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Al igual que otras muchas ramas de la ciencia y la tecnología, la robótica nacía llena de
promesas para un futuro desarrollo rápido e intenso que, en pocos años, habría
alcanzado metas que en aquellos momentos correspondían al ámbito de la ciencia
ficción. Las aportaciones de una informática en continuo adelanto, junto a las novedosas
metodologías de la inteligencia artificial, permitían prever la disponibilidad, en pocos
años, de robots dotados de una gran flexibilidad y capacidad de adaptación al entorno,
que invadirían todos los sectores productivos de forma imparable.
Queda, no obstante, un largo camino por recorrer y en la tercera sección de este artículo
intentaremos esbozar cuáles son previsiblemente las líneas futuras del desarrollo de la
robótica, en el mundo y en nuestro entorno.
En líneas generales, la automatización y la robótica industrial pueden reducir los
costos logísticos por manipulación de mercancías entre un 20 y un 40%, y
aumentar la productividad entre un 25 y un 70%, lo que hace que el ROI de
los robots industriales se pueda obtener incluso en menos de año y medio. Así
lo indica el estudio Of Robots and Men – in logistics de Roland Berger.
Una tercera etapa se inicia con la incorporación de los elementos como la electrónica,
informática y tecnologías de información como factores fundamentales para el
desarrollo de los procesos industriales y finalmente una etapa que considera el uso de
sistemas físicos y cibernéticos como acciones muy relevantes asociadas a los procesos
de manufactura, participación con el entorno humano y aumento de los procesos de
producción industrial.
Entre los principales hitos de la historia de la robótica industrial durante el siglo XX,
podemos indicarte:
1938: H. Roselund y W, Pollard, pertenecientes a la compañía Devilviss, construyen el
primer brazo articulado, para realizar labores de pintura al spray. Se considera un aporte
al considerar la producción industrial al incorporar robots a las cadenas de producción
1951: W. Shockley inventa el transistor, que permite crear una nueva generación de
computadoras rápidas y eficientes.
1982: IBM introduce al mercado industrial un robot de montaje industrial RS-1, que
utiliza un brazo constituido por 3 dispositivos de deslizamiento.
2000: La empresa japonesa Honda, produce para venta su robot androide: ASIMO.
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Los avances en la robótica industrial han permitido una mayor aplicabilidad de los
robots dentro de los lugares de trabajo, cumpliendo diversas actividades fundamentales
principalmente enfocadas en áreas que impliquen una precisión y repetitividad que
conllevan a producir productos con mejor calidad; y en muchos casos por no tener que
descansar como los humanos, se puede trabajar para aumentar sosteniblemente la
producción.
Automatización Fija: está definida por la capacidad que tiene los robots para ser
programados y ejecutar las tares de una forma consecutiva.
Cuando pensamos en un robot, quizás la primera imagen que viene a nuestra mente es la
de una máquina con aspecto humano capaz de ejecutar órdenes diversas. Incluso
podríamos imaginarnos que llega a tener iniciativa propia. Pero la robótica va mucho más
allá de las películas de ciencia ficción. Los robots ya son una realidad con la que
convivimos cada día, incluso aunque no seamos conscientes de ello.
Un robot es todo sistema físico capaz de “pensar”, procesar y actuar. En sus orígenes, los
primeros robots fueron robots industriales, en especial manipuladores. Es decir, se crearon
para llevar a cabo las tareas más duras de la industria. Solo podían procesar unas pocas
operaciones lógicas y realizaban un movimiento repetitivo. El objetivo, entonces, era que
fuesen robustos y duraderos para efectuar estos movimientos continuos.
La evolución de la tecnología ha hecho que los robots sean cada vez más complejos,
incorporando elementos como cámaras o sensores para el movimiento. De los primitivos
robots manipuladores hemos pasado a sofisticados sistemas de inteligencia artificial. Los
robots, hoy, son capaces de realizar acciones cada vez más precisas y sensibles con
precisiones de movimiento inimaginables.
Tipos de robots
Los robots industriales son los que podemos encontrar en muchas fábricas de automoción
y de manufactura. Son el tipo de máquinas que estamos acostumbrados a ver en la
industria pesada, trabajando en ambientes difíciles, con rapidez y precisión, facilitando
tareas a los humanos.
La robótica de servicio hace referencia a aquellos robots que han sido diseñados para un
propósito específico de servicio, habitualmente a las personas. Sería el caso, por ejemplo,
de los robots aspiradora que se han hecho populares en los últimos años, los 'pulpos' que
limpian las piscinas, los exoesqueletos que permiten aumentar la carga a los operarios,
etc.
Finalmente existen los llamados robots sociales, que trabajan en la dimensión social de
interacción con la persona. El ejemplo más claro es el de los asistentes de voz, mientras
que los chatbots o los sistemas de recomendación serían ejemplos de robotización en el
dominio software.
Por otro lado, el machine learning (que podría traducirse como “aprendizaje de las
máquinas”), es un proceso por el cual se proporciona a las máquinas la capacidad de
identificar patrones en cantidades masivas de datos para hacer predicciones.
La inteligencia artificial permite dotar a los robots de un grado de autonomía que hasta
hace bien pocos años era impensable. En ciencias de la computación, se considera una
máquina “inteligente” a un agente flexible que percibe su entorno y lleva a cabo acciones
que maximicen sus posibilidades de éxito en algún objetivo o tarea.
Los sensores captan estímulos del entorno, como la luz, la temperatura o el movimiento.
Pueden estar integrados en el dispositivo o conectados a ellos. Por ejemplo, el robot puede
tener cámaras con las que sea capaz de detectar y segmentar objetos.
Por su parte, el actuador o accionador es el dispositivo que permite actuar sobre un objeto.
En este caso, existen los sistemas denominados 'edge computing' que permiten adecuar
cómo se comportará un robot.
Evolución de la robótica
También aparecerán nuevos materiales que modificarán actuadores y sensores, así como
un procesado de la información más cercana a estos elementos en forma de sistemas
ciberfísicos.
Sea cual sea la aplicación y el formato de los elementos, el camino que persigue hoy en
día la robótica es el de conseguir sistemas lo más autónomos posibles, independientes de
la actuación humana.
1. Bajo mantenimiento
Los fabricantes saben que el tiempo de inactividad mata la productividad, por lo que
están presionando a los ingenieros para asegurarse de que los robots del futuro requieran
menos mantenimiento. Los nuevos robots móviles industriales autónomos tienen como
principal filosofía ser fáciles de implementar, operar y mantener, ya que la mayoría de
los empleados que usan estos robots pueden carecer de habilidades de programación e
ingeniería.
2. Más inteligentes
Los avances en IA hacen que los robots sean más inteligentes. Los robots inteligentes
pueden detectar y predecir cambios y ajustarse por sí mismos, y con ello tienen la
capacidad de resolver tareas más complejas sin intervención humana. La incorporación
de sistemas auxiliares como cámaras inteligentes permiten una operación más eficiente
y fluida en las tareas de abastecimiento.
3. Altamente conectados
Los conceptos desarrollados por la revolución de la Industria 4.0 (que se refiere a una
nueva fase en la Revolución industrial que se centra en la interconectividad, el
aprendizaje automático, la automatización y los datos en tiempo real) incluyen
conexiones en red que permiten a los robots colaborar, no solo con los humanos, sino
con otros robots, sistemas de automatización o sistemas de información tales como el
ERP, WMS o MES. La automatización industrial funciona con más sinergia que nunca.
Los robots ya se están utilizando en entornos y procesos que son peligrosos para los
humanos, pero con el aumento de la colaboración humano-robot, se mejora el entorno y
la eficiencia al trabajar juntos. Incluso los robots autónomos móviles pueden detectar y
predecir el comportamiento humano para aumentar la seguridad en el lugar de trabajo.
Modificar el estilo tradicional de producción e impulsar la eficiencia puede ayudar a las
empresas a prepararse para el éxito a largo plazo. Algunas compañías aún continúan
ignorando los costos reales como la seguridad o los riesgos en el lugar de trabajo porque
están únicamente centrados en el resultado final o en la cantidad de producto que sale
por la puerta.
Prestar atención a algo más que el resultado final crea valor comercial. A medida que la
tecnología continúa mejorando, la industria manufacturera continuará evolucionando
para abordar y resolver nuevos problemas.