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De cómo se han estado gestando la lucha interna entre los distintos sectores ideológicos y políticos del imperialismo, una gresca más evidente que en antaño, por la obtención del poder y el dominio.
Título original
MIA KHALIFA, GRETA THUNBERG, PALESTINA Y LA LUCHA INTESTINA ENTRE IMPERIALISTAS POR EL PODER.
De cómo se han estado gestando la lucha interna entre los distintos sectores ideológicos y políticos del imperialismo, una gresca más evidente que en antaño, por la obtención del poder y el dominio.
De cómo se han estado gestando la lucha interna entre los distintos sectores ideológicos y políticos del imperialismo, una gresca más evidente que en antaño, por la obtención del poder y el dominio.
MIA KHALIFA, PALESTINA, LA REBELION CONTROLADA Y LA LUCHA ENTRE IMPERIALISTAS POR EL
PODER.
Mia Khalifa y Greta Thunberg simpatizando con Palestina no es extraño ni motivo de
sorpresa. Ambas hasta el día de hoy han demostrado estar plegadas a la tendencia liberal del fascismo y del imperialismo. Su simpatía superficial con ciertas causas aparentemente aplaudibles es consecuencia lógica de la encarnizada lucha a muerte por el poder en el propio seno del imperialismo que enfrentan a un Trump con un Biden o a un Netanyahu con un Bennet o a Soros con un Musk. Es la histórica lucha entre liberales contra conservadores en la que la clase trabajadora mundial compuesta por más del 99% de la humanidad no está representada. Eso es en un cierto nivel, pero existen más niveles que también necesitamos tomar en cuenta para profundizar y entender en toda su complejidad la lucha global que hoy se da no solo en Palestina y/o Ucrania, también en todo el resto del mundo, en cada país, en cada localidad, en cada familia, en cada grupo, en cada persona. En otro nivel de realidad y de análisis existe la llamada "rebelión controlada" que es una estrategia política la cual consiste en que un personaje o colectivo como puede ser una organización armada o un partido político utiliza un lenguaje rebelde y contestatario, incluso puede ser muy duro y radical en su discurso y hasta en sus propuestas y actividades políticas del día a día. Pero esa persona o grupo no avanza realmente más allá de la apariencia o de acciones tímidas, pues en verdad no es radical ni revolucionaria, solo es contestataria, se limita a contestar las afrentas del adversario. En este ejemplo caben personajes como Napoleon Bonaparte quien fue republicano y liberal revolucionario que ya en el poder se coronó como emperador conservando los privilegios de la vieja casta, o bien, partidos políticos como Podemos de España y grupos como Black Lives Matter y Antifa, a quienes, por cierto, estos últimos, BLM y Antifa, fueron muy apoyados por la influencer Mia a quienes públicamente desde sus redes sociales en la comodidad de su mansión llamaba a utilizar la violencia contra la policía sin ir realmente más allá del vandalismo pequeñoburgués de jóvenes indignados frente a las cámaras que le alegaban a veteranos de guerra (quienes fueron muy respetados y dignificados por Donald Trump) el hecho de que ahora con Trump ya nadie temía a la OTAN (¡el mundo al revés!). Greta también es igual que Khalifa, una "rebelde controlada", pues se dice ambientalista mientras critica a Putin, lo cual hoy es un deporte nada extraordinario, pero no se rehúsa a reunirse y convivir con el capitalista George Soros, elogiador público de los soldados nazis que resistieron en su ciudad natal, Budapest, el ataque del ejército soviético y quien además se toma fotografías con una Thunberg bastante contenta y sonriente. Es bien sabido y hasta Lula Da Silva se ha atrevido a decirlo, que existe un cierto ambientalismo que está siendo utilizado por el imperialismo, el imperialismo verde, para intervenir, amedrentar y reformar los planes económicos de naciones independientes y adversas a su poder e intereses colonialistas. Ejemplos de rebeldía controlada más historicos que nos pueden iluminar al respecto pues hoy los podemos ver en su contexto pueden ser el fascismo italiano y el nacional-socialismo (nazismo). En ambos movimientos políticos se utilizaba y se siguen utilizando conceptos clave como "rebeldía", "revolución" y hasta "socialismo", "lucha obrera" y "anticapitalismo", pues realmente los fascismos fueron críticos de la economía capitalista, pero jamás lo han sido de modo completo, pues como rebeldía controlada, se plegaban hacia el obrerismo para organizarlo, influenciarlo y así lograr destruir las posiciones comunistas internas y la oposición al fascismo entre la clase obrera a la que tampoco conciben como única clase social revolucionaria. La rebelión controlada que representan los fascismos tenía la utilidad de que ante la crisis capitalista de aquélla época y que animaron las revoluciones socialistas, los capitalistas debieron de realizar un repliegue táctico y momentáneo, tuvieron que aflojarle la correa al pueblo enardecido, facilitando derechos y conquistas sociales, pero a aquéllos potentados les urgía no perder por completo sus privilegios y riquezas por lo que una rebeldía controlada como el nacional-socialismo alemán muy cercano a sindicatos corruptos y trabajadores racistas que culpaban a los inmigrantes y capitalistas judíos, o bien, el fascismo italiano que con un discurso obrero y socialista pero a la vez respetuoso de la riqueza de los burgueses que según ellos había sido "obtenido gracias a la inteligencia y el trabajo duro del empresario quien ahora se enfrenta a los ladrones judíos comunistas". Estos movimientos políticos eran excelentes para mantener alineados a los trabajadores y en jaque a los revolucionarios y así conservar el sistema de explotación capitalista y continuar las guerras imperialistas en África contra otros competidores colonialistas como Reino Unido y Francia. Incluso ciertos comunismos también fueron de la misma naturaleza controlada, como la del Partido Socialdemócrata Obrero Alemán que aun siendo gobierno e instaurando la república en Alemania, la llamada República de Weimar, se lanzó contra su ala más crítica a la que reprimió lo que se veía venir desde antes de Weimar y la Primera Guerra Mundial cuando se le ponían trabas desde el Comité Central del Partido a Rosa Luxemburgo y a los leninistas alemanes mientras que en el congreso de Alemania gobernada por el monarca Guillermo II, los socialdemócratas muy criticados por Lenin desde antes de 1900, votaban a favor de las guerras del rey Guillermo en África. Hoy los discursos de influencers como Mia Khalifa, activistas como Greta y políticos empresarios como Trump y George Soros no se distancian de aquella dura experiencia histórica que amenaza con repetirse. Ni para Mia ni para Greta existen los matices. Los resolutivos de la ONU que ordenan la creación de dos Estados, uno palestino y otro israelí, no tienen importancia para la influencer ni para la activista. Para Khalifa quien supuestamente es de origen libanes, el guetto de Gaza gobernado por Hamás, que recibió millones de dólares desde la presidencia de Biden por medio de iniciativas de la ONU para refugiados, eso nunca sucedió ni mucho menos es motivo de extrañeza aunque existen documentos oficiales que lo demuestran, incluso una carta del ministro de asuntos humanitarios de USA donde pide al encargado de la transacción de West Bank a Gaza Bank de buscar las maneras de que ese dinero no caiga en las manos de los integrantes de Hamás. En un guetto como Gaza nada entra ni sale sin que el gobierno local o la inteligencia sionista se den por enterados. Una cantidad tan grande de dinero o las mercancías compradas con este no pueden pasar desapercibidos por ninguno de los dos. Entonces el tema de los refugiados ¿es un pretexto para una transacción política triangulada entre Biden, Hamás e Israel? Dicha organización palestina como es bien sabido no es laica, sino más bien es islamista política de la corriente suníta. El sunismo es la corriente islamica mayoritaria de todo el islam e historicamente siempre ha sido muy influenciada por la monarquía saudí. El Corán suní que es la versión coránica más reproducida en el mundo debe ser analizada y aprobada por un consejo de especialistas y expertos en teología, filosofía y temas que involucran al texto, pero El Corán además debe ser aprobado por el Rey de Arabia Saudita, igual como sucede con el Nuevo Testamento que debe ser revisado y aprobado por el consejo de expertos y luego por la institución papal. Todas las versiones oficiales de aquel libro sagrado del islam están analizadas y aceptadas por la monarquía saudí en el caso de El Corán suníta, o por el Ayatolá de Irán en el caso de la versión coránica chiíta. Cuando Hamás y sus aliados de la minoría laica como el FPLP y la organización Yihad Islámica muy cercana a Irán enfrentada a Arabia, iniciaron la Operación Tormenta de Al Aqsa, los saudíes estaban en medio de diálogos con Israel en la que se pronosticaba la aceptación de los Acuerdos de Abraham que reconocen la coexistencia de los dos Estados israelí y palestino, pero con nueva territorialidad en detrimento de Palestina. La firma del tratado significaría la adhesión del islam mayoritario a la decisión de la monarquía arábiga lo que le restaría poder a Hamás, un poder que aun hoy es inferior al de Israel que amenaza con exterminarles y anexar todo el territorio de Gaza y Cisjordania lo cual no se contempla en los Acuerdos de Abraham pero que sería el resultado del actual contraataque militar de Israel después de que los diálogos para la firma de dichos Acuerdos fueran suspendidos por el rey saudita. Pareciera que la estrategia de Hamás funciona solo si el resultado es una victoria en la que el propio Netanyahu se vea obligado a deshacerse del Acuerdo de Abraham y acepta los resolutivos de 1947 o 1967 de la ONU, lo que es muy poco probable y extraordinario. Es un ganar-ganar para Hamás y un perder-ganar para el sionismo, lo que nunca ha ocurrido en 75 años. Las consecuencias de la escalada militar a las que Hamás se adhiere y provoca no parece ser tomado en cuenta por la empresaria y modelo norteamericana. Si su postura junto a la de Thunberg es sincera, sería también riesgosa por ignorar puntos fundamentales pues ellas influyen hasta en las decisiones de una buena parte de personas en todo el mundo que las admiran y respetan, incluidos políticos como los liberales del Partido Demócrata y empresarios sionistas anticomunistas como George Soros. La "rebeldía controlada" para arrastrar al pueblo a emprendimientos que éste a plena consciencia, desde luego que no querría, sí existe, y es algo tan evidente como lo fue en la primera mitad del siglo XX, pero que no muchos, no los suficientes, no supieron reconocer a tiempo para evitarlo.