Está en la página 1de 4

DESDE EL FIN DE LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA HASTA LA

PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA (1930-14 DE ABRIL DE 1931)

La caída de Primo de Rivera reveló que en la sociedad española de 1930 no quedaba


nada que sustentara activa y eficazmente a la Monarquía en su búsqueda de una salida
constitucional. La Corona no contaba con una estructura de poder político. Estaba
aislada. Tal aislamiento manifestaba una profunda crisis política pero expresaba
también un cambio de sociedad y de valores.

GOBIERNO BERENGUER (30 de enero de 1930-18 de febrero de 1931)

Con objeto de tranquilizar los ánimos, Berenguer afirmó que el nuevo gobierno
quería la pacificación del país y la vuelta a la normalidad constitucional, prometiendo,
entre otras cosas, la convocatoria de elecciones generales, a lo que se opusieron los
partidos tradicionales, desarbolados tras el paréntesis dictatorial. El movimiento obrero
liberado después de años de represión incrementó sus protestas y se produjo un
incremento de los desórdenes públicos.
El gobierno Berenguer anunció elecciones legislativas para el 1 de marzo de
1931. Antes, el 12 de diciembre de 1930, el capitán Fermín Galán proclamó la
República en Jaca. El Gobierno aisló la columna sublevada cerca de Huesca y el 14
fusiló a los capitanes F. Galán y García Hernández, autores del levantamiento militar.
También fueron detenidos los cabecillas republicanos. El movimiento republicano
empezó a extenderse rápidamente por las principales ciudades durante la primera mitad
de 1930. El monarquismo estaba, por tanto, políticamente desvertebrado.
Paralelamente, el crecimiento del viejo y del nuevo republicanismo y el descontento
con la Monarquía se hicieron cada vez más patentes y extensos:

 Los partidos que en 1929 habían creado Alianza Republicana (Acción


Republicana, Partido Radical, Partido Republicano Radical Socialista, una
escisión del anterior, y otros) aparecieron ahora a la luz pública.
 En julio de 1930, Alcalá Zamora y Miguel Maura crearon Derecha
Republicana.
 Cataluña: buena parte del nacionalismo radical convergió, ya en marzo de
1931, en Esquerra Republicana de Catalunya, articulada en torno a Estat
Català y su líder F. Maciá.
 País Vasco: nacionalistas vascos republicanos y de izquierda crearon Acción
Nacionalista Vasca.
 Galicia: republicanos autonomistas y galleguistas formaron en 1930 la
Organización Republicana Galega Autónoma (ORGA), dirigida por Santiago
Casares Quiroga. El Partido Galeguista, expresión del nacionalismo gallego,
fue creado en diciembre 1931.
 Valencia: aparecieron Unión Republicana Autonomista y Agrupació
Valencianista Republicà.
 El PSOE rechazó la solución Berenguer. Indalecio Prieto y Fernando de los
Ríos fueron llevando al partido hacia una plena colaboración con los partidos
republicanos (1930), pese a que Julián Besteiro era partidario de preservar la
independencia de acción del partido y de la UGT.

1
 La CNT: se manifestó a favor de colaboraciones circunstanciales con los
partidos republicanos y con otras fuerzas sociales para combatir la Monarquía.
 Conocidos intelectuales hicieron pública su adhesión al republicanismo.
Ortega y Gasset, Marañón, Pérez de Ayala y otros intelectuales crearon, en
marzo de 1931, una Agrupación al Servicio de la República.

El ascenso del republicanismo culminó en la reunión de varios de aquellos partidos:

–ACCIÓN REPUBLICANA Y PARTIDO RADICAL-SOCIALISTA (integrado por


profesionales que se definían por un proyecto de un Estado laico, parlamentario,
legitimado en la soberanía nacional, libre de sujeciones a la Iglesia y al Ejército y por
sus aspiraciones a la reforma social).
-PARTIDO REPUBLICANO RADICAL (de tradición populista, que atraía a pequeños
y medianos patronos y a algunos importantes hombres de negocios)
-DIVERSOS PARTIDOS REPUBLICANOS DE CATALUÑA Y DE GALICIA:
Partido Republicano Radical Socialista, ORGA, Acció Catalana, Acció Republicana de
Catalunya, Estat Catalá,
-GRUPOS O PERSONALIDADES POLÍTICAS QUE PROCEDENTES DE LOS
PARTIDOS DINÁSTICOS mostraban una reciente y entusiasta conversión al
republicanismo, eran sus principales soportes orgánicos: Indalecio Prieto, Felipe
Sánchez Román y Eduardo Ortega y Gasset a título individual.

Todos ellos sellaron en San Sebastián el 17 de agosto de 1930 el llamado Pacto de


San Sebastián, suscrito por todos ellos y de los que salió un comité revolucionario al
que se incorporaron desde octubre representantes de la UGT y del PSOE. Supuso un
acuerdo para impulsar un movimiento político a la vez legal y revolucionario contra la
Monarquía, para establecer mediante un golpe de fuerza popular y militar la República,
cuya definición se dejaría a una futura Asamblea constituyente.

La alianza de la clase obrera organizada y de los partidos de clase media, que


habían crecido al ritmo de la transformación de la sociedad, fue decisiva para la suerte
final de la monarquía. El plan preparado por el comité consistía en derrocarla por
medio de una insurrección arropada en una huelga general que, tras varias demoras, se
convocó para el 15 de diciembre de 1930 con muy escaso seguimiento. El fracaso de ese
plan lejos de frustrar las expectativas republicanas, potenció el carácter popular del
movimiento. El fusilamiento de los capitanes Galán y García Hernández, sublevados en
Jaca, y el juicio contra el comité revolucionario se convirtieron en acta de acusación
contra el rey.

Aunque el Gobierno será dueño de la situación, su posición seguirá


debilitándose.
A la vista de tantas dificultades, Berenguer convocó elecciones generales para el
mes de marzo de 1931, pero los representantes políticos contestaron que jamás
participarían en esos comicios, pidiendo la abstención. Ni siquiera los monárquicos
como el conde de Romanones hicieron caso de esta propuesta: la gran mayoría sólo
quería que Berenguer y Alfonso XIII abandonaran sus puestos. Así, Berenguer y su
gobierno dimitieron en bloque el 14 de febrero de 1931, lo que provocó que Alfonso
XIII buscase desesperadamente un sustituto, recibiendo las negativas de sus amigos
incondicionales —el duque de Maura, el conde de Romanones y del marqués de

2
Alhucemas—, los cuales le aconsejaron otros hombres que consideraban más
apropiados. También de Sánchez Guerra y de Melquiades Álvarez.

Finalmente, tras una reunión de urgencia en el Ministerio de la Guerra,


Berenguer fue sustituido del cargo de presidente del gobierno por el almirante Aznar,
que presidió un gobierno de concentración monárquica, con algunos de los más
destacados políticos dinásticos, en el cual el propio Berenguer seguía ejerciendo como
ministro de la Guerra1.

La solución Berenguer fracasaría por un doble motivo:

 por sus propios errores: el gobierno nació con conciencia de interinidad,


careció de liderazgo político y de ideas y actuó con lentitud al tardar un año en
convocar las elecciones anunciadas.
 fracasó también por el confusionismo y las contradicciones en que naufragó la
clase política monárquica. El Partido Conservador y el Liberal seguían
anclados en las viejas prácticas clientelares y caciquiles y dominados por
pugnas personalistas por el poder.

GOBIERNO PRESIDIDO POR EL ALMIRANTE JUAN BAUTISTA AZNAR


(18 de febrero de 1931 al 14 de abril de 1931)

En el gabinete del almirante Aznar había dos corrientes monárquicas


contrapuestas: la corriente «dura» representada por La Cierva (alta burguesía), y la
corriente «blanda o transigente», dispuesta a pactar con los republicanos, en ese
momento en la cárcel Modelo de Madrid, representada por el conde de Romanones. En
el punto medio y a cargo del Ministerio de Gobernación se encontraba José María de
Hoyos y Vinent de la Torre O’Neill, marqués de Hoyos. Como director general de la
Guardia Civil el general Sanjurjo. El resto del gabinete lo formaban el duque de Maura,
el almirante José Rivera Álvarez-Camero y los empresarios Ventosa y Gascón y Marín.

El gobierno se constituyó en febrero de 1931 y preparó la ejecución de un plan


ideado por Romanones y Cambó: conceder la elección a Cortes Constituyentes pero
aplazarla, sustituyendo las elecciones municipales o legislativas. Con los ayuntamientos
de la dictadura se podían esperar resultados menos desfavorables para la opinión
pública. Y después estos ayuntamientos servirían de instrumentos para preparar las
elecciones a Cortes a favor de los monárquicos.

La creación de un gran partido católico y monárquico para oponerse a la coalición


republicana no se realizó:
 políticos monárquicos como Sánchez Guerra o Melquíades Álvarez, que
crearon un Bloque Constitucional, se colocaron en la frontera entre

1
Tras la instauración de la República, Berenguer fue encarcelado por las autoridades republicanas por su
papel durante la Dictadura. Fue procesado ante el Tribunal Supremo en 1932, siendo posteriormente
amnistiado durante el bienio radical-cedista en 1934. Desde entonces permaneció apartado de la vida
pública y su participación en el golpe de estado militar de julio de 1936 no fue relevante.

3
monarquismo y republicanismo: negativa a colaborar con la nueva situación,
exigencia de Cortes constituyentes
 Miguel Maura y Niceto Alcalá Zamora hicieron público su paso al
republicanismo
 el partido de centro, articulado en torno a la Lliga catalana, a los restos del
maurismo, encabezado por Miguel Maura, no se constituyó hasta marzo de
1931

El clima moral del país favorecía un cambio revolucionario: los fusilamientos de


Galán y García Hernández y en marzo de 1931 el juicio contra los responsables
políticos del movimiento de diciembre2, popularizaron la causa republicana; la agitación
universitaria derivó en marzo en una verdadera confrontación entre los estudiantes y la
Monarquía.
En esta situación el gobierno del almirante Aznar carecía de autoridad y
prestigio.
En estas circunstancias, las elecciones municipales que el gobierno convocó para
el 12 de abril se convirtieron en un verdadero plebiscito sobre el régimen. En esas
elecciones del 14 de abril de 1931 resultaron elegidos 1.037 republicanos, 552
monárquicos, 64 constitucionales. La Cierva y Bugallal mantenían la postura de que la
monarquía debía resistirse a la república por cualquier medio, inclusive utilizando la
Guardia Civil. Sanjurjo se opuso tras comprobar la victoria relativa obtenida por los
republicanos en las elecciones del 12 de abril de 1931, lo que significaba el grupo más
importante de "republicanos ilustrados antimonárquicos".
El rey entendió que el país había votado por la República. El conde de
Romanones, después de intentar inútilmente llegar a una transacción con los
republicanos de crear un gobierno de transición, era partidario de que el rey Alfonso
XIII abandonara España. Romanones negoció con Alcalá Zamora –cabeza visible del
hipotético gobierno provisional de la República– la salida del Rey, que abandonó
Madrid camino del exilio. Con su beneplácito a la suspensión de la Constitución al dejar
que el golpe de Primo de Rivera triunfara, y su consentimiento a la eliminación de los
tradicionales partidos dinásticos, el propio rey contribuyó a la destrucción de la base
social de la monarquía.
Aquella misma tarde quedó proclamada la República. Los miembros del comité
revolucionario entraban en el Ministerio de la Gobernación y al reunirse allí se
transformaban en Gobierno provisional de la República.

2
Alcalá Zamora, Miguel Maura, Fernando de los Ríos, Álvaro de Albornoz, Largo Caballero y Casares
Quiroga, encarcelados en Madrid; Lerroux, Azaña, Marcelino Domingo y Prieto, que habían huido.

También podría gustarte