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Índice

 El Perú frente al cambio climático- Introducción 3-4


 Vulnerabilidad del Perú 5-6
 Riesgos naturales 7
 Fenómeno del niño 8
 Migración internacional 10-11
 Migración interna 12
 Movilidad humana en el contexto de los riesgos climáticos 13-14-
15
 La agricultura y el cambio climático 17
 La pesca y el cambio climático 18
 La salud y el cambio climático 19
 El deshielo de glaciares 20
 Agua y conflictos socioambientales 21
 Sequías 22
 precipitaciones e inundaciones intensas 23
 Aumento del nivel del mar 24
 Los gases de efecto invernadero 25
 Emisiones de gases de efecto invernadero en Perú 26
 ¿Que estamos haciendo al respecto? 29-30
 Opciones de cambio de energía 31

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El Perú frente al cambio climatico- introducción


Al vivir en un país expuesto a una serie de peligros naturales, los peruanos y
peruanas se han visto obligados a crear mecanismos para asegurar sus medios
de vida y desarrollar resiliencia. La aceleración de los impactos del cambio
climático, tales como el retroceso de los glaciares, los fenómenos hidrológicos
y las temperaturas extremas, está agudizando los desafíos a los que se
enfrentan los agricultores, pescadores y pobladores de asentamientos
precarios o viviendas improvisadas. Ya en la actualidad, las personas cuyos
medios de subsistencia se ven afectados por los impactos del cambio
climático están desplazándose del campo a la ciudad, especialmente de la
sierra a la costa y, en menor grado, a la selva. En algunos estudios, se ha
observado que la migración interna de los peruanos desde zonas expuestas es
una respuesta de emergencia o un intento de adaptación estratégica a los
factores de estrés climático. Si bien los motivos no climáticos para migrar aún
predominan en muchas regiones del Perú (un país con tasas de migración
históricamente altas), los impulsores climáticos de la migración van cobrando
más importancia y forman interrelaciones cada vez más complejas con otros
factores que subyacen a la movilidad. Es probable que esta tendencia
continúe, en vista de que ya no es posible evitar muchos de los impactos del
cambio climático debido a que, a nivel global, se actuó tardíamente para
frenar las emisiones de gases de efecto invernadero

Actualmente los huracanes, las sequías, las heladas e inundaciones son noticia
en todo el mundo. Estos fenómenos climáticos están asociados a
enfermedades, muertes y grandes desplazamientos de grupos humanos. No
cabe duda de que la industrialización y el consumismo están impulsando la
combustión desmedida de los hidrocarburos (refinerías de petróleo, minas de
carbón, botaderos de basura); así como la deforestación de la Selva y los
bosques. Esto produce gran concentración de los GEl que calentará más y
más la Tierra; en consecuencia, se producirá una exacerbación de los
fenómenos climáticos. El Calentamiento Global es el resultado de la elevada
concentración de los GEl que retienen el calor y suben gradualmente la
temperatura del planeta.

La heterogeneidad de la geografía y las condiciones climáticas convierten al


Perú en uno de los diez países con mayor diversidad en el planeta. Cuenta con
84 zonas de vida y 17 zonas transicionales, es el cuarto país con mayor
cobertura boscosa tropical y alberga el 71 % de los glaciares tropicales en el
mundo. Las características de diversidad sobre el territorio conducen a que
también se encuentre una enorme heterogeneidad cultural.El Perú mejoró sus
indicadores sociales de pobreza, educación y salud desde la última
comunicación nacional. Por ejemplo, entre los años 2009 y 2014, la tasa de
pobreza y pobreza extrema se redujo en 10,8 % y 5,2 %, respectivamente. Esta
tendencia se observa también en la población rural, la más vulnerable frente a

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los efectos del cambio climático, donde la pobreza se redujo en 20,7 % y la


pobreza extrema en 15,2 % en ese mismo periodo (INEI, 2015a; MIDIS, 2013b). El
Índice de Desarrollo Humano 2014 fue para el Perú de 0,506, clasificándolo
como un país de desarrollo humano medio. Aunque estas cifras muestran
avances positivos, no alcanzan a reflejar la complejidad de la realidad
nacional, la cual todavía contaba para 2014 con más de 6 millones de
personas en situación de pobreza: 22,7 % de la población del país

La falta de acceso al agua potable, la ausencia de ahorros para paliar la


pérdida de ingresos y otras desigualdades son magnificadas por la pandemia,
con consecuencias devastadoras para mucha gente. De cara al futuro, los
problemas climáticos aumentarán inevitablemente a medida que se agraven
los impactos1 y el cambio climático incesante conducirá a desastres
inmanejables. Aun cuando los países puedan cumplir con sus Contribuciones
Determinadas a Nivel Nacional (CDN), las temperaturas medias globales en
superficie serán 2,9-3,4°C más altas en el año 2100 que las que existían en la
época preindustrial. En el peor escenario posible, las trayectorias de emisiones
altas que generen un calentamiento global de 4°C o más en 2100 podrían
provocar graves efectos climáticos en el Perú, algunos de los cuales volverían
inhabitables determinadas zonas del territorio. Tres de estas posibles
“amenazas sin analogías” son: (a) estrés por calor extremo en la región
amazónica, el cual superaría la capacidad del organismo para
termorregularse, unido a un posible decaimiento de la selva; (b) pérdida casi
total de los glaciares de los Andes, los cuales abastecen de recursos hídricos
esenciales; y (c) eventos de El Niño más intensos, que pondrán en peligro a las
poblaciones asentadas en la costa, en conjunción con la elevación del nivel
del mar. Dichos peligros podrían surgir durante un mismo espacio de tiempo y
provocar, en un principio, formas preventivas y graduales de migración que
terminarán por convertirse en desplazamientos a gran escala

Existe todavía una ventana de oportunidades para reducir los efectos del
cambio climático y permitir que la gente se adapte localmente o adquiera
habilidades que les permita migrar en condiciones dignas. Sin embargo, que
este espacio se mantenga abierto o no depende, en realidad, de la reducción
de las emisiones globales –de forma que el calentamiento global se mantenga
por debajo de 2°C en el mejor escenario–, así como de estrategias nacionales
de adaptación bien planificadas y de su aplicación correspondiente. Incluso
en este escenario optimista, los retos en materia de políticas que salvaguarden
el bienestar de la población, ya sea en sus comunidades de origen o en los
lugares de destino, serán enormes. Por ejemplo, las redes de migración
existentes, las oportunidades percibidas (aunque a corto plazo) y las políticas
centralistas en el Perú podrían incentivar la concentración de migrantes en
unas pocas zonas que, a la larga, queden más expuestas a los peligros
climáticas.

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Vulnerabilidad del Perú

Algunos indicadores muestran que la resiliencia del Perú ha mejorado, mientras


que otros muestran un estancamiento o incluso un retroceso en los avances.
Por ejemplo, si bien la población de grupos etarios vulnerables, así como la
dependencia del Perú de energía importada y servicios externos han
disminuido durante las últimas dos décadas, la creciente dependencia de las
importaciones de alimentos representa un desafío. Del mismo modo, mientras
algunos indicadores sobre la capacidad de adaptación del Perú han
mejorado –entre ellos una mayor capacidad agrícola, más personal médico,
mayor acceso a los servicios de agua, saneamiento y electricidad– otros
indicadores muestran la persistencia de algunos problemas. Por ejemplo, las
altas tasas de desnutrición infantil apuntan a la incapacidad para atender
necesidades nutricionales básicas; la insuficiente capacidad de
almacenamiento de agua revela problemas para paliar la escasez de agua; y
la ineficiencia en la movilidad y distribución de recursos muestra la insuficiente
infraestructura de transporte del país. Si bien el Perú ha logrado algunos
avances en comparación con otros países, la vulnerabilidad en su conjunto
sigue siendo significativa y las discrepancias subnacionales son considerables.
Por ejemplo, uno de cada cinco peruanos vive en distritos, sobre todo en
provincias de la sierra y la selva, que son altamente o muy altamente
vulnerables a la inseguridad alimentaria, en vista de los recurrentes peligros y
problemas socioeconómicos que enfrentan. Una mirada más de cerca revela
que si bien ha habido mejoras en numerosos indicadores de desarrollo humano
en el Perú, algunos subgrupos de la población siguen excluidos de este
progreso, por lo que los impactos del cambio climático pueden dejar a estas
personas en una situación aún más vulnerable que antes. Durante las últimas
tres décadas, la esperanza de vida al nacer ha aumentado en casi 10 años,
mientras que los indicadores de educación también han mejorado
sustancialmente. La reducción de la pobreza ha sido significativa, ya que casi
10 millones de personas salieron de la pobreza económica (basada en la línea
de pobreza nacional) en la última década. Mayores ingresos pueden significar
más acceso a bienes y servicios que protegen de los impactos del cambio
climático, pero esto no puede darse por sentado. Por ejemplo, incluso los
migrantes urbanos con ingresos nominales superiores pueden enfrentar nuevas
vulnerabilidades, si se considera el mayor costo de vida en las ciudades, la
prevalencia del empleo informal y redes sociales más pobres. Además, si bien
la reducción de la pobreza ha sido notable, 2 de cada 10 peruanos siguen
viviendo por debajo de la línea de pobreza nacional y 7,5 millones de 31
millones no pueden comprar productos básicos. El Perú ha logrado también
avances significativos en la reducción de las desigualdades de desarrollo,
aunque las brechas siguen siendo grandes. Por ejemplo, el 40% más pobre de

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la población gana solo 14% del ingreso nacional total –casi la misma situación
de hace dos décadas. Las desigualdades de género y origen étnico persisten
en todas las dimensiones del desarrollo humano. La tasa de pobreza es tres
veces mayor en las zonas rurales que en el ámbito urbano, lo que significa que
cerca de la mitad de la población rural es pobre. Los habitantes del campo
son también mucho más pobres que las poblaciones urbanas. Al mismo
tiempo, el número de personas que viven en los barrios marginales urbanos ha
aumentado. Las personas privadas de bienes, habilidades, representación
política y acceso a los servicios son especialmente vulnerables a los impactos
del cambio climático. Los que se encuentran en una situación de mayor riesgo
dependen en gran medida de los ecosistemas, como es el caso de los
pequeños agricultores, y sobre todo los pobres, inclusive familias sin tierras y
hogares sin competencias diversificables o transferibles. Aproximadamente
una cuarta parte del empleo total del Perú lo genera la agricultura y muchos
campesinos se dedican a la agricultura de subsistencia, siendo vulnerables a la
inseguridad alimentaria. Una de las preocupaciones principales es que el
cambio climático amenaza con revertir que 4 de 10 peruanos corren aún el
riesgo de caer en la pobreza si los afectara algún shock negativo

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Riesgos naturales

Los habitantes de la costa, región que concentra la mayor parte de la


población y la economía del país, sufren en primera línea los efectos de ENOS
pero además se ven afectados por sequías recurrentes, períodos sin lluvias y,
en menor medida, por temperaturas altas y extremas, incendios forestales y
fuertes vientos.
En la sierra, la zona de las tierras más altas, la mayoría de los peligros
meteorológicos están vinculados al agua, aunque también predomina la
exposición a altas temperaturas y calor extremo en algunas zonas, y
temperaturas muy frías y heladas en lugares como Cusco. Uno de los mayores
peligros, cuya aceleración podría generar la migración del 28% de los
habitantes de las zonas altas, es el retroceso de los glaciares, que pone en
riesgo una de las principales fuentes de agua del país.
En la selva, por último, cada vez se producen más inundaciones de grandes
proporciones y, en el polo contrario, sequías severas, derrumbes de las riberas
de los ríos, erosión, deforestación y riesgo de estrés por calor extremo.
En un país con un índice de pobreza de más del 20% y donde las
desigualdades sociales se han incrementado considerablemente por la
pandemia, estas amenazas acentúan aún más la vulnerabilidad
socioeconómica de la población.
En la actualidad, la mitad del territorio nacional peruano es susceptible de sufrir
peligros recurrentes, una tercera parte de la población vive en espacios
inseguros, más de 9 millones de personas están expuestas a lluvias intensas,
inundaciones, huaycos y deslizamientos de tierra, 7 millones a temperaturas
bajas y muy bajas, y casi 3,5 millones a sequías.
En el peor de los escenarios, esto es en un calentamiento global de +4ºC para
2100, tres grandes amenazas se cernirían sobre el país andino generando
decenas de miles de desplazamientos: el estrés por calor extremo en la región
amazónica, la pérdida casi total de los glaciares de los Andes, y eventos de El
Niño más intensos que pondrían en peligro a las poblaciones asentadas en la
costa.

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Fenómeno del niño

Son fenómenos climáticos que ocurren cada cierta cantidad de años.


Comienzan cuando las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial se vuelven
más calientes (El Niño), o frías (La Niña), que lo normal frente a las costas de
Perú y Ecuador. Pueden provocar inundaciones, sequías, incendios forestales y
otros fenómenos extremos en varios partes del mundo.
El Fenómeno de El Niño es responsable de inundaciones y deslizamientos de
tierra que destruyen las cosechas. Debido a que “El Niño” modifica el patrón
normal de las condiciones meteorológicas, provoca otras alteraciones
climáticas donde resaltan tormentas, inundaciones, tornados y huracanes.

Otro aspecto que a veces se presenta es una alteración de la presión


atmosférica, lo que provoca un cambio en la dirección y velocidad del viento
sobre la misma región donde se presenta el Fenómeno de El Niño. A esta
alteración se la conoce con el nombre de Oscilación del Sur . Estos dos
fenómenos se pueden presentar por separado o al mismo tiempo, cuando
esto último sucede se le llama ENOS (El Niño/Oscilación del Sur); en estos casos
las consecuencias son más graves.

Por su alta incidencia en las zonas afectadas, debido a las inundaciones


pueden evidenciarse problemas de salud tales como la proliferación de
vectores así como la destrucción de hospitales, centros de salud, escuelas,
redes de agua potable.

Uno de los principales efectos de El Niño es lo elevación de lo temperatura


ambiental por encimo de los niveles promedio, incluso mayores o los
soportados durante los periodos de verano; además de incrementarse lo
humedad relativo. Ante este hecho, queda bien documentado lo asociación
entre las temperaturas ambientales elevadas y el desarrollo de las
enfermedades. Ante este hecho, quedo bien documentado lo asociación
entre las temperaturas ambientales elevadas y el desarrollo de las
enfermedades. Así por ejemplo, el aumento de lo temperatura corporal en
pocos grados puede mejorar la respuesto del sistema inmunológico ante
agresiones exógenas, pero, también puede afectar las defensas del huésped y
su respuesto inmunológico, alterando el reclutamiento de leucocitos. Al
respecto, se ha identificado el Síndrome Febril Inducido por Color, el cual
puede causar lo muerte, sobre todo o recién nacidos y personas de avanzada
edad. Durante las olas de color de tres o más días consecutivos -temperaturas
ambientales mayores o 32,2 °C_ existe mayor riesgo paro el desarrollo de
enfermedades, las cuales se incrementan con humedades relativas altos

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Migracion internacional

Hasta hace unos años, cuando se hablaba de migración, se asociaba con


problemas sociales, con conflictos bélicos o la búsqueda de mejores
oportunidades laborales. Hoy es cada vez más común hablar de migración
climática, es decir, el flujo de personas que se desplazan de un lugar a otro
debido a que el cambio climático ha hecho prácticamente imposible su
subsistencia en sus lugares de origen.

Este ha sido el caso de miles de peruanos que, en los últimos años, han tenido
que abandonar sus hogares, ya sea fuera o dentro de Perú, a consecuencia
de fenómenos climáticos. El Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos
(IDMC, por sus siglas en inglés) reportó que solamente entre 2018 y 2019 fueron
656 mil peruanos y peruanas que se vieron obligados a desplazarse por
catástrofes naturales, y estima que en las próximas décadas serán muchas
más, si el aumento de la temperatura sigue en ascenso.

Un reporte, publicado en 2021 por la Organización Internacional para las


Migraciones (OIM, por sus siglas en inglés) y titulado Cambio Climático y
Migración en el Perú, afirma que “en la actualidad, la mitad del territorio
nacional peruano es susceptible de sufrir peligros recurrentes, una tercera
parte de la población vive en espacios inseguros, más de 9 millones de
personas están expuestas a lluvias intensas, inundaciones, huaycos (deslaves) y
deslizamientos de tierra, 7 millones a temperaturas bajas y muy bajas, y casi 3,5
millones a sequías”.

¿En qué momento los efectos del clima pueden ser tan drásticos para obligar
a miles de personas a mudarse? En el caso del Perú, la respuesta tiene que ver
con sus características demográficas, geográficas y climáticas que lo hacen
especialmente vulnerable.

Por ejemplo, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática del
país, el 55.9% de la población vive en costas, lo que aumenta los peligros ante
problemas como el aumento del nivel del mar o las precipitaciones intensas.
Otra vulnerabilidad específica de Perú es que su principal fuente de agua
proviene de los glaciares andinos, por lo que el deshielo que ha ocurrido por el
aumento de la temperatura global en las últimas décadas pone a buena
parte de la población en una situación crítica.

Otra característica importante es que buena parte de la población depende


de la pesca o la agricultura, dos actividades fuertemente dependientes del
clima; y, claro, no podemos olvidar los niveles de pobreza en la que vive cerca
del 30% de la población en el país, y que hace que fenómenos como las
inundaciones o las olas de calor golpeen con más fuerza a quienes viven o
trabajan a la intemperie, sin muchas posibilidades de tener otras fuentes de
ingresos.

A pesar de que la migración climática es un problema creciente, Perú es uno


de los pocos países que tienen una legislación específica para evitar que más
personas tengan que desplazarse. Y aunque aún hay varios desafíos que

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dificultan la aplicación de estas leyes, ya hay buenos ejemplos de que puede


haber soluciones.

Históricamente, más personas han emigrado del Perú que ingresado al país.
Las tasas netas de migración transfronteriza (internacional)5 han sido
continuamente negativas entre 1990 y 2015, alcanzando un máximo de -1,6%
en 2015 y un mínimo de -4,7% en 2005

En el futuro, el Perú seguirá creciendo, pero a un ritmo más lento. Las Naciones
Unidas proyectan que la población superará los 41 millones de habitantes en
2050 en su variante media de crecimiento (DAES de las Naciones Unidas,
2017b); el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) proyecta
alrededor de 40 millones de habitantes para esa fecha (INEI, 2009). La Figura
que se a continuación muestra proyecciones demográficas para 2050, que
van de 27,6 a 41,6 millones, dependiendo de la trayectoria socioeconómica
compartida (SSP, por sus siglas en inglés) adoptada (O’Neill et al., 2017; Riahi et
al., 2017). Después del año 2050, diferentes SSP pueden resultar en
divergencias incluso más amplias en el tamaño de la población

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Migración interna

Mucha más gente migra al interior del Perú que hacia otros países. La
migración interna es el cambio de residencia permanente entre divisiones
administrativas del Perú. Con frecuencia es analizada al nivel administrativo
más general de las regiones, y rara vez al nivel más detallado de las provincias
y distritos (INEI, 2018). El nivel de análisis es importante: por ejemplo, en 2012,
aproximadamente el 20% de la población del Perú, o 6 millones de personas,
residía en una región diferente de la región donde había nacido; un
porcentaje mucho mayor, es decir, 35% de la población, o 10 millones de
personas, vivía en un distrito diferente del distrito donde había nacido (Sánchez
Aguilar, 2015b). Las cifras aumentaron ligeramente en el último censo,
realizado en 2017 (INEI, 2018). A lo largo del tiempo, la población de migrantes
internos entre regiones ha crecido considerablemente

Desde los años 70 en adelante, la crisis agraria y económica, así como los
conflictos internos, constituyeron los principales factores que impulsaron la
emigración desde la sierra. Debido a la estabilización de la economía, a un
crecimiento más descentralizado y, posiblemente, a la creciente emigración
internacional, la que alguna vez fuera una migración interna relativamente
intensa se estancó. Si bien la población general ha aumentado, la proporción
de migrantes internos de la población total se ha mantenido estable desde la
década de 1980. La tendencia general del movimiento migratorio durante las
últimas décadas ha sido el desplazamiento de las zonas rurales a las ciudades
y de las regiones más pobres a las regiones más prósperas .Por un lado, la
gente se ha movilizado hacia la franja costera, que tiene una gran
concentración de ciudades, industrias y agronegocios y, por ende, de
oportunidades de empleo. Por otro lado, la cuenca del Amazonas ha atraído
a migrantes internos gracias a su abundancia de recursos naturales, tierras y
empleos emergentes en los sectores de extracción de hidrocarburos y
minerales, así como el turismo. Estos movimientos constituyen la línea de base
sobre la cual es probable que los impactos del cambio climático influyan en
las futuras migraciones

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Movilidad humana en el contexto de los riesgos climáticos

Este subcapítulo se divide en secciones, de acuerdo con las tres principales


zonas topográficas del Perú: costa, sierra y selva. Cada sección presenta en
primer lugar una reseña de los estudios existentes, luego sintetiza los datos
sobre los medios de subsistencia, la exposición y la vulnerabilidad a los peligros
y sus impactos.

La costa

MLa costa Las investigaciones sobre los impactos del cambio climático en los
patrones de movilidad de la gente que vive cerca del océano son escasas.
Solo dos de los estudios fueron revisados por pares y en ambos se emplearon
métodos rigurosos Se observa una disponibilidad ligeramente mayor de
estudios sobre las comunidades y poblaciones que viven un poco más
alejados de la costa, pero siempre en las llanuras desérticas del Perú.

Los medios de subsistencia de las comunidades que viven en la costa


dependen en gran medida de los recursos marinos. En Parachique, en el norte
del Perú, por ejemplo, existen pescadores artesanales e industriales, buzos
mariscadores y propietarios de embarcaciones. Las formas de ganarse el
sustento están determinadas por el género y se encuentran estratificadas
socialmente

La exposición a los peligros: Las actividades (basadas principalmente en los


ecosistemas) que desarrolla la gente en la costa para ganarse el sustento
están expuestas a una serie de peligros recurrentes relacionados con el clima
como las consecuencias del fenómeno del niño, donde las personas que viven
más cerca del mar, sufren en un nivel mayor las respuestas del cambio
climático

Las vulnerabilidades de las personas ubicadas en la costa están estratificadas


parcialmente, según sus medios de subsistencia. Las personas que dependen
de los cultivos y la extracción de recursos de los bosques secos son muy
vulnerables, ya que son susceptibles a los daños que provocan las sequías e
inundaciones y tienen pocas opciones de diversificación. Entre los pescadores
y productores a pequeña escala –quienes a menudo son jóvenes o
inmigrantes– se encuentran los más vulnerables debido a lo limitado de su
base patrimonial, márgenes de ganancia y experiencia laboral.

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La sierra

Medios de subsistencia La mayoría de las comunidades andinas estudiadas


vive principalmente de la actividad agrícola y ganadera. Muchas de estas
familias son pequeños agricultores que poseen ganado y utilizan prácticas
agrícolas tradicionales, dependiendo principalmente de los cultivos de secano
y riego limitado

Con respecto a los pueblos ubicados a altitudes relativamente más bajas, la


diversificación no agrícola es común, dada la proximidad a oportunidades
urbanas, prevaleciendo los ingresos de actividades no agrícolas. También se
observa la combinación de la ganadería con la actividad agrícola en cinco
comunidades del Cusco y algunos lugareños trabajan temporalmente en el
sector de turismo en la ciudad. Encontraron que el 33% de la población tenía
empleo en agricultura, ganadería y pesca, mientras el resto se dedicaba a
ocupaciones no calificadas, ventas comerciales o trabajaba como artesanos
y empleados públicos.

Los estudios mencionan un gran número de peligros que las comunidades


deben enfrentar y que a menudo giran en torno al agua. En muchos casos, la
gente enfrenta múltiples peligros, algunas veces de manera simultánea o
durante breves períodos subsiguientes. De los 203 encuestados en el estudio
realizado por Cavagnoud (2018) en cinco pueblos de Puno, todos enfrentan
por lo menos un peligro y 76% enfrenta por lo menos tres peligros.

Las vulnerabilidades se relacionan a menudo con la situación socioeconómica


de las personas. En muchas zonas de la sierra, la pobreza, los derechos
insuficientes sobre la propiedad y los recursos, la mala calidad de los suelos, la
infraestructura y servicios básicos deficientes y la falta de una educación de
calidad aumentan las vulnerabilidades observan una incidencia de pobreza
de 55% en su encuesta a gran escala realizada a más de 46.000 hogares de
agricultores en la sierra peruana. Muchos hogares encuestados de Piura
apenas podían cubrir sus gastos de subsistencia, muchos no tenían ahorros
económicos ni activos líquidos y carecían de acceso al crédito

Las tierras bajas de la Amazonía

Casi todos los estudios contienen información sobre los medios de subsistencia,
mencionan trabajos relacionados a actividades urbanas. La encuesta del
estudio señala que el 43% de los encuestados no tenía empleo antes de que
ocurrieran inundaciones, pero percibía algunos ingresos por la venta
ambulatoria y la confección de artesanías. En cambio, las comunidades
rurales de los estudios dependen principalmente de una combinación de
actividades agrícolas y ganaderas, complementada con la pesca, extracción
de recursos y otras actividades. En cuanto a las comunidades rurales que no se
ubican directamente a orillas de un río, los sistemas de producción de
alimentos suelen centrarse en tres subsistemas: bosques, agricultura y fuentes

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externas. Si la proximidad a un río lo permite, la pesca es por lo general valiosa


para muchas comunidades. En las dos comunidades el 44% de los ingresos
totales proviene de la agricultura y el 18% proviene de la pesca

Muchas comunidades investigadas se ven expuestas reiteradamente a


múltiples peligros. En una encuesta a casi 4.000 hogares, muy por encima del
80% estuvo expuesto al menos a un peligro dentro de los 12 meses anteriores a
la encuesta; más del 60% estuvo expuesto a por lo menos dos peligros; y más
del 40%, al menos a tres peligros. Los peligros se relacionan a menudo con la
estación de lluvias cada vez más impredecible y errática: los cambios en el
patrón de precipitaciones, incluidos aquellos de las cuencas altas de los
Andes, originan peligros tanto durante períodos de abundancia como durante
períodos de escasez de agua. Los peruanos y peruanas están acostumbrados
a las inundaciones anuales, pero cada vez están más expuestos a
inundaciones de grandes proporciones.

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La agricultura y el cambio climático

La agricultura es uno de los sectores más importantes de la economía


peruana, y también es uno de los más vulnerables a los efectos del cambio
climático. La topografía única del país, que incluye las montañas de los Andes,
la selva amazónica y el desierto costero, crea una amplia gama de zonas
agroecológicas con diferentes condiciones climáticas.

El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación


debido al cambio climático están causando un daño significativo a la
producción agrícola de Perú. En la región andina, donde se cultivan muchos
de los cultivos tradicionales como el maíz, la papa y la quinua, el clima
cambiante está afectando el momento y la cantidad de lluvia, lo que puede
afectar el rendimiento de los cultivos. Además, los fenómenos meteorológicos
extremos, como inundaciones y sequías, son cada vez más frecuentes, lo que
provoca pérdidas de cultivos y reduce la productividad.

En la región costera, que alberga muchos cultivos orientados a la exportación


como espárragos, aguacates y uvas, el aumento de las temperaturas está
provocando un aumento de las infestaciones de plagas, lo que está
provocando una reducción de los rendimientos y la calidad. La pérdida de
glaciares en los Andes, que proporcionan una fuente crítica de agua de riego,
también es una gran preocupación para los agricultores de la región costera.

Además, el cambio climático también está afectando los medios de


subsistencia de los pequeños agricultores y las comunidades indígenas de la
selva amazónica. La deforestación y el cambio en el uso de la tierra están
provocando la degradación del suelo y reduciendo la fertilidad de la tierra, lo
que dificulta que los agricultores cultiven y mantengan sus medios de vida.

En conclusión, el cambio climático es una gran amenaza para el sector


agrícola peruano, el cual es crucial para la economía y la seguridad
alimentaria del país. Como respuesta, Perú ha implementado varias iniciativas
para mitigar los impactos del cambio climático en la agricultura, incluida la
promoción de prácticas sostenibles de uso de la tierra, la inversión en
infraestructura de riego y el apoyo al desarrollo de cultivos resistentes al clima.
Sin embargo, se necesita hacer más para garantizar la sostenibilidad a largo
plazo de la agricultura peruana frente al cambio climático.

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La pesca y el cambio climático

Perú es una de las naciones pesqueras más grandes del mundo, con sus
recursos marinos proporcionando una importante fuente de alimentos e
ingresos para su población. Sin embargo, como muchos otros sectores, la
industria pesquera en Perú también se ve afectada por el cambio climático. El
cambio climático está provocando cambios en las corrientes y temperaturas
oceánicas, lo que está afectando la distribución y abundancia de especies de
peces en las aguas del Perú. Esto está teniendo un impacto significativo en los
medios de subsistencia de las comunidades pesqueras que dependen del
océano para obtener ingresos.

En respuesta a este desafío, el gobierno peruano ha implementado varias


iniciativas para mitigar los impactos del cambio climático en la industria
pesquera. Una de esas iniciativas es el establecimiento de Áreas Marinas
Protegidas (AMP), que ayudan a conservar las poblaciones de peces y
proteger los ecosistemas que las sustentan. Las AMP también ayudan a
desarrollar la resiliencia en las comunidades pesqueras al proporcionar fuentes
alternativas de ingresos, como el ecoturismo. Otra iniciativa es la promoción
de prácticas de pesca sostenible, como el uso de artes de pesca selectivos y
la implementación de cuotas de pesca. Estas prácticas ayudan a garantizar la
sostenibilidad a largo plazo de las pesquerías, al mismo tiempo que reducen los
impactos de la pesca en el medio ambiente. Además, Perú está invirtiendo en
investigación para comprender mejor los impactos del cambio climático en las
pesquerías y desarrollar estrategias de manejo adaptativo. Esto incluye
monitorear las temperaturas del océano, las corrientes y las poblaciones de
peces para informar las decisiones de gestión.

En general, la industria pesquera peruana está adoptando un enfoque


proactivo para abordar los impactos del cambio climático. Al promover
prácticas de pesca sostenibles e invertir en investigación y conservación, la
industria está trabajando para generar resiliencia frente a las condiciones
ambientales cambiantes. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer
para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las pesquerías y los medios de
vida de las comunidades pesqueras en Perú.

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La salud y el cambio climático

Perú es uno de los países más afectados por el cambio climático en América
del Sur, y esto tiene importantes implicaciones para la salud pública. El cambio
climático está provocando una mayor frecuencia e intensidad de fenómenos
meteorológicos extremos, como inundaciones, deslizamientos de tierra y
sequías, que pueden tener efectos devastadores en la salud y el bienestar.

Uno de los principales impactos en la salud del cambio climático en el Perú


está relacionado con las enfermedades transmitidas por el agua. Las
inundaciones y los deslizamientos de tierra pueden contaminar las fuentes de
agua y provocar brotes de enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea y
la hepatitis A. Además, las sequías pueden reducir el acceso al agua limpia, lo
que también puede aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por el
agua.

La contaminación del aire es otro problema de salud importante en Perú, y el


cambio climático está exacerbando este problema. El aumento de las
temperaturas puede conducir a mayores niveles de smog y partículas, lo que
puede causar problemas respiratorios y otros problemas de salud.

El cambio climático también está afectando la seguridad alimentaria en Perú,


lo que puede tener implicaciones significativas para la salud. Los cambios en
los patrones de lluvia y las temperaturas están afectando los rendimientos
agrícolas y la calidad de los cultivos, lo que puede provocar desnutrición y
otros problemas de salud.

En general, los impactos del cambio climático en la salud en Perú son


significativos y multifacéticos. Abordar estos impactos requerirá un esfuerzo
concertado del gobierno, la sociedad civil y el sector privado para
implementar políticas y estrategias que promuevan el desarrollo sostenible y
mitiguen los efectos del cambio climático.

Silva y Arcidiacono
20

El deshielo de glaciares

Los Andes peruanos albergan más del 70% de los glaciares tropicales del
mundo, los cuales constituyen una de las fuentes más importantes de suministro
de agua en los Andes .En 2014, el Perú tenía 19 cordilleras glaciares con 2.679
glaciares que cubrían una superficie de cerca de 1.300 km²

El calentamiento observado desde mediados del siglo XX ha desencadenado


un rápido retroceso de los glaciares peruanos. Muchos estudios han informado
que estos glaciares han estado experimentando un retroceso progresivo y
acelerado desde mediados del siglo XX.

Incluso antes de su desaparición, la escorrentía disminuirá una vez que se


supere el flujo máximo, con efectos potencialmente severos en cuanto a la
seguridad del agua. Las tasas de deshielo se acelerarán en un futuro próximo,
con un pico de escurrimiento fluvial proyectado en 20-50 años en la mayoría
de las áreas. Incluso para los escenarios de emisiones bajas y medias que
producirían un calentamiento de 2° o 3°C por encima de las temperaturas
preindustriales para el año 2100, se prevé que las pérdidas de volumen estarían
entre 78% y 97% para los Andes centrales, mientras que el retroceso en un
escenario de emisiones altas que provoque un calentamiento de 4°C sería casi
total, con pérdidas de 93-100%

En ese sentido, el derretimiento de glaciares “puede generar un riesgo para las


poblaciones que viven en las partes bajas, porque se están originando nuevas
lagunas con potencial peligrosidad

Silva y Arcidiacono
21

Agua y conflictos socio amiéntales

Desde nuestro espacio como país, encontramos que estamos perdiendo ya


nuestras importantes reservas de agua con el derretimiento de nuestros
glaciares, pero también, que el cambio en el comportamiento de las lluvias,
en periodicidad e intensidad, afecta seriamente la disponibilidad de agua,
según los calendarios agrícolas y pecuarios preexistentes, afectado nuestra
seguridad alimentaria al comprometer los rendimientos de los principales
cultivos en nuestra serranía, como también nuestra biodiversidad (erosión
genética). Debemos tener presente que las explotaciones mineras suelen
instalarse en las partes altas de las cuencas hidrográficas, o bien, en la
llamada área colectora de las aguas, donde se origina el ciclo del agua, y por
tanto, la contaminación que se produzca afectará a la cuenca en su
conjunto. El mapa que situamos, identifica los escenarios territoriales en donde
se desarrollan conflictos socio ambiental por la gestión del agua. Estos
conflictos, en mayor medida, enfrentan hasta ahora a autoridades de
gobiernos regionales que se esfuerzan en mantener y acrecentar sus derechos
sobre cursos de agua. Sin duda, esta situación se ve estimulada por la
información ya difundida de que la escasez de agua habrá de agudizarse
debido al cambio climático global.

Silva y Arcidiacono
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Sequias
Las sequías reducen el suministro de agua para las personas, los cultivos, el
ganado y las empresas. Entre 1981 y 2018, se produjeron diez eventos de
sequías en el Perú, sin incluir las zonas desérticas costeras. Las sequías
alcanzaron intensidades moderadas a extremas y su cobertura espacial
fluctuó entre el 13% y el 79%. La mayoría de las sequías estuvo relacionada con
la fase cálida de ENOS. Cerca de 13.000 comunidades con una población de
alrededor de 3,5 millones de personas, 2,5 millones de las cuales vivían en las
zonas agrícolas del Perú, estuvieron expuestas a sequías en 2007. Las sequías
suelen afectar las zonas meridionales del Perú con mayor intensidad, en
particular la sierra de Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Arequipa, Cusco,
Puno, Moquegua e Ica, así como algunos de sus territorios costeros. El mayor
número de sequías se ha producido en el altiplano y en la selva alta del norte.
Las duraciones más largas se observan en la parte superior de la cuenca del
Amazonas septentrional y la costa central. Las mayores intensidades de
sequías han ocurrido en la costa sur y en la selva alta del sur. Los eventos de
sequía se han intensificado tanto en la costa sur como en el altiplano. Es
probable que el riesgo de sequía en el futuro aumente en mayor medida en
estos dos lugares (mayor frecuencia e intensidad, pero de corta duración), así
como en la selva tropical alta y baja. El Sistema Nacional de Gestión del
Riesgo de Desastres señala un riesgo alto de sequía para las regiones de
Lambayeque, Tacna e Ica, y un riesgo medio para Áncash, Apurímac,
Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Huancavelica, Junín, La Libertad,
Moquegua, Piura, Puno y Tumbes
 La adaptación a situaciones de aridez se vuelve Zonas con mayor riesgo de sequias
cada vez más importante con el cambio
climático existente, porque el deshielo de los
glaciares disminuye la fuente de agua para la
agricultura. Entre las medidas ejemplares se
encuentran el almacenamiento mejorado de
agua, la captación de agua y mejores prácticas
de gestión de los suelos. En las últimas décadas,
se ha invertido en sistemas de irrigación para
superar la escasez de agua destinada a la
producción agrícola, pero como resultado de
ello se han generado tasas insostenibles de
extracción de agua. Se han suscitado conflictos
por el agua, así como efectos ambientales
negativos de desarrollo, tales como el
agotamiento de aguas subterráneas y la
intrusión salina, particularmente en las cuencas
costeras. Se necesitan inversiones para optimizar
el bajo rendimiento de irrigación que existe
actualmente y es preciso brindar asesoramiento
a las organizaciones de usuarios de agua y de
agricultores a fin de mejorar el uso y
mantenimiento
Silva y Arcidiacono de los planes de irrigación y
reducir el desperdicio de agua.
23

Precipitaciones e inundaciones intensas

Las precipitaciones intensas son fuente de preocupación para la población


del Perú. Ocurren mayormente entre setiembre y mayo y pueden causar
inundaciones, huaycos (crecidas repentinas) y deslizamientos de tierra. En
2014, 9,2 millones de peruanos (casi uno de cada tres) estuvieron expuestos
con frecuencia a peligros hidrometeorológicos

El peligro de inundaciones ya está presente en el Perú y es probable que el


riesgo de desplazamientos aumente. Las inundaciones se han intensificado,
especialmente en la Amazonía. Debido a la limitada concordancia entre los
modelos, las tendencias de las precipitaciones solo dan indicaciones de
posibles cambios futuros. Se puede esperar que el Perú tenga menos días de
lluvia, aunque ocurrirán eventos de precipitaciones más intensas y, por lo
tanto, potencialmente más inundaciones también. Es probable que aumenten
los eventos de El Niño, especialmente fuertes en el Pacífico Oriental, en la
costa (eventos de El Niño y eventos extremos de La Niña en el Pacífico Central
también, con menos certeza), lo que podría dar lugar a una mayor frecuencia
de precipitaciones extremas. El GFDRR clasifica los niveles de peligro del Perú
como altos con respecto a las inundaciones fluviales, las inundaciones urbanas
y las inundaciones costeras.

Zonas con mayor riesgo de inundación

Silva y Arcidiacono
24

Aumento del nivel del mar

El cambio climático impulsa el aumento del nivel del mar (ANM) por varias
razones. Contribuye a la expansión térmica de los océanos, derrite el hielo y
cambia el almacenamiento de agua terrestre. Entre los efectos relacionados
figuran la salinización, la erosión de las costas y las inundaciones costeras y
marejadas, que pueden dañar sistemas tanto humanos como ecológicos,
tales como asentamientos costeros, tierras bajas, infraestructura, salud,
patrimonio, agua dulce, diversidad biológica, agricultura y pesca. El aumento
medio global del nivel del mar dependerá de la trayectoria de las emisiones
de gases de efecto invernadero. Para el año 2100, en comparación con el
período 1986-2005, la trayectoria más baja probablemente dará lugar a un
aumento medio global del nivel del mar entre 0,29 y 0,59 m y la trayectoria
más alta entre 0,61 y 1,10 m. El aumento del nivel del mar sigue siendo un
peligro a muy largo plazo. Después de 2100, el ANM continuará con fuerza.
Para entonces, en una trayectoria de emisiones altas, se prevé que el aumento
medio global del nivel del mar alcance los 15 cm por década. El colapso de la
capa de hielo de la Antártida Occidental podría añadir varios metros en el
largo plazo. Una pérdida de la capa de hielo en Groenlandia añadiría unos 7
m en una escala de tiempo de siglos a milenios. Las tendencias regionales
pueden diferir de las medias globales. En América Central y América del Sur, la
tasa del aumento del nivel del mar ya se ha acelerado en las últimas décadas.
En el caso del Perú, la modelización del cambio medio regional relativo del
nivel del mar en conjunto sugiere que la trayectoria de las emisiones más altas
podría dar lugar a un ANM de alrededor de 0.7 m para el año 2100. Con tasas
globales alcanzando los 15 cm por década para entonces, en una trayectoria
de emisiones altas, el aumento en el Perú podría llegar a ser de 1m en los
próximos 100 años. Los efectos sinérgicos del aumento del nivel del mar y los
eventos más fuertes de El Niño podrían empeorar las inundaciones costeras
periódicas en el Perú. Los eventos interválicos de El Niño pueden aumentar
significativamente el nivel del mar durante varios meses en la costa occidental
tropical de América del Sur. En el futuro, se producirán además de los niveles
del mar sustancialmente más altos que en el pasado.

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25

Los gases de efecto invernadero


La absorción de la energía solar en la superficie del planeta se produce por los
llamados Gases de Efecto Invernadero (GEl), en especial el dióxido de
carbono y el metano; pero, debido a la deforestación, la combustión
desmesurada de hidrocarburos y a nuestro modelo de desarrollo -consumista,
superfluo, desigual. Injusto e insostenible-, el ciclo de la vida se ha alterado y la
vegetación del planeta ya no es suficiente para reciclar todo el CO2

• El hombre ha alterado el equilibrio que sostiene la vida; su actuar está


cambiando el clima y esto afecta directamente el desarrollo de la vida en la
Tierra.

Mirando en retrospectiva, el estilo de vida del hombre ha cambiado


vertiginosamente en los últimos doscientos años. La revolución industrial.
sinónimo de progreso, es también responsable del aumento de la
concentración de los GEl en la atmósfera a niveles jamás imaginados. A esto
se suma la fabricación de gases no naturales, como los fluorados, que no sólo
dañan la capa de ozono, sino que tienen un potencial de calentamiento muy
elevado. Hemos intervenido en el delicado mecanismo del Efecto Invernadero
hasta transformarlo en el problema ambiental más complejo de la actualidad:
el Cambio Climático.

¿Qué hemos hecho para emitir tantos gases de efecto invernadero?

La respuesta se halla en el representa una fracción de las


crecimiento de la industria y el emisiones. La quema y/o
parque automotor, principalmente deforestación es especialmente
en los países industrializados. La perniciosa, tanto porque libera
quema de combustibles fósiles ha dióxido de carbono como porque
provocado el aumento de los disminuye la captura del carbono
niveles de dióxido de carbono. Hoy mediante la fotosíntesis. El Cambio
en día se consume cien veces más Climático es, fundamentalmente,
carbón que a finales del Siglo XVIII y producto de la industrialización y los
el consumo de petróleo se ha patrones de consumo del país
incrementado más de doscientas desarrollados.
veces durante el Siglo XX; asimismo,
la deforestación desmesurada de la
Selva y los bosques contribuye a
incrementar, aún más, la
concentración de GEl en la
atmósfera. La quinta parte de las
emisiones mundiales continúan
proviniendo del sector transporte.
La quema de biomasa en la
agricultura y en los bosques

Silva y Arcidiacono
Emisiones de gases de efecto invernadero en Perú
El 2012, el Perú emitió 171 millones 310 mil Toneladas de Gases de Efecto
Invernadero. La OCDE y CEPAL informan que esta cifra constituye el
0.34% de emisiones mundiales y el 3.5% de las emisiones de América
Latina y el Caribe6. Si excluimos el cambio en el uso del suelo y los
procesos de reforestación, las emisiones peruanas disminuyen al 0.2%
global y al 2.5 de la región. Asimismo tomando la data de la Agencia
Internacional de Energía, ambos organismos informan que las emisiones
de CO2 por combustión de combustibles fósiles (sin incluir Cambio de
uso del suelo) comprende el 0.14% de las emisiones mundiales. Estas
emisiones, respecto al nivel mundial, entre el 2003 y 2012, se han
incrementado en 82%. Esta misma agencia informa que en este mismo
periodo el Perú aumentó sus emisiones por persona en un 65%,
alcanzando el 2012 a 1.5 tonelada de CO2 que representa el 16% de la
emisión por persona del promedio de países de la OCDE. Perú mantiene
estables sus emisiones por unidad del producto bruto interno, que
representa la emisión de “0.15% toneladas de CO2 por cada 1000
dólares de PIB (en términos de paridad del poder adquisitivo de 2005), lo
que ubica al Perú por debajo del promedio de la OCDE (0.31 toneladas)
y de América Latina (0.23 toneladas).” (OCDE y CEPAL, 2016: 13). El
cuadro de emisiones por sectores establece una gradiente de 87
millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) emitidas
por el uso y cambio de suelo, 45 millones por la producción de energía,
transportes y otros, 26 millones de toneladas emitidas en la actividad
agrícola y pecuaria, 8 millones en desechos y 6 millones de toneladas en
procesos industriales.

Como se observa en el Cuadro, el Porciento de emisión, está el sector


sector nacional que produce la Desechos sólidos humanos (8%), y
mayor emisión de dióxido de en último lugar el sector de
carbono que incrementa la capa procesos industriales (6%).
de gases de efecto invernadero en
la tierra es el de Uso del suelo,
Cambio de uso y Silvicultura con
más de la mitad de emisiones
totales (51%). En segundo lugar se
ubica el sector de producción de
energía y de transporte que
comprende poco más de un cuarto
de emisiones (26%). Le sigue,
Agricultura con el 15%,
particularmente emisor de metano.
En proporción menor al diez
29

¿Qué estamos haciendo al respecto?

1. En términos institucionales:

 La adopción del Acuerdo de París, ratificado por el Perú en julio de


2016, el cual tiene como objetivo central evitar que el incremento de la
temperatura media global del planeta supere los 2°C respecto a los
niveles preindustriales y promover esfuerzos adicionales que haga
posible que el calentamiento global no supere los 1,5 °C; así como
incrementar la habilidad de adaptarse a los efectos del cambio
climático y fomentar la resiliencia ante las variabilidades climáticas
 Aprobación de la Ley Marco sobre Cambio Climático y su Reglamento,
promoverán que cada entidad pública a nivel nacional reporte
acciones de adaptación y mitigación y promoverá que los instrumentos
de gestión, planificación del desarrollo y de inversión sectorial incluyan
dichas acciones.
 Aprobación del Plan de Acción en Género y Cambio Climático, siendo
Perú el primer país en Sudamérica en contar con este instrumento de
gestión, el cual fortalecerá el desarrollo de capacidades de las
poblaciones más vulnerables a los efectos adversos del cambio
climático, permitiendo la igualdad de oportunidades y derechos para
su desarrollo sostenible.
 Elaboración del Plan Nacional de Adaptación (NAP), el cual será un
documento de carácter estratégico que orientará la adaptación al
Cambio Climático en el Perú, respaldado por dos grandes marcos, el
Acuerdo de París y la Ley Marco sobre Cambio Climático.

1. En términos de acción:

 La creación del Grupo de Trabajo Multisectorial de naturaleza temporal


generó información técnica para orientar la implementación de las
Contribuciones Nacionalmente Determinadas (GTM-NDC). Luego de un
trabajo multisectorial de 22 meses, se aprobaron 91 medidas de
adaptación y 62 medidas de mitigación que forman parte de las
Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) del Perú al año
2030, cuya meta es alcanzar una reducción de emisiones de GEI de 20%
en el año 2030, con respecto al año base de 2010 y considerando un
escenario Business as usual (BaU) de incremento de emisiones. La meta
podría incrementarse en un 10% condicionado al apoyo de la
cooperación internacional.
 La implementación de la plataforma web del INFOCARBONO que
permite cumplir con los acuerdos internacionales sobre cambio
climático así como monitorear el cumplimiento de las metas
establecidas en las NDC.
 Definición de la meta de Neutralidad en la Degradación de las Tierras
(NDT) al 2030 e identificación de medidas NDC de adaptación y
mitigación sobre agricultura y bosques que contribuyen a alcanzar la
neutralidad en la degradación de las tierras, mantener ecosistemas

Silva y Arcidiacono
30

saludables, fortalecer la seguridad alimentaria y en consecuencia, al


bienestar de la población.
 El Convenio con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
para la asistencia técnica en la ejecución de grandes obras de
prevención y reconstrucción en las zonas del país que fueron afectadas
por el Fenómeno de El Niño Costero. Dicho convenio significará, en los
siguientes dos años, una inversión aproximada de S/ 7,000 millones que
se ejecutarán en nueve regiones del país: Tumbes, Piura, Lambayeque,
Cajamarca, La Libertad, Ancash, Lima, Ica y Huancavelica.
 Publicación de Lineamientos generales que orientan la aplicación de la
información climática sobre tendencias históricas, eventos extremos y
proyecciones de escenarios climáticos nacionales, según lo dispuesto
en el Reglamento de la Ley Marco N° 30754 sobre Cambio Climático

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31

Opciones de cambio de energía


 Mejorar la eficiencia y convertir a gas natural las calderas
utilizadas en la industria.
 Generar energía con paneles fotovoltaicos y turbinas de viento.
 Generar electricidad a gas natural.
 Alternativas de generación hidroeléctrica.
 Alternativas de generación eléctrica con minihidroeléctricas y
conversión a gas natural de plantas industriales y uso del gas
natural.
 Mejorar la eficiencia energética en el sector residual urbano y
mejorar la eficiencia energética industrial.
 Resanar la red pública.
 Cogeneración.
 Mejorar la eficiencia en la combustión directa de biomasa y
gasificación de biomasa
 Generar energía geotérmica.
 Reducir el venteo en los pozos de extracción.
 Promover las turbinas a gas de alta eficiencia.

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