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Principios de materia fiscal

Dioggo Fernando Hernandez Bello

El derecho fiscal es una rama del derecho público en particular ubicado en el


Derecho Administrativo como género, y con participación dentro de la rama
del derecho financiero.
Esta rama del derecho público es la encargada de regular las relaciones entre
la autoridad fiscal y los contribuyentes al gasto público.
Como todos sabemos en términos del artículo 31 Fracción IV de nuestra
Constitución Política, tenemos la obligación como personas de contribuir con
el gasto público de la Federación, como de los Estados, de la Ciudad de
México y del Municipio en que residan, de la manera proporcional y
equitativa que dispongan las leyes.
De ahí que las personas físicas o morales inclusive las descentralizadas o
empresas de mayoría estatal se encuentran obligadas a contribuir y se les
conoce como contribuyentes.
Del citado artículo constitucional, se desprenden seis principios que rigen el
derecho fiscal, los cuales son:

Principio de Generalidad

El principio de generalidad se refiere a la obligación de todas las personas


físicas y jurídicas de contribuir al financiamiento del gasto público sin
excepciones que no estén fundamentadas en otro mandato constitucional. Esto
implica que todas las personas, tanto nacionales como extranjeras, residentes o
no residentes, que tengan relaciones económicas con el territorio, deben
manifestar su capacidad económica y contribuir al sistema tributario. Este
principio se encuentra respaldado por la Constitución y tiene como objetivo
garantizar la participación de todos en la financiación del gasto público.
En el ámbito tributario, el principio de generalidad exige que todos los
ciudadanos contribuyan al sostenimiento de los gastos públicos. Es un
principio que ha sido utilizado para priorizar la recaudación sobre los derechos
de los contribuyentes en aras del bien común. Este principio implica que todos
los ciudadanos están obligados a contribuir al gasto social a través del pago de
impuestos, lo que permite al Estado recaudar los fondos necesarios para
sufragar el gasto público.

Principio de Obligatoriedad

El principio de obligatoriedad se refiere a la obligación de cumplir con lo


estipulado en un contrato. En el ámbito legal, este principio establece que las
partes involucradas en un contrato están obligadas a cumplir con las
condiciones y términos acordados en dicho contrato. Esto significa que una
vez que las partes han acordado los términos y han celebrado el contrato, están
legalmente obligadas a cumplir con sus respectivas obligaciones.
El principio de obligatoriedad se encuentra respaldado por el Código Civil,
que establece que las obligaciones nacen de la ley, de los contratos, de los
actos ilícitos y de otros actos jurídicos. Además, el Código Civil establece que
las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las
partes contratantes y deben cumplirse de acuerdo con lo establecido en el
contrato.

Principio de Vinculación al Gasto Público

El Principio de Vinculación al Gasto Público establece que los ingresos


tributarios del Estado deben ser utilizados para financiar los gastos públicos de
manera transparente y de acuerdo con su verdadero propósito. Esto implica
que el Estado tiene la obligación de utilizar los recursos obtenidos a través de
los impuestos de manera eficiente y en beneficio de la sociedad.
Este principio se encuentra respaldado por la Constitución y tiene como
objetivo garantizar que los recursos recaudados a través de los impuestos sean
utilizados de manera responsable y en concordancia con las necesidades y
prioridades del país. Además, busca asegurar que los ciudadanos tengan
información clara y transparente sobre cómo se utilizan sus contribuciones al
gasto público.

Principio de Proporcionalidad

El Principio de Proporcionalidad es un concepto jurídico que establece que las


medidas adoptadas por el Estado deben ser proporcionales y adecuadas al fin
que se persigue. Este principio busca equilibrar los intereses en conflicto y
evitar que se tomen medidas excesivas o desproporcionadas que puedan
afectar los derechos fundamentales de las personas.
En el ámbito del derecho constitucional, el Principio de Proporcionalidad se
utiliza para evaluar la constitucionalidad de las leyes y las acciones del
Estado. Para que una medida sea considerada proporcional, debe cumplir con
tres subprincipios:
Subprincipio de idoneidad: La medida debe ser adecuada para alcanzar el
objetivo legítimo perseguido. Debe existir una relación de causalidad entre la
medida y el fin buscado.
Subprincipio de necesidad: La medida adoptada debe ser la menos restrictiva
posible de los derechos fundamentales afectados. No se deben utilizar medidas
más graves o restrictivas si existen alternativas menos lesivas.
Subprincipio de proporcionalidad en sentido estricto: Los beneficios o
ventajas obtenidas a través de la medida deben ser proporcionales a los
sacrificios o restricciones impuestas a los derechos fundamentales. La medida
no debe ser excesiva o desproporcionada en relación con el fin perseguido.

Principio de Equidad

El Principio de Equidad se refiere a la justicia y la igualdad en el trato hacia


las personas. Este principio busca garantizar que todas las personas sean
tratadas de manera justa y equitativa, sin discriminación ni privilegios
injustificados.
En el ámbito tributario, el principio de equidad se relaciona con la capacidad
contributiva de los individuos. Esto significa que las cargas fiscales deben
distribuirse de manera justa y proporcional, teniendo en cuenta la capacidad
económica de cada contribuyente. En este sentido, aquellos que tienen
mayores ingresos o riqueza deben contribuir en mayor medida al sistema
tributario, mientras que aquellos con menores recursos deben tener una carga
fiscal más liviana.

Es importante destacar que el principio de equidad no implica una igualdad


absoluta en términos de impuestos pagados, sino que busca establecer una
distribución justa y proporcional de las cargas fiscales, teniendo en cuenta las
diferencias de capacidad económica entre los contribuyentes.

Principio de Reserva de Ley o entendido como de Legalidad

El Principio de Reserva de Ley, también conocido como Principio de


Legalidad, establece que solo la ley puede regular y limitar los derechos y
obligaciones de las personas. Esto significa que ninguna autoridad puede
imponer restricciones o sanciones a los ciudadanos sin una base legal clara y
precisa.
En el ámbito jurídico, este principio implica que las normas y regulaciones
deben ser establecidas por el poder legislativo, es decir, por el órgano
encargado de crear leyes. De esta manera, se garantiza que las limitaciones
impuestas a los derechos y libertades individuales sean claras, previsibles y
estén respaldadas por una norma legal.
El Principio de Reserva de Ley es fundamental para proteger los derechos
fundamentales de las personas y evitar el abuso de poder por parte de las
autoridades. Además, contribuye a la seguridad jurídica y al Estado de
derecho, ya que establece que las acciones del Estado deben estar basadas en
la ley y no en la arbitrariedad.

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