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SC1681-2019 En el departamento del Casanare, y especialmente el municipio de Trinidad,

región de ubicación de la finca La Argentina, vivió épocas de violencia generalizada en la


que intervinieron grupos guerrilleros, las denominadas convivir, y paramilitares. Estos
últimos exigían a los propietarios de las heredades las llamadas «vacunas», cuyo pago era
obligatorio, so pena de verse compelidos a abandonar las tierras, circunstancias que, aun
siendo lamentables, ilegales y totalmente reprochables, sustentan que la compraventa
demandada esta viciada de nulidad en virtud de un consentimiento afectado por FUERZA.
Adelantado el trámite pertinente, el Juzgado Promiscuo del Circuito de Orocué, Casanare,
profirió sentencia mediante la cual resolvió «[d]eclarar nulo el contrato de compraventa
celebrado por los señores LUIS ARMANDO RINCÓN y BENEDICTO ROMERO
BARRERA y OSCAR DE JESÚS LÓPEZ CADAVID, mediante Escritura Pública No.
01875 de 6 de julio de 2001, de la Notaría 52 de Bogotá, D.C., por vicios de
consentimiento del vendedor, por haberse ejercido violencia, la que favoreció a los
compradores».

SC11331-2015, fue inducida en acerca de la identidad del lote, porque el ofrecido no


correspondía al que era de propiedad de los vendedores, y en un intento por hacerlos
coincidir otorgaron la escritura No. 1625 tan solo cinco días antes de la firma del
instrumento con el que se perfeccionaría la enajenación, de ahí que fueron ellos quienes
incumplieron el contrato al pretender entregar un bien distinto al que constituyó el objeto de
la promesa. Como fundamento de su decisión, el ad quem sostuvo que el consentimiento de
la promitente compradora estuvo VICIADO POR UN ERROR dirimente en cuanto a la
identidad del bien objeto del negocio jurídico, pues se le ofreció en venta y ella pensó
adquirir el lote ubicado en la Carrera 96 No. 25C-25, el cual era medianero.

Sentencia C-934 de 2013 afirmó que “la anulabilidad de un negocio jurídico mercantil
por vicios del consentimiento “error, fuerza o dolo” constituye una medida encaminada a
garantizar la seguridad en las relaciones comerciales”. Señaló en esa oportunidad que
“el mecanismo procesal y el medio temporal escogido por el legislador, son idóneos,
adecuados, legítimos y no prohibidos por la Constitución.”
La Corte se pronunció en la Sentencia C-533 de 2000 en relación con la fuerza como vicio
del consentimiento en el contrato de matrimonio señalando que la nulidad relativa es más
garantista de la libertad del cónyuge, pues él es quien decide libremente si desea
permanecer en el matrimonio o no.

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