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CORONILLA STA GERTRUDIS

Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Jesús ven en tu divina voluntad


María ven la divina voluntad
Oración Inicial: Le pedimos a todas la almas del purgatorio que
van salir con estas oraciones, que intercedan por nuestras
necesidades……. y unimos estas oraciones a las 5 llagas de Jesús,
a la corona de Espinas, a la Pasión de Cristo y al acto único de Dios
Cuentas grandes: Padre Nuestro
Cuentas pequeñas: Padre Eterno, yo te ofrezco la Preciosísima
Sangre de Tu divino Hijo Jesucristo, en unión con todas las Misas
celebradas hoy en todo el mundo por todas las Benditas Almas del
Purgatorio, por los pecadores en todas partes, por los pecadores en
la Iglesia universal y por aquéllos en mi propio hogar y dentro de mi
familia. Amén

Al final de cada decena: Sacratísimo Corazón de Jesús, haz que los corazones y las mentes de los
pecadores se abran a la verdad y a la luz de Dios Padre.” “Inmaculado Corazón de María ruega por la
conversión de los pecadores en el mundo entero.” “Gloria al Padre…”
Padre Eterno os ofrecemos la Sangre, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los dolores de la
Santísima Virgen y los de San José por la remisión de nuestros pecados, la libertad de las Almas del
Purgatorio y la conversión de los pecadores. Amén
Oración Final: SALMO 129
"Desde lo hondo a Ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz;
Estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿Quién podrá resistir?
Pero de Ti procede el perdón, y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor, espera en su Palabra;
Mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora;
Porque del Señor viene la Misericordia, la redención copiosa;
Y él redimirá a Israel de todos sus delitos.
Oración: Señor Jesús: Por los méritos de tu Santísima Pasión y Muerte, compadécete de nuestros
hermanos difuntos. Amén.
Dadles Señor, a todas las almas el descanso eterno,
y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.
Que en paz descansen. Amén.
ORACIÓN POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO POR SU DESCANSO ETERNO
(Novena)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Padre misericordioso, en unión con la Iglesia Triunfante en el cielo, te suplico tengas piedad
de las almas del Purgatorio. Recuerda tu eterno amor por ellas y muéstrales los infinitos
méritos de tu amado Hijo. Dígnate librarles de penas y dolores para que pronto gocen de paz
y felicidad. Dios, Padre celestial, te doy gracias por el don de la perseverancia que has
concedido a las almas de los fieles difuntos.

Amable Salvador, Jesucristo. Eres el Rey de reyes en el país de la dicha. Te pido que por tu
misericordia oigas mi oración y liberes las almas del Purgatorio, en particular, (Di el nombre
de las personas por las que pides)… llévalas de la prisión de las tinieblas a la luz y libertad de
los hijos de Dios en el Reino de tu gloria. Amable Salvador, te doy gracias por haber redimido
las pobres almas con tu preciosísima Sangre, salvándolas de la muerte eterna.

Dios Espíritu Santo, enciende en mí el fuego de tu divino amor. Aviva mi fe y confianza, acepta
benignamente las oraciones que te ofrezco por las almas que sufren en el Purgatorio. Quiero
aplicar los méritos de esta devoción en favor de toda la Iglesia Sufriente y en especial por mis
difuntos padres, hermanos, hermanas, bienhechores, parientes y amigos. Atiende mi plegaria
para que podamos reunirnos en el Reino de tu gloria.

Dios Espíritu Santo, te doy gracias por todos los beneficios con que has santificado, fortalecido
y aliviado a estas benditas almas y en especial por consolarlas en los actuales sufrimientos
con la certeza de la felicidad eterna. Que pronto se unan contigo y oigan aquellas benditas
palabras que las llaman al hogar del Cielo: «¡Vengan, los Bendecidos por mi Padre! Tomen
posesión del Reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo» (Mt
25, 34).

Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres,
imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los
santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores,
que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad.
Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado
una oración en favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación. Dígnate
escucharla, clementísima Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo. Amén.

María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener
alguna obligación, sea de caridad o de justicia.-Dios te salve María……..Dales Señor el
descanso eterno, Y brille para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego por las almas más abandonadas y olvidadas y a las cuales
nadie recuerda; Tú, Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la Pasión de Jesús,
tus méritos y los de los santos, y alcancen así el eterno descanso. .-Dios te salve
María……..Dales Señor el descanso eterno, Y brille para ellas la luz perpetua. Descansen en
paz. Así sea.
María, Reina del Purgatorio: te ruego por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel
lugar de sufrimientos, para que, cuanto antes, vayan a cantar en tu compañía las eternas
misericordias del Señor. .-Dios te salve María……..Dales Señor el descanso eterno, Y brille para
ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego de una manera especial por aquellas almas que han de
estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la divina Justicia. Ten compasión de ellas, ya
que no pueden merecer sino sólo padecer; abrevia sus penas y derrama sobre estas almas el
bálsamo de tu consuelo. .-Dios te salve María……..Dales Señor el descanso eterno, Y brille para
ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego de modo especial por aquellas almas que más padecen.
Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos
imaginarlas siquiera. Intercede, Madre nuestra, por ellas, y Dios escuchará tu oración. .-Dios
te salve María…Dales Señor el descanso eterno, Y brille para ellas la luz perpetua. Descansen
en paz. Así sea.
Virgen Santísima, te pido que, así como me acuerdo de las benditas ánimas del Purgatorio,
se acuerden de mí los demás, si he de ir allá a satisfacer por mis pecados. En ti, Madre mía,
pongo toda mi confianza de hijo, y sé que no he de quedar defraudado. .-Dios te salve
María……..Dales Señor el descanso eterno, Y brille para ellas la luz perpetua. Descansen en
paz. Así sea. Amén. - Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

ORACION POR LAS ALMAS OLVIDADAS

Oh Dios misericordioso, ten piedad de aquellas almas que no tienen amigos e


intercesores particulares que las recomienden a Ti, quienes, o por la negligencia de los
vivos, o por el paso del tiempo, son olvidadas por sus amigos y por todos. Auxílialas,
Señor, y acuérdate de tu propia misericordia, cuando otros se olviden de pedirla. No
permitas que las almas que Tú has creado sean apartadas de Ti, que eres su Creador.
Ellas son Tu obra, y aunque pecaron, han sido redimidas por Ti. Dígnate, por tanto,
volverte a ellas y liberarlas del intolerable dolor de estar lejos de Ti, luz y amor de todas
Tus creaturas. ¡Oh!, ponlas en el número de tus Santos y ciudadanos, por Jesucristo su
Salvador. Amén.

ORACION DE LOS CIEN REQUIEM


Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Oración Inicial: Acto de contrición, Padre Nuestro

Almas santas, almas del purgatorio, oren a Dios por mi y yo pediré al Padre les de la gloria del
paraíso.. Amén Padre Eterno os ofrecemos la Sangre, Pasión y Muerte de Nuestro Señor
Jesucristo, los dolores de la Santísima Virgen y los de San José por la remisión de nuestros pecados,
la libertad de las Almas del Purgatorio y la conversión de los pecadores. Amén
Primera Decena: Te ofrezco, mi adorado Jesús, en ayuda de las Almas del Purgatorio, los méritos de
tus padecimientos y dolores sufridos, por nuestra redención. Y comienzo contemplando la Sangre que
trasudó de tu cuerpo, por la tristeza y la angustia que te asaltó en Getsemaní. Padre Nuestro
Cuentas pequeñas: "Concédeles Señor el descanso eterno. Y brille para ellas la luz perpetua."
Almas santas.

Segunda Decena: Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las Almas del Purgatorio, la inmensa aflicción que
te oprimió el corazón al ver que Judas, discípulo Tuyo, por Ti amado y favorecido, se hizo perseguidor, y
con beso sacrílego te traicionó para entregarte en manos de crueles enemigos. Padre
Nuestro...Concédeles… Almas santas.

Tercera Decena: Te ofrezco, mi adorado Jesús, pro las Almas del Purgatorio, la admirable paciencia con
la que soportaste tantos ultrajes de esa vil soldadesca que te condujo de Anás a Caifás, de Pilato a
Herodes, el cual para mayor desprecio, te impuso la vestidura de los locos, entre las burlas y los agravios
del pueblo, y te envió al gobernador romano. Padre Nuestro...Concédeles… Almas santas.

Cuarta Decena: Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las Almas del Purgatorio, la amargura que perturbó
tu Espíritu, cuando por los judíos fuiste pospuesto por Barrabás, sedicioso y homicida. Luego atado a la
columna, Tú, el Inocente y el Justo, fuiste golpeado con innumerables azotes, sin piedad alguna. Padre
Nuestro...Concédeles… Almas santas.

Quinta Decena: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las Almas del Purgatorio, la humillación que
toleraste, cuando, para tratarte como falso rey, pusieron sobre tus hombros un manto de púrpura, te
dieron por cetro una caña y ciñeron tu cabeza con la corona de espinas, y así Pilato te presentó al pueblo
diciendo: “¡He aquí al Hombre!. Padre Nuestro...Concédeles… Almas santas.

Sexta Decena: Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las almas del Purgatorio, la piadosa compasión y el
dolor profundo que sentiste cuando, con tanta violencia, fuiste separado de tu amadísima madre, que
había venido a encontrarte y abrazarte. Padre Nuestro...Concédeles… Almas santas.

Séptima Decena: Te ofrezco, adorado Jesús mío, por las almas del Purgatorio, los inauditos tormentos
padecidos cuando, extendido sobre la cruz tu ensangrentado cuerpo, fuiste horriblemente traspasado
por clavos en las manos y en los pies, y elevado en el ignominioso patíbulo. Padre
Nuestro...Concédeles… Almas santas.

Octava Decena: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, la ardiente sed que
padeciste en este tiempo de Calvario, sed de agua, pero también de almas que calmen tan cruel agonía
y por la cual recibes tan solo vinagre e ingratitudes. Padre Nuestro...Concédeles… Almas santas.

Novena Decena: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, las angustias y las penas
que durante tres horas continuas soportaste suspendido de la cruz, y las contracciones que sufriste en
todos tus miembros, acrecentadas por la presencia de tu dolorida madre, testigo de semejante
desgarradora agonía. Padre Nuestro...Concédeles… Almas santas.

Decima Decena: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, la desolación que oprimió
a la Virgen Santísima asistiendo a tu muerte, y el pesar de su tierno corazón, acogiéndote exánime entre
sus brazos cuando fuiste bajado de la cruz. Padre Nuestro...Concédeles… Almas santas.
Oración Final

Desde el profundo abismo de mis penas, a Ti clamo, Señor, de noche y día;


Oye, mi Dios, los incesantes ruegos, de un corazón contrito que se humilla.
Estén gratos y atentos tus oídos, a mi voz lamentable y dolorida:
A Ti mis ayes y gemidos lleguen, pues a escucharlos tu piedad se inclina.

¿Si siempre airado tus divinos ojos, sobre las culpas de los hombres fijas,
Quién estará confiado en tu presencia, confundiéndonos sólo ante tu vista?
Más la eterna palabra de tu seno, que aplaque espero tus terribles iras;
Porque son inefables tus promesas, y con tus gracias pecador invitas.

Así aunque mi alma acongojada gime, contemplando el rigor de tu justicia,


Por tu palabra la indulgencia espera, de que la hacen culpas tan indigna.
¡Oh pueblo electo! De mañana y noche, en todos tus peligros y fatigas,
Acógete al Señor con la confianza, que en su ley soberana nos intima.

Porque es inagotable su clemencia; se muestra con los flacos compasiva;


De todas sus miserias los redime, y siempre que le claman los auxilia.
Este Dios abrevie el tiempo, en que logre Israel su eterna dicha
Cuando de tus pecados la liberte, que con tanto rigor la tiranizan.

Para finalizar, encomendémonos a las almas del Purgatorio diciendo:

¡Almas benditas! nosotros hemos rogado por vosotros que sois tan amadas de Dios y estáis seguras de
no poderlo más perder: rogadle por nosotros miserables que estamos en peligro de condenarnos para
siempre.
¡Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio!

Oración para la casa


Para hacerla dentro de casa, con la familia reunida

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Padre de infinita bondad, te consagro mi casa, este lugar en que vivo con mi familia.
Muchas casas se vuelven lugares de pleitos, de disputas por herencias, de deudas económicas,
lamentos y sufrimientos. Algunas son escenario de adulterio, otras se transforman en lugar de odio,
venganza, prostitución, pornografía, libertinaje, robo, tráfico de drogas, falta de respeto,
enfermedades graves, enfermedades psicológicas, agresividad, muertes y abortos.

A veces, mientras se construye la casa, alguien por los más variados motivos, maldice a los dueños o
los materiales de construcción usados. Eso no es bueno para el lugar en que vivimos. Por eso yo te
pido, Señor, que quites todo eso de nuestro hogar.

Si el terreno en el que está la casa fue motivo de disputas judiciales y herencias mal resueltas que
pudieron haber generado muertes, accidentes, violencia y agresividad, te pido, Señor, que nos
bendigas y alejes de nosotros todo ese mal.
Yo sé que el enemigo se aprovecha de esas situaciones para instalar su cuartel general, pero también
sé que Tú tienes el poder de expulsar de aquí todo mal. Por eso, te pido que el demonio vaya directo
a tus pies y nunca más regrese a esta casa.

Hoy tomé la decisión de consagrar esta casa a Ti. Pido que, así como fuiste a la casa de los novios de
Caná de Galilea y ahí hiciste tu primer milagro, vengas hoy a mi casa y expulses todo el mal que pueda
estar enraizado y las posibles maldiciones que se encuentran impregnadas en ella.

Por favor, Cristo Señor, expulsa ahora, con tu poder, todo mal, toda falsa enfermedad, el espíritu de
separación, el adulterio, los problemas económicos, los espíritus malignos de agresividad, de
desobediencia, de bloqueos afectivos y familiares, toda y cualquier consagración, hechizos o
evocación a los muertos, uso de cristales, energización, todo tipo de figuras y ruidos (cita otras
incomodidades que no están aquí enlistadas y que te molestan).

Que esos males sean expulsados, ahora, de este lugar, en nombre de Jesús, y no vuelvan nunca más,
pues esta casa ahora pertenece a Dios y a Él está consagrada.
Señor, te pido, expulsa de aquí toda la agresividad entre hermanos, toda pelea, la falta de respeto y
la violencia entre padres e hijos, entre la pareja que vive aquí, entre los habitantes de esta casa y los
vecinos.

Que los ángeles de Dios vengan a vivir con nosotros. Que cada cuarto, sala, baño, cocina, corredor y
área externa sean ahora habitados por ellos. Que nuestra casa sea una fortaleza habitada y protegida
por los ángeles del Señor, para que toda nuestra familia permanezca en oración, en la fidelidad del
amor a Dios, y que en ella habiten la paz y la plena concordia.

Muchas gracias Señor, por atender mis plegarias. Que cada día podamos servirte y que tengamos
siempre la gracia de tu bendición. Que sepas, Señor, que esta casa te pertenece. Quédate con
nosotros, Señor, amén. Padrenuestro y rocía con agua bendita todas las habitaciones.

ORACION DE GRACIAS
Te damos gracias Señor por la vida, por cada miembro de nuestra familia aquí presente y por aquellos
que hoy no están. Gracias porque podemos reconocer cuanto nos amamos, demostrándonos cada día
nuestro aprecio a través de la atención y el respeto los unos a los otros.
Gracias por tu perdón, el cual derramas sobre nosotros mientras nos esforzamos en mantener una
actitud de comprensión y paciencia en este hogar y para con las personas que nos rodean. Gracias
Cristo por las vidas y el esfuerzo de aquellos que nos precedieron y que lucharon para que hoy
viviésemos en libertad. Gracias por las oportunidades que nos has brindado de amar, servir, ayudar, de
trabajar y prosperar en este lugar donde vivimos, a donde nos has traído, no para volver atrás sino para
conquistar las bendiciones que ya tienes para preparadas por tu santa voluntad.
Gracias Jesús porque tu palabra se cumple y has estado aquí todos los días. Te agradecemos que nada
nos ha faltado y porque hemos aprendido a valorar lo que si tenemos y a no perder nuestra paz
deseando lo que no necesitamos.
Gracias porque tú nos guardarás en tu santa mano, en tu paz, y en salud, y el próximo año podremos
reunirnos de nuevo y daremos testimonio de que tu amor y tu Espíritu han reinado en este hogar;
porque tú tienes y tendrás el primer lugar en nuestras vidas. Gracias Dios…Amén.
ORACIONES A JESUS SACRAMENTADO
Actos de adoración:

Vengo, Jesús mío, a visitarte.


Te adoro en el sacramento de tu amor.
Te adoro en todos los Sagrarios del mundo.
Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado y
eres más ofendido.
Te ofrezco todos los actos de adoración que has recibido
desde la institución de este Sacramento y recibirás hasta el
fin de los siglos.
Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre,
de San Juan, tu discípulo amado, y de las almas más
enamoradas de la Eucaristía.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre todos los
Sagrarios del mundo.
Di a Jesús cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendición
para mí.

Actos de fe:
Creo, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo que has venido a salvarnos.
Creo que estás presente en el augusto Sacramento del Altar.
Creo que estás, por mi amor, en el Sagrario noche y día.
Creo que has de permanecer con nosotros hasta que se acabe el mundo.
Creo que bendices a los que te visitan, y que atiendes los ruegos de tus adoradores.
Creo que eres el viático de los moribundos que te aman para llevarlos al cielo.
Creo en Ti, y creo por los que no creen. (Comunión espiritual).

Actos de esperanza:
Espero en Ti, Jesús mío, porque eres mi Dios y me has creado para el cielo.
Espero en Ti, porque eres mi Padre. Todo lo he recibido de tu bondad. Sólo lo malo es mío.
Espero en Ti, porque eres mi Redentor.
Espero en Ti, porque eres mi Hermano y me has comunicado tu filiación divina.
Espero en Ti, porque eres mi Abogado que me defiendes ante el Padre.
Espero en Ti, porque eres mi Intercesor constante en la Eucaristía.
Espero en Ti, porque has conquistado el cielo con tu Pasión y muerte.
Espero en Ti, porque reparas mis deudas.
Espero en Ti, porque eres el verdadero Tesoro de las almas.
Espero en Ti, porque eres tan bueno que me mandas que confíe en Ti bajo pena de condenación
eterna.
Espero en Ti, porque siempre me atiendes, y me consuelas, y nunca has defraudado mi
esperanza.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío!

Actos de caridad:
Te amo, Jesús mío, y te amo con todas las veras y como a nadie.
Porque Tú me has amado infinitamente,
Porque Tú me has amado desde la eternidad.
Porque Tú has muerto para salvarme
Porque Tú no has podido amar más.
Porque Tú me has hecho participante de tu divinidad y quieres que lo sea de tu gloria.
Porque Tú te entregas del todo a mi en la Comunión.
Porque Tú me das en manjar tu Cuerpo y en bebida tu Sangre.
Porque Tú estás siempre por mi amor en la Santa Eucaristía.
Porque Tú me recibes siempre en audiencia sin hacerme esperar.
Porque Tú eres mi mayor Amigo.
Porque Tú me llenas de tus dones.
Porque Tú me tratas siempre muy bien, a pesar de mis pecados e ingratitudes.
Porque Tú me has enseñado que Dios es Padre que me ama mucho.
Porque Tú me has dado por Madre a tu misma Madre.
¡Dulce Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más y más!
Dulce Corazón de Jesús, sé mi amor.
Te amo por los que no te aman.
Te amo por los que nunca piensan en Ti.
Te amo por los que no te visitan.
Te amo por los que te ofenden e injurian.
¡Que pena por esto!
Te amo y te digo con aquel tu siervo:
¡Oh Jesús, yo me entrego a Ti para unirme al amor eterno, inmenso e infinito que tienes a tu
Padre celestial! ¡Oh Padre adorable! Te ofrezco el amor eterno, inmenso e infinito de tu amado
Hijo Jesús, como mío que es. Te amo cuando tu Hijo te ama. (S. Juan Eudes).

Actos de contrición:
¡Jesús mío, misericordia!
Jesús mío; te pido perdón por los muchos pecados que he cometido durante mi vida.
Por los de mi niñez y adolescencia.
Por los de mi juventud.
Por los de mi edad adulta.
Por los que conozco y no conozco.
Por lo mucho que te he disgustado con ellos.
Por lo mal que me he portado contigo.
Siento mucho haberte ofendido.
¡Perdóname, perdóname, perdóname!
Perdóname según tu gran misericordia.
Perdóname por lo ingrato que he sido para Ti.
Perdóname y no quieras ya acordarte de mis pecados.
Perdóname y limpia mi alma de toda basura e infidelidad.
Perdóname y ten misericordia de este pobre pecador.
Perdóname, porque estoy muy arrepentido.
Perdóname, que quiero ser bueno en adelante con tu divina gracia.
Perdóname y aparta tu rostro de mis ingratitudes.
Perdóname, que me causan mucho miedo mis pecados.
Perdóname, porque me reconozco pecador y reo.
Perdóname, porque no obstante Tú sabes que te quiero mucho.
Jesús, sé para mí Jesús.
Madre mía, intercede por mí ante tu divino Hijo Jesús.
¡Dulce Corazón de María, sé mi salvación!
Actos de gratitud:
Oh Jesús, te doy rendidas gracias por los beneficios que me has dado.
Yo no sabré nunca contarlos sino en el cielo, y allí te los agradeceré eternamente.
Padre Celestial, te los agradezco por tu Santísimo Hijo Jesús.
Espíritu Santo que me inspiráis estos sentimientos, a Ti sea dado todo honor y toda gloria.
Jesús mío, te doy gracias sobre todo por haberme redimido.
Por haberme hecho cristiano mediante el Bautismo, cuyas promesas renuevo.
Por haberme dado por Madre a tu misma Madre.
Por haberme dado un grande amor a tan tierna Madre.
Por haberme dado por Protector a San José, tu Padre adoptivo.
Por haberme dado al Ángel de mi Guarda.
Por haberme conservado hasta ahora la vida para hacer penitencia.
Por tener estos deseos de amarte y de vivir y morir en tu gracia.

Actos de súplica:
Te ruego, Jesús mío, que no me dejes, porque me perderé.
Que persevere siempre en tu amor.
Que estés siempre conmigo, sobre todo cuando esté en peligro de pecar, y en la hora de mi
muerte.
Que no permitas que jamás me aparte de Ti.
Que sepa padecer con resignación por Ti.
Que no me preocupe sino de amarte.
Que ame también a mis prójimos.
Que ame mucho a los pecadores.
Que ame mucho a los pobres y a los enfermos.
Que ame mucho a las almas del Purgatorio. Que saque muchas almas del Purgatorio con mis
obras, que te las ofrezco a este fin.
Que ampares a tu Iglesia.
Al romano Pontífice, tu Vicario visible en la tierra.
A los Prelados y a los Sacerdotes.
A los Religiosos y Religiosas.
A los que mandan en tu nombre.
A los que gobiernan nuestra nación
A nuestra querida patria.
A mis amados parientes y allegados.
Que pagues a mis bienhechores
Que favorezcas a los que ruegan por mí.
Que bendigas a los que me miren con indiferencia y no me quieran.
Que trabaje mucho por Ti hasta la muerte.
Que me concedas una muerte santa.
Que diga al morir: ¡Jesús, Jesús, Jesús!
Que me lleves al cielo cuando muera.
Amén.

ORACIÓN FINAL
Jesús mío, échame tu bendición antes de salir, y que el recuerdo de esta visita, que acabo de
hacerte, persevere en mi memoria y me anime amarte más y más. Haz que cuando vuelva a
visitarte, vuelva más santo.
Aquí te dejo mi corazón para que te adore constantemente y lo hagas más agradable a tus
divinos ojos.

POR LA SEÑAL DE LA CRUZ…

1. ORACIÓN PREPARATORIA.
Aquí estoy en vuestra divina presencia, Jesús mío, para visitaros. He venido, Señor, porque me habéis
llamado.
Vuestra presencia real en la Sagrada Eucaristía, es el eco de aquellas palabras que nos dirigís en el
Evangelio: "Venid a Mí todos los que estáis cargados con vuestras miserias y pecados y Yo os aliviaré".
Aquí vengo, pues, como enfermo al Médico, para que me sanéis; como pecador al Santo, para que me
santifiquéis; y como pobre y mendigo al rico, para que me llenéis de vuestros divinos dones.
Creo, Jesús mío, que estáis en el Santísimo Sacramento del Altar, tan real y verdaderamente como
estabais en Belén, como estabais en la cruz y como estáis ahora en el Cielo.
Espero en Vos, que sois poderoso y bueno, para santificar mi alma y salvarme.
Os amo con todo mi corazón, porque sois la Bondad infinita, digno de ser amado de todas las criaturas
del Cielo y de la tierra; y me habéis amado hasta derramar vuestra sangre y dar vuestra vida en la cruz
por mi.

Vengo aquí a buscar un refugio contra la corrupción del mundo. En el mundo todo es falsedad y
mentira; vengo a Vos que sois la Verdad eterna. El mundo está lleno de abismos de iniquidad; vengo
a Vos que sois el único Camino de la felicidad. En el mundo todo es sensualidad y pecado; vengo a
Vos que sois Vida y Santidad de las almas.

¡Dadme luz, Señor! ¡Que yo os vea presente en el Sagrario con los ojos de la fe; y que mi corazón beba
hasta saciarse de la fuente del Amor divino que brota de vuestro Corazón Sacramentado!
2. LECTURA REPOSADA DEL DÍA CORRESPONDIENTE.

3. COMUNIÓN ESPIRITUAL.
Creo, Jesús mío, que sois el Hijo de Dios vivo, que habéis muerto en la cruz por mi, y estáis ahora real
y verdaderamente en el Santísimo Sacramento del Altar. Os pido perdón de todos mis pecados. Os
amo sobre todas las cosas y deseo recibiros. Venid a mi corazón. Os abrazo. No os apartéis jamás de
mí. Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

4. ESTACIÓN AL SANTÍSIMO.
Está constituida por cinco Padrenuestros, Avemarías y Glorias, por las cinco llagas y uno por el Papa.

5. JACULATORIAS CONTRA LA BLASFEMIA.


Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea María Santísima, la excelsa Madre de Dios.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción a los Cielos.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

6. ORACIÓN FINAL.
Gracias, Jesús mío, por la bondad con que me habéis recibido y permitido gozar de vuestra
presencia y compañía amorosas.
Me vuelvo a mis ocupaciones. Mi corazón queda contigo. En mi trabajo y en mis descansos me
acordaré de Ti, y procuraré vivir con la dignidad que merece vuestra amistad divina.
Dadme vuestra bendición y concédeme todas las gracias, que necesito, para amaros y serviros con la
mayor fidelidad.
Bendice, Señor, a nuestro Santísimo Padre el Papa, vuestro Vicario en la tierra; ilumínale, santifícale y
líbrale de todos sus enemigos.
Bendice a vuestra Iglesia Santa y haced que su luz brille en todas las naciones; y que los paganos
conozcan y adoren al único verdadero Dios y a su Hijo Jesucristo.
Bendice a vuestros sacerdotes, santifícalos y multiplícalos.
Bendice y protege a nuestra nación.
Bendice a todos nuestros bienhechores y concédeles la bienaventuranza eterna.
Bendice a los que nos han ofendido y cólmalos de beneficios.
Bendice a todos nuestros familiares y haced que vivan todos en vuestra gracia y amistad y que un
día nos reunamos en la Gloria.

Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el Purgatorio.
Da la salud a los enfermos. Convierte a todos los pecadores. Danos a todos vuestro divino amor,
para que la fe que nos impide ahora ver vuestro santísimo rostro se convierta un día en luz
esplendorosa en la Gloria, donde en unidad con el Padre y el Espíritu Santo te alabemos y
bendigamos por los siglos de los siglos. Amén.

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