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YO SOY la Luz del mundo

Dios y Hombre

Tema: Jesús es la luz que alumbra las tinieblas en el corazón del hombre.

Introducción
Vivimos en una época tremendamente inmoral, insatisfecha e infeliz, a pesar
de que estamos en la era de la información y de la complacencia.
• El siglo 21 es el siglo más informado que existe. Sus medios de
comunicación y las iniciativas por parte de ciertas organizaciones
hacen posible que hoy tengamos acceso a un sinfín de contenido
educativo que tiene el propósito de ayudarnos a vivir de una mejor
manera.
o Hoy día contamos con programas infantiles educativos que
enseñan a nuestros hijos a compartir, trabajar en equipo,
aprender matemáticas, etc.
o Tenemos programas que enseñan a los jóvenes acerca de la
familia, la sexualidad, el peligro de los vicios y demás, a fin de
cultivar buenos valores morales. Ejemplo: Como los anuncios
para prevenir accidentes de tránsito.
• Este siglo también es el más consumista y complaciente. Jamás
habíamos tenido tantos artefactos que “facilitaran nuestra vida” como
ahora.
o Tenemos dispositivos electrónicos que cada vez solucionan más
problemas en nuestro día a día.
o Tenemos cada vez más aparatos que prometen hacer nuestra
vida más fácil. Ejemplo: los electrodomésticos en el hogar.
o Tenemos toda clase de alimentos que prometen cuidar tu salud
o tu figura, y sin necesidad de hacer algún ejercicio. Ejemplo:
▪ Azúcar para diabéticos.
▪ Café sin cafeína.
▪ Mantequilla sin grasa.
▪ Sobrecitos de Frutiño. Ricos en vitamina, por cierto.
• También es el siglo que promete mayor felicidad y bienestar.
o Tenemos cada vez más medicamentos que prometen solucionar
nuestras enfermedades y aliviar nuestros dolores.
o La tecnología promete cada vez hacernos más felices.
o Tenemos cada vez más programas de desarrollo y crecimiento
personal como también estrategias para rápidas y sencillas para
solucionar tus problemas financieros y tener el estilo de vida
deseado.
Pero a pesar de esto, tenemos la generación más desenfrenada moralmente,
más insatisfecha y más infeliz. La pregunta es ¿Proveen todos estos inventos
y novedades una solución eficaz y duradera a nuestros problemas? La
respuesta es no. Porque el mayor problema del hombre es su propio pecado
que lo ciega y le impide ver que solo hay una manera verdaderamente eficaz
y perdurable para hacer que vivamos una mejor vida, para satisfacer todas
nuestras necesidades y para traer verdadera dicha y felicidad plena.
Contexto
Había culminado la fiesta de los tabernáculos (festividad judía que
conmemoraba los días en que Israel moró en tiendas en su peregrinar en el
desierto) y Jesús estaba en el templo de Jerusalén en lo que se llamaba el
patio de las mujeres. Era el mismo lugar donde se encontraba el lugar de las
ofrendas, un lugar lo suficientemente amplio para reunir a muchas personas.
En esos días se conmemoraba al finalizar la fiesta de los tabernáculos, una
ceremonia llamada “la iluminación del templo” donde se encendían unos
candelabros muy grandes y que al encenderlos “alumbraban toda Jerusalén”.
Parece que esta ceremonia recordaba la columna de fuego que anduvo
delante de Israel en el desierto para guiarlos durante la noche.
Jesús ya había usado otro recordatorio de los judíos como el maná que sus
padres comieron en el desierto, para enseñar que él era el pan de vida. Ahora
usa esta ceremonia simbólica para enseñar otra verdad acerca de sí mismo.
Jesús afirma su deidad
La expresión YO SOY la luz del mundo afirma su deidad.
«Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios
es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.» (1Jn 1:5)
«El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor
de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua,
y el Dios tuyo por tu gloria. No se pondrá jamás tu sol, ni
menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los
días de tu luto serán acabados.» (Is. 60:19-20)
Jesús es identificado en la biblia como la luz del mundo
• En Jn. 1:4 Jesús es la fuente de la vida y la vida que emana de Él
provee luz a los hombres. Es decir, los hace despertar de sus tinieblas.
• En Jn. 1:9 Jesús es la luz que alumbra a todo hombre y que descendió
al mundo.
• En Jn. 3:19 Jesús es la luz que los hombres rechazaron porque sus
obras eran malas. La razón de su rechazo son sus obras malas y ocultas
(Jn. 3:20).
• Lucas describe a Zacarías profetizando sobre su hijo Juan el bautista,
el cual proclamaría la llegada del Mesías. Él escribe acerca de este
mensaje que habría de proclamar el bautista: «Dirás a su pueblo cómo
encontrar la salvación mediante el perdón de sus pecados. Gracias a
la tierna misericordia de Dios, desde el cielo, la luz matinal está a
punto de brillar entre nosotros, para dar luz a los que están en
oscuridad y en sombra de muerte, y para guiarnos al camino de la
paz». (Lc. 1:77-79)
Pero ¿Qué significa que Jesús es la luz del mundo?
Que, así como la luz de Dios guiaba durante la noche al pueblo
proveyéndoles dirección, seguridad y paz; así Jesús es la luz verdadera y
eterna que descendió al mundo y que alumbra las tinieblas morales y
espirituales del hombre.
• Jesús es la luz que provee verdadera dirección al hombre, lo alumbra
en la oscuridad de su pecado y lo guía en integridad y verdad.
• Jesús es la luz que provee vida, gozo y satisfacción plena.
¿Qué quiso decir Jesús a sus oyentes?
Como comenta Barclay: «Jesús está diciendo: “Habéis visto que el
resplandor de la iluminación del templo rasga las tinieblas de la noche. Yo
soy la luz del mundo y, para todos los que me sigan, habrá luz, no sólo una
noche maravillosa, sino a lo largo de todo el camino de la vida. La luz del
templo es muy brillante, pero al final parpadea y muere. Yo soy la Luz que
dura para siempre».
Hay al menos tres aspectos importantes que vale la pena mencionar sobre
esta declaración de Jesús.

1. Exclusividad. Jesús no es una luz que provee guía y dirección al


hombre. Él es la luz verdadera y única que todo hombre necesita. Sin
Cristo, el mundo se halla en tinieblas y en la oscuridad de su pecado.
2. Universalidad. Jesús no es como la luz de los candelabros que
alumbraba toda Jerusalén. Jesús es la luz del mundo entero. No hay
otra fuente de luz que pueda dirigir a este mundo a la vida y verdad,
sino solo Jesús.
3. Perpetuidad. Jesús no es como la luz de los candelabros que
alumbraban toda Jerusalén durante toda la noche. Él es la luz que
ilumina perpetuamente la vida del hombre. En Jesús el hombre nunca
está fuera de dirección o protección. Su luz no cesa, sino que provee
vida eternamente. Así como la luz del sol es esencial para la vida, así
la luz de Cristo nos da vida. Pero la luz del sol no es para siempre, sin
embargo, la luz de Cristo perdurará para toda la eternidad. Juan en su
descripción acerca de la nueva Jerusalén expresa que esta ciudad
celestial no necesitará del sol porque el cordero será su luz y la gloria
de Dios iluminará la ciudad (Ap. 21:23).
¿A qué tinieblas se refiere la biblia cuando este término se aplica a los
incrédulos?
1. A su condición de ceguera espiritual. El hombre incrédulo está ciego
a la verdad de Dios, no la comprende y no la puede obedecer.
«Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios;
porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que
viven según la carne no pueden agradar a Dios.» (Ro. 8:7-8)
«Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente.» (1Co. 2:14)
2. A la condenación eterna, la cual los impíos persiguen en su estado
de incredulidad «fieras ondas del mar, que espuman su propia
vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada
eternamente la oscuridad de las tinieblas.» (Jd. 1:13).
¿Cuál es el resultado para los que siguen a Jesús? No andarán en tinieblas.
Eso implica al menos dos cosas:
1. No andarán en oscuridad moral y espiritual.
2. Obtendrán un día la herencia prometida, la ciudad celestial donde la
luz de Cristo brilla eternamente. «La ciudad no tiene necesidad de sol
ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y
el Cordero es su lumbrera.» (Ap. 21:23)
Un mensaje para los creyentes
• Busca en todo tiempo la sabiduría divina que viene de escudriñar las
escrituras y someterte a ellas.
• Ruega en todo tiempo al Señor que su luz alumbre tu vida para ver el
error que hay en ti y corregir tu camino.
• Predica con fidelidad a Cristo a otros para que sean alumbrados con la
verdad.
Conclusión
Si queremos hallar dirección, satisfacción, gozo y paz verdadera busquemos
a Jesús.

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