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Hora Santa por los difuntos

Imprimir Correo electrónico ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN EL 17 ABRIL 2012 VISTO: 1504

Hora Santa por los difuntos

HORA SANTA POR LOS DIFUNTOS

OREMOS A CRISTO POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Exposición del Santísimo Sacramento

Canto

Trisagio

Monición:

“Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, sufren después de
su muerte una purificación a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo” (CIC
1030). Los cristianos podemos abreviar esta purificación de nuestros herma nos difuntos ofreciendo el
sacrificio eucarístico y la adoración al Santísimo Sacramento.

1. ADORACIÓN

“El máximo enigma de la vida humana es la muerte.

Por este misterio, te adoramos, Señor.

“El hombre sufre con dolor la disolución progresiva del cuerpo, y su máximo tormento es el temor por la
desaparición perpetua.

Por este misterio, te adoramos, Señor.

“El hombre se resiste con instinto a aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo.

Por este misterio, te adoramos, Señor.

“Sin embargo, surge en el corazón humano el deseo del más allá y el ansia de una felicidad eterna.

Por este deseo del hombre, te bendecimos, Señor.

“La Iglesia, aleccionada por la revelación divina, afirma que el hombre ha sido creado por Dios para un
destino feliz, situado más allá de las fronteras de la miseria terrestre.

Por este destino feliz, te bendecimos, Señor.

“La fe cristiana enseña que la muerte corporal, que entró en la historia a consecuencia del pecado, será
vencida por Jesucristo, nuestro Señor.

Por esta victoria, te bendecimos, Señor.

“Ha sido Cristo Resucitado el que ha logrado esta victoria para el hombre. Liberándolo de la muerte con
su propia muerte’’. (GS 1 8)
Por esta victoria te bendecimos, Señor.

Momento de silencio

2. ALABANZA Y ACCIÓN DE GRACIAS

Padre y Dios nuestro, te alabamos y te damos gracias porque en Cristo Jesús brilla la esperanza de
nuestra feliz resurrección.

Padre bueno y misericordioso, te alabamos y te damos gracias, porque tu Hijo Jesús es a vida de los
hombres y la resurrección de los muertos.

Padre clemente y amoroso, te alabamos y te damos gracias, porque Jesús, tu Hijo, entregó su vida para
que todos tuviéramos vida eterna.

Padre santo y bueno, te alabamos y te damos gracias porque la vida de los creyentes no termina, sino se
transforma; y al deshacerse nuestra morada terrenal, Tú nos preparas una mansión eterna en el cielo.

Padre santo y justo te damos gracias porque Tú enjugarás toda lágrima de los ojos de los santos y no
habrá ya muerte ni desdichas, ni lamentos ni aflicciones.

Padre santo y justo, te alabamos y te damos gracias, porque las almas de tus hijos, una vez purificadas,
brillarán como el sol en tu reino bendito.

Padre santo y justo, te alabamos y te damos gracias, porque las almas de los justos están en tus manos y
no les alcanzará tormento alguno.

3. LECTURA BÍBLICA

Lectura del libro del profeta Isaías: 25,6.7-9

El Señor todopoderoso está preparando sobre este monte para todos los pueblos un banquete con
manjares sustanciosos y vinos generosos, un banquete de sabrosos alimentos y deliciosos vinos.

Él arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas
las naciones.

Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de
toda la tierra la pena de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor.

En aquel día se dirá: “Aquí esta nuestro Dios de quien esperábamos que nos salvará alegrémonos y
gocemos con la salvación que nos trae”. Palabra de Dios.

Momento de silencio
Salmo Responsorial (129)

Confió el Señor, espero en su palabra.

Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor; ¿quién podrá subsistir? Pero de ti procede el perdón y así infundes
respeto. R.

Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el vigilante la
aurora. R.

Aguarde Israel al Señor; como el vigilante la aurora; porque del Señor viene la misericordia, y El redimirá
a Israel de todos sus delitos. R

Canto de meditación

4. REPARACIÓN

Oremos por fieles difuntos, que han muerto en Cristo y todavía no están plenamente purificados, para que
puedan entrar en la luz y en la paz de Cristo. R/. Perdónales, Señor.

Ten misericordia, Señor, de las almas de nuestros parientes, amigos y bienhechores y llévalas pronto al
Paraíso. R/. Perdónales, Señor

Haz, Señor, que las almas del Purgatorio purificadas sus penas, reciban pronto de tus manos la
recompensa que siempre esperaron en la fe. R/. Perdónales, Señor

Por los que se quitaron la vida por calumnias, fracasos económicos, depresión y abandono. R/.
Perdónales, Señor

Por los sacerdotes que están en el Purgatorio por haber descuidado sus deberes pastorales y su oración.
R/. Perdónales, Señor

Por los religiosos y religiosas que abandonaron su vida consagrada. R/. Perdónales, Señor

Por los padres de familia que sufren en el Purgatorio por haber prohibido a sus hijos hacerse sacerdotes o
entrar en la vida consagrada. R/. Perdónales, Señor

Por todas las almas de los no creyentes o de otras religiones, pero que vivieron honestamente. R/.
Perdónales, Señor

Nuestra fe cristiana es una propuesta que enriquece la mirada tanto de este mundo como del más allá.
Oremos pidiendo la ayuda de nuestro Padre. R. Escúchanos, Padre.

Para que, a ejemplo de las almas del Purgatorio, aceptemos con paciencia las purificaciones que Dios
nos envía por nuestro bien. R. Escúchanos, Padre.
Para que, a ejemplo de las almas del Purgatorio que aún en medio de las penas sienten gozo y
esperanza de estar con Dios, aceptemos con amor los sufrimientos en la tierra. R. Escúchanos, Padre.

Para que a ejemplo de las almas del Purgatorio, tengamos un gran deseo de estar con Dios. R.
Escúchanos, Padre.

Para que tu Corazón misericordioso de Padre se conmueva por nuestras plegarias y abra a las almas del
Purgatorio las puertas del cielo. R. Escúchanos, Padre.

Para que envíes, Señor, a tu Madre Santísima, Madre de misericordia, a liberarlas de esos tormentos. R.
Escúchanos, Padre.

Para que el coro de los ángeles las lleve al cielo y que a su llegada las reciban los santos y las
introduzcan en el Paraíso. R. Escúchanos, Padre.

5. SÚPLICA

Dios nuestro, que tienes misericordia, por todas las criaturas del universo, porque de todas eres Creador y
Padre, vuelve tu mirada de compasión sobre las almas del Purgatorio que te aman y sufren por estar
separadas de ti.

Recuerda, Padre, que ellas son la obra de tus manos y el precio de las fatigas, dolores y muerte de tu
divino Hijo Jesús.

Te ofrecemos, a favor de estas almas, la Sangre divina que Jesús derramó por ellas, el sacrificio de la
Víctima por excelencia, la mediación poderosa de María y de los Santos, las humildes súplicas de tu
iglesia y las oraciones y obras meritorias de sus hijos.

Apoyados en esto, esperamos mucho de tu misericordia, oh Dios, por aquellas almas que te son queridas
y con las que tenemos todavía deber de amar y socorrer.

Que tu paternal ternura desarme al fin tu justicia; ábreles tus entrañas de misericordia, manifiéstales tu
gloria y muéstrales lo que Tú eres.

Derrama en sus corazones el torrente de tus inefables delicias porque Tú eres para tus elegidos una
fuente sobreabundante y eterna de perdón y misericordia.

Oremos a Cristo, esperanza de los que vivimos en este mundo, y vida y resurrección de los que han
muerto; llenos de confianza, digámosle:

R. Escúchanos, Señor.

Tú que llamaste a la vida al hijo de la viuda de Naím. R

Tú que despertaste del sueño de la muerte a la hija de Jairo. R.

Tú que resL a tu amigo Lázaro y lo entregaste a sus hermanas Marta y María. R.

Tú que prometiste al ladrón arrepentido de llevarlo al Paraíso. R.


Tú que al resucitar llevaste al Paraíso a todos los justos del Antiguo Testamento. R.

ORACION A MARIA SANTÍSIMA

Santa María, que permaneciste junto a la cruz, viendo morir a tu divino Hijo

R/. Intercede por las benditas almas del Purgatorio

Santísima Virgen María Reina del Purgatorio, te rogamos por aquellas almas con las cuales tenemos
alguna obligación de justicia o de caridad. R.

Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio, te rogamos por las almas más abandonadas y olvidadas

y a las cuales nadie recuerda. R.

Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio, te rogamos por aquellas almas que han de salir más pronto
de aquel lugar de sufrimiento. R

Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio, te rogamos por aquellas almas que han de estar más
tiempo padeciendo y satisfaciendo la Divina Justicia. R.

Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio, te rogamos por aquellas almas que más padecen en aquel
lugar de sufrimiento. R.

ORACIÓN A LOS SANTOS

San José, que tuviste el consuelo de morir asistido por Jesús y María.

R. Intercede por las benditas almas del Purgatorio

San Pedro, a quien el Señor confió las llaves del reino de los cielos. R.

San Pablo, que deseaste partir de este mundo para estar con Cristo. R.

San Juan, que asististe ante la cruz a la muerte de Jesús. R.

Bendición con el Santísimo

Canto Final.

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