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Instituto de Botánica Darwinion

LAS ALGAS DEL GÉNERO « CHARA »: Y LOS MOSQUITOS DEL GÉNERO « ANOPHELES »
Author(s): Cristóbal M. Hicken
Source: Darwiniana, T. 1, No. 2 (Diciembre 1923), pp. 79-85
Published by: Instituto de Botánica Darwinion
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/23209822
Accessed: 27-06-2016 09:19 UTC

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LAS ALGAS DEL GÉNERO «CHARA»
Y LOS MOSQUITOS DEL GÉNERO « ANOPHELES » (1)

Durante mi permanencia en Madrid, a principios del año en curso,


tuve oportunidad de conocer y tratar al distinguido profesor de botá
nica, doctor Arturo Caballero, quien, además de catedrático en
la Universidad, es subdirector del jardín botánico de la capital espa
ñola.

Conocía, aunque elemental™ ente, su notable descubrimiento sobre


la incompatibilidad entre el desarrollo de los mosquitos de los géne
ros Culex, Anopheles y Stegonvya y el de ciertas algas del género Chara
y no perdí la oportunidad para ampliar mis exiguos conocimientos al
respecto.
Mi ilustre colega tuvo la gentileza de referirme, con todo detalle, el
origen de sus estudios, sus observaciones posteriores, y las consecuen
cias definitivas, como también tuvo la fineza de obsequiarme con toda
la bibliografía correspondiente.
Desde un principio me di cuenta de la importancia enorme que
tendría para nosotros los argentinos, el que fueran conocidos en
nuestro país estos estudios, por la trascendencia práctica que tendría,
en caso de confirmarse tan singular incompatibilidad, y por eso soli
cité de mi colega la autorización necesaria para publicar y difundir
en la Argentina su descubrimiento, a fin de que pudiera ser tenido en
cuenta por quienes se ocupan de la eliminación del chucho o malaria
argentina.
El descubrimiento del doctor Caballejo puede resumirse
modo que sigue :

(1) Resumen del descubrimiento del doctor Arturo Caballero, por C. M.


Hick en.

DARWINIAN A. — T. I

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« En las aguas donde crecen las especies de Chara contraria,


foetida, Ch. fragilis y Cli. hispida, no se desarrolla el Anopheles. »

Consecuencia practica

Si en las regiones infestadas por la malaria se logra poblar las


charcas con alguna de esas especies de Chara, se habría conseguido
eliminar una de las fuentes de contagio o infección, y para aquellas lo
calidades donde no existiera sino esa fuente, se habría suprimido al
Anopheles principal agente de la enfermedad.
Basta enunciar esta consecuencia para ver la importancia que po
dría tener en la Argentina el ensayo de esta experiencia, dada la di
fusión que tiene el chucho en ciertas provincias (Tucumán, Salta,
Catamarca) y juzgándolo así me permito hacer un resumen histórico
y bibliográfico de los estudios realizados por el doctor Caballero,
para facilitar las indagaciones correspondientes a todos aquellos que
quisieran verificar en nuestro ambiente tan interesante como útil
descubrimiento.

Bibliografía de A. Caballero sobre « Chara » y « mosquitos »

1. La << Chara foetida» A. Br. y las larvas de « iïtegomya, Culex y


Anopheles, en Boletín de la real sociedad española de historia
natural, octubre 1919.
2. El paludismo es un problema resuelto, en Revista de higiene y de tu
berculosis, Valencia, septiembre 1920.
3. Las especies del genero « Chara » y las larvas de los mosquitos, en
Anales del Instituto general y técnico de Valencia. Trabajos del
laboratorio de hidrobiología española, número 10 (1921).
4. Nuevos datos respecto de la acción de las « Chara » en las larvas de
los mosquitos, en Boletín real de la sociedad española de historia
natural, XXII (1922), 61-64.
5. Otras especies larvicidas del genero « Chara », en Boletín real de la
sociedad española de historia natural (1922), 418-421.

Resumen de las investigaciones

Durante el verano de 1919 el doctor Caballero com probo que en


unos cristalizadores donde cultivaba Charafoetida A. Bk.,no sedes

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arrollaban larvas de mosquitos, mientras lo hacían intensamente en


otros recipientes y acuarios privados de dicha planta. Habiendo cons
tatado que no se trataba de una mera coincidencia por haber repetido
estos cultivos en diferentes condiciones, resolvió continuar las expe
riencias durante los meses de verano y otoño de 1920.
En estos ensayos pudo confirmar una vez mas, y sin dejar lugar a
duda alguna, sus primeras observaciones que amplió multiplicándola
cría de huevos de mosquitos en cristalizadores con Chara y con otras
plantas acuáticas. En presencia del alga morían invariablemente las
larvas a medida que salían de los huevos en un tiempo que no pasaba
de hora y media, mientras que en los otros acuarios se desarrollaban
con toda normalidad en unos quince días. Como el doctor Caballeko
atribuía primero la causa de esta muerte a una especie de asfixia pro
ducida por una película superficial muy tenue que se producía en las
aguas, hizo los estudios convenientes al respecto, sacando en conclu
sión que rompiendo dicha película y que no es debida al alga, mueren
lo mismo, inclinándose entonces a aceptar la hipótesis que la muerte
era debida a una secreción del alga, que era tóxica para las larvas.
Comprobado de un modo evidente la influencia venenosa de las
Chara en los acuarios, resolvió estudiar el desarrollo del mosquito en
sus lugares naturales y comprobó, con sorpresa, que en todas las char
cas y zanjas próximas a Barcelona donde liabía Chara, no existían lar
vas de Anopheles, etc., ni siquiera en Castelldefels, lugar renombrado
por su paludismo, pero sí las había en abundancia en las acequias
privadas de esa alga.
Cuando este descubrimiento se hizo público, la municipalidad de
Castellón resolvió cultivar la Chara foetida en sus charcas y pozas, a
fin de combatir el paludismo que es allí un verdadero azote. Caba
llero fué a esa localidad, accediendo a una invitación de las autori
dades, y pudo comprobar que en todas las charcas con Chara no exis
tían larvas y que éstas sólo se podían hallar en las otras privadas de
ella. Más aún; la carretera de «El Grao», cerca de Valencia, tiene
a sus costados acequias que corren paralelamente a muy pequeña
distancia una de otra, en terreno idéntico, igualmente orientadas y
con aguas iguales por su aspecto, pues tienen la misma procedencia.
Pues bien ; a pesar de esto, una de ellas estaba poblada con Chara
hispida y la otra 110. La primera estaba libre de larvas mientras la
segunda estaba saturada de estas larvas, usando una expresión del
mismo Caballero. Al año siguiente (1921) se pobló esta última ace
quia con Chara hispida y como por encanto desaparecen las larvas.

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Igual constatación pudo Laceria en los alrededores de valencia,


donde el paludismo es endémico por abundar charcas, lagunas, pozos
y existir la célebre Albufera de gran extensión. En Malvarrosa, loca
lidad próxima a Valencia, habían ocurrido algunos casos de paludis
mo y durante varios días fué el doctor Caballero rastreando todos
los depósitos de agua en busca de las larvas.
Sus inspecciones fueron infructuosas, pues no había una sola con
larvas, pero todas en cambio tenían Chara, y cansado ya de buscar el
foco de la epidemia, recorría en viaje de regreso el terraplén de la lí
nea férrea, cuando pudo hallar una pequeña laguna que se hallaba
llena de larvas y que — ¡oh coincidencia ! — era también la única sin
Chara en toda esa localidad.
En los alrededores de Barcelona pudo inspeccionar unas 300 char
cas, constatando que no había larvas en las que se criaba el alga,
mientras abundaban en las que se veían privadas de ella.
Caballero no se detuvo en esto, y quiso determinar la cantidad
mínima de Chara que se necesita para matar las larvas en una masa
fija de agua, y llegó a la conclusión de que bastaba 1 parte de Chara
por 4 de agua, proporción que varía según la especie de planta, pues
la toxicidad es diferente y siendo, al parecer, máxima para la Chara
contraria. Quedaba otro punto por resolver y era : saber si la Chara
no sería también nociva para otras plantas, por ejemplo, el arroz,
que se cultiva en terrenos inundados y propicios para el desarrollo
del mosquito. Los estudios que hizo al respecto comprobaron que no
era dañina a esa clase de cultivos.

Para no Lacer demasiado extensa esta nota, diremos que en Méjico


se han repetido estos cultivos con todo éxito y que también en Ma
rruecos se implantó el procedimiento de exterminio del mosquito por
Charles Alluard, director del Museo de historia natural de Rabot,
quien se convenció de la bondad del sistema después de la visita que
realizara a los laboratorios del doctor Caballero.
Creo que con lo expuesto basta para que entre nosotros se ensaye
el sistema y se experimente con las diferentes especies de Chara y
aun Nitella que existen en nuestro país.

Bibliografía más importante sobre las « Characeae », por C. M. Hicken

Con el objeto de facilitar los estudios sistemáticos y biologicos


que se desearan realizar sobre las Caráceas, dada la importancia que

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podrían tener, si se llegara a comprobar entre nosotros el descubri


miento del doctor M. Caballero, doy a continuación la bibliografía
de las obras más importantes que se refiere a tan curiosa familia de
algas :

Allen, T. F., Similarity between the Characeae of America and Asia.


Bull. Bot. Tor rey Club, 1880, n° 10.
— Development of the cortex in Chara. Bull. Bot. Torrey Club,
april 1882.
— Observation on some American formes of Chara coronata. Ame
rican Naturalist, may 1882, p. 358-369 (con una lámina en
colores y varias figuras).
— The Characeae of America. new York, 1888 (menciona las
especies de la Argentina).
Bary, A. de, Zur Keimungsgeschichte der Charen. Bot. Zeit., vol. 33
(1875), 377-385, 393-401, 409-420, c. fig.
Bennett, A. W., On the structure and affinities of Characeae. The
Journ. of Bot. brit. and foreign, 1878, n° 187.
Bieliajew, W., Ueber Bau und Enticickelung der Antherozoiden, I
Characeen. Warschau (en ruso).
Brattn, A., Charae australes et antarcticae. Hook. Journ. Bot., I (1849),
193-203.

— Characeen aus Columbien, Guyana und Mittel-amerika. Monats


ber. d. k. Akad. d. Wissensch, zu Berlin. Juni 1858, p. 349
368.

— Die Characeen Afrika's. Monatsber. d. k. Akad. d. Wissensch, z.


Berlin. Dezemb. 1867, p. 782-872.
— Fragmente einer Monographie der Characeen, herawgegeb. v.
O. Nordstedt. Berlin, 1882.
Celakowsky, l., Ueber die morphologische Bedeutung der sogennan
ten Sporensprösschen der Characeen. Flora 1878. n° 4 u. 5.
FilARSZKY, Ferd., Monographie der Characeen. Sitzberg. d. köngl.
ungar. naturwiss. Gesllsch. z. Budapest, 3 Januar 1894, con
5 lit. y fig. y 129 p.
Ganterer, Ubald, Die bisher bekannten österreichischen Charen vom
morphologischem Standpunkte bearbeitet, mit 2 lithogr. Tafeln.
Wien, 1817 (contiene figura y análisis en colores de muchas
especies, entre ellas de Ch. coronata, foetida, fragilis, his
pida, etc.).
Giesenhagen, K., Untersuchungen über die Characeen. Theil I (1895),

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53 p., c. 1 lám. en color y 25 flg.; Theil ii, 1 (1897), 43 p. y


17 flg.; II, 2 (1898), 46 p., c. 2 lám. y 17 flg. Marburg, 1895
1898.

Halsted, B. D., Classification and description of the American species


of Characeen. Proceed. Boston Soc. of nat. Hist., 1879, vol.
XX, p. 169-190.
Hy, Sur les modes des ramifications et de cortication dans la famille
des Gharacées et les caractères qu'ils peuvent fournir à la clas
sification. Bull. Soc. Bot. de France, vol. XI, n° 6, 1889.
Johow, fu., Die Zellkerne von Chara foetida. Bot. Zeit., vol. 39 (1881),
729-743, 745-753.
Lauterbach, L., Beeinflussimg der Protoplasmaströmung der Chara
ceen durch mechanische und osmotische Eingriffe (c. 2 flg.), en
Beihefte des Bot. Zentralbl., Bd. 38, Abt. ), Heft 1, Dresden,
1921.

Migula, W., Synopsis Characearum europaearum. Leipzig, 1 vol. con


133 fig.
Müller, A., Beiträge zur Kenntniss von Chara hispida L. und Chara
foetida Braun. München, 1907, 1 vol. con 47 p. y 2 lám.
ïTordstedt, o., Einige Gharaceenbestimmungen. Hedwigia, 1888, p.
181-156, c. 1 lám. (se mencionan algunas de la Argen
tina).
— De Aigis et Characeis. Acta Univ. Lundensis, t. 25 (Lund 1889),
44 p. y 1 lám.
Nordstedt, O. und L. J. Wahlstedt, Ueber die Keimung der Cha
raceen. Flora 1875, n° 6, p. 94-95.
Overton, Beitrüge zur Histologie und Physiologie der Characeen. Bot.
Centralbl., vol 44 (1890), 1-10, 33-38, tab. I, fig. 1-4.
Pringsheim, M., Ueber die Vorkeime und die nacktfiissigen Zweige
der Charen. Pringsheim's Jahrbüch. f. wissensch. Bot., vol.
III, Heft 2, Berlin, 1862.
Richter, Joh., Ueber Reactioncn der Characeen auf äussere Einflüsse.
Flora 78 (1894), Heft 3.
Robinson, C. B., The Characeae of North America. Bull. Neu■ York
Bot. Gard., vol. iv (1903), n° 13.
Sluiter, C. P., Beiträge zur Kenntniss von Chara contraria A. Br.
und Chara disoluta A. Br. Bot. Zeit., 1910, 44 p., c. 5 lám.
y 21 fig. Leipzig.
Spegazzini, C., Characeae platenses. An. Soc. Cient. Argent., t. xv
(1883), 218-231.

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Vines Sidney, H., The « Pro-embryo» of Chara. The Journ. of Bot.


brit. and foreign. December 1878.
— Note on the morphology of the Gharaceae. The Journ. of Bot.
brit. und foreign. June 1879.
Wille, n., Gharaceae. Engl. Prantl Nat. Pflanzenf., I, 2 (1891), 161
175, c. fig.
Zacharias, Ueber Bildung und Wachstum der Zellhaut bei Chara foe
tida. Bericht d. d. bot. Gesell., 1890, vol. 8. Generalversamm
lungsheft, I abth.

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