Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Qué conocimiento sobre la enseñanza desearías haber conocido durante sus primeros 2
años como profesor?
Dejar que los niños hagan más y que yo haga menos. Esta ha sido una lección difícil de
aprender a lo largo de los años. Utilizo mucho aprendizaje cooperativo, actividades
prácticas e indagación en la clase y me fue difícil aprender a dar un paso atrás y dejar que
todo sucediera sin que yo fuera el centro de la atención.
(Pregunta a Paul Martini, profesor de ciencias de Woodside High School, California)
DELEGACIÓN DE AUTORIDAD
Cuando te paras frente a la clase e instruyes a todos los estudiantes, cuando asignas
trabajo individual y caminas por el aula supervisando el rendimiento de cada alumno, cuando
divides la clase en grupos y te sientas con un grupo mientras responden a sus preguntas y los
otros grupos esperan al profesor para empezar su trabajo, estás utilizando supervisión directa.
Incluso cuando los estudiantes se están preparando para el trabajo en grupo, y el profesor
pide silencio a toda la clase y brinda orientación sobre lo que va pasar, estás utilizando la
supervisión directa.
Sin embargo, cuando el trabajo en grupo está en marcha y los grupos trabajan y hablan
juntos utilizando las instrucciones de una “hoja o tarjeta de actividad” que has preparado
anteriormente y has entregado a cada grupo, su autoridad como docente ha sido delegada. No
puedes estar en todas partes al mismo tiempo tratando de ayudar a ocho o más grupos
diferentes. Además, tener estudiantes que hablan y trabajan juntos es esencial como estrategia
para administrar clases heterogéneas. Cuando están capacitados para ayudarse mutuamente,
tal vez leyendo o traduciendo para los estudiantes que están aprendiendo el idioma del país,
los estudiantes sirven como recursos académicos y lingüísticos unos a los otros y se apoyan
entre si para comprender y completar las tareas.
Cuando los estudiantes están trabajando en tareas desafiadoras como la investigación
para un proyecto o la resolución creativa de problemas, hablar y trabajar juntos es necesario
para lograr completar la tarea con éxito (Cohen, Lotan y Leechor, 1989; Cohen, Lotan y
Holthuis, 1997). Se estimulará a los estudiantes a trabajar juntos para responder todas las
preguntas y problemas relacionados con la tarea sin llamar al profesor. Las investigaciones
han demostrado que todos los estudiantes, pero particularmente las personas que están
atrasadas en su proceso de lecto escritura, se benefician al interactuar con otros estudiantes
en tareas desafiantes (Leechor, 1988; Schultz, 1999). Por lo tanto debes aprender a delegar
autoridad a grupos, para que sus estudiantes obtengan los beneficios de hablar y trabajar
juntos. Caso contrario, el trabajo en grupo puede ser inmanejable.
Al principio
Después de una breve orientación a todos los estudiantes, usted delega la autoridad a
los grupos para llevar a cabo su tarea. Es de vital importancia dejar que los grupos tomen
decisiones por su cuenta. Es posible que necesiten cometer algunos errores para eso. Ellos
son responsables ante usted por su trabajo. Permita que los grupos trabajen sin que usted
supervise cada paso. Confíe en que estarán a la altura de la ocasión y que sabrán resolver
algunos problemas por sí mismos.
Muchos maestros en las aulas tradicionales, cuando no están dando clases, pasan la
mayor parte del tiempo guiando a los estudiantes a través de diversas tareas. Muestran y dicen
cómo hacer las tareas. Redirigen a los estudiantes que parecen estar desconectados de su
trabajo a la tarea. Responden muchas preguntas que vienen de estudiantes individuales.
Este tipo de supervisión directa debilitará el trabajo autónomo de los grupos por el
que usted ha trabajado tan duro. Si el profesor está disponible para resolver todos los
problemas, los estudiantes no confiarán en ellos mismos ni en su grupo. Debido a sus
experiencias pasadas con la supervisión, cada vez que los estudiantes te ven cerca, dejarán
de hablarse y te buscarán para saber si lo que están haciendo es correcto. Si el maestro
empieza a entregar demasiada instrucción directa mientras los estudiantes participan en los
grupos, el resultado será que ellos hablarán menos y trabajarán menos juntos y, por lo tanto,
habrá menos aprendizaje. Estas conexiones entre la gestión del aula y el aprendizaje está
documentado en numerosos estudios de investigación (Boaler, 2006; Cohen y Lotan, 1997a;
Schultz, 1999).
Evite apurarse al rescate de un grupo a la primera señal de dificultad. Antes que todo,
redireccione la pregunta o duda al grupo para que busquen en sus propios recursos, y
solamente responda a pregunta o duda cuando se haya consultado a todo el grupo para buscar
posibles soluciones. En muchas situaciones de trabajo en grupo, el facilitador hace una
pregunta en nombre del grupo después de asegurarse de que nadie en el grupo tenga la
respuesta. El profesor puede confirmar preguntando al facilitador: "¿Su pregunta es una
pregunta del grupo al cual nadie tiene la respuesta?"
Trabajando en equipo
Una de las experiencias más gratificantes para un profesor es planificar y realizar
diseños de trabajo en grupo con colegas. Al igual que los estudiantes, los profesores se
utilizan entre sí como recursos en la elaboración del trabajo en grupo. Mientras trabajan
juntos pueden compartir sus experiencias con distintas tareas y actividades qué funcionan
bien con los estudiantes o no, y cómo se puede mejorar las instrucciones de una actividad.
También pueden proporcionar comentarios honestos y constructivos a medida que se
desarrollan las ideas.
En el caso del trabajo en grupo, hacer que los colegas trabajen juntos significa que
pueden ser de gran ayuda el uno al otro al diseñar las tareas y actividades que sean
compatibles o aptas para trabajar en grupo. Además, realizar enseñanza conjunta es uno de
los mejores escenarios posibles, ya que un maestro puede detenerse para trabajar con un
grupo que necesite intervención, mientras que otro se mantiene atento a la clase en general.
Un maestro puede preparar el inicio del aula y entregar las orientaciones, mientras que el otro
puede hacer la retroalimentación al cierre de la clase.
La última gran ventaja de trabajar con un colega es tener a alguien que haga una
observación y una evaluación sistemática de su trabajo. Es casi imposible ejecutar el trabajo
en grupo y evaluar lo que está sucediendo al mismo tiempo. Incluso los maestros
principiantes pueden proporcionar comentarios útiles y puede devolver el favor observando
en el aula de su colega.
Hay dos tipos de trabajo en equipo entre profesores; uno requiere más cambio
organizativo que el otro. El primer tipo es la enseñanza conjunta, donde su colega en realidad
enseña conjuntamente con usted en su salón de clases. Esta configuración puede incluir dos
profesores que trabajen juntos por un período de un día, un maestro y un asistente de maestro,
o un maestro y un padre voluntario bien preparado. Si su clase es difícil de controlar y no
está acostumbrada al trabajo en grupo, es posible que necesite el apoyo de otra persona,
especialmente al principio. Si sus tareas son complejas, como realizar experimentos
científicos o trabajar con equipos sofisticados como cámaras de video, y si tiene un grupo
muy heterogéneo, otra persona al principio puede ser una necesidad.
Si tiene un colega en la escuela con quien le gustaría probar algunas de estas
actividades de trabajo en grupo, hable con el director o con el jefe pedagógico sobre cómo
encontrar maneras de trabajar juntos. Si se dispone de una sala grande, como una sala
multiusos, es posible combinar las dos clases para el trabajo en grupo. Si las clases son de
diferentes grados o si incluye a un grupo de estudiantes con necesidades educativas
especiales, se sorprenderá al ver qué tan bien los estudiantes de diferentes edades y niveles
de rendimiento académico pueden trabajar juntos en este entorno. Si está combinando grupos
de edad, es especialmente importante elegir una tarea que los alumnos mayores puedan
ampliar y desarrollar, pero también una que los alumnos más jóvenes puedan manejar con
asistencia. También será necesario incluir capacitación especial para mostrar a los estudiantes
cómo ayudar a otros sin hacer el trabajo por ellos.
Si decide trabajar con un asistente o un voluntario, tómese el tiempo para educar a
esa persona en cuanto a sus expectativas sobre ella durante el proceso de enseñanza. Si no
los entrena, el resultado será que irán a los grupos y tratarán de supervisarlos directamente e
incluso se meterán en los grupos. Los asistentes o voluntarios pueden convertirse en recursos
valiosos, por ejemplo pida al asistente que observe y recopile datos sobre cuáles son los
problemas que surgen en los grupos durante el trabajo en grupo y así ayudar a evaluar la
actividad.
Si no puede hacer arreglos para la enseñanza conjunta, lo mejor que puede hacer es
unirse con fines de planificación y evaluación. Sería útil encontrar tiempo para reuniones
breves con un colega o un mentor para fines de planificación. Además, encontrar tiempo para
que ese colega visite su aula sería particularmente beneficioso y puede devolverle el favor.
Es durante estas visitas que se pueden utilizar las herramientas de evaluación. Luego de la
observación y la evaluación, el equipo puede discutir los resultados de la evaluación y decidir
qué se debe hacer para mejorar la implementación. Muchos directores apoyan este tipo de
esfuerzo colegiado para mejorar la instrucción.
La interacción entre pares es altamente gratificante. A pesar de las dudas y temores
iniciales de que otro maestro los vea en el trabajo, los decentes encuentran que los
comentarios constructivos y específicos de un colega que enfrenta el mismo tipo de
problemas prácticos en el aula son útiles. Además, se dan cuenta de que les hubiera sido útil
tener este tipo de comentarios en sus primeros años de docencia. Una de las formas en que
las escuelas facilitan las interacciones entre los maestros es a través de la formación de
comunidades de aprendizaje profesional (McLaughlin y Talbert, 2006). Los educadores y los
formuladores de políticas también ven una gran promesa en los sistemas profesionales que
apoyan la cooperación entre pares a través de maestros mentores (Grossman y Davis, 2012).