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La evaluación en Educación Tecnológica, al igual que todos los espacios, toma como
referente el diseño curricular. Desde esta perspectiva, el currículum constituye una
herramienta de trabajo para los equipos docentes, en tanto plantea directrices para
generar el proyecto educativo de cada escuela. En particular, en Educación Tecnológica
los procesos creativos (por ejemplo, el diseño) y las producciones de los alumnos juegan
un papel crucial en los aprendizajes, de modo que la autoevaluación de cada alumno y la
coevaluación entre pares constituyen un valioso complemento a la evaluación de los
aprendizajes que por sí ya realiza el docente. Todas ellas son instancias de aprendizaje,
de esta manera, aprendizaje y evaluación marchan juntas en un proceso recursivo que las
retroalimenta.
En síntesis, hay dos miradas. Una es sobre el proceso, o sea, evaluar el proceso que
va haciendo el alumno en las actividades propuestas, y dentro de ese proceso, la
apropiación de los contenidos. La otra mirada es sobre los resultados, porque la
evaluación de los productos finales (objetos, artefactos, maquetas, entre otros) genera
una reflexión metacognitiva que implica la aplicación y transferencia de lo aprendido a
otras situaciones del contexto.
En Educación Tecnológica otra dificultad para evaluar los aprendizajes reside en que
se le pide al alumno que produzca soluciones creativas para los problemas. Pero, ¿es
posible evaluar la creatividad? ¿Cómo? Evaluar la creatividad en sí misma es
impracticable, pero sí es posible evaluar habilidades, procesos y resultados donde la
creatividad se manifiesta. En Educación Tecnológica se evalúan muchas habilidades
específicas donde está en juego la creatividad del alumno (y que antes no se evaluaban
sistemáticamente en la escuela); por ejemplo, habilidades para: formular problemas,
diseñar, representar simbólicamente, modelar, organizar emprendimientos y procesos de
construcción y elaboración, programar tareas, clasificar información técnica, etc.
• Cuestionarios
. • Cuadernos de campo
En los dos últimos casos se recomienda el uso de las TIC para potenciar las posibilidades
expresivas de los trabajos y de las presentaciones.
El docente también puede utilizar rúbricas de evaluación, listas de cotejo (de control o
tablas con indicadores) que son un instrumento muy útil para la evaluación cualitativa en
situaciones de aprendizaje porque permiten orientar la observación y obtener un registro
claro y ordenado de los procesos y producciones de sus alumnos. Además, sirven para
sistematizar los distintos niveles de logro de cada alumno, mediante indicadores (o
criterios de evaluación) fijando una escala cualitativa para cada indicador de acuerdo con
los propósitos de la unidad de aprendizaje que estemos evaluando.