus hijos.
El 17 de Julio de 1971, Pablo le quitó a Trinidad el dinero, la golpeó, y,
no contento con eso, también pegó a su hijo mayor. La mujer ya no pudo
soportar más, y esperó a que el peluquero se durmiese ante el televisor,
viendo una velada de boxeo. El hombre no disfrutó la pelea, por efecto del
alcohol. Al comprobar que estaba profundamente dormido, Trini cogió un
bate de béisbol y le dio un buen número de golpes, hasta que falleció. En este
punto, la historia es muy similar a otras, igual de triste y lastimosa. La
segunda parte es horrorosa.
Una vez muerto Pablo, la mujer lo fue descuartizando poco a poco. Le
cortó las extremidades con un hacha que pidió prestada a una vecina. Luego
separó la cabeza del tronco, la coció y guardó en una olla, que escondió bajo
su cama. También coció el torso y las extremidades, que sirvieron de relleno
para los tamales que vendería al día siguiente. Lo que sobró de Pablo lo metió
en un saco, lo subió al carro en que vendía los tamales, y lo arrojó a un
terreno baldío cercano a su casa.
El crimen se descubrió por lo siguiente: los vecinos de la calle Sur 71-
A, barrio Justo Sierra, percibieron un intenso olor pestilente en un lote
baldío, la mañana del día 20 de Julio. Fueron en busca de un empleado de
limpieza que andaba por la zona, barriendo las calles, y le comentaron de la
fragancia que despedía un saco grande. El barrendero, al percatarse de lo que
contenía el saco, llamó a las autoridades.
Detuvieron a Trinidad el miércoles 28 de julio de 1971, tras ser
identificado el cadáver por la policía, debido a las huellas dactilares. Ella
confesó que no tuvo cómplices, aunque la policía aseguró que le ayudaron su
yerno y el hijo mayor. Pero Trinidad se arrogó la culpa completa. Fue
sentenciada a 40 años de prisión, y recluida en la cárcel de mujeres de
Iztapalapa, en donde falleció en 1995.
Tras la muerte de Pablo, aparecieron datos interesantes sobre él. En
1937 golpeó a un hombre, y fue encerrado por lesiones. En 1938 y 1939, fue
detenido repetidamente por lesiones y estupro, pero sin pasar por la cárcel.
En 1943, nuevamente ingresó en prisión, por los mismos cargos.
En 1994, un año antes de la muerte de la tamalera, el director de cine
Juan López Moctezuma filmó la cinta El alimento del miedo, con base a la
vida de Trinidad.
16.-Lyda Southard “La Barba Azul de Idaho” (Estados Unidos)

Lyda Anna Mae Trueblood nació el 16 de Octubre de 1892, en


Keytesville, Missouri, Estados Unidos. En 1906, su familia se trasladó a
Twin Falls, Idaho. Se casó siete veces. Tuvo la horrible fama de ser una de
las primeras mujeres asesinas seriales. Se sospechó que había envenenado a
cuatro esposos, un cuñado y a su propia hija, con arsénico o veneno para
ratas. Todo esto para cobrar el seguro. Solamente se le sentenció por la
muerte del cuarto esposo.
Se casó con Robert Dooley el 17 de Marzo de 1912. La pareja se fue a
vivir con el hermano de Robert, Ed Dooley, a un rancho de Twin Falls,
Idaho, donde nació su hija Lorraine, en 1914. Al año tuvieron otra hija.
En 1915, Lorraine falleció inesperadamente. Lyda dijo que fue por
beber agua de un pozo sucio. Edward Dooley murió poco después, en Agosto
de 1915, al comer algo en putrefacción. La pareja recibió 2 mil dólares del
seguro.
Robert Dooley cayó enfermo y murió por fiebre tifoidea, el 12 de
Octubre del mismo año. Lyda y su segunda hija eran las únicas
supervivientes de la familia. La mujer cobró las pólizas del seguro de todos.
Al de dos años, Junio de 1917, Lyda conoció a William G. Mchaffle,
con quien se casó, y se fue a vivir a un rancho de Hardin, Montana. Poco
después, la segunda hija de Dooley, de tres años, enfermó y murió. Al de un
año McHaffle se sintió mal y falleció de lo que debía ser influenza y difteria.
Sucedió el 1 de Octubre de 1918. Su viuda no pudo cobrar los 5 mil dólares
del seguro, porque McHaffie no tenía al corriente los pagos de la póliza.
En Marzo de 1919, la asesina se casó con Harlen C. Lewis, vendedor
de autos en Billings, Montana. Al de cuatro meses de casarse, Lewis murió
por complicaciones de gastroenteritis. En esta ocasión Lyda si cobró 10 mil
dólares de la póliza.
La asesina se casó por cuarta vez en Pocatello, Idaho, con Edward F.
Meyer, capataz de un rancho, en Agosto de 1920. El marido se enfermó de
tifoidea y murió el 7 de Septiembre, apenas un mes más tarde. Esta vez, el
seguro pidió que se efectuase la autopsia. Ésta reveló el virus del tifus en la
sangre, y no analizaron más. Ella se fue de la zona, llevándose 12 mil dólares
del seguro.
Earl Dooley, pariente de Ed Dooley, y farmacéutico de Twin Falls,
comenzó a estudiar las muertes entorno a Lyda. Eran muchas y sospechosas,
por lo que pidió ayuda a un doctor y otro farmacéutico. Analizadas las
muertes, hablaron con el fiscal del condado de Twin Falls, Frank Stephan,
quien ordenó exhumar los cuerpos de todos los muertos. Hallaron restos de
arsénico. El agente Ormsby de Hardin, comenzó a investigar, hallando que
dos trabajadores del rancho se enfermaron a la vez: Ben Squires y Meyers. El
primero sanó, pero el segundo no.
El agente Ormsby investigó la muerte de Harlan Lewis, en Billings. En
una tienda, le dijeron que Lyda había comprado tiras matamoscas. El
empleado recordaba bien, pues ella se llevó toda la existencia de la tienda. Y
sucedió en el otoño de 1918, cuando murió McHaffie.
Ormsby fue a la propiedad en donde vivieron Lyda y McHaffie, y los
nuevos inquilinos le mostraron un balde lleno de tiras matamoscas, que
hallaron en el sótano. Eso era lo que Ormsby buscaba. Él ya había imaginado
que Lyda hervía las tiras para obtener arsénico, y lo ponía en la comida de su
esposo. A tal comida se le llamó: Lyda Southard's Famous Apple Pie “La
famosa tarta de manzana de Lyda Southard).
El 2 de Abril de 1921, se desenterró el cadáver de Meyer, y el forense
lo examinó, encontrando restos del veneno en el cabello y las uñas, además
de que otra prueba era lo bien conservado que estaba. Ormsby regresó a Twin
Falls donde pidió al fiscal que exhumasen los otros cuerpos: esposos, hija y
cuñado. Todos contenían cantidades letales de arsénico.
Por otra parte, los motivos se encontraban en la compañía de seguros
del Estado de Idaho, en Boise. Todos los esposos de Lyda tuvieron pólizas de
seguros, y ella era la beneficiaria. Las aseguradoras habían pagado los
seguros de todos ellos Había obtenido varios miles de dólares por las muertes
de sus tres primeros esposos. Muy buen dinero para la época.
El 22 de Abril de 1921, fue acusada de asesinato. Pero había que
encontrarla, y a eso se dedicó la policía. Lyda ya no estaba en Idaho, sino en
Honolulu, Hawai, casada con su quinto marido, un oficial de marina, Paul
Vincent Southard. Lyda llevaba su apellido entonces, por lo que después ya
se le conoció como Lyda Southard.
Ormsby la arrestó en Hawai el 24 de Mayo de 1921. En Junio llegó a
San Francisco con su prisionera. Viajaron en tren hasta Wells, Nevada, y en
automóvil hasta Twin Falls, Idaho, donde la encerraron el 11 de Junio de
1921.
Su juicio comenzó el 26 de Septiembre, y se presentaron las pruebas de
la compra de las tiras de matamoscas, y que fueron hervidas para extraer el
arsénico. El 4 de Noviembre se le halló culpable de asesinato en segundo
grado y sentenciada de entre 10 años y perpetua, en la penitenciaría estatal de
Old Idaho. La ya denominada “Señora Barba azul de Idaho” (Idaho’s Lady
Bluebeard), ingresó en la Vieja Penitenciaría de Boise (Old Idaho
Penitentiary), a los 29 años de edad. Paul Southard se divorció de ella al
conocer su pasado.
Le permitieron cultivar rosas en el jardín de la prisión, y logró escapar
el 13 de Mayo de 1931, con la ayuda de David Minton, haciendo una soga
con las sábanas de su cama. Ambos huyeron a Denver, Colorado. Minton fue
atrapado y relató que ella trabajó como ama de llaves de Harry Whitlock, con
quien se casó en Marzo de 1932.
La policía fue a ver a Whitlock, quien dijo no saber nada de la vida
anterior de ella, y que había salido de viaje. Lyda supo de la detención de
Minton, y huyó. Whitlock ayudó a la policía a localizarla, al recibir una carta
de ella desde Topeka, Kansas, a donde fue la policía a buscarla. La
detuvieron el 31 de Julio de 1932, y regresó a la penitenciaría en Agosto. La
liberaron con condicional, en Octubre de 1941, y le otorgaron el perdón en
1942.
Una vez libre, se casó con un tal Hal Shaw, quien desapareció dos años
más tarde, sin dejar huella. Lyda se trasladó a Salt Lake City, Utah, en donde
vivió hasta que sufrió un ataque al corazón, caminando de su casa a una
tienda, el 5 de Febrero de 1958. No había abandonado el apellido de su
último marido, pues murió como Anna E. Shaw. Su cadáver fue enterrado en
el cementerio Sunset Memorial Park, de Twin Falls, Idaho, y sus esposos
“vivos” no asistieron.
17.-Mary Flora Bell “Niña asesina” (Inglaterra)

Mary Flora Bell (conocida por May) nació el 26 de mayo de 1957 en


Newcastle-upon-Tyne, Inglaterra. Fue juzgada por haber asesinado a dos
niños, uno de 3 años y el otro de 4, cuando ella tenía 10 años.
Betty, la madre de Mary, era prostituta y solía ejercer en Glasgow,
Escocia. Mary fue su primera hija, nacida cuando ella tenía tan solo 16 años.
Nunca supo quién fue su padre, aunque el que hacía tal función fue Billy
Bell, un ladrón que se casó con Betty, después de que nació May. La pareja
tuvo otros hijos, y el hombre les obligaba a llamarle tío, para cobrar una
pensión que el gobierno le daba a su esposa por madre soltera.
Mary vivió una niñez traumática, lo normal en los sádicos. Cultivaba el
deseo de que otros pagasen por lo que unos terceros han hecho. Declaró que
su madre le obligaba a ciertos actos sexuales con hombres desde sus tiernos
cinco años de edad. A los ocho vendió su virginidad a un cliente, y luego la
obligaba a ir con pedófilos. A los 10 años seguía mojando la cama, y su
madre la ridiculizaba ante sus amigos, poniendo el colchón contra la ventana,
para que todos los vecinos supiesen lo que había hecho.
Mary Bell, un día antes de cumplir 11 años, estranguló a Martin Brown,
de 4 años de edad, el 25 de mayo de 1968. Según su propia confesión, ella
llevó al niño, junto a su amiga Norma, a una construcción. Cuando estaba
ante una tapia, Mary lo empujó, y el niño quedó abajo, inconsciente pero
vivo. Bajaron junto a él, y Mary le puso las manos en el cuello y lentamente
lo estranguló. Martin fue encontrado en el suelo, con varios golpes y
sangrando de la cabeza. Se supuso que se había caído.
Seguidamente, ella y su amiga, con el mismo apellido, pero sin ser su
familiar, Norma Bell, fueron a la guardería en Scotswood, hicieron varios
destrozos y dejaron una nota en la que se jactaban de haber asesinado a
Brown. La Policía de Newcastle consideró que se trataba de una broma.
El 31 de julio de 1968 las dos volvieron a asesinar. Estrangularon a
Brian Howe, de tres años de edad. Más tarde, Mary Bell regresó junto al
cadáver para grabarle una "N" y una “M” en el estómago, con una navaja de
afeitar. Además le cortó con unas tijeras parte del cabello, y luego lo castró.
Ambas niñas se encontraron con Pat, hermana mayor de Brian, que
buscaba al niño, quien no solía alejarse mucho de su casa. Mary y Norma se
ofrecieron a ayudar a encontrarlo. Después de algunas vueltas, llevaron
directamente a Pat a donde estaba su hermano, a la zona industrial, llena de
viejas construcciones. Muchos niños iban allí a jugar. Mary señaló unos
bloques de cemento y dijo que quizá estaría por allí. Pat no quiso seguir
buscando y regresó a su casa.
La policía encontró el cuerpo aquella noche, en donde Mary señalaba.
Brian estaba tendido en el suelo, estrangulado, y a su lado había unas tijeras
viejas. Todo estaba cubierto de hierbajos.
Tras esto, la policía consideró que la muerte de Martin podía no ser un
accidente, y comenzó a preguntar a todos los niños que solían jugar por
aquella zona. Entre los interrogados se hallaban Mary y Norma. La primera
se mostraba muy evasiva, y la segunda solamente sonreía.
Mary tuvo un error, pues mencionó las tijeras que se hallaron junto al
cadáver, algo que ella no debía conocer, pues la policía no había dado
detalles a nadie. Norma fue interrogada de nuevo, y, presionada, confesó que
Mary le dijo que ella había matado a Brian, y la llevó a ver el cadáver. De
regreso con Mary, no consiguieron que confesase, pero ante las muchas
contradicciones de ambas, las encerraron en espera de juicio.
Las familias de los niños asesinados recordaron que Mary Bell les
preguntaba con insistencia si extrañaban a sus hijos, y se advertía cierto tono
de burla.
El 5 de Diciembre de 1968, comenzó el juicio de ambas. Por fin, Mary
declaró que le daba placer matar a seres indefensos, y ver su incapacidad en
defenderse. El 17 de diciembre de 1968, Mary Bell fue sentenciada a prisión
indefinida, mientras que a Norma la absolvieron de ambos cargos.
Bell fue liberada el 14 de Mayo de 1980, a los 23 años, se le cambió de
nombre y se le garantizó anonimato. Como anécdota estúpida, cuando salió
de la cárcel, la pusieron a trabajar en la enfermería local para niños.
Se embarazó de alguien que la abandonó, y en 1984 dio a luz una niña,
quien no supo del pasado de su madre. No podía permanecer mucho tiempo
en ninguna parte, porque la prensa se enteraba, lo publicaba y los vecinos la
expulsaban del pueblo. Pasó muchos años escondiéndose, perseguida por el
recuerdo de lo que hizo, hasta que el 21 de mayo de 2003 Bell ganó una
batalla legal en la Corte Suprema para lograr mantener su anonimato y el de
su hija por el resto de sus vidas. ¿Qué ganaron los padres de los niños
asesinados? La ley y la justicia no van de la mano en ningún país del mundo.
18.-Nannie Doss “La alegre viuda negra” (Estados Unidos)

Fue una envenenadora de esposos y parientes, en número de once entre


1920 y 1954. Nannie asesinó a cuatro esposos, dos hijos, su hermana, su
madre, a su nieto y a su suegra, aunque fue sospechosa de otros más. Nació
en Anniston, Blue Mountain, Alabama, el 4 de Noviembre de 1905, con el
nombre de Nannie Hazle, una de cinco hermanos. Tanto ella como su madre
odiaban a su padre, un hombre muy controlador. Tuvo una niñez horrenda,
además de que fue una estudiante deficiente, no solamente por sí misma, sino
que su padre la obligaba a trabajar en casa en vez de acudir a la escuela. En
un viaje de tren al sur de Alabama, ella se golpeó la cabeza en una súbita
parada. Dio con la frente en el hierro del asiento, lo que le ocasionó jaquecas,
desmayos y depresión, durante años. Se supone que su problema mental
proviene de aquel accidente.
Durante la niñez le gustaba leer las novelas románticas de su madre, y
en la adolescencia seguía las historias de las revistas del corazón. A todas las
hermanas, su padre les prohibió divertirse, pintarse o ponerse vestidos
llamativos, así como asistir a bailes o fiestas.
En 1921, con dieciséis años, se casó con Charlie Braggs, el hombre que
le agradaba a su padre, del que nada conocía, con quien salió cuatro meses.
Ambos trabajaban en la misma empresa. Él era el único hijo de una madre
soltera, con la que vivía. Cuando se casaron, la suegra se les pegó como lapa.
La señora siempre estuvo del lado de su hijo, sin importar lo que hiciera, y
controlaba la casa. La mujer reclamaba toda la atención, y le decía a Nannie
lo que debía hacer.
De su matrimonio nacieron 4 hijas en cuatro años, 1923 a 1927.
Sometida a mucho stress, Nannie comenzó a beber, y se hizo adicta al
cigarrillo. Como la relación entre esposos no funcionaba, ambos comenzaron
a acusarse de infidelidad. Braggs no llegaba a casa por días. A principios de
1927, murieron sus dos hijas medianas, posiblemente envenenadas. Eso
sospechó Charlie, de manera que la abandonó y se llevó a su hija mayor,
Melvina, dejando a la recién nacida, Florine, con Nannie. La suegra también
murió por aquel entonces. Nannie comenzó a trabajar en una industria textil
para subsistir ella y la hija.
Braggs regresó el verano de 1928, con su hija Melvina y otra mujer,
una divorciada con su propio hijo. Nannie no podía soportar eso, y se
divorció. Regresó con su madre, llevándose a sus dos hijas biológicas.
Trabajó en Anniston, y buscó un nuevo esposo en los anuncios de contactos
de las revistas. Por tal medio encontró a Robert (Frank) Harrelson, de 23
años, trabajador en una fábrica de Jacksonville. Se casaron en 1929, cuando
ella contaba con 24 años, al de dos de divorciarse de Braggs. Nannie fue a
vivir a Jacksonville, con sus dos hijas. Unos meses más tarde, descubrió que
su marido era alcohólico y criminal, con un historial de asaltos. Sin embargo,
siguió casada por 16 años.
Melvina, la hija mayor de Nannie, casada con un tal Mosie Haynes, dio
a luz un niño, Robert Lee Haynes en 1943. En Febrero de 1945 entró otra vez
en trabajo de parto, y su madre fue a ayudarla. Nació una niña, que murió a
las pocas horas. Melvina, aunque estaba semi-inconsciente, vio cómo su
madre clavaba una larga aguja en la cabeza de la recién nacida, y eso les
comunicó a Mosie y Florine. Pero el doctor determinó muerte natural.
Tras esto, Melvina y Mosie se separaron, y ella comenzó a salir con un
soldado. Nannie no aprobó esta relación, y discutió fuertemente con ella.
Mientras Melvina estaba de visita en casa de su padre, su hijo Robert murió
misteriosamente, el 7 de Julio de 1945. La causa de la muerte fue
diagnosticada como asfixia sin motivo aparente. La abuela cobró 500 dólares
del seguro que ella había comprador para su nieto.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, el día que se anunció la
rendición de Japón, Harrelson, el segundo esposo de Nannie, celebró como la
mayoría de la gente. Estaba bien borracho y forzó a su esposa a tener sexo. Al
día siguiente, puso raticida en la botella de whisky de su esposo. Aquella
misma noche, Harrelson murió con fuertes dolores.
En 1952, Nannie conoció a su tercer esposo por el medio de los avisos
de contactos en una revista. Era de Lexington, Carolina del Norte, y se
llamaba Arlie Lanning. Se casaron al tercer día de verse la primera vez.
Lanning resultó una copia del anterior: borracho y mujeriego. No obstante, la
que desaparecía por días o semanas fue Nannie. Pero cuando estaba en casa
era una esposa modelo, por lo que, cuando su esposo murió, de un ataque al
corazón, se vio muy compungida en el funeral.
Poco más tarde, la casa en la que vivían se quemó completamente.
Lanning le dejaba en herencia la casa a su hermana, por lo que ella tomaría
posesión al haber fallecido su hermano. Pero la póliza de seguro estaba a
nombre de Nannie, y ella lo cobró. Se marchó de Carolina del Norte, poco
después, cuando falleció su suegra. Fue a vivir a casa de su hermana Dovie.
Ésta estaba enferma, y al de poco de la llegada de su hermana, pasó a mejor
vida.
Nannie se había unido al Club Círculo de Diamante, en busca de otro
esposo. Encontró a Richard L. Morton, 69 años, de Emporia, Kansas, que
vivía en Birmingham. Éste no tenía el problema de la bebida de los
anteriores, pero sí era un mujeriego. Antes de envenenarlo, lo hizo con su
madre, la de Nannie, Louisa, en Enero de 1953, cuando tuvo la mala idea de
ir a vivir con ella. Morton murió tres meses más tarde.
El quinto esposo fue Samuel Doss, de Tulsa, Oklahoma, con quien se
casó en Junio de 1954. A Nannie se le conoce por el apellido de este esposo.
Era un hombre muy devoto, que no compartía la afición de su esposa por las
novelas románticas. En Septiembre de 1954, Samuel ingresó en un hospital,
por problemas de gripe. Le diagnosticaron una seria infección estomacal. Lo
trataron y salió el 5 de Octubre de 1954. Nannie lo asesinó aquel mismo día,
con prisa para cobra las dos pólizas de seguro que habían contratado. La
muerte repentina hizo sospechar al doctor, quien ordenó la autopsia. En ésta
se apreció gran cantidad de arsénico. Nannie fue arrestada en Tulsa, el 26 de
Noviembre de 1954, y confesó haber asesinado a cuatro esposos, a su madre,
a su hermana Dovie, su nieto Robert y a su suegra, la madre de Arlie
Lanning.
El 17 de Mayo de 1955, se declaró culpable de los crímenes
mencionados, y fue sentenciada a cadena perpetua. No fue acusada de los
otros crímenes que probablemente cometió, como su otra hermana y un
sobrino.
Murió de leucemia en el hospital de la penitenciaría de Oklahoma, el 2
de Junio de 1965.
19.-Janie Lou Gibbs “La Buena Cristiana” (Estados Unidos)

Janie Lou Gibbs nació el 25 de Diciembre de 1932 en Cordele,


Georgia, Estados Unidos. Fue una asesina serial que envenenó a su esposo, a
sus tres hijos y a un nieto, para cobrar el seguro. Sucedió entre 1966 y 1967.
Gibbs tenía 18 años cuando se casó con Charles Clayton Gibbs de 39,
quien murió el 21 de Enero de 1966. Poco más tarde, el 29 de Agosto falleció
su hijo más joven, Marvin Ronald Gibbs, de 13 años. Y al de pocos meses, el
hijo del medio, Melvin Watess Gibbs, de 16 años, el 23 de Enero de 1967. La
mujer cobró 31 mil dólares por las pólizas de los seguros. Y entregó el diez
por ciento (diezmo) a su iglesia.
En todos los casos, el diagnóstico de las muertes fue problemas de
hígado. Pero la arrestaron en la Navidad de 1967, cuando falleció su hijo
mayor, Roger Ludean Gibbs, de 19 años. La policía sospechó, ya que la causa
era la misma de los anteriores. Pero dejaron libre a la mujer, y el 28 de
Octubre de 1967 asesinó a su nieto, Ronnie Edward Gibbs, de un mes de
edad, hijo del fallecido Roger.
A pesar de tanta muerte en poco espacio de tiempo, y de fallecer por lo
mismo, logró cobrar los seguros, sin grandes problemas. Pero levantó
sospechas entre los ajustadores de las aseguradoras, aunque no pudieron
proceder porque vecinos y amigos, sobretodo de la iglesia, no podían creer
que la mujer de 35 años, tan religiosa, tuviese que ver con las muertes. Ella
administraba un centro de caridad.
Pero la nuera pidió una autopsia de Roger. Se hallaron grandes
cantidades de arsénico en el cuerpo del hombre. Un juez ordenó exhumar los
demás cadáveres, y resultó lo mismo.
Ella, presionada, confesó que les había suministrado veneno para ratas.
El motivo fue cobrar los seguros. En Febrero de 1968 la declararon enferma
mental, y la enviaron a un hospital, en donde debería permanecer hasta 1976.
Muy poco para tanto crimen. En realidad era únicamente por el homicidio de
su hijo Roger.
Pero luego la juzgaron por los demás crímenes, y la sentenciaron a
cinco penas de cadena perpetua por el mismo número de asesinatos.
Como sufría del mal de Parkinson fue liberada en 1999 y puesta bajo la
custodia de su hermano y esposa. Ellos la recluyeron en un asilo, en
Douglasville, Georgia, donde murió el 7 de Febrero de 2010.
20.- Irina Gaidamachuk “Satanás con faldas” (Rusia)

Irina Viktorovna Gaidamachuk nació en 1972, en la población de


Nyagan, en la provincia autónoma de Khanty-Mansi, Siberia, Rusia. También
fue conocida como La Loba de Krasnoufimsk, zona de los montes Urales.
Confesó haber asesinado a 17 mujeres de edades entre 61 y 89 años,
golpeándoles las cabezas con martillos. Y lo intentó con otra, que logró
escapar. Eso entre los años 2002 y 2010.
Desde joven fue adicta al alcohol. Por ello, las autoridades le quitaron
la custodia a sus padres, y pasó a depender del estado. A los 18 años, en
1990, se mudó a la ciudad de Krasnoufimsk, en la región de Sverdlovsk,
también Siberia, Rusia. Allí se casó con un tal Yuri, quien la abandonó en
2004, ya que Irina se gastaba todo el dinero en vodka. Con él, Irina, tuvo dos
hijos. Luego de ser detenida, el hombre, ya casado con otra mujer y padre de
unos hijos, declaró, al conocer los actos de su esposa, que era borracha pero
no imaginó que una asesina.
La mayoría de los crímenes los cometió en Krasnoufimsk, aunque otros
en Yekaterinburg, Serov, Achit y Druzhinino. Comenzó en Junio de 2002,
con una mujer de edad en Krasnoufimsk, a quien le golpeó la cabeza con un
objeto pesado, con superficie plana: un martillo. Pronto, murieron varias
pensionadas en la región de Sverdlovsk, y de la misma forma. Lo más curioso
fue que Irina escribía, en la pared delantera de la casa de su víctima, el
número que hacía ésta en su lista. De esta forma, la policía no tuvo duda de
que eran crímenes de un serial.
Para el año 2005, la región estaba inmersa en el pánico. Las autoridades
tomaron más de 3000 declaraciones, sin obtener nada. Pensaban que se
trataba de un hombre disfrazado de mujer. Eso, porque un testigo mencionó a
alguien con pelo rubio. Fue tras el ataque fallido a la anciana pensionada
Bilbinur Makshaeva, que supieron que se trataba de una mujer. La agredida
dio detalles de ella, y dijo que se presentaba como trabajadora social del
gobierno, para no despertar desconfianza. Les solía dejar una nota en la que
ponía que estuviesen en casa a cierta hora, porque recibirían la visita de una
trabajadora social. Una vez dentro del domicilio, las atacaba con un martillo.
Luego les robaba, si bien se calcula que obtuvo unos 1500 dólares en 17
asesinatos, ya que sus víctimas no tenían dinero. El móvil fue que necesita
comprar vodka.
La homicida confesó, tras ser detenida, que espiaba un tiempo a sus
potenciales presas, y luego las visitaba haciéndose pasar por trabajadora
social. Es la misma historia que le Mataviejitas de México, idéntico modus
operandi.
Otra mujer, Marina Valeyeva, de 29 años, fue detenida como
sospechosa, y confesó los crímenes que no había cometido. Obviamente, fue
sometida a un “hábil” interrogatorio, y dijo lo que le dictaron.
En Mayo del 2010, para atacar a su última víctima, Alexandra
Povaritsyna, de 81 años, cambió su estrategia, y se presentó como alguien
que podía pintar su departamento. Quizá esta alteración a su método fue su
fin. Asesinó a la mujer y se fue. Pero los vecinos la habían visto, y dieron la
descripción y detalles a la policía. Procedieron al arresto, el 20 de Junio de
2010. Irina Gaidmachuk era conocida como una mujer normal que llevaba a
la escuela a su hija Anastasia.
Ante presión, ella misma confesó haber asesinado a 17 mujeres e
intentado con una más. Además, cotejaron su letra con la de las notas en las
que decía que una trabajadora social iría de visita, y resultó ser la misma.
Además compararon sus huellas con las halladas en algunas escenas de los
crímenes.
Un siquiatra declaró que ella estaba en su sano juicio, por lo que
procedía un juicio. Éste comenzó en Yekaterinburg, en Febrero de 2012. Fue
sentenciada a 20 años de cárcel, el 12 de Junio de 2012. Poco más de un año
por cada mujer asesinada.
21.-Jeanne Weber “La Ogresa de la Gota de Oro” (Francia)

Nació en Kérity, hoy parte de Paimpol, departamento de Côtes-


d'Armor, Bretaña, Francia, el 7 de octubre de 1874. Su apellido de soltera
fue Moulinet. Su apodo: l'Ogresse de la Goutte-d'Or se debió al barrio en el
que vivía en Paris: La Goutte-d'Or (La Gota de Oro). Asesinó a unos diez
niños, incluyendo los suyos.
Pertenecía a una familia de pescadores bretones. Se fue de su casa a la
edad de 14 años, y se estableció en Paris, realizando pequeños trabajos. Su
domicilio estaba en el Passage de la Goutte d'Or número 8. Se casó en 1893
con Jean Weber, un camionero alcohólico. De él tomó el apellido. Mientras
que Jeanne ganaba algunos francos como cuidadora de los niños de la
vecindad, su marido se los gastaba bebiendo y en el juego. Tuvieron tres
hijos.
Hacia principios del año 2005, dos de sus hijos fueron hallados
muertos, sin razón aparente. La policía no intuyó nada extraño en estas
muertes. El 2 de Marzo de ese año, su nuera, esposa de Pierre Weber, le dejó
a cuidar a su hija Georgette, de 18 meses, quien se enfermó de pronto y
murió. Tenía unas contusiones en el cuello, que el doctor no tuvo en
consideración.
Más tarde, 11 de marzo, también falleció la hermana de Georgette,
Suzanne de 3 años, en iguales "extrañas" circunstancias. Nadie sospechó de
la posible intervención de Jeanne y siguió trabajando como niñera en el
barrio de Montparnase, cuidando niños que fallecían por causas misteriosas.
A pesar de los diagnósticos de los doctores, la leyenda negra empezaba
a rondar por el barrio. Era muy extraño que los niños sufrieran extrañas
enfermedades cuando estaban con Jeanne. Ese temor se acrecentó cuando el
25 de marzo del año siguiente Germaine Lèon de apenas 7 meses, hija de su
hermano, falleció de una crisis súbita de sofoco, aunque con unas extrañas
marcas en el cuello (como todos los anteriores). Para mayor desgracia de la
familia Leon, el hermano de Germaine (Marcel) también apareció muerto
cuatro días después.
El 5 de abril, Jeanne invitó a sus dos cuñadas a cenar. Las mujeres
salieron a hacer unas compras, y dejaron al hijo de una de ellas, Maurice de
10 años, al cuidado de su tía. Cuando regresaron, hallaron que tía y sobrino
forcejeaban en una cama. El niño intentaba salvarse de ser estrangulado. La
homicida estaba sobre él, con expresión de total locura y ambas manos en su
cuello. El suceso corrió como la espuma y únicamente la intervención policial
impidió que muriera linchada.
La llevaron a juicio, el 29 de enero de 1906, acusada de ocho
homicidios, en los que se incluían los de sus hijos y los de Lucie Alexandre y
Poyatos Marcel. Pero los médicos legistas concluyeron que se trataron de
muertes naturales. Por ello, fue liberada el 6 de Febrero.
Pero no se quedó en Paris, ya que los vecinos no opinaban como el
juez. Sola, abandonada por su marido, y con el repudio de todo el mundo, que
veía muerte y calamidad por donde ella pasaba, Weber abandonó París y se
trasladó a la región de Indre. Cambió su nombre por el de Madame Glaise, y
fue empleada en el pueblo de Villedieu, en el hospital de niños
Fontgombault, con la familia Bavouzet, el 7 de abril de 1907.
Pero el 16 de abril de 1907 apareció muerto el hijo de la familia,
Auguste Bavouzet, de nueve años. El 4 de mayo, el médico de la localidad
vecina de Châteauroux concluyó que había sido estrangulamiento. Entonces
se conoció el pasado de Jeanne Weber. Pero las autoridades pidieron una
segunda autopsia, y diagnosticaron que el pequeño falleció por unas extrañas
fiebres. Jeanne volvió a librarse.
Más tarde se trasladó a Eure, en donde se empleó en el orfanato de
Caillouet-Orgeville. Conocían su historia, pero la consideraban víctima de la
mala administración de justicia. Allí usó el nombre de Marie Lemoine, y
siguió matando niños. La sorprendieron infraganti, pero no hubo denuncia,
pues el director del orfanato era culpable de haberla contratado, sabiendo de
qué la acusaban. Únicamente le pidió que se fuera.
Regresó a Paris, en donde la detuvieron por vagancia, y la encerraron
en el asilo mental de Nanterre. Los doctores la hallaron sana, y la dejaron en
libertad. Se dedicó a la prostitución. Encontró una nueva pareja y se
instalaron en una pensión de Commercy, departamento de Mosa, en 1908. No
tardó en que la sorprendiesen, el 8 de mayo de 1908, cuando estranguló al
hijo de la dueña del albergue, Marcel Poirot de doce años, con un pañuelo
ensangrentado.
La declararon loca el 25 de Octubre de 1908, y la enviaron al
manicomio de Maréville, en Meurthe-et-Moselle. Más tarde la trasladaron a
Fains-Véel, cerca de Bar-le-Duc, en Meuse (Mosa). Allí, no teniendo a quién
estrangular, lo hizo consigo misma, el 5 de julio de 1918.
22.-Felícitas Sánchez Aguillón "La Espanta-cigüeñas" (México)

Felícitas Sánchez Aguillón o Neyra de segundo apellido, nació por


1890, en Cerro Azul, Veracruz, México. Fue una asesina serial mexicana, a la
que se le dieron varios apodos: "La Ogresa de la Colonia Roma", "La
Trituradora de angelitos", "La Descuartizadora de la Colonia Roma" o "la
Espanta-cigüeñas". Se le imputan no menos de cincuenta infanticidios,
cometidos en la década de 1930, en una zona de la Ciudad de México
conocida como Colonia Roma.
No se sabe mucho de su vida, a no ser que su odio a los niños debía
proceder del rechazo que sufrió por parte de su madre, en su natal Veracruz.
También se conoce que envenenaba animales, como venganza al desprecio de
su progenitora.
Ella estudió enfermería, pero trabajaba como partera en Veracruz. Y
allí se casó con Carlos Conde, un hombre de poco carácter, al que dominaba.
Al parecer, fue cómplice en los asesinatos. Tuvieron dos hijas, gemelas, a las
que vendieron porque no podían alimentarlas.
Carlos se arrepintió de tal acción, al de un tiempo, pero desconocía el
paradero de las niñas, y su esposa no quiso revelárselo. Por ello, el hombre la
abandonó. Felícitas se trasladó a la ciudad de México, en 1910, alquilando un
apartamento en la calle Salamanca número 9, de la Colonia Roma, un edificio
de varias plantas.
La enfermera se anunció como partera. Pero a la vez, tenía un negocio
de tráfico de infantes y practicaba abortos. Todo ello en su vivienda, aunque a
veces hacía visitas a domicilio. Fue detenida un par de veces, cuando estaba
en tratos para vender un recién nacido. La dejaron libre tras el pago de una
multa.
Las madres que no deseaban quedarse con sus hijos, los dejaban a su
cuidado. Y la partera comenzó a deshacerse de los que no lograba vender.
Al de un tiempo, los vecinos advirtieron algo extraño: las cañerías del
edificio se atascaban frecuentemente. Felícitas contrataba, para destaparlas, a
un fontanero (plomero): Salvador Martínez, quien no les mencionó a los
vecinos el origen del problema.
Cuando la mujer reunió un dinero, puso una tienda de ultramarinos,
dominadas misceláneas en México. Y allí estableció su negocio clandestino
de abortos. Se ubicaba en la calle Guadalajara 69, y se llamaba “La
Quebrada". Para entonces tenía un amante, Roberto Covarrubias, conocido
como “Beto" o "el Güero" (blanco o rubio), quien estaba al tanto de lo que
ella hacía. Era padre de otra hija de Felícitas, nacida en 1939.
Sánchez era obesa, de mal carácter y sumamente fea, al decir de los que
la conocieron. Sin embargo, tuvo varios amantes, siendo Beto el último de
ellos. El periódico La Prensa (México) dijo de ella, cuando la capturaron:
"Parece bruja, con los ojos saltones, gorda, fea, más bien repugnante..."
El 8 de abril de 1941, la alcantarilla del edificio de la calle Salamanca
se atascó. El dueño, Francisco Páez buscó personal que se hiciese cargo.
Cuando los trabajadores destaparon la alcantarilla, encontraron un montón de
carne putrefacta, gasas y algodones. Todo ello despedía un hedor
insoportable, del que ya se habían quejado algunos vecinos. Lo que hizo que
llamasen a la policía fue el hallazgo del cráneo de un bebé.
La policía llegó al apartamento. Felícitas estaba en su negocio. La
casera abrió el apartamento, con su llave. En la habitación de la partera había
un altar con velas, agujas, ropa de bebé, un cráneo humano y una gran
cantidad de fotografías de niños. Las autoridades fueron a buscar a la asesina
a su tienda, pero alguien la alertó y se dio a la fuga.
El 11 de abril de 1941 detuvieron al fontanero que sabía lo que atascaba
las tuberías. Confesó que la mujer le pagaba bien por su silencio. Ese mismo
día atraparon a la pareja, Felícitas y "el Güero", antes de que abandonasen la
ciudad.
La asesina declaró que practicaba abortos, y que los productos los
arrojaba por el retrete. No dijo que los mataba, sino que eran fetos. Siendo
así, no podían juzgarla por infanticidio. Contrató un abogado, que,
horrorizado, abandonó el caso. Otro se hizo cargo. Y éste amenazó con
declarar nombres de algunas mujeres que se pusieron en manos de Felícitas.
Eran de la alta sociedad de la época, la dictadura de Porfirio Díaz. El juicio se
celebró el 26 de Abril, y el cargo fue practicar abortos ilegalmente, y no
inhumar los fetos. Las pruebas contra ella: los restos de un niño,
desaparecieron misteriosamente. Por ello, la dejaron libre en Junio, con
únicamente tres meses de prisión.
Pero si bien la Justicia no actuó, si la conciencia de la asesina, pues se
suicidó el 16 de Junio, en cuanto se vio libre. Tomó una gran cantidad de
Nembutal. Dejó tres cartas póstumas: una a su primer abogado, otra para el
segundo y la tercera para Beto. Confesó sus actos, sin demostrar el mínimo
arrepentimiento.
En cambio, sus cómplices, el plomero y los esposos relataron las
terribles torturas a las que sometía a los niños, que no vamos a mencionar.
Demostró ser muy sádica con infantes indefensos. Y sus cómplices también,
si no la denunciaron. Las maneras en que los mataba eran también terribles,
además de variadas: asfixia, envenenamiento o cuchilladas. Y luego los
descuartizaba, para poder lanzar sus restos al retrete. Algunas veces los
incineraba en la cocina, y los vecinos se quejaban del mal olor.
23.-Joanna Dennehy “Peterborough ditch murders” (Los
asesinatos de las zanjas de Peterborough) (Inglaterra)

Se dio el nombre de “los asesinatos de la zanja de Peterborough” a la


muerte de tres hombres a mano de una mujer. Los hechos tuvieron lugar en
Inglaterra, en Marzo de 2013. Las tres víctimas eran de sexo masculino, y
murieron apuñaladas. Los cuerpos fueron hallados en zanjas, en las afueras
de Peterborough, Cambridgeshire.
La homicida fue Joanna Dennehy, una vecina de la localidad, madre de
dos hijas. Nacida en 1982, se casó con John Treanor, en 1997, cuando ella
tenía 15 años. Y se fueron a vivir a St Albans, Hertfordshire, y luego a
Luton, Bedfordshire. John la abandonó en 2009, porque abusaba del licor y
las drogas. El ex esposo se llevó a sus hijas.
Joanna contó con la ayuda de tres hombres: Gary 'Stretch' Richards, de
47 años, Leslie Layton, de 36 y Mark Lloyd. Los cómplices recibían sus
favores sexuales. Sus víctimas fueron tres, aunque atentó contra otros dos
más, que salieron con vida.
Kevin Lee, de 48 años, fue un propietario de viviendas, casero de
Joanna Dennehy, su jefe en el trabajo, además de su amante. Dennehy fue a
ver a Kevin Lee en su oficina de Peterborough, a solicitar trabajo. Dijo que
acababa de salir de la cárcel, en donde estuvo por matar a su padre, quien
abusó de ella. Todo falso, pues el señor Dennehy estaba vivo, y nunca abusó
de su hija. Pero así ganó a Kevin quien la empleó para cobrar los alquileres.
Además le consiguió a ella un pequeño apartamento. Y la relación pasó de lo
laboral a lo sexual. Lee estaba casado y tenía dos hijos.
Lukasz Slaboszewski, un polaco de 31 años, había sido compañero de
apartamento de Dennehy. El 19 de marzo de 2013, la mujer le envió un
mensaje para verse en otra propiedad de Lee, en Peterborough. Allí ella lo
apuñaló. Al parecer, ellos mantuvieron una corta pero intensa relación sexual,
ya que el polaco envió un mensaje a un amigo en el que decía: 'Life is
beautiful.' (La vida es bella).
Tras el homicidio, la criminal solicitó la ayuda de su amigo y amante,
un ratero llamado Gary Stretch Richards, hombre fornido de dos metros de
alto. Lo necesitaba para cargar el cadáver. Gary obedecía ciegamente a Joana,
de la que recibía favores sexuales. Depositaron al polaco en un contenedor de
basura, fuera de la casa.
Un par de días después, Lee ayudó a Dennehy y Stretch a comprar un
auto, un Vauxhall Astra verde, más tarde apodado “la carroza fúnebre”. En él
llevaron a Slaboszewski a la zanja en la que lo arrojaron. Según la policía,
Lee sabía para qué usarían el auto, ya que el hombre le confesó a su esposa su
relación con Joanna, y le dijo que temía por su vida.
Temprano el día 29 de Marzo, viernes, Dennehy apuñaló a su actual
compañero de apartamento, y amante, John Chapman, de 56 años. El hombre
estaba drogado, por lo que no opuso resistencia. La razón pudo ser que ella le
dijo que Lee quería que ambos abandonasen el apartamento. Pero el hombre
se rehusó a irse. Dennehy llamó a Stretch para decirle que había matado a
otro, y necesitaba ayuda. El fortachón acudió acompañado de su amigo y
compañero de apartamento: Leslie Layton, y se llevaron el cadáver, para
arrojarlo a la misma zanja que al polaco.
Kevin Lee además de hablar con su esposa, le dijo a un amigo que
temía que Joanna atentase contra él. Y eso sucedió ese mismo día, ya que se
dirigió al lugar en el que murió Slaboszewski, porque tenía cita con la amante
demente. Ésta lo apuñaló según llegó. Además de que la quería fuera del
apartamento, no le pagaba por su trabajo de cobrar alquileres.
Stretch y Layton esperaban el desenlace, y ayudaron a limpiar la escena
del crimen. Llevaron el auto de Lee a un lugar aislado, en el que le
prendieron fuego. También arrojaron el cadáver a otra zanja, en las afueras
de Newborough. Dennehy lo vistió de negro, como para un funeral, antes de
lanzar el cuerpo a la fosa. Le rompió el pantalón por detrás, exponiendo su
trasero, como una burla para el difunto.
Dennehy y Stretch se fueron de Peterborough, porque la policía ya
buscaba a Kevin Lee. Su esposa reportó su desaparición, y dijo que
sospechaba de su amante.
El día 2 de Abril, la pareja estaba en North Norfolk, visitando a Gillian
Page, quien fue compañera de Dennehy en la cárcel. Realmente Joanna
estuvo en prisión, pero por robo no por matar a su padre. Page declaró a la
policía que su amiga se puso muy nerviosa al ver la noticia de la desaparición
de Lee, en la televisión.
La pareja abandonó North Norfolk en busca de un amigo, Mark Lloyd,
otro tipo al que ella tenía hipnotizado con su belleza y raciones de sexo. Los
tres se dirigieron a Hereford. Dennehy le confesó a Mark que había matado a
tres hombres, pero quería lograr otros más. También le dijo a Lloyd que ella
no quería asesinar a una mujer, y aún menos si ésta tenía hijos. Su objetivo
era eliminar nueve hombres el mismo día, para parecerse a Bonnie y Clyde.
Dennehy hizo lo que prometió, ya que apuñaló, a plena luz del día, a
dos hombres elegidos al azar, que paseaban a sus perros. A las 3.42 de la
tarde del 2 de Abril clavó dos veces su tristemente cuchillo dentado en la
espalda a Robin Bereza. Según el agredido, la mujer parecía loca.
Luego atacó a John Rogers, quien caminaba con su perro por una pista
para bicicletas. Rogers, al sentir el pinchazo en la espalda, dio media vuelta,
recibiendo dos más en el pecho. Y Joanna le robó el perro. Entre uno y otro
evento transcurrieron únicamente nueve minutos. Los dos sobrevivieron a las
heridas, aunque Rogers murió a consecuencia de ellas, en Noviembre de
2014.
En Hereford la demente se retrató con su cuchillo en una pose
provocativa, gozando lo que había hecho. En esa arma se encontraron restos
de sangre seca, que la inculpaban. Ese mismo día, la policía arrestó a
Dennehy y Stretch.
Los cuerpos de Slaboszewski y Chapman fueron hallados el 3 de Abril
cerca de Thorney, Cambridgeshire. Chapman tenía una puñalada en el cuello,
dos en el corazón y tres más en el pecho.
En Noviembre de 2013, Joanna Dennehy se declaró culpable de los tres
asesinatos y los dos intentos. La encerraron en la Prisión Bronzefield donde
estaba Rosemary West, otra muy famosa asesina. Dos de los tres hombres:
Gary Stretch Richards y Leslie Layton fueron enjuiciados por complicidad.
Old Bailey, en Londres, es El Tribunal Penal Central de Inglaterra y
Gales, y allí se celebró el juicio, por la importancia de los crímenes. Durante
la vista, la mujer estuvo sonriendo todo el tiempo, y haciendo señas a gente
del público, como si se tratase de una fiesta. En ningún momento mostró
remordimiento alguno, y así se lo manifestó al juez.
El juicio terminó el 4 de Febrero de 2014, y el jurado consideró el
veredicto. El 10 de Febrero, Layton fue declarado cómplice de intento de
asesinato. El día 12, Layton y Richards fueron sentenciados por los demás
cargos. Gary 'Stretch' Richards recibió cadena perpetua, aunque con la
posibilidad de revisión al de 19 años. Leslie Layton recibió 14 años. Y un tal
Robert Moore, quien admitió haber escondido a Layton, obtuvo 3 años de
cárcel.
El 28 de Febrero se sentenció a Joanna Dennehy a cadena perpetua. El
juez recomendó que no la liberasen jamás, ni bajo palabra. Fue la tercera
mujer en Inglaterra a la que le hayan negado la posibilidad de salir viva de la
cárcel.
24.-Silvia Meraz Moreno (La secta de sacrificios humanos de
Nacozari) (México)

Silvia Meraz Moreno nacida en 1968, en Sonora, México, fue una


asesina serial que cometió sus crímenes desde 2009 a 2012, en Nacozari,
Sonora. Tres personas fueron sacrificadas a la Santa Muerte. Se llamaron:
Cleotilde Romero Pacheco, de 55 años; Martín Ríos Chaparro, de 10; Jesús
Octavio Martínez Yánez, de 10. A los tres les cortaron la cabeza.
Toda la familia de Silvia pertenecía a la secta de adoradores de La
Santa Muerte o Niña Blanca. Asesinaron a sus propios parientes en ritos en
los que incluso participaron cuatro menores de edad, además de los dos
muertos. Esto sucedió entre Diciembre de 2009 y marzo de 2012.
Silvia Meraz era la líder del grupo. Eligió a su amiga, Cleotilde
Romero Pacheco de 55 años, como primera víctima. La atacó con un hacha, y
le cortó la cabeza. Fue hallado su cadáver en Diciembre de 2009.
En Junio de 2010, los de la secta asesinaron a Martín Ríos Chaparro, de
10 años, hijastro de un miembro de la organización. Le dijeron a la policía
que se había escapado de casa, y que algunos amigos lo vieron vagando por
Agua Prieta. No se dio más seguimiento al caso.
Y luego desapareció Jesús Octavio Martínez Yáñez, el 6 de marzo de
2012. Era nieto de Silvia. También le cortó la cabeza. Sus padres acudieron a
la policía. Al ser el segundo que se esfumaba, la policía puso más atención.
Supieron que ambos niños solían visitar frecuentemente a su abuela.
La policía ya sospechaba algo de Silvia, por su afición a la Santa
Muerte. Registraron su casa, y hallaron el cuerpo de Jesús enterrado en una
de las habitaciones de una de las hijas de Meraz.
Silvia y otros siete familiares fueron arrestados. Francisca Magdalena,
Georgina Guadalupe y Silvia Yahaira, de 21, 20 y 15 años, y Ramón Omar
Palacios Meraz, de 28, hijos de Silvia. Cipriano Meraz Aguayo, de 83 años,
su padre. Y también Eduardo Sánchez Urieta y su mujer, Zoila Hada
Santacruz Iriqui, quienes ofrecieron como sacrificio a Martín Ríos Chaparro,
hijo de otra esposa de Eduardo. Jesús Octavio, la última víctima, era hijastro
de Martín Barrón Meraz, otro hijo de Silvia Meraz. Entre tantos, alguno
confesó, señalando dónde estaban los cuerpos de las otras dos víctimas.
Todos fueron acusados de asesinatos en primer grado, en Abril de
2012. Silvia Yahaira, de 15 años, esperaría a tener 18 para ser juzgada.
Los cadáveres presentaban las gargantas y las muñecas cercenadas. Su
sangre fue esparcida por el altar a La Santa Muerte, el esqueleto vestido con
ropa floreada, que lleva una guadaña en las manos. Según Meraz, ella estaba
segura que estos sacrificios reportarían beneficios a su familia.
Parece ser que olvidó que los muertos también pertenecieron a la
familia.
25.-Leonarda Cianciulli "LA JABONERA DE CORREGGIO"
(ITALIA)

Leonarda Ciaciulli fue una asesina en serie Italiana, mejor conocida


como la “Jabonera de Correggio”. Nació en Montella, provincia de Avellino,
Italia, el 14 de Abril de 1894. Era la última de seis hijos. Su padre fue
Mariano Cianciulli, cuidador de ganado. Su madre se llamaba Serafina
Marano, viuda con dos hijos, que se casó en segundas nupcias.
Su vida no fue nada ejemplar, ya que en 1912 fue a la cárcel por hurto.
En 1919 por asalto a mano armada, con puñal. Y ya en Lauria, en 1927 la
encerraron por robo.
En 1917 se casó con Raffaele Pansardi, originario de Lauria, empleado
de la oficina de correos de Montella. Su madre la maldijo, ya que pensaba
casarla con un primo que tenía algo de dinero. La pareja de enamorados se
trasladó a Lauria en Alta Irpinia, un pueblo muy pequeño. Luego fueron a
Lacedonia. El terremoto del Vulture de 1930 destruyó la casa en la que
vivían. Ellos supusieron que la maldición tuvo efecto.
Los esposos Pensardi se mudaron a Correggio, Reggio Emilia, donde
tuvieron la friolera de 17 hijos. Tres se perdieron en abortos, que quizá fueron
voluntarios. Otros 10 niños fallecieron en la niñez, por lo que le quedaron 4.
Leonarda vivía en una eterna pesadilla, pues aseguraba que su desgracia era
originada por la maldición de su madre. En el nuevo destino, su esposo
trabajó como empleado del Registro Civil, con un sueldo muy bajo
Quizá ella enloqueció por la maldición, o lo de perturbada le venía en
los genes, pero se dedicó a matar gente para fabricar jabón con la grasa
corporal. Entre 1939 y 1940 asesinó y descuartizó a tres mujeres. Su delirio
comenzó cuando su hijo mayor, Giussepe, se enlistó en el ejército para pelear
la II Guerra Mundial.
Leonarda tenía tendencia al suicidio, desde joven. Siendo niña lo
intentó dos veces. En la primavera de1941 la encerraron en la cárcel de
Reggio Emilia, por un nuevo intento.
Sus víctimas fueron mujeres que deseaban rejuvenecer, por no decir
“jamás envejecer”. Y Leonarda las embaucó con tratamientos faciales. De tal
manera las llevó a su casa, y allí las asesinó.
La primera víctima fue Ermelinda Faustina Setti, a la que llamaban
"Rabitti". Tenía setenta años, y deseaba encontrar marido. Leonarda le
consiguió una cita en Pola, en donde el hombre la esperaba. Pero no debía
comentarlo con nadie, e irse en el mayor secreto. La enamorada dejó una
carta en la que encargaba a Leonarda sus bienes, mientras estuviera ausente.
Antes de partir, llegó Leonarda a casa de Faustina, y la mató con un hacha.
La hizo pedazos que hirvió en una olla, con siete kilos de sosa cáustica para
fabricar jabón. Le salió una pasta asquerosa y oscura, que decidió arrojar a un
pozo. Con la sangre, mezclada con harina, mantequilla, azúcar, chocolate,
leche y huevos, hizo galletas que ofreció a quiénes la visitaban.
Leonarda cobró 30,000 liras por la desaparición de la señorita Setti,
gracias al documento que le dejó.
Francesca Clementina Soavi, una maestra de un asilo fue la segunda.
Leonarda dijo que le había encontrado empleo en un colegio femenino de
Piacenza. Le pidió que escribiese a su familia, diciendo que se ausentaba,
pero sin mencionar el destino, ni la razón, porque podría ser que no obtuviese
el trabajo.
Era el 5 de Septiembre de 1940, justo antes de que la maestra iniciase el
viaje, cuando se presentó Leonarda, quien la asesinó y le robó lo poco que
tenía. En un documento, Francesca le otorgó poder para vender sus
pertenencias. La criminal puso la carta en el correo, para que sus familiares
pensaran que le sucedió algo durante el viaje a Piacenza. Con la muerte de la
maestra, obtuvo 3000 liras.
La última víctima fue Virginia Cacioppo, de 59 años, nacida en Reggio
Emilia, el 17 de Junio de 1881. Decía ser una soprano que cantó en La Scala
de Milán, así como en Líbano y Egipto. Pero al fin, deseaba encontrar un
empleo para vivir. Y Cianciulli le consiguió trabajo como secretaria de un
empresario teatral en Florencia. Pero no debía decir nada a nadie, y dejarle a
ella un documento como heredera.
El 30 de Noviembre de 1940, la cantante se preparaba para el viaje,
cuando recibió la visita de Leonarda, sucediendo lo mismo que con las
anteriores. Pero sí hubo una diferencia, puesto que la soprano le confió a una
cuñada que partía hacia Florencia.
En esta ocasión, la homicida también hirvió la carne y los huesos, pero
le añadió un frasco de colonia, con lo que la mezcla dio un jabón aceptable,
que les vendió a los vecinos. Y también fabricó galletas. Cianciulli recibió
50.000 liras y se quedó con las joyas de la cantante.
A principio de 1941 es sospechoso que no hubiese noticias de ninguna
de las tres mujeres. La cuñada de Cacioppo, Albertina Fanti, denunció la
desaparición ante la policía de Reggio Emilia. El comisario Serrao inició una
investigación. En el pueblo le dijeron que Cianciulli era amiga de las tres.
Pero no encontró nada sospechoso, y Leonarda juró que ella no sabía nada.
Entonces, apareció un Bono del Tesoro, presentado en el Banco di San
Prospero en Reggio Emilia, por el párroco Adelmo Frattini, y que perteneció
a Virginia Cacioppo. El comisario habló con el cura, y éste le dijo que lo
recibió de Abelardo Spinarelli, amigo de Leonarda. Y el tal Spinarelli
aseguró que se lo dio la mujer en pago de una deuda.
Detenida, Leonarda Cianciulli confesó que atrajo a las mujeres con
promesas de obtener para ellas la eterna juventud y una vida mejor. Además,
que viviendo con tanta escasez, ideó fabricar jabones con la grasa de las
víctimas, para ayudarse. Pero le salió una pasta informe y blanda.
Leonarda Cianciulli fue juzgada, al finalizar la Segunda Guerra
Mundial. El proceso inició el 12 de Junio de 1946, en Reggio Emilia. El 20
de Julio se le declaró culpable de tres homicidios y de robo de las
propiedades de las víctimas, por lo que la sentenciaron a tres años en un
sanatorio mental y treinta en una cárcel. Ella se echó la culpa completa, para
que no hiciesen nada a sus hijos, aunque el mayor la ayudó algunas veces.
Murió en el penal psiquiátrico de mujeres de Pozzuoli el 15 de octubre
de 1970 por una apoplejía cerebral. La sepultaron en una tumba para pobres
del cementerio de Pozzuoli. Al de cinco años, al no reclamarse sus restos, fue
enviada al osario comunal.
Una serie de artefactos de cocina, y otros usados para descuartizar, así
como el bote en el que las víctimas fueron hervidas, se exhiben en el Museo
Criminológico de Roma, desde 1949.
26.- Magdalena Solís La Gran Sacerdotisa de la Sangre (México)

Magdalena Solís fue lideresa de una secta religiosa mexicana, y asesina


serial. Se le imputan al menos 8 asesinatos, aunque hay posibilidad de que se
trate de 15. Todos ellos fueron cometidos en la aldea de "Yerba Buena", en el
estado de Nuevo León (México), no lejos de la ciudad de Monterrey. Se le
demostraron dos homicidios, y se le sentenció a cincuenta años de cárcel.
Los integrantes de la secta, además de matar a las víctimas, bebían su
sangre.
Procedente de una familia pobre, se dedicó a la prostitución desde muy
joven. Su hermano Eleazar era su proxeneta. Dejó su profesión al unirse en
1963 a la secta que encabezaban los hermanos Santos y Cayetano Hernández.
Esta pareja llegó al pueblo de Yerba Buena, un villorrio que no llegaba a 100
habitantes, al iniciarse el año 1963. Se presentaron como profetas de
“poderosos dioses incas”. Algo muy extraño en el país de los aztecas y
mayas.
Los embaucadores prometieron, a los ingenuos habitantes, que los
dioses incas les revelarían la ubicación de tesoros escondidos en las montañas
cercanas. Eso a cambio de presentes. Si los Hernández eran incultos, los
vecinos de la aldea mucho más. Los tributos a pagar no eran únicamente
económicos, sino también sexuales. Pronto sometieron a esclavitud carnal a
todo el pueblo. Organizaban orgías en las que usaban drogas.
Los Hernández engañaron a las gentes por un tiempo; pero, como no
cumplían la promesa de revelarles dónde estaba el tesoro inca, algunos se
hartaron. Los embaucadores fueron a Monterrey, en busca de prostitutas que
embobasen a los hombres de la aldea. Contactaron con Magdalena y su
hermano, quienes se unieron gustosos al engaño.
Los taimados organizaron una obra teatral. Formaron una cortina de
humo, para que al disiparse apareciese Magdalena, la reencarnación de una
diosa inca. Luego, la mujer, con algo más de cultura, optaría por un ser más
azteca, la diosa Coatlicue. Tenía Magdalena unos treinta años en ese
momento.
Los Hernández no contaron con que Magdalena se creyó ser en verdad
divina, y se apropió de la secta. Tenía visiones, además de que bebía sangre y
gustaba del sadismo. Era afecta al fetichismo y la pedofilia.
Ocurrió que dos de los vecinos quisieron salirse de la organización. Los
demás los acusaron con la Sacerdotisa, y ésta los condenó a muerte.
Comenzaba el reinado del terror. Los desertores fueron linchados por sus
vecinos.
A la mujer le encantó tener poder sobre la vida y la muerte, de manera
que además de orgías sexuales pidió sacrificios humanos. Si había un
disidente, era golpeado y mutilado por los demás, y sometido a "El ritual de
la sangre." Se le hacían cortes por los que manaba el líquido de la vida. El
pobre se vaciaba y moría. Pero la sangre, o parte de ella, era bebida por los
demás, de un cáliz. En el ritual se consumía marihuana y peyote. La
sacerdotisa decía que beber sangre los mantendría eternamente jóvenes.
Para mayo de 1963 ya habían muerto cuatro personas. Y fue en esa
fecha cuando Sebastián Guerrero, de 14 años, se acercó a las cuevas en las
que Magdalena efectuaba sus ritos. Vio que salía luz de una de ellas,
procedente de una fogata. Miró al interior, y presenció el horrible crimen de
una persona desconocida.
Corrió 25 kilómetros hasta Villagrán, población en la que había policía.
Y a éstos les narró que la mujer y sus socios estaban sacrificando una persona
y bebiendo su sangre. No le creyeron. Al día siguiente, un agente, de nombre
Luis Martínez, lo llevó a su casa. Y estando en la aldea, pidió ver el lugar que
el joven describía. Nunca más se volvió a ver al agente ni al muchacho.
La policía se movilizó en busca de su agente. Era el día 31 de Mayo de
1963. Localizaron a los “sacerdotes”, en una finca. Santos Hernández se
enfrentó armado, y fue abatido. Junto con él murieron varios más de la secta.
Su hermano Cayetano sucumbió a manos de uno de los suyos, pues Jesús
Rubio quiso beber la sangre del “enviado”, para librarse de ser apresado.
Detuvieron a Magdalena y Eleazar, junto a buena cantidad de marihuana.
Días más tarde hallaron los restos de Sebastián Guerrero y Luis
Martínez, en el campo, cerca de la finca. Al agente le habían extraído el
corazón. Junto a ellos había cadáveres de seis personas más.
A Magdalena y Eleazar Solís les dieron cincuenta años de prisión, por
los asesinatos de Guerrero y Martínez. No les pudieron demostrar haber
matado a los otros seis. A varios de la aldea les condenaron a 30 años. Mucho
tiempo después, algunos del villorrio relataron los horrores del culto.
27.-Beverley Allitt “El ángel de la Muerte” (Inglaterra)

Beverley Gail Allitt nació el 4 de Octubre de 1968, en Lincoln, capital


del condado de Lincolnshire, Inglaterra. Fue una asesina serial que mató a 4
niños y atentó contra 9 más, cuando trabajaba como Enfermera del Estado
(State Enrolled Nurse), en la guardería del hospital Grantham y Kesteven,
Lincolnshire, Inglaterra. Su método era inyectar a los bebés insulina o
potasio, para causarles un paro cardiaco.
Parecía ser una enfermera modelo, atenta y dedicada, que se hacía
agradable con los padres de las criaturas, pero las mataba sin justificación
alguna, a no ser que sufriese el síndrome de Münchhausen.
Allitt tuvo extrañas tendencias desde joven, pues se lastimaba ella
misma para obtener atención por encima de sus hermanos. Pero no permitía
que le examinasen las heridas. Era rellenita de joven, y quizá se sentía
acomplejada por ello. Reclamaba la atención de sus padres, y mostraba
agresividad contra los demás. Pasaba mucho tiempo en hospitales, buscando
atención a gran gama de afecciones, e incluso hizo que le extirpasen el
apéndice, sin síntomas de apendicitis. Y luego quiso que le eliminasen la
cicatriz de la operación.
Esto que le sucedía se conoce como el síndrome de Münchhausen. Al
fallar este intento de llamar la atención, entonces se pasa a lastimar a otros
para satisfacción propia.
Estuvo en entrenamiento para enfermera, y se sospechó de un
comportamiento extraño, como pintar caras en las paredes. Sus ausencias de
las clases fueron muchas, como resultado de sus frecuentes enfermedades
ficticias. Su novio se quejó de que ella lo manipulaba y era agresiva, y que le
reclamó que la había violado y embarazado, con lo que terminó la relación.
A pesar de los malos resultados en su curso de enfermera, en 1991,
obtuvo un contrato por seis meses por causa de poco personal, en el hospital
Grantham y Kesteven, en Lincolnshire. Comenzó a trabajar en la guardería
número 4. Cuando entró a trabajar, solamente había dos enfermeras con
experiencia en el turno de día, y una en el de noche. Por esto se entiende que
nadie detectó sus manejos.
El 21 de Febrero de 1991, Liam Taylor, de siete meses de edad, entró
en la guardería por una infección en el pecho. Allitt habló con sus padres,
asegurándoles que estaba en buenas manos, y les propuso que se fuesen a
casa a descansar. Cuando regresaron, les comunicó que había sufrido un
problema respiratorio. Salió de esta crisis, pero, al quedarse a solas con Allitt,
empeoró de pronto, se puso muy pálido, le brotaron manchas rojas en la cara,
y volvió a ser necesaria la resucitación. Era extraño que los sofisticados
aparatos no detectasen cuando Liam dejaba de respirar. El niño sufrió un
ataque cardiaco, tuvo severo daño cerebral y permaneció con vida de manera
artificial, hasta que sus padres tomaron la decisión de desconectarle. Se le
diagnosticó, fallo cardiaco.
Dos semanas después, 5 de Marzo, Timothy Hardwick, de 11 años,
llegó a la enfermería tras un ataque de epilepsia. Allitt se hizo cargo, y al
poco rato tuvo que pedir resucitación de emergencia, porque el niño no tenía
pulso y se había puesto azul. No pudieron hacer nada por él.
Kayley Desmond, de un año de edad, entró en la enfermería el 3 de
Marzo, por infección en el pecho. Parecía que mejoraba con rapidez, cuando
al de 5 días, el 8, tuvo un paro cardiaco. La resucitaron, y sus padres lo
llevaron a un hospital en Nottingham, de donde salió perfectamente. Allí, los
médicos observaron un agujero, como de inyección, bajo una axila, así como
una pequeña ampolla junto a la marca.
Paul Crampton, de cinco meses, fue admitido por un problema
bronquial, el 20 de Marzo. Al cuidado de Allitt, sufrió tres shocks por
aumento de insulina, que los doctores no podían explicar. Le transfirieron a
otro hospital en donde sanó enseguida.
Bradley Gibson, de cinco años, ingresó el 21 de Marzo, por neumonía.
Sufrió dos paros cardiacos, debido a los sobredosis de insulina que el
suministró Allitt. Los doctores no se explicaban la razón del aumento de la
insulina. Fue transferido a otro hospital, donde sanó.
Muy a pesar de lo indescifrable de los casos, nadie pensó que pudiera
deberse a la intervención de una persona, por lo que Allitt continuó su labor
asesina.
Yik Hung Chan, a quien llamaban Henry, de 2 años de edad, fue
ingresado el día 21 de Marzo, a consecuencia de una caída. El día siguiente
comenzó a ponerse azul. Allitt dio la alarma, y lo llevaron a recuperación.
No respondía bien, por lo que lo transfirieron a otro hospital, donde se
recobró. Pensaron que lo ocurrido fue a consecuencia de la fractura de
cráneo, producida por la caía.
Becky Phillips, de 2 meses de edad, fue llevada al hospital por una
gastroenteritis, el 1 de Abril. Allitt le administró una sobredosis de insulina, y
sufrió de hipoglucemia. La enviaron a su casa, donde murió al de dos días,
con convulsiones que su doctor supuso que se debían a un cólico. Se le
practicó autopsia, pero no se determinó la causa de su muerte.
Katie Phillips, de 2 meses, hermana gemela de Becky, fue llevada al
hospital Grantham, a la guardería de Allitt, para ser revisada como previsión
de un cuadro como el de su gemela. Tuvo que ser resucitada en dos ocasiones
debido a una apnea. Tras el segundo episodio, fue trasladada a otro hospital,
donde ya no pudieron hacer nada por ella, y quedó con permanente daño
cerebral, parálisis y ceguera. Como detalle, los padres de la niña, viendo la
preocupación de Allitt por la salud de Katie, le propusieron ser su madrina.
¡Qué ironía!
Hubo otros casos de niños que se sintieron repentinamente mal, pero se
salvaron. Pero no sucedió así con Claire Peck, de quince meses, quien entró
por asma el 22 de Abril de 1991. Le pusieron en el ventilador, pero lo dejaron
a solas con Allitt, y enseguida tuvo un paro cardiaco. Lograron resucitarlo,
pero sufrió otro poco después, del que no salió. Se le practicó una autopsia,
que determinó causas naturales, pero en el hospital comenzaron a sospechar
de tantos paros cardiacos en la sala 4. Por tanto siguieron examinando el
cadáver de Claire, y hallaron altos niveles de potasio. Avisaron a la policía,
quien investigó todos los casos que estuvieron en manos de Allitt,
encontrando que en todos ellos ella había intervenido de alguna forma. La
despidieron, por lo que ya no pudo seguir asesinando.
El 26 de Julio, la policía ya tenía evidencias, pero se tardaron hasta
Noviembre para acusarla de 15 ataques, cuatro de ellos mortales, en un
espacio de 15 días. Su juicio comenzó el 15 de Febrero de 1993, en
Nottingham.
El 23 de mayo de 1993 fue declarada culpable y sentenciada a 13
cadenas perpetuas, en el hospital de Seguridad de Rampton, en
Nottinghamshire.
El hospital Grantham y Kesteven tuvo que cerrar el área de maternidad:
la guardería y salas de pediatría.
28.-MONJAS Y EXORCISMO (Rumania)

Maricica Irina Cornici, nació en 1982, en Perieni, Rumania. Tenía 23


años cuando la sometieron a un exorcismo, en Junio de 2005, en el
monasterio Santa Trinidad de la localidad de Tanacu, al noreste de Rumania.
Había vivido en un orfanato de Arad, y padecía esquizofrenia.
En Febrero de 2005, Maricica fue a visitar a una amiga que era monja
en un convento ortodoxo al noreste de Rumania. La convencieron de ingresar
en la congregación, y tomar los votos. En Abril la enviaron al hospital
psiquiátrico de la ciudad de Vaslui, por problemas mentales, ya que pensaba
que el diablo le hablaba. La trataron y dieron de alta el 20 de Abril, con
medicación. Regresó al convento de la Santísima Trinidad. Debía volver al
hospital para consulta en 10 días, pero eso no sucedió.
El sacerdote de 29 años, Daniel Petru Corogeanu, Padre Daniel, y
cuatro monjas sometieron a Sor Irina a un exorcismo, confundiendo síntomas
de esquizofrenia con posesión demoníaca. El 10 de Junio de 2005, la
encerraron en una celda, encadenada a una gran cruz de madera, de pies y
manos, amordazada con una toalla, para que no gritase, y no le dieron
alimento por tres días. Murió, según los forenses, debido a una falla
respiratoria, asfixia, provocada por un ataque de esquizofrenia, además de
deshidratación. Sus compañeras monjas avisaron a la policía, que detuvo al
monje y las cuatro monjas.
El cura se limitó a decir que lo sucedido fue un milagro de Dios, que la
libró de Satanás. Sor Irina se había vuelto violenta, echaba espuma por la
boca, y rechazaba el agua bendita. Éstos son síntomas de posesión, por lo que
intentaron sacarle los demonios a base de oraciones y sacrificio. Los diablos
no pueden ser curados con píldoras, añadió.
En Perieni, la aldea natal de la joven, sus familiares dijeron que le
hicieron marcas en las manos, en los tobillos y en el estómago, semejando los
estigmas de Cristo en la cruz. Toda la población exigió justicia, si bien con
pocas esperanzas, por la condición de religioso del inculpado. La ley fue muy
benévola, ya que, después de tomarle declaración, no lo metieron a la cárcel,
sino que siguió en el convento, y celebrando misa.
Al de poco del suceso, el vicario de Husi, Corneliu Barladeanu, fue al
monasterio, para impedir que el sacerdote celebrase misa. Las monjas y el
Padre Daniel lo golpearon y estuvieron a punto de romperle el hábito. La
Iglesia cerró el monasterio, encadenando sus puertas.
El convento de Tanacu se construyó en 2001, con donaciones privadas.
Todavía no había sido santificado por La Iglesia Ortodoxa. En cuanto a
Corogeanu, fue ordenado sacerdote sin haber terminado sus estudios
teologales. Ambas circunstancias representaron un fuerte golpe para La
Iglesia Ortodoxa Rumana.
El resultado de “la justicia” fue que Daniel Corogeanu fue condenado a
siete años de prisión; una pena sumamente indulgente para alguien que
cometió un asesinato.
29.-Margie Velma Barfield (Estados Unidos)

Nació como Margie Velma Bullard, en Carolina del Sur, el 29 de


octubre de 1932. Siendo niña, su familia se trasladó a Fayetteville, Carolina
del Norte. Cometió seis asesinatos. Fue la primera mujer ajusticiada en
Estados Unidos, tras la reinstauración de la pena de muerte en 1976. Y la
primera que recibió una inyección letal, el 2 de noviembre de 1984.
Vivió un clima de violencia familiar, con un padre golpeador. Huyó de
casa en 1949, a los 17 años, para casarse con Thomas Burke, con quien tuvo
dos hijos. Tras el segundo, le extirparon el útero, y comenzó a sufrir dolores
de espalda, lo que supuso un cambio en su carácter, además de que se hizo
adicta a las drogas. Quizá por ello, su esposo se aficionó al licor, y la
relación de pareja se deterioró.
El 4 de abril de 1969, Velma y los hijos estaban fuera de la casa,
cuando se declaró un incendio. Burke, borracho perdido, resultó muerto. Dos
meses más tarde se quemó de nuevo, pero en esta ocasión ella cobró el
seguro.
En 1970, Velma se casó con un viudo, Jennings Barfield. El 22 de
marzo de 1971, Jennings murió de ataque al corazón, dejando a Velma viuda
una vez más. La mujer nunca reconoció haberlo asesinado.
En 1974, la madre de Velma, Lillian Bullard, sufrió de diarrea, vómitos
y náuseas. Sanó al de unos días. Pero en la Navidad del mismo año, el
problema regresó, y la mujer murió al de poco de ser ingresada en un
hospital. 30 de diciembre de 1974.
En 1976, Velma trabajó cuidando a una pareja de ancianos:
Montgomery y Dollie Edwards. Montgomery enfermó y falleció el 29 de
enero de 1977. Dollie sufrió la misma extraña enfermedad, muriendo el 1 de
marzo de 1977. Barfield aceptó haberla asesinado.
Ese mismo año, 1977, Velma se encargó de cuidar a la señora Record
Lee de 76 años, que se había roto una pierna. El 4 de junio de 1977, el esposo
de Record, llamado John Henry, comenzó con intensos dolores estomacales,
además de vómito y diarrea. Murió poco más tarde. La homicida sí confesó
este asesinato.
La siguiente víctima fue Rowland Stuart Taylor, novio de Velma y
pariente de Dollie Edwards. La asesina había falsificado unos cheques del
hombre, y éste estaba a punto de descubrirla. Por ello, Velma le puso veneno
para ratas en su cerveza y en el té. Falleció el 3 de febrero de 1978. Se le
practicó autopsia, hallándose arsénico en su organismo. Por ello, detuvieron a
Velma. Exhumaron a su esposo, Jennings Barfield, y también encontraron
rastros de arsénico.
La homicida confesó haber envenenado a Lillian Bullard, Dollie
Edwards y John Henry Lee. Pero la juzgaron únicamente por el asesinato de
Rowland Stuart Taylor. Fue encontrada culpable y sentenciada a muerte. La
encerraron en la Prisión Central de Raleigh, Carolina del Norte, en la zona de
prisioneros con desórdenes mentales. En esta prisión no había área de
mujeres condenadas a muerte. Mientras estaba en el corredor de la muerte,
Barfield regresó al cristianismo, además de dedicarse a cuidar a los presos
enfermos.
Su última cena, el 2 de noviembre de 1974, fue una lata de Coca-Cola.
La enterraron en el mismo cementerio que a su primer esposo, Thomas
Burke, en Carolina del Norte.
30.-Christine Falling “La niñera asesina” Estados Unidos

Christine Falling nació como Christine Laverne Slaughter, en Perry,


Florida, Estados Unidos, el 12 de Marzo de 1963. Procedía de una familia
humilde. Su padre, Thomas Slaughter, tenía 65 años, y su madre, Ann,
únicamente 16. Era obesa, un tanto retrasada y sufría de epilepsia. Tenía 17
años cuando comenzó a asesinar niños que sus vecinos dejaban a su cargo.
En dos años sofocó a cinco. Su excusa fue que escuchaba voces que le
ordenaban matarlos.
Cuando Christine tenía nueve años, ella y su hermana mayor fueron
dadas en adopción a una familia apellidada Falling. Poco más tarde
internaron a ambas en un orfanato de Orlando, Florida, por un año, porque
tenían serios problemas con sus padres adoptivos. Christine era de carácter
explosivo, además de cruel con los animales. Mataba gatos para descubrir si
ellos tenían nueve vidas.
A los doce años Christine abandonó el hospicio, y fue en busca de su
madre biológica. La encontró en Blountstown, Florida. Vivió con ella hasta
septiembre de 1977, cuando, a la edad de 14 años, Christine se casó con un
joven de veinticuatro. Duraron seis semanas, ya que se peleaban
constantemente. La joven era violenta, y en varias ocasiones atacó a su
marido con lo que pudiera coger.
Cuando se separaron, a ella la debieron hospitalizar en varias
ocasiones, porque sufría crisis hipocondríacas, que semejaban serias
enfermedades. Los doctores no sabían cómo tratar tales males, ya que eran
más mentales que físicos.
Christine comenzó a trabajar como niñera para sus parientes y vecinos.
El 25 de Febrero de 1980, una niña de 2 años, Cassidy Johnson, se enfermó y
fue llevada al Hospital Tallahassee. Un doctor diagnosticó encefalitis.
Cassidy murió el 28 de Febrero, y se le practicó una autopsia que reveló una
contusión en el cráneo. La policía interrogó a Falling. La niñera dijo que se
desmayó y cayó de la cuna.
Tras esto, Christine se mudó a Lakeland, Florida, en donde trabajó de
lo mismo. Al de dos meses de su llegada, un niño de cuatro años, Jeffrey
Davis, dejó de respirar, estando a su cuidado. La autopsia reveló síntomas de
miocarditis, o inflamación del miocardio, algo sumamente extraño.
Tres días después, un primo del fallecido, Joseph Spring, de dos años,
murió en su cuna, mientras dormía la siesta. El doctor encontró una infección
viral que pudo ser la causa de la muerte. Aunque no fue acusada, la niñera se
fue de aquella población.
En Julio de 1981, Christine dejó de ser niñera para trabajar de criada en
Perry, Florida, en casa de Wilbur Swindle de 77 años, quien falleció en el
primer día de trabajo de Falling. Debido a lo avanzada de su edad, no hubo
sospechas de que la criada lo hubiese matado, y se diagnosticó ataque
cardiaco.
Poco más tarde, Junio de 1981, Christine y su hermana llevaron a la
hija de ésta, Jennifer Daniels de 8 meses, a ser vacunada. De regreso a su
casa, la hermana entró en un supermercado, dejando a Falling con la niña.
Cuando la madre regresó, la niña había dejado de respirar. El médico dijo que
falleció de causas naturales.
Más tarde, el niño de diez semanas, Travis Coleman, murió el 2 de
Julio de 1982, cuando Falling lo cuidaba. La autopsia reveló que tenía
síntomas de haber sido sofocado. Christine fue detenida. En su interrogatorio,
ella confesó haber asesinado a tres pequeños, por asfixia, poniendo una manta
sobre sus rostros. El motivo fue que escuchó una voz que le decía: “mata al
niño”.
El 3 de Diciembre de 1982, Falling fue declarada culpable y
sentenciada a cadena perpetua, aunque con posibilidad de ser liberada bajo
palabra en veinticinco años, en 2007.
Cuando llegó la revisión de su caso, para libertad condicional, las
autoridades decidieron que se quedase en la cárcel para siempre, ya que
constituía un serio peligro para otros niños. Por otra parte, su comportamiento
en prisión fue de constantes problemas. Así que sigue encerrada.
31.-Margarita Sánchez Gutiérrez "La viuda negra de l´Hospitalet"
(España)

Margarita Sánchez Gutiérrez nació en Málaga el 26 de diciembre de


1953. Se le llamó la "La viuda negra de Barcelona" o "La viuda negra de l
´Hospitalet". Le dieron tal apelativo por su modus operandi, ya que
envenenaba a sus víctimas, aunque no les picaba con un aguijón, sino que les
ponía un tóxico en comida y bebida. Por tal método asesinó a cuatro
personas, y casi lo logró con otras tres, que sobrevivieron. Todos eran
familiares o vecinos de la homicida.
Desde el sur se trasladó a Cataluña, viviendo primero en L´Hospitalet
de Llobregat, en la calle Riera Blanca, donde fue conocida como "la bizca",
por un notorio estrabismo en el ojo derecho. En esta calle tuvo varios
conflictos, porque era mujer dada a pendencias, aunque no pisó la cárcel. Los
vecinos relataron que era afecta a peleas callejeras. Tenía deudas en varios
comercios, y cuando le reclamaban surgía su mal carácter.
Estuvo casada con Luis Navarro, conductor del metro, y tuvo dos hijos:
Sonia y Javier. En 1991 la familia se mudó a casa de los padres del marido,
en la calle Caballero del barrio de Sants, porque desahuciaron su vivienda por
falta de pago. Desde el primer momento, Margarita se llevó mal con su
suegra, llamada Carmen Nuez.
Margarita decidió cuidar ancianos en el barrio barcelonés de Sants,
donde residía en casa de sus suegros. Su primera víctima fue Rosalía, mujer
de setenta años, que vivía sola en un apartamento de la calle Comtes de
Belloch. La mujer se dedicaba a recoger cartón en las calles. El 3 de agosto
de 1992 Rosalía fue hallada inconsciente en su casa, y llevada urgentemente a
un hospital. Falleció a los pocos días. Su cuenta bancaria fue mermada en un
millón de pesetas. Resultó que “la pobre”, pues vivía como tal, dejó 23
millones de pesetas a la institución de monjas Cottolengo.
El 26 de octubre de ese mismo año, Luis, esposo de Margarita, se
desmayó en plena calle Travessera de les Corts. Murió tras dos meses de
convalecencia en la clínica Provençal, aquejado de un extraño mal. Y al de
poco falleció su padre, suegro de “la bizca”. Casi al mismo tiempo, su suegra
fue ingresada cinco veces al Hospital Clínico. La mujer les dijo a los doctores
que su nuera la estaba envenenando. Pero no resultó así en los análisis que le
practicaron.
Una sobrina de Carmen Nuez se hizo cargo de ella, y expulsó de la casa
a Margarita y sus hijos. Eso salvó la vida de la señora.
El 11 de mayo de 1993, la viuda negra se trasladó a L’Hospitalet. En un
ático vivía Manuel Díaz Rojas, de cincuenta y siete años. Manuel fue
encontrado grave y llevado a un hospital. Murió poco más tarde.
Tras eso, en julio de 1993, Margarita y su hija fueron con su cuñado
José Aracil, de cincuenta años de edad, quien vivía solo en la calle Riera
Blanca, 96. Pocas semanas después José comenzó con una extraña
enfermedad de la que fallecería el 14 de agosto de 1993. Con su deceso se
esfumó todo su dinero.
El 26 de agosto de 1993 el portugués José Antonio Cerqueira, de
sesenta y nueve años, salió bien librado de una intoxicación que le produjo
comer una paella cocinada por su amiga Margarita. Mientras estuvo en el
hospital, le desapareció medio millón de pesetas.
El 23 de septiembre, una vecina, Piedad Hinojo, de sesenta y siete años,
aceptó a Margarita en su casa. Al de pocos días, fue hallada, por su hija,
inconsciente en el sofá. Había tomado veneno en su café con leche. Margarita
aprovechó el desmayo para sustraer joyas y otros objetos de valor, además de
dinero que su víctima tenía en el banco. Pilar fue llevada a un hospital, y
consiguió recuperarse.
Los supervivientes acudieron con la policía, y denunciaron a Margarita.
Los agentes registraron el domicilio de la sospechosa, el 17 de abril de 1996.
Allí hallaron la billetera de José Antonio Cerqueira, así como joyas y
documentos de Piedad Hinojo. La sobrina de Carmen Nuez encontró, en el
domicilio, documentos pertenecientes a la anciana Rosalía, la pordiosera, que
entregó a la policía. El 19 de junio, detuvieron a Margarita Sánchez y su hija
Sonia, con cargo de cinco asesinatos.
La suegra Carmen Nuez falleció de una embolia a finales de junio de
1996, poco después de detenida su nuera.
El juez condenó a la viuda negra a 34 años de prisión por los tres
intentos de asesinato, pero la absolvió de las muertes, porque no se demostró
intención asesina, sino querer drogar a sus víctimas para robar su dinero.
32.- Christine Malèvre (Francia)

Curioso apellido, ya que hay otro muy similar Malœuvre, que significa
“mala obra” (obrar mal). Estaba predestinada.
Christine Malèvre fue una enfermera francesa que trabajó en el hospital
de Mantes-la-Jolie, junto a Paris, y mató a unos 30 pacientes. Esto tuvo lugar
entre 1997-1998.
Nació el 10 de enero de 1970, en Mantes-la-Jolie. En julio de 1991 se
tituló de enfermera. Y en Julio de 1995 entró a trabajar al hospital François-
Quesnay de su ciudad.
Según ella declaró, “ayudó” a morir a los pacientes que así lo
solicitaron. Por tanto, en vez de asesinatos su delito fue la eutanasia. Y así
parece ser, ya que no obtuvo ningún beneficio con la muerte de estos
pacientes.
En mayo de 1998, en el área de neumonía, se notó un gran incremento
de fallecimientos. Se trataba de enfermos terminales, pero que aún podían
estar en crítica situación un tiempo más. Por ello, la administración del
hospital pidió una investigación policiaca. Christine fue detenida. Confesó
que ayudó a morir a los pacientes que se lo solicitaron. Y alegó que se trataba
de enfermos terminales, de manera que únicamente adelantó la fecha de
defunción. Sin embargo, la eutanasia no estaba permitida, por lo que fue
juzgada por asesinato. Hay que considerar que parientes de los fallecidos
argumentaron que ellos no expresaron conformidad con las muertes. Hubo
quienes dijeron que algunos de los enfermos estaban en vías de curación,
aunque esto se contraponía con el hecho de estar en el área de terminales.
El juez consideró que no se trataba de caridad, sino más bien que a la
mujer le fascinaba la muerte ajena. Mientras esperaba juicio, liberada bajo
fianza, Christine Malèvre intentó suicidarse el 7 de Julio de 1998. Pero no
tuvo éxito. Eso no le sucedió con sus pacientes.
El juicio para Malèvre comenzó el 20 de Enero de 2003, en Versailles,
con cargos de siete asesinatos, en los años de 1997 y 1998. Ella admitió que
ayudó a morir a cuatro pacientes, al inyectarles grandes cantidades de
morfina, potasio y otras drogas. Negó haber intervenido en los otros tres
casos. El fiscal consideró que no se trataba de piedad, sino de la fascinación
que la mujer sentía por la muerte.
El 30 de enero de 2003, le impusieron diez años de prisión, por seis
homicidios de los siete presentados. Le descargaron la muerte de Denise Le
Maout. Además, se le impedía volver a trabajar como enfermera. El caso de
Mme. Malèvre dividió Francia en dos partes, los que estaban a favor de la
eutanasia, y los que no. Por supuesto que la Iglesia Católica se posicionó en
contra. Pero incluso así, Malèvre recibió miles de cartas de apoyo.
La mujer apeló la sentencia, y tuvo un segundo juicio el 15 de octubre
de 2003, en el que le dieron 12 años de reclusión. Fue liberada en 2007, tras
únicamente 4 años de prisión.
33.-Daniela Poggiali “El Ángel de La Muerte” (Italia)

Daniela Poggiali trabajaba de enfermera, y fue acusada de asesinar a 38


pacientes, en un periodo de tres meses. Siendo muy morbosa, se tomó fotos
con varios de los cadáveres. Su razón radicó en que los enfermos eran muy
molestos.
Era natural de Faenza, ciudad del norte de Italia, en la región de Emilia-
Romaña, cerca de Rávena, al sudeste de Bolonia. Nació en 1972. Estudió en
el colegio Cipollina, y trabajaba en el hospital Policlínico Umberto I en Lugo
di Romagna, municipio situado en el territorio de la Provincia de Rávena, en
Emilia-Romaña, (Italia).
Según Luigi Conficconi, mecánico, el novio que vivía con ella, Daniela
era una mujer dominante. A él lo atemorizaba. Vivían en el pueblecito de
Giovecca, entre Bologna y Ravenna.
Si bien se asegura que mató a 38 y posiblemente a más, ya que se
murieron 93 a su cuidado, se la arrestó tras la autopsia de una mujer de 78
años, Rosa Calderoni, quien sufría de diabetes, y murió el 8 de abril de 2014.
Se encontraron grandes dosis de cloruro de potasio en su cadáver. Ese día
murieron dos más.
Cuando Daniela fue arrestada, hallaron en su teléfono portátil
fotografías que se tomó al lado de los difuntos. Ella declaró que tomarse fotos
no la convertía en asesina. Fue un error, pero nada más. De sus pacientes
fallecieron 93 en dos años, lo que significó el doble de las otras enfermeras.
Llegaron a morir tres en un mismo día. Por ello, la administración del
hospital llamó a la policía.
Se encontraron con tres inexplicables muertes en un día, la noche entre
31 de marzo y 1 de abril. Esa noche, a una paciente, Oriana Cricca, se le cayó
el tubo nasal de respiración. La debía atender una enfermera asignada, pero
estaba ocupada con una urgencia. Por ello acudió Poggiali, y la paciente
murió al de unos minutos. Dos pacientes más murieron la noche del 4 al 5 de
abril, al ser atendidos por Poggiali.
La arrestaron el 9 de Octubre de 2014. La policía comentó que no tuvo
la menor reacción, y lo tomó como la cosa más natural. Su novio, en cambio,
lloró, alegando que él no se imaginaba nada de eso.
Fue sentenciada a seis cadenas perpetuas. Una vez en la prisión de
Forli, recibió miles de cartas, y un buen número de proposiciones de
matrimonio. “La bella asesina” era una rubia atractiva. Algunos quizá querían
“morir” en sus brazos.
34.-Hélène Jégado (Francia)

Hélène Jégado fue una criada francesa que asesinó unas 36 personas,
con arsénico, en un lapso de 18 años. Realmente sucedió en dos períodos,
uno de 1833 a 1849, y otro en 1851, como spree killer. Nació en una granja
de Plouhinec, Morbihan, cerca de Lorient en Bretaña, el 28 de Prairial del año
11. Era el calendario de La Revolución Francesa. Prairial equivalía a entre
Mayo y Junio. Y el año 11 vendría a ser 1803.
Perdió a su madre a la edad de siete años, 1810, y fue a trabajar con su
tía que era criada en la rectoría de Bubry. A los 17 años, una tía la llevó al
pueblo de Séglien, como cocinera del cura. Fue acusada de poner hachís en la
sopa.
Su primer supuesto asesinato ocurrió en 1833, cuando trabajaba de
criada con otro sacerdote, François Le Drogo, en el pueblo de Guern, en el
distrito de Pontivy. En tres meses, del 28 de Junio al 3 de Octubre de 1833,
murieron siete habitantes de la casa, incluyendo el cura, su padre y su madre,
y la propia hermana de Hélène, Anne Jégado.
La criminal no fue sospechosa, ya que el año anterior sucedió la famosa
epidemia de cólera (Francia-1832), y las muertes parecieron normales. Los
síntomas de envenenamiento son similares a los del cólera, por lo que bien
pudieron sucumbir a esta enfermedad. También hubo un brote en 1835, si
bien en el sur de Francia.
Jégado regresó a Bubry, sustituyendo a su hermana. En tres meses
murieron otras tres personas, entre ellas su tía. Luego Hélène continuó en
Locminé, donde se alojó con una costurera, Marie-Jeanne Leboucher. Ella y
su hija murieron, pero su hijo logró escapar de las medicaciones de la
envenenadora.
En ese mismo pueblo, la viuda Lorey ofreció un cuarto a Jégado. La
señora murió al comer una sopa que su inquilina preparó. En mayo de 1835,
la asesina se alojó con Madame Toussaint, y en esa casa murieron cuatro
personas. En su cuenta ya había 17 cadáveres.
Más adelante, Jégado trabajó brevemente como cocinera en otras
pensiones de Auray, Pontivy, Lorient y Port-Louis. A finales de 1835, estuvo
en un convento de Auray, del que la echaron por algunos incidentes de
vandalismo y sacrilegio.
Uno de sus más ignominiosos casos fue el envenenamiento de la niña
Marie Bréger, en el Castillo de Soye (Ploemeur) en Mayo de 1841. Trabajó
de cocinera, y también prostituta, en un burdel para militares, en Port-Louis,
en donde sucedieron un buen número de extrañas muertes.
Aunque acontecieron muchos los casos de envenenamiento, entre 1841
y 1849, nunca fue sospechosa. Sin embargo, sí resultó por robos, acusada por
algunos empleados.
En 1849, cuando se trasladó a Rennes, su vida tuvo un importante giro.
En 1850 comenzó a trabajar para Théophile Bidard de la Noë, profesor de
leyes en la Universidad de Rennes. Una de las sirvientas, Rose Tessier,
enfermó y murió al ser atendida por Jégado. En 1851, otra criada, Rosalie
Sarrazin, también falleció. Dos doctores trataron a Sarrazin. Debido a que los
síntomas eran muy similares a los de Tessier, obtuvieron permiso para una
autopsia. Encontraron restos de arsénico, y las autoridades detuvieron a
Hélène Jégado, el 1 de Julio de 1851.
Le imputaron 23 envenenamientos cometidos entre 1833 y 1841, pero
ya habían sido cerrados los casos, por haber transcurrido 10 años. No
obstante su juicio comenzó en la corte de Ille-et-Vilaine, el 6 de Diciembre de
1851, en el que únicamente se le acusó de 3 asesinatos, otros tres intentos y
11 robos. Ella negó todos los delitos, y declaró que nunca había usado
arsénico en su vida. Pero en los cuerpos exhumados había restos de esa
sustancia, por lo que de nada le sirvió su negativa.
El 14 de Diciembre, Jégado fue sentenciada a morir en la guillotina. El
26 de Febrero de 1852, ante una gran audiencia, fue ejecutada en Champ-de-
Mars, Rennes, Bretaña, Francia. Se dice que quizá envenenó a más de 300
personas, pues murieron muchos militares clientes del burdel. De acuerdo
con esto, ella sería la mayor envenenadora de la historia.
35-Kristen Gilbert “El Ángel de la Muerte” (Estados Unidos)

Kristen Heather Gilbert, cuyo nombre de soltera era Kristen Heather


Strickland, nació el 13 de Noviembre de 1967, en Fall River, Massachusetts,
Estados Unidos. Era la mayor de las dos hijas del matrimonio entre Richard y
Claudia Strickland, quienes componían una familia de clase media.
Ya desde joven, Kristen fue considerada una mentirosa. Usaba la
historia de que se iba a suicidar, para manipular a la gente. También tenía
arranques de violencia contra otros. Se graduó en la escuela superior Groton-
Dunstable, de Groton, Massachusetts.
En 1986 entró en el colegio estatal de Bridgewater, Massachusetts, en
donde sus maestros le prescribieron tratamiento siquiátrico por su tendencia a
simular suicidios. Al año siguiente, fue transferida al colegio Mount
Wachusett en Gardner, Massachusetts y luego al de Greenfield, en el mismo
estado.
En enero de 1988, Gilbert atacó a una persona con un cuchillo de
cocina en Greenfield, Massachusetts. Se graduó, en Greenfield, de enfermera,
y le dieron el registro en 1988. Ese mismo año se casó con Glenn Gilbert, de
quien tomó el apellido.
En 1989 entró a formar parte del equipo de VA Medical center en
Northampton. Los VA son hospitales para veteranos. Apareció en la revista
de VA Practitioner en Abril de 1990. En Noviembre de 1995 trató dos veces
de envenenar a una persona.
Aunque otras enfermeras advirtieron que se morían pacientes que
estaban a su cuidado, no pasó de algo curioso, por lo que la llamaron El
Ángel de la Muerte.
En 1996 tres enfermeras reportaron su preocupación por el incremento
de muertes por ataques cardíacos, así como la falta de dosis de epinefrina, y
se abrió una investigación. Gilbert hizo una llamada de alerta de bomba, a fin
de retardar el procedimiento.
En su estancia en el hospital de Northampton, Gilbert fue amante de
James Perrault un oficial de seguridad, entre 1995 y 1996. Ella abandonó a
Glenn Gilbert y dos hijos para estar con su amante. Más tarde, éste declaró
que ella le confesó un asesinato, cuando estaba hospitalizada y bajo estudio
siquiátrico.
Kristen dejó el hospital en 1996, mientras la dirección analizaba las
sospechosas muertes de algunos pacientes, ocurridas en su turno. Tras esto, la
mujer acudió a siete revisiones en hospitales siquiátricos.
En enero de 1998 fue juzgada por las llamadas de alerta de bomba. En
abril la encerraron por este delito. Se la detuvo en Setauket, Condado de
Suffolk, estado de Nueva York, e ingresó en la prisión de mujeres de
Framingham, Massachusetts.
El 15 de mayo de 1999, el fiscal anunció que pediría la pena de muerte
para ella, al acusarla de haber dado muerte a cuatro pacientes, y tres intentos
más, entre 1995 y 1996.
En el juicio se le sumaron acusaciones. Intentar envenenar a un
paciente en el hospital VA, el 28 de enero de 1996. También le retiró el tubo
de respiración a otro paciente, el 30 de Enero de 1994. No atendió a un
paciente que sufría un ataque al corazón, el 9 de Noviembre de 1995. Obligó
a un pasante sin experiencia a usar el desfibrilador en una emergencia el 17
de Noviembre de 1995. En Julio de 1996 amenazó de muerte a un paciente.
Pero principalmente se le acusó del asesinato de Stanley Jagodowski,
de 65 años, Henry Hudon, de 35, Kenneth Cutting, de 41, y Edward Skwira,
de 69. Les indujo paros cardiacos al suministrarles grandes dosis de
epinefrina, un estimulante. Luego ella misma intentaba resucitarlos, aunque
varios morían.
Fue declarada culpable el 14 de Marzo de 2001. Como no hay pena
capital en Massachusetts, se le sentenció a cadena perpetua, sin posibilidad de
libertad bajo palabra en 20 años. La trasladaron a la prisión federal Carswell
in Fort Worth, Texas.
36.-Tamara Samsonova “La abuela destripadora” o “La abuela
caníbal” (Rusia)

Tamara Samsonova nació el 5 de febrero de 1947, en San Petersburgo


(Rusia). Se le suponen unos 14 asesinatos. Y también se le acusó de
canibalismo. Los crímenes sucedieron entre 1995 y 2015, en el área de San
Petersburgo. La mujer sufría esquizofrenia, por lo que fue internada varias
veces. .
Su esposo desapareció en 2005. Tras ser detenida, se supo que ella lo
hizo desaparecer. La apacible abuela vivía en un departamento de la calle
Dimitrovka, en donde mató a una decena de personas, las cortó en trozos y se
comió las partes que le gustaban. Al conocerse el caso, la prensa de San
Petersburgo lo denominó 'Pesadilla en la calle Dimitrovka'.
La detención se realizó gracias a unas cámaras de seguridad colocadas
cerca de su casa, en la calle Dimitrova. Ellas grabaron, el 23 de julio de
2015, a la abuela, vistiendo un impermeable azul, que transportaba una
bolsa de plástico que parecía contener un cuerpo humano. Lo arrojó a un
estanque. La policía lo sacó, viendo que se trataba del cadáver de una mujer.
Usaron perros para localizar el edificio de donde salió la del impermeable
azul. El 26 de Julio una trabajadora social reportó la desaparición de
Valentina Ulanova, de 79 años, que vivía con Tamara. Más bien la asesina
vivía a expensas de Ulanova, en su apartamento. La trabajadora fue a ver a la
jubilada Valentina, pero la asesina no le dejó traspasar la puerta.
La policía arrestó a Tamara, quien confesó su crimen. Las mujeres
vivían juntas, porque Ulanova aceptó a la que sería su asesina, dándole un
techo y comida. Tras una discusión, Samsonova suministró a su víctima un
buen número de pastillas para dormir, en una ensalada Olivier (ensalada
rusa), que le encantaba a Ulanova. La cortó en trozos estando aún viva.
Envolvió el torso con la cortina de la ducha. El resto del cadáver lo repartió
en bolsas de plástico. La cabeza la metió en una gran olla, que cubrió con un
trapo de cocina. Todo lo bajó en el ascensor. Una vez que confesó este
asesinato, declaró tres más. Pero la policía supuso que al menos asesinó a 11.
La policía encontró, en su casa, un diario en el que la homicida relataba
sus hazañas. Era trilingüe, ya que lo narró en ruso, alemán e inglés. Hablaba
varios idiomas porque había trabajado durante años en el hotel Europeiski de
San Petersburgo. En su diario refirió que asesinó a diez personas, las que
destazó. La mujer tenía una sierra para cortar los cuerpos. Con terrible
aplomo, plasmó en dibujos la operación. Escribió que se comió los pulmones
de algunas de ellas.
Explicó el destino de su esposo, al que cortó en pedazos, que metió en
bolsas de plástico, y abandonó en distintos puntos del barrio Frunzensky. Les
dijo a los vecinos que él huyó con otra mujer.
Otra descripción fue la de uno de sus inquilinos, Volodia, al que
destazó en la bañera, e hizo la misma operación que con su esposo, en el
mismo barrio de Frunzensky. ¿No hallaron tantos restos? Sí, pero no
resolvieron los casos.
El 28 de julio, cuando detuvieron a la asesina, hallaron la tarjeta de
visita de un hombre del que descubrieron su torso, sin brazos ni piernas, en
2003, en la calle en donde Tamara los arrojaba. Era natural de Norilsk, y
tenía 44 años. El asesinato se produjo el 6 de septiembre de 2003.
Al preguntarle la policía, a Samsonova, sobre el asesinato de Ulanova,
dijo que su compañera de apartamento le dijo que ya estaba cansada de ella.
Eso aterró a Samsonova, quien no quería pasar penurias en su casa. Por ello,
la mató, y se quedó en su domicilio por unos meses, hasta que la
descubrieron.
Según la vecina Natalia Fedotovskaya, la asesina puso la cacerola con
la cabeza de Ulanova en el contenedor de basura. El camión se la llevó la
mañana del sábado.
Hasta la fecha, Tamara está en prisión, esperando que se le dicte
sentencia. Lo más seguro será cadena perpetua, pero, por su edad, deberá
pasarla en un siquiátrico.

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