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1.

INTRODUCCIÓN

Tras el período dictatorial de Primo de Rivera (1923-1930) y la breve etapa del


general Berenguer y el almirante Juan Bautista Aznar (1930-1931) tiene lugar el
desarrollo de la segunda experiencia republicana en la historia de España.

Durante la II República (1931-1936) se llevaron a cabo importantes reformas con el


objetivo de modernizar el país y acercarlo a los países europeos más avanzados del
momento. La Segunda República se desarrolló en un contexto internacional y
nacional muy poco favorable, motivo principal por el que acabó fracasando y
desembocando en una dura guerra civil (1936-1939).

El desarrollo político de la II República se divide en varias etapas:

● Durante el gobierno provisional (abril-diciembre de 1931) se redactó y


aprobó la Constitución de 1931.
● Durante el bienio de izquierdas (1931-1933) gobernó una coalición de
partidos de izquierdas que aprobaron numerosas reformas
● Durante el bienio de derechas (1933-1936) gobernó una coalición de
partidos de centro-derecha que paralizaron y revisaron las reformas del
periodo anterior.
● Durante la etapa del Frente Popular (1936) gobernó nuevamente una
coalición de partidos de izquierdas, la cual tuvo que hacer frente a la
sublevación militar y al estallido de la Guerra civil española.

2. EL CONTEXTO DE LA SEGUNDA REPÚBLICA

​ La II República se desarrolló en un contexto internacional y nacional muy favorable.


​ A nivel internacional, los años 30 estuvieron caracterizados por la debilidad y el
retroceso de las democracias; y por la Gran Depresión económica que sumió a la
población en la miseria y el paro.
​ A nivel nacional, España era un país sin tradición democrática. Los partidarios
republicanos fueron una minoría ya que las fuerzas de derechas no aceptaron la
República.

La II República estuvo caracterizada por una gran división y fragmentación de los
distintos partidos políticos. Las principales fuerzas políticas antirrepublicanas
provenían de la extrema derecha, la derecha carlista, y católica; mientras que las
fuerzas republicanas estaban compuestas por los partidos de la derecha, de centro
y de izquierdas; así como otras organizaciones nacionalistas y obreras.





​ 3. EL DESARROLLO POLÍTICO DE LA II REPÚBLICA (1931-1936)

Tras la dimisión de Primo de Rivera en enero de 1930, Alfonso XIII otorgó el poder a varios militares con el
objetivo de retomar la Restauración, el general Dámaso Berenguer (1930-1931) y el almirante Juan
Bautista (1931), quienes establecieron la Constitución de 1876.
A este periodo se le conoció como Dictablanda que favoreció la organización de distintos grupos
opositores, que firmaron el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930) y establecieron un comité liderado
por Zamora y Azaña, encargados de organizar una revolución para acabar con la monarquía y establecer
una república. Esto fracasó, ya que la sublevación llevada a cabo en Jaca por Fermin Galán y García
Hernández careció de apoyos, pero triunfó la vía electoral.

El 12 de abril de 1931, se celebraron elecciones municipales y tuvo un resultado contradictorio. El


14 de abril de 1931, el rey Alfonso XIII decidió renunciar a la corona y exiliarse en Francia. El
poder pasó a manos de un gobierno provisional (abril-diciembre de 1931) presidido por
Zamora y formado por las fuerzas políticas antimonárquicas, que firmaron el Pacto de San
Sebastián. El 28 de junio de 1931, se celebraron elecciones constituyentes para formar nuevas
cortes que se encargaran de redactar y aprobar una constitución. De este modo, el 9 de
diciembre de 1931, fue aprobada la nueva constitución.

A nivel político, España se convertía en una República democrática con total división de poderes.
A nivel electoral, se establecía un sistema de sufragio universal que incluía a las mujeres. A
nivel territorial, se establecía un modelo de Estado descentralizado que abría la posibilidad a que
cada región contara con sus propios estatutos de autonomía. A nivel religioso, España se
convertía en un estado laico, sin religión oficial y con total separación de la Iglesia.

Tras la aprobación de la constitución comenzó otro periodo conocido como bienio de izquierdas
(diciembre de 1931- noviembre de 1933).
Durante el bienio de izquierdas se terminaron de aprobar las reformas iniciadas anteriormente.

A nivel territorial, se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña (1932) y se creó la


Generalitat. En otras regiones fue más lento. A nivel agrario, la reforma agraria se basó en la
expropiación con indemnización de tierras que serían propiedad del Estado. A nivel laboral, las
condiciones de trabajo y vida de los obreros eran muy malas. Por lo que, Francisco Largo
Caballero inició una reforma laboral que mejoró los contratos y los horarios de trabajo. A nivel
militar, el ejército de España estaba muy anticuado. Se crearon varias academias militares y se
permitió la jubilación de los oficiales. A nivel religioso, la iglesia católica tenía excesiva influencia
en el Estado y la sociedad. Esta reforma se basó en la separación de la Iglesia y el Estado. A
nivel educativo, España tenía una alta tasa de analfabetismo. La reforma educativa se basó en la
apertura de nuevas escuelas y la contratación de profesores.
Estas reformas provocaron una creciente oposición contra el gobierno, que provocó la caída de la
coalición republicano-socialista.

En otoño de 1933 Manuel Azaña, jefe de gobierno, dimitió y el presidente de la república, Alcalá
Zamora, disolvió las Cortes y convocó elecciones. Estas se celebraron el 18 de noviembre, las
primeras en las votaron las mujeres. El resultado de estas fue la victoria de los partidos de
centro-derecha, que inauguro el conocido como Bienio Negro.

Los dos partidos con mejores resultados fueron el Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil
Robles. El presidente de la república confió en el Partido Radical, apoyado por la CEDA.
El nuevo gobierno, gobernado por Lerroux, inició su mandato paralizando las reformas anteriores.
La cuestión agrícola enfrentó al gobierno central con la Generalitat de Cataluña. El gobierno
aprobó un presupuesto de culto y clero, iniciando negociaciones para firmar un concordato con la
Santa Sede. En cuanto al ejército, se aprobó una amnistía para los sublevados de Sanjurjo en
1932. En materia de educación, se respetaron los cambios del gobierno anterior.

La paralización de las reformas tuvieron como consecuencia una radicalización del PSOE y de la
UGT. Ante esto, la CEDA reclamó una acción más contundente en materia de orden público.
Lerroux accedió a estas peticiones y el 5 de octubre de 1934 otorgó tres carteras ministeriales a la
CEDA.

Al dia siguiente de la formación del nuevo gobierno se produjeron manifestaciones y huelgas en


algunas ciudades para defender las reformas sociales. Los acontecimientos fueron graves en
Asturias y Cataluña. Estos acontecimientos se conocen como la revolución de octubre de 1934:

-​ En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social.


-​ En Cataluña, la revuelta tuvo un carácter más político. Contó con el respaldo de la
Generalitat y Lluis Companys. Este pretendía evitar la entrada de la CEDA en el gobierno. Por
ello, proclamó el 6 de octubre la República catalana.
Las consecuencias de la revolución de octubre fueron notables. La CEDA aumentó su influencia
en el gobierno. Se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Se nombró a Gil Robles
ministro de la Guerra y a Francisco Franco, jefe del Estado Mayor.
Una fuerte crisis de gobierno estalló en el otoño de 1935. El Partido Radical se vio afectado, por lo
que Alcalá Zamora termina convocando elecciones para Febrero de 1936.
En estas elecciones se forman dos bloques claramente antagónicos: las derechas y las
izquierdas. Los partidos de izquierdas (republicanos, socialistas y comunistas) se agruparon en el
Frente Popular. Los partidos de derechas formaron distintas coaliciones, constituidas por la
CEDA, los monárquicos y los tradicionalistas.
En las elecciones, el Frente Popular obtuvo el 48% de los votos y se convirtió en la fuerza
ganadora. El nuevo gobierno quedó formado por republicanos, mientras que el resto de partidos
se comprometieron a prestarles apoyo. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la república, y
Casares Quiroga, jefe del gobierno.
El gobierno de la Generalitat volvió al poder y se restableció el Estatuto de Autonomía de
Cataluña.
Los partidos de izquierda y los sindicatos se lanzaron a una movilización popular. En las ciudades
se convocaron huelgas; en Andalucía y Extremadura, los jornaleros ocuparon las tierras.
La creación de un clima de violencia era una estrategia que favorecía a los sectores decididos a
organizar un golpe de estado. La misma noche de las elecciones, Franco intentó declarar el
Estado de guerra.
El plan de Emilio Mola, jefe del golpe de Estado hasta julio de 1936, consistía en organizar un
pronunciamiento militar en todas las guarniciones posibles. El gobierno trasladó de destino a los
generales implicados para frenar los rumores, pero no se atrevió a destruirlos. La conspiración
contó con el apoyo de la derecha, de la Italia fascista y la Alemania nazi. El 14 de julio se produjo
el asesinato de Jose Calvo Sotelo, en respuesta al asesinato del teniente Castillo. Su muerte
aceleró los planes golpistas, y la sublevación se inició en Marruecos el 17 de julio dando origen a
una guerra civil.

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