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LA REVOLUCIÓN SOCIAL DEL ÁTOMO Y EL CONSERVADURISMO PLATONICO.

La ciencia y la filosofía intentan encontrar las causas de los fenómenos que les intrigan. Es
por eso que desde tiempos inmemoriales los filosofos de la antiguedad quienes eran
además los científicos e ingenieros de aquellas épocas iniciaban sus sistemas con la
pregunta acerca de qué es el Ser y su origen. La respuesta trae consigo una cadena
interminable de consecuencias que pasan desde la Ontología hasta la psicología y las
ciencias sociales, cruzando por la física, la química y las más amplias disciplinas de estudio.
Había quienes aseguraban que el principio del ser era el fuego, otros decían que era el aire,
otros más afirmaban que era alguno de los otros dos elementos o incluso una combinación
de ellos, pero el más influyente de todos fue el idealismo de Platón que nos dice que el
principio del ser es la Idea de la cual el mundo sensible es una copia inexacta de la Idea.
Todo ser sensible tiene su contraparte en el ser inteligible o idea. Esta última es perfecta
mientras que aquella imperfecta, por naturaleza, tiende a la idea que es divina. El
comportamiento de cada fenómeno y de cada ser vivo se explica por su tendencia a alcanzar
la perfección a la que, por cierto, nunca alcanzará. Platón explica en el caso del Amor que
esta tiene su idea perfecta y que el amor que profesan los seres humanos es una copia de
aquél. Este amor humano va subiendo por una especie de escalera donde cada escalón es un
nivel de perfección, pero el último escalón donde se encuentra la idea divina de Amor nunca
podrá ser alcanzado. Para Platón la realidad se encuentra imbuida bajo este sistema que
presume ser universal. El hecho de que el platonismo sea una de las concepciones del
mundo más influyentes en los últimos 2,000 años no significa que sea la más exacta.
Inclusive influyó sobremanera en la primera reforma del cristianismo que dio origen al
llamado Nuevo Testamento. La ontología platónica tiene un carácter político conservador
que por su naturaleza ambivalente con la que divide la realidad en dos partes, una
imperfecta y otra perfecta, donde la primera es sometida al dominio de la segunda y su
fuerza gravitatoria, es el modelo perfecto para dar sentido a la antigua sociedad de castas y
a la moderna sociedad de clases donde por su condición hay ciudadanos de primera y otros
de segunda y hasta de quinta o peor, que forman una especie de piramide donde el último
escalón o nivel es incluso imposible de observar por sus destellos resplandecientes que
cegan a las clases y castas bajas, pero quienes estan en ese nivel sí pueden ver todo el
panorama pues poseen el ojo que "todo lo ve". Ya hemos dicho que basicamente toda la
carrera de todos los grandes cientificos, artistas y filósofos fue financiada o facilitada de una
u otra forma por algún grupo de poder interesado en golpear la ciencia, la estética y la
dialectica filsofica de algún grupo contrario. Platón no es la excepción y hoy toda nuestra
sociedad contemporanea capitalista continua bajo el yugo de su sistema. En su momento los
atomistas griegos fueron resueltos críticos del platonismo y también se les ha relacionado
desde antaños con las concepciones más radicales de la democracia griega, mientras que
Platón de origen aristocrata fue protegido por la casta gobernante en turno que, por
ejemplo, durante la Edad Media fue persecutora a muerte de los atomistas y de todo a quien
afirmara que era el átomo el principio del ser y no la Idea divina. Al igual que el
heliocentrismo de Copernico (financiado por la aristocracia veneciana y los evangélicos
británicos en lucha contra el Papa y la aristocracia española), el átomo como generador de
todo cuanto existe y no la idea, arrojaba a la basura todo el orden de cosas existente en ese
momento. Si no es la idea y más bien es el átomo de caracter impersonal, no divino sino
material, e igual a todos los demás átomos del universo, entonces todos los seres vivos son
iguales en esencia y aun tan idénticos a los seres no vivos y sin alma, por lo que cualquier
sistema tanto ontológico como político es válido y posible. No fue hasta el siglo XIX en que
con los primeros microscopios electrónicos fue posible observar algunas cualidades del
átomo que agregadas a los modelos atómicos del pasado, el átomo dejó de ser producto de
la imaginación y se convirtió en evidencia científica de la materia como origen filosófico del
ser por que no es de extrañar que ideas como la del socialismo al reconocer al átomo se
transformara del utopismo al materialismo dialectico. Tanto Marx como Engels y Lenin
utilizaron los últimos avances de la física y de la física cuántica para esgrimar contra las
desviaciones conservadoras de la revolución proletaria las cuales hoy conocemos como
soicaldemocracia, izquierda moderada, nueva izquierda, etc. Pero la lucha ontologica por la
explicación del ser también es aprendida y retroalimentada por las castas y clases altas.
Durante el siglo XX con los avances de la cuantica y de la teoría de cuerdas y los quarks un
nuevo panorama de posibilidades cientificas y tecnologicas se abría paso. Esto también fue
aprovechado por el capitalismo para continuar conservando sus supremacía. Hoy existen
ciertas teorías muy presentes en ciertos círculos científicos donde el modelo de los quarks,
una partícula aun más pequeña que el átomo, al tener la posibilidad de encontrarse en dos
lugares a la vez, los viajes espaciales en un par de instantes a través de millones de años luz,
serían posibles, así como los viajes en el tiempo, pero políticamente también dicen que la
realidad al estar compuesta de "cuerdas" y quarks, el subjetivismo tanto político como ético
pueden dejar de ser concepciones subjetivas y convertirse en moralmente válidas sin
necesidad de pasar al estrado objetivo y científico. Existe un ensayo filosofico publicado en la
Republica Bolivariana de Venezuela donde se debate aun más en profundidad estas
concepciones burguesas de la realidad que ha dado pauta a las más extrañas y
extravagantes ideas políticas que, lo más terrible, no es su rareza, sino el arraigo que están
teniendo en nuestra sociedad postmoderna y en foros tan importantes e influyentes como el
Foro Economico Mundial de Davos, creado, por cierto, a iniciativa de varias casas
aristocraticas de Europa y no por la clase trabajadora. Para el israelí Harari, consejero del
presidente del FEM, Karl Schwab, la mente y el eventual comportamiento de los seres vivos,
incluido el ser humano, es como una hoja en blanco donde cualquier cosa puede ser escrita
como fundamento o esencia de ese ser biológico, por lo que el hackeo de los seres vivos por
medio de la actual tecnología informatica, puede ser posible, y de hecho ya se ha logrado.
Esta idea de que los humanos carecen de esencia o alma y por lo tanto de una forma natural
de ser, es muy promovida por el llamado "transhumanismo" que cada día encuentra más
adeptos en especial entre las clases y castas gobernantes. El transhumanismo asegura que al
carecer de naturaleza, los seres humanos pueden ser transformados radicalmente para verse
a sí mismo a algo completamente distinto a "humanidad" con lo que se lograría tender
nuevos puentes y un nuevo horizonte en la evolución, donde el Humanismo se convertiría en
cosa del pasado, un pasado anticuado y lleno de imperfecciones a raíz del humanocentrismo
propio de la tradición humanista. Si buscamos la génesis de la propuesta Transhumanista
encontramos que a diferencia de la tradición conservadora de la sociedad de privilegios de
castas y clases sociales, el Transhumanismo, en cambio, aunque promovida por los mismos
poderes, ya no forma parte de la concepción idealista de la realidad, sino que retoma su
contraparte, el atomismo materialista, para disputarle al materialismo dialectico de la
revolución social, su lugar en la historia como propuesta alternativa al actual mundo
globalista liberal en crisis. El Transhumanismo concibe al ser humano como cúmulo de
átomos sin personalidad, sin alma, compuesto de materia inorgánica, único antecedente de
la materia orgánica, por lo que ambas formas de materia tendrían el mismo valor, por lo que
cualquier cosa físicamente posible puede ser también moralmente válida. Pero esta es una
idea desarrollada dentro de los parámetros filosóficos del materialismo mecanicista donde
todo el ser del universo y todo fenomeno que aceace tiene un comportamiento puramente
mecánico que puede ser explicado por las leyes de la mecanica. Esto no parece ser nada
platónico, pero continúa siendo políticamente conservador. Es una ejemplificación clara de
como el conservadurismo retoma las mas avanzadas teorías científicas para moldear a su
antojo y beneficio las consecuencias políticas de la ciencia. El darwinismo británico llevado a
la política como darwinismo social, fue un justificante de los fascismos del siglo XX, así como
la esfericidad de la Tierra fue medular para la conquista de América y justificante para la
limpieza étnica del continente y la esclavización de sus habitantes. En estos al igual que en
otros momentos la razón con su lógica matemática y el método científico no le fueron muy
útiles a la dignificación de los seres vivos que fueron vejados y sometidos con la tecnología
más vanguardista y avanzada. El transhumanismo en su versión más elitista promovida por el
FEM y su famoso "Proyecto 2030" aceptado por casi todos los gobiernos del mundo,
incluidos los autodenominados "gobiernos de izquierda" y hasta por el Papa Francisco,
tampoco parece poner en primer término la dignidad humana y su reconocimiento como
seres humanos, no transhumanos. Para el materialismo mecanicista que es el fundamento
ontologico del FEM, el universo incluidos los seres vivos tienen un comportamiento
puramente mecánico, son como una especie de máquinas, con la posibilidad, ya lo dijo
claramente y en público el filósofo Harari, de ser reconfigurados una y otra vez según el
interés y las disposiciones de la corporación capitalista o poder clasista que así lo desee.
Mientras que a los atomistas griegos, de la Edad Media y de las revoluciones plebeyas y
obreras los movía la indignación por la denigración de las clases trabajadoras a manos de las
aristocracias, lo que los puso en disputa con estas y su platonismo, de forma a veces pasiva y
en otras ocasiones de maneras grescas de dimensiones planetarias, pero siempre constante
y en todo momento, al nuevo materialismo de agrupaciones como el FEM o las éticas
subjetivistas y de la postverdad, no parecen rescatar aquélla tradición humanista y
dignificante, pero sí retoman la ciencia y la tecnología más vanguardista, y de hecho son sus
principales financiadores, pero con la motivación de arrebatarle el discurso científico y
racional a filosofías políticas materialistas como el anarquismo y el marxismo con sus
propuestas de sociedades sin clases sociales y sin explotación. Los transhumanistas no
parecen disgustarse por cómo la IA va destruyendo y aplanando los puestos de trabajo de
las personas, tampoco por cómo se va relegando y en el futuro próximo será más evidente,
cómo se va dando paso a una nueva forma de humanidad, la transhumanidad, y se margina
a su eslabón prehistórico, el humano, convirtiéndolo en una nueva casta social por debajo
del transhumano. Se deshumaniza con tal de abrirle espacio al transhumano deshumanizado,
pues el ser humano con toda su imperfección divina es inútil, incluso es una molestia a causa
de sus religiones y espiritualismos esencialistas con rigor de piedra que no da posibilidad de
ser penetrada por los hackers trashumanos de Harari por lo que lo más económico es
fragmentarla, para poder transformar al primitivo humano del siglo XXI o desaparecerlo, o
quizás encerrarlo en guetos o en alguna huxleyana Reserva Salvaje. El problema no es el qué,
pues lo tienen bastante claro, al menos ellos, los guardianes del esquema piramidal de castas
que sostienen a los sacerdotes materialistas, sino el cómo. En ese cómo es donde se está
desarrollando en este preciso momento la lucha social revolucionaria del pueblo contra las
clases parasitarias por una inversión de esa pirámide y de ese viejo orden revestido con un
discurso aparentemente novedoso, pero en realidad, en esencia, tan viejo como el clan del
chimpancé donde es el más fuerte, astuto y tramposo el que domina a los demás.

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