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Es la base del registro. La finca cuando ingresa en el registro se inmatricula y en este primer asiento se
hace una descripción física y geográfica y se indica su propietario.
Inmatriculada la finca, a continuación, se toma razón de los actos o negocios jurídicos, es decir, de los
títulos en sentido material, en cuya virtud se produce una mutación jurídica inmobiliaria. La inscripción
de los títulos materiales se realiza mediante la presentación en el Registro de los correspondientes
títulos formales en que aquéllos quedan recogidos.
Inscritos los títulos materiales relativos a una finca previamente inmatriculada, el Registro publica, frente
a todos los posibles interesados en conocer la situación jurídica de la finca, los derechos de dominio y
demás de naturaleza real existentes sobre la misma, en virtud de la inscripción de aquellos títulos.
Nuestro sistema inmobiliario registral adopta el criterio de llevar el Registro por fincas, con lo que la
finca es el eje en torno al cual gira aquella institución. Cada finca se inscribe en el Registro en folio
aparte, dándole el Registrador el número de hojas que estime conveniente, y con un número especial y
correlativo al de la finca últimamente inmatriculada. Es el sistema llamado del «folio real». El inciso
inicial del art. 9 LH manifiesta que «el folio real de cada finca incorporará necesariamente el código
registral único de aquélla». El folio registral en papel dejará paso al folio registral electrónico.
Según el art. 9.a en la inscripción relativa a una finca se deben contener las circunstancias siguientes:
Descripción literaria de la finca
Datos relativos a su naturaleza, linderos, superficies
Expresión del archivo registral
Referencia catastral y el hecho de estar o no la finca coordinada con el catastro
En ese folio y bajo ese número, es decir, en la parte del libro de inscripciones reservada como folio a la
finca, se encuentra el historial jurídico de la finca inmatriculada, de modo que en él se agrupan todos
los actos y negocios jurídicos que hacen relación al inmueble y determinan su situación jurídica; razón
por la que a los terceros les basta con examinar el folio de la finca inmatriculada para quedar protegidos
frente a las limitaciones o causas de resolución que no figuren en dicho folio o que, indebidamente,
consten en el folio de otra finca.
El sistema de llevar el Registro por fincas se establece en el art. 243 LH, según el cual «el Registro de la
propiedad se llevará abriendo uno particular a cada finca en el libro correspondiente. Todas las
inscripciones, anotaciones y cancelaciones posteriores relativas a la misma finca se practicarán a
continuación, sin dejar claros entre los asientos». A su vez, el párrafo 1.º del art. 7 LH preceptúa que «la
primera inscripción de cada finca en el Registro de la Propiedad será de dominio», y el art. 8, también de
la Ley, en sus dos primeros párrafos, señala que «cada finca tendrá, desde que se inscriba por primera
vez, un número diferente y correlativo. Las inscripciones que se refieran a una misma finca tendrán otra
numeración correlativa y especial». Por último, el art. 378 RH añade que «los Registradores, tomando en
consideración el movimiento que tuviere la propiedad en sus partidos respectivos, destinarán a cada finca el
número de hojas que consideren necesarias» (vid. art. 379 RH).
El hecho de llevar el Registro por fincas no sólo favorece la mecánica de la oficina registral, la función
calificadora del Registrador y la publicidad formal del Registro, sino que, además, produce efectos
sustantivos, pues, según el párrafo 1.º del art. 13 LH, «los derechos reales limitativos, los de garantía y, en
general, cualquier carga o limitación del dominio o de los derechos reales, para que surtan efectos contra
terceros, deberán constar en la inscripción de la finca o derecho sobre que recaigan». Este precepto obliga, al
titular de un derecho real limitado o de alguna carga o limitación del dominio o de los derechos reales,
a inscribir su derecho en el folio de la finca o derecho al que afecta, y, sólo si así se hace, lo inscrito
podrá perjudicar a tercero.
3. LA FINCA REGISTRAL.
- No obstante, de los preceptos de la LH se puede deducir un concepto de finca mucho más amplio, en el
que cabe incluir no sólo la finca en sentido material o finca normal, sino también otras entidades de
naturaleza inmobiliaria que tienen acceso al RP, aunque no se adaptan a aquella definición.
La ley hipotecaria en el art. 8 denomina finca a otras cosas distintas como por ejemplo el
aprovechamiento urbanístico o un turno. Por tanto en realidad llamamos finca registral a toda entidad
inmobiliaria que es susceptible de abrir folio registral y esta es la denominación verdadera , en este
sentido el TRLS en su art. 26 dice que es finca la unidad de suelo o de edificación atribuida a un
propietario que puede situarse en la rasante cuando conforme a la legislación hipotecaria pueda abrir
folio en el registro de la propiedad.
Artículo 26.
1. Constituye: a) Finca: la unidad de suelo o de edificación atribuida exclusiva y excluyentemente a un
propietario o varios en proindiviso, que puede situarse en la rasante, en el vuelo o en el subsuelo.
Cuando, conforme a la legislación hipotecaria, pueda abrir folio en el Registro de la Propiedad, tiene la
consideración de finca registral.
Primer supuesto; en él se admite la inscripción, como una sola finca, de los edificios en régimen de
propiedad por pisos cuya construcción esté concluida o, por lo menos, comenzada. En la inscripción se
describirán, además del inmueble en su conjunto, sus distintos pisos o locales susceptibles de
aprovechamiento independiente, asignando a éstos un número correlativo escrito en letra y la cuota
de participación que a cada uno corresponda en relación con el inmueble. También se incluirán en la
inscripción las reglas contenidas en el título y en los Estatutos que configuren el contenido y ejercicio
de esta propiedad.
La inscripción se practicará a favor del dueño del inmueble constituyente del régimen o de los
titulares de todos y cada uno de sus pisos o locales.
El segundo supuesto, cuando prevé la inscripción en folios separados, como fincas independientes, de
«los pisos o locales de un edificio en régimen de propiedad horizontal, siempre que conste previamente en la
inscripción del inmueble la constitución de dicho régimen». Por consiguiente, para que pueda realizarse la
inscripción separada de los pisos o locales, es requisito indispensable que previamente haya sido
objeto de inscripción el edificio en su conjunto y que en el asiento figure la constitución del régimen
de propiedad horizontal.
De este modo, en la hoja principal o matriz, que es la referente a la finca en su conjunto, se inscribirá
todo cuanto sucesivamente tenga relación con la finca global en sí, y en las hojas especiales o filiales
abiertas a cada piso o local se concentrará el historial jurídico hipotecario respectivo.
3.3.7. EL AGUA
En consonancia con la posible existencia de aguas de dominio privado, admitida por el Código civil y la
derogada Ley de Aguas de 1879, el art. 66 RH preceptúa que las aguas de dominio privado que,
conforme a lo dispuesto en el número 8.º del art. 334 Cc, tengan la consideración de bienes inmuebles
podrán constituir una finca independiente e inscribirse con separación de aquella que ocuparen o en
que nacieren. Esto se entiende sin perjuicio de que se pueda hacer constar la existencia de las aguas en
la inscripción de la finca de que formen parte, como una cualidad de la misma. Pero el Texto refundido
de la Ley de Aguas de 20 de julio de 2001 atribuye, con escasísimas excepciones, carácter público a las
aguas, lo que impone una reforma de los preceptos hipotecarios, todavía no producida. No obstante, el
Texto refundido, al permitir el uso privado de las aguas públicas mediante concesión administrativa
(art. 59 TRLA), dice que podrán inscribirse en el Registro de la Propiedad los contratos de cesión de
derechos de uso al agua en el folio abierto a las concesiones administrativas afectadas (art. 68.4
TRLA).
Las concesiones administrativas se inscribirán bajo un solo número, si los interesados lo solicitaren,
considerándose como una sola finca con arreglo al art. 8 LH, siempre que pertenezcan a un solo
dueño o a varios pro indiviso, excepto las que sean accesorias de otras fincas o concesiones (art. 44.6.º
RH).
Al declararse hoy inscribibles los bienes de dominio público, ha quedado desajustada del sistema la ficción
normativa de «considerar como finca» las concesiones administrativas (art. 44.6º RH). Esta ficción era
necesaria hasta la reforma del R.D. 1867/1998: si las concesiones no abrían folio, no podían acceder al
Registro, porque los inmuebles de dominio público no eran inmatriculables. Ahora la situación ha
cambiado, y esos bienes sí pueden acceder al Registro.
4.1. Agrupación.
Art. 45 RH:
La agrupación es la operación por la que dos o más fincas inscritas, cada una en su folio, se reúnen
para formar en adelante una sola. Las fincas agrupadas suelen ser colindantes, aunque pueden no
serlo, si se da entre ellas alguno de los nexos económicos de unidad orgánica o interdependencia a
que se refiere el art. 44 RH.
Ha de tratarse de fincas pertenecientes a un solo dueño o a varios pro indiviso, pero cabe también la
agrupación de fincas pertenecientes a distintos propietarios, siempre que se determine, de acuerdo
con lo que resulte del título, la participación indivisa que a cada uno de ellos corresponda en la finca
resultante de la agrupación (art. 45.3 RH).
La finca total resultante se inscribirá en folio distinto y bajo número diferente, haciéndose constar en
la inscripción la procedencia de las fincas agrupadas. Correlativamente, las fincas que se agrupan
quedan extinguidas y sus hojas registrales cerradas; pero los derechos reales que gravaren las fincas
reunidas continúan gravándolas y no se extienden a la finca nueva, es decir, para los titulares de estos
derechos reales, es como si la finca sobre la que recaen tales derechos no se hubiese agrupado . Al
margen de cada una de las inscripciones de propiedad de las fincas reunidas se hará mención de la
agrupación efectuada, con referencia a la nueva finca resultante.
4.2. Agregación.
Art. 48 RH:
La agregación consiste en la incorporación a una finca inscrita de otra , cuya hoja registral se cierra, o
de una parcela que se segrega de otra finca, también inscrita. Lo esencial de esta operación es que la
porción segregada o la finca que se una no midan más de la quinta parte de la extensión de la finca a
que se incorporen. Si exceden de esa medida, deberá formarse finca nueva , como si se tratase de una
agrupación ordinaria.
La inscripción correspondiente se practicará en el folio de la finca mayor, sin alterar su numeración,
pero expresándose en ella la nueva descripción resultante y la procedencia de las unidas, con las
cargas que las afecten. Se harán, además, las oportunas notas marginales de referencia en las
inscripciones de las respectivas fincas.
4.3. Segregación.
Art. 47 RH:
Es la separación de parte de una finca inmatriculada para formar una nueva . Se trata de una
operación registral indispensable siempre que se enajene o grave sólo parte de una finca inscrita.
Por la segregación no se extingue la finca matriz, cuyo resto sigue inscrito. Al margen de su
inscripción de propiedad se hará constar la segregación efectuada, así como la descripción de la
porción restante de dicha finca matriz o, por lo menos, la modificación experimentada en la extensión
superficial y en el lindero o linderos por donde la segregación se haya efectuado.
La parte segregada origina el nacimiento de una nueva finca, a la que se abre folio propio. En la
inscripción de la nueva finca se expresará su procedencia y los gravámenes vigentes de la finca matriz,
que la seguirán afectando como si la segregación no se hubiera producido.
4.4. División.
Art. 46 RH:
Es aquella operación en cuya virtud la totalidad de una finca, al dividirse, desaparece y da lugar al
nacimiento de dos o más fincas nuevas, que son las resultantes de la división. A consecuencia de la
división, la finca matriz se extingue; al margen de su inscripción de propiedad se hace constar la división
efectuada, y su hoja registral queda cerrada. Cada una de las porciones resultantes de la división se
inscribirán como fincas nuevas y bajo número diferente. En las nuevas inscripciones se expresará la
procedencia de las fincas, así como los gravámenes que tuvieran antes de la división, los cuales no
resultarán afectados por esta operación.
Por causas sobrevenidas a la inscripción de una finca en el Registro, puede producirse una
discordancia entre los datos de hecho que constan en el folio y la realidad. Así ocurre siempre que los
datos físicos identificadores de una finca experimenten alteraciones (p. ej., en un solar, que en el Registro
figura como tal, se construye un edificio). Un supuesto de este tipo es la obra nueva.
El concepto de obra nueva responde a un criterio amplio, que abarca cualquier obra que transforme las
circunstancias físicas de una finca inscrita (construcción de edificios, obras de riego, desagüe,
saneamiento, desmonte y puesta en cultivo de un terreno, muros de contención de tierras, etc.).
La declaración de obra nueva puede ser realizada por el propietario del suelo sobre el que se ha
desarrollado la construcción o por los titulares de un derecho real de vuelo o de superficie . En los casos
de copropiedad o condominio será necesario el consentimiento de todos los copropietarios.
La obra nueva puede hacerse constar en el Registro a través del siguiente procedimiento (art. 202 LH):
Las nuevas plantaciones y la construcción de edificaciones o asentamiento de instalaciones, tanto
fijas como removibles, de cualquier tipo, podrán inscribirse en el Registro por su descripción en los
títulos referentes al inmueble en los que se describa la plantación, edificación, mejora o instalación.
En todo caso, habrán de cumplirse todos los requisitos que hayan de ser objeto de calificación
registral, según la legislación sectorial aplicable en cada caso.
La porción de suelo ocupada por cualquier edificación, instalación o plantación habrá de estar
identificada mediante sus coordenadas de referenciación geográfica.
Salvo que por la antigüedad de la edificación no le fuera exigible, deberá aportarse para su
archivo registral el libro del edificio, dejando constancia de ello en el folio real de la finca. En tal
caso, cuando se trate de edificaciones en régimen de propiedad horizontal, se hará constar en el
folio real de cada elemento independiente su respectiva representación gráfica, tomada del
proyecto incorporado al libro (vid. RDGRN de 18 de enero de 2017).
A estos efectos, es de trascendental importancia el art. 28 del Texto Refundido de la Ley de Suelo y
Rehabilitación Urbana de 30 de octubre de 2015. Dicho precepto distingue entre la declaración de obra
nueva en construcción y la declaración de obra nueva terminada, y establece las siguientes reglas: