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Profesor o maestro.

Conocimientos, habilidades, valores


y actitudes.
En el lenguaje cotidiano, el término docente se emplea
muchas veces para designar a aquel que enseña y suelen
utilizarlo como sinónimo de profesor o maestro, aunque
no significan lo mismo.
La docencia, entendida como enseñanza, es una actividad
realizada a través de la interacción de tres elementos:
el docente
sus estudiantes
el objeto de conocimiento
La concepción enciclopedista supone que el
docente transmite sus conocimientos al alumno a
través de diversos medios, técnicas y herramientas
de apoyo. Así, el docente es la fuente del
conocimiento y el alumno un receptor ilimitado
del mismo.
Las últimas tendencias en educación conlleva el tránsito de
una educación basada en la enseñanza, cuyo centro es el
profesor, a una educación basada en el aprendizaje, cuyo
centro es el estudiante.
El cambio conceptual no radica en mover el centro de
atención de la enseñanza al aprendizaje, sino en lograr una
nueva concepción tanto de la actividad del estudiante
como de la del profesor.
La imagen del maestro se ha ido transformando a lo
largo del tiempo; en estos cambios influyen las
condiciones socio-históricas que determinan en cada
época el modelo de hombre al que aspira la sociedad
y en consecuencia, las exigencias que se hace a los
educadores para lograr la consecución de ese
modelo.
La meta de la educación es crear en cada ser
individual un ser social y ésta, precisamente, es la
función del maestro.
El maestro de escuela tiene ante sí el reto de llevar a
cabo la educación de sus alumnos de forma
sistemática para lo cual tiene que explorar diversas
vías y mantenerse constantemente actualizado.
El valor de la actividad pedagógica no radica
en cómo el maestro concreta y plasma los
objetivos de la educación en los
documentos que elabora, sino la forma en
que realiza su labor, haciendo que el
estudiante sea el centro de su atención y
sujeto de su propia educación.
El desarrollo de la actividad pedagógica del maestro
tiene que estar caracterizada por:
• un contenido profundamente transformador
• por su carácter humanista
• por una actitud creadora que le permita
combinar distintas formas de trabajo que
motiven al estudiante
• por la concepción de actividades que tengan en
cuenta las particularidades de la edad y su
desarrollo.
Entre las características profesionales del maestro deben estar:
• poseer un amplio dominio del contenido de la asignatura o asignaturas que
imparte, manteniéndose actualizado
• poseer capacidades pedagógicas que le permitan dirigir acertadamente el
proceso docente educativo
• poder proyectar a corto, mediano y largo plazo estrategias que posibiliten el
desarrollo a nivel individual y del grupo escolar
• elaborar programas correctivos en correspondencia con las dificultades
individuales y del grupo escolar
• utilizar adecuadamente para su auto preparación los documentos
normativos, metodológicos y organizativos del proceso docente-educativo y
la bibliografía técnica necesaria
• planificar actividades que propicien la auto-educación de los escolares a
través del grupo.
El docente o profesor es la persona que enseña una
determinada ciencia o arte. Sin embargo, el maestro es aquel al
que se le reconoce una habilidad extraordinaria en la materia
que instruye. De esta forma, un docente puede no ser un
maestro (y viceversa).
Es válido mencionar que en Cuba se acostumbra llamar maestro
a los docentes de la enseñanza primaria y especial, mientras
que los de enseñanza media y universitaria se les llama
profesores. Más allá de esta distinción, todos deben poseer
habilidades pedagógicas para convertirse en agentes efectivos
del proceso de aprendizaje.
Lo que diferencia al proceso de enseñanza aprendizaje de
otros procesos, su peculiaridad, es que lo que se transforma
no es un objeto material inanimado, sino un ser humano, una
persona que se modifica a sí misma con la ayuda de otras
personas más capaces, especialmente con la guía,
orientación y mediación del profesor.
Los motivos que mueven al profesor a desarrollar su actividad pueden
ser de diversa índole y son también de extraordinaria importancia.

Cuando el profesor ama la labor que desempeña, siente la necesidad


interna de:
• elevar la efectividad del proceso de enseñanza aprendizaje
• motivar a sus alumnos por el aprendizaje de la materia que imparte
• contribuir al crecimiento personal de cada uno de ellos.

Sin embargo, si los motivos son ajenos a la esencia del proceso que
dirige, con frecuencia el profesor limita su labor fundamentalmente a la
simple transmisión de los contenidos de la materia, estableciendo el
“facilismo pedagógico”.
Tradicionalmente el profesor universitario se consideraba
un agente cuya misión no era la de contribuir a formar
personas desde un punto de vista humano. Se consideraba
como mero trasmisor de información y técnicas, dueño del
conocimiento que trasmitía a los estudiantes.
Hoy ese concepto ha cambiado. El profesor universitario
se considera el agente universitario más en contacto con el
estudiante y quien ejecuta las funciones docentes de la
Universidad

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