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CREACIÓN DE AMBIENTES DE APRENDIZAJE

Por Anita Woolfolk (Estados Unidos)

LA NECESIDAD DE ORGANIZACIÓN

¿Cuáles son los desafíos que impone el manejo en el salón de clases? Por naturaleza, las
aulas son multidimensionales, están llenas de actividades simultáneas, tienen un ritmo
rápido e inmediato, son impredecibles y públicas, y se ven afectadas por la historia de los
actos de los estudiantes y los profesores. Diariamente éstos deben hacer malabares con
dichos elementos. Las actividades productivas del salón de clases requieren de la
cooperación de los estudiantes. Mantener la colaboración de los alumnos difiere en relación
con los grupos de edades; los alumnos pequeños están aprendiendo a “ir a la escuela” y
necesitan aprender los procedimientos académicos generales. Los estudiantes mayores
requieren aprender cuestiones específicas para trabajar en materias diferentes. El trabajo
con los adolescentes requiere que los maestros entiendan la influencia que tienen los grupos
de pares de esa edad.

¿Cuáles son las metas de un buen manejo en el salón de clases? Las metas del manejo
eficaz en el aula consisten en aumentar el tiempo de aprendizaje; en mejorar la claridad del
tiempo empleado al mantener a los estudiantes participando de forma activa; en asegurarse
de que las estructuras de participación sean claras y directas, y estén señaladas con
consistencia, y en fomentar el autocontrol y la responsabilidad por parte de los estudiantes.

Sugerencias para el establecimiento de los procedimientos en la clase

 Determine procedimientos para que los estudiantes mantengan en buenas


condiciones sus escritorios, el equipo y otros materiales del aula. Por ejemplo,
alternando a la persona, se designa a un supervisor que esté a cargo del equipo o
los materiales.
 Decida cómo los estudiantes deben entrar y salir del salón. Por ejemplo, algunos
profesores establecen de antemano una actividad (“saquen su actividad y empiecen
a revisarla”).
 Establezca una señal y enséñesela a sus alumnos. Por ejemplo, en el patio de
juegos, una mano levantada o un silbido podrían significar “formarse”.
 Determine los procedimientos para la participación de los estudiantes en la clase.
Por ejemplo, asegúrese de que sean claras las diferencias entre los procedimientos
para las distintas actividades: grupo de lectura, centro de aprendizaje, debate,
presentación por parte del profesor, trabajo individual, película, grupo de
aprendizaje en parejas, consultar la biblioteca, etcétera.
 Explique cómo comunicará, recogerá y devolverá las tareas. Por ejemplo, algunos
maestros reservan un lugar específico de la pizarra para anotar las tareas, en tanto
que otros las anotan con tizas o marcadores de colores. Para los niños pequeños es
mejor preparar hojas o carpetas de tareas, con sendos códigos de colores para el
libro de trabajo.

¿Cómo organizar las actividades en el salón de clases? Podemos adoptar tres formas de
organizar a los alumnos para realizar las actividades o experiencias programadas. A estas
formas de organización para las tareas podemos llamarlas estructura de la actividad; a
saber:

1. Aprendizaje competitivo: La actividad se estructura en forma de competición. Se


puede competir...
En tiempo: ¿Quién soluciona antes un ejercicio?
En calidad: ¿Quién es el que mejor lo hace?
En cantidad. ¿Quién es el que más problemas resuelve?
En cualquier caso el éxito del alumno estará unido al fracaso de los otros. “Si yo lo
logro es porque los otros no lo han conseguido”, de esta manera los otros se convierten
en competidores y si consiguen sus objetivos es porque alguno no lo ha logrado.
2. Aprendizaje individualizado: Los alumnos realizan las actividades que se proponen y
cada uno funciona como punto de referencia para sí mismo. Los criterios de progreso
son personales y están basados en el rendimiento propio. Se está con otros pero no se
trabaja con ellos.

3. Aprendizaje cooperativo: Hablamos de estructura de aprendizaje cooperativo cuando


se organizan tareas en las que la cooperación es la condición para realizarlas. Son tareas
de aprendizaje que no se pueden realizar si no es colaborando entre los compañeros. No
se puede tener éxito si los compañeros no lo tienen. Se liga el éxito propio al éxito del
resto.

No todas las actividades responden a una sola estructura, ni lo hacen de forma tan clara
como la que se ha explicado. Como sabemos, aprender implica relacionar lo conocido con
lo que se desconoce. Lo que se desconoce no se puede desconocer completamente. “Lo
nuevo” no puede ser totalmente nuevo, tiene que haber “algo” en la estructura cognoscitiva
del sujeto que lo reconozca en parte pero que, en otra parte, no esté de acuerdo o entre en
conflicto para que movilice al sujeto en la búsqueda del equilibrio en el aprender. Se tiene
que dar un conflicto entre “lo que se sabe” y lo que se propone como nuevo. Es lo que se
llama conflicto cognitivo.

En el aprendizaje cooperativo, el conflicto cognitivo se transforma en conflicto socio-


cognitivo, puesto que implica resolver una tarea que no se puede realizar individualmente.
Aprender en cooperación con otros permite mejorar la capacidad de:
 Resolver problemas.
 Tomar iniciativas y madurar en las relaciones con otros.
 Planificar y realizar actividades en grupo.
 Adecuar los objetivos e intereses propios a los del resto del grupo.
 Proponer normas y respetarlas.
 Entender y respetar opiniones e intereses diferentes al propio.
 Comportarse de acuerdo a los valores y normas que rigen las relaciones entre personas
valorando su importancia.

CREACIÓN DE UN AMBIENTE POSITIVO DE APRENDIZAJE

Establezca la diferencia entre reglas y procedimientos. Las reglas implican lo que se


debe hacer y lo que no se debe hacer dentro del salón de clases. Por lo general se establecen
por escrito y se colocan en un lugar visible. Los procedimientos cubren tareas
administrativas, el movimiento de los estudiantes, las labores de limpieza, las rutinas para
las lecciones, la interacción entre estudiantes y profesores, así como la interacción entre los
alumnos. Las reglas podrían establecerse en términos de derechos, en tanto que los
estudiantes se beneficiarían al participar en su diseño. Es necesario determinar las
consecuencias por el cumplimiento o la infracción de las reglas y los procedimientos, de
manera que el profesor y los estudiantes sepan qué sucederá.

Establezca la diferencia entre el arreglo de espacios de territorios personales y de


áreas de interés. Hay dos tipos básicos de organización espacial: la territorial (la
disposición tradicional del salón de clases) y la funcional (la división del espacio en áreas
de interés o de trabajo). A menudo, la clave suele ser la flexibilidad. El acceso a los
materiales, la convivencia, la privacidad (cuando sea necesaria), la facilidad de supervisión
y la capacidad para reevaluar los planes, son factores importantes cuando el maestro decide
el arreglo físico.

Compare la primera semana escolar en el salón de clases de profesores eficaces e


ineficaces. Los educadores eficaces dedican los primeros días de clases a enseñar un
conjunto de reglas y procedimientos funcionales y de fácil comprensión, mediante gran
cantidad de explicaciones, ejemplos y práctica. Los estudiantes se ocupan en actividades
organizadas y divertidas, y aprenden a funcionar de manera cooperativa en el grupo. Los
profesores eficaces se caracterizan por respuestas rápidas, firmes, claras y consistentes ante
la infracción de las reglas; planean cuidadosamente con anterioridad para evitar cualquier
tarea de último minuto que pudiera alejarlos de sus alumnos. Estos maestros primero
resuelven las situaciones que presionan a los niños.
Fomento de conductas positivas

1. Asegúrese de que reconoce el comportamiento positivo en formas que el estudiante


valore. Por ejemplo, reconozca la aceptación honesta de los errores otorgando una
segunda oportunidad: “Puesto que admitiste que copiaste tu trabajo de un libro, te
voy a dar la oportunidad de escribirlo nuevamente”.
2. Cuando los estudiantes se enfrenten a nuevos materiales o prueben nuevas
habilidades, brinde abundante reforzamiento. Por ejemplo, encuentre y comente
algo bueno en el primer bosquejo realizado por cada estudiante.
3. Una vez que se han establecido nuevas conductas, ofrezca reforzamiento de
manera impredecible para alentar la perseverancia. Por ejemplo, ofrezca
recompensas sorpresa por una buena participación en la clase. Asegúrese de que de
cuando en cuando los buenos estudiantes reciban felicitaciones por su trabajo. No
dé por hecho su buen desempeño.
4. Utilice la inducción para establecer nuevas conductas. Por ejemplo, coloque
señales graciosas o divertidas en el salón de clases para recordar las reglas a los
estudiantes.
5. Asegúrese de que todos los estudiantes, incluso quienes a menudo causan
problemas, reciban algún tipo de elogio, de privilegio o de otras recompensas
cuando hagan algo bien. Por ejemplo, revise su lista de clase ocasionalmente para
verificar que todos los alumnos estén recibiendo cierto reforzamiento. Establezca
normas de reforzamiento, de manera que todos los estudiantes tengan la
oportunidad de ser recompensados.
6. Establezca una variedad de reforzadores. Por ejemplo, permita que los estudiantes
sugieran sus propios reforzadores o que elijan de un “menú” con “los especiales de
la semana”. Hable con otros maestros o con los padres acerca de ideas de
reforzadores.
7. Identifique reforzadores efectivos. Por ejemplo, observe qué hacen los estudiantes
en su tiempo libre. Observe si los estudiantes disfrutan el trabajo conjunto. La
oportunidad de trabajar con amigos suele ser un magnífico reforzador.

Uso de las ideas del procesamiento de la información en el salón de clases

1. Asegúrese de que tiene la atención de sus alumnos. Por ejemplo, especifique una
señal que le indique a los estudiantes que deben dejar lo que están haciendo y
ponerle atención a usted. Verifique que los alumnos respondan a la señal, no les
permita ignorarla. Inicie una lección formulando una pregunta que estimule el
interés en el tema. recupere la atención de los estudiantes acercándose a ellos,
utilizando sus nombres o formulándoles una pregunta.
2. Ayude a los estudiantes a separar la parte esencial de la no esencial y a enfocarse
en la información más importante. Por ejemplo, cuando realice un señalamiento
importante, haga una pausa, repita y solicite a un estudiante que lo parafrasee;
anote la información en la pizarra con tiza o marcador de color.
3. Ayude a los estudiantes a establecer conexiones entre información nueva y lo que
ya saben. Por ejemplo, asigne una tarea que específicamente necesite el uso de
información nueva, junto con información que ya aprendieron.
4. Promueva la repetición y el repaso de información. Por ejemplo, inicie la clase con
un breve repaso de la tarea asignada para hacer en casa. Realice exámenes breves
frecuentes. Use la práctica y la repetición en juegos o pida a los estudiantes que
trabajen con compañeros formulándose preguntas entre sí.
5. Presente el material de manera clara y organizada. Por ejemplo, dé a los
estudiantes un esquema breve a seguir.
6. Enfóquese en el significado y no en la memorización. Por ejemplo, al enseñar
conceptos o procedimientos nuevos, haga que los estudiantes los asocien con uno
relacionado que ya comprendieron.
MANTENER UN BUEN AMBIENTE PARA EL APRENDIZAJE

¿De qué manera los profesores fomentan el compromiso? En general, conforme se


incrementa la supervisión del maestro, también aumenta el tiempo de participación de los
estudiantes, cuando la tarea ofrece indicios continuos al estudiante, respecto de los que
debe hacer a continuación, el compromiso es mayor. Las actividades con pasos claros
suelen ser más absorbentes, ya que uno de los pasos conduce de manera natural al
siguiente. Otros aspectos que también fomentan el compromiso son: Establecer de manera
clara y específica los requisitos para el trabajo, brindar los materiales necesarios y
supervisar las actividades.

¿Cómo evitar los conflictos de disciplina en el aula? Para crear un ambiente positivo y
evitar problemas, los profesores deben tomar en cuenta las diferencias individuales,
fomentar la motivación de los estudiantes y reforzar la conducta positiva. Según Kounin,
los maestros que previenen exitosamente los conflictos son hábiles en cuatro áreas: “Estar
en todo”, actividades simultáneas, enfoque grupal y control del avance. Cuando es
necesario imponer sanciones, los profesores deberían hacerlo de forma tranquila y en
privado.

¿Cuáles son los siete niveles de intervención para la mala conducta? El maestro
primero establece contacto visual con el estudiante o utiliza otras señales no verbales, y
luego prueba indicios verbales como incluir el nombre del estudiante en la lección.
Después, el profesor averigua si el transgresor está consciente de los efectos negativos de
sus actos, les recuerda a los estudiantes el procedimiento y les pide que lo realicen de la
manera correcta. si esto no funciona, el profesor le solicita al estudiante que enuncie la
regla o el procedimiento correcto y que lo siga, y luego le dice de manera clara, firme y no
hostil, que cese la mala conducta. Si esto también falla, podría darle opciones: Interrumpir
la conducta o reunirse en privado para determinar las consecuencias.

¿Cuáles son algunos de los problemas especiales y desafíos en secundaria? Los


profesores que trabajan en las escuelas secundarias deberían estar preparados para manejar
a estudiantes que no terminan el trabajo escolar, que infringen la misma regla de forma
repetida o que desafían abiertamente a los profesores.

Siete categorías de sanciones para los estudiantes

1. Expresiones de desilusión. Si los estudiantes estiman y respetan a sus profesores, entonces


una expresión seria y triste de desilusión provocaría que se detengan y reflexionen acerca
de su conducta.
2. Pérdida de privilegios. Los estudiantes perderán su tiempo libre, si por ejemplo, no
terminan su tarea, será necesario pedirles que la hagan durante el período libre o el recreo.
3. Exclusión del grupo. A los alumnos que distraen a sus compañeros o no cooperan, se les
separa del grupo hasta que estén dispuestos a cooperar. Algunos profesores les dan un
pase de 10 a 15 minutos, período en que deben ir a otro grupo a la sala de estudio, donde
el resto de los estudiantes y los maestros lo ignorarán.
4. Reflexiones escritas sobre el problema. Los estudiantes reciben en periódicos ensayos
acerca de lo que hicieron y cómo afectó a los demás, o escriben cartas de disculpa en caso
de que sea apropiado. Otra posibilidad sería pedirles que describa de manera objetiva lo
que hicieron; luego, el profesor y el estudiante firman y anotan la fecha de la declaración.
Estos registros quedan disponibles por si los padres o los administradores necesitan
evidencia del comportamiento de los estudiantes.
5. Detención. La detención implica reuniones breves después de la salida, durante un receso
o durante el recreo. La finalidad principal es hablar acerca de lo que sucedió (la detención
suele usarse como castigo; la suspensión y la expulsión son las medidas más drásticas).
6. Visitas a la oficina del director. Los profesores expertos rara vez utilizan este castigo; sin
embargo, lo hacen cuando la situación así lo amerita. Algunas escuelas establecen que los
estudiantes sean enviados a la oficina del director por ciertas infracciones, como una
pelea. Si usted le solicita a un estudiante que vaya a la oficina y éste se niega, podrían
llamar al director y decirle que han remitido al estudiante. Así, éste tiene la opción de ir a
la oficina o enfrentar la sanción del director por “desaparecer” en el camino.
7. Establecer contacto con los padres. Si los problemas se convierten en un patrón frecuente,
la mayoría de los profesores contacta a la familia del estudiante, con la finalidad de buscar
apoyo para ayudar al estudiante, y no para castigarlo ni para culpar a sus padres.
LA NECESIDAD DE COMUNICACIÓN

¿Qué quiere decir “escucha empática”? La comunicación entre el profesor y los


estudiantes resulta esencial cuando surgen conflictos. Todas las interacciones entre los
individuos, incluso las que son silenciosas o las de rechazo, comunican algo. La escucha
empática y activa sería una respuesta útil cuando los estudiantes ocasionan problemas a los
maestros. Éstos deben reflejar a los estudiantes lo que les escucharon decir, lo cual no es la
mera repetición de palabras, sino que debe captar las emociones, las intenciones y el
significado que están detrás de ellas.

¿Cuál es la diferencia entre los estilos de respuesta? El estilo pasivo toma varias formas.
En vez de decir a los estudiantes directamente qué hacer, el profesor tan sólo hace
comentarios sobre la conducta, les solicita a los estudiantes que piensen en las acciones
adecuadas, o los amenaza pero nunca cumple con la sanción. Los profesores con un estilo
de respuesta hostil pueden hacer afirmaciones “en segunda persona” que condenan al
alumno sin aclararle lo que debe hacer. Un estilo asertivo comunica a los estudiantes un
gran interés por ellos y por el proceso de aprendizaje, como para permitir que continúe la
conducta inapropiada. Los maestros asertivos establecen con claridad lo que esperan.

¿Cuáles son algunas de las opciones para manejar los conflictos entre estudiantes, y
entre profesor y estudiantes? Los estudiantes necesitan una guía para resolver los
conflictos. Además, es necesario que en el salón de clases haya reglas y expectativas claras
en cuanto a la intimidación y el hostigamiento de los compañeros. Sin importar cuál sea la
situación, la cooperación de las familias ayuda a crear un ambiente de aprendizaje positivo
en el salón de clases y en la escuela.

Qué hacer y qué no respecto de las burlas

Las burlas han desencadenado algunas situaciones trágicas. Hable con su grupo acerca
de qué hacer.

SE DEBE:

1. Ser cuidadoso con los sentimientos de los demás.


2. Emplear el humor de manera amable y sutil.
3. Preguntar si hacer bromas acerca de ciertos temas hiere los sentimientos de
alguien.
4. Aceptar las bromas de los demás si uno las hace.
5. Decir a los demás si las bromas acerca de ciertos temas hieren los propios
sentimientos.
6. Conocer la diferencia entre las bromas amistosas y sutiles, y el ridículo hiriente o
el hostigamiento.
7. Tratar de leer el “lenguaje corporal” de los demás para saber si han herido sus
sentimientos (aún cuando no se lo digan).
8. Ayudar al estudiante más débil cuando se le esté ridiculizando.

NO SE DEBE:

1. Hacer bromas a alguien que no se conoce bien.


2. Hacer bromas sobre cuestiones sexuales o de género.
3. Burlarse del cuerpo de otro individuo.
4. Burlarse de los miembros de la familia de alguien.
5. Hacer bromas acerca de un tema cuando un estudiante le haya pedido no hacerlo.
6. Burlarse de alguien que se encuentra alterado o que uno sabe que ha tenido un mal
día.
7. Mostrarse hiriente con las bromas amistosas.
8. Guardarse los sentimientos ocasionados por las burlas; es mejor decir de manera
directa y clara lo que nos molesta.

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